1
15
16
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/7f52b20740d152ffaa874d8bf59788c4.pdf?Expires=1712793600&Signature=IZ9TCLmJrJAReBCTXvg80pcCEVdR9VmgbJ5IRvrnBT9dIY6U543348vAAI24cjDcOQnsjgvd16oTh4ZTAgTc3Tk0LwZogo8cSnOEqKVqRo6Er2nsy4TJVJ5wn%7EnwHW-7b5w-CGEDCh-PqoMy8LeQbvKDaDOUyZSWp79rivA%7EfjIyyoLW7zFMI6UXUf-m%7EfOrIixbiX5rqoHP%7E8q7S045OUpqbM41bw%7E9vFJ11L9rscSKCkByymLzpW8tl6UdGuO043KumebRBJVAMRYY3rJULMCpRNDiztS-SlTYIo8wT9YL-NtsmpPSyK-aezoLkhtIn3snIZRQdeaXKPq-aFM3NQ__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
6b2e98132e78e0541d654e2f9083c481
PDF Text
Text
José L. Caravias sj
EL DIOS
DE
JESUS
-1-
�-2-
�Presentación
Cerca del pensamiento de un hermano es fácil encontrarse unidos en Aquel que es el
argumento de ese pensamiento: Cristo. Hace mucho tiempo caminamos juntos, llevando a
las comunidades, especialmente campesinas, la palabra de Dios, fundamento de su
consistencia solidaria. En esa palabra de Dios hay un problema humano que se presenta
apenas se comienza a sentir su energía viva, su fuerza comunicadora y su constante
incitación maravillosa a la libertad.
El problema del hombre que escucha y vive la palabra de Dios es llegar a comprender qué
es lo que la Palabra pensaba de Dios, es decir, cómo se realizaba la constante y cada vez
más honda comunión de la Palabra encarnada con el Padre, que determinó su encarnación
y con el Espíritu, que alentó esa historia. Los hombres, comprometidos en escribir lo que el
Espíritu sugiere a sus mentes, mientras su corazón se hace comunitario, nos han escrito
mucho del Dios de Jesús.
Hacía falta que alguien uniera todos esos pensamientos sobre un solo lienzo, en el que se
marcara la huella de sangre del rostro de Cristo. Mi hermano José Luis Caravias s.j. lo ha
conseguido, mientras formaba comunidades, mientras recibía de ellas testimonios vivos de
la presencia de Cristo, mientras entregaba sus cruces a la inacabada obra del Señor. Todo
lo que vamos a leer y, estoy seguro que también a releer, en "el Dios de Jesús" es lo
vivido por muchos, lo escrito por algunos, lo esperado por todos.
Desde mi rincón humano, en el cual respondo por la pastoral de la Arquidiócesis de
Cuenca en el Ecuador, apruebo esta obra y bendigo a quien la escribió y a todos los que la
inspiraron.
Cuenca del Ecuador, 15 de agosto de 1985
-3-
�Fr. Luis Alberto Luna Tobar ocd.
Arzobispo de Cuenca
-4-
�Introducción
Yo no soy teólogo, ni hijo de teólogo. En mis años "oficiales" de teología fui mal
estudiante. No tengo ninguna clase de títulos. Acabé los estudios trampeando lo antes que
pude. Mi único ideal era ser sacerdote campesino. Por ello, de vuelta al Paraguay, junto
con otros compañeros, compartí la vida campesina. Queríamos convertirnos en campesinos
"auténticos". Trabajábamos con nuestras manos la tierra. Pero aquellos campesinos
pacientemente nos fueron convenciendo de que lo que ellos querían de nosotros era ante
todo que les ayudáramos a fortalecer su organización naciente: las Ligas Agrarias. Y así, a
instancias de ellos, llegué a dedicarme completamente a cursillos de formación.
Al comienzo los cursos eran de corte socioeconómico. Pero poco a poco fue saliendo a
superficie una realidad de hondas raíces: la fe campesina. Medellín explotó en Paraguay
como cohete alegre de fiesta. Los campesinos comenzaron a pedir que les ayudáramos a
caminar por un nuevo sendero que descubrían con gozo: la Biblia. Y así, suavemente, ellos
me forzaron a volver a los libros de teología. Pero esta vez con el corazón asentado en un
pueblo oprimido, pero creyente y en marcha.
Después de años de compartir con ellos el despertar de la fe, puedo llegar a afirmar que
jamás he quedado defraudado en un curso bíblico con campesinos. Todavía sigo con
capacidad de admiración frente a la fe creciente de este campesinado latinoamericano. En
su fidelidad creativa siempre hay algo que me sorprende con gozo. Vivo, cada vez más
profundamente, aquella alegría gratificante de Jesús ante el hecho de la revelación del
Padre "a la gente sencilla; sí, Padre, bendito seas por haberte parecido eso bien" (Mt
11,26).
En los últimos años se va notando en Latinoamérica un acontecimiento nuevo: ciertos
grupos campesinos piden cada vez más formación en la fe, de un modo sistemático y
constante, de acuerdo a su cultura y a sus necesidades. ¡La Buena Nueva de Jesús en
nuestro continente está siendo jalada desde abajo, por este pueblo creyente y oprimido! La
-5-
�unión de su fe y de su realidad con la Biblia ha sido el detonante que les ha despertado y
les ha puesto en marcha.
A partir de este despertar bíblico, el pueblo va imponiendo respeto a su fe y a su
religiosidad, a su cultura, a sus comunidades y a su organización. Es más, en muchos casos
este pueblo va imponiendo su ritmo a sacerdotes y a teólogos. Ellos están comenzando a
señalar los temas a investigar y a marcar el ritmo a seguir.
Según mi parecer, tres son los temas bíblicos principales en los que se centra el despertar
campesino: la hermandad, la tierra y Jesús. El primer impacto es el descubrimiento de la
hermandad como exigencia de la fe. En segundo lugar, con frecuencia reciben un ánimo
profundo muy gozoso cuando descubren que la Biblia tiene mucho que decirles sobre su
realidad campesina. Sobre esta doble plataforma resulta mucho más profundo el encuentro
personal y comunitario con Jesús. Conocer y seguir a Jesús es su meta. Se trata de un
encuentro sencillo, gozoso, cuestionante, entre viejos amigos por largo tiempo
distanciados. A partir de estas experiencias se va construyendo un nuevo modo de ser
Iglesia y una nueva espiritualidad.
Acompañando este caminar a lo largo de los años me he visto forzado por ellos a
devolverles sistematizado lo mucho que voy aprendiendo de ellos. Su deseo de hermandad
me llevó a escribir "Vivir como Hermanos". La exigencia de respeto de su religiosidad me
obligó a investigar y escribir "Religiosidad campesina y Liberación". El gozo de encontrar
su realidad campesina en la Biblia produjo "Luchar por la Tierra". El descubrimiento de
un Dios distinto se plasmó en "Dios es bueno". El encuentro con Jesús se ha ido jalonando
en tres pasos: "Cristo es Esperanza", "Cristo Compañero" y ahora "El Dios de Jesús".
Todos son libros salidos e inspirados en la fe campesina. Los problemas y el espíritu que
todo este despertar suscita en los agentes de pastoral intento llevarlo a la oración en
"Consagrados a Cristo en los Pobres". Por último, he sentido también la necesidad de
historiar parte de este proceso; así han nacido "Liberación Campesina: Las Ligas
Agrarias del Paraguay" y "En busca de la Tierra sin Mal: Movimientos campesinos en el
Paraguay, 1960-1980".
Pero este libro que presento, "El Dios de Jesús", tiene un nacimiento distinto. Ahora no
parto tanto de la base, sino de los teólogos. Queriendo ayudar a este deseo creciente de
encuentro entre Jesús y su pueblo, se me ocurrió organizar una "minga" de teólogos. Las
dos grandes culturas sudamericanas, la quichua y la guaraní, saben organizar mingas para
-6-
�resolver sus problemas. Se trata de trabajos comunitarios, en los que todos juntan su fuerza,
con alegría, gratis, al servicio de la comunidad. Algo así he querido hacer con los teólogos.
En los veinte últimos años se ha escrito mucho y muy lindo sobre Jesucristo. La mayoría
de estos teólogos tienen sus ojos puestos en los pobres, pero su lenguaje no es el de los
pobres. Por eso muchos de sus hermosos y caros libros no les sirven a los pobres, aunque
cada vez los necesitan más. Fue así como se me ocurrió servir de puente entre la buena
voluntad de unos y el hambre de los otros. Hacer como de traductor. Y para ello me he
puesto a leer, resumir, simplificar, coordinar las muchas ideas lindas de tantos hermanos
teólogos. Los he puesto a trabajar juntos, con la alegre libertad de las mingas.
El presente libro, pues, no tiene nada de original. Todo está copiado. Es puro plagio, con
el mayor descaro. Se unen y se entremezclan unas citas con otras; se cambian sin empacho
las palabras complicadas; otras veces se copia al pie de la letra. No se respetan los derechos
de autor. Es que se trata de una minga de teólogos: todos juntos, trabajando gratis,
alegremente, al servicio de la fe de este pueblo, de lo mejor de este pueblo: los animadores
bíblicos de las Comunidades Cristianas. ¡Gracias, hermanos!
En estos nueve años el presente libro ha sido editado en diversos países. He recibido
muchos agradecimientos porque estas páginas han ayudado a muchas personas a conocer,
amar y seguir más de cerca a Jesús. Mucho le doy gracias a Dios por ello. Ahora presento
una nueva edición popular paraguaya, en la que he suprimido las notas. Las personas que
quieran consultarlas las pueden encontrar con facilidad en las otras ediciones: Paulinas de
Colombia y Argentina, EDICAY de Ecuador, CRT de México y VOZES del Brasil.
JOSE L. CARAVIAS
Asunción, marzo de 1993
1
-7-
�La fe de Jesús
Acabo de afirmar en la introducción que creo con todo mi ser que Jesús es Dios, y que
esta es la fe de nuestro pueblo latinoamericano. Si Jesús no fuera Dios, perdería sentido
todo lo que vamos a decir de él. Su vida, su predicación y su testimonio nos serviría de
muy poco. Pero creyendo firmemente en su divinidad, toma una fuerza muy especial toda
su humanidad. Este quiere ser el sentido de este primer capítulo sobre la conciencia y la fe
de Jesús. A través de lo humano de Jesús llegar hasta Dios.
1. LA CIENCIA DE JESUS
Hasta no hace muchos años pensaban los teólogos que Jesús durante su vida terrena lo
sabía todo, lo pasado, lo presente y lo futuro; conocía todas las ciencias, todas las técnicas,
todos los inventos que se iban a realizar a través de la historia. Conocía personalmente a
todas las personas del mundo, sus problemas y sus pensamientos. Decían que Jesús no
ignoraba nada y que cuando durante su vida demostraba no saber algo era solamente
porque él disimulaba para poder así enseñarnos.
Pero en estos últimos tiempos, en los que tanta gente se ha dedicado a estudiar en serio la
Biblia, hemos sabido aceptar en su profundidad la realidad que muestran los Evangelios:
que Jesús fue un hombre completo, y que, como todo hombre, él no lo conocía todo, y, por
consiguiente, estuvo siempre en actitud de búsqueda y de aprendizaje, y tuvo dudas en su
caminar, crisis y tentaciones.
Esto no dice nada en contra de su divinidad. Justamente el que Dios quisiera hacerse
hombre completo, con todas sus consecuencias, es una de las asombrosas maravillas de su
amor hacia nosotros.
-8-
�La humanidad de Jesús no pudo ser una comedia o una farsa. Y ello sería así si Jesús lo
hubiera conocido absolutamente todo. Jesús, como hombre, tenía que poder crecer en
sabiduría y tenía que tomar sus propias opciones con libertad y dolor. El tomó sobre sí
todas las consecuencias de su encarnación, como, por ejemplo, la ley de la maduración
humana; y todas las consecuencias de nuestro pecado, como la ignorancia y las
tentaciones; sólo que él jamás pecó (Heb 4,15). Si no fuera así, su pasión y su muerte no
hubieran sido verdaderas.
Pero Jesús vivió una humanidad con mucha más profundidad que cualquiera de nosotros.
Y en su humanidad encontró como lo más íntimo de sí mismo al propio Dios. Jesús se sabe
unido al Padre con una intimidad total y desconocida para nosotros. En su vida y en su
conducta no hay otra razón de ser que el Padre. Hablaremos de ello largamente a través de
todo el libro, y más concretamente, en seguida, sobre su actitud constante de búsqueda de
Dios.
Fijémonos por el momento en cómo los evangelistas presentan a Jesús compartiendo el
saber cultural de sus contemporáneos. No tienen miedo en afirmar que "Jesús iba
creciendo en saber, estatura y en el favor de Dios y de los hombres" (Lc 2,52). Jesús
pregunta con frecuencia para enterarse de lo que no sabe; ignora el día del juicio; sufre
tentaciones; duda del camino a seguir; cambia de modo de proceder; pide que la muerte se
aleje de él. Nada de ello se presenta como fingiendo, sino totalmente real. No hay razón
alguna para negar que aprendió realmente de sus padres, de su pueblo, de su cultura.
Aunque él transformará y dará una profundidad insospechable a toda la gran riqueza de su
pueblo.
Según lo presentan los Evangelios, Jesús aprende continuamente nuevas cosas y hace
nuevas experiencias que le sorprenden, siempre a partir de las ideas de la cultura de su
pueblo. Sin duda alguna él pasó por un proceso histórico de aprendizaje.
Tiene además, a veces, como todo humano, crisis de identificación: dudas de quién es él y
qué debe hacer; aunque todo ello envuelto en una profunda fe en la voluntad providente del
Padre.
Hasta tuvo que reconocer que el Reino de Dios, por causa de la dureza del corazón de sus
oyentes, no llegaría tan rápidamente como él había pensado al principio de su predicación.
Todo esto se explica algo dentro del misterio sabiendo que Jesús tenía una conciencia
-9-
�humana distinta a la conciencia del Verbo de Dios. Si las dos conciencias fueran la misma,
el Verbo estaría dirigiendo siempre la realidad humana de Jesús, que se convertiría
entonces en algo meramente pasivo. La conciencia humana de Jesús no era como un doble
de la conciencia divina. En realidad su autoconciencia humana se relacionaba con Dios en
una distancia de criatura, con libertad, obediencia y adoración, lo mismo que cualquier otra
criatura humana, aunque con una profunda conciencia de cercanía radical respecto a Dios.
Creer que el Jesús histórico conocía todo, sería confundir su vida terrena con su vida
gloriosa de resucitado. No se pueden atribuir al Cristo terreno cualidades que son sólo del
Cristo glorioso.
Pero sí podemos afirmar que Jesús tuvo durante su vida momentos de particular claridad y
experiencias de profundidad inaudita y de una apertura única al misterio de la creación y la
vida. El recibió como regalo de Dios el conocimiento profético necesario para llevar a
cabo su misión. Como revelador, tuvo un conocimiento totalmente único del misterio de
Dios y de su plan de salvación. Jesús hombre, vivía con Dios en una proximidad y una
amistad insospechadas hasta entonces.
Resumiendo: Cristo en su experiencia terrena tenía dos clases de ciencia: Un saber
adquirido en relación con la cultura de su época, y un conocimiento profético, como don de
Dios, que le capacitaba para cumplir a la perfección su misión de revelador del Padre. El
campo del conocimiento profético estaba delimitado por el de esta misión suya.
2. LA FE DE JESUS
¿Tuvo fe Jesús? A algunos les cuesta admitir que Jesús tuviera fe, porque piensan que él
veía siempre a Dios, como los bienaventurados del cielo. Sin embargo, la respuesta a esta
pregunta nos va a llevar a un conocimiento más profundo del mismo Señor Jesús, y al
mismo tiempo nos va a enseñar el valor de nuestra propia fe.
Vamos a ver cómo Jesús es el auténtico creyente en Dios, que promueve entre los
hombres una nueva fe. Es el hombre total porque ha sido el creyente total.
Aunque en el Nuevo Testamento no se habla expresamente de la fe de Jesús, no hay
duda de que en numerosos pasajes se le atribuye una actitud de fe.
-10-
�Dice la carta a los hebreos: "Corramos con constancia en la competición que se nos
presenta, fijos los ojos en el pionero y consumador de la fe, Jesús" (Heb 12,2). Según este
texto genial, Jesús es presentado como el modelo perfecto de los creyentes, el que ha
llevado la fe a la plenitud de la perfección, experimentándola en su propia vida, en una
situación humanamente muy dura, al tener que elegir entre el gozo y la cruz, pasando por
encima de la ofensa y el desprecio. Jesús es el modelo perfecto de la fe perseverante: él ha
tenido que luchar hasta el final para dar toda su perfección a su actitud de creyente.
Jesús es el primero de los creyentes, "el pionero", en cuanto que los demás hemos de
recorrer su mismo camino en la misma actitud. El recorrió nuestro camino de fe como
modelo y precursor. Y lo recorrió como nosotros en la oscuridad de la tierra; y desde ella
practicó la esperanza y la obediencia en medio de la contradicción y de súplicas y lágrimas.
Pero su hastío y su miedo fueron superados por la fe y transformados en amor. Por eso él
es el primero de los creyentes.
Así como Pablo considera a Cristo como el primero de los resucitados, el hermano mayor
en la gloria, Hebreos lo considera como el primero que ha vivido ya como resucitado en la
historia por haber vivido plenamente la fe.
De este modo, creer en Jesús es fundamentalmente creer en lo que él creyó y esperar la
liberación que él esperó y alcanzó. La fe de Jesús enfrenta al hombre con la realidad "Dios"
en la que creyó y con los dioses oficiales a los que se opuso tenazmente. Por su humanidad
Jesús es el camino para llevar a los hombres a creer en Dios como él creyó y a ser de Dios
como lo fue él.
Cuenta San Marcos que en cierta ocasión en la que los discípulos no habían podido curar
a un niño epiléptico, Jesús protesta diciendo: "¡Gente sin fe! ¿hasta cuándo tendré que
estar con ustedes?, ¿hasta cuándo tendré que soportarlos?". Y ante la petición del padre
que le dice: "Si algo puedes, ten lástima de nosotros", Jesús le replicó: "¡Qué es eso de 'si
puedes'! Todo es posible para el que tiene fe" (Mc 9,19.22-23). Y en seguida curó al niño.
Jesús, pues, fundamenta su "poder" en la fe que le anima. El es el que cree con fe
ilimitada. Por eso puede curar al niño, porque "todo es posible para el que tiene fe". La
fuerza con la que él actúa es la fuerza de Dios, que anida en todo hombre que tiene fe en él.
Fe aparece aquí en el sentido bíblico de confianza en Dios. Y en esta línea es la que
podemos afirmar que Jesús tuvo fe, verdadera fe, la fe plena en el sentido total de la Biblia.
-11-
�En efecto, en los Evangelios sinópticos aparece la fe como confianza absoluta en la
omnipotencia de Dios en situaciones humanamente desesperadas (Mt 9,1-8; Mc 5,21-43;
10,46-52; 7,24-30; Mt 9,27-31; Lc 17,11-19; etc.). Para San Juan la fe es una entrega total
confiada en la persona de Jesús. Según San Pablo la fe está íntimamente ligada a la actitud
de obediencia (Rm 6,16-17; 15,18) y a la confianza (Rm 6,8; 2 Cor 4,18; 1 Tes 4,14). En la
carta a los Hebreos (c.11) la fe es la certeza de una realidad que no se ve, a la que va ligada
la firme confianza en la promesa de Dios y la obediencia fiel del hombre a Dios.
Esta actitud fundamental, que en la Biblia se llama fe, es ciertamente la actitud
fundamental que define lo más íntimo, lo más personal y típico de Jesús. El se entrega
incondicionalmente a su Padre Dios y acepta sus planes en absoluta docilidad, confianza y
abandono, aun en los momentos de mayor obscuridad. Jesús superó siempre toda tentación
de apoyarse en sí mismo o en los demás por medio de su fe-confianza, por su abandono
total en el Padre.
De esta manera Jesús es el jefe de fila, el creador y consumador de nuestra fe. Nuestra
condición de creyentes tiene que estar calcada de la suya. La fe de cualquier persona, como
la de él, se tiene que realizar en la confianza, en el abandono en manos de Dios y muchas
veces en la oscuridad y en la soledad de la cruz.
Creer es lo mismo que aceptar a Jesús, pero no de cualquier manera, sino precisamente
en su actitud de creyente en medio del dolor.
3. BUSQUEDA CONSTANTE DE DIOS Y DE SU REINO
Parece que Jesús no tuvo desde el comienzo una idea del todo clara acerca de la voluntad
de Dios sobre él. No comenzaría sabiéndolo todo sobre Dios. Jesús pasó por un proceso de
"conversión", no como elección entre el bien y el mal, sino como un ir descubriendo cada
vez más cerca a Dios y cada vez más clara su voluntad.
En todo momento tuvo Jesús una actitud muy sincera de búsqueda de Dios. Poco a poco,
desde sus más tiernos años, a partir de una actitud constante de oración, fue
comprendiendo, cada vez más profundamente, quién era Dios para él y qué quería Dios de
él. Desde las raíces culturales de su pueblo, desde la meditación constante del Antiguo
Testamento, desde la observación de la realidad de la vida, iluminadas siempre por una fe
-12-
�sincerísima y profunda, Jesús fue comprendiendo cada vez mejor al Dios de Israel; se fue
haciendo más transparente su actitud de hijo que se siente querido, hijo débil, agradecido y
obediente a "su" Padre.
Toda la vida de Jesús estuvo centrada en Dios como Padre. Hablaremos de ello
largamente en los próximos capítulos.
Intentemos por el momento, ahondar un poco más en su actitud de búsqueda constante
de Dios. Esta búsqueda sincera es expresión profunda de su fe. La perfección histórica de
esa búsqueda de Dios la va consiguiendo Jesús, por contraste, a partir de dos realidades
profundamente humanas: la tentación y la ignorancia.
En los Evangelios sinópticos la escena de las tentaciones está centrada a nivel de la fe en
lo más profundo de la actividad y la personalidad de Jesús: su relación con el Padre y su
misión al servicio del Reino. Sus tentaciones nos dan la clave para comprender la fe de
Jesús en su doble vertiente de confianza en el Padre y obediencia a la misión del Reino: El
poder que controla la historia desde fuera o el poder que se sumerge dentro de la historia;
el poder de disponer sobre los hombres o el poder de entregarse a los hombres. A Jesús se
le presentan las dos posibilidades de afianzar su personalidad concreta a través del
verdadero o el falso mesianismo.
En el huerto, la noche anterior a su muerte, Jesús parece sentir con fuerza la tentación del
uso del poder, pues era lo único que parecía poder salvarle. La agonía del huerto no es sino
la crisis absoluta de la idea del Reino que tuvo Jesús al comienzo de su predicación. Es la
"hora en la que mandan las tinieblas " (Lc 22,53). Y supera la tentación no huyendo del
conflicto, sino metiéndose en él y dejándose afectar por el poder del pecado.
En la pasión, la tentación toca más que nunca a la fe en Dios. Parece que el Dios que se
acerca en gracia ha abandonado a Jesús (Mc 15,34). La fe de Jesús entra en una tentación
radical: quién es ese Dios que se aleja y exige un total abandono en sus manos en medio de
una absoluta obscuridad. Jesús supera la tentación con la misma actitud de siempre: "No se
haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú " (Mc 14,36). Que la fe sea total entrega de sí
mismo y que el amor liberador sea amor en el sufrimiento es una novedad para Jesús,
novedad que acepta al vencer la tentación.
Jesús supera, pues, sus tentaciones históricas y con ello va madurando cada vez más su fe
en el Padre y en el Reino.
-13-
�Unas páginas atrás decíamos que Jesús no lo sabía todo. Pues bien, sus ignorancias se
convierten desde el punto de vista de la fe en componentes de la perfección de esta fe.
A la fe le pertenece dejar a Dios ser Dios. Esto es lo que en el Antiguo Testamento se
conoce como trascendencia o santidad de Dios. En Jesús aparece la absoluta familiaridad
con Dios, su entrega absoluta al Padre, pero siempre en el contexto fundamental de dejar a
Dios ser Dios. Por eso está dispuesto a hacer su voluntad hasta el fin, incluso en la agonía
del huerto. Y por esto también no quiere saber el día de Yavé: es un secreto que le
pertenece a Dios. Jesús respeta la trascendencia de Dios, y de ahí que sus ignorancias no
son ninguna imperfección, sino la expresión de sentirse criatura de Dios, hijo de Dios; son
la expresión de un mesianismo que vive del Padre y no de su propia iniciativa.
La limitación del saber de Jesús es la condición histórica de hacer real la búsqueda y la
entrega al Padre, en igualdad de condiciones y solidaridad con todos los hombres. Sólo así
podía entregar Jesús su persona al futuro del Padre.
La fe de Jesús, o sea, su confianza y obediencia al Padre, para poder expresarse y crecer,
necesitaban de situaciones históricas de conflictividad, de tentaciones y de ignorancias.
Dejar a Dios ser Dios no es cuestión sólo de ideas, sino de actitudes históricas realizadas
dentro de la historia. Por ello en el "no saber" sobre el día de Yavé, Jesús "sabía" del Padre,
precisamente porque le dejaba ser Padre, es decir, el misterio absoluto de la historia.
4. JESUS SE SIENTE ENVIADO DEL PADRE
La actitud que tuvo Jesús desde sus primeros años de continua búsqueda de Dios y
sumisión a él, fue cuajando en una conciencia cada vez más clara de que Dios le había
mandado al mundo con una misión muy especial.
En sus años de predicación pública esta conciencia de enviado se manifiesta de continuo.
"Yo no estoy aquí por decisión propia; no, hay realmente uno que me ha enviado" (Jn
7,28).
El "Enviado" puede ser un nombre muy propio para Jesús. "Esta es la vida eterna,
reconocerte a ti como único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesús" (Jn 17,3). "Tú me
enviaste al mundo", dice Jesús al Padre (Jn 17,18).
-14-
�Los discípulos lo reconocen en el momento en que llegan a saber que él fue enviado:
"Estos reconocieron que tú me enviaste" (Jn 17,25). Y el testimonio de su predicación y su
unión será "para que el mundo crea que tú me enviaste" (Jn 17,21).
Refiriéndose al Padre, Jesús casi siempre dice: "el Padre que me envió" (Jn 5,23.37).
Otras veces no cita el nombre del Padre, sino simplemente dice: "el que me envió" (Jn
5,14.30; 6,38.39), o "su enviado" (Jn 5,38; 6,29).
Jesús no es simplemente un mensajero del Padre que trae un mensaje de parte de él: Jesús
mismo es el mensaje. El Padre no decidió enviar regalos a los hombres por medio de Jesús:
envía a su propio Hijo.
Jesús se identifica plenamente con su misión. No pretende ser nada en sí mismo. Toda su
realidad consiste en desempeñar la función de intermediario, transmisor, comunicación
entre el Padre y el mundo. El es en su totalidad, contacto, mediación, canal por el cual Dios
se comunica con el mundo. Por él pasa el movimiento de comunicación. Jamás se encierra
en sí mismo: es apertura al Padre y apertura al mundo. No tiene otra personalidad que el
servicio del Padre y de los hermanos: ponerlos a los dos en contacto. Este es su modo de
ser "misionero".
Jesús no tiene vida privada, no se concentra en sí mismo: siempre habla o escucha. O
habla con los hombres sobre Dios o habla con Dios sobre los hombres; o escucha la voz de
Dios en el mundo o escucha lo que dice Dios sobre el mundo.
Jesús es aquel que oye y ve, aquel que vive recibiendo y dando. Todo lo que tiene es
recibido. "Las palabras que tú me diste, yo se las entregué a ellos" (Jn 17,8). El recuerda a
sus discípulos: "Les he comunicado todo lo que le he oído a mi Padre" (Jn 15.15). "Yo no
he hablado en nombre mío; no, el Padre que me envió me ha encargado él mismo lo que
tenía que decir y que hablar... Por eso, lo que yo hable, lo hablo tal y como me lo ha dicho
el Padre" (Jn 12,49-50).
Jesús es todo lo contrario a un ser egoísta, encerrado en sí mismo. "Yo no puedo hacer
nada de por mí; yo juzgo como me dice el Padre" (Jn 5,30). "Un hijo no puede hacer nada
de por sí; primero tiene que vérselo hacer a su padre. Lo que el Padre haga, eso lo hace
también el hijo" (Jn 5,19). Su punto de referencia, su eje, siempre es el Padre.
La palabra de Jesús está dotada de una autoridad radical, justamente porque no procede de
él, sino del Padre. Su ser misionero es la transparencia de la autoridad del Padre, la
-15-
�transmisión al mundo de la autoridad, de la fuerza, del amor del Padre. Jesús no tiene nada
en sí, pero por él pasa todo.
La sumisión total de Jesús al Padre no es algo pasivo o cuadriculado. El encuentra en la
Biblia las instrucciones y las órdenes de Dios, pero sabe ir más allá de la letra de las
Escrituras. El sabe interpretar el espíritu de los textos bíblicos, nunca por insubordinación,
sino por una subordinación mayor al Espíritu de Dios. Su obediencia es activa y creadora.
El encarna en su vida las líneas maestras del plan de su Padre Dios. Va descubriendo qué
caminar concreto es la tradición más fiel del ideal trazado en la Biblia.
5. AL PADRE LO CONOCE SOLO EL HIJO
Jesús se sintió enviado del Padre, y en esta su experiencia de hijo, fue conociendo cada
vez más perfectamente a "su" Padre Dios. En ese sentirse amado y enviado, recibe el
conocimiento de Dios. Se trata de un conocimiento vivido en el movimiento de su propia
misión de hijo.
Dice el mismo Jesús: "Mi Padre me lo ha enseñado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre
y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11,27).
Es como si dijera: lo mismo que un padre es el único que conoce de veras a su hijo,
también el hijo es el único que conoce de veras a su padre. "Igual que mi Padre me conoce,
yo conozco también al Padre" (Jn 10,15). Puesto que sólo un hijo conoce de veras a su
padre, es él el único capaz de transmitir a otros ese conocimiento.
En San Juan hay otra afirmación de Jesús muy parecida: "Pues sí, se lo aseguro: un hijo
no puede hacer nada de por sí, primero tiene que vérselo hacer a su padre. Lo que el
padre haga, eso lo hace también el hijo, porque el padre quiere a su hijo y le enseña todo
lo que él hace" (Jn 5,19-20). Jesús quiere decir, con una comparación familiar, que Dios le
ha dado el conocimiento de sí mismo, y por eso él es el único que puede comunicar a los
demás el verdadero conocimiento de Dios.
Estas afirmaciones de Jesús son de suma importancia para entender su misión y su fe. Esta
conciencia de ser el enviado del Padre, aquel que de una forma única recibe y transmite el
conocimiento de Dios, la encontramos también en otros muchos pasajes del Evangelio (Mc
4,11; Mt 11,25; Lc 10,23-24; Mt 5,17; Lc 15,1-32).
-16-
�¿Cuándo y dónde ha recibido Jesús esta revelación, en la que Dios le ha concedido el
conocimiento pleno de sí mismo, lo mismo que cuando un padre se da a conocer a su hijo?
Los Evangelios no lo dicen, pero quizás fue en alguna experiencia concreta sucedida en
algún acontecimiento especial. Así parecen sugerirlo algunos textos.
En este hecho de que Dios le ha abierto su propia intimidad, lo mismo que un padre a su
hijo, se apoya precisamente la autoridad y el poder de Jesús.
Apoyados en este conocimiento de Dios que tiene Jesús, adentrémonos, a través de los
próximos capítulos, a conocer también nosotros, siquiera un poco, la realidad del Dios de
Jesús.
Bibliografía
1. JOSE IGNACIO GONZALEZ FAUS, la Humanidad Nueva II, Razón y Fe, Madrid
1979, pgs. 598-603: El problema de la Ciencia de Cristo.
KARL RAHNER, Curso Fundamental sobre la Fe, Herder, Barcelona 1979, pgs. 294-300:
La autoconciencia fundamental del Jesús prepascual.
CHRISTIAN DUQUOC, Cristología, Sígueme, Salamanca 1978, pgs. 226-244: Problemas
de la ciencia y de la conciencia de Jesús.
JON SOBRINO, Cristología desde América Latina, CRT, México 1976, pgs. 290-294: La
conciencia de Jesús.
LEONARDO BOFF, Pasión de Cristo, Pasión del Mundo, Sal Terrae, Santander 1980, pgs.
110-118: Indicios de una toma de conciencia progresiva.
ANTONIO SALAS, Biblia y Catequesis III, Biblia y Fe, Madrid 1982, pgs. 384-405: Jesús
ante sí mismo.
JOSE MARIA CASTILLO, El Discernimiento Cristiano, Sígueme, Salamanca 1984, pgs.
127-131: Un Jesús plenamente humano.
ALBERT NOLAN, ¿Quién es este Hombre?, Sal Terrae, Santander 1981, pgs. 203-204.
-17-
�BRUNO FORTE, Jesús de Nazaret, Paulinas, Madrid 1983, pgs. 192-211: La conciencia
que tiene Jesús de su historia.
2. J. M. CASTILLO, Oración y Existencia Cristiana, Sígueme, Salamanca 1983, pgs.
119-133: La Fe de Jesús.
JOSE RAMON GUERRERO, El Otro Jesús, Sígueme, Salamanca 1978, pgs. 163-168: La
fe de Jesús; 315-316.
J. SOBRINO, Cristología desde América Latina, pgs. 88-91: La expresión "fe de Jesús" en
el NT.
J. GALOT, La Conciencia de Jesús, Mensajero, Bilbao 1977.
CLAUDE TRESMONTANT, La Doctrina de Yeshúa de
Nazaret, Herder, Barcelona 1973, pgs. 203-218: La fe.
3. J. SOBRINO, Cristología... pgs. 95-102: La condición humana de la fe de Jesús.
J. M. CASTILLO, El Discernimiento..., pgs. 137-141: El discernimiento de Jesús.
B. FORTE, Jesús de Nazaret, pgs. 222-227: La opción fundamental de Jesús.
4. JOSE COMBLIN, El Enviado del Padre, Sal Terrae, Santander 1977, pgs. 9-22: Que el
mundo crea que tú me enviaste.
J. COMBLIN, Jesús de Nazaret, Santander 1977, pgs. 69-71: El Hijo.
5. JOACHIM JEREMIAS, Abbá, El Mensaje central del Nuevo Testamento, Sígueme,
Salamanca 1983, pgs. 59-62.
J. SOBRINO, Jesús en América Latina, Sal Terrae, Santander 1982, pgs. 158-162.
-18-
�2
Jesús siente a Dios como Abbá
querido
Para entender el mensaje y la práctica de Jesús es necesario partir de una singular vivencia
de Dios.
1. UNA NUEVA EXPERIENCIA DE DIOS
Como acabamos de ver, Jesús hereda toda la rica tradición de la fe de Israel. Para el
judaísmo antiguo, Dios es ante todo el Señor, el que siempre está por encima de nosotros,
el Todopoderoso. Para Israel, Yavé es el único y verdadero Dios. Jesús tiene fe en todo
ello. El es un verdadero israelita. Pero su fe se adentra de tal modo en el ser de Dios que
toma características totalmente nuevas. Aceptando la fe israelita, Jesús muestra una imagen
de Dios mucho más clara y concisa.
El respeto a Dios como Señor absoluto es un elemento esencial en la predicación de Jesús,
pero no es su centro. Para él Dios es ante todo Padre.
Ya en el Antiguo Testamento se habla de Dios como Padre, pero con Jesús esta paternidad
-19-
�recibe acentos nuevos. La experiencia de Jesús ante Dios es totalmente original. Cuando
Jesús habla de Dios quedan superadas todas las creencias del Antiguo Testamento.
La vida de Jesús, sus actitudes, sus amistades, sus compromisos, todo en él se halla
animado de tal manera por la realidad "Dios", que adquieren un estilo y originalidad que
resultan sorprendentes para los que tratan con él: "¿quién es éste?" (Lc 8,25). Es imposible
comprender a Jesús y su mensaje sin conocer al Dios en el que creyó y del que se dejó
penetrar hasta las últimas consecuencias.
Para Jesús lo principal no es la palabra "Dios", sino los hechos que hacen presente al
hombre la realidad "Dios". El nunca se enreda en "palabrerías" teológicas, ni en oraciones
vacías de sentido (Mt 6,5-8). Jesús nunca se sirvió de teorías sobre "Dios" para adoctrinar a
sus oyentes, sino que se refería a él en situaciones concretas, buscando siempre descubrir
los signos de su presencia en el mundo.
No enseñó ninguna doctrina nueva sobre la paternidad de Dios. Lo original en él es que
invoca a Dios como Padre en circunstancias nuevas. Lo que hay de nuevo en el caso de
Jesús es que invoca a Dios como Padre metido en medio de una acción liberadora. El
designa a Dios como el que rompe toda opresión, incluso la opresión religiosa: actuando él
de este modo proféticamente, como destructor de toda opresión, es como se atreve a
llamarlo Padre.
Porque siente así a Dios como padre, Jesús deja de cumplir ciertas normas de la ley,
contrarias a ese proceso de liberación humana en el que él ve la presencia bondadosa del
Padre.
Por ello su original experiencia de Dios le lleva a un enfrentamiento con los adoradores
del Dios oficial. Para los escribas y fariseos Jesús era un blasfemo porque cuestionaba el
Dios del culto, del templo y de la ley.
Jesús no ve a Dios encerrado dentro del templo, o sometido al cumplimiento exacto de los
ritos del culto, o midiendo el cumplimiento detallado de todas las normas de las
complicadas leyes judías. El abre nuevas ventanas, nuevos horizontes por los cuales
descubrir la presencia de Dios.
El no anuncia al Dios oficial de los fariseos (parábola del fariseo y del publicano), ni al
Dios de los sacerdotes del templo (parábola del buen samaritano), sino a un Dios que es
cercano y familiar, al que se puede acudir con la confianza de un niño. Es el Dios que nos
-20-
�sale al encuentro en todo lo que sea amor verdadero, fraternidad. El Dios que busca al
pecador hasta dar con él. El Dios que prefiere estar entre los marginados de este mundo, y
rechaza a los que ocupan los primeros puestos en esta vida. Jesús ofrece un Dios sin los
intermediarios de la ley, el culto, las normas, los sacerdotes, el templo...
El Dios de Jesús es un Dios-Loco para los representantes del Dios oficial. Jesús sustituye
la fidelidad al Dios de la ley por la fidelidad al Dios del encuentro, la liberación y el
amor.
Siente profundamente a Dios como padre de infinita bondad y amor para con todos los
hombres, especialmente para con los ingratos y malos, los desanimados y perdidos. Ya no
se trata del Dios de la ley que hace distinción entre buenos y malos: es el Dios siempre
bueno que sabe amar y perdonar, que corre detrás de la oveja descarriada, que espera
ansioso la venida del hijo difícil y lo acoge en el calor del hogar familiar. El Dios que se
alegra más con la conversión de un pecador que con noventa y nueve justos que no tienen
necesidad de convertirse.
Toda la vida de Jesús se apoya en esta nueva experiencia de Dios. El se siente tan amado
de Dios, que ama como Dios ama, indistintamente a todos, hasta a los enemigos. El se
siente de tal manera aceptado por Dios, que acepta y perdona a todos.
Jesús encarna el amor y el perdón del Padre, siendo él mismo bueno y misericordioso para
con todos, particularmente para con los desechados religiosamente y desacreditados
socialmente. Así concreta él el amor del Padre dentro de su vida.
2. ACTITUD FILIAL DE JESUS ANTE DIOS
La experiencia que Jesús tiene de Dios se concreta en el nuevo sentido que da a su
relación con "su" padre. La actitud filial de Jesús ante Dios Padre es fundamental. Es una
relación única, no compartida en su profundidad por ningún otro hombre.
Jesús siente en su vida la presencia amorosa de Dios y la comunica llamándole "Padre".
Siente que a "su" Padre le debe afecto y obediencia. Que lo que es del Padre es también
suyo. Que el Padre le va entregando, sobre todo, su enseñanza.
Cumplir la voluntad del Padre se convierte en el núcleo central de la vida de Jesús. Su
-21-
�Padre le ha dado una misión, y él tiene que llevarla a cabo. Jesús se siente hijo de Dios
metiéndose en la marcha de la historia, allá donde él ve que está presente la acción de su
Padre. Se siente hijo ocupándose de lleno en la construcción del Reinado de su Padre. Ve
que la soberanía liberadora de Dios debe realizarse ya en la historia, tal como él mismo lo
experimenta en su propia vida.
Jesús tiene una vivencia muy especial de Dios como Padre que se preocupa de dar un
futuro a sus hijos; vivencia de un Dios Padre que da esperanza al que humanamente tiene
ya todas las puertas cerradas.
Predica la esperanza al mundo a partir de su experiencia de Dios como Padre; un padre
que abre un futuro de esperanza a la humanidad; un padre que se opone a todo lo que es
malo y doloroso para el hombre; un padre que quiere liberar a la historia del dolor humano.
Su experiencia de la paternidad divina es una vivencia de Dios como potencia que libera y
ama al hombre.
Jesús durante su vida terrena invitó incesantemente de palabra y de obra, a creer en este
Dios, para el que "todo es posible" (Mc 10,27). Basado en la experiencia de su Padre
presenta y ofrece a los hombres una esperanza segura.
Si prescindimos de la vivencia que Jesús tiene del Padre Dios, su imagen histórica
quedaría mutilada, su mensaje debilitado y su práctica concreta privada del sentido que él
mismo le dio.
3. PARA JESUS DIOS ES ABBA
En tiempo de Jesús se había oscurecido bastante la imagen de Dios. La gente no se atrevía
a pronunciar su nombre. Dios era "el Innombrable". Los contemporáneos de Jesús se
dirigían normalmente a Dios en tono solemne, acentuando siempre la distancia entre él y
los hombres.
Como acabamos de ver, Jesús supera y clarifica definitivamente la imagen de Dios. Esta
superación alcanza su máximo punto en el hecho de que Jesús se dirige a Dios llamándole
"Abbá".
En su oración, Jesús no llama "Dios" a aquel a quien se dirige, a no ser que citara palabras
-22-
�textuales del Antiguo Testamento, como en Mc 15,34. El siempre llama a Dios como
Padre. Y, según parece, lo hacía usando la palabra aramea "abbá".
Algunas veces en el Antiguo Testamento aparece la palabra "Padre" referida a Dios. Pero
muy pocas veces. Y cuando los judíos la usaron, fue siempre en un clima de sumo respeto
y majestad, añadiéndole títulos divinos ostentosos.
Además, en estos casos, cuando a Dios se le llamaba Padre, se referían siempre a la
paternidad divina sobre todo el pueblo de Israel (Jer 31,9; Is 63,16). Pero no tenemos
pruebas de la invocación a Dios como Padre de ninguna persona en concreto.
De ahí que la originalidad de la costumbre de Jesús es doble: Es la primera vez que
encontramos una invocación al Padre hecha por una persona concreta en el ambiente
palestino, y es también la primera vez que un judío al dirigirse a Dios lo invoca con el
nombre de "Abbá". Este es un hecho de suma importancia. Mientras que en las oraciones
judías no se nombra ni una sola vez a Dios con el nombre de Abbá, Jesús lo llamó siempre
así.
Abbá era la palabra familiar que los niños judíos empleaban para dirigirse a sus padres.
Más o menos corresponde al "papito" castellano o al "yaya" quichua.
Invocar a Dios como Abbá constituye una de las características más seguras del Jesús
histórico. Abbá pertenece al lenguaje infantil y doméstico, un diminutivo de cariño,
utilizado también por los adultos con sus padres o con los ancianos respetables. A nadie se
le podía ocurrir usar con Dios esta expresión familiar; sería como una falta de respeto a
Yavé. Y sin embargo, Jesús, en las oraciones llegadas hasta nosotros, se dirige siempre a
Dios con esta invocación: Papito querido (Abbá). Nada menos que 170 veces ponen los
Evangelios esta expresión en labios de Jesús.
La palabra "Abbá", así, en arameo, sólo aparece en los Evangelios en Marcos 14,36. Pero
según los estudiosos creen, siempre que los evangelistas ponen en griego en labios de Jesús
la palabra griega "pater", no están sino traduciendo la palabra aramea "abbá", pues está
demostrado que esa era la costumbre constante de Jesús.
El Nuevo Testamento conserva la palabra aramea (abbá) para subrayar el hecho insólito
del atrevimiento de Jesús (Rm 8,15; Gál 4,6-7). La familiaridad de Jesús con su Padre
quedó tan grabada en el corazón de los discípulos, que la invocación "Abbá" se extendió
rápidamente en el cristianismo primitivo. Los primeros cristianos adoptaron ellos mismos
-23-
�esta forma de orar de Jesús.
Abbá encierra el secreto de la relación íntima de Jesús con su Dios y de su misión en
nombre de Dios. Jesús se dirigía a Dios como una criaturita a su padre, con la misma
sencillez íntima, con el mismo abandono confiado.
Evidentemente Jesús conoce también los otros nombres dados a Dios por la tradición de
su pueblo. No le asusta la seriedad, como muy bien puede verse en muchas de sus
parábolas, donde Dios aparece como rey, señor, juez, vengador...; pero manteniéndose
siempre bajo el gran arco iris de la inconmensurable bondad y ternura de Dios como
Padre querido. Todos los demás nombres se le aplican a Dios. Abbá es su nombre propio.
A los contemporáneos de Jesús les resultaría inconcebible dirigirse a Dios con esta
palabra tan popular, tan familiar. Era para ellos algo irrespetuoso. El que Jesús se atreviera
a dar este paso, hiriendo la sensibilidad de su ambiente, significa algo nuevo e inaudito. El
habló a Dios como un niño con su padre, con la misma sencillez, el mismo cariño, la
misma seguridad, lleno de confianza, y al mismo tiempo de respeto y obediencia. Cuando
Jesús llama a Dios Abbá nos revela el corazón de su relación con él; sus anhelos más
íntimos. Esta invocación expresa el meollo mismo de la relación de Jesús con Dios. El uso
de esta palabra es la mejor prueba de la total familiaridad de Jesús con Dios.
La invocación "Abbá" tiene, pues, un valor primordial, que ilumina toda la vida de Jesús.
Todo en él es consecuencia de esta actitud de fe. Esta palabra resume también todo lo que
Jesús quería decir.
Veamos algunos casos concretos en los que se manifiesta el gozo y la confianza que Jesús
deposita en su Padre.
Digna es de destacar la escena en la que Jesús "con la alegría del Espíritu Santo",
bendice al Padre porque se ha "revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, Bendito seas, por
haberte parecido eso bien" (Lc 10,21).
Otra escena que mueve a Jesús a decir "Abbá" es la acción de gracias por la resurrección
de Lázaro, milagro debido a su súplica: "Gracias, Padre, por haberme escuchado. Yo sé
que siempre me escuchas" (Jn 11,42).
Llenos de confianza están los ruegos de la oración sacerdotal, la noche de su prisión:
"Padre, ha llegado la hora... Ahora, Padre, glorifícame tú a tu lado... Yo voy a reunirme
contigo. Padre santo, protege tú mismo a los que me has confiado... Que sean todos uno,
-24-
�como Tú, Padre, estás conmigo y yo contigo... Padre, tú me los confiaste; quiero que...
contemplen esa gloria mía que tú me has dado... Padre justo..., yo te conocí, y también
éstos conocieron que tú me enviaste... Que el amor que tú me has tenido esté con ellos" (Jn
17,1.5.11.21.24-26).
Especial mención merece la oración del huerto; la cuentan todos los evangelistas (Mt
26,39.42; Lc 22,42; Jn 12,27-29). Marcos se siente obligado a mantener en su escrito la
misma palabra aramea usada por Jesús: "¡Abbá! ¡Padre!: todo es posible para ti, aparta de
mí este trago, pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú" (14,36). En este
momento la confianza de Jesús en su Padre llega a su cumbre. Aquí no hay nada de un
optimismo ideologizado. En esta hora dramática, el Padre es el supremo y definitivo
refugio de Jesús: llamarle "Abbá" en medio de la amargura de su angustia es algo
verdaderamente inaudito y audaz. Jesús se atreve a pedirle verse libre del trance de la
pasión, a pesar de haber visto antes que estos sufrimientos eran parte integrante del plan
divino (Mt 16,21; Mc 8,31; Lc 9,22; 17,25). Afirma su sumisión a la voluntad del Padre,
pero dando muestras de que él desearía verse libre del dolor. Esta audacia, que consiste en
pedir que el Padre cambie su plan, se basa en su inmensa confianza en él. Jesús tiene tanta
familiaridad con Dios que aun en la angustia y en el peligro permanece al mismo nivel. Le
pide que cambie sus planes; pero acepta la negación de su petición, sin perder por ello su
actitud de confianza.
Ya en el suplicio sabe pedir con sinceridad el perdón de sus verdugos: "Padre,
perdónalos, que no saben lo que hacen" (Lc 23,34). Y encomienda su espíritu en manos de
su Abbá (Lc 23,46), pero no por ello sin dejar de preguntarle las causas de su aparente
abandono (Mc 15,34).
En los capítulos siguientes seguiremos profundizando en la visión que tuvo Jesús sobre su
Padre Dios.
Bibliografía
1. L. BOFF, Teología desde el Cautiverio, Indo-American, Bogotá 1975, pgs. 162-163: La
experiencia del Padre de bondad.
J. JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento, Salamanca 1980, pgs. 211-212.
-25-
�J. R. GUERRERO, El Otro Jesús, pgs. 169-170: El Dios de Jesús.
C. DUQUOC, Dios Diferente, Sígueme, Salamanca 1978, pg. 50.
PEDRO TRIGO, Salmos del Dios enteramente Bueno, Gumilla, Caracas 1983.
2..J. R. GUERRERO, El Otro Jesús, pgs. 176-177: El Dios de Jesús es Padre.
EDWUARD SCHILLEBEECKX, Jesús la Historia de un Viviente, Cristiandad, Madrid
1983, pgs. 235-244: La experiencia de Dios en Jesús.
MONTSERRAT CAMPS I GASET, El Dios de Jesucristo, Barcelona 1980, pg. 41: La
relación filial de Jesús con el Padre.
J. SOBRINO, La Oración de Jesús y del Cristiano, Paulinas, Bogotá 1981, pg. 44: Dios es
amor y es Padre.
NUEVO DICCIONARIO DE TEOLOGIA, Cristiandad, Madrid 1982, pgs. 812-814:
Rostro filial de la persona de Jesús.
3. J. JEREMIAS, Abbá, pgs. 62-70: La invocación de Dios como Padre en las oraciones de
Jesús.
- Teología del NT., pgs. 80-87: Abbá como invocación para dirigirse a Dios.
L. BOFF, El Padre Nuestro, Paulinas, Madrid 1982, pgs. 41-42: La originalidad de la
experiencia de Jesús.
J. GALOT, La Conciencia de Jesús, Mensajero, Bilbao 1977, pgs. 97-105: Valor del
vocablo "Abbá".
JOSEPH DONDERS, Jesús el Ignorado, Lohlé, Buenos Aires 1982, pgs. 39-43: Abbá y
amén.
JUSTO ASIAN, Hemos creído en el Amor, Lohlé, Buenos Aires 1981, pgs. 25-27: El
Padre ama a su Hijo.
SANTOS SABUGAL, El Padrenuestro en la Interpretación Catequética Antigua y
Moderna, Sígueme, Salamanca 1982, pgs. 57-118: Padre nuestro que estás en los cielos.
NUEVO DICCIONARIO DE TEOLOGIA, pgs. 1.258-1.261 Dios Padre en el Evangelio
del Reino.
-26-
�ERMANNO ANCILLI, Diccionario de Espiritualidad, Herder, Barcelona 1983, pgs.
18-21: Abbá.
WOLFHART PANNENBERG, Fundamentos de Cristología, Sígueme, Salamanca 1974,
pgs. 284-288: La bondad paternal de Dios.
-27-
�3
Jesús es imagen de la bondad del
Padre
1. EL QUE ME CONOCE A MI, CONOCE AL PADRE
"A Dios nadie lo ha visto jamás" (Jn 1,18). Dios en sí es "invisible" (1 Tim 1,17). Pero
para nosotros, sus criaturas, en un cierto modo, "lo invisible de Dios... resulta visible a
través de sus obras" (Rm 1,20).
Desde que el mundo es mundo Dios se da a conocer a través de la creación. Además Dios
se manifiesta también en los acontecimientos que ocurren a través de la historia en medio
de los hombres. Y precisamente el acontecimiento más significativo de la historia humana
es el paso de Jesús de Nazaret por los caminos de Palestina. Sabemos por la fe que este
hombre Jesús es Dios. Ello no quiere decir que él tuviera una apariencia de Dios. Pero en él
la divinidad ha manifestado plenamente su presencia a través de signos humanos.
En Jesús, Dios en cuanto tal no se hizo visible. Sin embargo, mostró el único camino que
nos puede llevar con seguridad a él. El mensaje de Jesús consiste en afirmar que nada se
adelanta en querer conocer a Dios en sí mismo, directamente. La única manera de saber
algo con respecto de él, es a través de Jesús. Quien está en el camino de los discípulos
-28-
�aprende a conocer a Dios.
Quien ve y contempla con ojos limpios a Jesús, entenderá todo lo que se puede entender
de Dios en este mundo. "El es imagen de Dios invisible" (Col 1,15); el único que con toda
verdad puede darlo a conocer (Jn 1,18).
La atrevida petición de Felipe: "Señor, preséntanos al Padre; con eso nos basta" (Jn
14,8), expresa la más profunda aspiración de la humanidad en busca de Dios. Y la
respuesta de Jesús asegura que esta aspiración ya puede ser colmada: "Quien me ve a mí,
está viendo al Padre" (Jn 14,9). Este es el único "camino" para poder conocer y llegar a
Dios. Esta es la "verdad" de Jesús: "Nadie se acerca al Padre sino por mí; si ustedes me
conocen a mí, conocerán también a mi Padre" (Jn 14,7). Esta es justamente la "vida" que
él viene a darnos. El hombre Jesús es la imagen pura y fiel del Dios invisible. Toda su
existencia humana tiende a hacer ver al Padre.
En Jesús se da a los hombres la manifestación plena e irrepetible de Dios. Si todo
hombre es imagen de Dios, Jesús es de modo único la imagen de Dios. Por su medio Dios
se ha hecho presente entre nosotros de un modo nuevo y único.
Jesús no es un hombre en quien se da una presencia de Dios distinta a él, como si
estuviese poseído por Dios, sino que el mismo hombre Jesús es la presencia y revelación de
Dios. En todas sus palabras y acciones tomamos conciencia de lo que Dios es para
nosotros: amor y perdón, denuncia y exigencia, donación y presencia, elección y envío,
compromiso y fuerza.
2. JESUCRISTO, SACRAMENTO DEL ENCUENTRO CON DIOS
Cristo es considerado con todo derecho como el sacramento primero de Dios, pues él es
Dios de una manera humana y es hombre de una manera divina. Ver a Jesús es ver a Dios;
oír y palpar a Jesús es oír y palpar a Dios (1 Jn 1,1); experimentar a Jesús es experimentar a
Dios mismo. Por eso Jesús puede ser considerado verdaderamente como el sacramento por
excelencia, puesto que él es la realidad única que puede expresar con verdad lo que es Dios
y porque sólo él puede asumir totalmente lo que en el hombre hay o puede haber de
experiencia de Dios.
-29-
�En Jesús de Nazaret muerto y resucitado, Dios y el hombre se encuentran en unidad
profunda, sin división y sin confusión: por el hombre-Jesús se va a Dios y por el
Dios-Jesús se va al hombre; Jesucristo es el camino.
Jesús es el sacramento vivo de Dios, que contiene, significa y comunica el amor de Dios
para con todos. Sus gestos, sus acciones, sus palabras, son sacramentos que concretizan el
misterio de la divinidad. Jesús hace visible a Dios a través de su inagotable capacidad de
amor, su renuncia a toda voluntad de poder y de venganza, su identificación con todos los
marginados del orden de este mundo.
El hombre Jesús es además el sacramento original porque fue destinado por Dios a ser el
único camino por el que el hombre puede llegar a la realidad sorprendente de la salvación.
"Porque no hay más que un Dios y no hay más que un mediador entre Dios y los hombres,
un hombre, el Mesías Jesús" (1 Tim 2,5). Si los sacramentos son camino y encuentro de los
hombres con Dios, es lógico concluir que Cristo, el Hijo de Dios, es el sacramento original,
la fuente, la raíz misma de todo sacramento. Y cada sacramento tiene que ser revelación de
Dios, el Dios que se nos ha revelado en Jesús. Por consiguiente, la celebración de un
sacramento tiene que ser siempre manifestación de la presencia y la cercanía de Jesús a los
hombres, porque sólo a través de él sabemos quién es Dios y cómo es Dios.
En Jesús se nos ha comunicado de tal manera la presencia amorosa y perdonadora de
Dios, que hemos experimentado en él de una manera nueva y definitiva la concreta
cercanía de Dios.
3. UN CORAZON BONDADOSO Y COMPASIVO
Poco a poco Dios se fue mostrando a los hombres a lo largo del Antiguo Testamento. La
experiencia humana de ese Dios tuvo tres aspectos sucesivos:
a) Dios es un poder y una fuerza que está presente en el hombre, a la par que es Señor de
todas las cosas (el Dios de los patriarcas). b) Su presencia y cercanía interpela
continuamente al hombre en su existencia (Yavé). c) Su conocimiento tiene lugar en la
práctica del derecho y de la justicia, en especial con el hombre marginado (Dios de los
profetas).
-30-
�¿Aporta algo nuevo Jesús de Nazaret al enriquecimiento de esta experiencia de Dios? Sí.
En Jesucristo el Dios de Israel se reveló como Dios de todos los hombres, como Dios que
ante todo sabe amar y perdonar; se manifiesta en todo acto de amor y perdón: el Dios que
es Padre.
Jesús experimenta en su vida la cercanía de ese amor de Dios y lo comunica con toda
sencillez. El no multiplica sus palabras e ideas sobre Dios, sino que lo vive y lo da a
conocer con sus actitudes concretas de amor y de perdón. Su experiencia es un continuo
permanecer en el amor del Padre (Jn 15,10). Jesús recibe del Padre una participación plena
de su vida, de su conocimiento y de sus obras (Jn 1,18; 5,19-20).
El se convierte en el portador del amor y perdón de Dios a todos los hombres. El hombre
Jesús es la presencia amorosa y perdonadora de Dios en medio de nosotros. En su obrar
podemos experimentar la concreta cercanía de Dios; por su medio el amor radical de Dios
se modeló humanamente.
Con Jesús de Nazaret "se hizo visible la bondad de Dios y su amor por los hombres" (Tit
3,4). El mostró con su vida que Dios es ternura y solidaridad para con todos.
Entre los rasgos más característicos de Jesús está su compasión para con las miserias
humanas. Al hacerse semejante a los hombres, como ya vimos en el capítulo primero, él se
solidariza con sus debilidades. Los numerosos milagros de Jesús son resultado de una
compasión que tiende a aliviar eficazmente los sufrimientos, reflejo de una actitud de
compasión del Padre hacia los sufrimientos humanos. Son expresión de un amor que se
acerca lo más que puede a los seres queridos, y desea participar en sus sufrimientos y
remediarlos.
El Dios que se revela en Jesús es un Dios que se conmueve con la miseria de los hombres.
La imagen inolvidable del Padre que nos ha dejado Jesús en la parábola del hijo pródigo
lleva consigo este rasgo: con la vista de su hijo que vuelve a casa, el padre siente que se le
enternecen las entrañas y que se apodera de él la compasión (Lc 15,20).
El Dios de Jesús no es insensible ante los dolores humanos. El ha querido libremente ser
en realidad misericordioso y compasivo. Dios, por amor, participa del sufrimiento humano,
sin perder nada por ello de su dignidad divina. Todo lo contrario. La enseñanza insistente
de Jesús sobre la compasión divina hacia los hombres muestra que, en su omnipotencia,
Dios tiene poder para exponerse libremente por amor a experimentar en sí un eco vivo del
-31-
�sufrimiento del otro. ¿Por qué motivo podríamos negarle este poder, estando como está en
la línea del amor más grande y puro? Hablaremos más largamente de ello en el capítulo
noveno.
Veamos algunos ejemplos de cómo Jesús sentía en su corazón las necesidades ajenas, y
veámoslos sin perder la visión de que su comportamiento es reflejo del proceder del Padre.
Jesús se siente conmovido ante el entierro del hijo único de una viuda, y se acerca a
consolarla de una manera muy eficaz (Lc 7,12-15).
Se compadece de los ciegos (Mt 20,34). Le duele el hambre de los que le seguían por los
caminos (Mt 15,32), o el desamparo en que vivían: "Viendo al gentío, tuvo compasión de
ellos, porque andaban fatigados y decaídos como ovejas sin pastor" (Mt 9,36).
Le llegan al alma las muchas enfermedades de su pueblo. "Vio Jesús mucha gente, tuvo
compasión de ellos y se puso a curar a los enfermos" (Mt 14,14).
Siente profundamente el dolor de los amigos, hasta derramar lágrimas, como en el caso de
la muerte de Lázaro: "Al ver llorar a María y a los judíos que la acompañaban, Jesús se
conmovió hasta el alma... Se echó a llorar... Y conmovido interiormente, se acercó al
sepulcro" (Jn 11,33.35.38).
Lloró también ante el porvenir obscuro y la ruina de su patria: "Al ver la ciudad, le dijo
llorando: ¡Si también tú comprendieras en este día lo que lleva a la paz! Pero no, no
tienes ojos para verlo" (Lc 19,41-42).
Se siente entristecido por los pueblos de Galilea que no aceptan la salvación que él les
ofrece (Mt 11,20-24).
Jesús tiene un corazón sensible a todo dolor humano. Ante la miseria de sus hermanos no
se hacía el fuerte, como si fuera alguien superior, a quien no llegan las pequeñeces diarias
de los humanos. El nunca se presenta haciendo gala de superioridad ni humillando con su
postura a nadie. Conoce y penetra con simpatía todos los corazones, especialmente los que
sufren, los que se sienten pequeños o fracasados en la vida. Su corazón siempre tiende a
mirar la mejor parte, a disculpar, a perdonar, a compartir. Mientras otros encuentran
razones para condenar, él las encuentra para salvar.
Por eso todos los que sufren se sienten acogidos por él y las multitudes se le acercan
confiadas. Los pobres, los niños, los pecadores ven en él un amigo que les entiende.
-32-
�¡En verdad que en este hombre se manifestó la bondad y la compasión de nuestro Dios!.
4. SERVIDOR DE TODOS
Veamos algunos aspectos más concretos de la imagen de amor divino que nos ha dejado
Jesús.
Fijémonos en primer lugar en su espíritu de servicio.
Jesús es el hombre-de-Dios constituido en el "Hombre-para-los-demás" por la fuerza y el
poder de Dios que habita en él de un modo nuevo.
Parece claro que Jesús experimenta la convicción de que vivir es vivir para los otros,
servir a otros. De esta manera corresponde a la realidad de su noción de Dios. Este servicio
histórico a los otros aparece a lo largo de todos los Evangelios y está resumido en la frase
"pasó haciendo el bien".
La vida de Jesús nunca está centrada en sí mismo, sino en su Padre. Y justamente su
vivencia del Padre Dios es la que le convierte en servidor incondicional de los hijos del
Padre, sus hermanos. Ese ser para otros y la convicción de que en eso se corresponde a
Dios es la experiencia fundamental de Jesús. Su vida está configurada por la decisión de
servir a los otros y corresponder así al Dios del amor.
Jesús sirve al Padre sirviendo a sus hermanos. Por ello su actitud es muy clara: "Este
Hombre no ha venido a que le sirvan, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos"
(Mt 20-28). "Yo estoy entre ustedes como quien sirve" (Lc 22,27).
Jesús es un hombre abierto a todos. No conoce lo que es el rencor, la hipocresía o las
segundas intenciones. A nadie cierra su corazón. Pero a algunos se lo abre especialmente:
los marginados de su época, los despreciados, social o religiosamente.
Jesús se deja comer por sus hermanos, hasta el punto de que a veces no le queda tiempo
para el descanso (Mc 6,31-33), ni aun para comer él mismo (Mc 3,20).
Recibe y escucha a la gente tal como se presenta, ya sean mujeres o niños, prostitutas o
teólogos, guerrilleros o gente piadosa, ricos o pobres. En contra de la costumbre de la
época, él no tiene problemas en comer con los pecadores (Lc 15,2; Mt 9,10-11). Anda con
-33-
�gente prohibida y acepta en su compañía a personas sospechosas. No rechaza a los
despreciados samaritanos (Lc 10,29-37; Jn 4,4-42); ni a la prostituta, que se acerca
arrepentida (Lc 7,36-40). Acepta los convites de sus enemigos, los fariseos, pero no por
eso deja de decirles la verdad bien clara (Mt 23,13-37). Sabe invitarse a comer a casa de un
rico, Zaqueo, pero de manera que éste se sienta conmovido hasta el punto que reparte la
mitad de los bienes a los pobres y paga el cuádruplo a todo el que hubiera estafado (Lc
19,1-10). Procura ayudar a cada uno a partir de su realidad. Comprende al pecador, pero
sin condescender con el mal. A cada uno sabe decirle lo necesario para levantarlo de su
miseria. Sabe usar palabras duras, cuando hay que usarlas, y alabar, cuando hay que alabar;
pero siempre con el fin de ayudar.
Todo esto tiene una fuerza muy especial, si pensamos que el que está sirviendo así es el
mismo Dios. Es Dios que se vuelca en los hombres, sirviéndoles en todas sus necesidades.
Jesús no es nada para sí, sino todo para los otros. El es la verdadera semilla de trigo que se
entierra y muere para dar la vida a los demás. Pasa entre nosotros haciendo el bien. Se
mezcla sin miedo entre los marginados y los despreciados de su tiempo: enfermos de toda
clase, ciegos, paralíticos, leprosos, ignorantes. Y se desvive por atenderles y cuidarles.
Esta actitud de servicio total de Cristo a los hombres está maravillosamente caracterizada
en el hecho de ponerse de rodillas delante de sus discípulos para lavarles los pies. La
trascendencia de este hecho es enorme; pues el pasaje evangélico subraya su divinidad:
"Jesús, sabiendo que el Padre le había puesto todo en su mano, y sabiendo que había
venido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ciñó una
toalla; echó agua en un recipiente y se puso a lavarles los pies a los discípulos, secándoles
con la toalla que llevaba ceñida" (Jn 13,3-5).
Para sus propios amigos aquello era un escándalo. Pero es la imagen de Dios hecho
hombre por amor a los hombres. Y es imagen también de lo que debemos hacer todos los
que queramos seguir sus huellas. Así lo dijo él mismo:
"Pues si Yo, el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse
los pies unos a otros" (Jn 13,14).
A ejemplo de Jesús, seremos más hermanos sólo en la medida en que sepamos servir y ser
útiles al prójimo. En la medida en que nos vaciemos del egoísmo y dejemos sitio en el
corazón para todo el que necesite de nosotros.
-34-
�Solamente cuando se ha tenido una experiencia muy honda de Dios, como Jesús, sólo
entonces el hombre es capaz de salir de su propio aislamiento de egoísmo, para abrirse,
como él, hacia los otros.
5. LA ALEGRIA DE UN DIOS QUE SABE PERDONAR
Jesús ha venido para conducir a la casa del Padre a los hijos descarriados de Dios. El
invita a su mesa a los publicanos, a los pecadores, a los marginados, a los reprobados; él
llama al gran banquete a las gentes de los caminos y las lindes (Lc 14,16-24).
Incansablemente no cesa de repetir, precisamente a los devotos, que su propia justicia les
separa de Dios.
A nosotros, a quienes nos es familiar el Evangelio desde la infancia, nos es imposible
imaginar la revolución religiosa que representaba para los contemporáneos de Jesús la
predicación de un Dios que quería tener trato con los pecadores. Cada página del
Evangelio nos habla del escándalo, de la agitación, de la inversión de los valores que Jesús
provoca llamando a la salvación precisamente a los pecadores. Continuamente se le
pidieron las razones de esta actitud incomprensible, y continuamente, sobre todo por medio
de sus parábolas, Jesús dio la misma respuesta: Dios es así.
Dios es el Padre que abre la puerta de la casa al hijo pródigo; Dios es el pastor que se
llena de alegría cuando encuentra la oveja perdida; es el rey que invita a su mesa a los
pobres y mendigos. Dios experimenta más alegría por un pecador que hace penitencia, que
por noventa y nueve justos. Es el Dios de los pequeños y de los desesperados. Su bondad y
misericordia no tienen límites. Así es Dios.
Y Jesús añade: cuando se ha comprendido este mensaje, cuando los hombres construyan
su salvación no sobre lo que ellos han hecho por Dios, sino exclusivamente sobre la gracia
que viene de él, cuando vuelvan los descarriados sin esperanza, cuando comprendan que
el amor del Padre sale al encuentro de los hijos perdidos, entonces la salvación dejará de
ser una meta lejana que el hombre debe conseguir por sus propios medios, entonces, aquí y
ahora se realiza el Reino de Dios... Y esta es la fuente de la alegría. Alegría de los invitados
a las bodas, alegría del que ha encontrado la perla preciosa, el gran tesoro. Esta es la alegría
de ser hijo, la alegría mesiánica, la unción con el aceite de la alegría. La alegría es tan
-35-
�grande que Dios mismo participa de ella: "De la misma manera Dios se alegra por un
pecador que hace penitencia" (Lc 15,7; cf. 15,10). Junto a esta alegría por haber llegado el
tiempo de la salvación en el mensaje de Jesús está además el amor: amor a los pobres, amor
a los descarriados y a los que están cargados de culpas, amor incluso a los enemigos...
Jesús anuncia a los pobres, a los miserables, a los mendigos de Yavé el amor
incomprensible, infinito, de Dios; anuncia que ya está próxima la aurora del tiempo de la
alegría donde los ciegos ven, los paralíticos caminan y los pobres son evangelizados.
Veamos algunos pasajes concretos referentes a este Jesús que vino a ofrecernos tan
abiertamente el perdón de Dios. El mismo es el perdón visible de Dios, el cordero que
voluntariamente murió para borrar nuestros pecados (Jn 1,29) y sanarnos con sus llagas
(1Pe 2,24).
"Cuando aún nosotros estábamos sin fuerzas, entonces, en su momento, Jesús el Mesías
murió por los culpables. Cierto, con dificultad uno se dejaría matar por una causa justa;
con todo, por una buena persona quizá afrontaría uno la muerte. Pero el Mesías murió
por nosotros cuando éramos aún pecadores: así demuestra Dios el amor que nos tiene"
(Rm 5,6-8).
Con diversas parábolas se esfuerza Jesús para convencernos de que el Padre Dios goza
con perdonar. Nada mejor para ello que la parábola del "Padre bueno" que tiene un hijo
derrochador (Lc 15,11-32) o las de la oveja perdida y la moneda perdida (Lc 15,1-10).
Jesús presenta en estas parábolas una nueva imagen de Dios que contrasta con la ofrecida
por la religión oficial judía.
En las tres comparaciones destaca Jesús la alegría por haber encontrado lo perdido: la
oveja, la moneda, el hijo.
Así es Dios. Quiere la salvación de los perdidos, pues le pertenecen; su andar errante le ha
dolido y él se alegra del retorno al rebaño.
La alegría y la generosidad del "padre bueno" son la alegría y generosidad del Padre Dios
para con los pecadores que vuelven al hogar. Un padre primeramente preocupado por el
hijo que vive lejos en la desgracia y que da rienda suelta a su gozo y emoción al recuperar
al hijo perdido. El encuentra más que justificadas sus expresiones de júbilo: "porque este
hijo mío se había muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y se le ha encontrado" (Lc
15,24).
-36-
�Así presenta Jesús el comportamiento de Dios hacia los pecadores que, oyendo su
llamada, se encuentran a sí mismos y encuentran el camino para volver a él. Según Jesús el
arrepentimiento parte de la fe en la bondad del Padre. Arrepentirse es escuchar la voz
bondadosa del Padre dentro del propio corazón destrozado. Es encontrar en uno mismo a
Dios. Es el retorno confiado a la propia casa, que es la casa del Padre.
En el caso del hijo mayor de la parábola Jesús intenta hacernos comprender el modo de
pensar de Dios y el de los hombres. Los "justos" siempre temen que la gracia de Dios
pueda destruir el "orden" que los hombres nos hemos establecido. Dios, por el contrario, es
y actúa de un modo totalmente distinto.
El Dios de Jesús es como un padre inconsecuente en su conducta, que abraza y perdona al
hijo bandido que vuelve a casa después de haber malgastado la fortuna familiar, sin
exigirle ni siquiera unas promesas de arrepentimiento y corrección. Es el Dios "loco" que
perdona a la mujer adúltera sin exigirle primero mil penitencias y promesas de enmienda.
Es el Dios contrario a la religión oficial, pues no acepta al fariseo que llena su vida con
piedades, limosnas y rezos, pero en cambio declara salvado al desgraciado publicano que,
lleno de vergüenzas y pecados, a distancia se atrevía a repetir ante Dios la lista de sus
propias miserias. Todo ello sólo se entiende si aceptamos que el Dios de Jesús es el Dios
del amor. El sabe que con el perdón comienza a hacer germinar una nueva vida en sus
hijos.
El perdón es la auténtica fuerza represiva del mal en el mundo. El perdón es el antídoto
que impide que el mal se siga reproduciendo; es el cortocircuito del mal, que elimina su
presencia destructora y que ofrece un nuevo espacio donde hacer germinar una nueva
relación.
Jesús no sólo habló del perdón de Dios. El mismo supo dar ejemplo de perdón.
En primer lugar él confesó con toda claridad que no había "venido a invitar a justos, sino
a pecadores, a que se arrepientan" (Lc 5,32).
Jesús perdonó los pecados de toda persona de corazón arrepentido que encontró a su paso;
como a la mujer sorprendida en adulterio (Jn 8,11), a un pobre paralítico que le llevaron
para que lo curara (Mc 2,5-11), o a una pecadora pública (Lc 8,48).
A la hora de su muerte excusó y perdonó a los que tan injustamente le estaban torturando:
"Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen" (Lc 23,34).
-37-
�Jesús concedió el perdón no sólo de palabra, sino también por medio de acciones. Entre
estas acciones la que más impresionó a los hombres de aquella época fue el hecho de
compartir la mesa con los pecadores. "Este acoge a los pecadores y come con ellos" (Lc
15,2). Ciertamente Jesús comía tranquilamente con ellos (Mc 2,15-16). Y los fariseos se lo
echan en cara y lo desprecian por ello (Mt 11,19).
Para saber medir exactamente qué es lo que hizo Jesús al comer con los "pecadores"
debemos saber que en su época el compartir una comida con alguien significaba una oferta
de paz, de perdón, de confianza y fraternidad. La comunión de la mesa quería expresar
comunión de vida. Y Jesús no solamente comía con gente mal vista, sino que además se
hospedaba a veces en sus casas (Lc, 19,5).
Su perdón no fue sólo de palabras y de hechos. Llegó al máximo: Conscientemente
derramó su sangre como signo evidente del perdón del Padre: "Esta es la sangre de la
alianza mía, que se derrama por todos para el perdón de los pecados" (Mt 26,28). La
muerte de Jesucristo es, por consiguiente, el sello del pacto definitivo de paz entre Dios y
los hombres. "Dios nos reconcilió consigo a través del Mesías" (2 Cor 5,18). "Por su
medio reconcilió consigo el universo, lo terrestre y lo celeste, después de hacer la paz con
su sangre derramada en la cruz" (Col 1,20).
Desde entonces Cristo Jesús es esperanza para todos los que nos sentimos infieles al amor
de Dios. Así lo entendió Juan, el amigo íntimo de Jesús: "Hijos míos, les escribo esto para
que no pequen; pero, en caso de que uno peque, tenemos un defensor ante el Padre, Jesús,
el Mesías justo, que expía nuestros pecados, y no sólo los nuestros, sino también los del
mundo entero" (1 Jn 2,1-2).
6. JESUS ES EL SELLO DE LA FIDELIDAD DE DIOS
Como estamos viendo, Jesucristo es el sello definitivo de la fidelidad de Dios, tan
largamente proclamada por los profetas en el Antiguo Testamento. El es el Siervo Fiel del
"Dios que no miente" (Tit 1,2). Por él son mantenidas y llevadas a la práctica todas las
antiguas promesas de Dios: "Quiero decir con esto que el Mesías se hizo servidor de los
judíos para demostrar la fidelidad de Dios" (Rm 15,8).
"En él ha habido únicamente un sí" (2 Cor 1,20), "porque juzgó digno de fe al que se lo
-38-
�prometía" (Heb 11,11).
Por medio de Jesús ha llegado a la cumbre la fidelidad de Dios:
"Y la palabra se hizo hombre, acampó entre nosotros y contemplamos su gloria: gloria de
Hijo único del Padre lleno de amor y fidelidad... Porque de su plenitud todos nosotros
recibimos, ante todo un amor que responde a su amor.
Porque la Ley se dio por medio de Moisés, el amor y la fidelidad se hicieron realidad en
Jesús el Mesías" (Jn 1,14.16-17).
Afortunadamente, como ya habían repetido tantas veces los profetas en el Antiguo
Testamento, la fidelidad de Dios no depende de que nosotros le seamos fieles a él. "¿Qué
importa que algunos hayan sido infieles? ¿Es que la infidelidad de éstos va a anular la
fidelidad de Dios? De ninguna manera; hay que dar por descontado que Dios es fiel y que
los hombres por su parte son todos infieles" (Rm 3,3-4).
"Si le somos infieles, él permanece fiel, porque negarse a sí mismo no puede" (2 Tim
2,13).
La fidelidad de Dios en el amor es el fundamento del optimismo a toda prueba que debe
disfrutar el que tiene fe en Cristo. La fe en un Dios que nos quiere a todos los hombres por
igual y nunca nos va a fallar, es la mayor fuerza que puede entrar en nuestro corazón para
comprometernos en la empresa de construir la verdadera hermandad. Por muchos fracasos
que haya de por medio, apoyados en su palabra, podemos reanudar siempre de nuevo el
camino de la justicia, la unidad y la paz verdaderas. Si creemos en Cristo Jesús, él nos dará
fuerzas para amar y triunfar con él:
"El por su parte los mantendrá firmes hasta el fin... Fiel es Dios, y él los llamó a ser
solidarios de su Hijo, Jesús el Mesías, Señor nuestro" (1 Cor 1,8-9).
"Aferrémonos a la firme esperanza que profesamos, pues fiel es quien hizo la promesa"
(Heb 10,23).
Bibliografía
1. J. R. GUERRERO, El Otro Jesús, pgs. 275-277: Jesús manifiesta a Dios.
J. GALOT, Hacia una Nueva Cristología, Mensajero, Bilbao 1972, pgs. 104-106: La
-39-
�revelación del Padre en Cristo.
J. COMBLIN, Jesús de Nazaret, pgs. 67-68: Conocer al Padre.
JUAN MATEOS, El Evangelio de Juan, Cristiandad, Madrid 1982, pgs. 632-635: Jesús,
uno con el Padre.
J. SOBRINO, Cristología desde América Latina, pgs. 284-287: Sobre las "palabras" y los
"hechos" de Jesús.
J. ASIAIN, Hemos creído en el Amor, pgs. 39-46: Jesús es el amor del Padre entre
nosotros.
2. L. BOFF, Los Sacramentos de la Vida y Vida de los Sacramentos, Indo-Américan,
Bogotá 1975, pgs. 41-42: Jesús de Nazaret, el sacramento fontal de Dios.
J. M. CASTILLO, Símbolos de Libertad, Sígueme, Salamanca 1981, pgs. 431-435: Cristo,
sacramento original.
DICCIONARIO DE ESPIRITUALIDAD, III, pgs. 84-86: Padre celestial: Jesús revelador
del Padre.
3. J. R. GUERRERO, Experiencia de Dios y Catequesis, PPC, Madrid 1979, pgs. 234-255:
El Dios de Jesucristo.
J. GALOT, Hacia una Nueva Cristología, pgs. 110-113: Un Dios compasivo.
J. L. CARAVIAS, Cristo es Esperanza, Latinoamérica Libros, Buenos Aires 1984, pgs.
30-31: Jesús siente las necesidades ajenas.
J. JEREMIAS, Las Parábolas de Jesús, Verbo Divino, Estella 1981, pgs. 179-196: La gran
confianza.
EDUARD LOHSE, Teología del Nuevo Testamento, Cristiandad, Madrid 1978, pgs.
56-60: La misericordia de Dios.
DONALD GRAY, Jesús, Camino de Libertad, Sal Terrae, Santander 1984, pgs. 51-59:
Liberados para la compasión: el camino del amor.
-40-
�HANS URS VON BALTHASAR, ¿Nos conoce Jesús? ¿Lo conocemos?, Herder,
Barcelona 1982, pgs. 106-124: Jesús, exegeta de Dios.
4. J. M. CASTILLO, Oración y Existencia Cristiana, pgs. 181-192: Una existencia para los
otros.
J. SOBRINO, Jesús en América Latina, pgs. 200-202.
J.L. CARAVIAS, Cristo es Esperanza, pgs. 22-23: El servidor de los pobres.
5. J. JEREMIAS, Abbá, pgs. 335-336.
J.L. CARAVIAS, Cristo..., pgs. 50-54: El amor sabe perdonar.
ALBERT NOLAN, ,Quién es este Hombre?, pgs. 63-71: El perdón.
6. J. L. CARAVIAS, Cristo..., pgs. 54-56: Jesús es el sello de la fidelidad de Dios.
-41-
�4
Esta buena noticia
de Jesús
es para los pobres
Este capítulo está íntimamente unido al anterior. No es sino una amplificación de
este punto especial.
1. LOS "MAL VISTOS" EN LA SOCIEDAD EN
QUE VIVIO JESUS
Cada cultura crea sus inadaptados, gente a la que se mira con malos ojos, se le
desprecia y se le margina.
La sociedad judía de los años 30 tiene también sus "mal vistos". En los
Evangelios, en griego, se les llama en general "los pobres". Pero esta palabra seguramente
es traducción de la palabra aramea "ama’arez" que en castellano traducido al pie de la letra
significa "el-pueblo-de-la-tierra", o sea, "el pueblo común". Esta sería la palabra que usaría
Jesús al traducir los evangelistas la palabra "pobres".
Palestina en tiempos de Jesús era una teocracia, lo cual significa que todas las
normas sociales estaban dirigidas por ideas religiosas y los mismos gobernantes eran
personas religiosas. La división de "clases" o grupos sociales dependían de la actitud
religiosa de cada uno. Pero sólo una minoría conocía la Ley (religiosa) y la cumplía, por lo
menos en sus exigencias externas. La "pureza" o "impureza" legales cumplían la función
ideológica que en otras sociedades se atribuyen al prestigio, al dinero o al poder.
-42-
�Por ello se llamaba despreciativamente "ama’arez" a la gente que no conocía ni
practicaba con detalle todas las normas religiosas de la Ley, en contraposición a la
sabiduría y a las prácticas de escribas y fariseos.
En tiempo de Jesús "el-pueblo-de-la-tierra", está constituido por los despreciados
de la sociedad en la que el prestigio depende no del dinero o del poder político que se
tenga, sino según criterios religiosos. Se despreciaba a toda esa multitud marginada en la
que generalmente se combinaba pobreza económica y reprobación moral, pues no
guardaban el sábado, ni cumplían las normas de pureza ritual. Son pecadores todos los que
no pueden cumplir la Ley por la sencilla razón de desconocerla o no poderla cumplir. Son
unos desgraciados ignorantes, pues en la sociedad judía el hecho de cumplir la Ley lo es
todo. El que no la cumple "no es nada", es un desgraciado para el que no existe ninguna
esperanza, porque no es digno de pertenecer al Pueblo Elegido.
Entre estos despreciados estaban los que practicaban ciertas profesiones cuyo
trabajo les hacía difícil cumplir las minucias rituales de la Ley. Entre estos oficios
infamantes se encontraban los pastores, los recaudadores de impuestos, usureros, rameras,
curtidores de pieles, sastres y tejedores, médicos, barberos y carniceros, y toda clase de
obreros asalariados. En aquel tiempo la lista de los malos oficios es tan larga, que no queda
mucho sitio para los oficios "decentes". Todos los trabajadores con pocos ingresos eran
despreciados como incultos pecadores por la casta de los escribas y los fariseos. Para ellos
sólo cuenta el estudio de la Ley.
A la lista de trabajadores pobres hay que añadir una multitud de mendigos,
ladrones y esclavos. Ellos eran doblemente despreciados. Entre los mendigos habían
bastantes personas con defectos físicos, como ciegos, sordos y paralíticos, o enfermos,
especialmente los que tenían alguna enfermedad de la piel, considerados como impuros.
Muchos de ellos, como los recaudadores y pastores, no podían tener ningún cargo,
ni ser testigos en un juicio, pues ya de entrada se les consideraba mentirosos y ladrones.
El desprecio de la "gente bien" de entonces hacia los "ama’arez" era muy grande.
En aquella sociedad teocrática lo civil y lo religioso habían llegado a ser una misma cosa.
Por ello los escribas, los fariseos y los sacerdotes pensaban que aquellos desgraciados eran
también mal vistos por Dios. El "pueblo-de-la-tierra" era marginado tanto en lo civil como
en lo religioso: en todo eran "pecadores".
-43-
�En los Evangelios se refleja esta mentalidad cuando se les llama "descreídos y
recaudadores" (Mc 2,16), "recaudadores y prostitutas" (Mt 21,32), o sencillamente
"pecadores". Los fariseos los miraban como "ladrones, injustos y adúlteros" (Lc 18,11).
Los sacerdotes del templo lo inculcan de manera muy clara a su policía: "Esa gente, que no
entiende la Ley, está maldita" (Jn 7,49). Están empecatados de arriba abajo (Jn 9,34).
Decían así algunas normas de los fariseos: "Un fariseo no se quedará nunca como
huésped en la casa de esa gente, así como tampoco la recibirá en la suya". Otra lista de
normas añade: "Está prohibido apiadarse de quien no tiene formación".
Los monjes esenios, los más observantes y piadosos de Palestina, tenían, entre
otros, este compromiso: "No me apiadaré de los que se apartan del camino". Y así oraban
acerca de los pecadores: "Maldito seas, que nadie tenga misericordia de ti: tus obras son
tinieblas. Que seas condenado a la oscuridad del fuego eterno".
Los pobres con algún defecto físico eran considerados pecadores castigados por
Dios (Jn 9,2). Por eso los piadosos esenios decían: "Los ciegos, los paralíticos, los cojos,
los sordos y los menores de edad, ninguno de éstos puede ser admitido a la comunidad".
"Ninguna persona afectada por cualquier impureza humana puede entrar en la asamblea de
Dios... Aquel que tiene dañada su carne, que está tullido de pies y manos, que es cojo o
ciego o sordo o mudo, aquel cuya carne está marcada por una tara visible, el viejo débil,
incapaz de tenerse en pie en la asamblea, no puede entrar para tomar parte en el seno de la
comunidad..."
-44-
�2. JESUS SE SOLIDARIZA CON ESTOS MARGINADOS
Una vez entendida la actitud que tenía la gente piadosa hacia los pobres y
pecadores, resaltará mucho más la actitud que toma Jesús hacia ellos.
En primer lugar, él mismo "se hizo pobre" (2Cor 8,9). Vivió una vida normal de
artesano. Y nació y murió en la miseria. Durante su predicación a veces no tuvo ni "dónde
reclinar la cabeza" (Mt 8,20).
Pero Jesús no fue un asceta aislado. El quiso tener una cercanía especial respecto a
las clases sociales oprimidas y desprivilegiadas, aunque no por eso dejó de tratar con todos.
La imagen global de Jesús en los Evangelios dibuja su especial amistad hacia
recaudadores, prostitutas, samaritanos (considerados como herejes), leprosos (expulsados
por la Ley de la sociedad), viudas, niños, ignorantes, paganos, enfermos en sábado...
El busca y se mezcla con el "pueblo-de-la-tierra", los pobres-pecadores: Está con
ellos y los llama: a la gente con corazón roto, a los encorvados con el peso de sus culpas, a
los tristes, a los desanimados; a los últimos, los simples, los enfermos, los perdidos. A
todos los mal vistos. Con ellos se le ve comer. De ellos se rodea. Hacia ellos se inclina.
Jesús rompe con las convenciones sociales de su época. No respeta la división de
clases. Habla con todos. Jamás teme a contraer "impurezas legales" por estar, tocar o comer
con un pobre. Conversa y se deja tocar por una prostituta (Lc 7,37-38), acoge gentiles (Mc
7,24-30), come con un gran ladrón, Zaqueo (Lc 19,1-10). Llama a un cobrador de
impuestos, Mateo (Lc 5,27-32). Acepta que las mujeres le acompañen en sus viajes, cosa
inaudita en su tiempo.
No cabe duda, Jesús estuvo de parte de los pobres, los que lloran, los que pasan
hambre, los que no tienen éxito, los insignificantes... Se preocupa de los enfermos, los
tullidos, los leprosos y posesos. Y lo que es más, se mezcla con los moralmente fracasados,
con los descreídos e inmorales públicos.
Recorre los lugares donde se encuentra la gente pobre, anunciándoles que Dios los
quiere más que a los fariseos. Renuncia a ocuparse de aquellos cuyas cosas van bien y se
une a los que han perdido todo (Lc 15,4-7). Son los enfermos y no los sanos, los pecadores
y no los justos los que le necesitan (Mc 2,17). Por eso va hacia ellos, los cura, les dice que
Dios los ama hasta perdonarlos y hasta querer ser su rey. Así, con su propia vida, Jesús
-45-
�encarna una línea de fuerza importante del Antiguo Testamento, da rostro a Dios y lo
revela.
Tan importante es esta opción de Jesús por los pobres, que hace de esta actitud
suya el distintivo de su misión. A la pregunta por el valor de la esperanza en él, Jesús
señala su acción entre ciegos, rengos, sordos y leprosos y el hecho de que los pobres están
recibiendo la Buena Noticia (Mt 11,4).
Destaquemos dos casos especiales: los leprosos y los samaritanos.
Los leprosos eran los más marginados entre los marginados, hasta el punto que no
podían ni conversar con el resto de la gente; ni siquiera podían entrar en las ciudades. Pues
bien, sabemos que Jesús curó a varios leprosos (Lc 5,12-14; 17,11-19), reintegrando así a la
convivencia a los que se tenían por totalmente marginados. A los discípulos de Juan les
hace ver como señal mesiánica cómo ante él los "leprosos quedan limpios" (Mt 11,5). Es
más, sabemos también que dio a sus discípulos la orden de curar leprosos (Mt 10,8). Y él
mismo no tuvo ningún inconveniente en alojarse en casa de uno que había sido leproso (Mt
26,6).
Los samaritanos eran despreciados por los judíos como herejes. Las tensiones
entre ellos eran tan fuertes que con frecuencia llegaban a enfrentamientos sangrientos.
Cuando Jesús atraviesa Samaría, no encuentra acogida (Lc 9,52-53) y hasta se le niega el
agua para beber (Jn 4,9). Pero a pesar de todo eso, Jesús pone a un samaritano como
ejemplo a imitar, por encima del sacerdote y del levita (Lc 10,33-37), alaba especialmente
al leproso samaritano (Lc 17,11) y se queda a pasar dos días en un pueblo de samaritanos
(Jn 4,39-42). Por eso no tiene nada de particular cuando insultan a Jesús llamándole
"samaritano" (Jn 8,48).
Algo parecido se puede decir del trato que da Jesús a otros dos grupos humanos
despreciados en su época: las mujeres y los niños.
El Reino que viene Jesús a predicar ciertamente no tolera en modo alguno la
marginación de nadie. Todo lo contrario: los marginados por los hombres son los primeros
en el corazón de Jesús.
Jesús es la plenitud de la irrupción de Dios entre los pobres. La entrada de Dios
entre los pobres y de éstos en la vida de Dios se convierte para Jesús en el camino de su fe,
de su conciencia de Hijo, de su fidelidad al Padre, de su vida espiritual. Al interior de este
-46-
�dinamismo Jesús aprende a orar, a contemplar y a cumplir la voluntad de su Padre, a
gozarse en que el Padre sea así. El mismo Jesús como pobre recorrió ese camino y
experimentó cuánto el amor de su Padre había penetrado en su vida y cuánto Dios se deja
conocer, amar y revelar por los pobres.
3. JESUS ANUNCIA A LOS MARGINADOS LA
BUENA NOTICIA DE DIOS
Acabamos de ver que los seguidores de Jesús eran principalmente los pobres, los
incultos, a quienes su ignorancia religiosa y su comportamiento moral les cerraba, según la
creencia de la época, la puerta de entrada a la salvación. Pero Jesús contempla con infinita
misericordia a estos mendigos ante Dios. El los ve "rendidos y abrumados" (Mt 11,28) por
el peso doblemente agobiador del desprecio público y de la desesperanza de no poder hallar
jamás salvación en Dios.
Jesús se da cuenta que su Padre Dios muestra su paternidad hacia todos los
hombres precisamente siendo parcial hacia los despreciados. Dios es amor porque ama a
aquellos a quienes nadie ama, porque se preocupa de los que nadie se preocupa. Así
entiende Jesús que Dios es amor.
Por eso dice Jesús a los pobres que ellos tienen una participación especial en el
Reino de Dios (Lc 6,20). El les da esta Buena Noticia: los despreciados pecadores están
especialmente invitados al banquete de Dios.
Es el conocimiento que Jesús tiene de su Dios el que le hace elegir a quiénes va a
hablar de este Dios. Y elige a los marginados, a los enfermos, a los pecadores, a los que
nadie quiere, para anunciarles que Dios los ama. La elección no tiene nada que ver con el
valor moral o espiritual de los pobres pecadores. Está basada en el horror que Dios siente
por el estado actual del mundo y en la decisión divina de venir a restablecer la situación en
favor de aquellos para quienes la vida es más difícil. Con ello vemos que Jesús había
penetrado muy hondo en el "corazón" de Dios, en el misterio de su voluntad sobre la tierra.
De aquí que Jesús anuncie el Reino de Dios a los marginados de toda esperanza
humana y divina; los que no pueden caminar según la ley; los que no eran dignos de
escuchar la palabra esperanzadora de la Alianza de Yavé; los que la sociedad y la sinagoga
-47-
�consideraban muertos en vida, inútiles ante el mundo y ante Dios. A estos, más que a nadie,
va dirigida la Buena Noticia; estos son los preferentemente invitados a participar del Reino.
Así resulta que los últimos se convierten en primeros. Los pobres de la calle entran
en el banquete para ocupar el lugar de los que no comprendieron el corazón de Dios y
prefirieron las falsas seguridades (Mt 20,1-16).
Jesús no opta por los pobres por demagogia. Nada más lejos que eso. Sino por fe
viva en el amor del Padre. Porque todos somos sus hijos por igual, gratis, ninguno es un
"desgraciado". Si una sola oveja se pierde o es despreciada, el corazón del pastor se
inquieta, a pesar de tener muchas más (Lc 15,1-7). Por eso el regreso de un solo hijo
perdido es motivo de fiesta y de banquete (Lc 15,32). Si los "justos" de Israel quieren
excluir a alguien, Dios comienza por buscar y escoger a los que los hombres habían
excluido. Todo hombre tiene derecho a la acogida gratuita y maravillosa del amor y de la
bondad del Padre Dios ¡Dios es así! ¡Esta es su bondad de corazón de Padre!
Desde el comienzo de su vida Jesús había tenido esta misión. Así lo anunció un
ángel a los más despreciados de Israel, los pastores: "Les traigo una Buena Noticia, una
gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un
salvador" (Lc 2,10-11). Los pastores están representando a la gente despreciada y
marginada por la sociedad; ellos son los elegidos para recibir la "gran alegría" de la
"Buena Noticia" que trae Jesús. Así lo reconocería años más tarde el mismo Jesús cuando
en la sinagoga de su pueblo se declaró a sí mismo enviado a dar "la Buena Noticia a los
pobres", Buena Noticia que es luz y libertad del Padre Dios (Lc 4,18).
Jesús actúa así porque sabe cómo es Dios: desbordante con los débiles, indefensos,
desesperados, con los que quieren y no pueden, y con los que ni siquiera son conscientes de
que quieren. El refleja en su propia humanidad la actitud de Dios para con los hombres.
La experiencia de conocer a Dios como el Dios de los sencillos y reconocer en la
vida de los pobres a Dios como Padre, constituye, pues, la vivencia espiritual más original
de Jesús; ahí conoce a Dios como Padre de bondad, de ternura, pronto al perdón, rico en
misericordia; un Dios que convoca a todos a la fraternidad destruida por nuestros pecados.
La conversión a Jesús y su seguimiento pasa irremediablemente por hacer de la
irrupción de Dios en la vida de los desposeídos, y de la vocación de éstos al Reino, el
camino diario de fidelidad evangélica.
-48-
�4. EL GOZO DE QUE ASI LO QUIERE EL PADRE
Según la tradición evangélica, una sola vez Jesús dirige al Padre una oración de
alabanza. La fórmula es breve y sencilla: "Bendito seas, Padre, Señor de cielos y tierra,
porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la
gente sencilla; sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien" (Mt 11,25-26).
Esta admiración de Jesús fue provocada por la nueva experiencia que estaba
viviendo: los secretos de Dios estaban siendo entendidos por los ignorantes y los incultos,
mientras permanecían escondidos a los sabios y doctores. El hecho fue tan novedoso para
la gente, que mereció ser destacado como algo insólito. Esta era la obra de Dios más
imprevista y notable, aunque ya estaba predicha en el Antiguo Testamento.
La oración de Jesús destaca que revelar los misterios a los sencillos es una obra
plenamente de Dios. Más aún, el Padre revela en ella su "personalidad". Jesús conoce ahí el
estilo del Padre. Un hecho de este tipo revela la mano de su autor. Sólo el Padre podía
haber inventado aquello.
Jesús admira la "originalidad" del Padre, opuesta al sentido común humano. Los
hombres intentamos casi siempre hacer lo contrario, aun en el caso de la preparación que
hace la Iglesia a los que se sienten llamados a seguir las huellas de Jesús.
San Pablo se dio cuenta en Corinto de la renovación del hecho que tanto gozo dio
a Jesús: los pobres artesanos recibieron la revelación de Dios, que los sabios de Atenas
habían despreciado.
"La locura de Dios es más sabia que los hombres... Lo necio del mundo se lo
escogió Dios para humillar a los sabios..." (1Cor 1,25.27).
Santiago pregunta también con admiración: "¿No fue Dios quien escogió a los que
son pobres a los ojos del mundo para que fueran ricos de fe y herederos del Reino?" (Sant
2,5).
En toda la historia de la Iglesia el retorno al espíritu evangélico ha partido siempre
de los pobres, los marginados o los despreciados. Caso muy destacado fue el de Francisco
de Asís.
En nuestra época, en las Comunidades Eclesiales de Base, de nuevo se puede ver
la maravilla anunciada con gozo por Jesús. La Palabra de vida está encontrando eco en el
-49-
�corazón de los marginados. El Evangelio está renaciendo entre los hombres y mujeres que
la sociedad rechaza y desprecia.
La alegría de Jesús por este hecho sigue siendo un desafío abierto y público. Para
la gente de buen corazón, es una llamada a adoptar su mismo punto de vista.
Cada vez que Dios es comprendido por los pobres, el corazón de Jesús salta de
entusiasmo. Jesús se alegra de que los suyos sean reconocidos y promovidos. A los ojos de
Jesús, el comportamiento del Padre hace resplandecer de nuevo la justicia. Es justo que los
que siempre salen perjudicados, cuyos méritos nunca son reconocidos, sean salvados de la
marginación y se les ofrezca un papel destacado en las obras de Dios. Esta obra de Justicia
del Padre revela la grandeza de su corazón y brilla infinitamente más que todas las estrellas
del cielo.
Dios regala su revelación no sólo "a la gente sencilla"; el Reino de Dios pertenece
también a los "niños" (Mc 10,14) y a todos los que con espíritu filial son capaces de decir
"Abbá" (Mt 18,3). Y así la sala de banquete de bodas se llena, aunque los invitados
importantes rehusen venir (Mt 22,1-10); el hijo perdido es reinstalado en sus derechos (Lc
15,11-32); y los publicanos y las prostitutas "llegan antes" al Reino que los piadosos (Mt
21,31).
En la mirada de Jesús la revelación del Padre a los sencillos anticipa el juicio
final. Ella no es solamente el anuncio, sino que es ya el principio del juicio y de la
sentencia final. La alabanza y el agradecimiento de Jesús son la expresión anticipada del
cántico de agradecimiento de la creación entera en el día del juicio final (Ap 2,17-18). Lo
que se aclamará al final de todo, Jesús lo reconoce en el momento en que lo ve penetrar en
la historia. Jesús percibe desde el principio la originalidad de las obras divinas, la
autenticidad de su justicia.
Esta bondad de Dios sobrepasa toda comprensión, significa gozo y júbilo también
para los mismos pobres. Ellos han recibido una riqueza ante la que palidecen todos los
otros valores (Mt 13,44-46). Experimentan lo que jamás habían experimentado: Dios los
acepta, aunque las manos de ellos estén vacías. Con ello se cumplen las antiguas profecías
sobre la alegría que el Mesías debía de traer a los pobres (Ez 34,16; Is 29,19; Sof 3,17).
La madre de Jesús, María, poco después de la concepción de su Hijo, se alegró
también y bendijo a Dios porque se había fijado en su "pequeñez" para hacer en ella "obras
grandes". Y no sólo en ella: la misericordia del Señor "desbarata los planes de los
-50-
�soberbios... y exalta a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los
despide vacíos" (Lc 1,47-53). Este canto de alabanza de María es paralelo al grito
espontáneo de alabanza de Jesús a su Padre por haber escogido a la gente sencilla como
destinatarios de su revelación.
Es una constante bíblica el hecho de que Dios exalta a los insignificantes.
Acordémonos de los precursores de María y Jesús: Abrahán (Gen 12-18), Moisés (Ex 3-4),
Gedeón (Jue 6,14-16), Jeremías (1,5-19), David (1Sam 16,11), Samuel (1Sam 3,1-14),
Amós, y toda la larga lista de los pobres de Yavé, que en medio de la pobreza pusieron su
esperanza sólo en Dios.
5. JESUS EXPLICA A LOS ESCANDALIZADOS EL POR QUE DE ESTA ACTITUD
SUYA
La predicación y el comportamiento de Jesús era ciertamente una Buena Noticia
para los pobres y pecadores. Pero para algunos judíos "justos" aquella predicación era
insoportable y blasfema: una mala noticia. El Dios en el que ellos creían no era como el que
predicaba Jesús. Por ello buscan continuamente cómo criticar y desprestigiar a Jesús.
Cuando Jesús escoge a Mateo, un pecador, para ser uno de los doce, y va a comer
a su casa, la reacción de los fariseos es fulminante: "¿Se puede saber por qué comen y
beben con los recaudadores y descreídos" (Mt 11,9). Dicen de Jesús que es un criminal (Lc
22,37), un "impostor" (Mt 27,63), engañador del pueblo (Jn 7,47), "un pecador" (Jn 9,24),
un blasfemo (Jn 10,33). Los dirigentes judíos dicen de él que "está loco de atar" (Jn
10,19-20); Herodes se burla de él como de loco (Lc 23,11); hasta sus propios parientes
pensaron "que no estaba en sus cabales" (Mc 3,21). Es que su comportamiento con los
pobres y los pecadores no era natural. La gente "bien", los "hombres de Dios" de la época
no se comportaban así. Era un escándalo atreverse a afirmar que los pecadores, y hasta las
prostitutas, eran mejor vistos por Dios que los piadosísimos fariseos (Lc 18,9-14; Mt
21,31). Por ello no es de extrañar que pensasen que sus actos y sus palabras estuvieran
inspirados por el mismísimo Satanás (Mc 3,22.30).
Jesús era consciente de todo esto. Y buena parte de sus parábolas las dedicaba a
explicar a sus enemigos la causa de su comportamiento. En efecto, las parábolas de la
misericordia de Dios están dirigidas a los que no querían entender. Son una defensa y una
-51-
�justificación contra los críticos y enemigos de la Buena Nueva de Dios. Y al mismo tiempo,
un intento de hacerles ver y entender.
Veamos, un poco más en concreto, cómo justifica Jesús su Evangelio frente a sus
críticos. Lo hace de una manera triple.
a) En primer lugar, en una serie de parábolas dirige la mirada de sus acusadores hacia
los pobres a los que anuncia la Buena Nueva. Les quiere hacer ver que "no necesitan
médico los sanos, sino los enfermos" (Mc 2,17). El llama a su seguimiento a los
despreciados justamente porque están enfermos y necesitan ayuda.
Acerca de este tema pronuncia Jesús la parábola de los dos hijos, el buena gente
que no obedece al padre y el respondón que obedece (Mt 21,28-32). La lección es clara y
tajante: "Les aseguro que los recaudadores y las prostitutas se dirigen, en lugar de ustedes,
al Reino de Dios". Los pecadores están más cerca de Dios que los piadosos fariseos; pues
aquéllos, aunque dijeron no a Dios, ahora están arrepentidos y cambian de vida, cosa que
no quieren hacer los fariseos.
En otra parábola, la de los deudores (Lc 7,41-50), dirigida al fariseo Simón por su
escándalo ante la pecadora, Jesús quiere hacerle entender que sólo los que saben lo que es
una gran deuda pueden medir lo que significa la bondad de Dios: ¿No comprendes, Simón,
que esta mujer, a pesar de la deuda de su vida, está más cerca de Dios que tú? ¿No notas
que te falta lo que ella tiene: un gran agradecimiento? ¿Y que el agradecimiento que me
muestra vale ante Dios? Aquella pecadora estaba ciertamente más cerca de Dios que el
piadoso Simón, que se escandalizaba de la actitud de Jesús.
b) Los que criticaban la Buena Nueva de Jesús deberían más bien fijar su mirada en
ellos mismos para darse cuenta del error en que vivían. Jesús les dice que se parecen al hijo
que servilmente dice que "sí" al mandato del padre, pero a la hora de la verdad no le
obedece. Se parecen a los viñadores rebeldes y ofensivos contra el dueño de la viña (Mt
21,1-9). Se parecen ustedes, les dice Jesús, a los invitados distinguidos que rechazan la
invitación al banquete: ¿de dónde se toman ustedes el derecho de burlarse y despreciar a los
pobres que se sientan a mi mesa? (Mt 22,1-10).
c) Donde más luminosamente justifica Jesús el anuncio de la Buena Nueva es en la
parábola de la actitud del padre bueno frente al hijo derrochador (Lc 15,11-32). La parábola
enseña en magnífica sencillez: Así es Dios, tan bueno, tan indulgente, tan lleno de
-52-
�misericordia, tan rebosante de amor. Se alegra tanto del regreso del "perdido", que organiza
una gran fiesta en su honor.
Es muy de notar cómo Jesús subraya en la segunda parte de la parábola la protesta
del hijo mayor. Y es que la parábola fue dicha a hombres que se parecían a él, es decir, a
hombres que se escandalizaban de esta actitud de Dios hacia los "perdidos". A ellos les dice
Jesús: Así de grande es el amor de Dios para con sus hijos perdidos. Ustedes, en cambio, se
muestran melancólicos, despiadados y desagradecidos. ¡Sean también ustedes
misericordiosos! ¡No sigan insensibles! Los muertos de espíritu resucitan, los que andaban
perdidos encuentran el hogar. ¡Alégrense, pues, conmigo!.
Con esta parábola Jesús justifica frente a sus críticos el amor ilimitado de Dios.
Ellos tienen que decidirse: ¿aceptan o no aceptan la petición de Dios de alegrarse con él?
Jesús no quiebra todavía la caña sobre ellos, aún tiene esperanza; quiere ayudarlos a
superar su escándalo ante el Evangelio. Quiere ayudarles a reconocer lo que les separa de
Dios, que es justamente la falta de amor y comprensión. Así la justificación de la Buena
Nueva se convierte en reproche y en solicitación para ganar el corazón de sus críticos.
La parábola del patrón generoso (Mt 20,1-16) justifica también la Buena Nueva
frente a los que la critican. Pronunciada ante hombres que se parecen a los trabajadores
gruñones, concluye con una pregunta llena de reproche: "¿Ves tú con malos ojos que yo sea
generoso?" (20,15). Dios es como el que tuvo compasión de los desocupados y sus
familias. Así obra él. Da parte de su salvación también a los pecadores, aunque no lo
merezcan. Así de bueno es Dios. ¿Van ustedes a murmurar por eso?
En la parábola del fariseo y el publicano enseña de nuevo Jesús el "sí" de Dios al
pecador humillado y el "no" al que se cree a sí mismo "justo" ante Dios (Lc 18,9-14). Así
es Dios, dice Jesús. El es Dios de los desesperados, y su misericordia es inagotable para
con todo el que tiene el corazón quebrantado.
Todas las parábolas de Jesús son defensas de la Buena Nueva. No están dirigidas
directamente a los pecadores, sino a los que se escandalizan de su conducta con los
pecadores. Los que piensan demasiado bien de sí mismos le preguntaban de continuo: ¿Por
qué trabas relación con esa gentuza, con la que ninguna persona decente quiere saber nada?
La respuesta de Jesús es constante: Porque están enfermos y me necesitan, porque no
quisieran ser así, porque son agradecidos. Sobre todo, porque Dios es así, tan bueno con los
pobres, tan lleno de alegría por encontrar lo perdido, tan lleno de amor con el hijo
-53-
�degradado, tan clemente con los desesperados, los abandonados, los que están en la
necesidad. ¡Por eso!
Muchas veces nos fijamos solamente en la dureza de ciertos ataques de Jesús en
contra de escribas y fariseos. Pero no nos damos cuenta de la infinita dulzura que encierran
estos intentos de hacerles comprender el por qué de su comportamiento y su predicación.
Jesús antes de atacar a sus enemigos intentó repetidas veces dialogar con ellos para hacerles
entender...
Bibliografía
1. JOACHIM JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento, Sígueme, Salamanca 1980, pgs. 134-138:
¿Quiénes son los pobres?
- Abbá, Salamanca 1983, pg. 334.
- Jerusalén en tiempos de Jesús, Cristiandad, Madrid 1977, pgs. 315-327: Oficios despreciados.
JUAN LUIS SEGUNDO, El Hombre de Hoy ante Jesús de Nazaret, Cristiandad, Madrid 1982, pgs.
171-177.
CVX, Jesucristo, Sal Terrae, Santander 1981, pgs. 53-55: Toda esa gente dejada de la mano de Dios...
CH. SAULNIER, Palestina en los tiempos de Jesús, Cuadernos bíblicos 27, Verbo Divino, Estella 1981,
pgs. 40-43: El pueblo.
HOAC, Jesús de Nazaret, Madrid 1985, pgs. 17-24: Los pobres.
J. I. G. FAUS, Jesús de Nazaret y los ricos de su tiempo.
HOAC, Madrid 1983, pgs. 8-28: Ricos y pobres en tiempo de Jesús.
A. NOLAN, ¿Quién es este hombre?, Santander 1981, pgs. 39-51: Los pobres y los oprimidos.
LUISE SCHOTTROFF, Jesús de Nazaret esperanza de los pobres, Sígueme, Salamanca 1981, pgs. 21-41:
Publicanos, pecadores, prostitutas, mendigos y tullidos.
2. J. L. FAUS, La Humanidad Nueva, pgs. 87-114: Jesús y los marginados.
J. L. SEGUNDO, El hombre de Hoy ante Jesús de Nazaret, pgs. 134-135, 174-175.
L. BOFF, Jesucristo el Liberador, Indo-Américan, Bogotá 1977, pg. 90.
HOAC, Jesús de Nazaret, pgs. 36-64: Jesús y las clases sociales.
J. JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento, pgs. 128-129.
L. SCHOTTROFF, Jesús de Nazaret esperanza de los pobres, pgs. 69-78: El amigo de los publicanos y los
pecadores.
A. NOLAN, ¿Quién es este Hombre?, pgs. 53-62: Las curaciones.
J. M. CASTILLO, El Discernimiento cristiano, pgs. 141-150: Caminos de solidaridad.
GUSTAVO GUTIERREZ, Los Pobres y la Liberación en Puebla, Indo-Américan, Bogotá 1979, pgs.
26-36: El "Vindicador de los humildes".
ALAIN PATIN, La Aventura de Jesús de Nazaret, Sal Terrae, Santander 1984, pgs. 87-88: Jesús no es
neutral.
-54-
�J. ANTONIO PAGOLA, ¿Qué podemos saber del Jesús histórico?, Fundación Santa María, Madrid 1984,
pgs. 29-35: La actuación de Jesús.
3. J. JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento, pg. 137.
J. L. SEGUNDO, El Hombre de hoy..., pgs. 162-163.
CARLOS ESCUDERO, Devolver el Evangelio a los Pobres, Sígueme, Salamanca 1978, pgs. 291-294: Los
pastores, destinatarios de la buena noticia.
CVX, Jesucristo, pg. 57.
J. R. GUERRERO, El Otro Jesús, pgs. 171-175.
J. SOBRINO, Jesús en AL. pg. 199.
-Evangelización y seguimiento, en Diakonía 28, diciembre 1983, Managua, pgs. 246-249: La parcialidad
de la buena noticia.
G. GUTIERREZ, Beber en su propio Pozo, CEP, Lima 1983, pgs. 69-71: El Evangelio a los pobres.
ALEJANDRO CUSSIANOVICH, Itinerario espiritual de Jesús, en Espiritualidad de la Liberación. CEP,
Lima 1982, pgs. 9-11: Jesús, irrupción de Dios entre los pobres.
4. J. JEREMIAS, Teología del NT, pgs. 142-143.
J. SOBRINO, Resurrección de la Verdadera Iglesia, Sal Terrae, Santander 1981, pgs. 156-173: La
experiencia de Dios en la Iglesia de los pobres.
-La Esperanza de los Pobres en América Latina, en Misión Abierta, nov. 1982, pgs. 120-123: La raíz
teologal de la esperanza de los pobres.
HUGO ECHEGARAY, Derecho del Pobre Derecho de Dios, en Anunciar el Reino, CEP, Lima 1981, pgs.
54-60.
J. I. GLZ FAUS, Memoria de Jesús Memoria del Pueblo, Sal Terrae, Santander 1984, pgs. 209-214: El
Dios de los pobres.
IGNACIO ELLACURIA, Los Pobres, Lugar teológico en América Latina, en Misión Abierta, nov. 1981,
pgs. 225-240.
5. J. JEREMIAS, Las Parábolas de Jesús, Verbo Divino, Estella 1981, pgs. 143-195: El mensaje de las
parábolas de Jesús.
C. ESCUDERO, Devolver el Ev..., pg. 293.
J. COMBLIN, La Libertad Cristiana, Sal Terrae, Santander 1979, pgs. 132-144: La controversia con los
fariseos.
-55-
�5
Jesús enseña
una nueva manera
de orar
Todo hijo conversa con su padre. Jesús, por supuesto, hablaba con su Padre. Y
como la visión que él tenía de Dios era nueva, su forma de orar tenía que ser también en
cierto sentido nueva. La forma en que Jesús oró dependió en todo de su fe y de su
experiencia de Dios. Así nos pasa a todos.
1. LA ORACION DE JESUS
Jesús y sus discípulos pertenecían a un pueblo que sabía orar. Su herencia
litúrgica era muy rica. A pesar de ello, en tiempos de Jesús la oración en muchos casos se
había vuelto bastante formularia y estaba dirigida a un Dios lejano, exigente y alejado de
los problemas corrientes de la gente. En este mundo hace su entrada Jesús con una nueva
manera de orar.
Veamos la oración de Jesús distinguiendo tres niveles: la oración litúrgica normal
de todo judío piadoso, su oración personal en momentos de importancia y ciertas oraciones
especiales que concentran lo más profundo de su vida.
a) La oración litúrgica ordinaria
Jesús tomaba parte normalmente en el culto sabático y oraba junto con la
comunidad (Lc 4,16).
Por sus palabras se nota que conocía bien las Escrituras y las oraciones usadas en
su época. En su predicación con frecuencia usaba frases inspiradas en ellas.
-56-
�La oración de la mesa, antes y después de comer, parece cosa normal para él (Mt
14,19; 15,36; 26,26-27). Seguramente no hubo día en su vida en el que no observara los
tres ratos de oración, según lo mandaban las costumbres piadosas de la época.
Varias veces le vemos participar en las romerías religiosas.
Sin duda alguna él participaba en la oración de su pueblo, pero, como vemos en el
siguiente apartado, supo también denunciar y corregir todo tipo de falsificación de la
oración.
b) La oración personal
Jesús no se contentó con la herencia litúrgica: su oración rompe los moldes de las
costumbres piadosas de su época.
Toda la vida de Jesús se realiza en un clima de oración. Su vida pública comienza
con una oración en el bautismo (Lc 3,21) y un largo retiro de oración en soledad (Mt
4,1-11). Y termina también con una oración (Mt 27,46; Mc 15,34; Lc 23,46).
Jesús aparece orando en los momentos de decisiones históricas importantes, como
al elegir a los doce (Lc 6,12-13), al enseñar el padrenuestro (Lc 11,1), antes de curar al niño
epiléptico (Mc 9,29). Ora por personas concretas, por Pedro (Lc 22,32), por los niños (Mc
10,16), por los verdugos (Lc 23,34).
A veces se retiraba de su actividad pública para dedicar largos ratos para
conversar con su Padre. Para ello se le ve irse a un huerto apartado o a un descampado. Allá
pasa horas enteras (Mc 1,35; 6,46; 14,32). E incluso noches enteras (Lc 6,12) "El
acostumbraba retirarse a lugares despoblados para orar" (Lc 5,16).
Jesús no se apartaba de la costumbre ambiental solamente en lo referente a la
frecuencia y a la longitud de sus ratos de oración. Las oraciones oficiales de su época se
rezaban en hebreo, idioma que no entendía la gente sencilla. El rezaba en arameo, la lengua
del pueblo, como nuestro guaraní. Ya vimos cómo se dirigía a Dios con la palabra familiar
"Abbá". Y su oración típica, el padrenuestro, se la entrega a la comunidad en su lengua
materna, el arameo. Con eso, Jesús saca a la oración del círculo exclusivo de la liturgia
sagrada, y la pone en medio de la vida.
c) Oraciones en momentos decisivos
-57-
�Pocas veces se nos habla en los Evangelios del contenido de la oración de Jesús.
Pero hay dos casos especiales en los que nos vamos a fijar, la oración de acción de gracias
y la oración del huerto, pues reflejan dos momentos importantes en su existencia.
En el capítulo IV ya hablamos de su oración de acción de gracias al Padre por
haber revelado la Buena Nueva "a la gente sencilla" (Mt 11,25-26). Jesús termina diciendo:
"Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien". Se trata de una oración expresada
por Jesús en un momento decisivo de su actividad. Según las apreciaciones humanas, la
predicación de Jesús estaba fracasando, ya que las personas influyentes de su país habían
rechazado abiertamente su mensaje, y únicamente lo seguía un grupo de personas sin
importancia. Y en estas circunstancias de fracaso humano, Jesús se regocija y da gracias
porque el misterio del Padre ha sido entendido solamente por la gente sencilla, y los
"sabios" en cambio siguen sin ver. Se ha hecho posible lo que parecía imposible: han
comprendido sólo los que parecía que no podían entender. Así lo ha dispuesto la voluntad
del Padre, bueno y clemente. Y al darse cuenta de ello, Jesús se alegra y da gracias,
aceptando y alabando este designio del Padre, como algo inesperado y maravilloso.
La segunda oración a la que nos referimos es la del huerto:
"Adelantándose un poco, cayó a tierra, pidiendo que si fuera posible se alejara de
él aquella hora. Decía: ¡Abbá! ¡Papá!, todo es posible para ti, aparta de mí este trago,
pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieras tú" (Mc 14,36).
Es un momento serio de crisis, pues siente amenazado el sentido de la totalidad de
su vida. Y en este momento decisivo, Jesús va a la oración. Así sucedió ya en las
tentaciones del desierto (Lc 4,1-13), que no son otra cosa que un diálogo con el Padre sobre
la esencia última de su misión y el modo de llevarla a cabo. Y vuelve a aparecer en la
oración de Jesús en la cruz (Mt 27,46; Lc 23,46). Siempre que el sentido de su vida se ve
amenazado, Jesús se pone en oración delante de su Padre.
La oración del huerto recoge la crisis de Jesús a lo largo de toda su vida. Jesús
quisiera rehuir esa muerte que es consecuencia histórica de su vida. Pero por medio de la
oración triunfa su decisión de ser fiel a la voluntad del Padre hasta las últimas
consecuencias. A pesar de su intenso dolor sigue viva en él la confianza en su Abbá, en ese
Padre que exige su muerte. En los momentos más difíciles de su vida Jesús busca la
voluntad del Padre y confía en él, por más dura que sea su voluntad. Así como antes Jesús
-58-
�recogió en la oración la totalidad de su vida, expresada en un "gracias", ahora en una nueva
crisis la recoge en un "hágase tu voluntad".
Resumiendo, podemos decir que la oración de Jesús es la expresión del "más" que
va surgiendo en su propia historia. Ese "más" va apareciendo en la búsqueda de la voluntad
de Dios, en la alegría de que llegue el Reino, en la aceptación fiel hasta el final de la
voluntad de Dios y en la confianza incondicional hacia el Padre.
Para Jesús oración no es sin más "ponerse en contacto con Dios", sino ponerse
ante un Dios bien determinado, que une íntimamente bondad y exigencia. Lo fundamental
de su oración depende de quién era para él realmente el Padre. Ahí está lo más original de
su oración.
El Dios de Jesús es un Dios de amor, y por ello el lugar central de la oración de
Jesús es la praxis del amor; ahí él oye la voluntad de su Padre y la practica.
El contenido profundo de la oración de Jesús es muy simple: es mostrar la
aceptación de la voluntad de Dios sobre el Reino y sobre su propia persona, y mostrar la
alegría y el agradecimiento de que el Reino se extienda. Este contenido expresa la
experiencia de sentido último de Jesús: que Dios se va haciendo presente en la historia a
través del amor.
2. LAS ENSEÑANZAS DE JESUS SOBRE LA
ORACION
Al modelo ofrecido por él mismo, Jesús añade especiales instrucciones acerca de
la oración.
Jesús invita a sus seguidores a orar con frecuencia, y en concreto les exhorta a que
hagan oraciones de súplica: "Pidan y se les dará" (Mt 7,7). "Pidan y recibirán" (Jn 16,24).
"Lo que pidan al Padre, alegando mi nombre, él se lo dará" (Jn 15,16;14,13).
Insiste Jesús, con comparaciones tajantes, que siempre el Padre del cielo "dará
cosas buenas al que se las pida" (Mt 7,11). "Cualquier cosa que pidan en su oración crean
que ya lo han recibido y lo obtendrán" (Mc 11,24).
El deseo del Padre Dios de ayudarnos es muy superior al de un padre terreno (Mt
7,8-10) o al de cualquier amigo (Lc 11,5-13).
-59-
�Nuestra petición fundamental al Padre Dios sólo puede ser un: "Hágase tu
voluntad" (Mt 6,10). Y esta voluntad ha de concentrarse en la vivencia de los valores del
Reino.
Las cosas buenas que Dios promete son ante todo el Espíritu Santo (Lc 6,13). Es
"la alegría completa" (Jn 16,24) de poder vivir siguiendo las huellas que él dejó en este
mundo: "Quien cree en mí hará obras como las mías" (Jn 14,12). Para ello la única
condición es la fe en él (Mt 17,19-21), fe que es capaz de remover todo obstáculo que
impida su seguimiento.
Jesús, pues exhortó a sus discípulos a orar, pidiendo los dones del Reino, con la
seguridad de ser siempre escuchados. Este tema en su predicación es sencillo y claro.
Pero hay un segundo tema, más difícil de entender vivencialmente, que es el de las
enseñanzas de Jesús sobre cómo debe ser la oración. Con estas enseñanzas Jesús quiere
alertarnos sobre los peligros y desviaciones de una oración mal entendida. Para ello pone
Jesús como telón de fondo su denuncia contra ciertas formas de oración que se realizaban
en su tiempo. Jesús las desenmascara porque cada una de ellas se apoya en una idea falsa
sobre Dios. Veamos en concreto estas enseñanzas:
a) "Cuando recen, no sean palabreros como los paganos, que se imaginan que por
hablar mucho les harán más caso. No sean como ellos, que su Padre sabe lo que les hace
falta antes que se lo pidan" (Mt 6,7-8).
Detrás de las oraciones largas y pesadas se halla la idea de que Dios sólo nos
atiende si le acosamos con multitud de invocaciones y palabras, como si fuera alguien
displicente y distraído, a quien no le interesan nuestros problemas. Pero el Padre de Jesús
no es así. La fe en su amor nos libra de la necesidad de la palabrería, pues él sabe ya lo que
nos hace falta y siempre está dispuesto a ayudarnos. De lo que se trata en la oración es de
encontrar aquello que el Padre ya sabe. Eso es lo que hay que pedir que se nos vaya
revelando y concediendo.
b) "Cuando recen, no hagan como los hipócritas, que son amigos de rezar de pie en
las sinagogas y en las esquinas, para exhibirse ante la gente. Con ello ya han cobrado su
recompensa, se lo aseguro. Tú, en cambio, cuando quieras rezar, entra en tu cuarto, echa
la llave y rézale a tu Padre que está escondido; y tu Padre, que mira escondido, te
recompensará" (Mt 6,5-6).
-60-
�La oración es una cosa demasiado seria para hacerla objeto de exhibición. Esta
actitud que Jesús critica no es oración, pues lo único que buscan estos hipócritas es que la
gente los vea; buscan tener buena fama presentándose ante los demás como gente piadosa,
pero sin preocuparse de una actitud auténtica de sinceridad y conversión ante Dios.
Pretenden manejar a Dios en provecho de una falsa reputación. Y Dios no es así; él no se
presta a estos manejos. El escucha en la sinceridad de la soledad a todo el que derrama en
su presencia la sencillez de su vida.
c) Un caso parecido, pero más grave, es el del fariseo que subió al templo a orar. En
esta oración no sólo buscaba una buena fama; la oración, además, para él era motivo de
orgullo y, por consiguiente, de desprecio hacia los que no eran tan buenos como él. Jesús
dedica la parábola "a algunos que, pensando estar a bien con Dios, se sentían seguros de sí
y despreciaban a los demás" (Lc 18,9). El fariseo lo único que busca es afirmarse en el
buen concepto que él tiene de sí mismo; no le importa para nada lo que Dios pueda querer
de él; ni siquiera siente necesidad de su ayuda. Jesús lo condena porque su Padre no es de
los que fomentan falsos orgullos, ni autoengaños; menos aún, desprecios hacia nadie. En
cambio alaba al publicano porque él sí se sentía pequeño ante Dios y sumamente necesitado
de su ayuda.
d) "Cuidado con los letrados..., esos que se comen los bienes de las viudas con
pretexto de largos rezos" (Mc 12,38.40).
Si antes Jesús criticó la separación entre oración y vida, ahora alerta contra la falsa
oración que sirve de pretexto para oprimir a alguien. El presupuesto de la condena es la
opresión de las viudas, símbolo bíblico de todo desamparado y oprimido. La oración en
estos casos se degenera convirtiéndola en mercancía, en mecanismo de opresión. Ello
encierra una gravísima ofensa al Padre Dios, pues en su nombre se aplasta precisamente a
los predilectos de Dios. La oración que debiera servir para acercarse y encontrar a Dios, se
convierte en camino para alejarse y ofender a Dios. Y ofende gravemente a Dios porque en
el fondo se cree que Dios es patrón cruel, opresor él también de los débiles. Esta
concepción de Dios no podía menos que enojar seriamente el corazón sensible de Jesús. De
ahí su dura reacción ante los mercaderes del templo, porque la casa de su Padre (Jn 2,16),
que debiera ser "casa de oración", la habían convertido en "cueva de bandidos" (Mt
21,13).
-61-
�e) "No basta andar diciéndome: ¡Señor, Señor! para entrar en el Reino de Dios; hay
que poner por obra la voluntad de mi Padre del cielo" (Mt 7,21).
Jesús, siguiendo la línea de los grandes profetas, critica en este texto y en los
versículos que siguen, la oración que no va acompañada de deseo sincero de cumplir la
voluntad del Padre. Hay algunos que rezan, que hablan en nombre de Jesús, y hasta hacen
"milagros", pero "practican la maldad", y por ello les dice Jesús que "nunca los ha
conocido" (Mt 7,22-23). Son los "necios que edificaron su casa sobre arena" (Mt 7,26-27).
Dios no es ningún tontito al que se pueda engañar con rezos. El sabe muy bien cuándo
nuestra oración es sólo un tranquilizante de conciencia para no hacer nada, y cuándo la
oración encierra un sincero deseo de llevar a la práctica la voluntad del Padre.
f) Terminemos estas enseñanzas de Jesús destacando una condición previa que él
pone para que pueda ser escuchada por Dios una oración. Se trata del perdón de las
ofensas. El estar dispuesto a perdonar a los hermanos es condición imprescindible para que
nos escuche el Padre de todos. Toda oración supone la súplica del perdón de Dios; pero
dice Jesús que Dios no perdona si uno mismo no está dispuesto a perdonar (Mc 11,25; Mt
6,14-15; 18,35).
El que ha pecado contra su hermano, antes de presentarse ante Dios, debe pedirle
perdón al hermano (Mt 5,23-24). Jesús nos enseñó en el padrenuestro a reconocerlo así ante
Dios (Mt 6,12). Y ordenó además que esta prontitud y buena voluntad para perdonar no ha
de tener límites; debe llegar incluso al enemigo (Mt 5,44; Lc 6,28). Según Jesús, el camino
hacia Dios pasa necesariamente por la reconciliación entre hermanos. Si no fuera así,
estaríamos negando la paternidad universal de Dios.
3. ORIGINALIDAD DE LA ORACION CRISTIANA
La fe que Jesús tenía en el Padre le llevaba a estar en constante comunicación con
él, buscando siempre conocer y cumplir su voluntad. Ello lo hacía con una total
familiaridad y confianza en él.
Esta actitud de Jesús es el modelo a seguir para todo el que tenga fe en él.
-62-
�El cristianismo no se distingue de las otras religiones porque tenga un objeto
distinto (los cristianos adoran a Cristo, mientras que los judíos adoran a Yavé, los
musulmanes a Alá), sino porque se basa en una forma radicalmente nueva de encuentro con
Dios.
El cristiano se define por su fe en Jesucristo. Fe que no es ante todo un sistema de
verdades, ni un conjunto de prácticas religiosas con las que se intenta influir en la
divinidad. La fe cristiana es la aceptación sin condiciones de Cristo Jesús como norma
decisiva de la propia existencia. Cree en Cristo la persona que se decide seriamente a vivir
la vida de Cristo. Creer es vivir y hacer el Evangelio de Cristo en el mundo de hoy y para
los hombres de hoy. Sin evasiones, ni componendas. "El que quiera servirme, que me siga,
y allí donde esté yo, estará también mi servidor" (Jn 12,26).
Ante este supuesto, podemos ya entender en qué está la originalidad de la oración
cristiana, y las consecuencias que se derivan de ello respecto a la relación que debe haber
entre oración y vida.
La experiencia de la oración cristiana se diferencia radicalmente de cualquier otra
experiencia de oración por dos motivos fundamentales. En primer lugar porque no se trata
solamente de una búsqueda natural del hombre hacia lo divino, sino de la revelación de que
es el mismo Dios el que toma la iniciativa y busca relacionarse con nosotros. En segundo
lugar, y ante todo, se trata de una relación personal con Jesucristo. No hay oración cristiana
si no hay un trato directo con Cristo. La oración cristiana no se puede quedar sólo en una
bella contemplación histórica o afectiva de una escena evangélica, o en una linda
celebración litúrgica, ni siquiera en una meditación de las verdades cristianas.
La oración no es verdaderamente cristiana, sino cuando el cristiano sale de ella
con una fe, una esperanza y una caridad más intensas, es decir, decidido a vivir más
sinceramente como hijo de Dios, con Cristo Jesús. Este contacto con Jesús y esta decisión
distingue a la oración cristiana de toda otra oración, pagana o de cualquier otra religión.
Respecto a la relación que debe haber entre oración cristiana y vida: nuestra
oración de creyentes en Jesús se distingue de cualquier otra forma de experiencia religiosa
porque es inseparable de nuestra actitud de servicio a los demás. Si no hay una orientación
de toda la vida, sea como sea, hacia los demás, la oración cristiana es sencillamente
imposible.
-63-
�Esto no quiere decir que a Dios se le encuentre solamente en el prójimo, en los
pobres, en el servicio incondicional a los demás. Esta es la consecuencia, el sello, de la
auténtica oración cristiana. Pero la oración no es la caridad. Ella conserva siempre su
carácter específico de vivencia directa e inmediata de diálogo ante el Señor Jesús en una
cierta soledad. O sea, que la oración cristiana no es la vida, pero no puede entenderse
separada de la vida. Las enseñanzas de Jesús de las que hablábamos en el apartado anterior
dejan en su sitio este punto.
La oración cristiana siempre se dirige a Jesucristo, o a su Padre por medio de él y
en su nombre (Jn 14,13-16). En ningún pasaje de la Biblia se encontrará ni un solo texto en
el que el orador se dirija a alguien que no sea el Padre Dios o su Hijo Jesús. La oración
tiene siempre una dimensión necesariamente vertical.
San Pablo hace una distinción importante, que ayuda a aclarar las tensiones que a
veces tenemos entre oración y acción. El distingue entre Cristo, el Señor, y el cuerpo de
Cristo (1 Cor 12,12.27; Rom 12,5, etc.). Cristo que es la cabeza del cuerpo, es distinto del
cuerpo, aunque tiene una influencia decisiva sobre él (Col 1,18; 2,10.19; Ef 1,23; 4,15;
5,23).
Jesús no es una realidad difusa, más o menos diluida en los creyentes. El Señor
conserva su personalidad, su distinción y su puesto distinto. Pues bien, la oración, o sea,
esta actitud de adhesión personal no se dirige nunca al "Cuerpo", "que es la Iglesia" (Ef
1,23), por la que Pablo pide, se sacrifica y trabaja. Esto quiere decir que donación de
servicio a los otros y oración no son la misma realidad. La oración conserva siempre su
autonomía y su forma de ser bien definida; y no se la puede diluir confundiéndola, más o
menos sutilmente, con los servicios que debe prestar todo cristiano.
Pero siendo distintos, oración y servicios, el único criterio válidamente definitivo
para medir la autenticidad de nuestra oración es precisamente la actitud que tomamos ante
los demás: "Si nos amamos mutuamente, Dios está con nosotros... y esta prueba tenemos
de que estamos con él" (1Jn 4,12-13). "Como cristianos... lo que vale es una fe que se
traduce en amor" (Gál 5,6). Esta es la norma para no engañarnos a la hora de valorar la
autenticidad de nuestra oración. Si en realidad nos encontramos con Cristo, la Cabeza,
necesariamente, como consecuencia lógica, nos encontramos con su "cuerpo": todo prójimo
necesitado de nuestros servicios. Todo aprendizaje de verdadera oración cristiana ha de
acabar descubriendo a Dios en el otro.
-64-
�La verdadera oración de un cristiano lo lleva necesariamente hacia los demás. Pero
no es posible el amor de hermanos al estilo de Jesús si no se da primero la experiencia del
encuentro personal con Dios, el Padre. La existencia cristiana, que es existencia para los
otros, se fragua solamente en la experiencia de Dios a través de Cristo Jesús. Esta es la
expresión última más original de la oración cristiana.
Bibliografía
1. J. JEREMIAS, Teología del NT, pgs. 218-255: La nueva manera de orar.
J. SOBRINO, La Oración de Jesús y del Cristiano, Paulinas, Bogotá 1981, pgs. 25-33; 55-56: La oración de
Jesús.
X. LEON-DUFOUR, Vocabulario de Teología Bíblica, Herder, Barcelona 1982, pgs. 615-616: La oración
de Jesús.
AGUSTIN GEORGE, El Evangelio según San Lucas, Cuadernos bíblicos 3, Verbo Divino, Estella 1982,
pgs. 43-49: La oración de Jesús.
HOAC, Jesús de Nazaret, pgs. 128-130.
DONALD GRAY, Jesús, Camino de Libertad, Sal Terrae, Santander 1984, pgs. 81-89: Jesús, el hombre
piadoso.
2. J. JEREMIAS, Teología del NT, pgs. 225-227: Las enseñanzas de Jesús sobre la oración.
J. SOBRINO, La oración..., pgs. 19-25
X. LEON DUFOUR, VOCABULARIO... , pgs. 614-615:La oración tal como la enseña Jesús.
HOAC, Jesús de Nazaret, pgs. 130-143: Jesús critica determinadas prácticas de oración. Pedagogía de
Jesús.
J. L. CARAVIAS, Cristo es Esperanza, Latinoamérica Libros, Buenos Aires 1984, pgs. 79-84: Orar en
nombre de Cristo.
EDUARD LOHSE, Teología del Nuevo Testamento, Cristiandad, Madrid 1978, pgs. 60-62.
3. J. M. CASTILLO, Oración y Existencia Cristiana, pgs. 146-192: Originalidad de la oración cristiana.
G. GUTIERREZ, Beber en su propio Pozo, pgs. 112-136: La espiritualidad de un pueblo.
L. BOFF, De la Espiritualidad de la Liberación a la Práctica de la Liberación, Indo-Américan, Bogotá
1981.
JUAN HERNANDEZ PICO, La oración en los Procesos Latinoamericanos de Liberación, en
Espiritualidad de la Liberación, CEP, Lima 1982, pgs. 181-185: La oración desde la noche oscura de la
injusticia estructural.
E. SCHILLEBEECKX, Dios y el Hombre, Sígueme, Salamanca 1969 pgs. 255-261.
NUEVO DICCIONARIO DE TEOLOGIA, Cristiandad, Madrid 1982, pgs. 1178-1181: Oración III,
Problemática religiosa de la oración cristiana y manifestación de su originalidad.
-65-
�-66-
�6
Padre nuestro
Jesús no sólo invoca a Dios como Padre suyo (Abbá), sino que además nos enseña
también a nosotros a mirar a Dios como Padre de todos, con la misma confianza suya.
Necesitamos crecer en la fe y en la esperanza para poder repetir con Jesús: "Padre nuestro".
Si él no nos lo hubiera enseñado y pedido que rezásemos, jamás hubiéramos podido
exclamar: ¡Padre querido! Pero esta enseñanza de Jesús nos hace herederos del manantial
inagotable de su esperanza, a pesar del mundo de injusticias que nos oprime.
1. JESUS ENSEÑA A SUS DISCIPULOS A INVOCAR A DIOS COMO ABBA
QUERIDO
En nuestro mundo, como también lo era en la época de Jesús, a veces se hace
difícil ver a Dios como Padre bueno. La injusticia, la marginación y la explotación reinan
por todos lados. Pero justamente metido en medio de este mundo cruel, es donde Jesús
quiere hacernos entender la bondad de Dios, su paternidad universal y las consecuencias a
que nos debe llevar a todos la fe en esta paternidad divina.
Jesús entrega a sus discípulos la oración del padrenuestro como un resumen en
pocas palabras del corazón de su predicación. Y al entregarnos Jesús esta oración suya nos
da el poder de decir como él: Abbá. Esto significa que nos hace participar de su relación
con Dios.
Este Padre no lo es sólo de los fieles, como decía el salmo 103 ("como un padre
siente cariño por sus hijos, siente el Señor cariño por sus fieles"), sino que es Padre de
todos indistintamente, "porque él es bondadoso con los malos y desagradecidos" (Lc 6,35),
"hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre malos y buenos, justos e
injustos" (Mt 5,45).
-67-
�La enseñanza de Jesús sobre nuestro Padre Dios encierra una gran novedad. Ya
hemos hablado de ello en capítulos anteriores. Pero nunca insistiremos lo suficiente.
La novedad está en la experiencia hecha por Jesús y transmitida a nosotros por los
apóstoles de que Dios está aquí como Padre, cuidando de sus hijos, con un corazón sensible
a nuestros problemas, con los ojos clavados en nuestros sufrimientos y con sus oídos
atentos a nuestro clamor. El hombre no es un número sin nombre o una molécula perdida
en los espacios, sino una persona, centro del amor entrañable de Dios. Con toda confianza
podemos entregarnos a los cuidados de nuestro Abbá, hasta la entrega total de la vida y aun
de la muerte, pues, gracias a Jesús, sabemos que él nos conoce y nos guarda en su corazón.
Venga lo que viniere, él hará que todo sirva para nuestro bien (Rom 8,28-39).
La Iglesia primitiva, que hablaba el arameo, conservó la invocación "Abbá, Papa
querido", y se la transmitió a las comunidades de lengua griega. Con esta sencilla
invocación aquellos primeros cristianos recogieron el núcleo de su fe en el Dios de Jesús.
Pablo indica con claridad lo que significaba esta invocación para aquellas comunidades:
"La prueba de que ustedes son hijos, es que Dios envió a su interior el Espíritu de
su Hijo, que grita: ¡Abbá! ¡Papá! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo" (Gál 4,6-7).
"Recibieron un espíritu que los hace hijos y que nos permite gritar: ¡Abbá! ¡Papá! Ese
mismo espíritu le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios" (Rom 8,15-16).
Que nosotros podamos llamar a Dios Papá es algo que supera todas las
posibilidades humanas. Esto no es posible sino dentro de la nueva relación con Dios que
nos ha dado su Hijo Jesús. Dios mismo, a través de su espíritu, hace brotar en nosotros esa
invocación, en la que toma vida, siempre que resuena, nuestro ser de hijos suyos. Siempre
que gritamos Abbá, Dios nos da esta seguridad: ustedes son realmente hijos míos; pueden
estar plenamente seguros de ello.
Se trata de una filiación siempre animada a la libertad y a la responsabilidad del
adulto, a semejanza del hermano mayor, Jesucristo (ver Ef 4,14-15; 1 Cor 14,20).
Decir Abbá, siguiendo el ejemplo de Jesús, es un privilegio, que hace cumplir de
antemano la antigua promesa bíblica: "Seré un padre para ustedes y ustedes para mí, hijos
e hijas" (2 Cor 6,18, citando a 2 Sam 7,14).
-68-
�2. NO TODOS SON HIJOS DE DIOS
Dios es Padre de todos y con todos se comporta como buen Padre. Pero no todos
los hombres merecen dar a Dios el nombre de Padre. Para ser considerados hijos de Dios
tenemos siquiera que intentar vivir como hijos de Dios. Esta es una posibilidad que a todos
nos brinda Jesús, pero no todo el mundo lo acepta en su vida.
Todos podemos llegar a ser hijos de Dios, pues el mismo Dios nos ofrece su
Espíritu a través de Jesús, es decir, nos ofrece su misma vida.
Jesús nos llama a tener esta nueva relación con Dios. Se trata de una actitud básica
de absoluta seguridad y confianza en el Padre. Una confianza que incluye la seguridad de
sentirse comprendido y perdonado; esperanza en el futuro y certeza en el triunfo final.
Pero para vivir como hijos de Dios no es suficiente una actitud pasiva de confianza
hacia él. Para ser hijos, en cierto sentido hay que tener una actitud parecida a la del Padre.
Por eso dice Jesús: "Amen a sus enemigos y recen por los que les persiguen, para ser hijos
de mi Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos... Por consiguiente, sean
ustedes buenos del todo, como es bueno su Padre del cielo" (Mt 5,44-48). Porque Dios "es
bondadoso con los malos y desagradecidos", por eso sus hijos deben ser "generosos como
su Padre es generoso" (Lc 6,35-36).
Dios no se venga de nadie privándole del sol o de la lluvia. Pues al igual que él,
ningún hijo suyo puede pensar en tomarse una revancha contra alguien. El que se reconoce
como hijo del Padre del cielo no es capaz de hacerle daño a nadie, ni siquiera a un enemigo.
Se trata de comprender que la bondad desconcertante del Padre del cielo tiene que
manifestarse en sus hijos de la tierra con una bondad semejante a la suya. Sólo así podrán
ser hijos de tal Padre. Y los que no quieren comportarse como su Padre del cielo, en
realidad no son hijos suyos. Porque los hijos se parecen al Padre.
Jesús en una discusión con los fariseos, les dice que ellos no son hijos de
Abraham, ni de Dios, porque no hacen las obras de sus padres. El mensaje de Jesús "no les
cabe en la cabeza" (Jn 8,37) a aquellos fariseos; y por eso quieren matarle. Jesús les dice:
"Ustedes hacen lo mismo que su padre" (Jn 8,41). "Si Dios fuera su padre me querrían...
Pero ustedes tienen por padre al diablo y quieren realizar los deseos de su padre. El fue un
asesino desde el principio, y nunca ha estado con la verdad..." (Jn 8,42-44).
-69-
�Jesús enfrenta a los fariseos por su modo de obrar. Ser hijo no es algo pasivo, sino
algo activo, que lleva a honrar al padre comportándose de una forma parecida a la de él. Si
ellos no se portan como se portaba Abraham, no son hijos suyos; un hijo aprende de su
propio padre (Jn 5,19). Si no imitan a Abraham es porque no tienen al Dios de Abraham,
sino que son idólatras. Si no tienen los mismos sentimientos ni el mismo modo de actuar de
Dios, es porque no son hijos de Dios. Y el que no es hijo de Dios es hijo del demonio:
homicida y mentiroso.
Dice San Juan: "Con esto queda claro quiénes son los hijos de Dios y quiénes los
hijos del diablo: Quien no practica la justicia, o sea, quien no ama a su hermano, no es de
Dios" (1 Jn 3,10-11).
No todo el mundo, pues, tiene derecho a llamar Padre a Dios. El fariseo orgulloso,
idólatra, al que le gusta vivir en la mentira, "el que no practica la justicia", el que no quiere
entender la buena nueva de Jesús, no es hijo de Dios, hasta que no cambie de actitud. En
cambio, el pecador que acepta su condición y quiere buscar a Dios con sincero corazón,
encontrará siempre en Dios un corazón de Padre, y podrá invocarlo siempre como Abbá
querido.
3. EL DON DE SER HIJOS DE DIOS
Todo el que sinceramente quiera parecerse a su Padre, encontrará en él una
continua ayuda para conseguirlo.
Los que comienzan a vivir los valores del Reino ya desde ahora tienen a Dios
como Padre, y ya desde ahora están en la condición de hijos. Son los que en medio de sus
pecados y sus limitaciones realmente quieren y buscan el Reinado de Dios. Ellos son los
verdaderos discípulos de Jesús.
Este don de ser hijos de Dios marca un sello muy especial en la vida de los
discípulos de Jesús. Lo podemos ver en tres aspectos:
a) El ser hijos da la certidumbre de que se es partícipe del triunfo futuro definitivo.
Los hijos saben que es voluntad del Padre que ninguno de los pequeños se pierda (Mt
18,10.14). Con amor más que paternal, Dios les concede los dones del tiempo de salvación
(Mt 7,9-11). Serán partícipes de la gloria real de Dios: "Tranquilícense, rebaño pequeño,
-70-
�que es decisión de su Padre reinar de hecho sobre ustedes" (Lc 12,32). Los discípulos de
Jesús saben que Dios ha de concederles gratis la salvación, aunque ellos estén ante Dios
como mendigos, más aún, precisamente porque ellos están ante Dios como mendigos.
b) Sentirse hijos de Dios no sólo da confianza en el más allá; da también seguridad en
medio de la vida de cada día. El Padre sabe qué es lo que sus hijos necesitan (Mt 5,45).
Nada es demasiado pequeño para Dios (Mt 10,29-30). Precisamente a los más pequeños es
a quien Dios más protege. Por ello no hay que angustiarse ante los problemas de cada día
-comer, beber, vestir-: "Ya sabe su Padre del cielo que tienen necesidad de todo eso.
Busquen primero que reine su justicia, y todo eso se les dará por añadidura" (Mt 6,32-33).
c) La fe en el Padre da valor para aceptar su voluntad en los momentos difíciles.
Cuando uno se sabe hijo de Dios, el sufrimiento aparece con una luz nueva. Jesús se revela
contra la idea judía de que todo sufrimiento era castigo de Dios (Lc 13,1-5; Jn 9,2). El sabe
que el sufrimiento es un llamado a la conversión y que hay sufrimientos que sirven para la
gloria de Dios (Jn 9,3;11,4). Sufrir por el Reinado del Padre es un motivo de gozo (Mt
5,11-12; Lc 6,23).
Hasta la muerte aparece con luz distinta para los hijos de Dios: "¿No se venden un
par de pajaritos por unos centavos? Y, sin embargo, ni uno solo caerá al suelo sin que lo
disponga el Padre. Pues de ustedes, hasta los pelos de la cabeza están contados. Así que
no tengan miedo, que ustedes valen más que todos los pajaritos juntos" (Mt 10,29-31). Si
ni siquiera un gorrión muere sin que el Padre Dios lo permita, ¡cuánto más estará en las
manos de Dios la vida y la muerte de los suyos!
El Padre "no es Dios de muertos sino de vivos" (Mc 12,27). La fe en él encierra en
sí la certeza de vencer a la muerte.
Para los que se sienten hijos de Dios, el enigma eternamente incomprensible del
mal queda depositado confiadamente en sus manos. Nada sucede sin la permisión de Dios.
Jesús así lo cree incondicionalmente. Hay en él una palabra que es más fuerte que todas las
preguntas, que todos los enigmas y que todos los temores. Y esa palabra es "Abbá". El
Padre está al tanto de todo.
Aunque no todos, pues, vivimos como hijos de Dios, y aunque hay gente que se
porta como hijo del diablo, todos los humanos tenemos la posibilidad de mirar a Dios como
Padre, esperando su comprensión y su ayuda bondadosa. Basta querer creer con humildad
en este Padre bueno...
-71-
�4. LA FE EN EL MISMO PADRE NOS HACE HERMANOS
Hemos visto ya cómo Jesús nos presenta el verdadero rostro del Padre,
principalmente a través de su actitud de amor para con todos.
Para ahondar en la actitud de amor de Jesús hacia todos, es bueno comenzar
haciendo notar que él no fue ningún ingenuo frente al corazón del hombre. No se pueden
encontrar en Jesús huellas de romanticismo. El Evangelio de Juan afirma que Jesús no se
dejaba impresionar fácilmente por rápidas muestras de adhesión, porque tenía una profunda
experiencia, típica de su carácter de profeta, de la volubilidad humana: "No necesitaba de
informes de nadie; él conocía al hombre por dentro" (Jn 2,25). El sabía muy bien que
"nadie es bueno más que uno, Dios" (Mc 10,18). Todo lo que hay de bondad en los
hombres viene de Dios. Ni siquiera el amor con que normalmente trata un padre a su hijo
engaña a Jesús sobre el corazón humano: "Si ustedes, malos como son, saben dar cosas
buenas a sus niños, cuánto más su Padre del cielo se las dará a los que se las pidan" (Mt
7,11).
Pero a pesar de todo ello, según Jesús el Padre Dios nunca deja de creer y de
esperar en nosotros. El sabe muy bien lo que hace. Y si él, conociéndonos como nos
conoce, sigue amando al hombre es porque el hombre merece ser amado. O mejor dicho: el
hombre ha sido hecho digno de ser amado por Dios.
Puesto que Dios es verdadero Padre, él no quiere reclamar ningún derecho para sí
que no sea el amor eficaz hacia sus hijos. El verdadero servicio a Dios tiene que ser
servicio al hombre porque así lo quiere el mismo Dios. Quien se sabe amado por Dios y
quiere corresponder a ese amor es llamado por Jesús a hacer lo que Dios hace: amar a la
gente. La fe que predicó Jesús afirma que es imposible "amar a Dios" en directo, sin que
ese amor pase por un amor histórico y concreto a los que Dios ama. Fue Jesús el que nos
descubrió en su profundidad que cuando se habla de amor a Dios, entonces materialmente
se está hablando de amor al prójimo, del amor histórico y real a los hombres y mujeres de
nuestro mundo. Esta es una de las grandes novedades que trae Jesús con respecto a Dios.
No hay, ni puede haber conflicto entre los "derechos de Dios" y los "derechos del hombre".
La realidad de Dios Padre nace cuando el hombre es capaz de descubrir en el otro
un hijo de Dios y un hermano suyo. Este es un dato característico de la experiencia de Dios
-72-
�en Jesús. El no usa la palabra Dios sin unirla concretamente al hombre. Los judíos usaban
la palabra Dios justificando con ella su odio a los enemigos (Mt 5,43) y las divisiones entre
"justos" y "pecadores". Pero para Jesús Dios emerge exactamente dentro de la vida y en
relación con los otros. Cada hombre vale más que todo (Mt 6,26); es más importante que la
observancia del sábado (Mc 2,27), más importante que el servicio del culto (Lc 10,30-37),
que el sacrificio (Mt 5,23-24; Mc 12,33), que la piedad y la observancia de las leyes (Mt
23,23). Por eso San Juan une tan maravillosamente el amor al prójimo con el amor a Dios
(1 Jn 4,19-21).
Dios está presente de tal manera en el misterio del hombre, que el amor al prójimo
es también amor a Dios. Por perversa que sea una persona, no consigue destrozar la belleza
que encierra en sí misma por el hecho de que Dios siempre la quiere. Es ese amor divino el
que hace amable incluso al enemigo, al ingrato y al pecador.
Esto no quiere decir que para Jesús, Dios no sea lo más importante de todo. Sino
que, porque Dios es amor con todos, y de una manera especial para con los marginados y
despreciados, es imposible llegar a él si no es respondiendo a esa realidad de amor. Puesto
que Dios es para los hombres, no puede haber culto a Dios, ni puede haber "sábado", ni
nada sagrado, que no sea para los hombres, para su servicio y su promoción integral. Así es
la novedad de la revelación de Jesús.
Desde Jesús, para convertirse a Dios y a su Reino, es necesario convertirse, acá y
ahora, al hombre y sus problemas. El amor a Dios se hace realidad en la lucha de la
liberación del hombre (Mt 25). El que sigue a Cristo toma en serio los problemas concretos
del prójimo.
Como consecuencia, pues, de esta fe en el Padre, nace un nuevo tipo de
comunidades de los hermanos y hermanas en el Hermano mayor que es Jesús; todos somos
hijos en el Hijo, animados con la misma exclamación del Hijo Jesús; ¡Abbá!, ¡Papá de
todos nosotros!
Sólo se puede saber qué es realmente un padre cuando se acepta al otro como
hermano. El hermano mayor de la parábola del hijo pródigo no entiende qué es un padre
porque no reconoce al otro como hermano.
Sólo en el perdón y el amor fraterno se puede conocer al Padre Dios. Una relación
con Dios que pretenda ser individual y separada de todo compromiso fraterno, por más
-73-
�piadosa que sea, será totalmente vana e inútil: Si llamamos a Dios Padre, debemos llamar
hermanos a todos sus hijos.
En el Nuevo Testamento es tan clara esta enseñanza, que bastaría meditar unas
cuantas citas, que se comentan por sí mismas y entre sí. No pretendo extenderme en ellas.
Es un tema bastante conocido. Solamente quiero recordarlas.
En primer lugar está el mandamiento nuevo de Jesús. El, que amó a los suyos
hasta el máximo (Jn 13,1), mandó a sus discípulos que el amor de hermanos fuera parecido
a su propio amor (Jn 13,35; 15,12-14.17).
San Juan comenta estas palabras de Jesús, sacando de ellas unas consecuencias
muy lógicas, ¡lógicas para el amor, claro!: "Amémonos unos a otros, porque el amor viene
de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a
Dios, porque Dios es amor" (1 Jn 4,7-8). "Amigos míos, si Dios nos ha amado tanto, es
deber nuestro amarnos unos a otros... Quien ama al que le dio el ser, ama también a todo
el que ha nacido de él" (1 Jn 5,1).
Las consecuencias de esta "religión pura y sin mancha a los ojos de Dios Padre"
(Sant 1,27), son muy serias en nuestro continente creyente y oprimido. Acá "los huérfanos
y las viudas", los marginados y despreciados se cuentan por millones... ¡Y decimos todos
creer en Dios! ¿En qué Dios?
Jesús nos trajo la capacidad de amar de una manera nueva (Rom 5,4-5; 15,5; Ef
5,2). En la medida en que nos dejemos llevar por esta novedad, el Padre Dios irá dejando
de ser un desconocido para nosotros. Sólo con Cristo seremos capaces de ser realmente
hijos de Dios, hermanos todos unos con otros. Estamos destinados a ser uno solo en él, un
solo cuerpo, teniéndole a él por cabeza (Ef 4,15). El es el hermano "mayor de una multitud
de hermanos" (Rom 8,29).
Nosotros, por ahora, "gemimos en lo íntimo a la espera de la plena condición de
hijos..., pues con esta esperanza nos salvaron" (Rom 8,23). Se trata de una esperanza que
no puede defraudar, pues se apoya en el amor de Dios a toda la humanidad. Sobre este
amor, absolutamente fiel, experimentado en la oración, Jesús afirma que se puede afrontar
con éxito, a través de la historia, la construcción de una verdadera fraternidad.
No se podrá construir la verdadera fraternidad si no es a partir del amor del Padre.
El amor del que debe estar cargada toda acción verdaderamente revolucionaria-liberadora,
-74-
�no se sostiene sin la experiencia alegre y dolorosa de un diálogo explícito con el Padre de
Jesucristo.
-75-
�Bibliografía
1. J. JEREMIAS, Abbá, pgs. 52, 71-73, 227.
L. BOFF, El Padrenuestro, Paulinas, Madrid 1982, pgs. 35, 42-44.
SANTOS SABUGAL, El Padrenuestro en la Interpretación Catequética Antigua y Moderna, Sígueme,
Salamanca 1982, pgs. 57-118.
ALBERTO INIESTA, Teopraxis I, Sal Terrae, Santander 1981, pgs. 47-63: Creer en Dios Padre.
JUSTO ASIAIN, Hemos creído en el Amor, Lohlé, Buenos Aires 1981, pgs. 29-38: El Padre nos ama.
NUEVO DICCIONARIO DE TEOLOGIA, Cristiandad, Madrid 1982, pgs. 1.261-1.264: Padre: En Jesús
nos atrevemos a decir "Padre nuestro".
2. J. JEREMIAS, Teología del NT., pgs. 211-218: El Padre.
JUAN MATEOS, El Evangelio de Juan, Cristiandad, Madrid 1982, pgs. 414-421. El linaje de Abrahán no
es libre sino esclavo.
J. M. CASTILLO, Teología y pobreza, en Misión Abierta, Madrid nov. 1981, pgs. 153-155: ¿Padre de
todos?
3. J. I. GLZ FAUS, Acceso a Jesús, Sígueme, Salamanca 1979, pgs. 169, 172-173.
J. SOBRINO, La Oración de Jesús y del Cristiano, pgs. 48-53: Amar a Dios y al prójimo un solo
mandamiento.
L. BOFF, Padre Nuestro, pg. 44.
- La Experiencia de Dios, CLAR, Bogotá 1983, pgs. 68-69: Dios Padre lleva a descubrir sus hijos como
hermanos.
- El Rostro Materno de Dios, Paulinas, Madrid 1979, pgs. 104-111: Dios-Madre.
J. R. GUERRERO, Experiencia de Dios y Catequesis, PPC, Madrid 1979, pgs. 244-245.
G. GUTIERREZ, Teología de la Liberación, CEP, Lima 1984, pgs. 238-252: La conversión al prójimo.
J. HDZ PICO, La Oración en los procesos latinoamericanos de liberación, en Espiritualidad de la
Liberación, CEP, Lima 1982, pgs. 165-171: Llamar a Dios Padre, experiencia de liberación.
MONTSERRAR CAMPS, El Dios de Jesucristo, Barcelona 1980, pgs. 29-30: La invocación del mismo
Padre nos hace hermanos.
J. L. CARAVIAS, Cristo es Esperanza, pgs. 114-119: El mandamiento de Cristo.
JOSEPH DONDERS, Jesús el Ignorado, Lohlé, Buenos Aires 1982, pg. 109.
MARCELINO LEGIDO, Fraternidad en el Mundo, Sígueme, Salamanca 1982, pgs. 198-208: Familia de
hijos y de hermanos.
J. M. GONZALEZ RUIZ, Creer es Comprometerse, Marova, Madrid 1970, pgs. 37-56: La pregunta divina
de la fe: ¿dónde está tu hermano?
J. ASIAN, Hemos creído en el Amor, pgs. 95-106: Amar a los demás como Jesús nos ama.
XABIER PIKAZA, Hermanos de Jesús y Servidores de los más Pequeños (Mt 25,31-46), Sígueme,
Salamanca 1984.
-76-
�7
Venga a nosotros
tu Reinado
El ministerio público de Jesús se centra en la proclamación solemne y decisiva
para la historia del Reinado de Dios. El centro mismo de la predicación y del mensaje de
Jesús es su enseñanza sobre el Reino de Dios. Jesús habla de este tema con mucha
frecuencia.
Desde el principio hasta el fin, Jesús fue testimonio de este anuncio y vivió para
testimoniar esta esperanza: "Se ha cumplido el plazo:, decía; “ya llega el Reinado de Dios.
Cambien de vida y tengan fe en la Buena Noticia" (Mc 1,15). Desde el comienzo "empezó
Jesús a proclamar: Cambien de vida, que ya llega el Reinado de Dios" (Mt 4,17).
"Recorría todos los pueblos y aldeas proclamando la Buena Noticia del Reino" (Mt 9,35;
4,23).
El era consciente de que el Padre lo había enviado para anunciar su Reinado (Lc
4,43-44). Y esta misma tarea dio él a sus discípulos (Lc 9,1-3).
1. EL DIOS DEL REINO
Hemos visto que Jesús se dedicó preferentemente durante su vida de predicador a
anunciar la Buena Noticia de un Dios Padre, enteramente bueno para con todos, y de una
manera muy especial para con los despreciados de este mundo.
Esta paternidad, según Jesús, ha de llegar a realizarse efectivamente sobre toda la
humanidad. Todos hemos de llegar a vivir realmente como hijos de Dios. El Reinado de su
amor es una realidad que ya se comienza a vivir, aunque aún le falta mucho para llegar a su
plenitud. ¡Pero llegará!
-77-
�El Reino de Dios y el Dios del Reino son los dos temas preferentes de Jesús, que
en el fondo no son sino uno, pues todo el anuncio del Reino depende de la nueva imagen
del Padre que presenta Jesús. El amor del Padre se concentra en la realidad incipiente pero
ya en marcha del Reino. El "Abbá" de Jesús es el Dios del Reino.
El Reino da razón del ser de Dios como Abbá y la paternidad de Dios da
fundamento y razón de ser al Reino. Jesús cree y predica que no se llega a Dios fuera de la
búsqueda dolorosa del Reino y que no hay Reino posible sino en la paternidad de Dios.
La experiencia de la unión Abbá-Reino constituye toda la clave de lo que Jesús
personalmente vivía, todo el horizonte de lo que Jesús predicó y todo el sentido del
discipulado que, para Jesús, parece no ser más que una introducción a esta experiencia. El
que quiera seguir a Jesús tiene que poner su corazón en la dualidad inseparable
Abbá-Reino. Porque hemos aprendido a llamar a Dios "Padre nuestro", por eso confesamos
y pedimos la venida de su Reino, pero no sólo de palabra, sino de una manera vivencial,
comprometiéndonos en la construcción de ese Reinado. Compromiso que ha de ser como el
de Jesús y con Jesús.
Jesús no predicó simplemente a "Dios", tomado en un sentido abstracto. Lo último
para Jesús es Dios en su relación con la historia de los hombres, concretada como Reinado
de Dios. El busca construir una historia que sea según Dios. Por ello podemos afirmar que
lo que da sentido a la vida, actividad y destino de Jesús es el Reino de Dios. Lo último para
Jesús es la voluntad realizada del Padre.
Lo más original del mensaje de Jesús es justamente la unión indisoluble entre el
Abbá y el Reino. Un escrito muy antiguo conserva un dicho de Jesús que dice así: "Quien
conozca a Dios encontrará el Reino, porque conociendo a Dios se conocerán a ustedes
mismos y entenderán que son hijos del Padre". Ciertamente es imposible conocer a Dios
sin el Reino. Quien no se esfuerza por entrar en el Reino no ha conocido a Dios, sino a un
ídolo. Conocer a Dios como Padre es conocerse como ciudadano del Reino.
2. SIGNIFICADO DEL REINO DE DIOS
En primer lugar aclaremos que la palabra Reino no se refiere a ningún territorio
concreto. Más exactamente deberíamos decir Reinado de Dios, pues a lo que Jesús se
refiere es al poderío de la acción divina en este mundo, que va transformando lo viejo en
-78-
�nuevo, lo injusto en justo y lo enfermo en sano, y que seguirá actuando así hasta que llegue
a cumplirse su voluntad en todas las cosas.
El Reino de Dios no es, pues, algo estático, ya hecho, sino algo dinámico, que está
sucediendo y que crece con fuerza (Mc 9,1-2).
a) El Reino de Dios es Buena Noticia para los pobres
Para entender lo que Jesús entendía por Reino de Dios hay que tener en cuenta
que él predicó su mensaje a un pueblo que vivía de las ideas y tradiciones del Antiguo
Testamento. Cada uno a su modo, todos esperaban la venida del Reino de Dios: los fariseos
en la fiel observancia de la Ley; los esenios, en el retiro del desierto; los zelotes, por la
violencia revolucionaria. Era una esperanza común, heredada del pasado, pero agudizada
por la situación presente. En ellos el Reino de Dios tenía aspectos muy nacionalistas,
políticos y un tanto interesados. Jesús, partiendo del Antiguo Testamento, le da al Reino un
significado distinto.
Los "pobres de Yavé" deseaban la venida de un rey, que por fin implantaría en la
tierra el ideal de la verdadera justicia (Sal 45;72; Is 11,3-5; 32,1-3. 15-18). La justicia de
este rey esperado consistiría en defender eficazmente al que por sí mismo no puede
defenderse. "Que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre y
quebrante al explotador... El librará al pobre que pide auxilio, al afligido que no tiene
protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres; él
vengará sus vidas de la violencia, su sangre será preciosa a sus ojos" (Sal 72 4. 12-14).
Por eso, cuando Jesús dice que ya llega el Reino de Dios quiere decir que por fin
se va a implantar la situación anhelada por los marginados y despreciados del mundo; por
fin se va a realizar la justicia según Dios para todos los desheredados de la tierra, para los
pobres, los oprimidos, los débiles, los indefensos. Por eso dice Jesús que el Reino es para
los pobres (Lc 6,20), para los pequeños (Mt 5,19), para los niños (Mc 10,14), o sea, para
todos los que la sociedad margina y desestima.
Cuando Jesús anuncia que el Reino de Dios se acerca para esos pobres (Mt 11,5;
Lc 4,18), y no para los "justos", hace una primera afirmación importante sobre lo que
significa que el Reino de Dios se acerca: Y este modo de acercarse el Reino es lo que
produce escándalo (Mt 11,6): que Dios dé una esperanza a los que nunca la tuvieron.
-79-
�Pero el Reino de Dios no es sólo una esperanza para los pobres, al saberse amados
por Dios. Está claro que Jesús no se limitó a anunciar el amor escandaloso y parcial de
Dios hacia los pobres, sino que trató también de liberarlos de su miseria real.
En primer lugar, Jesús ejercitó una actividad liberadora con sus milagros y
exorcismos. Ellos no son sino una "señal de que ha llegado el Reinado de Dios" (Mt
12,28). Son señales de la presencia del Reino. Son obras en favor de quien está en
necesidad. El poder del bien triunfa sobre los poderes del mal; y eso justamente es el
Reinado de Dios.
En segundo lugar, Jesús promueve la solidaridad entre los hombres, pero no de
forma genérica, sino históricamente situada. Combate en concreto la falta de solidaridad en
su sociedad y, como contrapartida, se acerca a aquellos a quienes la sociedad ha
marginado: conversa con ellos, come con ellos, los defiende y los alaba. Así va creando
una nueva conciencia colectiva de solidaridad.
En tercer lugar, Jesús denuncia toda acción, actitud o estructura que mantenga a
los hombres divididos en lobos y corderos, en "orgullosos" y "despreciados". Condena a
los ricos que sólo buscan consuelo (Lc 6,24). Llama "necio" al rico agricultor que se goza
egoístamente en la abundancia de su cosecha (Lc 12,16-21). Condena al rico Epulón, que
no sabe compartir con el necesitado (Lc 16,19-31). Y en nombre del Padre llama
"malditos" a todos los que no se preocupan de las necesidades vitales del prójimo (Mt
25,41-45). "¡Con qué dificultad entran en el Reino de Dios los que tienen el dinero!" (Lc
18,24), pues "nadie puede servir a Dios y al dinero" (Mt 6,24). Según Jesús, la única forma
de hacer justa "la riqueza injusta" (Lc 16,9), es dándola a los pobres (Mt 19,21; Mc 10,21;
Lc 18,22).
Por último, Jesús vive él mismo y propone la práctica del amor como ley de vida
en el Reino. De ello hemos hablado en capítulos anteriores. El Reino se construye en la
medida en que vivimos el amor fraterno. Y amándonos como hermanos, nos sabemos
amados por Dios mismo. Un mundo según Dios tiene que ser un mundo según el amor,
pues "Dios es amor" (1 Jn 4,7).
El Reino de Dios es, pues, reino de justicia, de vida, de verdad y de amor. Por eso
se anuncia a aquellos que menos tienen de estos valores. Y en esto consiste la novedad del
anuncio de Jesús: en que los pobres vuelven a la vida, a la justicia y a la dignidad del amor
-80-
�fraterno. Sólo desde la parcialidad de Dios hacia los sin vida se garantiza que Dios sea un
Dios de vida para todos.
La razón del privilegio de los pobres no se encuentra en ellos mismos, sino en la
forma de ser de Dios y en la manera como él quiere ejercer su realeza en favor de los
débiles y desamparados. Dios quiere garantizar a través del Reino el derecho de los
hombres que son incapaces de hacerlo valer por sí mismos. Como Rey justo, Dios no
puede ser otra cosa que el protector de los desvalidos.
b) Para entrar en el Reino de Dios hay que cambiar de vida.
Para que podamos creer en la Buena Noticia del Reinado de Dios, Jesús llama a
conversión, o sea, a cambiar el modo de pensar y de actuar (Mc 1,15), pues según el modo
de pensar del mundo es imposible entender, ni menos aún vivir, el Reinado de Dios. Es
necesario un cambio profundo del corazón para poder conocer y encontrar al Dios
verdadero, el Dios de Jesús. Convertirse es, pues, volverse al verdadero Dios.
El hijo perdido de la parábola se encontró a sí mismo cuando a partir de su miseria
encontró en su propio interior la bondad del Padre (Lc 15,11-32). Sólo el calor de la casa
del Padre, sólo el poder de su amor que anida en el corazón del hombre, nos puede dar
coraje para enfrentarnos con nuestra vida, de manera que cambiemos de forma de pensar y
de actuar.
Para participar, pues, en el Reinado de Dios, hay que hacer un gran esfuerzo
personal; hay que hacerse violencia (Mt 11,12). "Forcejeen para abrirse paso por la
puerta estrecha" (Lc 13,24). Esta es tarea difícil, pero posible, ya que nunca estaremos
solos en este esfuerzo personal: El Espíritu de Jesús está siempre fortaleciendo nuestra
debilidad (Rm 8,26). Pero a nadie se le perdona el esfuerzo de vencerse a sí mismo y llevar
su cruz para poder seguir a Jesús. El que no lo haga no es digno de él (Mt 10,38).
Para entrar en el Reino hay que aprender a pensar y a actuar según Dios. Hay que
convertirse a un nuevo modo de ser ante Dios y ante la novedad anunciada por Jesús. Y
ello no se hace sin dolor: hay que aprender a cargar esta cruz. Hay que superar crisis muy
reales para poder decidirse por el nuevo orden de cosas que trae Jesús y que ya comienza a
estar dentro de nosotros mismos (Lc 17,21). Hay que estar dispuestos a perderlo todo con
tal de adquirir esta piedra preciosa (Mt 13,45-46). El Reinado de Dios está antes que la
-81-
�propia familia (Mt 10,37). Es más importante que nuestros ojos, nuestras manos (Mc 9,43),
y que nuestra propia vida (Lc 17,33).
La exigencia de conversión hecha por Jesús es sumamente dura y exigente: "Si no
cambian, todos ustedes perecerán" (Lc 13,5). El desastre se aproxima y ésta es la última
hora para convertirse (Mt 24,37-44). El hacha está colocada en la raíz del árbol y si no da
fruto, será cortado (Lc 13,9). Si no hay conversión, el dueño de la casa cerrará la puerta, y
los atrasados habrán de oír estas palabras: "No sé quiénes son ustedes" (Lc 13,25); ya es
tarde para abrirles la puerta del Reino (Mt 25,11).
El convite del Reino es para todos. La mayoría, sin embargo, se encuentra
atareada de tal forma en sus quehaceres, que rechaza la invitación de Jesús para la fiesta
(Lc 14,16-24). El que se decide por la novedad de Jesús sólo debe mirar hacia adelante; el
pasado quedó atrás (Lc 9,62). La opción por seguir a Jesús no puede quedar a medio
camino (Lc 14,28-32). La decisión es muy seria. Decir que "sí" de boca es cosa fácil; lo
importante es realizar la voluntad del Padre (Lc 6,46). Caso contrario, la última situación
del hombre es peor que la primera (Mt 12,43-45).
La conversión misma es como el traje de una novia, como la cabeza perfumada
(Mt 6,17), como la música y la danza (Lc 15,25), como la alegría del hijo que regresa a la
casa paterna (Lc 15,32).
c) En el Reino de Dios se construye una nueva sociedad
La predicación de Jesús sobre el Reinado de Dios no se dirige sólo a las personas
exigiéndoles conversión. Se dirige también al mundo de las personas. El Reino de Dios
busca la construcción de una sociedad digna del hombre, pues sólo así será digna del Padre
de todos los hombres: Una sociedad en cambio hacia la verdadera fraternidad, la igualdad y
la solidaridad entre todos. Una sociedad, además, en la que si alguien es privilegiado o
favorecido, ese sea precisamente el débil y el marginado. De aquí que el Reinado de Dios,
tal como lo presenta Jesús, representa la transformación más radical de valores que jamás
se haya podido anunciar. Porque es la negación y el cambio, desde sus cimientos, del
sistema social establecido.
El sistema actual, como sabemos de sobra, se basa en la competitividad, la lucha
del más fuerte contra el más débil y la dominación del poderoso sobre el que no tiene poder
(Mc 10,42). Frente a eso Jesús proclama que Dios es Padre de todos por igual, y por ello
-82-
�todos somos hermanos con la misma dignidad y los mismos derechos. En toda familia bien
nacida, si a alguien se le privilegia, es precisamente al menos favorecido, al enfermo, al
indefenso. Este es el ideal de lo que representa el Reinado de Dios en la predicación de
Jesús.
Este proyecto de Dios no se puede implantar por la fuerza. Tiene que realizarse
poco a poco mediante la conversión de las mentes y los corazones. El Reino de Dios se va
haciendo realidad en la medida en que haya hombres y mujeres que cambien radicalmente
su propia mentalidad, su escala de valores, su apreciación práctica y concreta por el dinero,
el poder y el prestigio. Este proyecto sólo es realizable a partir de pequeñas comunidades,
comunidades de base, que se ponen a vivir en concreto el ideal evangélico de una plena
igualdad fraterna, impulsados por la libertad de sentirse hijos de Dios.
Pero Jesús no se contenta con vivir él y sus comunidades los valores nuevos del
Reino de Dios. El, además, desenmascara y denuncia a todos y a todo lo que oprime al
hombre. La comunidad de Jesús jamás se comporta como un grupo que se encierra en sí
mismo para vivir aislados sus propios valores. Los seguidores de Jesús han de ser "luz del
mundo" (Mt 5,14) y "sal de la tierra" (5,13). "El Reinado de Dios se parece a la
levadura... que acaba por fermentarlo todo" (Lc 13,21). A todo ha de llegar el orden del
Padre Dios, al mundo material, a todo lo humano, a todo lo espiritual. Con Jesús comenzó
ya el fin de este viejo mundo actual y todas sus estructuras de pecado.
El Reino de Dios que Jesús anuncia y hace presente no coincide sólo con la
liberación de éste o de aquel mal, de las injusticias, de la opresión o sólo del pecado. El
Reinado de Dios tiene que abarcarlo todo: mundo, hombre, sociedad. Toda la realidad ha
de ser transformada por Dios.
El Reino es como una pequeña semilla que se va desarrollando poco a poco, pero
con firmeza (Mc 4,30-35); semilla buena, pero que por ahora crece junto a la mala hierba
(Mc 13,24-30). Este crecimiento del Reino se realiza continuamente a través de los
pequeños triunfos de liberación que se efectúan a través de la historia.
En el apartado 5 de este capítulo seguiremos profundizando en el futuro de la
nueva sociedad, que ya se está construyendo a lo largo de la historia. El Reino de Dios es
un proceso que empieza en la historia y que acabará en la escatología final. Jesús anuncia
un triunfo final, pero ese triunfo se va anticipando en la historia concreta de cada día. Por
ello a cada liberación parcial realizada en la historia se le abre el horizonte del triunfo total,
-83-
�cuando el Reinado de Dios haya llegado a su plenitud. El Reino de Dios "ya" está en medio
de nosotros, pero "todavía no" se ha completado su construcción.
3. EL REINO DE DIOS NO ES ANUNCIADO A TODOS
El Reino no es proclamado a todos. No por decisión de Jesús, sino por la esencia
misma del Reino. No se trata tanto de que Jesús establezca diferencias entre hacerse oír por
unos o por otros, aunque a veces parece que sí hace estas diferencias (Mc 4,10-12). Pero lo
básico está en que el Reino mismo no puede ser predicado indistintamente como Buena
Noticia para todos. Según Jesús el Reino está destinado a los pobres; es de ellos; les
pertenece. Sólo para ellos será causa de alegría. Y, de acuerdo con Jesús, la línea divisoria
entre la alegría y la pena que habrá de producir el Reino pasa entre pobres y ricos.
Las bienaventuranzas de Jesús están dirigidas exclusivamente a los pobres,
llorosos y hambrientos (Lc 6,22-23). Pero el Reino de Dios es una mala noticia -la causa de
un "¡ay!"- para "los ricos", "los que ahora están satisfechos", "los que ahora ríen" (Lc
6,24-25). La venida del Reino significa el fin de estos privilegios. Para estas personas el
Reino no puede ser una Buena Noticia si es que no están dispuestas a un cambio profundo
de mentalidad y de vida. Por ello Jesús prevé que el anuncio del Reino había de ser motivo
de escándalo para algunos. Con toda razón Jesús mismo concluye la cita de Isaías "los
pobres son evangelizados" con "dichoso el que no se escandalice de mí" (Lc 7,23 y Mt
11,6). Los que se escandalizan y se indignan son los despreciadores de los pobres, pues
están convencidos de que "esa gente, que no entiende de la Ley, están bajo la maldición de
Dios" (Jn 7,49).
El Reino viene para los pobres y para hacerlos felices. Y esta noticia no puede
sino ser mala para aquellos a quienes el Reino encuentre egoístamente apegados a "sus"
riquezas. Sólo la conversión a la causa del pobre podrá hacer que los valores del Reino
sean ocasión de alegría para ellos. Pero el caso es que muchos de ellos no quieren cambiar,
ni quieren tampoco que cambien los pobres. "Viendo no ven y oyendo no entienden" (Lc
8,10). "Escuchan sin oír ni entender" (Mt 13,14), pues en el fondo no quieren "ni
convertirse, ni que yo los cure" (Mt 13,15), dice Jesús.
-84-
�Los opresores, los orgullosos, los ricos egoístas no sirven para el Reino. En Israel
muchos de ellos se consideraban "justos" ante Dios. La actitud de Jesús le llevó a un serio
conflicto con ellos, de tinte político-religioso. Hablaremos de esto en el capítulo octavo.
Pero digamos ahora que la exclusión es tan radical que Jesús previene a sus
seguidores para que se cuiden de inficionarse del veneno de los excluidos del Reino. Jesús
exige con insistencia a sus discípulos la comprensión del mecanismo de opresión
ideológica y religiosa que aparta del Reino. Hay que conocer "los misterios del Reino" para
aprender a desenmascarar y desmantelar todo mecanismo ideológico-religioso opresor.
Es necesario conocer "los secretos del Reino" para poder guardarse de una
mentalidad opuesta y errónea, propia de los enemigos del Reinado de Dios. "Atención,
cuidado con la levadura del pan de los fariseos y con la de Herodes" (Mc 8,15). Los
discípulos han de estar atentos para no dejarse engañar por la mentalidad opuesta al Reino,
por más que ciertos fariseos y gobernantes la pinten de lindos colores religiosos.
4. LO QUE NO ES EL REINO
De todo lo dicho hasta ahora se desprenden algunas consecuencias negativas
importantes, pues a veces hay quienes llaman Reino de Dios a lo que nada tiene que ver
con él y hasta a proyectos contrarios al Reino.
En primer lugar hay que afirmar que el Reinado de Dios, tal como lo presenta
Jesús, no es el resultado de aplicar y vivir al pie de la letra la ley religiosa de Israel. Ni es el
resultado de una práctica fiel y observante de obras religiosas: el culto, la piedad, los
sacrificios... Jesús no se refiere a eso en su predicación. Con lo cual defraudó las ideas y
aspiraciones de muchos hombres de su pueblo y de su tiempo.
Jesús no creó comunidades de puros y santones, sino de creyentes, conscientes de
su pecado y del amor sin límites del Padre. Ellos no expresan su fe en obras legales, sino en
una nueva mentalidad y en actitudes sinceras.
En segundo lugar: el Reino que predica Jesús no es el reino del poder. Cuando el
diablo le ofreció el poder terreno, él rehusó en seguida (Mt 4,8-10). Cuando el pueblo
quiso nombrarlo rey, él huyó hacia el monte (Jn 6,15). Cuando Pilato le preguntó si él era
rey, Jesús contestó: yo no soy rey de este mundo como ustedes; mi poder es diferente (Jn
-85-
�18,36). El poder de Jesús no es el de este mundo corrompido. En este mundo no se respeta
a la gente porque sea gente; se les respeta por su plata, por su puesto, porque usa uniforme
o lleva condecoraciones, o por el color de su piel. En cambio Jesús cuando le preguntaron
quién era más importante, él abrazó a uno de esos niños malolientes y sucios de la calle y
dijo: éste (Lc 9,46-48).
Jesús sufrió durante su vida la tentación del poder (Lc 4,1-13). La tentación
consistía en reducir la idea del Reinado universal y total de Dios. Reducir el Reino a una
forma concreta de dominación política: la tentación en el cerro desde donde el diablo le
mostró los reinos del mundo. Reducir el Reino al poder religioso: la tentación en el
pináculo del templo. O reducirlo a la satisfacción de las necesidades fundamentales del
hombre: el transformar las piedras en pan. Eran tres tentaciones del poder que
correspondían a los tres modelos del Reino que esperaba la gente de entonces. De acuerdo
con ellos, Jesús se vio tentado de usar su poder para imponer la transformación radical de
este mundo. Pero nunca se dejó llevar de estos deseos, pues en ese caso hubiera
manipulado la voluntad de los hombres y les habría quitado la responsabilidad de construir
un mundo justo de hermanos.
Jesús se negó rotundamente a inaugurar un reino de poder. El encarna el amor y
no el poder de Dios en el mundo; mejor dicho, hace visible el poder propio del amor de
Dios, que consiste en construir un mundo fraterno sin tener que forzar a nadie y sin quitarle
a nadie su responsabilidad. Jesús rechaza todo poder dominador como algo propio del
diablo.
Por todo ello podemos concluir que el Reinado de Dios predicado por Jesús no
coincidía con las ideas nacionalistas que tenían entonces algunos israelitas, como los
zelotes. Y nadie podrá jamás identificar con justicia el Reino de Dios con ninguna
situación socio-política determinada. Ningún partido político tiene derecho a llamarse
"cristiano", pues el proyecto del Reino de Dios es mucho más grande que todos ellos. No
hay proyecto político que se iguale al ideal predicado por Jesús. El Reino de Dios va
mucho más lejos que ningún proyecto humano.
De aquí que sea absolutamente imposible implantar el Reino de Dios por medio
de la fuerza de las armas o el poderío de los ejércitos. El Reinado de Dios no consiste en
una especie de golpe militar, que por la fuerza haga que las cosas cambien. Todo eso no
tiene que ver absolutamente nada con el Reinado de Dios.
-86-
�Con toda razón dijo Jesús: "Mi Reino no es de este mundo" (Jn 18,36). No quiere
decir Jesús que su Reino sea del "otro mundo". Lo que quiere decir es que su Reino no es
de este "sistema", de este "orden establecido". Su Reino no tiene nada que ver con los
medios, ni con los fines, ni con los intereses de este mundo, mundo de mentira explotación
e injusticia. Su Reino es de la verdad, de la justicia, de la libertad, y está ya en esta vida,
chocando contra los intereses y privilegios creados por este mundo que se resiste a
desaparecer.
-87-
�5. CONSTRUIR EL PRESENTE DESDE EL FUTURO
Para nuestra mentalidad el presente es siempre un resultado del pasado, y son el
pasado y el presente los que determinan un futuro u otro. Para Jesús, por el contrario, el
futuro de Dios tiene prioridad, y es la certeza del triunfo del futuro lo que determina el
comportamiento humano.
Jesús habla del presente del Reino como de un futuro que se aproxima al hombre,
de tal manera que presente y futuro están unidos íntimamente entre sí.
Lo que da sentido a la vida del hombre no es su situación actual, sino lo que está
llamado a ser. Al afirmar que el Reino de Dios está ya en medio de nosotros, Jesús dice que
el triunfo futuro está ya en condiciones de actuar en el corazón del hombre como una
realidad presente salvadora.
El Reino de Dios está ya entre nosotros porque el futuro ha comenzado ya con
Jesús. Los hijos de Dios tienen ya lo futuro en sus corazones, aunque el mundo visible
parezca que no varía, porque el grano de mostaza es mínimo con relación al árbol frondoso
que está llamado a ser. A partir del futuro la realidad presente adquiere todo su sentido.
Jesús descubre la importancia del momento presente en relación con la plenitud final del
Reino. Dios es para Jesús el poder del futuro actuando ya en el presente.
Jesús anuncia con toda decisión el triunfo final de la causa de Dios. El futuro
pertenece a Dios. Su Reinado no ha de quedarse en el inicio actual: llegará a su
implantación definitiva y total. Es desde esta esperanza desde la que el hombre debe luchar
en el presente. Desde esta esperanza el mundo y la sociedad actuales deben ser
interpretados y cambiados. Jesús no quiso dar enseñanzas sobre el fin. El nos enseña a
abrirnos al futuro de Dios por medio de posibilidades siempre nuevas que florecen en el
acontecer diario.
El hombre de fe no vive instalado en un presente que no cambia, temerosos
siempre de un futuro que cuestione sus seguridades. El creyente en Jesús está en actitud
constante de abertura hacia el futuro, viviendo el presente como liberación de sucesos que
pertenecen al futuro del Reino. En la experiencia de su fe sabe que "Dios viene" (Ap 1,4),
más, que "Dios existe". El hombre que se cierra frente al futuro aborda el sentido de su
existencia, que está en "el poder del futuro", es decir, en Dios.
-88-
�Es característico de Jesús su poco interés por el pasado pecaminoso de una
persona. El no condena a nadie; solo le interesan las posibilidades de futuro que la
conversión tiene en el presente.
Jesús anunció un Reino futuro, cosa que ya había hecho mucha gente. Pero lo
original en él fue anticipar ya el futuro, convirtiéndolo en realidad comenzada.
El Reino anunciado por Jesús tiene un doble aspecto. Por un lado proclama la
esperanza del triunfo absoluto de Dios; por otro, abre caminos en el presente. Si predicase
sólo el triunfo futuro sin su anticipación dentro de la historia, estaría alimentando ilusiones
vanas; si sólo buscara liberaciones parciales, sin perspectiva de totalidad y de futuro,
frustraría esperanzas y caería en un inmediatismo sin consistencia. Jesús mantiene esta
doble tensión: por un lado, el Reino está ya en medio de nosotros, fermentando al viejo
mundo; por otro, el Reino es todavía futuro, es objeto de esperanza y de construcción
conjunta del hombre y de Dios. Por un lado anuncia la liberación total de la historia; por
otro, anticipa la totalidad en un proceso de pequeñas liberaciones concretas, siempre
abiertas a la totalidad.
El Reino de Dios jamás se identifica con las estructuras del mundo, pero está
metido dentro de ellas y se desenvuelve en ellas como un proceso. No coincide totalmente
con ninguna alternativa histórica concreta: se sitúa siempre adentro y siempre más allá,
abierto hacia adelante. Dios está constantemente delante de nosotros llamándonos a más.
Ello le da al cristiano una esperanza sumamente atrevida, audaz y valiente, y le pone más
allá de todo cambio y de toda revolución.
La meta puesta por Dios a todo este proceso es "llevar la historia a su plenitud:
hacer la unidad del universo por medio del Mesías, de lo terrestre y de lo celestial" (Ef
1,10). Todo ha de quedar sometido a Cristo (1 Cor 15,28). El mundo, aplastado por la
fuerza del pecado, dejará de existir cuando en él todo pertenezca a Cristo, o sea, cuando el
amor imponga por completo su ley. Entonces se habrá restaurado el orden de la creación,
ocupando Dios su primacía absoluta. Ya no habrá sitio para el pecado. Siendo ya todo de
Dios, el mundo presente, regido por el pecado, dejará de existir, para dar paso a un mundo
nuevo, donde reine a plenitud la fuerza del amor. Dios reinará como Padre verdadero y
Jesús resucitado, nuestro hermano, será todo en todos. Es esta una esperanza
inquebrantable, incapaz de defraudarnos (Rm 5,4). La plenitud del Reino es "una
magnífica esperanza" (2 Tes 2,17), pues "estaremos siempre con el Señor" (1 Tes 4,17),
felices para siempre con él (Jn 16,22-24; 17,24).
-89-
�"De acuerdo con su promesa, aguardamos un cielo nuevo y una tierra nueva en
los que habite la justicia" (2 Pe 3,13).
6. UNA IGLESIA PARA EL REINO
Decir Iglesia no es lo mismo que decir Reino de Dios. No son dos realidades
exactamente iguales, pero están íntimamente ligadas entre sí, pues la Iglesia tiene que
anunciar y hacer presente el Reino de Dios entre los hombres. Según palabras del Concilio
Vaticano II, ella "constituye en la tierra el germen y el principio del Reino" (L.G. 5). "Este
Reino, sin ser una realidad desligable de la Iglesia, trasciende sus límites visibles, porque
se da en cierto modo dondequiera que Dios esté reinando mediante su gracia y su amor"
(Puebla 226).
Para comprender, pues, lo que es la Iglesia, es necesario haber comprendido
previamente lo que es el Reino de Dios. La Iglesia tiene que acomodarse al Reino de Dios
y hacerlo presente entre los hombres. Por lo tanto, la Iglesia es lo que tiene que ser en la
medida en que ella misma vive la realidad del Reino y así lo hace presente en el mundo y
en la sociedad. Y, por el contrario, una Iglesia que no viva el Reino de Dios no puede ser la
verdadera Iglesia que Jesús quiso.
La misión de la Iglesia se realiza no sólo desde el Reino de Dios, sino más
concretamente desde la cercanía de ese Reino. El único camino para aprender cómo se
sirve históricamente a la cercanía del Reino es el seguimiento de Jesús, y no su mera
imitación mecánica. De Jesús aprende la Iglesia que Dios es "mayor" que cualquier
conflicto histórico de ella misma; y que Dios es también "menor", porque su rostro aparece
en los más pequeños y oprimidos.
Siguiendo a Jesús aprende que el pecado tiene nombres concretos en la historia, y
se manifiesta no sólo en el individuo, sino en la sociedad también. Siguiendo a Jesús
comprende la Iglesia que la praxis del amor es lo más importante que tiene que realizar; y
que ese amor tiene que ser eficaz, realmente transformador, y por ello debe llegar no sólo a
las personas, sino a la sociedad como tal, a las mayorías oprimidas; es decir, debe ser
justicia. El seguimiento de Jesús es parcial hacia los pobres y oprimidos; y para poderlo
realizar al estilo de Jesús hay que estar dispuesto a cambiar, a convertirse, a pasar por una
-90-
�ruptura, a dejar a Dios ser Dios. Hay que estar dispuesto a la entrega, al sacrificio, a la
persecución, a dar la vida propia y no guardarla para sí.
Dentro de este cauce del seguimiento de Jesús la Iglesia va aprendiendo desde su
interior, con riesgos y equivocaciones, qué mediaciones concretas acercan hoy más al
Reino de Dios; qué sistemas sociales, económicos y políticos hacen más iluminadora la
cercanía del Reino; dónde aletea el Espíritu de Jesús, si en los centros de poder o en el
rostro de los oprimidos; dónde comprender el misterio de Dios, o desde lo que sea poder o
desde lo que sea pobreza. Se trata de aprender de Jesús cómo vivir, cómo ser Iglesia en la
fe de que el Reino se acerca; y en esa cercanía se debe transformar el hombre y la sociedad.
Y la cercanía del Reino se entiende en la cercanía a Jesús, en su seguimiento.
Bibliografía
1. J. R. GUERRERO, El Otro Jesús, pgs. 133-135.
J. M. CASTILLO, Iglesia Comunidad y Liberación, Cuenca del Ecuador 1984, pgs. 28-30: El centro de la
predicación de Jesús.
J. JEREMIAS, Teología del N.T., pgs. 119-120: La "basileía" como tema central de la predicación pública
de Jesús.
J. I. GLZ FAUS, Acceso a Jesús, pgs. 46-49: La inseparabilidad Abbá-Reino; pgs. 56-57.
J. SOBRINO, Jesús en AL., pgs. 132-136: ¿Qué es lo último para Jesús?
E. SCHILLEBEECKX, La Historia de un Viviente, Cristiandad, Madrid 1983, pgs. 128-141: Soberanía de
Dios para los hombres.
C. H. DODD, Las Parábolas del Reino, Cristiandad, Madrid 1974, pgs. 42-82.
S. SABUGAL, El Padrenuestro, pgs. 157-215: Venga tu Reino.
GASPAR MORA, Praxis cristiana I, Paulinas, Madrid 1980, pgs. 114-116: Reinado de Dios - Dios Padre.
2. J. M. CASTILLO, Iglesia Comunidad y Liberación, pgs. 30-33: Significado del Reino; 35-39: La nueva
sociedad.
J. SOBRINO, Jesús en AL., pgs. 144-151; 171-173; 226-230: El R. de D. es para los pobres y desclasados.
- Significado actual del Reino de Dios anunciado por Jesús, en Diakonía 26, Managua junio 1983, pgs.
94-110.
H. ECHEGARAY, La Práctica de Jesús, pgs. 168-188: El anuncio del R. a los pobres.
J. R. GUERRERO, El otro Jesús, pgs. 136-138: El R. de D. es universal.
L. BOFF, Jesucristo el Liberador, Bogotá 1977, pgs. 82-88: El R. de D. implica revolución en el modo de
pensar y actuar.
- Jesucristo y nuestro futuro de liberación, Indo-American, Bogotá 1978, pgs. 24-25: La utopía de la
absoluta liberación, Indo-American, Bogotá 1978, pgs. 24-25: La utopía de la absoluta liberación y sus
anticipaciones históricas.
-91-
�CLODOVIS BOFF, Libertad y Liberación, Sígueme, Salamanca 1982, pgs. 101-169: La sociedad y el
Reinado.
A. NOLAN, ¿Quién es este hombre?, pgs. 75-83: El Reino de Dios.
E. LOHSE, Teología del NT., pgs. 41-48: El Reinado de Dios.
HOAC, Jesús de Nazaret, pgs. 119-126: Qué es el R. de D. para Jesús.
FRANCISCO LOPEZ - MELUS, Las Bienaventuranzas, Zaragoza 1982, pgs. 125-140: Las
bienaventuranzas, ley del R. de D.
G. GUTIERREZ, Teología de la Liberación, pgs. 216-222: Progreso temporal y crecimiento del R.
J. L. SICRE, La esperanza de Jesús, en Misión Abierta, nov. 1982, pgs. 104-110.
A. PATIN, La Aventura de Jesús de Nazaret, pgs. 109-115: El proyecto de Jesús.
MILAN MACHOVEC, Jesús para Ateos, Sígueme, Salamanca 1976, pgs. 82-119: El mensaje de Jesús.
MANUEL DIAZ MATEOS, Cristo y el Reino, en Cuadernos de Espiritualidad 17, Lima 1981, pgs. 11-18.
J. H. PICO, La lucha por el Reino don del Padre, en Espiritualidad de la Liberación, pgs. 171-180.
3. J. L. SEGUNDO, El Hombre de Hoy ante Jesús de Nazaret, II/1, 127-133; 206-207.
4. J. R. GUERRERO, El otro Jesús, pgs. 136-137.
J. M. CASTILLO, Iglesia Comunidad y Liberación, pgs. 37-38: Lo que no es el Reino.
J. DONDERS, Jesús el Ignorado, pgs. 44-47: El y su Reino.
L. BOFF, Liberación de Jesucristo por el camino de la opresión, en la Nueva Frontera de la Teología en
AL., pgs. 111-112: La tentación de Jesús: regionalizar el Reino.
J. I. GLZ FAUS, La Teología de cada Día, Sígueme, Salamanca 1977, pgs. 53-57: El R. de D. y el poder.
- Cristianos en una Sociedad Violenta, Sal Terrae, Santander 1980, pgs. 185-194: La Buena Noticia de
Jesús ante la mala noticia de un mundo violento.
A. NOLAN, ¿Quién es este hombre?, pgs. 85-90: El R. y el dinero; 91-98: El R. y el prestigio; 113-119: El
R. y el poder.
5. J. R. GUERRERO, el otro Jesús, pgs. 142-144, 173.
HANS KUNG, 20 Tesis sobre Ser Cristiano, Cristiandad, Madrid 1977, pgs. 30-32.
E. SCHILLEBEECKX, La Historia de un Viviente, pgs. 132, 139.
HUGO ASSMANN, Teología desde la praxis de la Liberación, Sígueme, Salamanca 1973, pgs. 154-156:
R. de D. y proyecto histórico de liberación.
6. J. M. CASTILLO, Iglesia Comunidad..., pgs. 27-40: La Iglesia y el Reino de Dios.
- La Iglesia y el Evangelio, Granada 1985, pgs. 89-98: El Evangelio no delimita a la Iglesia; 99-120: El
amor a la Iglesia.
J. SOBRINO, Jesús en AL., pgs. 152-155.
J. I. GLZ FAUS, Memoria de Jesús..., pgs. 221-225: El R. que no es de este mundo.
E. LOHSE, Teología del NT., pgs. 63-66: El pueblo de Dios; 162-166: La Iglesia.
-92-
�8
Jesús desenmascara
las falsas divinidades
Todo hombre o mujer de buena voluntad busca el rostro del verdadero Dios, el
Dios viviente, que da vida. Pero la tarea no es fácil. Se trata de saber distinguir entre el
Dios verdadero y los falsos dioses, en cuyo nombre multitud de idólatras dan muerte al
hombre. Este es el problema que todos enfrentamos: ¿cuál es el Dios de Jesús, Dios de
vida?; ¿cuáles son las falsas divinidades, en cuyo nombre se da muerte? Jesús no solamente
predicó al Dios verdadero. También combatió y desenmascaró toda imagen falsa de Dios.
Quizás nosotros muchas veces nos fijamos sólo en la primera parte, sin prestar atención a
la segunda. Con lo que corremos el riesgo de intentar apoyarnos también nosotros en falsas
divinidades. Al Dios verdadero se le conoce también por contraste con las falsas
divinidades.
1. EL DIOS DE JESUS ES CONFLICTIVO
El Dios en el que creyó Jesús era muy distinto al Dios de la religión oficial de su
tiempo. La experiencia de Dios que tuvo Jesús hacía saltar los esquemas religiosos de su
época, los tabúes, las normas legales y los grupos sociales. Su revelación de Dios fue un
escándalo tan grande para muchos de sus contemporáneos, que le llevó a la muerte; ellos
creían que Jesús hablaba ignominiosamente de su Dios.
Más tarde, los primeros seguidores de Jesús no tendrían inconveniente en que se
les llamase "ateos", porque verdaderamente ellos no creían en los dioses de la religión
oficial. También en nuestros días el seguidor de Jesús sufre un choque cuando descubre la
cercanía, la fuerza, la "debilidad", la libertad y la comprensión del Dios de Jesús, frente a la
intransigencia, la lejanía, la severidad y el castigo del Dios de las religiones.
-93-
�Jesús no habla de un nuevo Dios, sino del mismo Dios de Israel, pero entendido
de forma nueva. Su modo de concebir a Dios y las relaciones del hombre con Dios son bien
diferentes a las creencias judías de la época. El Dios que predica Jesús es distinto y mayor
que el de los fariseos. Según Jesús el templo no es ya lugar privilegiado para encontrar a
Dios; a Dios se le encuentra en los hombres, y más concretamente, en los pobres, en los
despreciados y marginados, en los pecadores. Ellos son los auténticos mediadores para
llegarnos a Dios. Acercándose al pobre se descubre el misterio de Dios.
El Dios de Jesús suprime mediante el amor, es decir, mediante el perdón, el
servicio y la renuncia, las fronteras naturales entre compañeros y no compañeros, lejanos y
próximos, hombres y mujeres, amigos y enemigos, buenos y malos.
El Dios de Jesús se pone de parte de los débiles, los enfermos, los no
privilegiados, los oprimidos. No es el Dios de los observantes, sino de los pecadores; no es
el Dios de los piadosos, sino el Dios de los alejados de Dios.
¡Verdaderamente Jesús revolucionó el concepto de Dios de una manera inaudita!
Lo hemos sopesado ya a lo largo de los capítulos anteriores.
Por eso no es de extrañar su muerte violenta. Jesús murió por ser testigo fiel del
verdadero Dios, en una situación en que los hombres no querían a ese Dios, sino a otro.
La condena de Jesús muestra que se entendió bien la alternativa que él presentaba:
el Dios de la religión oficial, o el "Padre nuestro"; el templo o el hermano. La cruz de Jesús
no es algo sucedido sin motivo, sino el último intento de justificarse los hombres. Quienes
mataron a Jesús fueron los amantes de otro tipo de dioses, contrarios al Dios de Jesús. Aquí
está el punto central del conflicto.
Jesús, su Dios y su Reino, son signos de contradicción. En nombre de Dios, Padre
bueno de todos, Jesús pide a cada uno salir de los suyos, de sus seguridades, de su
"religión", para acercarse a los despreciados de la sociedad. Y este proceso es en sí
sumamente conflictivo, pues muchos no están dispuestos a aceptarlo. Por ello Jesús se
convierte en centro de polémica: mientras unos ven en él a un hombre de bien, otros dicen
que engaña al pueblo (Jn 7,12-13); unos lo miran como enviado de Dios, mientras otros
juzgan que está loco y poseído del demonio (Jn 10,19-21). Ya había dicho de él el viejo
Simeón: "Mira: éste está puesto para que todos en Israel caigan o se levanten; será una
bandera discutida... Así los hombres mostrarán claramente lo que sienten en sus
corazones" (Lc 2,34-35).
-94-
�Ante Jesús no se puede ser neutral; hay que decidirse. El provoca división (Lc
12,51-53). "El que no está conmigo, está contra mí" (Mt 12,30). Por eso unos están
pendientes de sus labios y otros buscan cómo quitarlo de en medio. La actitud que cada
uno toma ante Jesús se convierte en su propio juicio. Para unos Jesús es la "piedra viva" (1
Pe 2,4), "la piedra angular" (Ef 2,20), sobre la que construir su vida; para otros es "piedra
de obstáculo" (Rm 9,33), sobre la que "se estrellarán... y se harán pedazos" (Lc 20,18).
Jesús es "señal de contradicción" desde el pesebre a la cruz.
Ciertamente, cuando leemos los Evangelios liberados de la imagen prefabricada
del "dulce Jesús de Nazaret", nos encontramos a cada paso con un conflicto consciente y
voluntario entre grupos perfectamente determinados, conflicto que, lejos de disminuir,
lleva al asesinato jurídico de Jesús.
La división radical que produce el mero anuncio de la proximidad del Reino, en
cuanto a algo que hará felices a los pobres y desgraciados a los ricos, destruye por su base
la más o menos habitual convivencia pacífica entre ellos. Jesús agudiza los principales
conflictos latentes en la sociedad de Israel. De tal modo, que quienes no estaban de acuerdo
con el grupo protegido por Jesús se sentían tan amenazados como para programar
asesinarlo.
Jesús se colocó en la línea más pura del profetismo de Israel. Es un hecho que el
pueblo reconoció en él rasgos de los profetas antiguos, especialmente de Elías (Mc 8,28;
Lc 9,19) y de Jeremías (Mt 16,14). Y Jesús era consciente de que el profetismo entra
siempre en conflicto con el poder establecido, y por ello el poder le responde con la
violencia provocando la muerte del profeta (Mt 23,29-35; Lc 6,22-23).
Ciertamente las autoridades religioso-políticas del judaísmo se sintieron
amenazadas por Jesús. Creyeron que él lesionaba sus intereses. De ahí procedió la envidia
y el miedo primero, luego la calumnia, el complot y el apresamiento, más tarde la sentencia
y, por último, la tentativa, coronada por el éxito, de poner públicamente al procurador
romano Pilato en una situación sin salida si no accedía a sus intentos de ajusticiar a Jesús.
2. JESUS FUE CONDENADO POR BLASFEMO
-95-
�Dos son los motivos históricos del asesinato de Jesús: los religiosos y los
políticos; lo condenaron por blasfemo y lo ajusticiaron como rebelde político. Ambos
motivos se fundamentaban en la idea de Dios y del Reino de Dios que predicaba Jesús.
Veamos en primer lugar la acusación de blasfemo.
Jesús ciertamente había presentado un Dios diferente al de la religión oficial de su
tiempo. Aquellos profesionales de la religión habían querido encasillar a Dios,
encerrándolo en el templo, en sus leyes cuadradas y minuciosas, en sus ritos y en sus
fiestas. Así se imaginaban que tenían a Dios bajo su poder. Pretendían inmovilizar al que
es la misma vida: Dios no debía trabajar en sábado. Dios tenía que desprestigiar y castigar
a los que no conocían la ley; Dios debería contentarse con los sacrificios de animales y el
incienso que ellos le ofrecían. Dios tenía que mirarlos a ellos como justos y a los que no
eran como ellos como pecadores. Escribas y fariseos eran los constructores de lo sagrado:
un espacio y un tiempo para Dios. Fuera de esas normas, fuera de lo sagrado, no se podía
encontrar a Dios ni rendirle culto dignamente.
Jesús, en cambio, suscita una verdadera revolución en torno al concepto de Dios.
Su Dios es distinto, imprevisible, desconcertante. No sabes de donde viene, ni a dónde va.
Según el Dios de Jesús, los que parecían buenos no lo son; los que parecían malos,
son bendecidos. La pecadora que se arroja a los pies de Jesús queda justificada, mientras
que el fariseo, dueño de la casa, queda desacreditado (Lc 7,36-50). No condena a la mujer
adúltera, pero los presentes acusadores huyen avergonzados (Jn 8,1-11). Los despreciados
publicanos y prostitutas son puestos por delante de los piadosos fariseos (Mt 21,31). No se
nos pone como ejemplo al sacerdote ni al levita, sino al samaritano, siempre mal visto por
los judíos (Lc 10,30-37). La alegría de los ángeles es mayor por un pecador que se
convierte, que por noventa y nueve justos que no necesitan penitencia (Lc 15,7). Así el hijo
pródigo, que se va de la casa y malgasta la herencia, es preferido al "buenito" (Lc
15,12-32). El fariseo sale del templo sin justificarse, mientras que el publicano es bien
visto por Dios (Lc 18,10-14). La viuda pobre agrada más a Dios con sus centavos, que los
ricos que dan para el templo grandes sumas de dinero (Lc 21,1-4).
En definitiva, Jesús rechaza a los fariseos, a los observantes (Lc 11,39-54),
mientras se hace amigo de los pecadores, de los despreciados, de los enfermos. Es que
lleva dentro a un Dios desconcertante, muy distinto del Dios cuadriculado en el que creen
los piadosos de la época. No había manera de entenderse. Cuando Jesús hablaba de Dios,
-96-
�no se refería al Dios que imaginaban los fariseos. El Dios de Jesús es un Dios de vida, de
libertad, de amor.
Jesús desenmascaró el sometimiento del hombre en nombre de Dios;
desenmascaró la manipulación del misterio de Dios con base en tradiciones humanas;
desenmascaró la hipocresía religiosa, que consiste en considerar el misterio de Dios como
alivio para desoír las exigencias de justicia. En este sentido los poderes religiosos
entendían correctamente que Jesús predicaba un Dios opuesto al suyo.
Jesús les presentaba al Dios que se acerca en gracia; al Dios que se da porque es
amor, porque él así lo quiere, gratuitamente. Los fariseos, en cambio, pensaban que Dios se
les entregaba como justa recompensa por sus buenas obras.
Según Jesús, el lugar privilegiado para acercarse a Dios no es el culto, ni la
ciencia, ni siquiera sólo la oración, sino el servicio al necesitado. Los fariseos, en cambio,
despreciaban a los pobres en nombre de Dios, justamente porque no sabían ni podían darle
culto según sus leyes minuciosas y exigentes.
La solidaridad de Jesús con los "impuros", que según los fariseos eran todos los
pobres, era algo que la piedad oficial no podía tolerar: iba contra la ley...
Por ello parece que Jesús llegó a la conclusión de que escribas y fariseos, con
todas sus teorías, no tenían ni idea de quién es Dios. El les dice: "Es mi Padre quien me
honra, al que ustedes llaman su Dios, aunque no lo conocen. Yo, en cambio, lo conozco
bien" (Jn 8,55). "Ustedes nunca han oído su voz ni visto su figura; ni tampoco conservan
su mensaje entre ustedes" (Jn 5,38).
Esta diferencia radical de ideas sobre Dios lleva a los judíos a decidir matar a
Jesús: "No te apedreamos por nada bueno, sino por una blasfemia; porque tú, siendo un
hombre, te haces Dios" (Jn 10,33). Jesús fue mirado como blasfemo porque su concepción
de Dios no sólo era distinta a la de los judíos, sino completamente opuesta. Lo que Jesús
decía de Dios ofendía la sensibilidad religiosa de los fariseos.
Jesús es condenado por blasfemo (Mt 26,65-66), porque en vez de decirnos que
miremos al cielo para descubrir a Dios, nos muestra a Dios en medio de los hombres, en la
vida diaria y profana. En la vida de los hombres es donde se proyecta el amor de Dios. Pero
los fariseos rechazan esa presencia de Dios; ellos creen que Jesús blasfema de "su" Dios
(Mt 9,3) y se sienten en la obligación de acallarlo.
-97-
�El conflicto de Jesús con los representantes de la religión judía era, pues, muy
profundo. Ello lo llevó a la cruz. Pero la cruz como la consecuencia de la concepción de
Dios que tenía Jesús mantendrá siempre en pie el problema de quién y cómo es el
verdadero Dios. Es desde la cruz desde donde hay que preguntarse quién es el verdadero
Dios, el de los fariseos o el de Jesús.
3. JESUS FUE AJUSTICIADO COMO REBELDE POLITICO
Como acabamos de ver, Jesús fue condenado como blasfemo porque su
concepción de Dios era completamente distinta a la del Dios de la religión oficial. Y fue
ajusticiado como agitador político porque su concepción de Dios incluía por esencia el
anuncio del Reinado de Dios; por ello encontró necesariamente oposición y conflicto con
el poder político.
Jesús constata la coexistencia entre opresores y oprimidos y afirma que esa
situación no es querida por Dios, sino fruto de la libre voluntad de los hombres. A la
manera profética, Jesús denuncia que si hay pobreza es porque los ricos no comparten sus
riquezas; si hay ignorancia es porque los “maestros” se han llevado la llave de la ciencia; si
hay opresión es porque los fariseos imponen cargas intolerables y los gobernantes actúan
despóticamente. Jesús ataca duramente estas situaciones injustas como fruto de la unión de
egoísmos personales. Y combate muy especialmente la hipocresía que pretende justificar el
poder opresor en nombre del poder de Dios.
La muerte política de Jesús se explica por una diferente concepción de Dios como
poder. Su poder, el del amor realista metido en situaciones concretas, y en este sentido
amor "político" y no idealista, chocaba con el poder dominante, bien sea el
religioso-político de los jefes del pueblo, bien el del emperador. Fue crucificado porque
estaba socavando las bases de la concepción política de los dominadores de su sociedad y
del imperio romano. Según Jesús el poder está en la verdad y en el amor; por ello destruye
el esquema amigo-enemigo, y no llama a la venganza sino al perdón; incluso al amor al
enemigo.
La concepción del poder que tenía Jesús se diferenciaba también de la de los
zelotes, guerrilleros nacionalistas muy religiosos. Jesús comparte con ellos la necesidad de
la instauración del Reino de Dios; pero se diferencia en la concepción de Dios, que no es
-98-
�sólo poder, sino amor que se manifiesta en la debilidad. Dios se acerca gratuitamente y no
con violencia, como pretendían los zelotes. Jesús presenta una nueva alternativa al
zelotismo: el amor político.
Jesús opone a la concepción de la divinidad como poder, otra concepción de la
divinidad como amor. Ello no significa que el amor no deba ser político; por ser un amor
situado en un mundo de injusticia, el amor se desarrolla enfrentándose necesariamente con
el poder opresor. Por eso el amor de Jesús no es idealista ni ilusorio. El amor universal de
Jesús es "político", en el sentido de que quiere ser también efectivo en una situación
determinada: busca tener repercusiones visibles para el hombre.
Por esta razón el amor universal de Jesús se manifiesta de diversas formas según
la situación. Su amor hacia el oprimido se manifiesta estando con ellos, dándoles lo que les
pueda devolver su dignidad y les pueda humanizar. Su amor hacia el opresor se manifiesta
estando contra su comportamiento, intentando quitarles lo que les deshumaniza. Pero en
ambos casos su interés es renovador, recreador de hombres nuevos. En este sentido el amor
de Jesús es político: por estar situado dentro de la realidad es denuncia y condena, anuncio
y esperanza. Y esa concepción del amor político le llevó necesariamente a la cruz.
No se puede comprender la cruz de Jesús sin tener presente este camino que le
llevó a la cruz: su lucha contra las falsas divinidades del poder. Además, si la cruz es la
consecuencia de la fe de Jesús y su amor histórico, la espiritualidad cristiana no puede
reducirse a un sufrir por sufrir, sino que consiste en el seguimiento del camino de Jesús,
que tiene como consecuencia la cruz. Si no se recorre el camino de Jesús, la cruz de la vida
no es necesariamente cristiana.
4. ¿UN DIOS DIFERENTE?
Hemos afirmado repetidas veces que Jesús presenta un Dios diferente al Dios
oficial de la religión judía de su época. Conviene aclarar en qué es y en qué no es diferente.
Jesús no se presentó ante sus contemporáneos como un pensador, un filósofo o un
teólogo. El desempeña el papel de profeta y consiguientemente se mete dentro de esta
tradición concreta y se relaciona con sus oyentes dentro de un horizonte común.
-99-
�Por ello la oposición entre Jesús y los representantes de la religión oficial no se da
en el plano doctrinal. En la teoría están los dos de acuerdo. Si él dice que Dios es bueno,
también lo dicen sus adversarios; si piensa que es único, también ellos; si cree que habló a
Abraham, a Moisés y a los profetas, ellos están de acuerdo; si no duda de que Israel es el
pueblo de la Alianza, ellos comparten esta misma convicción. Más aún, Jesús habla de
Dios como de un Dios misericordioso, cercano a los humildes; los fariseos y saduceos no
rechazan tampoco esta opinión. Los dos atribuyen a Dios las mismas cualidades.
Sólo queda, pues, un camino para comprender la base de la oposición entre Jesús
y sus adversarios: su comportamiento.
Los adversarios de Jesús, escribas, fariseos y saduceos, nunca se habían
imaginado que Dios no fuera bueno, que no fuera misericordioso, que no fuera libre. Pero
si se abandona la teoría sobre Dios y se pasa a definir el comportamiento de Dios hacia los
hombres, entonces la oposición entre fariseos y Jesús es evidente. En el combate de Jesús,
se trata de Dios, no de una doctrina sobre Dios. Esto exige considerar como base de toda
interpretación de las palabras de Jesús a su acción, ya que en ella es donde aparece un
papel social distinto de Dios. El debate entre Jesús y sus opositores recae sobre la manera
con que se mezcla a Dios en los asuntos humanos.
Veámoslo en un caso concreto. Pregunta Jesús a los fariseos delante de un
paralítico: "¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o
matar?" (Mc 3,4). Jesús nunca plantea una cuestión general. No pregunta si es lícito curar
a un enfermo. En esa pregunta en general estarían todos de acuerdo. Como por ejemplo,
están de acuerdo todos los movimientos políticos, en buscar la libertad y el bien del pueblo,
así en general. Nadie está en contra de la bondad y misericordia de Dios. Los problemas
vienen cuando los principios generales se aterrizan en cosas concretas: Curar "en sábado",
día consagrado exclusivamente al honor de Dios.
Los fariseos y Jesús estaban de acuerdo sobre las cualidades de Dios. Pero
aquéllos desconocían y despreciaban de hecho a Dios, porque lo querían honrar justamente
como Dios no quiere ser honrado. Estar de acuerdo sobre las cualidades de Dios no
significa estar de acuerdo sobre el conocimiento real de Dios. La honra de Dios no está en
la perfección abstracta de la Ley. Honra a Dios aquél que, abofeteado, no trata a su
enemigo como ofensor; lo honra aquél que no arrastra ante el tribunal al deudor pobre y no
vacila en seguir haciéndole favores, lo honra el que atiende al pecador, el que comprende a
la mujer adúltera. El conocimiento de Dios no puede comprenderse fuera del efecto
-100-
�liberador que produce. El conocimiento de Dios invocado por Jesús no puede separarse de
su acción: "Quien me ve a mí, está viendo al Padre" (Jn 14,9).
Jesús combatió contra la "ideología" que organizaba y justificaba la dominación
saducea y farisea. Combatió contra ella, no porque juzgase erróneos los principios
doctrinales de los fariseos, sino porque consideraba intolerables los efectos destructores de
su religión. En este sentido el Dios de la religión oficial de la sinagoga no era el Dios de
Jesús. Jesús no atacó la idea de Dios que esa religión transmitía, sino que se rebeló contra
el carácter opresivo que el uso concreto de esa idea producía en Israel. Si el Dios
proclamado y venerado no libera, ese Dios no es el Dios de Abraham, de Moisés y de los
profetas. A Dios se le honra en donde se hacen libres a los hombres de cualquier pecado.
El pecado contra el Espíritu (Mc 3,29) consiste precisamente en confundir el acto
liberador de Dios con el acto esclavizador de Satanás.
A Jesús le apasiona el combate por la libertad de Dios. No le gustan las
discusiones doctrinales. La doctrina abstracta sobre Dios puede servir de excusa para
oprimir. Eso es lo que Jesús reprocha a escribas y fariseos: quieren encadenar a Dios a sus
propios intereses y lo usan como razón para oprimir y despreciar a los demás. Jesús
emprende el combate contra el carácter opresor de este tipo de religión.
Jesús se distinguió irremediablemente de los maestros en religión porque
implicaba a Dios en la sociedad y en la misma religión de una manera distinta. Era su
acción, el comentario que hacía de ella, y su invocación al Padre en medio de ella, lo que
comprometía a Dios. Jesús lo comprometió de tal manera que puso al descubierto su poder
liberador hasta en donde se consideraba intocable la ley Divina. Jesús pagó con su sangre
esta opción que había hecho por un Dios liberador. Y es preciso reconocer la lucidez de sus
adversarios, que supieron comprender tan pronto sus consecuencias sociales y religiosas.
5. JESUS LUCHA CONTRA LAS DIVINIDADES DE LA MUERTE
Ya hemos visto cómo Jesús fue de hecho inconforme con respecto a la situación
religiosa de su tiempo y de su pueblo. También hemos hablado algo sobre la raíz de ese
inconformismo. Intentemos ahora ahondar un poco más en el punto concreto de su
rebeldía: las falsas concepciones sobre Dios.
-101-
�Jesús luchó decididamente contra cualquier tipo de fuerza social que de una u otra
manera deshumanizara al hombre o le diera muerte. El vio con claridad cómo el plan
original de Dios, del Dios bueno, es que todos los hombres tengan vida, vida plena en
todos los sentidos. El "pan" como símbolo de vida debe existir para todos. Este fue un
criterio claro en su conducta. El Reino que él predica es un reino de vida para todos.
Jesús se daba cuenta perfectamente que la mayoría de los hijos de Dios estaban
privados de la vida de muy diversas formas: por eso optó por ellos. Y se daba cuenta
también que la falta de vida tiene por causa la libre voluntad de grupos minoritarios que
usan de su poder para sus propios intereses en contra de los demás: por eso lo condenan.
En esa lucha Jesús fue descubriendo que las fuerzas de la muerte se justificaban
apoyándose en ideas religiosas y en diversas formas de concebir la divinidad. Por ello
buena parte de su actividad se dirigió a desenmascarar las falsas divinidades. Privar al
hombre de algo de vida en nombre de Dios tiene una maldad doble, porque Dios es el Dios
de la vida.
Esta noción de Jesús de un Dios de vida enseguida entra en conflicto con los
intereses privados de quienes no quieren dar vida a otros. Jesús afirma que los derechos de
Dios no pueden estar en contradicción con los derechos del hombre. Cualquier supuesta
manifestación de la voluntad de Dios que vaya en contra de la dignidad de los hombres es
la negación automática de la más profunda realidad de Dios.
Jesús ve que los hombres tienen diversas y aun contrarias nociones de Dios. Pero
se da cuenta también que en nombre de una manera concreta de imaginarse a Dios se
justificaban acciones contrarias a la voluntad de Dios. Por ello se dedica no sólo a
esclarecer la verdadera realidad de Dios, sino a desenmascarar las falsas divinidades en
cuyo nombre se oprime al hombre.
El Dios de Jesús es un Dios único, que excluye a todos los otros dioses. "Nadie
puede estar al servicio de dos amos... No pueden servir a Dios y al dinero" (Mt 6,24).
Jesús presenta a su Padre, el Dios de la vida, como alternativa, y alternativa excluyente, de
las falsas divinidades. Los dos se rechazan entre sí.
Hay que elegir. O con el Dios de Jesús o contra el Dios de Jesús. O el Reino de
Dios por una parte o la teocracia judía y la paz romana por otra. O Jesús o el César. Los
judíos eligieron, y mataron a Jesús en nombre de su Dios e invocando a su Dios. Los
-102-
�romanos lo ajusticiaron en nombre de los dioses del imperio que garantizaban "su" paz.
Según la lógica de judíos y romanos Jesús debía morir.
El sumo Sacerdote Caifás "le conjura por el Dios vivo" para poder enviar a Jesús a
la muerte (Mt 26,63). Pero aunque irónicamente sea invocado el Dios vivo, de hecho Jesús
muere a manos de las falsas divinidades.
La última razón por la que Pilato le puede enviar a la muerte es la invocación de la
divinidad del César. En nombre de esa divinidad se puede dar muerte.
Se trata de elegir una teocracia alrededor del templo y la paz romana, por una
parte, o del Reinado de Dios, por otra. Se trata, por tanto, de totalidades de vida y de
historia, radicalmente basadas y justificadas en una concepción distinta de Dios. Y por la
invocación de esas divinidades Jesús es matado. Este es el hecho fundamental que revela el
destino histórico de Jesús: las divinidades están en pugna, y de ellas se sigue la vida o la
muerte.
La muerte de Jesús no se puede entender sin su vida; su vida no se puede
comprender sin aquél para quien él vivía, es decir, su Dios y Padre; y sin aquello para lo
que él vivía, es decir, el Evangelio del Reino para los pobres.
La vida de Jesús no se entiende si no se entiende el conflicto entre Dios y los
dioses, entre el Dios a quien él predicaba como su Padre y el Dios de la Ley, como lo
entendían los guardianes de la ley y los dioses políticos del poder romano de ocupación.
Los dirigentes judíos rechazaron a Jesús y su Dios: "No tenemos más rey que el
César" (Jn 19,15). Con ello muestran cuál era el dios por el que ellos habían optado: su
ambición de poder y gloria. Rechazan al Dios del amor y eligen al que, por ser opresor,
permite y justifica la opresión que ellos ejercen. El Dios al que ellos profesan fidelidad,
aunque siguieran llamándolo Yavé, era un dios que legitimaba la opresión. Revelaban así
su ateísmo de hecho, su idolatría, pues pusieron sus intereses personales en el lugar de
Dios.
Jesús, pues, siguiendo la más pura tradición bíblica, atacó toda concepción
idólatra de Dios. En su tiempo no había ídolos en imágenes. Pero sí había cantidad de
gente que creía en falsos rostros de Dios, y los usaban en provecho de sus intereses
egoístas.
Bibliografía
-103-
�1. H. KUNG, 20 Tesis sobre Ser Cristiano, pgs. 38-43.
ANTONIO C. HUALDE, Aquel Jesús, Paulinas, Bogotá 1982, pgs. 57-59: La actitud conflictiva de Jesús.
C. ESCUDERO, Devolver el Evangelio a los Pobres, pgs. 349-357: Jesús, señal de contradicción.
J. L. SEGUNDO, El Hombre de Hoy ante Jesús de Nazaret II/I, pgs. 105-125: Jesús y la dimensión política.
J. M. CASTILLO, El Discernimiento Cristiano, pgs. 131-136: Una conducta desconcertante.
A. NOLAN, ¿Quién es este Hombre?, pgs. 151-164: Política y religión: 165-174: El incidente del templo.
J. JEREMIAS, Palabras desconocidas de Jesús, Sígueme, Salamanca 1979, pgs. 56-57: El altercado de
Jesús con un fariseo.
-104-
�2. C. TRESMONTANT, La Doctrina de Yeshúa de Nazaret, pgs. 124-151: La religión establecida.
E. SCHILLEBEECKX, La Historia de un Viviente, pgs. 268-273: El rechazo del mensaje y de la praxis de
Jesús.
J. SOBRINO, Cristología desde AL., pgs. 158-162; 295-297: La conflictividad de Jesús.
MELITON BRUQUE, Dios compañero de luchas y esperanzas, Indo-Américan, Bogotá 1981, pgs. 73-75:
Un Mesías desconcertante.
CARLOS BAZARRA, Dios el Padre en quien creo, Paulinas, Bogotá 1981, pgs. 39-45: Condenado por
blasfemo.
3. JOSE RAMOS REGIDOR, Jesús y el Despertar de los Oprimidos, Sígueme, Salamanca 1984, pgs.
305-309: ¿Blasfemo y agitador político?
L. BOFF, J. C. y nuestro futuro de Liberación, pgs. 30-32: La muerte de Jesús: el precio a pagar por la
liberación de Dios.
J. L. SEGUNDO, El Hombre de hoy..., pgs. 138-150.
HOAC, Jesús de Nazaret, pgs. 149-153: La condena de Jesús.
JOSEPH FITZMYER, Catecismo Cristológico, Sígueme, Salamanca 1984, pgs. 65-70: ¿Quién fue
responsable de la muerte de Jesús?
MICHEL GOURGUES, Jesús ante su Pasión y Muerte, Cuadernos bíblicos 30, Verbo Divino, Estella 1982,
pgs. 20-24: ¿Una muerte con significado político?
OSCAR CULLMANN, Jesús y los Revolucionarios de su Tiempo, Studium, Madrid 1973, pgs. 43-64: La
cuestión política.
A. NOLAN, ¿Quién es este Hombre?, pgs. 205-217: El proceso.
JOSE A. PAGOLA, El mito de Jesús líder revolucionario, en Hacia la Verdadera Imagen de Cristo,
Mensajero, Bilbao 1975, pgs. 89-132.
FERNANDO BELO, Una Lectura Política del Evangelio, Zero, Madrid 1975, pgs. 84-86: Jesús es
asesinado políticamente.
4. CHRISTIAN DUQUOC, Dios Diferente, Sígueme, Salamanca 1978, pgs. 39-51: Jesús el no-teólogo.
- Jesús Hombre Libre, Sígueme, Salamanca 1978, pgs. 98-99: Jesús libera del Dios imaginario.
J. M. GLZ. RUIZ, Creer es Comprometerse, pgs. 26-29: ¿Un Dios de bolsillo?
JOSE M. ROVIRA, Deformación de la Imagen de Jesús por la ideología burguesa occidental, en Hacia la
verdadera Imagen de Cristo, Bilbao 1975, pgs. 47-86.
J. I. GLZ FAUS, La Justicia que brota de la Fe, Sal Terrae, Santander 1983, pgs. 131-135: La praxis
teofánica de Jesús.
E. SCHILLEBEECKX, Dios Futuro del Hombre, Sígueme, Salamanca 1971, pgs. 191-218: La nueva
cultura como ocasión para un nuevo concepto de Dios.
5. J. SOBRINO, Jesús en AL., pgs. 163-195: La lucha de Jesús contra las divinidades de la muerte.
J. MATEOS, El Evangelio de Juan, pgs. 800-803: La opción por el César.
J. I. GLZ FAUS, Jesús de Nazaret y los Ricos de su Tiempo, pgs. 38-44: Contra la utilización ideológica de
la religión.
-105-
�JOSE LUIS SICRE, Los Dioses Olvidados, Cristiandad, Madrid 1979, pgs. 164-169: La aportación del
Nuevo Testamento.
HECTOR MUÑOZ, Nuevo Libro Rojo, La Buena Noticia para el Hombre Nuevo, Bonum, Buenos Aires
1974, pgs. 11-15: Los dioses de papel son tigres de papel.
J. M. CASTILLO, Teología y Pobreza, en Misión Abierta, nov. 1981, pgs. 157-159: Desenmascarar los
ídolos.
L. BOFF, Mi Dios no es el de Reagan, en Comunidades Cristianas de Andalucía, Granada nov. 1984.
-106-
�9
El sufrimiento
como modo de ser
de Dios
Hoy en día, subidos a las nubes rosadas de las teorías abstractas, hemos perdido la
capacidad del asombro. Nos parece normal la visión de la imagen del Crucificado, y
afirmamos con toda tranquilidad que ese crucificado es Dios que "murió por nuestros
pecados". Necesitamos redescubrir la vivencia de la admiración y el asombro ante la
verdad histórica de la muerte horrenda del Hijo de Dios a manos de los que se decían creer
en Dios.
1. ¿PUEDE SUFRIR DIOS?
Por mucho tiempo, siguiendo los principios de la filosofía griega, casi todos los
cristianos han creído que Dios no puede sufrir. La divinidad, según ellos, no puede
padecer; si sufriera no sería Dios.
Pero en la Biblia se presenta Dios de una manera muy diferente. El núcleo del
mensaje cristiano es la pasión y muerte de Jesús, y sabemos por la fe que el Crucificado es
Dios. Además, el sacrificio del Hijo de Dios por la reconciliación del mundo se renueva
cada día en la Eucaristía. La conmemoración de la pasión-resurrección de Cristo por la
palabra y sacramento ha alimentado siempre la fe cristiana en Dios.
-107-
�Pero, ¿de qué modo Dios está comprometido en la historia de la pasión de Cristo?
¿Cómo es posible que la fe cristiana considere la pasión de Cristo como revelación de
Dios, si la divinidad no puede padecer? ¿Dios hace sufrir al hombre Jesús por nosotros o es
que Dios mismo sufre en Cristo por nosotros?
Si Dios fuera incapaz de padecer, la pasión de Jesús sería meramente una tragedia
humana. Es más, el que sólo vea en la pasión el sufrimiento de un buen hombre, llamado
Jesús de Nazaret, corre el peligro de considerar a Dios como un poder celestial frío,
antipático y cruel. Ello sería destruir la fe cristiana.
Por eso muchos teólogos actuales se ven obligados a implicar a Dios en la pasión
de Cristo y a descubrir esta pasión en el seno mismo de Dios. La misma piedad cristiana
tradicional siempre ha adorado al Crucificado como Dios y ha hablado sin problemas de la
"pasión de Dios".
Hagamos algunas distinciones. Dios ciertamente no puede sufrir al estilo de los
humanos. A él no le puede venir ningún sufrimiento inesperado, como fatalidad o castigo.
El no está sujeto al dolor al modo de la criatura limitada y perecedera.
Pero esto no quiere decir que Dios no pueda padecer de ninguna manera. Si Dios
fuera impasible en absoluto, seguramente sería incapaz de amar. Sería capaz de amarse a sí
mismo, pero no a sus criaturas. Pero si Dios es capaz de amar a otros, está expuesto a los
sufrimientos que le acarreará este amor; aunque el mismo amor no le permite sucumbir al
dolor. Dios no sufre, como la criatura, por faltarle algo. En ese sentido él es impasible.
Dios padece por efecto de su amor, que es el desbordamiento de su ser. En este sentido
Dios parece estar sujeto al sufrimiento.
Los judíos en el Antiguo Testamento se tomaron en serio el tema del sufrimiento
divino. Dios es libre y no está sometido al destino. Pero, movido por el amor, se
comprometió en una Alianza. El es "Dios de los dioses" y al mismo tiempo es el Dios
aliado del pequeño pueblo de Israel. Reina en el cielo y vive a la vez entre los seres
inferiores y humillados. En la Alianza Dios se vuelve vulnerable: vive las experiencias de
Israel, sus triunfos, sus pecados, sus sufrimientos. Su existencia y la historia del pueblo
están estrechamente ligadas. Dios tiene una relación libre y apasionada con sus criaturas.
El Eterno toma en serio a los hombres, hasta el punto de sufrir con ellos en sus
luchas y de sentirse herido por sus pecados. Según cuentan los profetas, Dios siente amor
por su pueblo como un amigo, como un padre (Os 11,1-9; Mal 3,17; Sal 102,13), o una
-108-
�madre (Is 49,15-16; 66,13), y hasta como un amante decepcionado (Ez 16; Is 54,4-10; Os
2,6-7). El Dios del universo se comporta como padre "paciente y misericordioso" (Sal
102,8), que sabe sufrir a su modo. El sabe lo que es padecer el sufrimiento del amor: "Cada
vez que le reprendo... se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión" (Jer 31,20).
"Me da un vuelco el corazón y se me revuelven todas las entrañas" (Os 11,8), hacen decir
los profetas al mismo Dios.
Decir que Dios es amor es decir que es vulnerable. Dios ama y, por tanto, puede
ser correspondido o puede ser rechazado. Y la historia muestra duramente la gran
capacidad del hombre para rechazar el amor. Eso no le es indiferente a Dios. El sufre por el
rechazo del amor.
Sin embargo, el amor no quiere el sufrimiento. El amor quiere la felicidad del otro
y sigue amándolo aunque él se niegue a amar. Asume su dolor porque lo ama y quiere
compartirlo con él. Tal es el sufrimiento de Dios, fruto del amor y de su infinita capacidad
de solidaridad.
Centrémonos en el próximo apartado y en los siguientes en el misterio de amor
que es la cruz de Cristo.
2. EL ESCANDALO DE UN DIOS CRUCIFICADO
En el Antiguo Testamento descubrieron a Dios a través de la historia. Como
acabamos de insinuar, Dios acompañaba a su pueblo en su marcha y en su sufrir. Pero con
Jesús Dios viene a nuestro encuentro en la debilidad de una criatura, que puede sufrir, que
sabe lo que significa ser tentado, llorar la muerte de un amigo, ocuparse de los hombres
insignificantes; que puede ser calumniado e insultado, condenado y ajusticiado.
El rostro del Dios cristiano no es ya el de un todopoderoso, sino el de un
tododébil, porque su amor, la omnipotencia de su amor, lo ha introducido en la debilidad.
El Dios de Jesús es un Dios débil. El amor, que supone dar y darse, debilita. De ahí que el
símbolo del amor de Dios no sea el trono sino la cruz. Al Dios cristiano se le juzga, se le
escupe a la cara y se le ejecuta como a un cualquiera. Y para convertirse a este Dios es
necesario convertirse aquí y ahora a los crucificados de este mundo. Pues el Dios llamado
-109-
�desde siempre omnipotente se ha convertido en omnidébil. La omnipotencia de Dios
consiste en poder superarlo todo, no en poder evitarlo todo.
Hablar del misterio cristiano es hablar de la cruz del Mesías, "la locura de Dios" y
"la debilidad de Dios" (1 Cor 1,25), que es aceptada y vivida por "lo débil..., lo plebeyo... y
lo despreciado del mundo" (1 Cor 1,28).
La cruz de Cristo cuestiona y desautoriza nuestro conocimiento "natural" de la
divinidad. La divinidad crucificada en Jesús se aparta y quiebra nuestras concepciones del
Dios de la naturaleza o de las religiones espontáneas. El Dios de la cruz nos sorprende.
Pone al revés las jerarquías de nuestros valores. Choca con nuestra imaginación. Es el
escándalo de la cruz. El corazón inquieto, del que habla San Agustín, no es lo que nos hace
encontrar a Dios: la cruz de Jesús es lo que inquieta nuestro corazón. La teología natural se
mueve en la esfera de la pregunta por Dios. La cruz no es respuesta, sino inquietar, abrir el
corazón a otro modo de preguntar, a otro modo de conocer, a otro modo de vivir.
La cruz no es respuesta, sino una nueva forma de preguntar, la invitación hacia
una actitud radicalmente nueva hacia Dios. Desde la cruz no es tanto el hombre quien
pregunta por Dios, sino que en primer lugar el hombre es preguntado acerca de sí mismo,
de su interés en conocer y defender una determinada forma de divinidad.
El Dios de Jesús no es el Dios de los triunfadores. Es el Dios de los que entregan
su vida a una causa y fracasan, el Dios de los torturados, el de los mártires, el Dios de los
profetas asesinados, el de los dirigentes encarcelados, el de los pastores que entregan su
vida por las ovejas. Sólo los que en la entrega total pueden dar un grito desesperado de
esperanza revelan cómo es Dios.
El Dios de Jesucristo es el Dios que destruye y convierte en idolátricas todas las
imágenes de Dios al estilo de los poderosos. El Dios de Jesús sufre la muerte de su Hijo en
el dolor de su amor. Por tanto, en Jesús Dios es también crucificado y muere. Esto es
verdaderamente una locura para los sabios, un escándalo para los piadosos y algo muy
incómodo para los poderosos. "De hecho, el mensaje de la cruz para los que se pierden
resulta una locura" (1 Cor 1,18). "Nosotros predicamos un Mesías crucificado, para los
judíos un escándalo y para los paganos una locura" (1 Cor 1,23).
En la historia de la Iglesia y de la teología con frecuencia ha habido una tendencia
a pasar por alto este escándalo de la cruz de Cristo. Muchas veces se presupone una
concepción de Dios que no se deriva de la cruz. Sin embargo ahora y siempre, la muerte de
-110-
�Jesucristo en la cruz es la piedra de toque para la fe cristiana. ¡Pero cuán difícil es mantener
el escándalo de la cruz!
Para que la cruz no escandalice, no cuestione, se le ha quitado su historia. Se
considera la muerte de Jesús aislada de su vida, sin tener en cuenta las causas que le
llevaron al patíbulo. Se ignora la relación íntima que existe entre el anuncio del Dios de
Jesús y su Reino, la denuncia de toda opresión y la muerte de Jesús. Se presupone que la
salvación consiste en el perdón de los pecados solamente, sin mencionar la más amplia
concepción bíblica de salvación como Reino de Dios.
Es horrendo que hablemos de la cruz más que del Crucificado. Nos quedamos en
el "culto" a la cruz, sin preocuparnos de seguir realmente a Jesús crucificado: Así la cruz de
Jesús queda desvirtuada, sin valor alguno; le quitamos su fuerza. Se convierte en un
adorno, en una alhaja y hasta en una señal de poder.
El mecanismo fundamental para quitar su fuerza a la cruz de Cristo consiste en
olvidar que quien muere en la cruz es el Hijo de Dios, y en este sentido en ignorar cómo le
afecta la cruz al mismo Dios.
En la cruz de Jesús el mismo Dios está crucificado. El Padre sufre la muerte del
Hijo y asume en sí todo el dolor de la historia. Así, en esta íntima solidaridad con el
hombre se revela como el Dios del amor, que desde lo más negativo de la historia abre un
futuro y una esperanza.
La única omnipotencia que Dios posee y que revela en Cristo es la omnipotencia
del amor doliente. Dios no es otra cosa que amor; por eso el Calvario es la revelación
ineludible de su amor en un mundo de males y sufrimientos. Dios es amor; el amor
capacita para el sufrimiento, y la capacidad de sufrimiento se consuma en la entrega y en la
inmolación.
En Jesús se manifestó el Padre paciente y doliente, no el omnipotente; Dios Padre
con la congoja y la impotencia de todo Padre, que oculta la fuerza del amor; el Dios
generoso, doliente, crucificado: Cristo desnudo, llagado, ensangrentado, pero invencible.
El Dios vivo es el Dios amante, que demuestra su vitalidad en el sufrimiento. Dios
se nos revela porque sufre y porque sufrimos; porque sufre exige nuestro amor, y porque
sufrimos nos da el suyo y cubre nuestra congoja con su congoja eterna e infinita.
-111-
�Este fue el escándalo del cristianismo entre judíos y griegos, y éste, que fue su
escándalo, el escándalo de la cruz, sigue siéndolo aún entre cristianos: el de un Dios que se
hace hombre para padecer y morir, y resucitar por haber padecido y muerto; el de un Dios
que sufre y muere. Y esta verdad de que Dios padece, ante la que se sienten aterrados los
hombres, es la revelación de las entrañas mismas de Dios. Es la revelación de lo divino del
dolor...
3. EN LA CRUZ DIOS REVELA LA FORMA MAS SUBLIME DEL AMOR
Sin la cruz, Dios estaría por una parte y nosotros por otra. Pero por la cruz Dios se
pone al lado de las víctimas, de los torturados, de los angustiados, de los pecadores. La
respuesta de Dios al problema del mal es el rostro desfigurado de su Hijo, "crucificado por
nosotros".
La cruz nos enseña que Dios es el primero que se ve afectado por la libertad que él
mismo nos ha dado: muere por ella. Nos descubre hasta dónde llega el pecado, pero al
mismo tiempo nos descubre hasta dónde llega el amor. Dios no aplasta la rebeldía del
hombre desde fuera, sino que se hunde dentro de ella en el abismo del amor. En vez de
tropezar con la venganza divina, el hombre sólo encuentra unos brazos extendidos.
El pecado tiende a eliminar a Dios; Dios se deja eliminar, sin decir nada. En
ninguna parte Dios es tan Dios como en la cruz: rechazado, maldecido, condenado por los
hombres, pero sin dejar de amarlos, siempre fiel a la libertad que nos dio, siempre "en
estado de amor". En ninguna parte Dios es tan poderoso como en su impotencia. Si el
misterio del mal es indescifrable, el del amor de Dios lo es más todavía.
Cristo en cruz logra poner en el mundo un amor mucho más grande que todo el
odio que podemos acumular los hombres a lo largo de la historia. La cruz nos lleva hasta
un mundo situado más allá de toda justicia, al universo del amor, pero de un amor
completamente distinto, que es misterio, porque está hecho "a la medida de Dios".
La cruz de Cristo y la muerte de Dios son el colmo de la sinrazón; la victoria más
asombrosa de las fuerzas del mal sobre aquél que es la vida. Pero al mismo tiempo es la
revelación de un amor que se impone al mal, no por la fuerza, no por un exceso de poder,
sino por un exceso de amor que consiste en recibir la muerte de manos de las personas
amadas y en sufrir el castigo que se merecen con la esperanza de convertir al amor su amor
-112-
�rebelde. La omnidebilidad de Dios se convierte entonces en su omnipotencia. "Las aguas
torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos" (Cant 8,7).
Dios Padre no destroza a los hombres que atacan a su Hijo porque los ama a pesar
de todo. Y por eso el Nuevo Testamento dice que el Padre "no se reservó a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros" (Rm 8,32). A pesar de los pesares, Dios está de tal
forma de parte de los hombres, que el mismo gesto que el hombre realiza contra él, la
misma mano que el hombre levanta contra él, las convierte en bendición para el mismo
hombre.
Por eso la cruz de Cristo nos enseña que no se trata de cerrar los ojos a la realidad
negativa del mundo, sino de negar la realidad con los ojos bien abiertos. Porque, en
definitiva, la sabiduría de la cruz enseña simplemente esto: que el objeto del amor de Dios
no es el superhombre, sino estos hombres concretos y pobres que somos nosotros. El
mundo nuevo no lo crea Dios destruyendo este mundo viejo, sino que lo está haciendo con
este mundo y a partir de él. El hombre nuevo no lo realiza creando a otros hombres, sino
con nuestro barro de hombres viejos. Es a este hombre así desenmascarado a quien Dios
ama. Y el realismo de la cruz lleva entonces a no extrañarse de nada, pero nunca lleva a
rendirse. La desconfianza nos hace críticos, pero nos hace igualmente tesoneros.
La seguridad de la aceptación de nuestra miseria por parte de Dios facilita la
salida de ella, porque nos la pide la experiencia del amor de Dios: "Ninguno te ha
condenado" porque "tampoco yo te condeno"; por eso "en adelante no vuelvas a pecar" (Jn
8,10-11).
En la cruz no sólo aparece la crítica de Dios al mundo, sino su última solidaridad
con él. Dios se deja afectar por lo negativo, la injusticia y la muerte. "Abandona" a su Hijo
(Mc 15,34) pero no abandona a la humanidad. En la cruz de Jesús Dios estaba presente (2
Cor 5,19-21), estando al mismo tiempo ausente. Estando ausente para el Hijo, estaba
presente para los hombres. Y esa dialéctica de presencia y ausencia explica en lenguaje
humano que Dios es amor; un amor no expresado idealísticamente, sino bajo condiciones
históricas muy concretas.
En la muerte del Hijo la muerte le afecta a Dios mismo, no porque él mismo
muera, sino porque sufre la muerte del Hijo. Pero Dios sufre para que viva el hombre, y esa
es la expresión más acabada del amor. En la resurrección de Jesús se revelará Dios como
plenitud de gozo, pero en la cruz el amor se hace creíble.
-113-
�La cruz es el lugar en el que se revela la forma más sublime del amor; donde se
manifiesta su esencia. Amar al enemigo, al pecador, poder estar en él, asumirlo, es obra del
amor, es amar de la forma más sublime.
En la cruz aparece la estructura interna de Dios mismo. El amor eterno entre el
Padre y el Hijo se ve mediado históricamente en presencia del mal y por ello toma forma
paradógica del abandono. Pero de ese amor trinitario, hecho historia, surge la fuerza para
que la historia externa pueda ser historia de amor y no de dominación. Por eso el Espíritu,
que en Dios mismo es el fruto del amor entre el Padre y el Hijo, se hace presente como
Espíritu de amor para liberar en la historia como la forma histórica del amor.
La obra del Espíritu es introducir a los hombres en la misma actitud de Dios hacia
el mundo, que es actitud de amor, pero en un mundo dominado por el pecado, y por ello
conflictivo. Obra del Espíritu es hacernos participar en la vida misma de Dios, siguiendo el
camino de Jesús; es hacer real en la historia el amor de Dios manifestado en la cruz.
El Espíritu se hace historia de liberación, que es la forma histórica que toma el
amor. Este Espíritu incorpora a los hombres al Hijo y los hace como él. Es decir, pone en el
hombre la misma actitud de Dios hacia el mundo, que es actitud de liberación y amor. Pero
como el mundo está en conflicto, participamos históricamente en la lucha contra la
injusticia desde dentro, es decir, en solidaridad con los explotados y golpeados por el mal.
El seguimiento de Jesús, el tomar "su camino", es estar en el proceso trinitario. Lo
que nos hace hijos de Dios es el participar en el proceso de Dios por el seguimiento de
Jesús. Por eso se dice justamente que "por la cruz hemos sido salvados". Esto no se puede
entender sólo por las ideas. Es necesario conocerlo desde dentro. El amor salvífico de Dios
se conoce solamente participando históricamente en la cruz de Cristo. Ahí conocemos la
vocación a que hemos sido llamados. No se conoce a Dios fuera del proceso de liberación.
El hombre que participa en la praxis por la justicia ese es el seguidor de Cristo.
Dios permitió el pecado para que su amor apareciera y superara todo lo previsible.
"Así demostró Dios su amor al mundo: dando a su Hijo único" (Jn 3,16). Este amor se
comprende desde la cruz. En la solidaridad de Dios con el dolor humano. Así se
comprende que "Dios es amor" (1 Jn 4,8). Al interior del proceso liberador. Ahí es donde
se comprende la gratuidad del don de Dios. Gratuitamente tomó nuestra debilidad y
pobreza para enriquecernos. Una gratuidad y don que se capta cuando el hombre se hace
-114-
�donación; cuando el hombre participa en el sufrimiento del explotado. En esa donación
está el don gratuito de Dios.
4. LA ESPIRITUALIDAD DE LA CRUZ EN EL SEGUIMIENTO DE JESUS
Lo que solemos llamar "la cruz" o "las cruces" no es otra cosa que los sufrimientos
y contradicciones de la vida. Cruz es lo que limita la vida (las cruces de la vida), lo que
hace sufrir y dificulta el caminar a causa de la imperfección o la mala voluntad humana.
De suyo, las cruces no tienen ningún valor en sí. Son una experiencia humana
negativa, de la que nadie se puede escapar. Pero con Jesús el sufrimiento humano ha
encontrado sentido. No es que él nos haya enseñado a eliminar la cruz o le haya dado un
valor a la cruz en sí misma, sino porque le ha dado un valor santificante liberador. Desde
Jesús toda cruz puede encontrar un lugar en la construcción del Reino de Dios.
Gracias a Jesucristo, el hecho de la cruz puede ser tomado como una dimensión de
la espiritualidad. Por eso su llamado a "cargar la cruz" (Mt 10,38) para poder seguirle:
"Quien no carga con su cruz y se viene detrás de mí, no puede ser discípulo mío" (Lc
14,27). Sólo siguiendo a Cristo, la cruz nos hace crecer en la vida según el Espíritu. Por eso
podemos afirmar que no existe propiamente una espiritualidad de la cruz, sino una
espiritualidad de seguimiento del Crucificado. La espiritualidad de la cruz no es meramente
la aceptación de la tristeza, del dolor; no es pasividad y resignación. La cruz no se busca en
sí misma; pero se la encuentra ciertamente en la medida en que seguimos a Jesús. Nuestras
cruces no tienen sentido si no nos incorporamos por ellas a la cruz de Cristo. No todo
sufrimiento es específicamente cristiano, sino el que nace del seguimiento de Jesús.
Por eso es de suma importancia entender cómo soportó Jesús la cruz.
El no buscó la cruz por la cruz. Buscó el espíritu que hace evitar que se produzca
la cruz para uno mismo y para los demás. Predicó y vivió el amor. Quien ama y sirve no
crea cruces para los demás con su egoísmo. El anunció la Buena Nueva de un Dios que es
amor para todos, especialmente para con los despreciados. Se comprometió por el Reinado
de este Dios. Y el mundo se cerró a él; puso cruces en su camino y acabó alzándolo en el
madero de la cruz. La cruz fue la consecuencia de un anuncio que cuestionaba y de una
acción liberadora. El no huyó, no contemporizó, no dejó de anunciar y testimoniar, aunque
-115-
�eso le costase ser crucificado. Siguió amando a pesar del odio. Asumió la cruz en señal de
fidelidad a Dios y a los hombres.
Según el ejemplo de Jesús, ¿en qué, cosiste, pues, la espiritualidad cristiana de la
cruz?
a) En primer lugar se trata de comprometerse, siguiendo a Jesús, a fin de que se
vaya construyendo un mundo en el que sea menos difícil el amar, la paz, la fraternidad, la
apertura y la entrega a Dios. Esto implica la denuncia de situaciones que engendran odio,
división y ateísmo en términos de estructuras, valores, prácticas e ideologías. Implica
también el anuncio y la realización, con hechos concretos, de la justicia, la solidaridad y el
amor en la familia, en las escuelas, en el sistema económico, en las relaciones políticas.
Este compromiso acarrea como consecuencia crisis, confrontaciones y sufrimientos.
Aceptar la cruz proveniente de esta lucha y cargar con ella lo mismo que cargó con ella el
Señor, forma parte integral del compromiso cristiano. La cruz que hay que soportar en este
empeño, la cruz con la que hay que cargar en ese camino, son un sufrimiento y un martirio
por Dios y por los hermanos.
b) Cargar con la cruz tal como lo hizo Jesús significa, por consiguiente,
solidarizarse con los crucificados de este mundo: los que sufren violencia, los que son
empobrecidos, deshumanizados y ofendidos en sus derechos. Defenderlos, ayudarles a
abrir los ojos y organizarse, atacar todo lo que los convierte en infrahombres, asumir la
causa de su liberación, sufrir por ella: en eso consiste cargar con la cruz de Jesús. La cruz
de Jesús y su muerte fueron consecuencia de ese compromiso a favor de los desheredados
de este mundo.
Sólo en la solidaridad con los crucificados se puede luchar contra la cruz; sólo
desde la identificación con los atribulados por la vida se puede efectivamente liberar de las
tribulaciones. No fue otro el camino de Jesús, la vía del Dios encarnado.
El cristiano solidario con los pobres es el que como Pablo ama la cruz de Cristo,
es decir, la lucha por la justicia a través del amor sufriente. Amor sufriente que entraña la
radicalidad de un dar la vida por el otro. La praxis de liberación tiene sabor de cruz y de
eficacia que sólo conoce el que ama al prójimo.
c) La solidaridad con los crucificados de este mundo, en los que está presente Jesús,
lleva consigo la necesidad de dar vuelta a lo que el sistema opresor considera como bueno.
El sistema dice: los que asumen la causa de los pobres son gente subversiva, enemigos de
-116-
�la "justicia y del orden", maldecidos por la religión y abandonados por Dios. Los que
cargan la cruz de Cristo se oponen tenazmente a este sistema y denuncian sus falsos
valores y prácticas, que no son sino un ordenamiento del desorden. Lo que el sistema llama
justo y bueno, en realidad es injusto, discriminatorio y malo.
El que sigue a Jesús desenmascara el sistema y por eso sufre violencia de su parte.
Sufre a causa de una injusticia mayor, sufre en razón de otro orden: la justicia y el orden de
Dios. Sufre sin odiar; soporta la cruz sin huir de ella. La carga por amor a la verdad y a los
crucificados por los que ha arriesgado la seguridad personal y la vida. Así hizo Jesús. Su
seguidor sufre también como "maldito", cuando en realidad está siendo bendecido; muere
"abandonado", cuando en verdad ha sido acogido por Dios. De este modo Dios confunde la
sabiduría y la justicia de este mundo.
d) La cruz tiene una significación particular para los sufrientes, los oprimidos y
sufridos. Para ellos, el mensaje de la crucifixión consiste en que Jesús nos enseña a sufrir y
a morir de una manera diferente, no a la manera de la resignación, sino en la fidelidad a
una causa llena de esperanza. No basta cargar la cruz; la novedad cristiana es cargarla
como Cristo, llevando el compromiso hasta el extremo: "No hay amor más grande que dar
la vida por los amigos" (Jn 15,13).
Las dos palabras que quizás más utiliza el Nuevo Testamento cuando habla de la
vida práctica son audacia y aguante. Aguante a prueba de bomba, como del que ya no
espera nada. Audacia también a toda prueba, como del que ya ha pasado todo lo malo. La
cruz, efectivamente, lleva a la resignación, pero es la resignación del que no se resigna.
e) No se puede cargar la cruz de Cristo si uno no se domina a sí mismo. "El que
quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me
siga" (Mt 16,24). Porque estamos arraigados en el egoísmo y la tendencia al pecado, el
camino para seguir a Jesús es un camino de superación, de "muerte al hombre viejo" (Rm
6,6), de renunciar a vivir "según la carne" (Mt 18,8). No es posible la cruz del
compromiso, sin esta otra forma de cruz que es la renuncia a nosotros mismos. No es
posible un amor extremo a los demás si uno no está totalmente descentrado de sí mismo. El
centro ha de ser Dios, y no uno mismo; y eso no se consigue sin "negarse a sí mismo".
f) Sufrir y morir siguiendo de este modo al Crucificado es ya vivir. Al interior de
esta muerte en cruz existe una vida que no puede ser aniquilada. Está oculta en la muerte.
No es que venga después de la muerte, sino que está ya dentro de la vida de amor, de la
-117-
�solidaridad y de la valentía para soportar y morir. Por eso la elevación de Jesús en la cruz
es también su glorificación. Vivir y ser crucificado de este modo por la causa de la justicia,
que es la causa de Dios, es vivir. Por eso el mensaje de la pasión va siempre unido al
mensaje de la resurrección. Los que murieron por la insurrección en contra del sistema de
este mundo y se negaron a entrar "en los esquemas de este mundo" (Rm 12,2), son los que
experimentan la resurrección. Pues la insurrección por la causa de Dios y del prójimo es ya
resurrección.
Predicar hoy el seguimiento de Jesús en la cruz es anuncio de que se acerca la
resurrección, la victoria que llegará por hacer cada vez más imposible el que unos hombres
continúen crucificando a otros hombres. Es vivir a partir de una Vida que la cruz no puede
ya crucificar. Lo único que la cruz puede hacer es convertirla en más victoriosa.
Predicar la cruz, pues, significa seguir a Jesús. Y seguir a Jesús es per-seguir su
camino, pro-seguir su causa y con-seguir su victoria.
5. LA CERCANIA DE LA CRUZ HACE CREIBLE EL PODER DEL RESUCITADO
Los crucificados de la historia esperan la salvación. Y saben que para ello es
necesario el poder; pero desconfían de lo que sea puro poder, ya que éste siempre se les ha
mostrado contrario a lo largo de la historia. Lo que desean es un poder que sea realmente
creíble. Ellos no creen en simples promesas: no les dan esperanza.
¿Es creíble el poder de Dios para el pueblo crucificado? Para responder a esto es
necesario volver de nuevo a Jesús crucificado y reconocer en él la presencia de Dios y la
expresión del amor de Dios que entrega a su Hijo por amor.
En la cruz de Jesús aparece en primer lugar la impotencia de Dios. Esa
impotencia, por sí misma, no causa esperanza, pero hace creíble el poder de Dios que se
mostrará en la resurrección. La razón está en que la impotencia de Dios es expresión de su
absoluta cercanía a los pobres y de que comparte hasta el final sus sufrimientos. Si Dios
estuvo en la cruz de Jesús, si compartió de ese modo los horrores de la historia, entonces su
acción en la resurrección es creíble, al menos para los crucificados. El silencio de Dios en
la cruz no es escándalo para los crucificados, pues a ellos lo que realmente les interesa
saber es si Dios estuvo también en la cruz de Jesús. Si así es, ha llegado a su cumbre la
-118-
�cercanía de Dios a los hombres, iniciada en la encarnación. La cruz es la afirmación tajante
de que nada en la historia ha puesto límites a la cercanía de Dios a los hombres. Sin esa
cercanía, el poder de Dios en la resurrección correría el peligro de no ser creíble para los
crucificados de este mundo. Pero con esa cercanía pueden realmente creer que el poder de
Dios es Buena Nueva, porque es amor.
Dios asume la cruz en solidaridad y amor con los crucificados, con los que sufren
la cruz. Les dice: aunque absurda, la cruz puede ser camino para la liberación, con tal que
la asuman en libertad y amor. Entonces liberarán a la cruz de su absurdo y se liberarán a
ustedes mismos. La libertad y el amor son mayores que todos los absurdos y más fuertes
que la muerte; podemos hacer de ellos otros tantos caminos hacia Dios.
La cruz de Jesús es la demostración más acabada del inmenso amor de Dios a los
crucificados. La cruz de Jesús dice, de un modo creíble, que Dios ama a los hombres, y que
él mismo se dice y se da como amor y como salvación. En la cruz Dios ha pasado la prueba
del amor, para que después podamos también creer en su poder, el poder triunfador de su
resurrección. Así la resurrección de Jesús se puede convertir para los crucificados en
símbolo de esperanza.
La identificación entre el Crucificado y el Resucitado alimenta la esperanza de
que el futuro no está al lado de los opulentos, de los que no tienen corazón, de los
criminales, sino del lado de los humillados, de los ofendidos y de los crucificados
injustamente.
La resurrección dice en último término a los crucificados que su esperanza es
sólida, que está bien cimentada; y lo dice porque es manifestación no sólo del poder, sino
del amor de Dios. Sólo el poder no genera necesariamente esperanza, sino un optimismo
calculado. El amor, sin embargo, transforma las expectativas en esperanza. El Dios
crucificado es lo que hace creíble al Dios que "da vida a los muertos" (Rm 4,17), porque lo
muestra como un Dios de amor y, por ello, como esperanza para los crucificados.
Bibliografía
1. JURGEN MOLTMANN, Trinidad y Reino de Dios, La Doctrina sobre Dios, Sígueme, Salamanca 1983,
pgs. 35-44: ¿Impasibilidad o pasión de Dios?
-Experiencia de Dios, Sígueme, Salamanca 1983, pgs. 78-84: El dolor de Dios.
-119-
�- El Dios crucificado, Sígueme, Salamanca 1977, pgs. 275-399: El "Dios Crucificado".
L. BOFF, Pasión de Cristo Pasión del Mundo, pgs. 244-246: El Dios sufriente, ¿Cómo sufre Dios?
KAZOH KITAMORI, Teología del Dolor de Dios, Sígueme, Salamanca 1975, pgs. 57-59: El dolor como
la esencia de Dios.
J. L. CARAVIAS, Dios es Bueno, HOAC, Madrid 1977, pgs. 33-40: Amor de Dios a su pueblo.
M. GOURGUES, Jesús ante su Pasión y su Muerte, pgs. 5-19.
J. I. GLZ. FAUS, La Teología de cada Día, pgs. 250-254: El concepto de dolor de Dios.
KARL LEHMANN, Jesucristo resucitado, nuestra Esperanza, Sal Terrae, Santander 1982, pgs. 23-43:
Dios en la pasión.
ALFONSO ORTIZ, La Teología de la Cruz en la Teología de Hoy, en Teología de la Cruz, Sígueme,
Salamanca 1979, pgs. 9-19.
2. L. BOFF, Jesucristo el Liberador, pg. 250: Jesús, Dios de los hombres y Dios con nosotros.
J. R. GUERRERO, Experiencia de Dios y Catequesis, pgs. 253-254.
J. M. CASTILLO, Símbolos de Libertad, Sígueme, Salamanca 1981, pgs. 431-435: Cristo, sacramento
original.
J. MOLTMANN, Trinidad y ..., pgs. 45-57.
MIGUEL DE UNAMUNO, Del Sentimiento Trágico de la Vida, Madrid 1980, pgs. 180-184.
ENDO SHUSAKU, Jesús, Sal Terrae, Santander 1980, pgs. 93-184.
J. SOBRINO, Cristología desde AL., pgs. 147-152.
ANDRE FEUILLET, El significado fundamental de la agonía en Getsemaní, en Teología de la Cruz, pgs.
110-131.
J. I. GLZ FAUS, La Teología de cada Día, pgs. 94-95: Meditación ante un crucifijo 2.000 años después.
- El Jesús testigo y el Dios crucificado, en Hacia la Verdadera Imagen de Cristo, pgs. 155-168.
3. RENE LATOURELLE, El Hombre y sus Problemas a la Luz de Cristo, Sígueme, Salamanca 1984, pgs.
351-355: El Dios crucificado, única respuesta.
J. I. GLZ FAUS, Este es el Hombre, pgs. 288-290: Sabiduría de la cruz: amor al hombre.
L. BOFF, Pasión de Cristo Pasión del Mundo, pgs. 246-248: la cruz como muerte de todos los sistemas.
J. SOBRINO, Cristología desde AL., pgs. 175-179: En la cruz de Jesús el mismo Dios está crucificado.
A. NOLAN, ¿Quién es este Hombre?, pgs. 183-189: La función del sufrimiento y la muerte.
J. MOLTMANN, Experiencias de Dios, pgs. 67-78: La angustia de Cristo.
4. L. BOFF, Pasión de Cristo Pasión del Mundo, pgs. 271-283: ¿Cómo predicar hoy la cruz de Nuestro Señor
Jesucristo?
- La Vida más allá de la Muerte, CLAR, Bogotá 1981, pgs. 132-137: Saborear a Dios en la fragilidad
humana y festejarlo en la caducidad del mundo.
- Liberación de J. C. por el camino de la opresión, en la Nueva Frontera de la Teología en AL., pgs.
131-132: La situación de cautividad como actualización de la cruz de Cristo.
- El Camino Sagrado de la Justicia, Indo-American, Bogotá 1979.
-120-
�SEGUNDO GALILEA, El Camino de la Espiritualidad, Paulinas, Bogotá 1982, pgs. 189-195: El camino
de la cruz.
- El Seguimiento de Cristo, Paulinas, Bogotá 1978, pgs. 67-74: Seguir a Jesús fiel hasta la cruz.
- El exilio como "noche de la liberación", en Oración Cristiana y Liberación, Desclée, Bilbao 1980, pgs.
41-52.
J. I. GLZ FAUS, Este es el Hombre, pgs. 284-290: Sabiduría de la cruz.
ROBERTO OLIVEROS, Teología y Liberación, CEP, Lima 1977, pgs. 431-435.
J. SOBRINO, Cristología desde AL., pgs. 167-169: La cruz es consecuencia del camino histórico de Jesús;
172-175: Conocer a Dios es permanecer con él en la pasión.
K. KITAMORI, Teología del Dolor de Dios, pgs. 97-117: La mística del dolor.
C. DUQUOC, Actualidad teológica de la cruz, en Teología de la Cruz, pgs. 21-29.
J. MOLTMANN, Ecumenismo bajo la cruz, en Teología de la Cruz, pgs. 170-178.
G. GUTIÉRREZ, Beber en su propio Pozo, pgs. 139-202: Libres para amar.
- Teología de la Liberación, pgs. 253-260: Una espiritualidad de la liberación.
JOSE M. RAMBLA, Espiritualidad cristiana en la lucha por la justicia, en La Justicia que brota de la Fe,
Sal Terrae, Santander 1983, pgs. 179-199.
JORGE ALVAREZ CALDERON, Descubrir la espiritualidad del pueblo, en Acompañando a la
Comunidad, CEP, Lima 1982, pgs. 169-189.
ALOYSIUS PIERIS, La espiritualidad en una perspectiva de liberación, en Vida y Reflexión, CEP, Lima
1983, pgs. 179-199.
PEPE JUAREZ, Profetismo y causa del pueblo, en Misión Abierta dic. 1984, pgs. 124-128: Criterios
proféticos y de seguimiento de Jesús.
NUEVO DICCIONARIO DE TEOLOGIA, pgs. 266-283: Cruz.
5. J. SOBRINO, Jesús en AL., pgs. 241-243: La credibilidad del poder de Dios a través de la cruz.
K. LEHMANN, Jesucristo resucitado..., pgs. 105-118: Luz desde la última profundidad de las tinieblas.
L. BOFF, La Fe en la Periferia del Mundo, pgs. 42-43.
J. I. GLZ FAUS, La opción por el pobre como clave hermenéutica de la divinidad de Jesús, en La Justicia
que brota de la Fe, pgs. 201-213.
IGNACIO ELLACURIA, El pueblo crucificado, en Cruz y Resurrección, CRT, México 1978, pgs. 49-82.
-121-
�10
La victoria
de Dios en Jesús
Jesús había mostrado, con su vida y con su palabra, el amor sin límites del Padre
Dios. Cumplir la voluntad de su Padre había sido el ideal de su vida. El Reinado de Dios
fue el centro de su predicación. Pero contrariamente a lo que se podía esperar de él (Lc
24,21), murió ajusticiado, preguntando: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado? (Mc 15,34). ¿Abandonó verdaderamente Dios a Jesús? ¿Fue la muerte más
fuerte que su fe y su amor? ¿Sería la muerte y no la vida la última palabra de Dios sobre el
destino de Jesús de Nazaret? ¿Qué queda de esa pretensión suya de conocer al Padre y de
ser reconocido y amado como Hijo?
1. DIOS RESUCITO A JESUS DE ENTRE LOS MUERTOS
A pesar del fracaso humano, desde su radical, brutal soledad, Jesús clamó la más
impresionante fórmula de fe desnuda: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc
23,46). Moría, pues, esperando en Dios, esperanzado más allá de cualquier posible
esperanza y desesperanza. Fue entonces cuando el Padre dijo la última palabra, la
definitiva: un "sí" rotundo y absoluto a la vida y a la predicación de Jesús. Jesús siempre
había confiado en Dios; tenía la conciencia de que, pasara lo que pasara, estaba en manos
de su Padre. Suceda lo que suceda, el "tercer día", está en manos de Dios. Jesús contaba
con que, antes de su muerte, en ella o después, su vida sería renovada: "al tercer día", o sea,
al final de todo, el Dios de la salvación tendría la última palabra. Y así fue.
-122-
�La muerte había puesto fin a la comunión de vida entre los discípulos y el Jesús
histórico. Los discípulos se desanimaron en extremo y en cierto modo abandonaron al
Maestro. Pero unos días después, ellos mismos anunciaron con todo descaro, sin miedo,
que Jesús había resucitado de entre los muertos: "Ustedes, por manos de paganos, lo
mataron en una cruz. Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte" (Hch
2,23-24). "Mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó" (Hch 3,15).
Los mismos apóstoles, antes temerosos, se ofrecen a sí mismos como testigos de
este hecho inaudito: "Lo mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó al tercer
día, e hizo que se dejara ver, no de todo el pueblo, sino de los testigos que él había
designado, de nosotros, que hemos comido y bebido con él después que resucitó de la
muerte" (Hch 10,40-41). Hasta hacen curaciones en nombre del Resucitado y lo justifican
con toda claridad: "Quede bien claro... que ha sido por obra de Jesús Mesías, el Nazareno,
a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de la muerte" (Hch 4,10).
La realidad de que Jesús está vivo llena a plenitud la vida de los primeros
cristianos. Son numerosas las manifestaciones de esta fe. Las encontramos con frecuencia a
lo largo de todo el Nuevo Testamento. Algunos de estos actos de fe son anteriores a la
misma redacción del Nuevo Testamento. Veamos algunos de ellos.
Las palabras que dicen los discípulos a los que vuelven de Emaús, seguramente
son sacadas por Lucas de una fórmula tradicional conocida por todos: "¡Es verdad!: ha
resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón" (Lc 24,34).
Aproximadamente unos diez años después de la ejecución de Jesús, corría ya por
las comunidades cristianas un "credo" oficial en el que confesaban la resurrección. Lo
encontramos así en San Pablo: "Lo que les transmití fue, ante todo, lo que yo había
recibido: que el Mesías murió por nuestros pecados, como lo anunciaban las Escrituras..."
(1 Cor 15,3-5). El ritmo de la fórmula denota que se trataba de un canto o un rezo habitual,
ya antiguo, pues Pablo escribe hacia el año 55 haciendo alusión a su visita anterior que fue
el 51. La fórmula podría ser del 40, o quizás del 35. Pablo no trata de demostrar que Jesús
ha resucitado; sólo les recuerda esta buena nueva en la que han creído y les razona a partir
de esta fe.
La formulación más antigua del mensaje pascual podría resumirse así: "Dios
resucitó a Jesús de entre los muertos". Tal vez esta es la voz de la fe pascual en estado
naciente. Se piensa que así expresaban los cristianos su fe desde los orígenes y de forma
-123-
�unánime. Veamos algunos textos más: "Cristo fue resucitado de la muerte por el poder del
Padre..." (Rm 6,4). "Tenemos fe en el que resucitó de la muerte a Jesús Señor nuestro..."
(Rm 4,25). "Si tus labios profesan que Jesús es Señor y crees de corazón que Dios lo
resucitó de la muerte, te salvarás" (Rm 10,9). En otro texto para decir en qué consiste la
conversión cristiana, Pablo utiliza una antigua confesión de fe, que recoge la misma
fórmula que la anterior: "Servir al Dios vivo y verdadero, y aguardar la vuelta desde el
cielo de su Hijo Jesús, al que resucitó de la muerte..." (1 Tes 1,10).
Además de las fórmulas de fe existen en los textos neotestamentarios diversos
himnos en los que se aclama en Jesús al Señor glorificado por Dios. Veamos el más
importante de ellos.
"Por eso Dios lo encumbró sobre todo y le concedió el título que sobrepasa todo
título;
de modo que a ese título de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en el
abismo, y toda boca proclame que Jesús, el Mesías,
es Señor, para gloria de Dios Padre" (Flp 2,9-11).
2. EL HECHO DE LA RESURRECCION
¿En qué se fundamenta esta fe tan firme de los primeros cristianos? Nadie vio
directamente el hecho de la resurrección de Jesús, pues se trata de un hecho que está más
allá de la historia, tras la muerte, en la eternidad. Es un hecho sólo captable en la fe. Jesús
no volvió a la vida espacio-temporal que tenía antes, como Lázaro o el joven de Naín.
Lo que sucedió no fue la reanimación de un cadáver, sino la radical
transformación de la realidad terrestre de Jesús. Al resucitar, no recibe ya la misma vida de
la que disfrutó durante su existencia terrena. Resucitar no equivale a recobrar la vida
perdida, sino a disfrutar la vida en plenitud, la vida plena, que se sustenta con la fuerza de
Dios. En ese momento Jesús recibió, sin ninguna limitación, la vida que le correspondía en
cuanto Dios. Al morir, Jesús "pasa al Padre", se sumerge en la vida del Padre, libre ya de
toda limitación que hasta ese momento lo circunscribía a un solo lugar y a un solo tiempo.
-124-
�La resurrección de Jesús pertenece, pues, a los dominios exclusivos de la fe, no
constatable en sí misma por la experiencia humana. No existe ojo humano capaz de
percibir directamente la vida plena que fluye de Dios, que es la vida nueva del Resucitado.
La resurrección de Jesús tiene una conexión con la historia. Se trata de algo
realmente acontecido, cuyo protagonista fue Jesús muerto. Sin embargo, el suceso rebasa
por todas partes el puro plano histórico. La fuerza divina infundida a Jesús muerto jamás
podrá ser controlada por las ciencias experimentales. Supera los horizontes de la historia,
está más allá de la historia, aunque ciertamente tiene una influencia decisiva en el proceso
de la historia humana. Pero para captar su contenido no basta apoyarse en datos históricos;
es preciso recurrir a la fe, fe que se nos da precisamente gracias al Resucitado.
La fe, pues, nos hace afirmar que Jesús vive hasta hoy y para siempre. Para ser
fieles al Nuevo Testamento esta afirmación ha de extenderse también a la resurrección
corporal de Jesús. El ser de Jesús ha sido devuelto personalmente y por entero a la vida sin
fin. El Resucitado es el mismo Jesús de Nazaret, pero un Jesús plenamente realizado en la
gloria. El alma inmortal de Jesús volvió a tomar su cuerpo, con la particularidad de que,
aunque parezca tener una supervivencia que presenta analogías con la vida terrestre, este
cuerpo está dotado de propiedades que le hacen escapar a la condición material y mortal.
Ciertamente Jesús fue glorificado en su cuerpo histórico; por ello Cristo glorioso
asumió su cadáver, como parte que era de su cuerpo histórico. El modo preciso como lo
recuperó escapa a nuestro entendimiento. Tras la resurrección este cuerpo de carne y hueso
se transformó por completo en puro instrumento para su persona, sin limitación de espacio,
de tiempo, ni de materia. El cuerpo puesto en el sepulcro no volvió al universo
físico-químico al que pertenecía; fue asumido plenamente por Cristo vivo que transforma
el universo integrándolo en él. Querer precisar más es aventurarse en el terreno de la
hipótesis, olvidando que la resurrección es objeto de fe y no de ciencia. El interés de la fe
en Cristo resucitado va por otro camino.
¿De dónde nació la fe en Jesús resucitado? Ningún evangelista apoya esta fe en el
hecho del sepulcro vacío. El sepulcro vacío no era más que una invitación a la fe. Pero
nunca fue presentado como una prueba.
Lo que realmente dio origen a la fe fueron las apariciones. Cuántas fueron las
apariciones del Resucitado, su lugar exacto y quiénes fueron los privilegiados es difícil de
determinar históricamente. En cuanto al modo de estas apariciones, los Evangelios nos
-125-
�transmiten los siguientes datos: Son descritas como una presencia real y carnal de Jesús. El
come, camina con los suyos, se deja tocar, oír y dialoga con ellos. Su presencia es tan real,
que puede ser confundida con la de un viajero, con un jardinero o con un pescador. Pero al
mismo tiempo su presencia tiene algo de nuevo, pues no se le reconoce a primera vista,
atraviesa paredes, aparece y desaparece de pronto. El resumen de este mensaje podría ser:
es él mismo, está vivo, pero de otro modo.
La fe, pues, en la resurrección, es el fruto del impacto recibido por los apóstoles
ante las apariciones del Señor vivo. Esos hombres, torpes y acobardados, no podrían haber
inventado aquello. Los discípulos de Jesús son sinceros cuando nos aseguran haber tenido
la certeza realmente de haber visto a Jesús después de su muerte pleno de nueva vida. Sin
la realidad de las apariciones y la fe que nació de ellas, jamás hubieran podido predicar la
resurrección del Crucificado. Sin "ese algo" que aconteció en Jesús, jamás hubiera existido
la Iglesia, ni culto, ni alabanzas a este profeta ajusticiado; no hubiera existido esa multitud
de hombres y mujeres que en aquel tiempo derramó su sangre por la fe en el Resucitado.
No es la fe de los discípulos la que resucitó a Jesús, sino que es el Resucitado quien
provoca la total e inesperada sorpresa, y quien les lleva a creer en él tan plenamente que no
dudarán en morir afirmándolo. Era algo superior a ellos: "Nosotros no podemos menos de
contar lo que hemos visto y oído" (Hch 4,20).
3. LA RESURRECCION CONFIRMA LA VERDAD DEL DIOS DE JESUS
El misterio pascual pone al descubierto la alternativa de las divinidades. Los
dioses de la opresión dan muerte a Jesús y el verdadero Dios lo resucita, lo devuelve a la
vida, a la vida en plenitud.
Del escándalo de la cruz ha surgido la novedad de lo imposible. Los discípulos
entendieron la absoluta novedad que tenía para ellos el hecho de que Dios hubiera
resucitado a Jesús de entre los muertos. Esa absoluta novedad experimentada en ellos hace
que se formule en la Iglesia primitiva la fe en Dios, su aceptación de Jesús y su esperanza
del Reino de Dios. Lo que hay de imposible en esa novedad hace que desde la resurrección
de Jesús acepten la suprema e irrevocable revelación de lo que es Dios, lo que es Jesús, y lo
que son ellos mismos. De ahí que paulatinamente fuesen formulando esa novedad como
Dios Padre, Hijo y Espíritu, como veremos en el próximo capítulo.
-126-
�Los discípulos afirman que la cruz no fue el final de Jesús: él "vive" y ha sido
"exaltado" a la gloria del Padre. De esta forma afirman que la vida y la causa de Jesús fue
verdadera, y que aquello de lo que Jesús hablaba, Reino de Dios y Dios del Reino, no
pueden ser entendidos sin Jesús. Puesto que Cristo triunfó, ha de triunfar también el
proyecto por el que entregó su vida. La resurrección habla de la verdad del "camino" de
Jesús; de la verdad del amor sufriente, del amor servicio. Autentifica la cruz. Realiza el
triunfo del amor.
Por la resurrección Dios se muestra fiel a Jesús. Es realmente el Padre que no
abandona definitivamente al Hijo, sino que lo acoge en absoluta cercanía. Dios triunfa
sobre la injusticia, pues resucita a quien "ustedes asesinaron" (Hch 2,23); por una vez, y
plenamente, la víctima triunfa sobre el verdugo. Dios muestra su poder no ya sólo sobre la
nada, como en la creación; sino también sobre la muerte. Desde aquel momento Dios
adquiere una nueva definición: Dios es "el que resucitó de la muerte a Jesús" (Rm 4,24); y,
universalizando la definición: "El que da vida a los muertos y llama a la existencia a lo
que no existe" (Rm 4,17).
En el misterio pascual aparece la dialéctica dentro de Dios: fidelidad a la historia
entregando a Jesús y poder sobre la historia resucitándolo; un amor eficaz en la
resurrección y un amor creíble en la cruz.
Lo que revela a Dios no es ni sólo el abandono de Jesús en la cruz, ni sólo su
acción en la resurrección, sino la fidelidad de Dios a Jesús en estos dos acontecimiento
unidos. Lo que revela a Dios es la resurrección del Crucificado, la cruz del Resucitado.
Esta dualidad de aspectos es la que permite conocer a Dios como proceso abierto, y la que
permite dar, sin banalizarlo, el nuevo y definitivo nombre de Dios: "Dios es amor" (1 Jn
4,8.16). Sin la resurrección el amor no sería el auténtico poder: sin la cruz el poder no sería
amor.
Dios se sigue revelando en la historia a través de esta dialéctica y por ello no
desaparece su misterio, ni su nombre es todavía absolutamente definitivo. Sólo al final,
cuando haya desaparecido el último enemigo, la muerte, "Dios lo será todo para todos" (1
Cor 15,28); cuando aparezca "un cielo nuevo y una tierra nueva", donde "ya no habrá
muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, pues lo de antes ha pasado" (Ap 21,1.4). Dios sigue
presente en la historia y a la manera histórica; pero a través de la resurrección de Jesús ha
inaugurado ya la realidad definitiva y ésta se ha convertido en promesa irrevocable para
todos.
-127-
�En la resurrección de Jesús aparece la verdad del mismo Jesús: ¡El es
verdaderamente el Cristo y el Hijo! Esto es lo que afirma el Nuevo Testamento de muy
diversas formas. Durante su vida terrena Jesús aparece íntimamente relacionado con el
Padre y con su Reinado; en su resurrección se revela hasta lo más profundo lo que es Dios
y el Reino. Esa profundidad es tan nueva y tan radical, que no puede ser ya pensada ni
existir sin Jesús. Jesús pertenece absolutamente a Dios y al Reino. Pertenece realmente a
Dios (divinidad) y Dios se manifiesta realmente en Jesús (humanidad).
4. EL QUE RESUCITA ES EL CRUCIFICADO
Queremos insistir en una verdad fundamental para nuestra fe: el Resucitado no es
otro que Jesús de Nazaret crucificado. Esta es una verdad fundamental porque fundamenta
la realidad de la resurrección y, de ahí, cualquier interpretación teológica de ella.
Ya vimos al comienzo de este capítulo cómo los discípulos unen casi siempre la
doble realidad muerte-resurrección. Dios resucita al Crucificado. Dan gran importancia a la
identificación de quién ha sido resucitado por Dios. El Resucitado es precisamente el
hombre que predicó la venida del Reino de Dios a los pobres, denunció y desenmascaró las
falsas divinidades, fue por ello perseguido, condenado a muerte y ejecutado, y mantuvo en
todo ello una radical fidelidad a la voluntad de Dios y una radical confianza en el Dios a
quien obedecía. Quien así ha vivido y quien por ello fue crucificado, ha sido resucitado por
Dios, precisamente como respuesta de Dios a la acción criminal e injusta de los hombres.
Es el triunfo de la justicia de Dios.
Por ello podemos afirmar, junto con San Pablo, que lo definitivamente diferencial
del cristianismo es literalmente "Jesús, el Mesías, y éste crucificado" (1 Cor 2,2). No es
sólo en cuanto resucitado y glorificado, sino en cuanto crucificado-resucitado como Jesús
se diferencia inconfundiblemente de los muchos dioses grandilocuentes y de los héroes
divinizados de la historia. La cruz del Resucitado es el gran distintivo que diferencia
radicalmente a esta fe y a su Señor de todas las otras religiones, ideologías y utopías, y sus
respectivos señores. La cruz hace que esa fe esté arraigada en la realidad de la vida
concreta y en sus conflictos. La cruz, de esta manera, separa la fe cristiana de la
incredulidad y la superstición. La cruz siempre a la luz de la resurrección y la resurrección,
al mismo tiempo, a la sombra de la cruz.
-128-
�Cuanto más se ahonda en la cruz tanto más se ahonda en la resurrección; cuanto
más profunda es la "contra esperanza" de la cruz, más viva es la "esperanza" de la
resurrección. En cambio, el olvido de la cruz es la manera más radical de descristianizar la
esperanza de la resurrección.
La esperanza cristiana no es el optimismo que espera ingenuamente más allá de la
muerte, más allá de la injusticia y la opresión, sino que es esperanza contra la muerte,
contra la injusticia y la opresión. Cuando San Pedro pide al cristiano que dé "razón de su
esperanza" (1 Pe 3,15) se está refiriendo a un ambiente concreto de persecución: habla a
gente que está padeciendo por hacer el bien (3,17). Es que la esperanza cristiana surge
precisamente en el momento en que pareciera tener que desaparecer, en el momento en que
el bien y el amor no triunfan.
Sólo así la resurrección de Jesús es una buena noticia para los crucificados del
mundo, una buena noticia concreta y cristiana, y no abstracta e idealista. Además, los
crucificados de la historia son los que pueden captar más cristianamente la resurrección de
Jesús. Ellos pueden ver mejor que nadie en Jesús resucitado al primogénito de entre los
muertos, porque en verdad, y no sólo a nivel de ideas, lo reconocen como hermano mayor.
Por ello podrán tener el coraje de esperar su propia resurrección y podrán tener ánimo ya
en la historia, lo cual supone un "milagro" análogo a lo sucedido en la resurrección de
Jesús.
La resurrección de Jesús no sólo nos enfrenta con el problema de nuestra propia
muerte, sino con el de la muerte crucificada de muchos de nuestros hermanos. La tragedia
del hombre y el escándalo de la historia consiste en la realidad existente hoy de muchos
pueblos enteros convertidos en piltrafas y desechos humanos, pueblos sin rostro ni figura,
como el Crucificado. No hay que olvidar que son hoy millones los que de diversas formas
mueren como Jesús, "a mano de los paganos", a mano de los modernos idólatras de la
seguridad nacional o de la absolutización de la riqueza. Muchos hombres mueren
realmente crucificados, asesinados, torturados, desaparecidos, por causa de la justicia. Y
otros muchos mueren la lenta crucifixión que les produce la injusticia estructural.
La necesaria esperanza, como condición de posibilidad de creer en la resurrección
de Jesús como futuro bienaventurado de la propia persona, pasa por la práctica del amor
histórico de dar ya vida a los que mueren en la historia. La lucha decidida, perseverante,
verdaderamente "contra esperanza", en favor de la vida de los hombres, es la mediación
cristiana para que se mantenga la esperanza en la propia resurrección. La comunidad en la
-129-
�vida y destino de Jesús es lo que da esperanza de que se realice también en nosotros lo que
se realizó en Jesús.
El Reino de Dios se ha acercado y se ha hecho realidad en la resurrección de un
Crucificado; los crucificados en directo, y todos aquellos cuya muerte participe de la
semejanza de una crucifixión fruto del amor, pueden participar también de la esperanza del
Crucificado-Resucitado. Cuando la muerte propia es producto de entrega por amor a los
otros y a lo que en los otros hay de desvalido, indefenso, producto de injusticia, sólo
entonces se participa también en la esperanza de la resurrección. No hay otro camino, que
aceptar el escándalo de Jesús: la Buena Nueva es para los pobres; la resurrección es para
los crucificados.
Por ello para anunciar hoy la resurrección de Jesús hay que estar en verdad junto a
la cruz y junto a las innumerables cruces actuales. Desde los crucificados de la historia, sin
pactar con sus cruces, es desde donde hay que anunciar la resurrección.
Cuando la Iglesia está junto al Crucificado y los crucificados, sabe cómo hablar
del Resucitado, cómo suscitar una esperanza y cómo hacer que los cristianos vivan ya
como resucitados en la historia.
5. VIVIR HOY LA RESURRECCION DE CRISTO
La resurrección de Jesús apunta al futuro absoluto, pero apunta también al
presente histórico. Su resurrección no le separa de la historia, sino que le introduce en ella
de una nueva forma; y los creyentes en el Resucitado deben vivir ya como resucitados en
las condiciones de la historia.
San Pablo repite con frecuencia que la resurrección de Jesús lleva a nuestra propia
transformación, a partir de esta misma vida. "...Para que, así como Cristo fue resucitado de
la muerte por el poder del Padre, también nosotros empezáramos una nueva vida... Así
también ustedes ténganse por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías
Jesús" (Rm 6,4.11). "Murió por todos para que los que viven ya no vivan más para sí
mismos, sino para el que murió y resucitó por ellos" (2 Cor 5,15).
Cuando se trata de Cristo, Pablo habla ordinariamente de resurrección, e
igualmente cuando habla de la vida futura. Pero para el creyente que vive en este mundo
Pablo habla de "vida" y de "hombre nuevo". El no insiste tanto en que el bautizado ha de
-130-
�"resucitar", sino en que ha de "vivir" "una nueva vida". "Para eso murió el Mesías y
recobró la vida, para tener señorío sobre vivos y muertos" (Rm 14,9).
La vida del creyente es la vida de Cristo. Jesús resucitado tiene relación personal
con cada uno de los creyentes. Por eso Pablo puede decir: "Vivo, pero no yo, sino que es
Cristo quien vive en mí" (Gál 2,20). Estas palabras deben ser verdaderas para todo
creyente. En cierto sentido, Pablo es Cristo viviente. Se siente a sí mismo en relación
íntima con Cristo, de quien depende enteramente, sin el cual vivir ya no es vivir, y con el
que todo se vuelve amor.
Ahora bien, este amor es el amor crucificado. He aquí lo que Pablo nunca olvida.
Rigurosamente hablando, no anuncia la resurrección; anuncia la cruz (1 Cor 1,23). Sólo
que, para anunciar la cruz como acontecimiento de salvación, es preciso que la
resurrección haya tenido lugar y revele el sentido de la cruz. Sin el activo y eficaz recuerdo
del Crucificado, el ideal del hombre nuevo toma un rumbo peligroso y anticristiano, como
lo prueban ciertos movimientos carismáticos que se salen de la historia o los hombres que
miran la historia de arriba abajo tratando de someterla a la fuerza. El camino hacia el
hombre nuevo no puede ser otro que el camino sufriente de Jesús hacia su resurrección.
Sería un grave error pensar que sólo para Jesús fueron necesarias la encarnación y
la fidelidad a la historia, como si se nos ahorrase a nosotros lo que no se le ahorró a él.
Sería como pretender llegar a la resurrección de Jesús, sin recorrer las mismas etapas
históricas que recorrió él. La vida del hombre nuevo sigue siendo esencialmente un
proceso de seguimiento de Jesús.
El contenido de ese proceso debe ser ya bien conocido. Se trata de la encarnación
en el mundo de los pobres, de anunciarles la Buena Noticia de Dios y su Reino, de salir en
su defensa, de denunciar y desenmascarar las falsas divinidades tras las que se esconden
los poderosos, de asumir el destino de los pobres, y, la última consecuencia de esa
solidaridad, la cruz. En esto consiste el vivir ya como resucitados. Esto es el "hacerse hijos
en el Hijo", que vino "a servir y a dar la vida" (Mt 20,28). El Reino de Cristo se hace real
en la medida en que hay servidores como él lo fue. El hombre nuevo cree en verdad que
más feliz es el que da que el que recibe (Hch 20,35), que es más grande el que más se abaja
para servir (Mt 20,26).
-131-
�El señorío de Jesús se ejerce repitiendo en la historia el gesto de Dios que resucita
a Jesús: dando vida a los crucificados de la historia; dando vida a quienes están
amenazados en su vida.
La resurrección se presenta en medio de nosotros como "el paso de condiciones
inhumanas a condiciones más humanas". Cualquier adelanto fraterno en una comunidad es
ese paso, en pequeño, de la muerte a la vida. Avanzar en ser más personas, más unidos,
más libres, es un caminar hacia la resurrección, junto con Cristo resucitado. Caminar
doloroso preñado de esperanza. Todo lo que sea amor comunitario es triunfo vivo sobre la
muerte del egoísmo. Es ya la gran resurrección empezada.
La resurrección entendida así no tiene nada de pasividad. Bajo ningún concepto es
alienante. Es una negativa a detenerse, a vivir marginados y explotados; es una negativa a
dejarse morir. Es paso de todas las formas de muerte a todas las formas de vida. Es no
contentarse con arrastrar la existencia, sino luchar por vivir con entera responsabilidad.
Luchar por hombres nuevos y un mundo nuevo, con renovadas esperanzas, a pesar de todas
las dificultades, pues el fin de toda esclavitud está ya firmado por Dios en la resurrección
de Cristo.
En el Nuevo Testamento se recalca que el hombre nuevo es el hombre libre, y esa
libertad la da Jesús resucitado: "Para que seamos libres nos liberó el Mesías" (Gál 5,1) "El
Señor es el Espíritu, y donde hay Espíritu del Señor, hay libertad" (2 Cor 3,17). Esta
libertad, evidentemente, nada tiene que ver con el libertinaje (Gál 5,13; 1 Pe 2,16), ni con
el salirse de la historia.
La presencia del Resucitado produce la libertad del amor para servir, sin que nada
ponga límites al servicio, ni miedos, ni prudencias mundanas. Consiste en tener la actitud
del mismo Jesús que da su vida libremente, sin que nadie se la quite.
Una vida radicalmente libre para servir trae consigo su propio gozo, aun en medio
de los horrores de la historia. Ese gozo es señal de la presencia del Resucitado. Por ello
Pablo repite exultante que "ninguna criatura podrá privarnos de ese amor de Dios,
presente en el Mesías Jesús, Señor nuestro" (Rm 8,39). Esa libertad y ese gozo son la
expresión de que vivimos ya como hombres nuevos, resucitados en la historia. Son la
expresión histórica entre nosotros de lo que hay de triunfo en la resurrección de Jesús.
6. EL MESIAS HA RESUCITADO COMO PRIMER FRUTO DE LOS QUE DUERMEN
-132-
�Hemos visto que la esperanza humana se apoya en Jesús resucitado y que ya se
está realizando en todo hombre que cree en él. Pero la fe en el Resucitado nos lleva más
allá de la muerte. Desde el comienzo, los cristianos creyeron en la resurrección de los
muertos.
Si Pablo cita la fórmula catequética que hemos visto en el apartado 1º, es para
fundar sobre ella la fe en la resurrección de los muertos: "Si de Cristo se proclama que
resucitó de la muerte, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección de
muertos?" (1 Cor 15,12) "El mismo que resucitó al Mesías dará vida también a sus seres
mortales" (Rm 8,11).
El mismo Pablo se pregunta "¿Y cómo resucitarán los muertos?, ¿qué clase de
cuerpo tendrán?" (1 Cor 15,35). Teniendo ante los ojos a Jesús resucitado responde
diciendo que el cuerpo resucita "incorruptible, glorioso,... fuerte" (1 Cor 15,42-43), con
una realidad totalmente llena de Dios. El llega a decir que "resucita cuerpo espiritual" (1
Cor 15,44).
"Cuerpo" para la mentalidad de Pablo no significa la parte "material", distinta al
"alma". Cuerpo es el hombre todo entero (cuerpo-alma) como persona, en su relación con
los otros. Cuerpo es el hombre en su capacidad de comunicación.
Entendiéndolo así, San Pablo insiste: "Esto corruptible tiene que vestirse de
incorrupción y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad" (1 Cor 15,53). A todo
"esto", pues, a la totalidad de la existencia con sus relaciones y proyectos, a todo lo que en
"esto" vale, se le inyectará una vida nueva. No es que Dios sustituya lo nuevo en lugar de
lo viejo, sino que lo viejo lo hace nuevo. Pablo pretende que a lo temporal, histórico y
perecedero se le cambien las propiedades para que lo mismo entre en lo definitivo. No se
trata de cambiar "nuestra morada terrestre, esta tienda de campaña", por "una morada
eterna". Por más raro que suene a nuestros oídos, no. No es una sustitución, sino una
añadidura: se trata de "revestirnos encima la morada que viene del cielo... Sí, los que
vivimos en tiendas de campaña suspiramos angustiados, porque no querríamos quitarnos
lo que tenemos puesto, sino vestirnos encima, de modo que lo mortal quede absorbido por
la vida" (2 Cor 5,1-5).
La resurrección potencializa al máximo el "cuerpo" humano como capacidad de
comunicación. Ya en la situación terrestre del hombre-cuerpo es comunión y presencia,
-133-
�donación y apertura para los otros, pero de una manera limitada: no podemos estar en dos
lugares; estamos presos en el espacio y en el tiempo; nos comunicamos a través de palabras
y signos ambiguos. Por la resurrección todos estos obstáculos son destruidos: reina total
comunión; absoluta comunicación con las personas y las cosas. El hombre-cuerpo se
transfigura en espíritu-corporal, hecho total apertura y comunicación. "Resucita cuerpo
espiritual", dice San Pablo, o sea, con una personalidad plenamente realizada en todas sus
dimensiones por el aliento vital y creador de Dios; con una vida no problemática, no fallida
en su realización; una vida en la que es realidad plena la comunicación, la igualdad, la
libertad, el amor.
Como decíamos al comienzo de este apartado, la fe en nuestra resurrección se
apoya totalmente en la fe en la resurrección de Jesús. "De hecho, el Mesías ha resucitado
de entre los muertos como primer fruto de los que duermen" (1 Cor 15,20). "Todos
recibirán la vida...; como primer fruto el Mesías; después, los del Mesías..." (1 Cor 15,23).
Jesús resucitado es la "primicia", "el primer fruto", que anuncia la cercanía de
toda la cosecha. Pero en este caso no se trata de una "primicia", un don que el hombre hace
a Dios, sino de un regalo de Dios a los hombres. Jesús resucitado es "primer fruto de los
que duermen", es decir, la primicia anunciadora de la resurrección de todos los muertos. La
resurrección de Jesús no sólo "representa" a todas las resurrecciones, sino que las precede;
abre el futuro en cuanto futuro de vida, y no meramente en cuanto simple tiempo por
llegar. Lo definitivo se ha hecho ya futuro y la utopía se ha hecho promesa. Por eso, Cristo
al resucitar se hace "primogénito". Así se entiende la frase de Pablo: "si no hay
resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado" (1 Cor 15,13). Quiere decir que si
no hay cosecha, es que tampoco ha habido primicias, puesto que en ellas ha de estar toda la
cosecha. Pero si hubo primicias, ya está segura la cosecha.
Gozamos de la resurrección porque Jesús, que es primicia, ya la ha alcanzado
plenamente. Si el Primogénito ya ha nacido a una vida nueva, nosotros, a pesar de que
todavía damos patadas en el vientre materno deseando nacer a la vida nueva, constatamos
que ya desde ahora estamos encaminados hacia la plenitud, no solamente "a ejemplo" de lo
que le ha sucedido a Jesús, sino precisamente porque ya le ha sucedido a Jesús: en el
Primogénito está presentado y ofrecido todo el pueblo. Jesús es primicia resucitada y, por
tanto "no le es posible no resucitar" a la totalidad contenida en él. La plenitud de vida del
Resucitado Primogénito tiene que vivificarnos, porque en él se encuentra la totalidad del
pueblo.
-134-
�Por Jesús y en Jesús todos estamos encaminados a vivir plenamente. Sólo si
libremente nos separamos de él, estamos muertos-para-siempre.
Resurrección significa, pues, absoluta realización humana, pero ello se realizará
gracias a la total posesión de la persona por parte de Dios. Dios se hará carne en cada uno
de nosotros. En el cielo se concretizará la suprema vocación humana: renunciar totalmente
a sí mismo para ser todo de Dios.
7. JESUS RESUCITADO SIGUE VIVIENDO UNA ESPERANZA
Hemos visto que la cruz no es la última palabra sobre Jesús, pues Dios lo resucitó
de entre los muertos. Pero su resurrección tampoco es la última palabra sobre la historia,
pues Dios no es todavía "todo para todos" (1 Cor 15,28).
Jesús resucitado vive aún una esperanza. Sus hermanos y la patria humana (el
universo) todavía no han sido transfigurados como él. La lucha con el poder del mal en el
conflicto de la historia demuestra con claridad que todavía Dios no es "todo para todos".
Estamos aún en camino, rodeados de flaquezas, ignominias y sufrimientos.
Pero Jesús resucitado espera que el Reino de Dios que se concretó y empezó con
él llegue a un feliz término. El es Cabeza de la humanidad (Col 1,18; Ef 1,22-23); y el
cuerpo de la humanidad todavía no ha alcanzado la plenitud nueva y definitiva de su
Cabeza.
El Resucitado es primogénito de una creación nueva, y ha de llegar a ejercer su
dominio sobre toda la creación, no sólo de derecho, sino también de hecho. Mientras la
primogenitura de Cristo no se ejerza sobre toda la creación, su resurrección no habrá
explotado todas sus posibilidades liberadoras. Ello quiere decir que el hecho pascual
continúa en cierto modo haciéndose. La fuerza liberadora del Resucitado, lejos de agotarse,
se va activando con el tiempo, y nada ni nadie queda fuera de su radio de acción. Todo el
mundo está llamado a respirar aires crísticos.
Así como los santos del cielo, según las palabras del Apocalipsis (6,11), tienen
que esperar "hasta que se complete el número de sus consiervos y hermanos", así también
espera Jesús a los suyos. El está preparándonos un sitio en la casa de su Padre (Jn 14,2).
Glorificado junto a Dios, "está siempre vivo para interceder en su favor" (Heb 7,25), por
su salvación y por la transformación del cosmos. De este modo, Jesús resucitado sigue
-135-
�viviendo una esperanza. Sigue esperando el crecimiento del Reino entre los hombres. Jesús
sigue esperando que la revolución por él iniciada, en el sentido de una comprensión entre
los hombres y Dios, del amor indiscriminado a todos, penetre cada vez más profundo en las
estructuras, del pensar, el actuar y el planear humanos. Sigue esperando que el rostro del
hombre futuro que permanece obscurecido por el hombre presente se haga cada vez más
claro. Espera "llevar la historia a su plenitud: hacer la unidad del universo..., de lo
terrestre y de lo celeste" (Ef 1,10). Espera la construcción de "un cielo nuevo y una tierra
nueva en los que habite la justicia" (2 pe 3,13) de Dios. Mientras todo esto no haya
triunfado aun totalmente, Jesús sigue viviendo esta esperanza. Por eso todavía existe un
futuro para el Resucitado.
Jesús espera aún algo más, algo todavía no acabado ni realizado plenamente: la
resurrección de los muertos, hermanos suyos, la reconciliación de todas las cosas con ellas
mismas y con Dios y la transfiguración del cosmos. San Juan podía decir con toda razón:
"Todavía no se ve lo que vamos a ser" (1 Jn 3,2). La muerte, con sus dragones y sus
bestias, todavía no ha sido derrotada del todo. Pero llegarán a oírse estas palabras
verdaderas: "Lo de antes ha pasado... Ahora todo lo hago nuevo" (Ap 21,4-5). Lo que ya
está fermentado en la creación se hará realidad.
La situación de éxodo, que es la permanente en este mundo en cambio, será
transformada en una situación de casa paterna con Dios: "Noche no habrá más, ni
necesitarán luz de lámpara o de sol, porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos y serán
reyes por los siglos de los siglos" (Ap 22,5). A través de Jesucristo tenemos esta esperanza
y esta certeza porque "en su persona se ha pronunciado el sí a todas las promesas de
Dios" (2 Cor 1,20).
Mientras seguimos este camino, tenemos el rostro vuelto al futuro, hacia el Señor
que llega, repitiendo las palabras del primer catecismo de la Iglesia primitiva, la Didajé:
"¡Que venga tu gracia y pase por este mundo! Amén... ¡Maranatá! ¡Ven, Señor Jesús!
¡Amén!" (Ap 22,20).
También nosotros debemos vivir de esta misma esperanza de Cristo, convencidos
de que lo importante no es el presente solo, ni el futuro solo; lo importante es el presente en
función del futuro, que ya ha empezado a ser realidad en Jesucristo. Para ello contamos con
la fuerza del Espíritu del Resucitado (Rm 8,11).
-136-
�Bibliografía
1. E. SCHILLEBEECKCX, La Historia de un Vidente, pgs. 488-497: Resucitado de entre los muertos.
- En torno al Problema de Jesús, Cristiandad, Madrid 1983, pgs. 103-128: Valoración de la Cristología
pascual.
X. LEON-DUFOUR, Resurrección de Jesús y Mensaje Pascual, Sígueme, Salamanca 1978, pgs. 41-76:
Dios ha resucitado a Jesús de entre los muertos.
ETIENNE CHARPENTIER, Cristo ha resucitado, Cuadernos bíblicos 4, Verbo Divino, Estella 1981, pgs.
29-45.
K. RAHNER, Curso Fundamental sobre la Fe, pgs. 311-334: Teología de la muerte y resurrección de Jesús.
JOSEPH RATZINGER, El Dios de Jesucristo, Sígueme, Salamanca 1980, pgs. 86-95: Resucitó según las
Escrituras.
2. ANTONIO SALAS, Catecismo Bíblico para Adultos, Biblia y Fe, Madrid 1979, pgs. 319-323: En qué
consiste propiamente la resurrección de Cristo.
H. KUNG, 20 Tesis sobre Ser Cristiano, pgs. 44-48.
L. BOOF, Jesucristo el Liberador, pgs. 136-141: Qué dice la exégesis moderna acerca de la resurrección de
Jesús.
J. L. SEGUNDO, El Hombre de Hoy ante Jesús de Nazaret II/1, pgs. 251-268: Jesús resucitado.
J. FITZMYER, Catecismo Cristológico, pgs. 81-86: Cómo entienden los intérpretes contemporáneos la
resurrección de Jesús.
HANS URS VON BALTHASAR, El Misterio Pascual, en Mysterium Salutis III, Cristiandad, Madrid
1980, pgs. 800-803: Cómo sucedió la resurrección.
E. CHARPENTIER, Cristo ha resucitado, pgs. 67-72: La Pascua de Jesús: Acontecimiento histórico.
ULRICH WILCKENS, La Resurrección de Jesús, Sígueme, Salamanca 1981, pgs. 19-42: El anuncio de la
resurrección en Pablo; 42-92: Los relatos de la resurrección en los evangelios.
3. J. SOBRINO, Jesús de Nazaret, en Conceptos fundamentales de Pastoral, Cristiandad, Madrid 1983, pgs.
501-502: La resurrección de Jesús: Revelación de Dios y del hombre. Cristología desde AL., pgs. 210-212:
El significado teológico de la resurrección de Jesús.
4. H. KUNG, 20 Tesis sobre Ser Cristiano, pgs. 49-50.
J. SOBRINO, Cristología desde AL., pgs. 180-183.
- Jesús en AL., pgs. 235-241; 248-250.
E. LOHSE, Teología del NT., pgs. 132-134.
5. X. LEON-DUFOUR, Resurrección de Jesús..., pgs. 295-299: Pablo: Cristo vive en mí; 322-325: Jesucristo,
mi Señor.
J. SOBRINO, Jesús en AL., pgs. 243-247: El señorío de Jesús en el presente.
L. BOFF, El Camino Sagrado de la Justicia, pgs. 67-68: La resurrección se está realizando.
-137-
�J. L. CARAVIAS, Religiosidad Campesina y Liberación, Indo-American, Bogotá 1978, pgs. 114-115: La
resurrección de Cristo en las liberaciones de hoy.
E. LOHSE, Teología del NT., pgs. 154-161: La nueva vida en Cristo.
ANTONIO FRAGOSO, El Evangelio de la Esperanza, Atenas, Madrid 1973, pgs. 11-78: Meditando en las
razones de la esperanza.
V.C.A., La Resurrección de Jesús, Derecho del pueblo a ser señor de la historia, en Dios de los Sencillos,
CEP, Lima 1981, pgs. 142-154.
G. LOHFINK, La muerte no es la última palabra, en Pascua y el Hombre Nuevo, Sal Terrae, Santander
1983, pgs. 11-18: ¿Es repetible la experiencia de Pascua?
R. SCHNACKENGURG, La resurrección de Jesús y el hombre actual, en Pascua y el Hombre Nuevo, pgs.
149-177.
6. L. BOFF, Jesucristo el Liberador, pgs. 146-150: La relevancia antropológica de la resurrección de Jesús.
- La Resurrección de Cristo. Nuestra Resurrección en la Muerte, Sal Terrae, Santander 1980, pgs. 119-165:
Relectura de la resurrección desde la antropología actual.
CVX, Jesucristo, pgs. 109-115: Pascua: Una experiencia desconcertante.
J. I. GLZ FAUS, La Humanidad Nueva, pgs. 166-167: La resurrección como utopía humana.
G. GUTIERREZ, Beber en su propio Pozo, pgs. 101-111: El cuerpo de la resurrección.
J. L. CARAVIAS, Cristo es Esperanza, pgs. 138-153: El triunfo de Cristo.
- Cristo Compañero, Indo-American, Bogotá 1980, pgs. 101-103: Triunfaremos para siempre en Cristo.
MICHEL GOURGUES, El más allá en el Nuevo Testamento, Cuadernos bíblicos 41, Verbo Divino,
Estella 1983, pgs. 42-60: La resurrección de los muertos.
BRUNO DE SOLAGES, Cristo ha resucitado, Herder, Barcelona 1979, pgs. 72-84: El Plan de Dios según
San Pablo.
7. R. OLIVEROS, Liberación y Teología, pgs. 436-439.
A. SALAS, Catecismo Bíblico..., pgs. 342-349: La resurrección de Cristo, hoy.
L. BOFF, Jesucristo el Liberador, pgs. 267-269: La esperanza y el futuro de Jesucristo.
- La Vida más allá de la Muerte, CLAR, Bogotá 1981, pgs. 101-112: El futuro del mundo: total
cristificación y divinización.
CVX, Jesucristo, pgs. 155-160: La esperanza y el futuro de Jesucristo.
J.L. SEGUNDO, El Hombre de hoy..., pgs. 501-533: La muerte vencida.
K. RAHNER, El Año Litúrgico, Herder, Barcelona 1966, pgs. 83-91: Pascua.
M. LEGIDO, Fraternidad en el Mundo, pgs. 313-344: El fermento de la nueva humanidad.
J. L. CARAVIAS, Consagrados a Cristo en los Pobres, Indo-American, Bogotá 1977, pgs. 94-96:
Anunciadores de esperanza.
-138-
�11
Creemos que Jesús
es Dios
La fe en la divinidad de Jesús es precisamente la que nos ha llevado a querer
conocer más profundamente su humanidad. Si Jesús no fuera Dios, no pasaría de ser un
personaje histórico respetable, pero nada más. Pero el hecho de que aquel hombre
extraordinario esté hoy vivo, resucitado y resucitándonos, es algo que nos toca en lo más
íntimo de nuestro ser y nos llena de esperanzas. ¡Aquel íntimo de Dios es el mismo Dios
hecho hombre! Esta verdad llenó de gozo a las primeras comunidades cristianas, gozo que
hemos de tener también todos sus seguidores.
1. COMO VEN LAS PRIMERAS COMUNIDADES A JESUS RESUCITADO
La resurrección de Cristo ocupa el centro de la fe, del testimonio y de la reflexión
de los primeros cristianos. El recuerdo de la vida y de la doctrina de Jesús, fielmente
conservado por los discípulos a la luz de la fe pascual, impulsa a las primeras comunidades
a profundizar en el misterio de su persona. Pero, como si fuera una luz deslumbrante,
impide comprender de un solo golpe de vista la profundidad de este misterio. Poco a poco
recorren un camino de continuos descubrimientos.
A semejanza de María, conservan todos su recuerdos en el corazón (Lc 2,51), los
meditan y los interpretan. Así va creciendo progresivamente su fe pascual. Seguramente la
celebración de la Cena del Señor, memorial y repetición de un acontecimiento celosamente
guardado, que actualizaba la presencia de Jesús, suscitaría expresiones de alabanza, de
bendición, de acción de gracias. De este modo la oración se convertía en momento
privilegiado para profesiones de fe cada vez más significativas.
-139-
�Como un canto que se inicia suavemente y poco a poco se convierte en un coro
grandioso, la reflexión sobre Jesús se va ensanchando desde la primera comunidad de
Jerusalén hasta todas las comunidades que se van formando y celebran la Cena: Antioquía,
Éfeso, Corinto, Roma... Desde respuestas tímidas y llenas de dudas van pasando a
confesiones de fe cada vez más claras.
En este camino, que se va descubriendo progresivamente, las comunidades
cuentan con el tesoro de las Escrituras, el Antiguo Testamento, que son releídas e
interpretadas a la luz del acontecimiento absolutamente nuevo del Resucitado. El se
convierte en la clave de lectura del Antiguo Testamento. Todos los grandes
acontecimientos de la experiencia religiosa de Israel aparecen orientados hacia Jesús.
Jesús es visto cada vez con más fuerza como "el esperado" de Israel, "el Cristo", a
quien Dios ha confirmado y lo ha exaltado "a su derecha".
Con imágenes sacadas de la Biblia tratan de comunicar las ricas experiencias
vividas junto a Jesús. Pero no hay imagen que logre expresar el misterio manifestado en él.
Por eso las imágenes se sobreponen unas a otras, sin que lleguen nunca a abarcar por
completo el misterio del Resucitado. Cada nuevo descubrimiento ilumina un aspecto de la
verdad, pero ninguno la revela completamente. Así van dando a Jesús nombres y títulos
ricos de doctrina y de significado: Mesías, Cristo, Señor, Salvador, Imagen de Dios
invisible, Primogénito de la nueva creación, Cordero de Dios, Hijo de Dios, Palabra hecha
hombre. Son títulos que expresan la substancia del misterio revelado en Jesús, sin que
lleguen a abarcarla del todo.
Ven cómo Adán no es sino una "figura del que había de venir" (Rm 5,14): Cristo
es "el nuevo Adán". Jesús es el que realiza el nuevo éxodo, el paso de la muerte a la vida.
En él se cumple la Alianza definitiva entre Dios y los hombres. El es "el nuevo Moisés"
(Heb 3). Aquellas comunidades van descubriendo que Jesús es el centro de la historia de la
salvación. Desde el principio todo habla de él, se orienta hacia él; todo espera ser
recapitulado por él y en él.
Pocos decenios después de la muerte de Jesús aquellas comunidades sintieron la
necesidad de poner por escrito la vida y la doctrina de Jesús, a la luz de su creciente fe
pascual. Y así fue naciendo el Nuevo Testamento, bajo la inspiración del Espíritu de Jesús.
Cada autor bíblico se sintió llamado a hablar de Jesús teniendo en cuenta la mentalidad y el
lenguaje de los diferentes pueblos a los que se dirigían. Y cada uno interpretó a Jesús según
-140-
�la fe de las comunidades en que vivían. Por eso, según la diversidad de ambientes,
expresan el misterio de Cristo con una cierta diferencia. Lo veremos más detalladamente en
los apartados siguientes.
Los evangelistas no escribieron una historia científica de Jesús, tal como
entendemos hoy la historia. Ellos estaban más preocupados por ayudar a crecer la fe de sus
comunidades, que por conseguir precisión de hechos históricos. Escribían desde su
condición de creyentes en el Crucificado-Resucitado, y para creyentes en él. Por eso no
hay que extrañarse cuando le hacen decir a Jesús afirmaciones que realmente él durante su
vida mortal quizás no llegó nunca a decir. Pero desde su fe, inspirados por el Espíritu
Santo, así interpretan ellos, con toda verdad, el significado de la vida y las palabras del
Jesús histórico. Esa es la realidad del Cristo pascual, viviente, actuando en ellos.
Tenemos que afirmar, pues, que en el Nuevo Testamento hay diferentes
interpretaciones de Jesús. Y cuanto antes aprendamos a respetar estas diversas cristologías
de los autores neotestamentarios, tanto mejor los comprenderemos. Hay que aprender a
respetar las diferencias existentes entre el Jesucristo de Pablo, el Señor y Salvador de
Lucas y la Palabra-hecha-carne de Juan. No es igual el Jesús de Mateo, que el que presenta
la carta a los Hebreos o el Apocalipsis. Son como diferentes retratos de Jesús esbozados
por las primeras comunidades cristianas, que conservamos como patrimonio para alimentar
nuestra fe. Estas cristologías inspiradas son la norma definitiva para hacer germinar la fe en
Jesucristo a través de todos los tiempos. Nosotros hemos de proseguir, según la
problemática de fe de nuestro tiempo, la misma línea de los primeros cristianos. Ellos
abrieron el camino. Y tras ellos, apoyados siempre en ellos, seguimos todos los que
creemos que Jesús es el Hijo de Dios, nuestro Salvador y Redentor.
Adentrémonos un poco más en la fe de los primeros cristianos. Nos centramos,
por brevedad, en los títulos que dieron a Jesús de Mesías e Hijo de Dios.
2. JESUS ES EL MESIAS ESPERADO
Hemos visto que las primeras comunidades cristianas se apoyaron fuertemente en
la experiencia pascual. Constataban que Jesús, aunque muerto, seguía vivo, pues cada
creyente se sentía penetrado de su fuerza. ¿Pero cómo era Jesús realmente después de su
-141-
�resurrección? ¿Qué función concreta ejercía en la construcción del Reino de Dios tan
esperado?
La respuesta más categórica viene dada en el discurso que supuestamente
pronunció Pedro el día de pentecostés, que termina con una enérgica conclusión: "Entérese
bien todo Israel de que Dios ha constituido Señor y Mesías (=Cristo) al mismo Jesús a
quien ustedes crucificaron" (Hch 2,36). Esta profesión de fe es quizás la más antigua de
cuantas haya elaborado el cristianismo. La comunidad pascual supo muy pronto que Jesús,
en virtud de su resurrección, reunía todas las cualidades exigidas por la teología de
entonces al futuro Mesías de Yavé. La esperanza del judaísmo se había convertido en
realidad. Así nació en ellos la conciencia de "nuevo pueblo de Dios", heredero del Reino.
Ellos estaban plenamente convencidos de que Jesús era el Mesías prometido por Dios en el
Antiguo Testamento. Y así lo predicaron con insistencia, sobre todo al comienzo (Hch
2,38; 3,6.18.20; 4,10.27.33; 5,42; 8,5.12).
Esta fue la fe de la comunidad, fe que revela una realidad. Jesús ciertamente era el
Mesías. ¿Pero fue él consciente durante su vida terrena de que era el Mesías esperado?
Parece que sí. Su conciencia mesiánica pudo ir fraguándose a lo largo de su vida, hasta
culminar en la experiencia del bautismo (Mt 3,13-17). Quizás desde entonces tuvo
conciencia plena de su condición de Mesías y por ello se lanzó decididamente a cumplir el
programa que los antiguos profetas marcaban al Mesías.
Parece, pues, que Jesús durante su actividad pública, se comprende a sí mismo
como Mesías. Está convencido de que con él ha llegado el Reino definitivo e insuperable
de Dios. Se siente enviado por Dios para ello.
Los discípulos de Jesús, después de pascua, para formular su fe en él, no vieron
otra posibilidad que la de unirla con la esperanza mesiánica de su pueblo, tal como ésta
había sido señalada por la Escritura. Casi siempre que se habla de Jesús se trata de él como
Cristo o Mesías (=Ungido). A veces se igualan expresamente ambos títulos: "el Mesías, el
Cristo" (Jn 1,41; 4,25). O se usa indistintamente un nombre u otro, como en el capítulo 15
de la primera carta a los Corintios. San Pablo llega a unir ambos títulos, haciendo con ellos
una sola palabra: "Jesucristo" o "Cristo Jesús". Y San Juan dice que "quien cree que Jesús
es el Mesías ha nacido de Dios" (1 Jn 5,1; véase 4,2; 2,22; 2 Jn 7). Justo con este fin
confiesa él haber escrito su Evangelio: "Hemos escrito... para que ustedes crean que Jesús
es el Mesías, el Hijo de Dios" (Jn 20,31). Todo ello no es sino la profesión de fe de la
primera época en todo su esplendor: "¡Jesucristo!".
-142-
�3. JESUS ES EL HIJO DE DIOS
Como acabamos de ver, para los primeros cristianos Jesús es "el Mesías, el Hijo
de Dios". ¿Qué intentaban expresar ellos cuando decían que Jesús de Nazaret es el Hijo de
Dios? No es esta tarea fácil. Para los apóstoles fue largo el camino que les llevó de las
primeras intuiciones hasta llegar a un cierto conocimiento de la divinidad de Jesús. Para
nosotros también es trabajoso el camino que nos lleve a entender lo que significa hoy la fe
en la divinidad de Jesús.
Los primeros cristianos expresaron su fe en Jesús llamándole "Hijo de Dios". Este
título no era solamente un nombre de Jesús. Era sobre todo una confesión de fe: "Jesús es
el Hijo de Dios".
Ellos con su fe expresan un hecho: Proclamar que Jesús es Hijo de Dios y lo que
esto supone para la salvación de los hombres. No les interesa cómo se dio esta filiación
divina, ni cómo este Hijo de Dios existía ya desde antes en Dios. Lo que les interesa a ellos
es el hecho salvífico de la filiación divina de Jesús.
Son muy largos y profundos los estudios que se han hecho sobre la fe de las
primeras comunidades en la divinidad de Jesús . Nosotros, por brevedad, vamos a
centrarnos un poco en cómo ven este problema San Pablo y San Juan.
a) El testimonio de Pablo
Algunas cartas de San Pablo constituyen las primeras capas del Nuevo
Testamento, pues fueron escritas antes que los Evangelios. Y en ellas, además, Pablo
recoge a veces fórmulas de rezos o de himnos ya conocidos desde tiempo atrás por los
cristianos. Este es el caso de varias fórmulas de filiación divina de Jesús que Pablo cita.
Veamos algunas de ellas y, de la mano de teólogos actuales, hagamos algunas reflexiones a
partir de ellas.
La primera fórmula es de la carta a los Gálatas: "Cuando se cumplió el plazo Dios
envió a su Hijo" (4,4; ver Rm 8,3).
En esta frase se quieren expresar dos cosas: que la relación de Jesús con Dios es la
máxima posible y que esta relación supone un modo de ser de Dios y de Jesús. Se trata del
-143-
�Hijo, que es tan "propio" y tan "amado", que en adelante será imposible hablar de Dios sin
tener presente a Jesús, pues él pertenece al mismo ser de Dios. Jesús no es sólo un enviado,
sino el Hijo enviado. La relación que hay entre Padre e Hijo es la máxima posible, porque
Jesús pertenece intrínsecamente al ser de Dios: y pertenece al ser de Dios como aquello en
lo que Dios se expresa, en lo que Dios se da, se hace cognoscible y accesible. Lo más
íntimo del ser de Jesús es el mismo ser de Dios y, precisamente por eso, Dios se puede
expresar en esa inteligencia de Jesús, en esa voluntad de Jesús, en esa libertad de Jesús y,
en definitiva, en esa persona y esa historia de Jesús. Dios hace intrínsecamente suyo el
propio vivir, la historia y la persona humana de aquel hombre. El ser de Dios se abre en el
Hijo, y en el Hijo el Padre se dice y se comunica: es él mismo desbordándose y saliéndose
de sí.
En una segunda fórmula también recogida de su ambiente, dice Pablo, refiriéndose
al Padre, que "no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros" (Rm
8,32).
Entregar es mucho más serio que enviar. Que Dios entregue a su Hijo es realmente
una cosa muy seria y muy difícil de entender, y quizás de lo más extraño y original que hay
en el cristianismo. Pero esta frase debió tener bastante resonancia en el primitivo
cristianismo, pues muchos años después aparece de nuevo en San Juan (Jn 3,16).
En el Antiguo Testamento Dios no permitió que Abrahán entregara a su hijo, e
interviene para evitarlo. Y sin embargo, ahora el Dios del Nuevo Testamento entrega a su
propio Hijo. Dios es de tal manera que cuando los hombres le arrebatan aquello que más
quiere y más suyo es, lo cede o lo entrega. Esto quiere decir que, ante el dolor del mundo,
ante todo ese inmenso fuego de maldad, sufrimiento y calamidad que baña constantemente
nuestra historia, Dios no lo evita, sino que lo sufre. Exactamente igual que ante el drama de
su Hijo en el Calvario: Dios no interviene, sino que lo sufre. Esto se convierte entonces en
clave de lectura de la presencia de Dios en la historia: Dios está presente como Aquel que
no evita el dolor del mundo sino que simplemente lo soporta.
Esto nos obliga a cambiar nuestras ideas sobre Dios. Porque si Dios no intervino
en el Calvario, entonces esa clásica pregunta que nos azota y muerde por dentro
constantemente de por qué Dios no interviene en los mil infiernos de este planeta, esa
pregunta pierde su sentido. Si no intervino en el Calvario, no va a intervenir ahora.
-144-
�Si tomamos en serio esta concepción del Hijo de Dios, ya no podemos mirar a
Dios como Aquel que está llamado a evitar el sufrimiento del hombre en el mundo, sino al
revés: tenemos que mirarnos a nosotros los hombres como los que estamos llamados a
evitar el sufrimiento de Dios en la historia. Así entenderemos todo aquello tan serio y tan
cristiano de "a mí me lo hicieron" (Mt 25,40). Es que toda la cantidad de injusticia, de
opresión, de sufrimiento que el hombre siembra en la historia afecta verdaderamente a
Dios.
Al Dios que se reveló en su Hijo no se le reconoce por los caminos fáciles de la
piedad, las devociones y el cumplimiento de leyes. A Dios se le encuentra allí donde el
hombre no esperaría encontrarlo: en un ajusticiado, un echado fuera de la ciudad, un
condenado a muerte.
Una tercera fórmula dice, hablando de nosotros, que "Dios nos destinó a que
reprodujéramos los rasgos de su Hijo, de modo que éste fuera el mayor de una multitud de
hermanos" (Rm 8,29).
Esto quiere decir que somos "hijos en el Hijo". Cuando decimos que Jesús es el
Hijo de Dios, no sólo hablamos de él sino que estamos diciendo también algo sobre
nosotros, los hombres. Jesús ilumina el dinamismo humano al decirnos que vamos
caminando hacia la filiación, hacia un vivir como verdaderos hijos de Dios, teniéndolo a él
como hermano mayor.
Pero, a la vez que ilumina, Jesús realiza esa fuerza humana que tiende a hacernos
hijos de Dios. Si él fue verdadero Hijo de Dios, también nosotros aunque de modo distinto,
podemos serlo. Confesar que Jesús es Hijo de Dios es afirmar que Dios ha dado un sí
absoluto e incondicional a ese proyecto humano que se llamó Jesús, en el que estamos
incluidos también todos nosotros. Pues la encarnación no afectó exclusivamente al Jesús
histórico, sino que por ella Dios se unió de alguna manera con todos los hombres. El
proyecto divino sobre esta historia es hacer de todo este mundo como una Encarnación de
Dios, no sólo en Jesús, sino en todo. La Encarnación de Dios en Jesús es como la
fecundación de la historia para poner en marcha este proceso por el que Dios ha de ser todo
en todas las cosas: él verdadero Padre y todos verdaderos hijos.
Son muchos más los textos de Pablo que hablan del Hijo. Como anteriores a él
podrían verse también Rm 1,3-4; 1 Tes 1,9-10; 1 Cor 15,28.
-145-
�San Pablo nos transmitió estos fragmentos preexistentes y a partir de ellos elaboró
una teología que pone de relieve la irrepetible relación de Jesús con el Padre a partir de la
revelación del Padre en la cruz de Jesús (1 Cor).
b) El testimonio de Juan
El plan que estructura el Evangelio de Juan es teológico. No se trata de una
biografía de Jesús (Jn 20,30-31), sino de una interpretación de su persona y de su obra,
hecha por aquellas comunidades a través de su experiencia de fe. Uno de sus temas
preferidos es precisamente el del Hijo.
Juan escribe su obra en una época de polémicas, quizás a comienzos del siglo II.
Las comunidades estaban amenazadas tanto por quienes quitaban valor a la fe, como por
los que negaban que Jesús fuera hombre. Juan sale al quite de estas herejías, dibujando una
imagen "divinamente humana" de Jesús. Por eso el Jesús de Juan está, en cierto modo,
mitificado, no porque se desajuste de la realidad, sino porque en su Evangelio los valores
teológicos desplazan a los puramente históricos.
Quizás lo que más le interesa a Juan en la Filiación de Jesús es destacar el ser de
Jesús como referencia total al Padre, tal como seguramente se contenía ya en Mateo 11,27
(Ver el último apartado del capítulo I).
Según Juan, la conciencia de Jesús no parece terminar en sí mismo, sino en Dios.
Es toda relativa, diferencial. Al verse a sí mismo termina en Dios-como-su-Padre. Jesús se
ve a sí mismo como total procedencia de Dios (todo le es dado por el Padre) y como total
apertura hacia Dios mismo.
El ser Hijo expresa dos cosas aparentemente contrarias: la total elevación de Jesús
y su total sumisión al Padre. Mientras, por un lado, el Jesús de Juan afirma que el Padre y
él son uno (10,30.38), insiste, por otro lado, en que él no hace nada por sí mismo, sino por
el Padre, y que ni siquiera su doctrina es suya, sino de aquel que le envió (5,19.30; 7,16).
En paralelismo con su definición de Dios como amor, igualmente la designación de "el
Hijo" intenta describir el ser-relativo de Jesús: es procedencia y donación, puro ser-de-Dios
y puro ser-para-los-hombres. En esta pura transmisión radica la existencia de Jesús: no
tiene nada de por sí, hasta el extremo de que nunca es él solo, sino él y el Padre (8,16);
pero todo lo tiene para el hombre, porque es "la puerta" (10,9) y del fondo de su ser brotan
los ríos de la vida donde beben los hombres (7,38).
-146-
�En capítulos anteriores hemos citado con frecuencia los escritos de San Juan.
Quizás ahora lo mejor sea comentar brevemente algunas afirmaciones claves del Jesús de
Juan.
"Yo sí sé quién es, porque procedo de él y él me ha enviado" (Jn 7,29).
Jesús conoce a Dios, porque procede de él (1,18.32; 3,31), y ése es el fundamento
de su misión y actividad. Expresa aquí su propia experiencia de unión con el Padre, la
experiencia de vida (6,57) propia del Hijo (3,34). No se puede saber quién es Dios sin ser
hijo (17,3). Ahí radica la diferencia entre el saber de Jesús y el que se atribuyen las
escuelas de la Ley (1,18; 5,19). El ha aprendido del Padre (5,19s) y es el único que puede
hablar sobre su designio sobre el hombre (6,39s; 3,11.32).
"Yo y el Padre somos uno" (Jn 10,30).
Jesús, el nuevo santuario (2,19-21), hace presente al Padre. El Espíritu, el amor
leal que lo llena, es el principio de su actividad (1,14.32). El Padre está presente y se
manifiesta en Jesús y, a través de él, realiza su obra creadora, que lleva a cumplimiento su
designio (5,17.30; 6,38-40). Jesús se entrega a la realización de este designio sin reservarse
nada. Nada hay en él que se mantenga fuera de la actividad del Espíritu. Todo él es
expresión del Padre (12,45; 14,9). La identificación entre él y el Padre excluye toda
instancia superior a él mismo. La crítica a Jesús es crítica a Dios; la oposición a él es
oposición a Dios. No pueden apoyarse en nada para juzgarlo. Ante él no hay más que
aceptación o rechazo, sabiendo que la una o el otro incluyen la misma opción respecto a
Dios. De las obras deben deducir la unidad entre Jesús y el Padre; ambos tienen el mismo
objetivo: dar vida al hombre. No hay fe en Jesús sin que preceda la opción en favor del
hombre.
"Cuando uno me ve a mí ve al que me ha mandado" (Jn 12,45).
No existe diferencia alguna entre Jesús y el Padre, pues la persona y actividad de
Jesús explican lo que es Dios (1,18). No se conoce a Dios si no se acepta a Jesús (7,28;
8,19.54s), ni existe otro Dios más que el que se ve en Jesús: el Padre que está a favor del
hombre. El Dios reflejado por la Ley, en cuyo nombre los dirigentes se oponen a Jesús
(5,16-18; 8,19; 9,16.24.29; 10,33), es un dios falso.
No dice Jesús que él se parece o que es igual a Dios, sino al contrario, que Dios es
como él. No hay otro modo de conocer a Dios que mirar a Jesús. Hay que renunciar a
-147-
�cualquier idea preconcebida de Dios. Este se ha manifestado plenamente sólo en Jesús, a
quien ha comunicado la plenitud de su gloria-amor (1,14.18).
"Si ustedes me conocen a mí, conocerán también a mi Padre, aunque ya desde
ahora lo conocen y lo están viendo" (Jn 14,7).
El término del camino y de la semejanza es el Padre, pero éste está presente en
Jesús. Los discípulos poseen ya un conocimiento de Jesús y, por tanto, ven en él al Padre
presente. Ese conocimiento, sin embargo, no es algo dado de una vez para siempre. No es
meramente intelectual ni exterior, sino relacional: la familiaridad que crea el amor
(10,14-15) y que se alcanza sólo por la práctica del amor; supone la comunión en el
Espíritu, que hace nacer de Dios. Progresar en el conocimiento de Jesús, es decir, ahondar
la comunión con él por la práctica del amor, va haciendo al hombre hijo de Dios y dándole
a conocer al Padre (17,3).
"Hemos escrito éstas para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de
Dios, y con esta fe tengan vida gracias a él" (Jn 20,31).
El objetivo de la obra es suscitar la fe de los lectores. La selección que ha hecho el
autor es, por tanto, significativa; piensa que el relato ha presentado los rasgos de Jesús que
pueden mover a esa fe y que bastan para llegar a ella.
El título de Hijo de Dios que apareció por primera vez en boca de Juan Bautista
(1,34; 1,18.49) y que Jesús mismo se ha aplicado explícitamente (6,40; 10,36) e
implícitamente cada vez que ha llamado a Dios Padre suyo (5,17, etc.), adquiere toda su
fuerza después de la confesión de Tomás: es el que ha nacido de Dios (1,18), que está
identificado con el Padre (10,38), que actúa como él (5,17), y es uno con él (10,30), que es
Dios, la presencia del Padre entre los hombres (12,45; 14,9).
El fundamento de la fe o adhesión incondicional a Jesús se encuentra en este doble
aspecto: él es el Mesías, el ejecutor del designio de Dios que forma la nueva comunidad;
pero cumple esa misión en cuanto es en el mundo la presencia y actividad de Dios mismo,
que despliega en él y a través de él su amor al hombre.
4. CONOCER A DIOS DESDE JESUS
-148-
�En Jesús ha tenido lugar una manifestación tan plena e irrepetible de Dios a los
hombres, que nos ha llevado a confesar que él es Dios. El es el Hijo de Dios porque por su
medio Dios se ha hecho presente entre nosotros de un modo nuevo y único. Jesús no está
"poseído" por Dios, sino que el mismo hombre Jesús es la presencia y la revelación de
Dios. El Dios cristiano no es sólo el Padre que está por encima de nosotros, sino que
también está en Jesús junto a nosotros, a nuestro lado. Podemos afirmar que Dios se hace
en Jesús nuestro Dios. El es la revelación única y excepcional de Dios, ya que en las
expresiones de su actuar humano se vuelve visible el Dios invisible. En sus palabras y
gestos tomamos conciencia de lo que Dios es para el hombre: amor y perdón, denuncia y
exigencia, donación y presencia, elección y envío, compromiso y fuerza.
El Nuevo Testamento no dice simplemente que Jesús es el Hijo de Dios, dando
por supuesto que ya se supiese lo que es la filiación divina con independencia de Jesús,
sino que dice que el Hijo de Dios, ese es Jesús. Por ello, además del movimiento de
comprender a Jesús desde Dios, se mantiene el movimiento de comprender a Dios desde
Jesús.
Jesús no revela a Dios sólo desde su resurrección, sino desde siempre, es decir,
durante toda su vida. Sólo así se puede afirmar que su amor, su solidaridad con los pobres,
sus denuncias, son acciones de Dios y que Dios estuvo cercano a los hombres en Jesús.
Especialmente desde la cruz Jesús revela la verdadera y escandalosa realidad nueva de
Dios. Sin volver a la cruz de Jesús nada se ha avanzado en el conocimiento de Dios. Decir
que Cristo es realmente divino significa automáticamente afirmar que la divinidad sólo es
conocida desde él.
La única forma de que nosotros conozcamos a Dios es reconociéndolo en el
mismo Jesús. El no revela "cosas" sobre Dios, sino que Jesús es la forma humana, vital, de
decírsenos Dios. En el decir y actuar de Jesús se transparenta, realiza y comunica
humanamente Dios. Jesús es la humanidad de Dios. En Jesús, Dios se manifiesta
plenamente "en favor-del-pueblo".
Por esto dice San Juan que Jesús es "la Palabra" (Jn 1,1); no "una" palabra más
sobre Dios o una palabra de Dios. Y San Pablo dice que Jesús es "la imagen de Dios" (Col
1,15; 2 Cor 4,4). Dios se nos hace plenamente presente y activo en la humanidad de Jesús;
no "a pesar de" o "al margen de" su humanidad, sino en su misma humanidad (Heb 1,1-4).
-149-
�"A Dios nadie lo ha visto jamás; es el Hijo único, que es Dios y está al lado del
Padre, quien lo ha explicado" (Jn 1,18). Todas las explicaciones de Dios dadas antes de
Jesucristo eran parciales o falsas. Lo que se dice en el Antiguo Testamento no es sino
anuncio, preparación o figura del tiempo del Mesías: una esperanza que se cumple en
Jesús. Solamente Jesús, por su experiencia personal e íntima, puede expresar lo que es Dios
(Jn 6,46). Hay que desaprender lo que se sabía de Dios para aprender de Jesús, que es su
explicación. Sólo en Jesús podemos conocer el verdadero ser de la misteriosa divinidad.
Pero sin partir de una idea preconcebida de Dios, para concluir que Jesús es exactamente
igual a él, como si pudiera tenerse un concepto verdadero de Dios independientemente de
Jesús. Juan afirma que el punto de partida es Jesús Mesías. Dios, el Padre, es como Jesús,
único dato de experiencia al alcance del hombre. Toda idea de Dios que no pueda
verificarse en Jesús, es un invento humano sin valor alguno. Jesús el hombre-Dios, el Dios
engendrado, hace presente al Padre y es la única fuente para conocerlo como es.
5. VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE
El Nuevo Testamento contiene la fe profesada por los apóstoles. Detrás de ellos la
reflexión de la Iglesia sobre Cristo continúa, especialmente a través de los que hoy
llamamos los Santos Padres. A la reflexión sobre lo que Jesús hizo, sigue una profunda
meditación acerca de quién es Jesucristo. Al encontrarse la revelación con las distintas
culturas entre las que se difunde el cristianismo, en seguida se manifiestan opiniones
diferentes acerca de Jesucristo. Entonces la Iglesia se ve obligada a tomar posición ante las
tendencias erróneas.
Los errores contra los que tiene que luchar la fe de la Iglesia provienen o de la
negación de la divinidad de Jesús o de la negación de su humanidad; unos dicen que Jesús
no es Dios y otros afirman que no es verdadero hombre. Otra serie de errores vienen de la
mala comprensión de la unión entre estas dos maneras de ser de Jesús, la humana y la
divina. Entre uno y otro extremo ha habido cantidad de opiniones.
Desde los siglos IV al IX la Iglesia en diversos Concilios Ecuménicos va
creciendo en la comprensión y en la formulación clara y concreta de la fe cristiana en el
misterio de Cristo.
-150-
�La lectura de la Escritura lleva a la Iglesia a descubrir nuevos e importantes
aspectos del misterio de Cristo. La defensa de la fe contra los errores obliga a reformular lo
que es necesario creer y lo que es accesorio. El encuentro con nuevas formas de pensar (la
griega, la romana, la germana), lleva a la necesidad de explicar el misterio de Cristo en
nuevas culturas, y hacer frente a nuevas preguntas. Con todo ello se fue ampliando cada
vez más la visión sobre Jesucristo.
No vamos a detenernos a detallar los avances cristológicos hechos por la Iglesia
en sus primeros siglos, manifestados a través de los Concilios. No es ése el fin de esta obra.
Pero sí vamos a destacar brevemente lo más importante.
De forma muy reducida podemos decir que la Iglesia cree y profesa en Jesucristo:
- Una persona única, la del Hijo, Palabra de Dios.
- Dos naturalezas: la divina que lo hace igual y "consubstancial" al Padre y al
Espíritu Santo; y la humana, que lo hace igual y "con-substancial" a María su madre, y a
todos los hombres.
El año 325, en el Concilio de Nicea, los obispos reunidos lo dijeron así: "Jesús es
Hijo de Dios, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero del Dios verdadero, nacido, no
creado, de la misma substancia del Padre". Y en el año 451, el Concilio de Calcedonia dijo:
"Uno y el mismo Hijo nuestro Señor Jesucristo es perfecto en la divinidad y perfecto en la
humanidad, verdaderamente Dios y verdaderamente hombre".
La verdad fundamental, pues, es que Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios,
total y al mismo tiempo. El hablar correcto a partir de Jesús debe ser de tal manera que no
se dé ni de más a Dios ni de más al hombre; ni disminuya al hombre, ni disminuya a Dios.
La piedad popular tiende a acentuar la naturaleza divina de Jesús, dejando a un
lado la realidad histórica de su humanidad. A veces "los suyos" no le quieren recibir como
él quiso presentarse, como hombre, hermano y partícipe de nuestra vida sufriente y frágil.
En cambio, otros grupos, que se creen "concientizados", a veces acentúan tanto la
parte humana de Jesús, que olvidan la realidad de su divinidad y todo lo que ella significa.
Siempre hay que estar haciendo esfuerzos por unir los dos extremos, por
escandaloso que resulte: Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre. Y por ello es
necesario encontrar hoy expresiones y palabras que respondan a la cultura de nuestro
tiempo.
-151-
�6. DESDE JESUS, DIOS ES PADRE, HIJO Y ESPIRITU
A partir de Jesús, Dios no puede ser concebido sino como Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Después de la resurrección de Cristo se radicaliza, explicita y sistematiza la
estructura trinitaria de la salvación, y por ello, de la experiencia y de la realidad de Dios.
Desde los primeros Concilios con toda claridad Dios es afirmado como Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Y lo es de forma jerarquizada. El Padre es el origen sin origen dentro
de Dios. El Hijo es la Palabra que el Padre se dice de sí mismo. El Espíritu es el amor que
une al Padre y al Hijo.
Dios, en cuanto es el insondable Misterio, origen de todo siendo él mismo sin
origen, se llama Padre. Este mismo y único Dios en cuanto se abre permanentemente a
todos, se revela en su Verdad, deja manifestar su misterio, está presente en el mundo, se
llama Palabra o Hijo. Este mismo y único Dios en cuanto se entrega como don, como amor,
como fuerza unificante y como vida que lo renueva todo, se llama Espíritu Santo.
Dios se ha revelado como Padre, es decir, como el Ser que da la vida al hombre y
está siempre en favor del hombre. Dios se ha revelado como Hijo, es decir, como el amigo
cercano y familiar al hombre, que traza el camino que debe seguir el creyente. Dios se ha
revelado como Espíritu, es decir, como amor absoluto y libertad soberana, que describe
cuáles tienen que ser las opciones fundamentales del hombre en la vida. Así se ha
manifestado Dios, y así es Dios en sí mismo.
A partir de esto se intuye en qué puede consistir nuestra experiencia trinitaria,
nuestra auténtica experiencia de Dios. Es la experiencia de la seguridad y la confianza total
en Dios como Padre. Es la experiencia del seguimiento a Jesús, como Hijo. Y es la
esperanza del amor sin límites y de la liberación total frente a los poderes e instituciones de
este mundo. Porque es la experiencia de lo que Dios es en sí mismo.
Creer en el Padre significa la entrega confiada y obediente a lo que en Dios hay de
misterio absoluto, origen gratuito y futuro bienaventurado. Creer en el Hijo significa creer
que en Jesús se ha acercado y dicho el Padre; que el misterio del Padre es realmente amor,
en la escandalosa dialéctica de amor resucitante y amor crucificado; es creer que en el
seguimiento de Jesús, y no fuera de él, se da el acceso al Padre. Creer en el Espíritu
significa la realización de la entrega al Padre y del seguimiento a Jesús.
-152-
�La fe es entrega al Dios que se revela, pero como Dios es trinitario, la fe tiene
también su propia estructura trinitaria. Por ser Dios así, la salvación histórica, personal y
social, se realiza manteniendo una estructura trinitaria. Si se mutila ésta, se mutila también
al hombre individual y las relaciones entre los hombres.
El pecado por consiguiente, es también trinitario.
Se peca contra el Padre, cuando el hombre se considera salvador absoluto de sí
mismo. Entonces aparecen los totalitarismos políticos y los paternalismos eclesiásticos. Se
confunde el libre designio del Padre con la imposición de una voluntad arbitraria; la
absolutez del Padre con el despotismo. Se ignora que el misterio de Dios se ha concretado
en Jesús y produce la libertad del Espíritu.
Se peca contra el Hijo, cuando desaparece lo concreto, histórico, normativo y
escandaloso de Jesús. En su lugar se pone la pura trascendencia o el sólo sentimiento ,
como si Jesús fuese lo provisional y no el definitivo acercamiento de Dios a los hombres y
de los hombres a Dios. Pero se peca también, cuando se le exclusiviza o absolutiza.
Entonces surge la imitación voluntarista, la ley sin espíritu, la secta cerrada en lugar de la
fraternidad abierta. Se ignora entonces el gozo de la gratitud del Padre y la inventiva
imaginación del Espíritu.
Se peca contra el Espíritu, cuando desaparece la apertura a la novedad histórica
como manifestación de Dios o la voluntad de seguir dando vida en la historia, -en lugar de
sólo juzgarla desde fuera-; cuando se ahoga el movimiento interior que nos libera y nos
hace salir de nosotros mismos. Pero se peca también cuando se le exclusiviza y absolutiza.
Entonces surge el anarquismo, el olvido de lo concreto de Jesús y el rechazo de lo que de
peligroso tiene su recuerdo.
Todo esto tiene abundantes repercusiones prácticas comprobadas por la historia.
Una fe y una vida que mutilen en su realización concreta su estructura trinitaria mutilan o
anulan la salvación. La realidad trinitaria de Dios es el recuerdo constante de cómo debe
ser la fe y la vida para que sean salvíficas.
Fuimos creados a imagen de Dios. Y, puesto que Dios es comunidad, la perfección
de la persona humana se ha de realizar también en la comunidad, en la unión con los
demás, en el amor. Por ello podemos afirmar, siguiendo al Concilio Vaticano II, que la
Trinidad es la meta y el modelo de la vivencia cristiana: "El Señor, cuando ruega al Padre
que todos sean uno, como nosotros también somos uno, (Jn 27,21-22), abriendo
-153-
�perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere una semejanza entre la unión de las
Personas Divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad" (Vaticano II,
Gaudium et spes, 24).
Bibliografía
1. CATECISMO DE ADULTOS. SEÑOR, ,A QUIEN IREMOS?, Marova, Madrid 1982, pgs. 136-139: La
reflexión sobre el misterio de Cristo.
J. FITZMYER, Catecismo cristológico, pgs. 70-75: ¿Hay en el NT diferentes interpretaciones de Jesús?
P. M. BEAUDE, Según las Escrituras, Cuadernos bíblicos 10, Verbo Divino 1979.
JOSEPH DE BACIOCCHI, Jesucristo y el Hombre de Hoy, Marova, Madrid 1977, pgs. 33-46: El Cristo
de la fe, ¿es realmente el Jesús de la historia?.
L. BOFF, La resurrección de Cristo..., pgs. 61-82: Los caminos de la exégesis crítica sobre los textos de la
resurrección.
U. WILCKENS, La Resurrección de Jesús, pgs. 135-158: Origen y significación de la predicación
neotestamentaria de la resurrección.
B. FORTE, Jesús de Nazaret, pgs. 105-110: El problema teológico de la relación entre el Jesús prepascual
y el Cristo pospascual.
B. SOLAGES, Cristo ha resucitado, pgs. 50-68: La primera predicación de los apóstoles.
AUTORES VARIOS, Jesucristo, Ciudad Nueva, Madrid 1982, pgs. 53-72: La comprensión de la fe de
Jesús en las primeras comunidades.
RAFAEL AGUIRRE, La reflexión de las primeras comunidades cristianas sobre la persona de Jesús,
Fundación Santa María, Madrid 1984.
2. A. SALAS, Biblia y Catequesis III, pgs. 396-399: ¿Supo Jesús ser el Mesías anunciado?; 404: Conciencia
de Jesús en cuanto Mesías.
- IV, pgs. 51-58: El mesianismo de Jesús; 79-83: Jesús es el Mesías.
K. RAHNER, Amar a Jesús Amar al Hermano, Sal Terrae, Santander 1983, pgs. 30-33: El Mesías - Dios
hecho hombre.
JUAN ALFARO, en Mysterium Salutis III,. pgs. 540-541: Cristo como Mesías y Señor en la Iglesia
primitiva.
DICCIONARIO TEOLOGICO DEL NUEVO TESTAMENTO, II, pgs. 383-388: Jesucristo: Christós.
3. A. SALAS, Biblia y Catequesis III, pgs. 384-405: Jesús ante sí mismo.
J. FITZMYER, Catecismo Cristológico, pgs. 90-92: ¿Afirmó Cristo claramente que era Dios?; 97-99:
Después de la resurrección, ¿fue proclamado Jesús de forma inmediata y sin ambigüedades Hijo de Dios,
igual al Padre?
J. I. GLZ FAUS, La Humanidad Nueva, pgs. 119; 360-363: Jesús el Hijo.
-154-
�C. DUQUOC, Cristología, Sígueme, Salamanca 1978, pgs. 246-250: Jesús, el Hijo.
J. R. GUERRERO, El Otro Jesús, pgs. 261-275: J. C. es el Hijo de Dios.
J. I. GZL FAUS, Este es el Hombre, pgs. 21-47: Dimensiones de la divinidad de Jesús.
DICCIONARIO TEOLOGICO DEL NT., II, pgs. 297-300: Hijo.
J. MATEOS, El Evangelio de Juan, pgs. 14, 374s, 480, 578, 632, 884.
E. CHARPENTIER, Cristo ha resucitado, pgs. 32-44: Las primeras afirmaciones de la fe.
JACQUES GUILLET, Jesucristo en el Evangelio de Juan, Cuadernos bíblicos 31, Verbo Divino, Estella
1982, pgs. 30-56: El Padre y el Hijo.
J. BACIOCCHI, J. C. y el Hombre de hoy, pgs. 115-128: ¿Cómo se comprendió Jesús a sí mismo?
JOSE RAMON GARCIA-MURGA, La confesión de fe en la Divinidad de Jesucristo, Fundación Santa
María, Madrid 1984.
4. J. R. GUERRERO, El Otro Jesús, pgs. 275-277: Jesús manifiesta a Dios.
J. SOBRINO, Jesús de Nazaret, en Conceptos fundamentales de Pastoral, pgs. 502-505: La resurrección de
Jesús: Revelación de Dios y del hombre.
CVX, Jesucristo, pgs. 149-153: Qué ve la primera comunidad en J. resucitado.
MATEOS, El Ev. de Juan, pgs. 78-79: El Dios engendrado.
A. NOLAN, ¿Quién es este Hombre¿, pgs. 218-229: La fe en Jesús.
E. SCHILLEBEECKC, En torno al Problema de Jesús, pgs. 170-175: Una pregunta clave: la divinidad de
Jesús.
J. BACIOCCHI, J.C. y el hombre de hoy, pgs. 86-90: Dios se revela en J.C.
X. LEON-DUFOUR, Vocabulario de Teol. Bíbl. pgs. 246-249: Dios, Revelación del verdadero Dios en J.
C.
NUEVO DICC. DE TEOL., I, pgs. 802-811: Jesucristo I.
5. CAT. DE ADULTOS..., Marova, pgs. 136-139: La reflexión sobre el misterio de Cristo.
C. DUQUOC, Cristología, pgs. 250-272: La interpretación eclesial de la filiación de Cristo hasta el
concilio de Calcedonia.
MAXIMINO ARIAS, Jesús el Cristo, Paulinas, Madrid 1983, pgs. 289-308: Las confesiones de fe y los
errores cristológicos.
L. BOFF, J. C. el Liberador, pgs. 189-206: Jesús, el hombre que es Dios.
K. RAHNER, Curso fund. sobre la fe, pgs. 334-338: Contenido de la Cristología y soteriología clásicas.
- Amar a Jesús Amar al Hermano, Sal Terrae, Santander 1983, pgs. 39-42: Dogmas de la diferencia y de la
unidad.
J. L. CARAVIAS, Cristo es Esperanza, pgs. 48-50: Creemos que Jesús es Dios.
J. BACIOCCHI, J. C. y el Hombre de hoy, pgs. 99-112: ¿Hombre y Dios a la vez?
J. I. GLZ FAUS, la Teología de cada día, pgs. 96-125: Las fórmulas de la dogmática cristológica y su
interpretación actual.
J. RATZINGER, El Dios de J. C., pgs. 80-86: De la misma sustancia que el Padre.
-155-
�6. J. SOBRINO, Dios, en Conceptos Fundamentales de Pastoral, pgs. 253-258: Dios desde Jesús: Padre, Hijo
y Espíritu.
L. BOFF, La Experiencia de Dios, pgs. 72-76: Cómo en la vida de Cristo se reveló la Santísima Trinidad.
-156-
�12
Apocalipsis:
el triunfo definitivo
de Dios en la historia
Después de la muerte y resurrección de Jesús, el Evangelio se esparció
rápidamente. En poco tiempo, la Buena Nueva de Jesús se extendió hasta los límites del
imperio romano. Al comienzo, no hubo problemas serios con el imperio. San Lucas en los
Hechos de los Apóstoles presenta al imperio romano de manera atractiva a los cristianos
(Hch 3,17; 18,12-15; 19,33-40; 25,13-27). Pablo, además, había escrito a los cristianos de
Roma que ellos debían obedecer a las autoridades constituidas (Rm 13,1). Pero pronto
cambió la situación y comenzaron los conflictos.
La escuela del imperio romano enseñaba que el emperador era el señor del mundo
(Ap 13,4.14). Los cristianos decían lo contrario: Jesús "es Señor de señores y Rey de reyes"
(Ap 17,4). El imperio tenía sus dioses (Ap 2,14), y en nombre de ellos el emperador se
declaraba señor del mundo. Por ello todos debían rendirle culto (Ap 13,8-15). Así, ayudado
por su religión, el emperador logró montar un sistema que controlaba la vida del pueblo
(Ap 13,16-17) y explotaba a los pobres para aumentar el lujo de los grandes (Ap
18,3.9.11-19).
Por eso el pueblo cristiano se convirtió en un pueblo perseguido (Ap 1,9)
violentamente (Ap 12,13.17; 13,7). Los cristianos iban presos (Ap 2,10) y muchos eran
martirizados (Ap 2,13; 6,9-11; 7,13-14; 16; 17,6; 18,24; 20,4). Era muy difícil mantener la
fe (Ap 2,3-4). El control de la policía era total: nadie podía escapar a su vigilancia (Ap
13,16). Quien no apoyaba al régimen del imperio, no podía vender ni comprar nada (Ap
13,17). La propaganda era enorme (Ap 13,13) y se infiltraba en las mismas comunidades
(Ap 2,14.20). El emperador era presentado como si fuera un nuevo dios resucitado (Ap
-157-
�13,3.12.14). La tierra entera lo adoraba como si fuera un dios y apoyaba su régimen (Ap
13,4. 12-14).
En el Apocalipsis el imperio romano es presentado como la bestia que combate a
las comunidades cristianas (13,1-18). Su poder es insolente (13,5), pues ataca a Dios con
blasfemias (13,6) y pretende ser dios y dueño del mundo entero con todos sus habitantes
(13,7-8). Para poder engañar al mundo la bestia tiene la ayuda de los falsos profetas, que
ponen su magia, su poder y su saber al servicio del imperio (16,3; 19,20; 20.10; 13,12).
Ellos, con sus maravillas, seducen a la humanidad y consiguen que muchos adoren la
imagen de la bestia (13,15).
En medio de estos problemas y de sus dificultades internas, el Apocalipsis viene a
darle a aquellos cristianos un mensaje de consuelo y de esperanza. Les ayuda a encontrarse
nuevamente con su Dios, consigo mismos y con su misión. Quiere animarles a no desistir
de la lucha por la fe.
El Apocalipsis enfrenta el problema de la persecución revelando la otra cara de los
acontecimientos, el lado oculto. Ilumina los hechos con la luz de la fe y descubre que Dios
es Señor de la historia. El entregó todo su poder a Jesús. ¡Ahora Jesús conduce a su pueblo
a la victoria final! Nadie, por más fuerte que sea, conseguirá cambiar el rumbo del plan de
Dios. Los opresores del pueblo van a ser derrotados y condenados, todos. La resurrección
de Jesús es la prueba que garantiza todo esto. Así el pueblo recupera la memoria perdida y
descubre la Buena Nueva dentro de los acontecimientos. Y de este modo la nostalgia se
convierte en esperanza.
Juan usa en el Apocalipsis continuamente un lenguaje simbólico, lleno de
visiones. Con ello pretende instruir al pueblo de una manera gráfica y además es una
táctica para defenderse de la vigilancia del imperio. Se trata de cuadros con dibujos y
dramatizaciones, que son más instructivos para el pueblo que las meras ideas. No hay que
pretender entender cada símbolo aisladamente, sino todo el conjunto.
a) El Apocalipsis, que es una "revelación de Jesús Mesías" (1,1); comienza
deseando al pueblo de las comunidades de Asia "gracia y paz de parte del que es, y era y
ha de venir, de parte de los siete espíritus que están ante su trono, y de parte de Jesús el
Mesías, el testigo fidedigno, el primero en nacer de la muerte y el soberano de los reyes de
la tierra" (1,5).
-158-
�Jesús triunfante es el motivo de gozo y esperanza para todas las comunidades que
luchan en esta vida. El Apocalipsis no se cansará de apoyarse continuamente en él. El es
"el primero en nacer de la muerte", está vivo (1,18), realizando la promesa que el Padre
hizo para nosotros. El es "soberano de los reyes de la tierra", con poder para dominarlos y
vencerlos.
Este Jesús, fuerte, fiel y hermano, "nos ama". Llegó a derramar su sangre para
liberarnos (1,5), y hacer de nosotros "sacerdotes para su Dios y Padre" (1,6). El tiene "el
poder por los siglos de los siglos" (1,6). Al final de los tiempos, él volverá sobre las nubes:
"todos lo verán con sus ojos, también aquellos que lo traspasaron" (1,7).
Juan, que es un artista, un poeta, tuvo una experiencia muy profunda del poder,
del amor y de la santidad de Jesús. Por eso pinta a Jesús de una manera muy gráfica. Dice
que vio "una figura humana vestida de larga túnica con una faja dorada a la altura del
pecho. El pelo de su cabeza era blanco como lana, como nieve; sus ojos llameaban, sus
pies parecían bronce incandescente en la fragua y era su voz como el estruendo del
océano. Con la mano derecha sostenía siete estrellas, de su boca salía una espada aguda
de dos filos y su semblante resplandecía como el sol en plena fuerza" (1,13-16). Una visión
no puede ser tomada toda al pie de la letra, palabra por palabra. Lo importante es darse
cuenta de la fuerza de este Jesús que "nos ama". Su túnica larga es señal de su sacerdocio.
La faja dorada nos dice que él es rey. Los cabellos blancos sugieren su eternidad. Sus ojos
como llama de fuego indican su ciencia divina. Los pies de bronce son señal de firmeza y
estabilidad. Su voz fuerte revela majestad y poder. La espada que sale de su boca es su
palabra que tiene el poder de Dios. Su rostro como el sol sugiere su autoridad.
Al ver así a Jesús, Juan cae como muerto a sus pies (1,17), señal de la debilidad y
miedo que tenían las comunidades. Pero en este momento el cuadro inmóvil de Jesús se
convierte en algo activo. Coloca su mano derecha sobre Juan y dice: "No temas, yo soy el
primero y el último, el que vive. Estuve muerto, pero como ves estoy vivo por los siglos de
los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo" (1,18). Este gesto y esta frase de
Jesús son como el centro del mensaje del Apocalipsis.
b) El capítulo quinto trata de la visión del Cordero degollado. En la mano de Dios
está un libro cerrado con siete sellos (5,1). Contiene el itinerario de la historia desde el año
33 hasta el fin. Nadie es capaz de abrir el libro (5,3). Juan llora (5,4). Es la situación de las
comunidades. Ellos lloran porque creen que Dios ya no controla la historia. Alguien dice:
"No llores, ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David; él abrirá el libro y
-159-
�sus siete sellos" (5,5). Juan ve entonces "un Cordero... como degollado" (5,6). Es Jesús,
que acaba de entrar en el cielo, llevando en su cuerpo las señales de la pasión. Jesús recibe
el libro de las manos de Dios (5,7), y se convierte así en el Señor de la historia (5,13). Es él
el que va a asumir el control de los acontecimientos y a ejecutar el plan de Dios. Gracias a
la sangre del Cordero la liberación está ya en camino. El está ya liberando al pueblo
(5,9-10). Resucitando de la muerte, Jesús recibió todo el poder y asumió el liderazgo: a él
"la gloria y el poder por los siglos de los siglos" (5,13). El imperio va a ser derrotado por
el Cordero (17,14). Y como en el antiguo éxodo (Ex 15,1-22), también ahora todos estallan
en un "cántico nuevo" de alabanza (5,9.12-14).
c) En el capítulo XI se habla de la venida definitiva del Reino de Dios. Después de
que el séptimo ángel toca la trompeta (11,15), se oye una aclamación que dice: "¡El
reinado sobre el mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Mesías, y reinará por los siglos
de los siglos!" (11,15). Los veinticuatro ancianos, o sea, los representantes de todo el
pueblo se arrodillan, adoran a Dios y dicen: "¡Gracias, Señor Dios, soberano de todo, el
que eres y eras, por haber asumido tu gran potencia y haber empezado a reinar!" (11,17).
Es el inicio de la celebración final de la historia. La venida de Dios en la historia de los
hombres es el nuevo éxodo que acaba de terminar. ¡El fin llegó! ¡Dios probó para siempre
que él es "Yavé", Dios con nosotros, Dios liberador!
d) El capítulo XIV marca la oposición total que existe entre el Cordero y la bestia;
entre los "que llevaban inscrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su
Padre" (14,1) y el mundo de gente marcada con el número de la bestia; entre el susurro del
canto de victoria que alaba a Dios (14,2-3), y las palabras insolentes y blasfemas contra
Dios; entre la fidelidad que resiste al imperio sin contaminarse (14,4), y la seducción del
imperio que lleva a adorar a la bestia.
El pueblo de las comunidades sigue al Cordero, sin contaminarse con el culto de
los falsos dioses: son vírgenes (14,4). Alimentan su fe y perseverancia con la certeza de
que Dios, y no el imperio, es el dueño del mundo (13,10). Se organizan de manera fraterna
e igualitaria, como antiguamente las doce tribus (7,3-8). Es la lucha resistente del pueblo
perseguido que, a largo plazo, va a derrotar al imperio (17,14). El tercer ángel anuncia la
derrota final de todos los adoradores de la bestia (14,9-11). Y esta certeza da fuerza a las
comunidades para continuar resistiendo (14,12-13).
e) Desde el capítulo XVII al XIX, 10 sigue una nueva visión de Babilonia y su
caída. Juan recibe una invitación: "Ven acá, voy a mostrarte la sentencia de la gran
-160-
�prostituta" (17,1). El ve una mujer ricamente ataviada (17,3-4). Su nombre es: "La gran
Babilonia, madre de las prostitutas y de los abominables ídolos de todo el mundo" (17,5).
Ella está "borracha... de la sangre de los testigos de Jesús" (17,6). Juan deja claro que se
trata de la ciudad de Roma, capital del imperio (17,9): "La mujer que viste es la gran
ciudad, emperatriz de los reyes de la tierra" (17,18). La causa de la maldad del imperio fue
su deseo de lujo y su afán de acumulación planificada y organizada (18,3.7.9-20.23). Por
eso se volvió "en morada de demonios" (18,2).
Después del juicio a la gran prostituta, llega el tiempo de "las bodas del Cordero"
(19,7). Su esposa, el pueblo de Dios, ya está lista. Ya se distribuyen las invitaciones para la
fiesta (19,9). Pero antes de la fiesta final, viene la derrota total de los adoradores de la
bestia.
f) Desde el 19,11 al 20,15 habla el Apocalipsis de la derrota final del dragón, de la
bestia y de sus adoradores. Se trata de visiones, de símbolos, que no se deben tomar al pie
de la letra. Lo que quieren enseñar es que al final el mal será totalmente derrotado: la
victoria será del bien y de la justicia.
En la primera derrota contra el mal (19,11-21) aparece "un caballo blanco"
(19,11). Su jinete tiene varios nombres: "El fiel y el leal", "Palabra de Dios", "Rey de reyes
y Señor de señores" (19,11.13.16). ¡Es Cristo Jesús! Acompañado por los ejércitos
celestiales (19,14), él viene a juzgar y combatir con justicia (19,11).
En la segunda derrota y juicio final (20,7-15), después de dura lucha, finalmente el
dragón es tomado preso y arrojado al lago de fuego, donde ya se hallaban la bestia y el
falso profeta (20,10). Y allá se quedarán por los siglos de los siglos. Enseguida Juan ve el
trono blanco de Dios (20,11), quien obliga a la muerte a devolver a todos los que por ella
fueron engullidos en el correr de la historia (20,13). Todos son juzgados, cada uno
conforme a sus obras (20, 12-13). Terminado el juicio, la propia muerte, ya vencida, es
arrojada en el lago de fuego (20,14). Y junto con ella van todos los que no estaban inscritos
en el libro de la vida (20,15). Es la "segunda muerte" (20,14). ¡La muerte a la propia
muerte! ¡Al final sólo va a quedar la vida y vida en abundancia! (Jn 10,10). ¡Todo está listo
para la fiesta final!.
g) El futuro que Dios ofrece es una nueva creación (21,1-22,5), "un cielo nuevo y
una tierra nueva" (21,1). El mar, símbolo del poder del mal, ya no existe. En la primera
creación Dios inició su trabajo creando la luz, pero quedó la noche (Gén. 1,3.5). Aquí, en
-161-
�la nueva creación del futuro, vence la luz; la noche, la oscuridad, ya no existen más (21,25;
22,5). ¡Todo es luz! El mismo Dios brilla sobre su pueblo (22,5). La ciudad de Dios está
iluminada por "la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero" (21,23). Del dolor antiguo
nada quedó (21,1.4). Y Dios proclama: Sí, ahora "todo lo hago nuevo" (21,5). "Allí no
habrá ya nada maldito" (22,3). "Dios en persona estará con ellos y será su Dios. El
enjugará las lágrimas de sus ojos; ya no habrá muerte, ni luto ni dolor, pues lo de antes
ha pasado" (21,3-4).
Como antiguamente, después de la salida de Egipto, también ahora Dios viene a
vivir con su pueblo (21,3), y hace con ellos su Alianza: con todos y con cada uno en
particular (21,3; 21,7). ¡Es la perfecta armonía del pueblo entre sí y del pueblo con Dios!
¡Del individuo con la comunidad y de la comunidad con el individuo! Nadie se pierde ni en
el anonimato de la masa del pueblo, ni en el individualismo de una fe que sólo piensa en sí
mismo.
El futuro que Dios ofrece es también un pueblo renovado, bello como una novia.
La ciudad del imperio era una prostituta; la ciudad de Dios es una novia, toda arreglada
para su marido (21.2). Su esposo es el Cordero (21,9). Ella es la hija de Sión, imagen del
pueblo de Dios. Es la mujer que luchó contra la muerte y contra el dragón. Aquí, en el
futuro de Dios, la lucha terminó. La serpiente, sus falsos ídolos y sus falsos profetas, ya no
molestan más. La novia, el pueblo, se prepara para la unión definitiva con Dios, para el
casamiento con el Cordero (19,7.9; 21,9). Es la fiesta final y definitiva.
El futuro principal que Dios ofrece es él mismo, Dios presente para siempre en
medio de nosotros. El cielo desciende a la tierra, transformada para siempre en morada de
Dios (21,2). Dios es la fuente de la vida (21,6; 22,1). Es el principio y el fin de todo (21,5).
Yavé, Dios con nosotros, Dios liberador, será nuestro Dios para siempre (21,3). El mismo
será nuestra luz; su gloria ilumina a su pueblo (21,23) y brillará sobre él (22,5). Dios es luz,
Dios es Padre (21,7). Y todos, para siempre, contemplarán su rostro: "Lo verán cara a cara
y llevarán su nombre en la frente" (22,4).
¡Será el triunfo definitivo de Dios en la historia! A la luz de la seguridad de la
victoria final, los cristianos de entonces y los de ahora nos sentimos animados para seguir
tras las huellas de Jesús en busca del rostro del Dios verdadero. ¡Sabemos que el Dios de
Jesús, Dios de vida, ha de triunfar contra todas las falsas divinidades de la muerte!
-162-
�Bibliografía
CARLOS MESTERS, Cielo nuevo y Tierra nueva, Esperanza de un Pueblo que lucha, La Paz, 1985.
SALMO AL DIOS ENTERAMENTE BUENO
Señor, Dios nuestro te queremos dar gracias
porque en Jesús te has revelado
como un Dios Enteramente Bueno.
En esto no te pareces a nosotros;
en esto te diferencias de todas las imágenes
que, sublimándonos, nos hacemos los hombres de ti.
Tú amas todo lo que has creado;
tú has establecido con nosotros una alianza eterna
y nada podrá quebrantarla.
Por eso no te enfureces con nuestros pecados
ni tomas venganza de los que obran el mal;
no matas a los que matan
sino que los proteges, como a Caín, de sus vengadores.
Porque eres enteramente bueno
haces salir el sol sobre justos y pecadores.
Es que amas a cada uno
y no quieres la muerte del pecador
sino que se convierta y viva.
A todos nos perdonas los pecados
y haces sentar a la misma mesa
al que llegó a última hora
y al que trabajó desde el amanecer.
Te damos gracias porque en todo esto te revelas
como Enteramente Bueno.
Estás tan apartado del mal
estás tan ajeno a todos los mecanismos del mal
que ni siquiera castigas a los transgresores
para no añadir violencia a nuestras violencias.
Tú no tienes el poder de matar
porque ese no es un poder divino.
Tu poder es amar sin medida
crear, sanar, perdonar
-163-
�y hasta triunfar de la muerte.
Tu justicia no es tasar y medir
sino hacernos justos
y reconciliarnos por fin en esa justicia de vida.
Dios nuestro, estamos contentos
de que tú seas nuestro Padre,
y puesto que nos hiciste a tu medida
danos un corazón generoso como el tuyo.
(Pedro Trigo, Salmos del Dios Enteramente Bueno,
Gumilla, Caracas 1983, pgs. 11-12)
Bibliografía selecta
ALBERT NOLAN, ¿Quién es este Hombre?, Sal Terrae, Santander 1981.
CVX, Jesucristo, Sal Terrae, Santander 1981.
CARLOS BRAVO, Jesús hombre en conflicto, CRT, México 1986.
– Galilea año 30, Para leer el Evangelio de Marcos, EDICAY, Cuenca 1993.
CARLOS ESCUDERO, Devolver el Evangelio a los Pobres, Sígueme, Salamanca 1978.
CH. SAULNIER, Palestina en los tiempos de Jesús, Cuadernos bíblicos 27, Verbo Divino, Estella 1981.
CHRISTIAN DUQUOC, Cristología, Sígueme, Salamanca 1978.
– Dios Diferente, Sígueme, Salamanca 1978.
EDWUARD SCHILLEBEECKX, Jesús la Historia de un Viviente, Cristiandad, Madrid 1983.
ENDO SHUSAKU, Jesús, Sal Terrae, Santander 1980.
FRANCISCO LOPEZ - MELUS, Las Bienaventuranzas, Zaragoza 1982.
HOAC, Jesús de Nazaret, Madrid 1985.
J. L. CARAVIAS, Cristo es Esperanza, Latinoamérica Libros, Buenos Aires 1984.
JOACHIM JEREMIAS, Abbá, El Mensaje central del Nuevo Testamento, Sígueme, Salamanca 1983,.
– Jerusalén en tiempos de Jesús, Cristiandad, Madrid 1977.
– Las Parábolas de Jesús, Verbo Divino, Estella 1981.
JON SOBRINO, Cristología desde América Latina, CRT, México 1976.
– Jesús en América Latina, Sal Terrae, Santander 1982.
– La Oración de Jesús y del Cristiano, Paulinas, Bogotá 1981.
JOSE COMBLIN, El Enviado del Padre, Sal Terrae, Santander 1977.
– Jesús de Nazaret, Santander 1977.
JOSE IGNACIO GLZ FAUS, Acceso a Jesús, Sígueme, Salamanca 1979.
– la Humanidad Nueva, Razón y Fe, Madrid 1979.
JOSE RAMON GUERRERO, El Otro Jesús, Sígueme, Salamanca 1978.
JOSE RAMOS REGIDOR, Jesús y el Despertar de los Oprimidos, Sígueme, Salamanca 1984.
-164-
�JOSEPH DONDERS, Jesús el Ignorado, Lohlé, Buenos Aires 1982.
JOSEPH FITZMYER, Catecismo Cristológico, Sígueme, Salamanca 1984.
JUAN LUIS SEGUNDO, El Hombre de Hoy ante Jesús de Nazaret, Cristiandad, Madrid 1982.
LEONARDO BOFF, El Padre Nuestro, Paulinas, Madrid 1982.
– Jesucristo el Liberador, Indo-Américan, Bogotá 1977.
– Pasión de Cristo, Pasión del Mundo, Sal Terrae, Santander 1980.
MILAN MACHOVEC, Jesús para Ateos, Sígueme, Salamanca 1976.
-165-
�INDICE
Pág.
5
7
Presentación
Introducción
I. LA FE DE JESUS
11
1. La ciencia de Jesús
2. La fe de Jesús
3. Búsqueda constante de Dios y de su Reino
4. Jesús se siente enviado del Padre
5. Al Padre lo conoce sólo el Hijo
11
15
18
21
24
II JESUS SIENTE A DIOS COMO ABBA QUERIDO
1. Una nueva experiencia de Dios
2. Actitud filial de Jesús ante Dios
3. Para Jesús Dios es Abbá
29
29
32
34
III JESUS ES IMAGEN DE LA BONDAD DEL PADRE
41
1. El que me conoce a mí, conoce al Padre
2. Jesucristo, sacramento del encuentro con Dios
3. Un corazón bondadoso y compasivo
4. Servidor de todos
5. La alegría de un Dios que sabe perdonar
6. Jesús es el sello de la fidelidad de Dios
41
43
44
48
51
57
IV ESTA BUENA NOTICIA DE JESUS ES PARA LOS
POBRES
61
1. Los mal vistos en la sociedad en que vivió Jesús
2. Jesús se solidariza con estos marginados
3. Jesús anuncia a los marginados la Buena Noticia
de Dios
4. El gozo de que así lo quiere el Padre
5. Jesús explica a los escandalizados el por qué de
esta actitud suya
-166-
61
65
68
71
75
�V JESUS ENSEÑA UNA NUEVA MANERA DE ORAR
1. La oración de Jesús
2. Las enseñanzas de Jesús sobre la oración
3. Originalidad de la oración cristiana
83
83
88
93
VI PADRE NUESTRO
100
1. Jesús enseña a sus discípulos a invocar a Dios como
Abbá querido
2. No todos son hijos de Dios
3. El don de ser hijos de Dios
4. La fe en el mismo Padre nos hace hermanos
VII VENGA A NOSOTROS TU REINADO
100
103
105
107
116
1. El Dios del Reino
2. Significado del Reino de Dios
a. El Reino de Dios es Buena Noticia para los pobres
b. Para entrar en el Reino de Dios hay que cambiar de
vida
c. El Reino de Dios va construyendo una nueva
sociedad
3. El Reino de Dios no es anunciado a todos
4. Lo que no es el Reino
5. Construir el presente desde el futuro
6. Una Iglesia para el Reino
116
118
119
122
124
127
129
132
135
VIII JESUS DESENMASCARA LAS FALSAS DIVINIDADES 140
1. El Dios de Jesús es conflictivo
2. Jesús fue condenado por blasfemo
3. Jesús fue ajusticiado como rebelde político
4. ¿Un Dios diferente?
5. Jesús lucha contra las divinidades de la muerte
IX. EL SUFRIMIENTO COMO MODO DE SER DE DIOS
1. ¿Puede sufrir Dios?
140
144
148
150
154
160
160
-167-
�2. El escándalo de un Dios crucificado
3. En la cruz Dios revela la forma más sublime del amor
4. La espiritualidad de la cruz en el seguimiento de
Jesús
5. La cercanía de la cruz hace creíble el poder del
Resucitado
X LA VICTORIA DE DIOS EN JESUS
163
167
172
178
184
1. Dios resucitó a Jesús de entre los muertos
2. El hecho de la resurrección
3. La resurrección confirma la verdad del Dios de Jesús
4. El que resucita es el Crucificado
5. Vivir hoy la resurrección de Cristo
6. El Mesías ha resucitado como primer fruto de los que
duermen
7. Jesús resucitado sigue viviendo una esperanza
XI CREEMOS QUE JESUS ES DIOS
184
187
191
193
197
201
205
212
1. Cómo ven las primeras comunidades a Jesús resucitado
2. Jesús es el Mesías esperado
3. Jesús es el Hijo de Dios
a. El testimonio de Pablo
b. El testimonio de Juan
4. Conocer a Dios desde Jesús
5. Verdadero Dios y verdadero hombre
6. Desde Jesús, Dios es Padre, Hijo y Espíritu
212
216
218
219
222
227
229
232
XII APOCALIPSIS: EL TRIUNFO DEFINITIVO DE DIOS
EN LA HISTORIA
240
Salmo al Dios Enteramente Bueno
250
-168-
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Formação Cristã | Formación cristiana
Subject
The topic of the resource
Cristianismo | Cristianismo
Dimensão comunitária | Dimensión comunitaria
Dimensão espiritual | Dimensión espiritual
Dimensão apostólica | Dimensión apostólica
Dimensão sociopolítica | Dimensión sociopolítica
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Subject
The topic of the resource
Cristologia | Cristología
Title
A name given to the resource
El Dios de Jesus
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Caravias, José L. SJ
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1985
Description
An account of the resource
Livro de Cristologia de Padre José Caravias, SJ
Pero este libro que presento, "El Dios de Jesús", tiene un nacimiento distinto. Ahora no parto tanto de la base, sino de los teólogos. Queriendo ayudar a este deseo creciente de encuentro entre Jesús y su pueblo, se me ocurrió organizar una "minga" de teólogos. Las dos grandes culturas sudamericanas, la quichua y la guaraní, saben organizar mingas para resolver sus problemas. Se trata de trabajos comunitarios, en los que todos juntan su fuerza, con alegría, gratis, al servicio de la comunidad. Algo así he querido hacer con los teólogos.
En los veinte últimos años se ha escrito mucho y muy lindo sobre Jesucristo. La mayoría de estos teólogos tienen sus ojos puestos en los pobres, pero su lenguaje no es el de los pobres. Por eso muchos de sus hermosos y caros libros no les sirven a los pobres, aunque cada vez los necesitan más. Fue así como se me ocurrió servir de puente entre la buena voluntad de unos y el hambre de los otros. Hacer como de traductor. Y para ello me he puesto a leer, resumir, simplificar, coordinar las muchas ideas lindas de tantos hermanos teólogos. Los he puesto a trabajar juntos, con la alegre libertad de las mingas.
El presente libro, pues, no tiene nada de original. Todo está copiado. Es puro plagio, con el mayor descaro. Se unen y se entremezclan unas citas con otras; se cambian sin empacho las palabras complicadas; otras veces se copia al pie de la letra. No se respetan los derechos de autor. Es que se trata de una minga de teólogos: todos juntos, trabajando gratis, alegremente, al servicio de la fe de este pueblo, de lo mejor de este pueblo: los animadores bíblicos de las Comunidades Cristianas. ¡Gracias, hermanos!
En estos nueve años el presente libro ha sido editado en diversos países. He recibido muchos agradecimientos porque estas páginas han ayudado a muchas personas a conocer, amar y seguir más de cerca a Jesús. Mucho le doy gracias a Dios por ello. Ahora presento una nueva edición popular paraguaya, en la que he suprimido las notas.
Language
A language of the resource
es
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Paulinas, Bogotá
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
Comunidades Cristãs
Cristologia
Teologia da Libertação
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/0ecb2018b0174a3b44984eabd7fce6b8.pdf?Expires=1712793600&Signature=VhIw0f3ixC3ZHa1qw1kKmYcqauBl0yN124ghDN7ZOtwiNQfdgSliyblPcyIbCaS3yXWX%7E5OnDeru-T%7EycE6Wan874r0RBe6Y0eHbRwFu5DHYn1MurxvCbtnvTs9gktx9BaZGyRDxmwNjPfQSVDBpkZwQ901QT-onabTwqOniCPmy0dP%7ETEvpdTKuINHKLKlX%7EjWFglnOoxLcKmMG4ZZRLFhIlNP2o-FjjEvTsLlQGUu-KDtu5j3-7bihkpMxfLBdvVI5o95NaANYisgWe4tm0%7ET6xDDqeAaV9U8iZS0k3U%7EC0%7EyZM0RLqbXMMLp2-A-I2CFldpenjfFKOT1M3D0Wcw__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
acf05b47236575860f5e36d98b961015
PDF Text
Text
-Esse tal de Jesus é mais uma invenção de vocês, homens supersticiosos. Lá no
fundo o que vocês sentem é medo. Medo do amanhã, medo da morte, medo da vida.
Para poderem se apoiar em algo criaram um deus. Só que este Deus estava muito
distante. Foi então mera questão de tempo a criação de um mito humano. Um homem
que fosse ao mesmo tempo deus e homem. É isto. Foram juntando aos poucos coisas
ditas por uns, feitas por outros, aspectos de uma série de pessoas, fatos acontecidos com
um tanto de gente em um só homem. E sabe o que mais? Para cúmulo de tudo, ainda
inventaram ao final que este tal homem / deus, havia ressuscitado. Calma lá. Sou um
ser humano inteligente e racional. Não me venham com lendas. Vocês pregam um mito
em suas igrejas. Aliás, não é um mito. São dois. O mito do guru que pregava na
Palestina dizendo palavras bonitas para o povo e o mito do fantasma. Um ressuscitado
que passava pelas paredes e devia ficar assustando o pobre e influenciável povo.
Robson estava vermelho de raiva. Aquele discurso de Tomás o havia tirado do
sério. Várias vezes, enquanto Tomás descarregava sobre ele seus argumentos, até que
tentara retrucar, mas quem disse que havia jeito de se fazer ouvir. Era sempre a mesma
história. Tudo, mais uma vez, se repetindo. Tomás se empolgando e só falando. Sua
empolgação fazia com que se imaginasse talvez num estúdio de rádio, falando ao
microfone de dentro duma cabine para uma audiência que não tinha como lhe retrucar
os argumentos. “Como era possível um homem já em pleno século XXI vir com umas
baboseiras daquelas?” dizia sempre Tomás nas discussões, negando a existência de
Jesus. E isto era demais para Robson.
A criança mendigando um trocado e a aproximação do ônibus que levaria Tomás
interrompeu abruptamente a discussão. Correndo para tomar a condução ele gritou para
Robson. -Semana que vem, logo após a aula de filosofia, retomamos nossa conversa.
Além disso, ele dizia, já com meio corpo dentro do ônibus. -Gosto muito de conversar
essas coisas com você, um sujeito ponderado e que me escuta. Aliás, tem mais é que ser
ponderado e me ouvir, porque no fundo você está totalmente convencido de que tenho
razão. Tchau. Pense nisto tudo, viu? Vou acabar te convertendo. Gritou ele da janela
enquanto o ônibus entrava no meio do trânsito caótico da cidade grande.
Robson abanou a mão e sorriu meio sem graça, ruminando a raiva de não ter
podido, mais uma vez, dizer os seus argumentos – que com toda certeza, pensava ele –
teriam convencido o amigo e adversário ateu. Isto caso Tomás tivesse dado chance para
que ele também falasse. E o pior de tudo, disse em voz alta: -É que ele acha que sou
ponderado e que não tenho argumentos. No ponto do ônibus, todos olharam para ele.
Deu um sorriso meio sem graça para os desconhecidos e imediatamente após, uma cara
de poucos amigos. E que não pensassem que ele era um louco que ficava falando
sozinho.
Tarde ruim daí por diante. Chegou em casa sem apetite. No jantar comeu pouco.
Não conseguiu ler o jornal. Liga a tv para assistir ao noticiário mas a única coisa que
consegue se lembrar ao final dele é que o mundo e os homens continuam os mesmos.
Muita miséria, muita violência, guerras, corrupção e, perdidas no meio dessa lama toda,
vez ou outra, uma nota rápida sobre alguma coisa boa acontecida naquele dia. A cabeça
estava longe. Estava na discussão iniciada na faculdade após a aula de filosofia do novo
professor existencialista.
1
�Na oração do dia, feita costumeiramente antes de dormir, muita dispersão. O
exame de consciência só tem a cena com as palavras de Tomás retumbando em sua
cabeça: “Esse tal de Jesus é uma invenção de vocês, homens supersticiosos...”. O final
da oração é um pedido de perdão ao Pai pela raiva e vontade que teve o dia todo de ligar
para Tomás para mandá-lo à merda.
Já era meia noite. Havia duas horas que estava deitado rolando de um lado para
o outro da cama. Em sua memória veio muito nítida a cena vista anos antes do
humorista na televisão que chegando em casa do trabalho e, somente estando diante dele
a mulher, começava a vociferar argumentos para uma discussão havida no escritório
horas atrás. A esposa perguntando: -Afinal, o que está acontecendo? E ele lhe
explicando que tinha tido uma conversa dura com o chefe e que na hora, apesar de ter
razão, não lhe vinham à boca os argumentos. Somente conseguia dizer: “ Ah, é, é? Ah
é, é?” e mais nada. E que agora, chegando em casa, com a clareza da água pura do rio,
vinham à sua boca todas as palavras que lhe haviam faltado naquele momento. Cansado,
Robson dormiu. Se lhe tivéssemos perguntado como estava se sentindo, com toda
certeza teria respondido: “Um perfeito e completo idiota”.
Ao acordar tentava se lembrar do sonho. Este era um antigo problema. Por que
os sonhos eram tão vagos? Por que não conseguia lembrar-se da grande maioria deles?
Do sonho da noite ficaram vagas lembranças. Escrevia uma carta. Uma carta imensa
que não acabava nunca. O assunto dela e o destinatário, por maior que fosse o esforço
que fazia enquanto se aprontava para sair, eram incógnitas.
Chegando à rua, descobriu que chovia. O primeiro ônibus que passa não atende
ao seu sinal e vai em frente, direto. Estava lotado. O segundo, parou, mas não havia nele
lugar para a viagem assentado. Robson, mesmo assim embarcou e duas quadras à frente,
uma batida entre um táxi e um caminhão engarrafa totalmente o trânsito. Entre os
dentes, para não pensarem de novo que falava sozinho, Robson murmurou: “só falta
agora eu encontrar o Tomás para acabar de estragar este meu início de dia...”.
A Senhora gorda apertou a campainha e pedia licença para passar pelo corredor
já cheio, enquanto o espremia contra o homem simples já de meia idade que cochilava
sentado com o jornal caído entre as pernas. Robson, naquele grande desconforto,
olhando para a janela do veículo sorri. À sua frente vê numa esquina a agência dos
Correios e bem diante dela, uma igreja muito imponente, meio gótica, com vários
mendigos, bêbados, velhos e crianças pobres em suas ricas escadarias de mármore.
-É isto, isto mesmo que eu tenho que fazer. A senhora gorda passando atrás dele
com muita dificuldade vira-se pra trás e com a cara feia de quem está querendo briga
fala bem alto.
-Por que está reclamando? Quer conforto? Que viaje então de carro. Afinal sou
uma mulher pobre mas educada, viu? Eu lhe pedi licença para passar...
Em menos de 24 horas, pela segunda vez, o rosto de Robson queimava como se
tivesse ido ao fogo. Pela segunda vez, por falar sozinho ele se via em apuros. Ontem, no
ponto do ônibus olhavam para ele como se fosse louco e agora a mulher gorda estava
achando que ele falara algo reclamando por ter sido espremido por ela. Até ia se
justificar, mas a senhora já alcançava o último degrau e abria a sombrinha para
proteger-se da chuva. No ônibus seus olhos procuraram aprovação nas pessoas em volta,
2
�mas os outros olhares lhe devolveram indiferença e alguns até uma certa indignação
talvez por acharem que ele havia destratado a mulher gorda.
E ele pensou, agora com o cuidado do silêncio: Sim. É isto que tenho que fazer.
Como não consigo fazer-me ouvir na discussão, vou escrever cartas para Tomás. Nelas
poderei com toda tranqüilidade, expor meus argumentos e, por que não, conhecer os
dele também de forma escrita, onde deverão estar mais claros nas cartas que com toda
certeza ele enviará respondendo-me. E melhor ainda. Terei tempo para pensar e
amadurecer meus argumentos. Em homenagem à idéia que tive vendo a agência dos
correios ao lado da Igreja, farei a carta à moda antiga. Caneta e papel. Envelope e selo.
Pega o bloco e senta-se à mesa da varanda para escrever a primeira “carta
catequética”. Rira muito com este título. Ele o dissera à Mônica justificando o porquê da
sua recusa em ir com ela ao cinema. -Precisava escrever uma carta catequética, disse.
Pôde sentir do outro lado do fio o espanto da amiga com as suas palavras. -Carta
catequética? O que era isto? Por acaso virara pastor? -Depois explico. Disse ele
gostando do clima de mistério que a expressão causara.
Espera. Esta carta merece uma música de fundo. Levantou-se e meio que
automaticamente puxou um CD na prateleira dos clássicos: A Paixão segundo são
Mateus, de Bach. No dia seguinte, quando levava o envelope para a agência do correio –
tinha que ser aquela ao lado da Igreja gótica – ele caminhava pensando no porquê da
escolha daquele disco e na sua opção pelo envio da correspondência pelo correio
quando poderia enviá-la através do computador ou entregá-la naquele mesmo dia em
mãos ao destinatário. -Não, dizia para si mesmo, -Esta é carta para entrega por carteiro.
A carta catequética vale muito bem o selo que lhe pus.
“Caro Tomás,
a Paz!
Que bom que você gosta de conversar comigo sobre esses assuntos complicados como
religião. Até este momento não posso dizer a você o mesmo. Não gosto de discutir com
você sobre este assunto. Não consigo expor a você meus argumentos e ao final das
nossas discussões fico sempre com o gosto meio amargo na boca de não ter conseguido
falar da minha fé como queria e sei que tenho condições de fazer. Por isto, resolvi lhe
escrever esta carta falando dos meus pontos de vista a respeito da nossa última
conversa desta semana, encerrada quando você pegou o ônibus.
Vamos imaginar que eu tenha tomado a mesma condução e que nela continuamos a
conversa. Só que é a minha vez de falar e você –e isto para mim é inacreditável – está
com muita atenção me ouvindo e não, como sempre acontecia, já preparando novos
argumentos para rebater os meus!
Tomás, esta história de que Jesus não viveu já rolou faz muito tempo. Isto foi papo do
Século XIX. Hoje, qualquer autor mais sério, não importa se religioso ou não, sabe que
esta discussão já se encerrou. Jesus de Nazaré foi um personagem histórico que viveu
na Palestina então dominada pelos romanos há dois mil anos e isto não está apenas
registrado por fontes cristãs, o que lhe daria chance para argumentar colocando-as sob
3
�suspeição. A vida de Jesus de Nazaré também é registrada por historiadores não
cristãos da época, tanto judeus quanto romanos.
Este homem histórico chamado Jesus tem a sua vida, principalmente aquilo que
chamamos de sua vida pública, contada em livros chamados Evangelhos, palavra que
significa boas novas. Durante muito tempo esses relatos da vida e obra de Jesus foram
considerados como livros históricos. Isto é, acreditava-se que tudo que estava escrito
neles havia acontecido da forma exata tal qual estava relatado. Hoje sabemos pelos
estudos críticos realizados que não é bem assim. Eles são livros de fé. Livros que
contam também a história, mas não exatamente como entendemos a história hoje. O
contar a história é um mero apoio à vontade do escritor. O que os autores dos livros
querem nos mostrar é que aquele homem não era somente um homem. Ele era o Filho
de Deus e a forma de eles contarem isto buscava tão somente fazer-nos crer nesta
verdade.
Muito da discussão sobre a realidade histórica de Jesus ganhou força quando o avanço
das ciências começou a mostrar que a ‘história’ de Jesus tinha muitos pontos obscuros.
Pontos que não fechavam quando comparados um evangelho com os outros, ou, pior
ainda, quando colocados diante de fatos históricos conhecidos. Dentre vários, te dou o
exemplo da questão do recenseamento ordenado por Augusto quando Quirino era
governador da Síria (Lc. 2,2) e citado por Lucas. Este é um fato registrado nos
Evangelhos como motivo para a viagem de José e Maria, grávida, até Belém. Sabemos
hoje com bastante certeza que este censo não aconteceu nesta data referida pelo
evangelista.
Não há livros mais estudados no mundo do que esses quatro livrinhos que chamamos
de Evangelhos. Muitas ciências se uniram para estudá-los: a lingüística, a antropologia,
a sociologia, a história, a geografia e muitas outras. Os frutos desses intensos e
profundos estudos, aliados aos avanços científicos e às descobertas arqueológicas
ocorridas principalmente no último século, nos mostram um Jesus de Nazaré muitas
vezes e, em muitos aspectos, diferente daquele que vemos ser pregado em muitas
Igrejas. Por isto, pensando agora mais calmamente, te dou uma parte da razão na
conversa. O Jesus que muitos acreditam: um Jesus mágico, esotérico, guerreiro, guru
filosófico e justificador de injustiças, realmente não teve existência histórica. Foi
criado pela mente humana a partir do Jesus de Nazaré que estou querendo lhe
apresentar.
Durante este tempo em que se julgava serem os Evangelhos livros também históricos,
muitos homens tentaram escrever a vida de Jesus. É claro que não conseguiram. Não há
nos livros bíblicos elementos suficientes para tal feito. Hoje já se tem muito claro que
com os dados que temos à disposição tal tarefa é impossível, mas isto não quer dizer
que não possamos ter acesso a Jesus, como muitos chegaram a pensar tempos atrás.
Lendo os Evangelhos sem o cuidado crítico para o qual lhe estou pedindo a atenção,
podemos até ter a impressão de se tratar de relatos biográficos e históricos. Lá se
contam a gravidez de Maria, o nascimento, muito pouco da infância, a vida pública, a
morte e a ressurreição de Jesus. Mas, como já vimos, não é bem assim. Esses relatos,
que são muito mais testemunhos de fé, foram escritos vários anos após terem
acontecido os fatos narrados. O primeiro desses relatos, o de Marcos, foi escrito em
torno dos anos 60, portanto, mais de 20 anos depois dos acontecimentos.
4
�Repare então, e isto é uma das coisas mais importantes que quero te contar nesta carta,
que os livros sobre Jesus foram escritos a partir da sua ressurreição. A partir dela os
seguidores de Jesus de Nazaré, que com a sua paixão e morte haviam se dispersado,
voltam a se reunir e a fazer uma nova leitura da vida daquele homem que eles seguiam.
Um homem assim, tão especial, tão servidor, tão misericordioso, tão amante, só podia
ser Deus. Ou em outras palavras: ‘Um homem tão humano assim, só podia ser Deus’,
como dizia o teólogo Leonardo Boff repercutindo outro grande teólogo do Século XX,
Karl Rahner.
O cuidado que devemos tomar na caminhada rumo ao conhecimento de Jesus é de não
nos desviarmos nos atalhos que possam nos levar a falsos ‘jesuses’, que como já te
disse mais acima, foram inventados, não tendo tido portanto existência no tempo e no
espaço e de entendermos de forma distinta o Jesus histórico e o Cristo da fé, mantendoos distantes um do outro, como se fossem realidades incompatíveis.
Lembre-se também, caso, como eu espero, você queira conhecê-lo, que não
necessariamente precisará crer nele para ter este acesso. Muitos o estudam sem
acreditarem no que nós, cristãos, acreditamos. Há inclusive ateus que escreveram
livros, fizeram filmes e até poemas maravilhosos sobre ele. Só que eles podem até
conhecê-lo muito, mas será sempre um conhecimento pobre, porque não estarão
saboreando este conhecimento. Não sei se está claro para você o que quero dizer com
isto. É como se você quisesse namorar a sua grande paixão, a Marta, apenas à
distância, estudando o comportamento e as atitudes dela. Amar, você sabe muito bem,
é muito mais que teoria, muito mais que estudo. E é isto que eu quero para você. Que
você ame a partir do amor imenso de Deus que nos chega através do seu filho, Jesus.
Tomás, este é o convite que lhe faço: conheça Jesus, mas conheça-o não somente pelo
estudo, mas, também pela fé. Afinal, os Evangelhos terminam com algo que para o
nosso senso comum é muito louco e extraordinário. Algo que sei que você, na sua
razão, não acredita (ainda – provoco): a ressurreição de Jesus. A esta parte nós só
temos acesso pela fé. Como um homem de fé, termino a carta pedindo a Jesus de
Nazaré - homem e Deus - que lhe dê também a fé para que você possa ir bem além do
entender o homem Jesus.
Um grande abraço do amigo,
Robson”
Certamente Tomás não entendeu o sorriso enigmático no rosto de Robson
quando se encontraram no dia seguinte na faculdade. A carta seguira e ele se pegou
muitas vezes naquele dia tentando imaginar onde estaria naquele momento o envelope.
Como ele a postou na quinta-feira pela manhã e a agente dos Correios lhe disse que
carta para a mesma cidade seria entregue em no máximo dois dias, pelas suas contas,
seria recebida no sábado, o que seria ótimo porque daria a Tomás tempo livre bastante
para refletir e, quem sabe, escrever uma resposta. Como será frustrante se não houver
resposta, pensava Robson com seus botões.
5
�Após as aulas passou pela biblioteca. Queria levar algum livro de Cristologia
para estudar. Precisava rever alguns pontos. Só de pensar em não saber responder a
alguma questão trazida por Tomás, sentia calafrios. Sai da biblioteca folheando o livro
escolhido. –Ei, Robson! É Mônica que o chama. Fecha o livro e lá vem ela com aquele
sorriso largo e cativante que tanto o encantava. Se você acha que vai pra casa sem me
explicar o que é esse negócio de carta catequética, está muito enganado. Vamos à
lanchonete. Recebi ontem meu primeiro salário e apesar de não poder gastar muito, o
café será por minha conta. -Com direito a muito pão de queijo? Se for, serei capaz até
de escrever uma carta catequética também pra você. -Espera lá. Meu salário é muito
pequeno e precisarei muito dele para outras coisas. Vamos combinar o seguinte. Café
com leite e um pão de queijo para cada um. Está legal? –Claro, Mônica. Vamos logo. O
pão de queijo da cantina já está me dando água na boca.
-Sabe o que é, dizia Robson após tomar o primeiro gole do café forte. -Este
nome eu inventei no momento em que conversava com você ao telefone. -Espera lá.
Quer dizer que não existe essa tal de carta catequética? Que foi uma desculpa para não
ir ao cinema comigo? Se foi isto, pode começar a se preparar para pagar o seu café e
pão de queijo... Robson dá uma gargalhada e começa a explicar toda a história.
Com olhos de criança ouvindo história, Mônica é toda atenção e ao final
surpreende o amigo. -Puxa Robson. Que interessante. Eu até acredito em Deus, mas sei
tão pouco dele. Fiz somente a primeira comunhão e depois disso, igreja pra mim só
aconteceu em missa de sétimo dia e casamento de parentes. Vez em quando me pego
como se tivesse uma nostalgia daqueles tempos inocentes quando me preparava para a
primeira comunhão decorando pontos do catecismo. -Mas você não está pensando que
ter fé, seguir a Jesus é decorar textos, não é? -Bem, foi assim que a professora fazia
conosco quando criança. Não é assim mais? -Claro que não, Mônica. Você é adulta e
precisa de uma fé adulta, sem “decorebas”. E não se esqueça. Fé não é saber apenas. Fé
é muito, muito mais do que estudo e conhecimento.
-Vou te fazer um pedido, Robson. Posso? -Claro, Mônica. Agora quem está
curioso sou eu. Quero saber o que você vai me pedir. -É simples. Você tem uma cópia
da carta catequética?
A gargalhada de Robson chama a atenção do casal que namora na mesa ao lado.
-Imaginei vários pedidos, mas acho que nunca seria capaz de pensar neste. Sim, tenho
uma cópia, mas toda riscada. Posso passá-la a limpo para você. -É mesmo? Sabe que
tive receio de que a carta não tivesse tido um rascunho ou, mesmo que tivesse tido, você
o houvesse rasgado? Quero a carta catequética do jeito que ela está. Sem passar a limpo.
Esta é a minha condição para o pedido. -Bem, se você não se incomoda em lê-la assim
mesmo... Segunda feira a trarei para você.
Durante todo o tempo na escola e até a chegada em casa perseguiu-o o medo de
ter jogado o rascunho na lixeira. Se isto tivesse acontecido, adeus cópia da carta
catequética porque com toda certeza o lixo já teria sido recolhido e a esta hora já estaria
passeando no caminhão da limpeza urbana pela cidade. Alívio. O rascunho estava lá.
Intacto. Robson senta-se à escrivaninha e passa a limpo novamente a carta. Várias vezes
teve que se conter para não modificar o texto, acrescentando ou tirando coisas. A carta
catequética e a vontade da Mônica em conhecê-la pediam esta fidelidade.
6
�Na faculdade, segunda-feira, tenta fingir indiferença à chegada de Tomás, mas
não consegue. Ele vem sorrindo. -Cara, que negócio mais retrógrado este de enviar carta
pelo correio!? Robson fica meio desconcertado e Tomás continua. -Gostei de receber
sua carta. Eu a li duas vezes, mas não pense que vou respondê-la no papel. Vou
respondê-la por e-mail. Você não usa computador? -Claro que uso. Pode responder por
e-mail. Será até melhor porque dará mais agilidade à discussão. Além do mais.... deixa
pra lá. -Alem do mais o quê? Perguntou Tomás. -Nada não. Melhor não dizer a Tomás
que a carta catequética também seria enviada à Mônica e a tecnologia facilitaria o envio.
A primeira coisa que fez ao chegar em casa foi ligar o computador. Alegria. Lá
estava a mensagem de Tomás.
“Olá Robson,
Com a sua carta tive a confirmação de que vocês cristãos são conservadores. Onde já se
viu? Em pleno século XXI você me enviar uma carta pelo correio? Mas vou lhe
confessar uma coisa: eu gostei. Ela lembrou-me as cartas que o meu pai, homem muito
religioso, escrevia para os seus amigos.
Quer dizer que esta história de que Jesus não existiu historicamente é café requentado?
É coisa antiga já superada? Espera lá amigo. Posso até aceitar, mas quero estudar mais
isto. Você não tem uma bibliografia para me indicar?
Agora, o Jesus que vejo falar dele, pregado pelas Igrejas e exposto nas mídias é
totalmente diferente desse Jesus do qual você fala. Tem horas que vejo dizer de um
Jesus distante, rei, poderoso e inacessível, ao meu modo de ver, aos homens. Em outros
momentos e lugares o Jesus do qual se fala já é um homem, muitas vezes guerreiro,
revolucionário. Em outros ambientes, um professor de moral, um guru enfim com seus
seguidores. Parece que há muitos ‘jesuses’. Isto me deixa confuso. Você me explica?
Queria que você me explicasse também este negócio de fé. O que significa mesmo a fé
para vocês? Para mim soa como algo meio mágico, meio infantil.
Outra coisa, a Bíblia e os evangelhos não são livros históricos? Se não são, como vejo
muita gente interpretando-os ao pé da letra?
Você diz na sua carta que o primeiro evangelho, o mais antigo deles, foi escrito
somente 20 anos depois da morte de Jesus. Por que não foi escrito antes? Por que
demoraram tanto tempo para fazê-lo?
Uma última coisa, nunca será possível você me provar que esse Jesus ressuscitou.
Túmulo vazio, como eu ouvi um cristão dizer, não é sinônimo de ressurreição e além
do mais, esse negócio de morto ressuscitar vai contra toda a minha ciência. Já imaginou
morto sair andando? Menos, Robson, menos.
Bem, agora você não pode reclamar que eu não o escuto. Além de ler e reler sua carta,
a estou respondendo com essa série de perguntas.
Outro abraço,
Tomás.”
7
�-Ele respondeu! Ele respondeu, repetia Robson a Mônica ao encontrá-la na
portaria.
-Chegou o email dele em resposta à minha carta. Aliás, respondendo não,
perguntando.
-Não estou entendendo. Como assim perguntando? -É que o correio eletrônico
dele veio com algumas perguntas e sabe o que isto significa? Significa que ele mordeu a
isca. Consegui mudar o formato das nossas discussões. O campo agora é outro e nesse
campo eu tenho muito mais chances de fazê-lo enxergar uma série de coisas que ele
teima em não ver. -Além disto, neste território você tem a minha torcida, falou Mônica
com aquele sorriso que fazia o coração de Robson ficar batendo meio descompassado.
-Mas, espera lá, Robson. Você vai me falar desse email do Tomás depois.
Primeiro ainda precisamos conversar sobre a primeira carta catequética. Robson sorriu
sem graça. A ansiedade gerada enquanto aguardava a resposta de Tomás e a chegada do
seu email, fez com que se esquecesse totalmente da cópia que fizera para Mônica. Vamos à lanchonete. Acho que vou pagar pra você dois pães de queijo. Sabe, Robson,
cheguei à conclusão que você merece muito mais.
-Pô, Mônica. Esse café com pão de queijo me dá água na boca .... Mas agora eu
não posso. Tenho prova. Você me espera às nove pra gente ir? Aí teremos uma hora pra
conversarmos. -Combinado. Te espero lá na lanchonete, boa prova.. -Obrigado, até as
nove, então.
Não estudei o bastante e não estou me sentindo preparado, mas quem sabe,
mesmo sem ter estudado muito, o estado de espírito conte ponto para se fazer prova. Se
contar, estou feito. Já entro com dois pontos de vantagem. Robson foi pensando assim e
sorrindo muito enquanto caminhava a passos largos para a sala de aulas.
-E aí? Como foi o teste? -Facílimo. Com certeza gabaritei, respondeu Robson
enquanto puxava a cadeira para sentar-se à mesa com a amiga. -Mas me diga, Mônica.
Seus olhos não me enganam. Você não está bem, vejo que está triste. O que está
acontecendo? Nem preciso lhe dizer que aqui você tem um amigo.
-Pois é, Robson, desde que o vi tentei esconder a minha tristeza. Afinal, você
estava tão feliz e eu não queria estragar a sua alegria. -Nada a ver, Mônica. Afinal, os
amigos são para todos os momentos. Os bons e também os ruins. O que está fazendo
com que você fique triste?
-É o meu pai. Não sei mais o que fazer. Ele está em depressão e só pensa em
morrer. Há dois anos, depois de 25 anos de trabalho, ele foi demitido do banco. A
agência onde trabalhava foi toda informatizada. Dos 20 funcionários, só permaneceram
5, coincidentemente aqueles que não são sindicalizados. A demissão foi um choque
muito pesado, mas pior ainda foi alguns meses depois, quando papai descobriu que por
causa da sua idade, 50 anos, não tinha mais chances no mercado de trabalho. Você nem
pode imaginar o drama que estamos vivendo. Se não fosse mamãe estar vendendo
produtos de beleza de porta em porta e eu ter conseguido um emprego temporário à
noite numa loja do shopping, não sei como estaríamos sobrevivendo. Graças a Deus a
escola é pública e por isto gratuita. Imagine, caso não fosse assim, eu não estaria
conversando com você aqui neste lugar agora.
8
�-Puxa, Mônica. Estou totalmente surpreso. Nunca seria capaz de imaginar uma
coisa dessas. Pra mim, você tinha uma vida totalmente tranqüila e resolvida. Que coisa
mais terrível isto que aconteceu com o seu pai e, conseqüentemente, com todos vocês na
família! Sabe, isto é mais um dos frutos dessa sociedade em que vivemos. Um mundo
baseado no individualismo e no lucro. Esta é uma sociedade perversa que faz com que
uma minoria tenha cada vez mais enquanto a grande maioria vai ficando com as sobras.
E o que mais me deixa incomodado e com raiva nessa história é que esse modelo já está
mais do que caduco. Ele já provou pelos seus frutos ruins que não presta. Pois é,
Mônica, estamos cada dia mais distantes daquele Reino pregado por Jesus....
-Que Reino é este, Robson? Fico até envergonhada de perguntar, mas, apesar de
vir de uma família com uma mãe extremamente religiosa e ter um pai que até poucos
anos atrás também tinha muita fé em Deus, sou totalmente crua nessas coisas de
religião.
-Caramba, Mônica, já se foi o tempo que dispúnhamos para conversar. Estamos
atrasados. Nossas aulas já devem ter começado e a gente nem falou da carta catequética
que era o grande motivo do nosso encontro.
-Tem problema nenhum não, fez muito bem poder falar com você dos meus
problemas familiares. Há muito tempo precisava de um ombro amigo disposto a
escutar-me. A carta catequética fica pra outro momento. Quem sabe ela não fica
também para uma carta? Vou fazer de contas que ela era endereçada pra mim. Acho
que nem preciso fazer de contas. Ela era também pra mim porque me fez pensar e
repensar coisas em mim e na minha vida. Aguarde no seu computador a minha resposta
à carta catequética inicialmente do Tomás e agora também minha.
-Excelente, assim terei tempo para pensar e amadurecer o que devo responder,
falou Robson já se levantando e pensando na sua tradicional dificuldade em elaborar e
ordenar os pensamentos no calor das conversas e discussões.
Na volta pra casa duas coisas não lhe saiam da cabeça. Os problemas
enfrentados pela família de Mônica e que diabos teria escrito que a fizera repensar
coisas na sua vida? Repassava toda a carta na cabeça e não conseguia atinar com o que
poderia ter sido. Afinal, não escrevera nada de especial ou profundo...
Na oração da noite rezou pela família de Mônica e também para que sempre
estivesse aberto a acolher e escutar as pessoas que o procurassem. Até a hora de dormir
ainda tentava descobrir o que foi que havia feito Mônica repensar coisas. Lembrou
então dum fato contado por Dom Helder Câmara. Dizia o santo bispo que quando jovem
era muito orgulhoso da sua capacidade oratória. Seus sermões eram muito elogiados e
até outros padres acorriam às suas celebrações para ouvi-lo falar. Um dia, após a
celebração, já na sacristia, vê chegar um homem que entre lágrimas vai lhe agradecendo
pelas palavras da homilia que com certeza iriam fazê-lo mudar radicalmente de vida.
Todo orgulhoso, Dom Helder, pergunta ao homem agradecido quais foram exatamente
as palavras que lhe tocaram. Qual não foi sua surpresa ao ouvir do homem: “Ah, Dom
Helder, foi quando o Senhor parou um instante de falar e disse: passemos agora à
segunda parte. Nessa hora, senhor bispo, eu vi o quanto tinha sido vazia a primeira parte
da minha vida e quão importante e necessária seria a minha passagem para uma segunda
parte, com mais amor e doação para os outros. Eu que até agora fui extremamente
9
�fechado e egoísta.” Abraçado ao homem, agora era Dom Helder quem chorava
agradecendo a Deus pela lição de humildade recebida. Tantas palavras edificantes,
profundas e ricas ele tinha pregado, mas Deus havia se valido duma expressão que
teológica ou pastoralmente não queria dizer nada para mover o coração daquele homem.
Dormiu saboreando a história do bispo que ele tanto admirava e tentando
imaginar o que lhe escreveria Mônica na segunda resposta da sua carta catequética.
Lembrava ter tido receios de não haver uma manifestação de Tomás e agora já se via às
vésperas de receber a segunda resposta à mesma carta enviada.
Ao abrir a janela notou que caia uma chuva fina. Aliada ao frio que fazia no
início da manhã, ela era um atraente convite para continuar na cama. Mas havia muita
coisa a fazer naquele dia. A entrevista para o estágio estava marcada para as oito horas.
Era o tempo do banho, café rápido e da viagem até o centro da cidade. Queria muito
esta oportunidade de praticar os seus conhecimentos até este momento adquiridos na
escola. Estava chegando ao final do curso e não havia ainda conseguido um estágio.
Além disto, havia também a questão da bolsa. Precisava do dinheiro para se manter sem
precisar contar com o orçamento familiar, já bastante comprometido com os gastos
normais da casa.
Gostou do entrevistador e tinha sérias dúvidas se a recíproca nesse caso era
verdadeira. Achava que o psicólogo da área de recursos humanos não havia gostado da
sua indecisão ao responder a pergunta: “Como você se vê daqui a 5 anos?” O consolo é
que havia sido sincero. Afinal, não tinha nenhuma clareza no caminho a seguir daí por
diante. Via-se numa encruzilhada. Dum lado o namoro, a busca de alguém muito
especial – e nesse caminho só havia lugar para Mônica e seu sorriso tão doce. Do outro
lado o chamado a uma intimidade maior com Deus, quem sabe através da vida religiosa.
Ficou pensando como Jesus, jovem com a sua idade, teria respondido a essa pergunta do
entrevistador. Teria ficado também indeciso ou já tinha clareza do caminho a seguir?
Muito bem ele constatou. Nada mais havia a se fazer a não ser esperar o resultado da
entrevista. Ele disse que em até uma semana já teria a escolha feita dos dois estagiários
para a empresa. Imaginou como se numa ação maravilhosa de Deus, já houvesse
passado aquele tempo e a resposta estava chegando, positiva obviamente, pelas mãos de
um anjo. Balança a cabeça negativamente, rindo da sua imaginação. Acontecera com
ele o que tanto já criticara em muitos. Querer que Deus interviesse na natureza para
mudar o caminho natural da vida. Deus nunca faria isto, ele sabia. A ação de Deus se dá
a partir da nossa inteligência, vontade e braços.
Já no ônibus a caminho da faculdade, vê, dois bancos à frente, o senhor mais
velho, roupa bem gasta, lendo os anúncios de emprego do jornal já todo amarrotado.
Lembra do pai de Mônica. Na sua cabeça passam os milhões de “pais de Mônica”
também desempregados em todo o mundo. Fica imaginando as crises econômicas que
podem ter havido na Palestina na época de Jesus. Vê na sua imaginação Jesus
desempregado, andando pela cidade procurando trabalho para sustentar-se e também a
Maria e a José, já idoso.
Ao descer do ônibus abriu seu melhor sorriso para o senhor idoso com o jornal
de empregos amarrotado. Ele retribuiu parecendo meio assustado com aquele rosto
jovem lhe sorrindo à sua frente. Já caminhando vê que da janela o homem idoso bate
timidamente a mão para ele num até logo que Robson interpreta como uma bênção que
10
�o velho lhe dava. Sentindo-se abençoado, caminhava pensando nas duas coisas que
tinha por propósito fazer naquele dia, além das aulas a serem assistidas, é claro: a carta
em resposta a Tomás e uma visita à casa de Mônica.
“Meu caro Tomás,
A Paz!
Que sensação boa eu tive quando recebi sua carta. Muito obrigado por me ter escrito.
Ri muito com a sua constatação do meu conservadorismo (e também de todos os
cristãos, você diz na carta). Mas será que somos nós que somos conservadores mesmo?
Penso no meu caso. Você nem imagina o quanto mudei no meu conceito de ser cristão
a partir do momento em que comecei a estudar de forma mais séria esse tal de Jesus
Cristo que hoje tanto me apaixona e que tento seguir no meu dia a dia. Se eu fosse tão
conservador assim, teria ficado com aqueles conceitos velhos de café requentado
(gostei da expressão. Faz todo sentido, afinal, ninguém agüenta café velho e
requentado) que havia recebido da minha catequista quando criança. Não a culpo por
isto. Havia todo um contexto e da mesma forma que a roupa que usei na minha
primeira comunhão não poderia servir-me hoje, os conceitos infantis aprendidos então
também não me têm valia na vida presente. Como eu te disse na primeira carta não há
no mundo livros tão estudados como os Evangelhos e a ciência nesses últimos tempos
avançou muito trazendo à tona muita riqueza escondida no conhecimento de Jesus.
Você sabia que há autores sérios que até chegam a dizer que nós, homens de hoje,
podemos conhecer mais coisas a respeito de Jesus de Nazaré do que São Paulo
conheceu ao seu tempo?
Tomás, sua carta deixou-me feliz, como já disse, mas ao mesmo tempo preocupado. É
que ela aumentou em muito minha responsabilidade. Suas indagações são profundas e
acho que precisarei escrever um livro daqueles bem grossos para poder respondê-las
todas. Com toda certeza, não será apenas em uma carta que terei condições de explicarlhe tudo. Nesse aumento da responsabilidade, devo confessar-lhe uma coisa. Tomei a
liberdade de passar para a Mônica uma cópia da carta que lhe enviei. Conversava com
ela sobre as nossas discussões e da solução encontrada por mim de responder-lhe
através de uma carta. Ela pediu-me então para lê-la. Espero que você não fique
incomodado por eu ter feito isto. Só que ela se interessou também pelo assunto e quer
continuar participando da história, o que aumenta ainda mais a minha responsabilidade,
não é? Pediu-me inclusive pra ler a sua resposta. Caso me autorize, passarei a ela a sua
carta. Estou autorizado?
Vou lhe indicar uma bibliografia básica. Aguarde. Estou revendo alguns livros para
saber onde estão mais bem explicados os pontos que estamos discutindo. Vamos lá
então ao início das respostas.
Não só os Evangelhos, mas também toda a Bíblia é entendida e interpretada por muitos
cristãos como livros históricos. Tem gente até que ainda sai por aqueles montes do
Oriente procurando os resquícios da arca de Noé. Esses cristãos são chamados
fundamentalistas e acreditam em maior ou menor grau (alguns grupos acreditam
piamente) nos textos bíblicos tal qual estão relatados. Como eles não são livros
históricos, esse tipo de interpretação gera muitos problemas. Ao ler estes textos, nunca
11
�podemos deixar de levar em conta que foram escritos para homens de outras épocas,
com ciência totalmente rudimentar e inseridos em outras culturas, bem diversas das que
temos hoje em dia. Trazendo o texto literalmente para os nossos tempos, haverá sempre
o risco de estarmos tratando de coisas totalmente diferentes daquelas que o autor do
texto quis tratar.
Por isto, quando formos ler alguma coisa muito antiga, como é o caso da Bíblia,
devemos estar atentos ao que é dito pelo autor e também ao que ele quer afirmar com o
que está dizendo. Quando se faz uma leitura fundamentalista, se fica somente no que é
dito. Vou te dar dois exemplos. No primeiro livro da Bíblia, o Gênesis, que por sinal
não foi o primeiro a ser escrito, está dito que Deus formou a mulher da costela de
Adão. Isto é o que está dito. O que com toda certeza o autor do livro do Gênesis quis
afirmar foi que a mulher tem tanta dignidade quanto o homem. Por isto ela é feita da
matéria mais nobre no ser humano, aquela situada ao lado do coração. Não se pode
esquecer que este foi um texto redigido, a partir de relatos orais mais antigos, para uma
sociedade que definitivamente não valorizava o papel feminino.
O segundo exemplo está no Novo Testamento, no livro chamado Atos dos Apóstolos.
Nele, Lucas, que é o seu autor, diz três vezes que Pedro entrou na casa de um homem
que curtia couro. O que ele quer afirmar com este dito é que com o cristianismo não
havia mais discriminação e que todos os homens têm a mesma dignidade perante Deus.
Repare que os trabalhadores de curtume eram desprezados pelos judeus daquela época.
Esta era considerada uma profissão muito impura e os judeus não podiam freqüentar as
casas das pessoas que não estivessem nem fossem puras.
Viu como é complicada esta questão de interpretação literal de textos Bíblicos? Espero
ter ficado bem claro pra você que eles não são definitivamente livros históricos. A este
respeito, vai aqui uma última consideração. Apesar de não ser histórica, há dentro da
Bíblia também história, como tem também poesia, literatura, lendas, épicos e outros
tipos de textos.
Muito interessante esta questão que você coloca do porquê não foram escritos antes os
evangelhos. A resposta é bem simples. Eles foram escritos quando as comunidades
cristãs sentiram necessidade deles. Quer dizer. Eles não foram escritos nem antes nem
depois do tempo. Foram escritos na hora exata. Os registros se deram quando as
primeiras comunidades nas quais viviam os evangelistas sentiram necessidade de terem
firmado de forma escrita os fatos a respeito da vida de Jesus e principalmente da sua
morte e ressurreição. Aliás, é interessante notar que a palavra evangelho, que como já
te escrevi, significa boa nova, não denota em princípio um relato escrito, originalmente
evangelho tem o significado de boa nova narrada oralmente.
Os estudos históricos e críticos dos evangelhos mostram muito claramente que nas
suas construções existem três camadas como que superpostas. Da primeira camada
fazem parte as palavras e feitos acontecidos antes da ressurreição de Jesus (prépascais). A camada seguinte já é uma camada onde se faz teologia. Nela a comunidade
faz a interpretação, explicação e eventualmente até a redução dos fatos e feitos de
Jesus. A terceira camada é a escolha do material a ser copiado, sua preparação dentro
dos critérios definidos pelo evangelista para melhor atender a seu objetivo específico e
suas redações até chegar ao texto que temos hoje. As segunda e terceira camadas são
pós-pascais, quer dizer, foram redigidas depois da Ressurreição, quando as
12
�comunidades, fazendo teologia, iam interpretando os fatos acontecidos durante a vida
de serviço de Jesus de Nazaré.
Além dos quatro evangelhos aceitos pela Igreja como canônicos, há vários outros
chamados evangelhos apócrifos, o que quer dizer ocultos. Esses textos foram todos
escritos já no século II e não têm, a não ser em algumas palavras que, com alto grau de
certeza, são originárias de Jesus, nenhuma novidade importante. Muitos desses
apócrifos são já influenciados, por estarem temporalmente bem distantes dos fatos, por
alguma fantasia a respeito da vida de Jesus.
Você ouviu dizer e a partir daí passou a acreditar que o túmulo vazio é prova da
ressurreição de Jesus. Está enganado. Nós cristãos não consideramos este fato como
uma prova de que Jesus tenha realmente ressuscitado. Várias coisas podem ter
acontecido para que o túmulo estivesse sem o sepultado e a mais plausível delas é que
alguém por algum interesse – e havia muitos interesses em jogo – pudesse ter ocultado
o corpo.
Para compreendermos a questão da ressurreição de Jesus, temos primeiro que definir o
que entendemos por fato histórico. Para nós, um fato histórico é aquele que podemos
datar, observar e registrar pelos nossos sentidos. Absolutamente, não era assim que
aquele povo e conseqüentemente os evangelistas entendiam este conceito. Fato
histórico para eles era simplesmente algo que tivesse impressionado as suas
sensibilidades, independente da questão de poder ou não ser observado pelos cinco
sentidos humanos, um sonho por exemplo. Toda vez que eles queriam, por exemplo,
mostrar a ação de Deus entre os homens, diziam da vinda de um anjo ou que os céus se
abriram. Para eles isso era fato histórico. Para nós, não passa de metáforas para
demonstrar um sentimento interno que não pode ser observado nem captado por meios
aceitos cientificamente.
O mesmo se dá com a ressurreição. No nosso sentido moderno ela nunca poderá ser um
fato histórico porque vai muito mais além dele. Nunca poderemos provar a ressurreição
por algum teste científico. Ao mesmo tempo, observando com os olhos da fé, podemos
dizer que nunca também poderemos provar que Jesus não ressuscitou.
A partir do que acabo de dizer, imagino que você deve estar se perguntando: O que é
então a ressurreição? A resposta é bem curta e ao mesmo tempo muito profunda: A
ressurreição é um ato de fé. Nenhuma ciência tem condições de prová-la. E por falar
em fé, está na hora de tentarmos dar uma resposta à sua indagação.
A fé cristã é uma opção pessoal que pressupõe sempre o risco de crer em algo que não
posso provar. É uma concordância ampla e irrestrita, no nível pessoal, com todas as
forças que tivermos em nosso corpo e espírito, na mensagem cristã e naquele que ela
anuncia. É ao mesmo tempo, ato de conhecimento, ato de vontade e de sentimento.
Uma confiança que inclui a aceitação como verdade. A partir dessa aceitação, começa a
acontecer de fato a experiência pessoal da fé. A experiência que a princípio tem que ser
pessoal deve ir se ampliando até que se viva de forma comunitária esta realidade de fé.
Ela não é só um ato de inteligência porque não é conhecimento teórico, não bastando
eu aceitar textos muito bem elaborados ou dogmas. A fé não é também só o esforço da
vontade. Conheço bastante gente, muito bem intencionada e que gostaria muito de crer.
13
�Gente que se esforça bastante para isto mas que por não ter a abertura interna
necessária para a ação de Deus em seu coração, não consegue acreditar. Nós todos
temos a graça de Deus para isto. O problema é o querer, o dispor-se, o abrir-se a ela.
A fé é um salto no escuro, um caminho que sigo apesar de não ter claras evidências,
mas que fique claro, vou repetir, ela não depende da minha vontade apenas. Posso ter
toda vontade do mundo, mas se não tiver a abertura interna para aceitar a graça de
Deus em mim, não significa que terei a fé. Muitos pensam também que a fé é só um
ato emotivo. Vão a uma celebração com muitos cantos, encenações, jogos de luzes, se
emocionam e saem dizendo, ah, eu agora tenho fé. Triste engano. A fé pode pressupor
até a emoção, mas vai também muito além disto. A noite escura de muitos santos
mostra esta evidência. Na aridez, sem nenhuma emoção eles mantêm viva a fé.
Veja só, Tomás, como não são simples muitas vezes as respostas que temos que dar às
dúvidas que temos em relação à Jesus, o Cristo. Para melhor entendermos a
ressurreição, tivemos que gastar um bom pedaço da carta para tratarmos da sua outra
dificuldade. A questão da fé cristã.
E por falar em ressurreição, só mais uma coisa. Muitos têm a idéia de que ressurreição
é a revivificação de um cadáver. Nada disto. Revivificação foi o que ocorreu, por
exemplo com Lázaro. Ele reviveu, mas depois morreu novamente, como todos nós um
dia morreremos. A ressurreição está num outro plano. Ressuscitados, nunca mais
morreremos.
Bem, você já deve estar cansado. Só agora reparo como está longa a carta. Dos seus
questionamentos ainda falta um ao qual quero dar uma atenção maior. Trata-se da
questão dos vários “jesuses” que vemos pregar nas Igrejas e que você muito bem
lembrou, são até muitas vezes conflitantes entre si. Pregam-se “jesuses” que em alguns
momentos estão bem próximos dos homens e em outros se colocam lá no horizonte,
longínquos, indecifráveis e impossíveis de serem modelos para serem seguidos por nós,
homens. O problema é que nós, os cristãos, acabamos criando um distanciamento entre
o Jesus histórico, aquele Jesus que andava pela Palestina e o Cristo da fé, o Jesus
glorificado a partir da ressurreição. Você nem imagina o quanto de confusão esse
distanciamento vem causando desde o início do cristianismo. Hoje mesmo na Igreja
podemos identificar várias dificuldades e conflitos gerados por este afastamento.
Iremos falar mais sobre essa distância entre o Jesus histórico e o Cristo da fé, mas este
é assunto grave e grande. Por isto, considerando que se continuarmos com a resposta a
este outro tema nesta carta ela se tornará um livro, vou parando por aqui. Quem sabe
essa parada não seja até interessante para que você possa refletir com mais calma sobre
essas coisas que tento lhe explicar.
Um grande abraço e que O Pai de Jesus, a partir da sua abertura para o acolhimento,
lhe conceda a fé para que você creia que Ele, o Filho, é o nosso salvador.
Seu amigo,
Robson”
14
�Relida a carta no computador, Robson se dera conta do quanto estava cansado.
Escrever a segunda carta catequética o deixara esgotado. Mas estava feliz. Além do
cansaço veio uma fome imensa e imediatamente após ter enviado o email e desligado o
computador, a geladeira foi assaltada sem nenhuma dó nem piedade.
Após a oração da noite, ao fazer seu exame de consciência, colocou nas mãos do
Pai os amigos, Tomás e Mônica, as duas pessoas que receberiam aquela carta. Que elas
tivessem o coração bem aberto para aceitar as palavras que ele estava enviando a elas.
Dormiu refletindo no fato de que Jesus não nos deixou nenhuma palavra escrita. Além
de não ter escrito nada, Ele também não deixou para os seus discípulos nenhuma
orientação, que nos tivesse chegado, sobre como deveriam proceder para redigir os
evangelhos. Agradeceu ao Pai pela inspiração dada aos evangelistas para que
registrassem a vida de Jesus e reclamou também com Ele por não terem tido os quatro
escritores um maior cuidado em deixar registradas mais coisas a respeito dele. Ah,
como seria fantástico se eles nos tivessem deixado, nos moldes que temos hoje, a
“biografia autorizada de Jesus de Nazaré”, murmurou Robson já meio dormindo.
Ao fazer a barba pela manhã, tentava imaginar um método para deixar
registrados os sonhos. Tinha certeza, até pelo seu não muito comum bom humor ao
acordar, que tivera sonhos muito bonitos àquela noite, mas quem disse que era capaz de
lembrar-se pelo menos do assunto sonhado.
Teve vontade de ligar o computador para enviar cópia da segunda carta
catequética para Mônica e, por que não, verificar se já havia resposta de Tomás. Sorriu
do quão louco tinha sido esse seu pensamento. Não tinham se passado nem dez horas do
envio do correio e é claro que o Tomás não havia varado a noite lendo e respondendo o
seu email. Ponderou também com seus botões que não seria legal enviar a cópia de
Mônica sem a permissão do destinatário primeiro, Tomás, da carta. Vez em quando lhe
vinham dúvidas se tinha feito bem em ter dado cópia da primeira carta para a amiga.
Calçando os sapatos, guardados atrás da geladeira para que secassem durante a
noite, repara que ainda estão bem úmidos. Franze o rosto na constatação ao sair de casa
que continua chovendo. Hoje mais forte do que ontem. Pensa nos problemas que esta
chuva já de dois dias pode estar trazendo para tantas e tantas famílias que moram nas
encostas dos morros em volta da cidade. Pensa também na falta que aquela chuva está
fazendo em grande parte do país onde há seis meses não cai uma gota de água. Pensa
em pedir a Deus para que desvie a chuva da cidade para os campos, mas resolve mudar
o pedido.
Reza suplicando ao Pai para que dê sensibilidade aos cientistas e aos dirigentes
dos países desenvolvidos para que mudem seus planos de pesquisa, para que ao invés de
tecnologias de guerra e destruição eles apóiem e trabalhem em projetos voltados para o
aumento da capacidade humana de resistência às
intempéries do tempo e,
principalmente, para que estas tecnologias, na medida em que forem desenvolvidas,
sejam colocadas à disposição de todos. Principalmente daqueles mais pobres. Que as
novas tecnologias não acabem se tornando novas reservas de mercado e maior suporte à
opressão dos mais ricos sobre os excluídos da terra.
15
�Sai do ônibus correndo para não se molhar muito. Parece um dilúvio a chuva que
cai quando chega à universidade. Chega à portaria do prédio já bem molhado e
levantando a cabeça repara que há um bolo de gente à porta impedindo a entrada.
A faixa estendida enche-o de raiva e impotência: “Servidores da educação e
professores unidos na defesa dos seus salários. Estamos em greve”. Logo hoje, logo no
final do semestre. Seus planos de viajar nas férias vão por água abaixo. Com toda a
certeza a greve não terminaria em poucos dias. O governo já anunciara que não havia
dinheiro para se pagarem os salários atrasados do funcionalismo. No piquete repara nas
pessoas simples que o compõem e se sente envergonhado pela sua reação de raiva ao
perceber o movimento grevista. Vem à sua cabeça os direitos dos trabalhadores na
educação. No quanto têm sido explorados, no quão ridículos são os seus salários. Tem
vontade de pedir desculpas à mulher que com rosto indignado lhe passa um panfleto
explicativo do movimento, onde os grevistas afirmavam que estariam em vigília naquele
lugar até que houvesse uma solução para a greve.
-Bem, não há nada a fazer aqui. Todos os prédios estão fechados. Não há nem
um lugar para me proteger desse dilúvio, fala pra si mesmo entre os dentes. Corre então
em direção ao ponto do ônibus. O melhor que havia a fazer era voltar pra casa. -Robson!
Robson, lhe chama Mônica protegida sob a marquise da loja de brinquedos. Muda a
direção da corrida e vai até ela.
O sorriso que tem em seu rosto ao encontrar-se com a amiga não combina em
nada com os olhos inchados e aspecto cansado de Mônica. -O que houve com você?
Esta sua expressão de tristeza é pela greve? Pergunta Robson de supetão.
Mônica sorri sem graça e ali mesmo, em meio às pessoas que se escondem da
chuva, começa a lhe contar o quanto havia sido triste a sua noite. Ficara estudando até
bem tarde. Acordara em meio à madrugada parecendo ouvir alguém que chorava entre
soluços abafados. Pensou estar sonhando e até virou-se para o outro lado na cama, mas
o choro continuava e agora tinha certeza que era algo real e que também não era em
algum apartamento vizinho.
Levanta-se e chorando no sofá da sala ela encontra seu pai, o rosto escondido
pelas mãos. Mônica o abraça e pergunta o porquê de tudo aquilo. O pai então lhe fala do
desespero que sentia, da impotência e indignação que tinha por se sentir inútil, incapaz
de sustentar a família por não conseguir um emprego. Diz à filha que havia decidido dar
cabo a este sofrimento dando fim à sua vida, mas que ao chegar à sala, pensara muito
nos filhos e não tinha tido coragem de cometer o ato insano.
Abraçada, Mônica chora também com ele e em silencio agradece a Deus pela
vida do seu pai. Por ele não ter concretizado o suicídio. Lembra-se de Robson, da
conversa sobre Deus e das discussões com Tomás que tinham gerado a tal da carta
catequética. Tenta então lhe falar de Deus, do seu amor e do seu projeto de um mundo
mais justo, mais humano e onde todos pudessem se sentir irmãos uns dos outros e
tivessem condições para se realizarem, enfim, um mundo onde todos fossem felizes.
O pai que a princípio parecia não estar lhe ouvindo, balança fortemente a cabeça
e tentando conter o choro, lhe diz: -Minha filha, que Deus é este que permite tanta
injustiça? Que faz com que eu, um homem de 50 anos, em plena força e com muita
16
�competência e experiência, me sinta totalmente inútil e excluído da vida produtiva do
país, porque ninguém me dá um emprego? E você, minha filha, ainda vem me falar de
justiça e de amor desse Deus? Ah, minha querida Mônica, me sinto totalmente descrente
desse Deus. E veja que sempre acreditei nele. Fiz parte da Congregação Mariana, depois
integrei a Ação Católica e, já casado com a sua mãe, participamos da comunidade
católica do nosso bairro. Só que depois de tudo que estamos vivendo, me vejo
totalmente descrente e não quero saber mais de Deus. Ele é mau e injusto. Só olha e
cuida da felicidade dos ricos e poderosos. Deus não me ama. Acho que ele nem me
conhece.
Mônica, engasgada, não tinha argumentos para retrucar-lhe. Como lamentava
não ter permanecido na catequese após a primeira comunhão. Se tivesse feito isto, ela
não tinha dúvidas que teria agora os argumentos necessários para fazer ver o quão
enganado estava seu pai. Não conseguiu dormir o resto da noite e, na manhã, em meio à
chuva, ia pra faculdade, ansiando e torcendo por um encontro com Robson.
–Robson, que bom encontrá-lo. Você precisa me ajudar. Sei que com certeza
você me dará fatos e dados para que eu possa ajudar papai.Quero mostrar a ele que
Deus não o abandonou. Sabe, Robson. Eu sei que Deus ama muito papai. Ele não pode
tê-lo abandonado.
Depois de ouvir tudo isto, Robson sentia a cabeça rodar. Nunca se dera conta de
que esses problemas de falta de emprego pudessem estar tão próximos. Sempre lia e até
havia participado de discussões na escola a respeito do desemprego. Mas esta era
sempre uma realidade mais distante. Algo assim como uma coisa que só acontecia bem
longe, com gente desconhecida. Assunto de aula e de noticiário da televisão, mas nunca
assunto concreto, realidade viva e bem perto da sua tranqüila vida.
-Mônica, desde que você me contara esse problema que estava vivendo, estive
pensando em lhe fazer uma visita. Gostaria de ir até a sua casa e conversar com o seu
pai. O que você acha disso? Os olhos da moça brilhavam e aquele sorriso que
desconcertava Robson saltou no rosto de Mônica. -Você irá mesmo? Puxa. Que ótimo.
Acho que só você tem condições de ajudar o papai. Mamãe tem até tentado levar
algumas senhoras do grupo carismático que freqüenta para rezar lá em casa, mas sinto
que isto, além de constranger o velho, aumenta ainda mais a raiva de Deus que ele tem
alimentado. Olha, Robson, acabo de ter uma idéia. Como você estava vindo para a aula
e temos uma greve, posso imaginar que você não tenha nenhum outro programa agora.
Que tal então irmos lá pra casa? Não posso garantir que papai vá querer conversar com
você, mas acho que devemos tentar. O que acha da minha idéia? Vamos?
-Sim, Mônica. Excelente a sua idéia. Convite mais do que aceito. Vamos sim.
Tentarei conversar com seu pai. Ainda no ponto do ônibus, Mônica eleva seu olhar para
o alto e repara um sol ainda tímido querendo vencer as nuvens depois de três dias de
muita chuva na cidade. -Vê, Robson, até o tempo está mudando. Vê, está saindo
timidamente o sol. Acho que posso considerar isto como um milagre por você ter
aceitado o convite para ir à minha casa para conversar com meu pai. Robson sorri e fica
pensando no sentido do milagre na Bíblia. -Sim. Mônica pode pensar que este é um
milagre de Deus, ele fala baixinho. -O que foi que você disse? Mônica pergunta. De
novo fora pego falando sozinho. Encabulado, diz para ela que achava que sim, que ela
poderia pensar ter sido a mudança do tempo um milagre.
17
�-Pois é, ela continuava. -Nunca concordei com as pessoas que vêem os milagres
apenas como eventos extraordinários e até, ela diz, - cinematográficos. Para mim, os
milagres são essas coisas pequenas que vão acontecendo em nossas vidas nos mostrando
que Deus está caminhando ao nosso lado. Na concepção da minha mãe os milagres são
como que passes de mágica. Que tal você ir me falando, enquanto vamos até minha
casa, no conceito de milagre para você e também no que as pessoas no tempo de Jesus
entendiam por fato milagroso? Não tenho a menor dúvida de que esta vai ser uma
conversa tremendamente interessante.
-Mas Mônica, este não é um assunto simples. Ele exige uma preparação. Um
estudo que eu definitivamente não tive. -Robson, mas você nunca estudou este tema?
Duvido. -É claro que já o estudei, mas faz tempo isto e tenho medo de falar bobagem. Você fala como se eu estivesse lhe exigindo que você fizesse aqui e agora pra mim um
ensaio ou um tratado cientifico sobre os milagres. Deixa de ser bobo, Robson. Não
busco nada disto. Quero apenas que você me fale um pouco, livremente, sobre o tema.
A ‘tese de doutorado’ nós vamos deixar para outra ocasião. Disse rindo Mônica. -Está
bom. Falarei então do que me lembro, responde também com um sorriso nos lábios,
Robson, feliz por Mônica já não estar triste como estava quando a encontrou.
-Para falar sobre milagres nos tempos bíblicos nós temos que tentar primeiro
entender a mentalidade daquele povo. Ao contrário de nós que temos a concepção de
que os céus estão sempre fechados e que quando se abrem aí temos um momento
excepcional e extraordinário ao qual damos o nome de milagre, o povo judeu julgava
que os céus estavam sempre abertos ao homem. Lembre-se sempre, Mônica, que
estamos falando de um povo que vivia há mais de dois mil anos. Um povo que não tinha
nem um por cento da ciência que possuímos hoje. Para este povo, qualquer
manifestação da natureza que não pudesse ser explicada era considerada milagre.
-Veja que há no mínimo dois grandes riscos nesse tipo de interpretação. O
primeiro é que tudo que acontecesse e que as pessoas não soubessem explicar seria
necessariamente um fato milagroso. O segundo risco e muito mais importante, é que,
considerando como milagre tudo que não soubermos explicar, estaremos sempre
reduzindo o tamanho de Deus. -Como assim? Não entendi. Reduzindo o tamanho de
Deus? Explique-me isto, Robson.
-Vamos imaginar, Mônica, uma tribo indígena que não tivesse tido ainda acesso
aos avanços da ciência. Façamos de conta que esta tribo estivesse hospedada aqui na
cidade ontem à noite naquela hora dos raios e trovões. Se os tivéssemos perguntado o
que estava acontecendo, com toda certeza eles teriam nos dito que aquela era uma
manifestação de Tupã, ou seja, de Deus. Continuando com os índios, imaginemos agora
que eles estão tendo aulas de ciências. A partir dessas aulas eles aprendem o porquê dos
raios e trovões. Vêem então que não tem nada a ver com o divino. O que acontece então
é que o Deus deles foi diminuído. Isto acontece com muito cristão também. Muita gente
tem um tipo de Deus “tapa buraco” que não entendo.
-Estou entendendo, Robson. O que era antes um ato de Deus passa então a ser
um fato normal da natureza, plenamente explicado pela ciência. Estou envergonhada.
Acho que o meu Deus foi muitas vezes assim meio “tapa buracos”.
18
�-Pois é, Mônica. Este segundo risco é muito sério e é o que mais acontece para
muitos cristãos que jogam nas costas de Deus tudo aquilo que lhes é incompreensível. O
que vai acontecer então é que cada vez que conseguirem entender algum fato ou
fenômeno que antes consideravam como ato divino, terão diminuído o tamanho do seu
Deus. Essas pessoas correm o risco de terem um deus anão em suas vidas. Um deus
pequenino e que nunca vai preencher os corações dos que o buscarem.
-Quer dizer então, Robson, que para os homens do tempo da Bíblia os céus
estavam sempre abertos e que para nós, homens de ciência do século XXI os céus estão
sempre fechados? ---Bem, Mônica, como homens de fé, não podemos dizer que os céus
estão sempre fechados para nós. Ao dizer isto estaríamos negando a nossa fé, a
encarnação e a ação de Deus no mundo. Digamos que os céus continuam abertos, mas
num sentido mais sutil. No sentido em que você entendeu o milagre da saída do sol
como sinal da manifestação de Deus por eu ter aceitado o convite para ir até a sua casa.
-Robson, muito legal. Quer dizer então que o que eu entendia por milagre estava
certo?
-Sim, Mônica, mas vale ressaltar mais uma coisa. Isto não significa que Deus
não possa também realizar atos extraordinários e até, como você mesmo disse,
cinematográficos... Só que eles são muito raros, e sabe duma coisa que é muito
interessante nesses casos? É que os milagres de maneira geral só são vistos por quem já
tem pelo menos um pouco de fé. As pessoas que não acreditam irão sempre encontrar
uma desculpa, uma justificativa, uma explicação para o milagre para continuarem não
acreditando. Jesus sabia disto. Tanto que nos Evangelhos temos relatos dele se
recusando a fazer milagres porque sentia que seriam apenas para espetáculo.
-Lendo os relatos de milagres nos Evangelhos, Mônica, nós poderemos ver que
todos eles, sem exceção, foram realizados no sentido do serviço, do amor e da
misericórdia. Nenhum deles foi executado por Jesus apenas para demonstrar o seu poder
extraordinário. E isto é o que deve continuar importando para nós, hoje. Muito do
afastamento que vemos de muitas igrejas e conseqüentemente seus fieis de Jesus, se
deve com toda certeza, à questão de se tratarem os milagres de forma mágica e
alienante. Não é somente você, Mônica, mas também todo o povo de Deus que precisa
saber mais sobre o sentido dos milagres.
Mônica levanta-se rapidamente do ônibus e toca a campainha. -Vamos, Robson,
a conversa estava tão cativante que nem me dei conta de que já estávamos chegando.
Este é o nosso ponto. Vê aquele prédio azul na esquina? É lá que moramos. Ao sair do
ônibus andando rápido atrás de Mônica para não perder o ponto, ele reza pedindo ao Pai
o milagre de se fazer ouvido pelo pai da sua amiga. Ri pensando que ele, como filho,
pedia ao Pai por um outro pai. Por um pai em sofrimento.
Subindo as escadas – o elevador estava estragado mais uma vez, explicara
Mônica – ela lhe dizia que haveria ainda uma segunda missão a ser cumprida pelo
amigo em sua casa no futuro. Seria ter com uma, segundo ela lhe diz rindo,
representante do povo de Deus: a sua mãe, a conversa que acabaram de ter sobre a
questão dos milagres. -Nada disto, Mônica. Com esse nosso papo e o aprofundamento
que você fará sobre o tema, será você mesma quem deverá conversar com sua mãe a
este respeito. Sorriu pra si mesmo, pensando em duas coisas: no quanto achava correta a
atitude que acabara de ter, afinal era da amiga a responsabilidade de conversar sobre
19
�milagres com a mãe e, também, como teria sido bom ter assumido com ela o
compromisso de voltar à sua casa...
O pai está sentado exatamente como Mônica o deixara naquela manhã ao ir para
a faculdade. Os olhos dele, inchados e muito vermelhos, miram um ponto inexistente na
parede branca à sua frente.
-Olá pai. Este é o Robson, um grande amigo. A escola está em greve e como não
tínhamos nada para fazer, o trouxe para cá. -Prazer em conhecê-lo, disse sem que
houvesse alguma mudança em sua expressão. -O prazer é todo meu. Gosto muito da sua
filha e é realmente um prazer estar aqui agora em sua casa. O pai murmurou algo
ininteligível. -Esta manhã, à porta da faculdade, Mônica me contava sobre o senhor.
Lamento profundamente o que o senhor está passando. Já se vão dois mil anos da vinda
de Jesus propondo aos homens um mundo de mais justiça, paz e felicidade, mas,
infelizmente, continuamos cegos e surdos à sua proposta.
-Que mundo de paz e justiça que nada, rosnou o pai entre os dentes, ainda sem
manifestar qualquer mudança de expressão no rosto. -Esse Deus e o seu filho, Jesus, são
uns incompetentes. São uns fracos. Não quero ficar mais ouvindo isto. Já chega a sua
mãe, minha filha, pra ficar aqui no meu ouvido o dia todo cantando que “Cristo tem
poder, Cristo tem poder, aleluia tem poder...” Se Ele tivesse mesmo este poder que
vocês dizem que ele tem, eu e milhões de outros desempregados, não estaríamos na
situação em que nos encontramos.
Mais uma vez Robson se dava conta de que os problemas iam e viam tendo
como um dos seus pontos cruciais a questão do distanciamento entre o Jesus histórico e
o Cristo da fé. Os homens pregavam muitas vezes um homem mágico que com seus
superpoderes iria resolver com intervenções divinas todos os nossos problemas.
Com a voz bem firme e olhando dentro dos seus olhos, para que ficasse um tanto
chocado e saísse daquela letargia, Robson lhe disse: -Eu também não acredito nesse
Jesus super-homem do qual o senhor me falava.
Foi grande o susto do pai ao ouvir aquelas palavras fortes de Robson. Falara algo
que imaginara fosse chocar o amigo cristão da filha e recebera uma resposta que lhe
causara um tremendo impacto. -Como assim não acredita? Você não é cristão? Não é o
amigo católico de Mônica?
-Sim, sou cristão, o amigo católico da sua filha e, também como o senhor, não
acredito nesse tipo de intervenção divina em que Jesus Cristo usaria de superpoderes
para resolver os problemas que nós homens criamos. Acredito sim em Jesus Cristo, mas
definitivamente não acredito nesse Jesus “quebra galhos”. O Jesus Cristo em quem
acredito é aquele que nos deixou as pistas, o mapa para resolvermos os nossos
problemas. Mas ele deixou bem claro também que somos nós, os homens, quem
devemos trabalhar para resolvê-los.
-Há no Novo Testamento duas passagens que nos mostram com clareza isto.
Depois, valerá a pena o senhor procurá-las e lê-las bem devagar. A primeira está no
Evangelho de Marcos (Mc. 4, 1-11) e trata das tentações de Jesus. Ele está no deserto e
20
�nele é tentado três vezes. Apesar de serem três as tentações, podemos resumi-las em
uma só. No poder.
O que o demônio queria era que Jesus abrisse mão do caminho mais difícil, o caminho
do serviço aos homens, principalmente aos mais pobres e excluídos e partisse para a
estrada mais curta e fácil. O caminho do poder. No Evangelho fica muito clara qual é a
opção de Jesus. Ele opta pelo amor-serviço abrindo mão de poderes mágicos que
poderiam até nos livrar da dor e de problemas, mas não estaria levando em conta a
nossa liberdade e responsabilidade.
-A segunda passagem está nos Atos dos Apóstolos (At. 1,9-11) e trata da
ascensão de Jesus aos céus. Neste texto, Jesus, após a sua ressurreição, sobe aos céus e
os seus discípulos ficam olhando para o alto tentando ainda vê-lo. Aparece então um
anjo. É interessante lembrar que na Bíblia os anjos são sempre mensageiros de Deus.
São aqueles que trazem alguma mensagem importante para a qual devemos estar atentos
e lhes diz: “-Por que vocês estão aí olhando para o alto, homens da Galiléia? Ele não
está mais aqui.” O anjo queria dizer a eles que agora o jogo era outro. Que a partir
daquele momento – e conseqüentemente, até hoje – os braços e as mãos de Jesus somos
nós, os seus seguidores.
-É este o Jesus em quem eu acredito. É um Jesus que não aliena. Um Jesus que
me mostra a responsabilidade e o trabalho a ser feito.
Os olhos do pai de Mônica estão ágeis. Seu rosto agora está expressivo. Ele
estava gostando daquele amigo da filha. O que aquele rapaz lhe dizia fazia todo sentido.
Era muito bom ouvir isto. Mônica, olhando seu pai animado, tão diferente daquele
homem cabisbaixo e derrotado dos últimos tempos, pensava. Meu Deus, que alegria.
Para o meu pai o Robson está sendo um anjo no sentido bíblico que ele explicara a
pouco. Robson, um anjo do Senhor. Em um único dia era o segundo milagre que ela
vivia...
E Robson continuava. -Eu não creio num Jesus que vem para acabar com a nossa
dor. Ele não veio acabar com ela, mas dar um sentido maior a toda dor humana. Quem
têm que acabar com a dor somos nós. Ouvindo isto, o pai de Mônica pensava como
estaria diferente o mundo de hoje caso os homens, ao invés de buscar guerras e poder,
tivessem investido na paz e na cura das dores. Aliás, ele continuava pensando, é muito
interessante, apesar de que trágico e triste, constatar que em relação às dores e doenças
humanas, os grandes investimentos feitos pelos cientistas e grandes laboratórios,
contemplam principalmente aquelas dores e doenças que acometem os mais ricos. Nesse
mundo capitalista, doença que só dá em pobre fica para segundo plano, para escanteio.
Conversaram por muito tempo. Conversaram não. Robson falava e Mônica e seu
pai ouviam atentos. Ele lhes falava de um Jesus mais humano, mais solidário, muito
mais misericórdia. Um Jesus que era amor absoluto e que se colocava preferencialmente
ao lado do pobre e excluído. Por ter sentido na pele nesses dois últimos anos a exclusão
social, o pai de Mônica se sentia muito próximo a esse Jesus. Era como se o estivesse
reconhecendo nas palavras que lhe vinham de Robson.
Hora de ir embora e Robson ao despedir-se do pai, ainda tem tempo para um
último recado, ou, pensando melhor, uma última mensagem. Falou-lhe então que ele
não podia perder nunca a esperança. Já saindo do apartamento, Robson volta-se e
21
�conserta. -Esta não é uma última mensagem minha. Este recado é de Jesus de Nazaré.
Este Jesus que lhe apresentei, aliás lhe reapresentei, porque tenho certeza de que já o
conhecia. O senhor estava apenas um pouco esquecido dele.
Ao se despedir, Mônica o abraça forte. Suas lágrimas molham o seu rosto. -Sabe,
Mônica, o que de melhor podemos fazer agora por seu pai é rezar. A gente nem imagina
a força que tem a oração. Foi Jesus mesmo quem nos ensinou isto. – é mesmo Robson?
O que dizia Jesus a respeito da oração? Ele dizia que devemos pedir. Que o Pai sempre
escuta e atende ao pedido dos seus filhos. Ele até nos ensinou uma oração. Você vai ter
uma surpresa, porque na sua vida já ouviu e rezou muito esta oração que o próprio Jesus
nos ensinou. Procure em Lucas, capítulo onze, versículos de um a treze. Lá você vai
encontrar, nas palavras de Jesus, ditas através do evangelista, isto que estou lhe dizendo.
Dia bonito na sua volta à casa. O sol forte já secara das ruas as poças d’água. A
cabeça gira a mil por hora. Como fora bom ter ido à casa de Mônica. Não só por ter
podido ajudar ao seu pai dando-lhe força e ânimo, mas também por ter podido ficar ao
lado da amiga. Como era bom estar com Mônica ele ia pensando.
Chega em casa mais cedo do que de costume. O cheiro gostoso de carne assada
que vem da cozinha lhe traz a lembrança da fome no mundo. A notícia de que só na
África mais de quinze milhões de pessoas iriam morrer durante o ano caso as nações
ricas não fizessem nada o chocara tremendamente. Como nos tornamos insensíveis a
este tipo de notícia. Ficamos sensibilizados com a morte de uma, duas, algumas poucas
pessoas, mas quando falamos em números absurdos como este, parece que há uma
mudança de figura. É como se esquecêssemos do homem por trás da notícia e
passássemos a dar valor apenas ao dado estatístico.
Ao ligar o computador salta aos olhos o ícone piscando incessantemente do lado
esquerdo da tela, com o aviso de que há nova mensagem na caixa de entrada. É visível a
ansiedade de Robson ao tentar abrir o correio eletrônico. Por duas vezes ele digita a
senha de forma incorreta.
Além de uma falsa mensagem pedindo ajuda para uma criança venezuelana com
câncer no cérebro - Lembra ser esta a terceira mensagem com este mesmo teor recebida.
Nelas só são diferentes as nacionalidades das crianças. A primeira vez era uma criança
brasileira. Na segunda mensagem recebida a criança já era Argentina. Agora vinha a
mesma mensagem com a garotinha venezuelana. Sorri da constatação que faz através
dessas três mensagens que circulam pelo mundo através da Internet. Não é que esse tipo
de câncer cerebral que circula pela grande rede eletrônica tem uma visível predileção
por atacar as nossas pobres crianças latino-americanas?
“Meu caro amigo Robson,
Imprimi a sua carta e tenho ido bem além da sua leitura. Elas (não só essa, mas também
a primeira) têm sido alvo de um estudo sistemático de minha parte.
Tem sido para mim uma grande alegria essas descobertas (e também redescobertas)
que você tem me proporcionado.
22
�Tivemos outro dia, a Marta e eu, uma conversa muito interessante sobre as suas cartas.
Ela não conseguia acreditar que houvesse alguém jovem e que não fosse padre, que
pensasse e seguisse Jesus nesse mundo de hoje, mais ainda, que O seguisse de forma
não alienada. Mostrei então as cartas pra ela e não é que a Marta quer também
conversar com você a respeito de Jesus?
Não sei se você sabe, mas ela, a minha namorada e paixão, é comunista de carteirinha.
Segundo a Marta, Jesus foi o primeiro grande revolucionário socialista do planeta. Só
não obteve sucesso em suas pretensões de subverter o regime porque as massas não
estavam preparadas para recebê-lo. Ela diz que o grande erro de Jesus foi ter vivido
alguns séculos antes do povo estar conscientizado da sua força para fazer a mudança.
O que virá nessa nova carta? Estou, aliás, estamos porque como já escrevi aí em cima,
a Marta também já participa desse nosso estudo comunitário. Esperamos ansiosamente
pelo que você nos dirá sobre a questão do distanciamento entre o Jesus histórico e o
Cristo da Fé. Cada vez que leio as suas cartas maior fica a minha curiosidade em saber
o que pode ter causado este distanciamento entre os seguidores de Jesus e que
conseqüências causou essa separação. Por falar na Marta, ela manda lhe dizer que
gostou de ter sido citada, principalmente porque você escreveu o nome dela dentro
duma explicação sobre o amor. Ela diz que concorda totalmente com você. É
totalmente impossível amar alguém de forma somente teórica.
Nenhum problema, Robson, quanto à disseminação das cartas para outros interessados.
Afinal, as cartas são suas, além disso, sou também da opinião de que quanto mais
pessoas estiverem participando dessa conversa epistolar, bem maior será a riqueza
gerada pela discussão. Pelo que estou notando, já temos além de mim, a Marta e a
Mônica também participando das leituras. Daqui a pouco não serão mais cartas, mas
circulares... Quem sabe já não seria a hora de você pensar em formar um grupo de
estudo. Eu sei que você gosta muito de escrever cartas, mas será muito proveitoso
também para nós quatro estarmos conversando, ao vivo e a cores, sobre estes temas.
Pense nisto com muito carinho.
Um grande abraço,
Do Tomás.”
Meu Deus! Exclamou Robson. Estas cartas catequéticas estão aumentando a
minha responsabilidade. Será que estou à altura para estar tratando dessas coisas tão
sérias e sublimes? Na sua oração diária, ele coloca nas mãos da Trindade as três pessoas
que participam do círculo das cartas catequéticas. Procura rezar para cada uma delas.
Cada qual com seus problemas, suas angústias, suas crenças e também as suas
descrenças. Deu graças ao Pai por ter-nos feito tão diferentes uns dos outros. Terminada
a oração permaneceu em seu pensamento a questão da humanidade de Jesus. Nesse dia,
como também nos últimos tempos, estava rezando trechos do Evangelho de Marcos.
Como o teólogo, ele escrevia no caderno de orações: ‘tão humano assim, só podia ser
Deus’.
23
�Como será escrever esta terceira carta catequética para pessoas tão diferentes?
Robson pensava nessa dificuldade enquanto preparava o envio da segunda carta para
Mônica. Agora já tinha a autorização de Tomás para fazê-lo. Como sabia que o
computador da casa de Mônica estava quebrado, ela só teria acesso à carta, caso ele a
mandasse por meio eletrônico, quando acessasse o computador da escola, o que não iria
acontecer em curto prazo, devido haver sempre grandes filas para uso dos computadores
escolares. -Nada mal entregar a carta em mãos, falou para si mesmo, em voz alta,
enquanto imprimia o texto. Na margem da primeira página escreveu um pequeno bilhete
para a amiga. Ao reler o bilhete, reparou ter escrito um: “querida Mônica” no
endereçamento. Sorriu novamente balançando positivamente a cabeça...
O foco da terceira carta continuará sendo Tomás e a questão Jesus histórico e o
Cristo da fé, definiu consigo mesmo. Eventuais questões trazidas pelos demais
recebedores das cartas catequéticas poderão ser acrescentadas - Principalmente se
vierem de Mônica, se pegou refletindo. -Está decidido. Falou pra si mesmo, em voz alta,
novamente. Achou também que para escrever a terceira carta não seria preciso esperar a
resposta de Mônica, já que só agora ela teria acesso à carta que Tomás e Marta já
tinham lhe respondido.
“Meus caros irmãos, Tomás, Marta e Mônica”,
A Paz de Jesus esteja com vocês!
Peço permissão para iniciar esta carta com uma oração. Faço isto apesar de saber que
vocês não têm por hábito estar fazendo orações. Entre vocês há gente que nem acredita
nelas. Ainda mais, fazer uma oração quando se está escrevendo uma carta. Mas é
exatamente pelo motivo de lhes estar escrevendo – e também pelo tema da nossa carta que quero fazer com vocês esta oração.
‘Senhor Jesus, somos quatro jovens que pretendem conhecê-lo mais e melhor. De
formas bem diferentes, todos nós nos vemos atraídos por seus ensinamentos, sua
história, seu comportamento, enfim sua vida e morte. Que ao final dessa caminhada
rumo a um conhecimento mais profundo da sua pessoa, todos nós quatro possamos
responder com os olhos da fé que você, Jesus, é o Messias, o Ungido, o Cristo, o
Senhor, o Filho de Deus enviado ao mundo. Que possamos responder enfim que você é
o nosso Salvador. Amém.’
Meus grandes amigos, como havia lhes falado, nesta carta quero lhes trazer um pouco
da questão do Jesus histórico e do Cristo da fé até chegarmos aos problemas gerados
pelo distanciamento que, nós os homens, provocamos entre um e outro. Para iniciarmos
esta conversa, vale voltar à primeira carta. Lembram-se quando eu lhes dizia que os
Evangelhos foram escritos bem depois da morte e ressurreição de Jesus? Este fato,
como já veremos, tem grandes e interessantes conseqüências sobre o que quero lhes
contar. Vamos então a eles.
Nesses últimos dias eu assisti na televisão a um grande documentário feito sobre a vida
de um famoso astro do rock falecido há alguns anos. Neste filme fico sabendo de
24
�muitos fatos sobre a sua infância, adolescência e juventude. As cenas me mostravam o
astro quando ainda era criança cantando na sua escola infantil, seu primeiro grupo
musical ensaiando na garagem da família, o primeiro show... As imagens são muito
claras e não mentem. Vendo-o nas fitas daquele tempo constato um fato banal mas
interessante: ele não tinha uma voz ou uma musicalidade especial. Cantava com os
acertos e erros – principalmente os erros - de qualquer criança ou adolescente normal.
Se não soubesse de antemão de quem se tratava, nada naquelas fitas me faria imaginar
que aquele adolescente iria se transformar no grande astro de alguns anos depois.
Imaginemos agora que o nosso astro do rock tivesse permanecido incógnito e não
tivesse feito sucesso e se transformado no ídolo de milhões de jovens em todo o
mundo. Não houvesse se profissionalizado, tendo buscado até outra profissão para
sobreviver. É claro que nesse caso nada do que vi no documentário sobre a sua vida
teria sido mostrado. Afinal, o filme foi feito porque havia um grande interesse de todos
os fãs em conhecer a vida, toda a vida, do seu famoso cantor preferido. Uma cena desse
filme que muito me chamou a atenção mostrava a entrevista feita com o casal de velhos
que era vizinho do nosso herói. Nessa entrevista, eles eram só elogios para a música
feita pelo rapazinho em sua garagem, anos atrás.
Guardadas as devidas proporções e com o cuidado que temos que tomar por estarmos
tratando de fatos acontecidos há dois mil anos e que foram narrados em outra cultura
totalmente diversa da nossa, foi um fato semelhante a este que aconteceu com as
narrações da vida de Jesus. Elas foram construídas como o foi a vida do cantor de rock.
De trás para frente. Explico como se deu isto.
Já sabemos que o evangelho mais antigo foi o de Marcos. Ele o escreveu em torno do
ano sessenta. Portanto uns vinte a vinte e cinco anos depois dos últimos acontecimentos
narrados. Marcos inicia o relato já nos contando da pregação de João Batista, nos
prenúncios da vida pública de Jesus. Em seu evangelho não há a menor menção à
encarnação, nascimento e infância de Jesus. Nessa época, as comunidades para as quais
Marcos escrevia (e tentava atender seus anseios) não demonstravam interesse em nada
além do que fosse a vida pública de Jesus, sua paixão, morte e ressurreição.
Aos poucos e à medida que caminha o tempo, vai acontecendo esta necessidade devido
ao interesse das comunidades. Vejam que o segundo evangelho escrito, o de Mateus, já
vem nos contar também da concepção, nascimento de Jesus e fuga para o Egito da
Sagrada Família. Há então, em relação a Marcos, um aumento da curiosidade, podemos
chamar assim, em relação a um conhecimento maior de quem havia sido afinal esse
Jesus que nós seguimos. Isto apenas alguns poucos anos depois do primeiro evangelho.
Enquanto Marcos nada nos conta a respeito de fatos ocorridos antes da vida pública,
Mateus já faz um recuo no tempo ao começar a fazer o seu relato.
Neste recuo é interessante vocês notarem a genealogia de Jesus colocada logo no início
da sua narrativa. Na genealogia, Mateus leva a ascendência de Jesus até Abraão. Isto
porque ele era judeu e escrevia principalmente para comunidades constituídas por seu
povo, o que vem mostrar o cuidado dos evangelistas em atender às necessidades das
comunidades para as quais escreviam. Não tenho dúvidas que se houvessem sido feitas,
com insistência, para Marcos, perguntas a respeito da infância e concepção de Jesus,
com toda certeza, ele teria procurado informar-se para colocar esses fatos no seu relato.
25
�Vamos reparar agora o terceiro evangelista: Lucas. Ele recua ainda mais no tempo.
Além de nos fazer um relato maior do que Mateus sobre a infância de Jesus, vai mais
além e para provar que Jesus não era só dos judeus – Lucas escrevia para cristãos de
origem helênica - ele leva a genealogia de Jesus até Adão, provando-nos assim que Ele
veio não somente para o povo judeu, mas para toda a humanidade.
Como o interesse sobre a vida de Jesus continuasse crescendo e já fosse ainda maior,
João, o quarto evangelista, que escreveu seu evangelho em torno do ano cem, faz um
mergulho ainda mais profundo rumo às origens de Jesus. Ele vai até a eternidade para
localizar lá as raízes de Jesus, afinal, como Ele é também Deus, já tinha existência
desde o princípio. Isto é o que João quer nos dizer quando no início do seu evangelho
nos diz que “no princípio era o verbo...”.
Notaram que interessante? Na medida em que foi passando o tempo e crescia o
interesse sobre aquele homem que as comunidades aos poucos iam descobrindo que era
também Deus, os evangelistas foram aprofundando seus relatos para nos mostrar –
lembrem o que já dissemos: Os evangelhos não são relatos históricos no sentido que
temos de história hoje – que “verdadeiramente este homem era o Filho de Deus” (Mc
15,39). Voltando ao vídeo contando a vida do artista famoso, cá comigo mesmo, fico
pensando se os vizinhos idosos do roqueiro, mostrados em entrevistas altamente
elogiosas à música que ele produzia quando adolescente na garagem da sua casa com
seus amigos, teriam a mesma avaliação positiva caso ele não tivesse obtido sucesso
posteriormente.
Pois é. Quanto mais distante do tempo em que Jesus vivia, mais os homens foram
buscando conhecê-lo. Isto gerava um problema, porque as pessoas que haviam
convivido com ele iam morrendo e os relatos, passando de boca em boca, iam sendo
interpretados pelas primeiras comunidades. Essas interpretações iam modificando os
textos, sem, é claro, fazer com que perdessem seu espírito. Eles, os participantes das
comunidades, se sentiam plenamente autorizados a fazer isto pelo Espírito do
Ressuscitado que agia neles. Podemos dizer que esses homens de fé, juntamente com
os evangelistas e demais autores do Novo Testamento, foram com toda certeza nossos
primeiros teólogos. O que passou a acontecer então foi que os aspectos gloriosos, quer
dizer, tudo que acontecera após a ressurreição, foram se tornando tão grandes que
passamos a deixar de lado os aspectos reais do seguimento de Jesus de Nazaré.
À medida então que se ia ficando distante no tempo do Jesus histórico, foi-se saindo
dos aspectos concretos da sua vida para aqueles mais abstratos, mais teologais.
Aspectos estes interpretados, como vimos, pelos primeiros teólogos do Novo
Testamento, à luz da sua ressurreição. Acontece isto por exemplo com o próprio nome
de Jesus. Antes conhecido como Jesus, um nome próprio, que designa uma pessoa
concreta, que descreve uma vida e uma morte concreta, passa a ter acrescentado ao seu
nome um predicado: Cristo, que em si mesmo possui um significado genérico.
Significa o ungido. Vão então surgindo os títulos para Jesus como que para nos dizer
que ele não havia sido um homem a mais. Era um homem especial. Tão especial que
ressuscitara. Tão especial que só podia ser o Filho de Deus.
O que temos então é que o Jesus concreto, o Jesus de corpo e sangue, vai sendo
transformado apenas no Cristo glorificado pela sua ressurreição. Esta transformação é
que fará com que muitos nas Igrejas percam pouco a pouco o sentido tão escandaloso e
26
�louco da cruz. Muitos irão até se esquecer dele, ou tratá-lo como um fato comum, algo
corriqueiro que não assusta nem causa impacto, como as estatísticas da fome no mundo
que estamos acostumados a ler.
Tanto ou mais importante que esse esquecimento do escândalo da cruz é que esse
aumento da distancia do Jesus histórico fará também com que haja uma separação da
vida de Jesus do seu tempo de glória pós-ressurreição. Essa separação é, como já
veremos, tremendamente empobrecedora e maléfica para o seguimento de Jesus de
Nazaré, homem em tudo igual a nós, com exceção do pecado, como nos ensina a carta
aos Hebreus.
Não quero que pensem que com o que acabo de lhes dizer estou querendo apenas
valorizar a vida de Jesus até a sua morte e ressurreição. Nada disso. O que quero passar
para vocês é que não dá para separar o Jesus histórico do Cristo da fé. O Jesus é o
Cristo. Para chegar até a sua glorificação, ele passou pela etapa humana, quando foi o
servidor por excelência do povo, principalmente dos mais simples e excluídos.
Só podemos realmente conhecer o Cristo se tivermos antes caminhado com Jesus.
Como homens ainda vivos, conseqüentemente ainda fora da glória de Deus, só
podemos seguir no nosso dia a dia o Jesus de Nazaré. O Cristo, só poderemos segui-lo
de fato quando, também como Ele, tivermos passado pela morte e também, como Ele,
tivermos ressuscitado. Não são duas pessoas, ou um homem e um Deus separado. O
crucificado é o ressuscitado. Jesus é homem e Deus, como nos ensina o Credo.
Com essas coisas que estou lhes escrevendo, chegamos finalmente ao ponto principal
daquela discussão inicial que tive há dias com Tomás e que de forma diferente
continuamos aqui neste espaço. Você ainda se lembra, amigo? A questão é que Tomás
dizia que nós, os cristãos, havíamos criado dois mitos. O mito de um homem e o mito
de um ressuscitado. Nas palavras quentes da discussão, Tomás dizia serem esses dois
mitos o mito do guru e o do fantasma. Bem, amigo Tomás, até pela sua resposta à
minha primeira carta e sua participação nessa nossa caminhada rumo ao conhecimento
– e seguimento, creio que posso completar agora – de Jesus, tenho certeza que você já
reformulou os termos que, para mim, soaram bem duros, ditos por você naquela hora.
Poderíamos dizer, Tomás, que você atirou no que viu e acertou no que não viu. Duma
forma não muito elegante, e pela qual eu lhe perdôo, você nos trouxe um problema que
muito tem incomodado os cristãos desde há muito tempo, desde os primórdios do
cristianismo. Uma questão que, também como cristão, me preocupa muito e da qual,
algumas vezes, tenho tratado nessas nossas conversas. Estou falando novamente dos
problemas que acontecem na Igreja sempre que há um distanciamento entre o Jesus
histórico e o Cristo da fé.
Caramba, já são duas horas da madrugada. Esta carta já está muito grande e amanhã
pretendo acordar bem cedo. Quero aproveitar que não teremos aula para fazer minha
caminhada matinal. Havia me proposto a fazê-la pelo menos três vezes por semana e
não tenho sido nem um pouco fiel a esse compromisso assumido comigo mesmo. Além
do vasto assunto que há para vocês lerem nesta carta, tem também a necessidade de
vocês procurarem dar uma lida nos inícios dos quatro evangelhos. Vejam neles os
aspectos que procurei observar com vocês aqui na carta.
27
�Antes de terminar, um recado para a Marta: Não sei, amiga, se você tem os Evangelhos
em casa. Caso não tenha, me mande um email que terei prazer em lhe enviar um
exemplar emprestado. Estou achando muito legal ter uma comunista interessada
também em conhecer Jesus. Você sabia, Marta, que há, principalmente na Europa,
grupos marxistas que estudam o Jesus histórico? Eles buscam encontrar em Jesus uma
das raízes do marxismo atual. Segundo disse um deles, ‘ser radical é ir até as raízes e
Jesus de Nazaré é uma dessas raízes que têm que ser estudadas e conhecidas’. Espero
que você vá mais além ainda das raízes. Que você consiga ir ao espírito dEle. Eu
espero, amiga.
Meus caros. É isto. Se vocês acham que vão se ver livres de mim, estão enganados.
Dentro de três dias estarei enviando nova carta continuando esta nossa conversa.
Vou dormir. Fiquem em paz e um grande abraço a todos,
Robson.”
Acorda tarde. Ninguém em casa. Todos já saíram para seus afazeres normais.
Resolve ligar para a empresa. Quem sabe já não teriam uma resposta para a seleção dos
dois estagiários. Quem sabe ele não seria um dos escolhidos. O telefone da área de
recursos humanos toca três vezes e a ligação cai automaticamente na caixa postal. Faz
uma careta. -Odeio caixas postais. Odeio falar com máquinas, diz em voz alta. Pega o
jornal. A manchete não é nada animadora. As ameaças dos americanos - o império
romano do Século XX - aumentaram. A possibilidade de que haja uma nova guerra no
Oriente avança em velocidade ainda maior do que a inflação. Liga de novo e a voz da
secretária lhe dizendo bom dia soa mecânica em seu ouvido.
-Quer dizer que fui escolhido para o estágio? Que notícia boa você me dá nesta
manhã! Muito obrigado. Ah, ainda tenho que fazer exames médicos? Sem problemas.
Estarei aí às onze horas para o exame.
Ao desligar o telefone está cantando. Pensa em ligar para Mônica e lhe contar a
excelente notícia que acabara de ter. Contém-se. Lembra que há mais de um ano ela
procura por um estágio sem consegui-lo. Só há pouco conseguiu um emprego noturno e
temporário. Pensa também no seu pai. Reza por eles enquanto caminha para o quarto
para aprontar-se para ir aos exames médicos na empresa.
Mas ainda é cedo quando sai de casa e como faz um tempo bom, resolve ir
caminhando. Ao passar pela praça repara que há um grupo de adolescentes e crianças
em volta do banco sob a amendoeira. Chegando mais perto vê que estão cheirando cola
e fumando pedras de crack. Sente um aperto no coração. São crianças ainda e já
envolvidas com as drogas. Em seus exames de consciência diários tem se cobrado algo
mais concreto em relação a algum trabalho com crianças e jovens. Sente-se alienado,
incapaz e pequeno frente à realidade dura do mundo.
Continua o caminho, mas a cena da praça caminha com ele, presa em suas
retinas. Quantas vezes, para nos desculparmos, nós os julgamos e os tratamos como
28
�marginais, como se houvessem feito uma opção pela vida que vão levando. Não. Eles
não têm toda a responsabilidade pelo que fazem e vivem . Balança a cabeça. Não
podemos culpá-los. Afinal, que perspectiva de uma vida digna nós lhes oferecemos? Há
alguma possibilidade de mudança posta pela sociedade à disposição para que eles a
possam abraçar? Tem vergonha por ser da classe média. Dessa parte da sociedade que
devia ter algo a lhes oferecer. Um jovem privilegiado a caminho do seu estágio. E isto
num país onde tanta gente não consegue nem imaginar ou mesmo sonhar com um futuro
digno.
Pensa em Jesus. Tenta imaginá-lo na idade dos drogados da praça. Reza pedindo
a Maria e José por eles e pelos seus pais que não tiveram como educá-los, abandonandoos. Com toda certeza, os pais de Jesus tinham sido muito especiais na educação dele.
Disto não havia dúvidas. Era só observar a sua vida. Jesus, um homem equilibrado,
amoroso, amigo, sempre servindo, justo, alegre, pacificador... Vem à cabeça mais uma
vez, a frase do teólogo: ‘tão humano assim, só podia ser Deus’. Maria e José deviam ter
muito orgulho dele. Afinal, foram eles que o educaram. Será que aqueles meninos já
ouviram falar de Jesus? Perguntou quando já chegava ao portão principal da empresa.
Tomou um susto ao ouvir a pergunta do médico: “Você consome drogas?” O
médico deve ter notado seu susto. Será que ele está pensando que sou usuário? Pensa no
pai de Mônica. Sem emprego e desesperançado. Como ele está hoje? Recorda que ele
cheirava a álcool quando se despediu dele. Sorri pensando no mau exemplo de Jesus ao
ter transformado água em vinho em Caná da Galiléia. Mas este não deve ter sido um
milagre histórico de Jesus, lembra de que havia lido, como que para justificar. Mesmo
que tenha sido, não tem nada a ver. Nós é que não sabemos nos controlar. A bebida não
é má em si... Sorri mais ainda achando um grande absurdo o que estava pensando
enquanto aguardava o laudo médico. A secretária da voz mecânica avisa-o com voz
humana e um sorriso automático que estava tudo certo e ele deverá iniciar o estágio na
próxima semana.
Resolve ir à faculdade mesmo sabendo que a greve ainda continuava.Havia
sentido vergonha por nem ter pensado em prestar solidariedade aos grevistas. Era
mesmo um alienado. Ia até lá para perguntar a eles se precisavam de alguma ajuda. Para
saber se estavam precisando do seu apoio. Depois iria pra casa. Semana que vem seria
vida nova. Por isto, pretendia não deixar compromisso para adiante e queria escrever a
nova carta catequética nessa tarde. Essa deve ser a última. Creio que com ela terminarei
a conversa com o Tomás, foi pensando. Não há ninguém na porta da faculdade. Parece
feriado e não que há uma greve na qual todos têm que estar mobilizados. Chega em casa
pensando na inconstância humana. Na incapacidade que temos em mantermos os
objetivos, ideais e os seus conseqüentes compromissos.
Lembra que aconteceu coisa semelhante com Jesus. Os apóstolos afirmaram
muitas vezes que nunca o deixariam. Como os grevistas que diziam em seu panfleto que
estariam em vigília vinte quatro horas por dia até o final do movimento, os discípulos
também traíram seu compromisso. A chamada crise da Galiléia havia sido a
desmobilização dos seguidores do Nazareno por não verem os resultados que queriam e
esperavam – talvez a libertação do jugo romano – da ação de Jesus.
Vai rezando pela rua pedindo perdão a Jesus pela sua infidelidade ao amor de
Deus. Chega em casa e vai direto ao computador.
29
�“Meus caros Mônica, Marta e Tomás,
A paz e alegria de Jesus Ressuscitado estejam com vocês!
Terminei a última carta no ponto em que iria começar a mostrar para vocês o que
costuma acontecer na Igreja e conseqüentemente em nossas vidas de seguidores de
Jesus, todas as vezes que há um distanciamento entre o Jesus histórico e o Cristo da fé.
Nessas horas o que há é que valorizamos unilateralmente o Cristo da fé ou do Jesus
histórico.
Vejamos primeiramente o que acontece quando nos distanciamos do Jesus histórico e
valorizando apenas o Cristo da fé:
1.
Em nossos cultos a liturgia passa a acontecer desvinculada do caminho concreto
percorrido por Jesus de Nazaré na etapa terrestre da sua vida. É o que acontece, por
exemplo nas liturgias das quais muitas vezes participamos e que se encontram
totalmente alienadas da vida que estamos vivendo. Lembro-me de ter participado de
uma missa em que todos que estávamos lá presentes tivéramos muita dificuldade em
chegar à Igreja devido a uma manifestação do povo por maior liberdade e justiça
social. Havia uma forte repressão policial na região e todos que conseguiram chegar ao
templo estavam com os olhos irritados e marejados de lágrimas por causa da fumaça
das bombas de gás lacrimogêneo. A fumaça havia inclusive invadido o templo. O
incrível foi que o celebrante agiu como se nada estivesse acontecendo. Conduziu toda a
Eucaristia como se estivéssemos em Marte. Totalmente distantes e alheios ao que
acontecia à nossa volta. Lembro ter ficado pensando se os olhos do padre não tinham
sido afetados, como os nossos, pelo gás lacrimogêneo que nos envolvia a todos.
2 – Um outro ponto que costuma acontecer no distanciamento do Jesus histórico é a
exaltação religiosa. Começa a acontecer uma Igreja de massas e não de comunidades.
Focada em grandes celebrações com um intuito subjetivo: de mostrar força e poder
humanos. Há um esquecimento da sabedoria da cruz e do fermento que se produz nas
pequenas comunidades. Quando ficamos somente nas massas, reduzimos a
responsabilidade individual na opção pelo Cristo. Esta opção tem que ser pessoal. Não
é nunca uma decisão coletiva. Nesse distanciamento costuma acontecer de se formar
uma igreja apenas de festa. Uma igreja que se esquece de que para que haja a
ressurreição precisamos primeiro ter passado pela paixão e morte. Cuidado, meus
amigos, não quero dizer com isto que as grandes celebrações não sejam importantes
nem necessárias. São sim. O que estou alertando é para que haja um equilíbrio. Que
tenhamos também tempos e espaços para que possamos realizar uma igreja mais
doméstica, mais simples e aberta para viver completamente o mistério de Jesus Cristo,
ou seja a sua encarnação, vida, paixão, morte e ressurreição.
3 – Sempre também que há esta valorização unilateral do Cristo da fé, temos o
desencadear do processo de afastamento da sua figura da nossa vida cotidiana. Cristo é
visto como algo sublime, abstrato e perdido na distância. Vira o Cristo lá do alto do
altar, ou o Cristo prisioneiro (literalmente encarcerado à chave) preso dentro do
Sacrário. Parece que entre esse Cristo e aquele Jesus com os pés empoeirados do chão
da Palestina há uma distancia que nós, os cristãos, nunca conseguiremos percorrer. É
como se estivéssemos participando de uma corrida vendo vir chegando o vencedor
30
�quando ainda estamos apenas começando a correr estando ainda muito próximos da
linha de largada. É natural que sejamos acometidos por um desânimo. Como continuar
a correr de forma motivada se o vencedor já terminou a corrida e nós mal a
começamos? Elaboramos então argumentos em nossas cabeças mais ou menos como
esses: como vou poder seguir este Cristo tão distante e perfeito? Como poderei eu, um
ser totalmente pecador e limitado, aproximar-me desse Cristo tão sublime e colocado
pelos responsáveis pela Igreja – ou seja, por nós – de forma tão inacessível. É,
realmente não dá para segui-lo. Esta é uma tarefa para os padres e para os santos. Ser
cristão não é mesmo para mim, leigo e tão limitado. E muitos de nós, por nos sentirmos
indignos e totalmente distantes daquele que seguimos vamos nos tornando cristãos sem
seguimento, cristãos pela metade.
4 – Jesus de Nazaré em sua vida concreta, foi um homem especial. Um homem que
apesar das muitas restrições da sociedade da época, tinha contatos com os pobres, as
prostitutas, os cobradores de impostos e demais excluídos. Não termos estes aspectos
da sua vida concreta em conta, pode nos levar a fazer interpretações ideológicas do
Cristo glorificado que vão acabar justificando os mais diferentes interesses e atos em
seu nome. Os exemplos são inúmeros. Nós sabemos quantas guerras foram feitas em
nome de Cristo, quantas perseguições, quanta intolerância, quanto racismo, quanta
injustiça enfim em nome dele. Outro exemplo diz respeito à riqueza. Muitos cristãos,
considerando a sua riqueza como uma benção (bendição) de Deus, passam a ver a
pobreza como o contrário, ou seja, como uma maldição.
5 – Acontece também de invocarmos o Espírito de Cristo em muitas coisas que, depois
de conhecermos sua vida, temos dúvida de que se trata do mesmo Espírito que
impulsionou Jesus em sua vocação de Messias-servidor entre nós. Quando se esquece a
dimensão do serviço passamos a desenvolver com facilidade um espiritualismo
desencarnado, que não leva em conta nosso corpo. Um espiritualismo pobre do tipo
que separa o corpo do espírito, como se pudéssemos separar os dois. Um dos exemplos
desse caso é o dos cristãos que renegam seu corpo entregando-o aos vícios. Nesse não
cuidar de si, fica explícito o esquecimento de que os nossos corpos são templos vivos
do Espírito Santo.
6 – A justificação de poderes do mundo acontece também de forma muito comum a
partir dessa separação entre o Jesus histórico e o Cristo da fé. Os poderosos tendem
então a sacralizar o seu mando dizendo coisas do tipo: “-estou cumprindo a vontade do
Cristo”. Nesses últimos tempos vimos isto de forma muito clara com a atitude do
presidente americano em relação ao ataque que ele estava pretendendo realizar contra o
Iraque. Ao emissário do Papa ele teria dito, conforme os relatos da imprensa, que se
sentia enviado por Deus para cumprir o papel de consertar o mundo. Ouvindo do
emissário que se quisesse mesmo fazer a guerra, que não a fizesse em nome de Deus, o
líder americano replicou:
“-cuide o Papa da sua Igreja que eu cuido do mundo.” A Igreja, ao longo dos séculos
tem usado também o nome de Jesus Cristo como justificação para muitos dos seus atos
de poder, esquecendo-se que Jesus de Nazaré só nos deixou exemplos de misericórdia,
amor, compaixão e aceitação das pessoas. Faltando a conexão com a vida, as opções e
as atitudes de Jesus de Nazaré, deixam abertas as portas para a deturpação do
significado e do tipo e qualidade de poder que Jesus certamente possuía.
7 – Acontece também muitas vezes a alienação frente aos problemas do mundo quando
31
�nos colocamos apenas diante do Cristo glorificado. Esta alienação faz com que muitos
cristãos fiquem apenas no louvor e fechamento na instituição, evitando o contato e o
compromisso diante das injustiças e conflitos atuais. Estando somente ligados ao Cristo
glorificado, é fácil esquecer que Jesus de Nazaré não se manteve neutro frente aos
conflitos de seu tempo e de sua sociedade. Ele fez claras opções pelos marginalizados e
enfrentou decididamente os poderes opressores do povo. Quando se está diante de um
conflito entre os poderosos e os pequenos, ficar quieto se dizendo neutro é o mesmo
que tomar partido do forte. Nosso silêncio, que consente, é a justificativa para o
opressor dos atos agressivos contra os fracos e excluídos.
8 – A preocupação com a glorificação do Cristo deixando de lado o Jesus de Nazaré
histórico pode levar também, em ambientes religiosos, a uma exacerbação da pureza
dos ritos e excessivo cuidado com os detalhes. Este excesso faz com que nos afastemos
de Jesus Cristo por nos considerarmos indignos de nos aproximar dele. Cria-se uma
mentalidade policialesca e alguns, que talvez, como os fariseus, se considerem mais
puros, costumam ficar vigiando os fiéis para ver se estão todos cumprindo os
excessivos ritos e preceitos. Este é um problema que ocorre em muitas comunidades
principalmente no que diz respeito ao Sacramento da Eucaristia. Não quero dizer com
isto que não tenha que haver uma preparação, um cuidado para se receber o
Sacramento. Só que é importante lembrar que a Eucaristia tem também o sentido de
remédio para os doentes e que as regras são feitas para nos libertarem e não para nos
prenderem. Aliás, foi para os doentes que Jesus veio. Há poucos dias, ao comungar
numa outra comunidade o ministro não queria dar-me a comunhão por ter estendido
para recebê-la a mão esquerda em concha, tendo por baixo desta a mão direita. Ele
queria que eu invertesse as mãos. Tive que lhe explicar que a minha mão esquerda, por
ser canhoto, é a mão onde normalmente e com toda dignidade recebo o Corpo e o
Sangue de Cristo.
Esta lista ainda poderia ir longe, meus amigos. Há muitos outros aspectos desse
distanciamento criado por nós entre o Jesus histórico e o Cristo da fé que poderia expor
aqui para nossa reflexão. Vou ficar nestes. Reflitam com seus botões que, tenho
certeza, vocês encontrarão outros tão graves quanto esses que nós, os cristãos,
costumamos cometer nas nossas vidas.
Paro por aqui. Pensem com muito carinho nesses aspectos listados acima. Enriqueçam
a lista com seus exemplos. Creio que já está mais que claro para vocês o grande mal
que nós homens fazemos ao tratar de forma distanciada estas duas realidades do
mesmo Jesus Cristo. Pelo tamanho que tomou a carta e também pelo meu tempo livre
que já se encerra, não dará para lhes expor nesta carta os aspectos decorrentes do outro
lado da questão, ou seja, da valorização unilateral do Jesus histórico em detrimento do
Cristo da fé. Farei isto em nova carta nesse próximo final de semana.
Espero estar sendo didático e que os pontos que tenho colocado para o conhecimento e
reflexão de vocês, estejam realmente servindo para um conhecimento e seguimento de
Jesus Cristo, homem e Deus.
Um grande abraço e que a paz do Ressuscitado esteja com vocês,
Robson.”
Envia a carta para Tomás e Marta pelo computador e imprime uma cópia para
Mônica. Já são três horas da tarde e ainda não havia almoçado. Na mesa a comida
32
�esfriara aguardando que terminasse a carta. Prepara o prato e leva-o ao forno de
microondas. Almoça decidindo voltar ao computador imediatamente para escrever a
continuidade da carta. Assusta-se por verificar que esta já será a quinta carta
catequética. Quer planejar algo para que haja um embrião de grupo de estudo ao final
dessa quinta carta, com a qual imagina estará terminada a conversa com Tomás.
Ao levar o prato à cozinha vê o bilhete deixado por sua mãe, antes de sair pela
manhã, avisando a família que a faxineira não viria trabalhar hoje. Tenta imaginar por
que ela estaria faltando. A última vez em que conversaram, ela lhe contava do problema
que estavam tendo em casa com os traficantes de drogas na favela. Tinha muito receio
da violência dos traficantes e também da outra violência. Aquela causada pela polícia
nas suas incursões pelo morro. Dizia não saber quais eram os mais violentos e
despreparados: se os traficantes geralmente muito jovens e inconseqüentes, ou os
policiais, não tão jovens como os traficantes mas também inconseqüentes, porque
chegavam já atirando para todo lado sem levar em conta os moradores. Esses sofriam
em dobro, pois era comum ficarem presos em meio ao fogo cruzado dos bandidos e da
polícia. -Meu Deus, como continua distante o Reino! disse em voz alta enquanto lavava
o prato.
Na lembrança passa a primeira vez em que fora ao morro. Era o batizado da filha
da faxineira. Como estaria ela agora? Já tem uns dezesseis anos. Ainda estuda? Ou
parou para buscar algum emprego? Vem forte a vergonha por nunca ter perguntado pela
filha – e afilhada de batismo dos seus pais - da mulher que há tanto tempo trabalhava
para a sua família. Tenta imaginar agora a cena do próprio batismo. Sorri ao passarem
pela sua cabeça os vários amigos felizes e emocionados na cerimônia de renovação
batismal vivida de forma intensa faz pouco tempo e que encerrava aquele curso do
padre paraguaio sobre o Sacramento do Batismo.
Pergunta a si mesmo o que será realmente o Reino de Deus. Falando de Reino de
Deus, estamos falando de uma situação onde Deus governa, ele é rei, começa a
responder. Só que nós, os seres humanos, no Reino de Deus não somos súditos
obedientes, mas somos filhos. A proposta de Jesus é a do estabelecimento da
fraternidade e da solidariedade humana desde aqui e agora, neste mundo, para que nós
construamos uma nova maneira de viver, uma nova maneira de nos relacionarmos
conosco mesmos e com Deus. Como será difícil chegarmos lá, pensa por fim, enquanto
liga o computador.
“Meus irmãos Mônica, Marta e Tomás,
A paz!
Retomo com vocês a nossa conversa sobre Jesus. Nesta carta tentarei passar-lhes o que
costuma acontecer quando ocorre o inverso daquilo de que falávamos na carta anterior,
ou seja, quando valorizamos unilateralmente o Jesus histórico, mantendo-nos distantes
do Cristo da fé proclamado pela Igreja.
As conseqüências da valorização somente do Jesus histórico deixando-se de lado o
Cristo da fé são também muito graves e causam muitos problemas. Nunca é demais
repetirmos que nessa questão há que se buscar sempre o equilíbrio. Da mesma forma
33
�que fiz na nossa última carta, irei também listar alguns desses sérios problemas que
costumam ser causados por esta atitude:
1- A redução do papel de Jesus ao papel de um simples revolucionário. Este é o
primeiro aspecto que gostaria de salientar com vocês nessa carta. É um
problema bastante comum nos nossos tempos. Sabemos que Jesus foi um
revolucionário. Afinal ele, com as suas atitudes e ações, revolucionou a cultura,
política e comportamento social à sua volta em seu tempo. Só que nunca
deveremos dizer que Ele foi somente um revolucionário. Dizer isto é cair na
redução do papel de Jesus. No auge da repressão política causada pela dita
Revolução de 1964 no Brasil, havia um grande número de jovens que
militavam nas pastorais sociais da Igreja através da Ação Católica. Fruto duma
valorização equivocada apenas do aspecto revolucionário de Jesus, alguns
desses jovens passaram a não considerá-lo mais na sua dimensão divina. Daí a
perderem a fé foi somente mais um passo. Afinal, o encantamento e seguimento
que encontraram Nele era pautado apenas num homem. Um homem especial,
mas somente um homem. Esse lamentável fenômeno tem uma contrapartida
também muito triste na história da nossa Igreja. Uma parte da culpa por terem
se afastado do Cristo, e conseqüentemente da fé, deveu-se ao radicalismo da
hierarquia que somente valorizava o outro lado, ou seja, o Cristo da fé.
Instalado o conflito, sem terem apoio na Igreja, esses jovens foram facilmente
levados a trabalharem apenas na construção de um reino sem nenhuma
transcendência. Um reino puramente humano.
2- Outro tipo de redução de Jesus muito encontrada, principalmente em ambientes
mais intelectualizados, é a de considerá-lo apenas como um sábio. Considerá-lo
apenas a partir deste atributo é também não reconhecê-lo como Filho de Deus,
como o Cristo. Notem como os movimentos da chamada Nova Era (New Age)
tendem a este reducionismo. Há não muito tempo eu lia um artigo de revista de
um desses movimentos que tinha esse viés. No meio do artigo havia uma
listagem dos homens sábios que haviam modificado o mundo. Para meu grande
espanto, encontrei lá em meio a muitos outros, como Confúcio, Buda, Moisés,
Maomé, Francisco de Assis, Alan Kardek, etc. o nome de Jesus.
3- Uma redução mais religiosa de Jesus ao aspecto somente humano da sua
realidade tem lugar em ambientes mais religiosos. Trata-se da supervalorização
apenas de Jesus de Nazaré, somente levando em consideração tudo que tenha
acontecido até a sexta-feira da Paixão. Nessa redução do papel de Jesus não se
levam em conta os aspectos gerados a partir da sua ressurreição. Fica-se apenas
no serviço, no atendimento social, na filantropia, esquecendo-se da novidade
radical e absoluta que aconteceu a partir da ressurreição. A novidade de que o
Reino não é somente deste mundo e que, como Ele, também ressuscitaremos.
Reparem, por exemplo, como muitas comunidades valorizam muito mais a
paixão e morte de Jesus do que a Ressurreição. Parece que para esses só se deve
viver a paixão e a dor da morte de Jesus, criando uma religião onde só conta a
tristeza e o sacrifício. Esquecem-se essas comunidades que depois da Paixão
vem a Ressurreição. A glorificação do Cristo através da Ressurreição é o ponto
fundamental da nossa fé. Aí reside e não na Paixão, o ápice, o ponto culminante
da nossa fé e conseqüentemente da nossa celebração de Igreja.
34
�4- A valorização do Jesus histórico em detrimento do Cristo da fé pode levar
também a um conceito de religião deturpado. Uma religião de iniciados
preocupados apenas no conhecimento e estudo de Jesus. Esta postura tende a
fazer com que haja um esquecimento da novidade radical que Jesus nos trouxe,
ou seja a sua ressurreição e a partir dela a certeza da transcendência. A certeza
de que não fomos feitos para morrer, mas também para ressuscitar com Ele.
Deixo por conta de vocês a tarefa de aumentarem também esta lista, acrescentando
outros problemas que podem advir do afastamento do Jesus histórico do Cristo da Fé.
Meus caros amigos, creio que tenha ficado bem claro para vocês os problemas que
geramos quando nossa referência torna-se exclusivamente o Cristo da fé ou o Jesus
histórico. Este exclusivismo gera manipulações e deturpa a nossa fé e seguimento de
Jesus Cristo. Sempre na vida de vocês, procurem estar atentos para que sejam
valorizados tanto o Cristo da fé quanto o Jesus histórico. Afinal, trata-se do mesmo e
único sujeito. Não podemos separar um do outro. Conforme a fé professada pela Igreja
do Novo Testamento, aceitamos o único Senhor Jesus Cristo vivendo duas etapas, dois
modos de existência distintos: a etapa de serviço e a etapa de glorificação. Nas duas
etapas e nos dois modos de existência, trata-se sempre de um único sujeito: Jesus
Cristo.
Unindo o Jesus da história com o Cristo glorificado, constatamos algo maravilhoso e
fundamental para o nosso seguimento de Jesus: no homem Jesus de Nazaré, em sua
etapa de serviço, e nesse mesmo homem glorificado pela ressurreição, encontramos a
revelação plena de Deus. A fé cristã confessa a encarnação real de Deus no homem
Jesus de Nazaré!!!
Hora de parar. Há muita matéria para a reflexão de vocês no que já escrevi nessa carta.
Com ela também vamos chegando ao final da nossa caminhada iniciada pela ‘primeira
carta catequética’. Meu Deus, esta já é a quinta! Espero ter ajudado vocês no
conhecimento e um início do seguimento de Jesus Cristo. Apesar de que gosto de
escrever cartas, estou aberto, caso vocês queiram, a iniciar um grupo de estudo de Jesus
Cristo. Entendo e sei, por tudo que lhes escrevi nessas cartas e escutei e li de vocês, que
concordam comigo, que este grupo deve estar aberto não só ao conhecimento, mas
também ao seguimento. A um aprofundamento da Fé.
Vocês topam? Quem concordar, é só levantar o mouse para podermos definir uma data
para nosso primeiro encontro.
Não me esqueci da bibliografia que havia prometido na primeira carta. Na folha anexa
eis alguns livros que poderão ajudar a vocês na caminhada rumo a Jesus Cristo. Quem
sabe no nosso grupo não elejamos um deles para irmos nos aprofundando no
conhecimento e no amor de Jesus? O que acham?
A paz e a alegria de Jesus Cristo, homem e Deus, esteja com vocês, meus amigos,
Robson.”
Muita alegria no coração ao terminar de reler a carta e apertar o botão no teclado
enviando-a. Ao desligar o computador se dá conta de não ter imprimido a cópia para
35
�Mônica. Liga de novo a máquina e imprime a cópia. Aproveita para relê-la. Lembra o
final da carta e sorri. Por que havia escrito que estava disposto a formar um grupo com
seus amigos leitores? Conclui ter sido inspiração de Deus o ter-se colocado disponível e
mais ainda, registrado isto para eles. Sim, porque muitas vezes nos colocamos a serviço
mas esquecemos de dizer que estamos abertos ao trabalho. Jesus fazia diferente, pensa,
Ele para se mostrar disponível, estava sempre servindo ao outro. Ele havia sido
totalmente fiel à sua vocação de servidor. Ele havia sido o ‘Servo Servidor’. Fala em
voz alta: -Servo Servidor! Gosta deste título de Jesus. Além de tudo que significa, ainda
é poético. Reza então: ‘Senhor, quero ser servo servidor como seu filho o foi.’ Ri da sua
pretensão. Estaria sendo pretensioso? Chega à conclusão que não. Se queria seguir a
Jesus, teria que fazer como Ele, ser servidor. Se queria estar com o Cristo, estaria
considerando-o Senhor e aí estaria sendo Servo. Resolve então repetir a oração:
‘Senhor, quero ser servo servidor como o seu filho o foi.’. Decide não fazer a oração
prevista para hoje nos Exercícios de Santo Inácio de Loyola na vida diária que está
fazendo. Sim. Esta é hoje a minha oração. Rezo sobre o Servo Servidor e coloco-me
disponível para sê-lo também.
Leva na mão as folhas com as duas últimas cartas catequéticas para Mônica.
Resolve ir até o shopping. Quer esperá-la ao final do seu trabalho. Pensa no quanto é
dura a realidade da amiga. A loja fecha à meia noite e as empregadas, antes de poderem
ir embora ainda têm que arrumar todas as prateleiras para o dia seguinte. Geralmente só
saem meia hora depois.
Ainda falta uma hora quando chega ao shopping. Senta-se na lanchonete e,
enquanto toma o suco de laranja, repara nas pessoas que saem da última sessão do
cinema. Deve ter sido uma comédia, pensa. Saem todos rindo. São em sua maioria
casais. Pensa em Mônica e no quanto ela ficará surpresa ao encontrá-lo ao sair da loja.
Ela ficou de me escrever a resposta à carta catequética e não o fez, relembra.
Custa a passar o tempo. Ufa, até que enfim chegou a hora. Mônica sai e seu rosto
é um sorriso só quando o vê. –Robson! Você aqui? Que surpresa mais agradável. Adorei
que tivesse vindo! Sabe, falava de você para as colegas nesse final de expediente na
loja. Uma das minhas novas amigas vendedoras faz parte de uma comunidade católica e
também estuda bastante a sua fé. Disse-lhe das suas cartas catequéticas e do quanto elas
estão me ajudando a entender melhor a minha fé tão infantil e adormecida faz tanto
tempo e do como pretendo, a partir delas, aprofundar-me mais no estudo de Jesus Cristo
para poder ajudar mais ao papai que está vivendo tão grandes problemas. Por falar em
papai, eu dei pra ele ler as suas cartas catequéticas. Ele adorou. Disse-me que tem
algumas dúvidas e que quer conversar com você a respeito. Pediu que eu lhe dissesse
para que não demore a visitá-lo novamente. -Sabe, Mônica, não resisti. Queria lhe trazer
as duas últimas cartas. Acabei de fazê-las e vim aqui para lhe entregar. Quanto ao seu
pai, diga a ele que mais breve do que ele possa esperar, estarei lá na sua casa para visitálo.
Saem do imenso templo de consumo, o shopping center e vão caminhando até o
ponto do ônibus. As ruas muito vazias contrastam enormemente com o estado dos seus
corações, tão plenos de alegria. Noite bonita. Sopra um vento gostoso e refrescante.
Ficam em silêncio um tempo enquanto caminham. Robson então fala:
36
�-Mônica, tenho uma coisa para lhe pedir mas não sei como fazê-lo. -Ah, Robson,
você e a sua mania de me deixar curiosa. Diga logo o que quer me pedir... –É que nesses
últimos dias a tenho conhecido mais e mais ainda tenho lhe admirado. Quero estar bem
junto de você. Acho que trazer as cartas foi uma desculpa. Sabe, Mônica, o que quero
mesmo é pedir pra gente namorar...
O rosto de Mônica fica vermelho. Ela parece não ter entendido. Robson não sabe
como repetir o pedido. Tão difícil foi ter-lhe falado aquilo. Não conseguiria repeti-lo.
Coração faz tumtumtum, fortíssimo, dentro do peito. Silêncio imenso e absoluto que
grita na madrugada da cidade grande
-Eu quero, é claro que eu quero, lhe diz por fim Mônica, depois dum silêncio
que parecera durar séculos. -Você não imagina o quanto está me fazendo bem este
convívio com você. Que bom que você quer me namorar. Eu também quero namorar
você, Robson.
Somente aquelas teimosas e poucas estrelas que foram capazes de vencer a
quantidade imensa de prédios da cidade e aparecem brilhando sobre a rua em que eles
caminhavam, foram as testemunhas daquele momento tão sublime. Daquele instante em
que, de mãos dadas, eles sentiram um vislumbre da imensa maravilha do que o nosso
Deus lhes prepara para a eternidade.
37
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
As Cartas Catequéticas
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Cyrino, Fernando
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
30/05/2010
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Conto com reflexões de um jovem a respeito da sua fé e vida.
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Programa de Formação Magis - Magis II
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Magis II
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
Type
The nature or genre of the resource
Conto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Programa de Formação Teológica CVX Latinoamérica<br />Magis II
Catequese
Catequesis
Cristologia
Magis 2
Magis II
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/e76aa2905d69270706f809cf656775e1.pdf?Expires=1712793600&Signature=b7nk4nsZ-fKhbYfEfhJklFSN0y3YC8J2GNYLpNSeZ%7EDprkIIUVi13RffvoCuYxq0HnDQmwLa0ms6dS-31j1GLYNUto9%7EqCiKMKf7rEZYWvwp--MDZUTH3BdfUGd9y%7EUT45qYj5hdHqY6rlQpjh17Uo%7E5YvU9p7cMApJYH4gL6rUBndo6BsqONGqsJEmNJhw3lgOUAk8vlxaI5NoxcsIvZdDP8Y2PQMRSgfJpwQEXXTIvso6q5zG2N06Zff42rEKc%7EsOGGBdIp%7EssKWcAT1pIIf1c8Nq5nLkv3g0oZQNt41Hcl5QfZ2rB2OmDR%7E3lkZ7kWA4GCrfFNauLMtGcrK8ynA__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
08318a89078e1845e6959ab12c638d51
PDF Text
Text
Recomponiendo
Confianzas
¿Qué haría Cristo en mi lugar?
Trabajo Conclusivo de Cristología – Magis 5
Jorge Bustos Gallardo
Punta Arenas, Chile
Septiembre 2016
Página 1 de 18
�INDICE
1. Introducción
3
2. Desarrollo
5
2.1 Dimensión Intelectual
6
2.2 Dimensión Comunitaria
7
2.3 Dimensión Apostólica
11
2.4 Dimensión Espiritual
13
3. Conclusiones
14
4. Bibliografía
17
Página 2 de 18
�1. Introducción
Una definición muy básica de confianza: la creencia en que una persona o
grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada
situación y pensamiento. Es una apuesta a futuro, en que una persona o un
grupo cree en cómo actuará otra persona u otros. (Cornu, 1999).
Hace ya muchos años que la confianza de la población hacia otros y hacia
sus instituciones son tema de análisis en América Latina. En nuestro
continente 8 de cada 10 ciudadanos no confían en el otro, en los países
nórdicos 8 de cada 10 ciudadanos si confían en el “otro”. (Latinobarómetro,
2015)
Esta actitud de desconfianza se ha hecho también presente en Chile y se ha
agudizado estos últimos meses, provocando una grave crisis de credibilidad.
El gobierno, el parlamento, los partidos políticos, la iglesia, los empresarios,
el poder judicial, los medios de comunicación, y en general, todas las
instituciones y organizaciones, sean éstas públicas o privadas, están
severamente cuestionadas por la ciudadanía.
La gravedad de los hechos de corrupción, abusos de poder, enriquecimiento
ilícito, actividades monopólicas y oligopólicas, faltas de probidad, ha
desarrollado un malestar inmenso en la población, dando lugar a grandes
protestas y manifestaciones públicas de descontento.
Debido a estas graves situaciones, generadas tanto por organismos públicos
como privados, y que han sido ampliamente difundidas, como los casos de
colusión con el objeto de subir los precios, en productos y servicios que son
comercializados por grandes empresas, como los casos de las empresas del
retail, las farmacias, las Isapres (empresas privadas que administran los
seguros de salud), los empresarios del papel higiénico, los empresarios que
comercializan pollos, etc., etc. La lista es larga y golpea sin duda a toda la
población, pero especialmente a las personas de escasos recursos.
Este afán de lucro desmedido ha también salpicado incluso a la propia
Presidenta de la República, por la cuestionada actuación de su hijo en el uso
de información privilegiada en negocios con privados.
Página 3 de 18
�La iglesia, por su parte, no se ha quedado atrás; sea por los casos de abusos
sexuales cometidos por clérigos, sea por la manera como las autoridades
eclesiásticas abordaron esta complejidad, lo que ha afectado notoriamente
su credibilidad, haciendo que muchos católicos dejen de participar en la
iglesia.
Por otra parte, el financiamiento ilegal de la política, con bullados casos de
millones y millones de pesos que llegan a los partidos políticos enviados por
empresarios inescrupulosos, que luego cobran a los parlamentarios en el
momento de legislar, de manera que dichas leyes vayan en su beneficio.
En los últimos días, el descontento se ha hecho patente por las miserables
pensiones de vejez entregadas por las Administradoras de Fondos de
Pensiones (AFP’s), sistema privado, hoy duramente cuestionado.
Con estos ánimos tan crispados, con la desesperanza, la sensación de estar
en un callejón sin salida, cabe preguntarse qué podemos hacer como
cristianos y como católicos para “Recomponer las Confianzas”.
Ante esta realidad, la finalidad de mi trabajo es tratar de responder a la
pregunta: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? ¿Cómo nos puede ayudar la mirada
de Cristo ante tantas situaciones de desconfianza, descalificación e
intolerancia?
Es sin duda un desafío grande, pero absolutamente necesario. Nuestro país
no puede seguir de esta manera, es perentorio trabajar para recomponer el
tejido social y salir de este círculo vicioso que tanto daño nos hace y nos deja
paralizados.
Creo que, sin la presencia del Señor, sin su mirada de amor y de misericordia,
no podremos salir de esta encrucijada.
Me propongo develar algunas claves para entender la mirada que puede
tener Cristo para componer las confianzas.
La metodología comprende una revisión bibliográfica, revisión de los medios
de comunicación escritos, revistas y diarios y el trabajo con las comunidades
CVX de Punta Arenas.
Página 4 de 18
�2. Desarrollo
Un diagnóstico muy superficial de los acontecimientos y situaciones que han
creado esta crisis en las confianzas de los ciudadanos y las comunidades,
hacia otras personas y hacia las instituciones es lo que siempre sale en las
encuestas 1, sean éstas para determinar el grado de adhesión a los políticos,
a las instituciones del estado, o bien, para conocer cuáles son las principales
preocupaciones de la población y sus prioridades.
Estas encuestas suelen ser dirigidas por diversos medios de comunicación,
y sin pensar en que exista un deliberado manejo y manipulación, pecan de
orientar las respuestas de los encuestados hacia la noticia que se quiere dar
y que debe tener el requisito de ser vendible; comercialmente atractiva.
Es por esto, y por nuestra muy humana actitud de exaltar lo negativo, de
mirar la paja en el ojo ajeno, de dejarnos arrastrar por la vorágine de
situaciones y acontecimientos reñidos con la ley, con la moral y las buenas
costumbres, es que nos cuesta mirar signos de vida y de resurrección en
medio da tantos signos de muerte y destrucción.
A pesar de mis aprensiones respecto a las encuestas, es bueno analizar una
de ellas, que es reconocida por el ambiente político como confiable. En el
período Julio – Agosto del presente año (2016) el nivel de aprobación del
gobierno de Michelle Bachelet cayó a un histórico 15%, cifra jamás vista en
Chile en gobiernos democráticos, junto a un nivel de rechazo que se eleva a
un valor cercano al 60%. (Centro de Estudios Públicos, 2016)
Si bien son cifras que afectan directamente al gobierno, el rechazo y
desaprobación es transversal a todos los políticos, parlamentarios y
autoridades públicas y privadas.
Este alto nivel de desaprobación al sistema político se ve contrarrestado,
paradojalmente, con una mucha mejor adhesión de la población a los
gobiernos locales, donde la gran mayoría de los Alcaldes que dirigen las 346
comunas o municipios del país cuentan con un nivel de aprobación superior
a un 50%.
(1) Cadem – CEP - Adimark
Página 5 de 18
�La gente percibe a sus gobiernos locales como más cercanos. Esto es de
suma importancia, ya que es en ese entorno más íntimo, más comunitario,
donde es posible trabajar para revertir el nivel de desconfianza actual.
Como cristianos, como católicos y como miembros de CVX, tenemos
herramientas para trabajar en estos desafíos. En el marco de este trabajo y
en concordancia con los objetivos del Magis, se exploran las siguientes
dimensiones: Intelectual, Comunitaria, Apostólica, Espiritual.
2.1 Dimensión Intelectual
Si queremos “Recomponer Confianzas”, en la dimensión intelectual es sin
duda primordial enfocar la mirada a nuestro interior y revisar la motivación y
coherencia de nuestro accionar como cristianos y católicos. Es en ese
importante testimonio personal de fe, amor y respeto por los demás donde
podremos tener una base para comenzar a trabajar. A esto hay que agregar
la tolerancia y una buena cuota de misericordia.
Las otras personas con las que nos relacionamos a diario, sea en nuestro
trabajo, en nuestro estudio, en nuestro vecindario, en nuestras interacciones
comerciales, en definitiva, en toda nuestra cotidianeidad, verán y juzgarán
nuestras acciones como signos de vida y resurrección o de muerte y
destrucción, sin necesidad de que sean creyentes.
La solidez de nuestro quehacer personal no puede estar alejado de una
revisión constante y sistemática de nuestra relación con el Señor. La oración
y la Pausa Ignaciana (EE N° 43), son nuestras herramientas por excelencia
para estar en sintonía con lo que el Señor necesita de nosotros, sobre todo
si queremos actuar sobre la confianza de los demás. (San Ignacio de Loyola,
2004)
Debemos estar convencidos de que trabajar en esta dimensión intelectual es
un requisito insoslayable para poder abordar las otras dimensiones.
Resuelta esa “preparación” personal, el análisis de la realidad debe ser con
un espíritu amplio, incluyendo fuentes de origen diverso, incluso antagónicos.
A los artículos con datos “duros” como estadísticas, resultados de encuestas
o trabajos de revistas especializadas, y dentro de la bibliografía sugerida, la
Página 6 de 18
�búsqueda en el presente trabajo, se centró en revisar a Jesús en comunidad,
a la mirada y a la experiencia de Jesús inserto con las personas comunes,
en la cotidianeidad de sus vidas, en sus alegrías y sufrimientos.
Ese Jesús sorprende a todos cuando declara: El reino de Dios ya ha llegado.
(Lc 4, 18-19)
En el contexto de su época era una declaración muy audaz y que debe haber
causado impacto. ¿No seguía Israel dominado por los romanos? ¿No
seguían los campesinos oprimidos por las clases poderosas? ¿No estaba el
mundo lleno de corrupción e injusticia? Jesús, sin embargo, habla y actúa
movido por una convicción sorprendente: Dios está ya aquí, actuando de
manera nueva. (Pagola, 2007).
Las situaciones descritas son absolutamente aplicables a nuestros días:
dominación, opresión, corrupción, injusticia. El poner a Jesús en nuestra
actualidad, analizando y discerniendo su paso por nuestra vida y de nuestras
comunidades, invitándolo a nuestra cotidianeidad, significa aceptar que Dios
está con nosotros, que siempre actúa en nuestras vidas, siempre nos invita,
pero a su vez nos da la libertad de aceptarlo o no.
2.2 Dimensión Comunitaria
Para la dimensión comunitaria, resulta revelador lo afirmado por Tuñí Oriol y
Josep Vancells en su libro Jesús en Comunidad. El Nuevo Testamento,
medio de Acceso a Jesús:
“Todos los momentos que jalonan la vida cristiana en cuanto vida humana
están cristológicamente marcados. No hay ningún rincón de la vida de los
hombres y mujeres de este mundo que no pueda ser encontrado en Jesús.
Por eso la vida de Jesús ilumina no sólo el gozo, el empuje y la fuerza de la
misión cristiana, sino también la soledad, la angustia, el miedo, la debilidad y
la muerte de los hombres y mujeres de las comunidades”. (Tuñí Oriol y Josep
Vancells, 1988)
Esta presencia de Jesús en nuestras vidas da una sensación de totalidad y
nos ayuda a buscar y encontrar las respuestas y claves para trabajar en
recomponer las confianzas.
Página 7 de 18
�Es importante señalar que, a pesar de tener su origen en el quehacer de
comunidades de iglesia, de carácter cristiano, el tratar de recomponer
confianzas va mucho más allá del mundo creyente. Debemos ser capaces
justamente de trabajar por todos, con un sentido de inclusión, de hacer sentir
que todos están invitados a construir dejando de lado las diferencias que
puedan existir, sean estas de condición social, creencia religiosa, ideología
política o cualquiera que esta sea.
Son múltiples las instancias que debiéramos aprovechar para construir en
comunidad. Es fundamental dejar fuera el individualismo exacerbado que
tenemos tan metido en nuestras vidas, consecuencias de un modelo
económico, político y social que ha orientado al ser humano al exitismo, al
progreso sólo en bienes materiales, a dejar de ser solidarios y a que cada
uno se “rasque con sus propias uñas”.
Esta lógica individualista se
contrapone claramente al Espíritu del Señor, la vida de hombres y mujeres
no se entiende si no es en comunidad.
Llevando esta opción a la práctica, es posible y es necesario involucrarse con
los demás en organizaciones como padres y madres en una escuela, juntas
de vecinos, participación ciudadana entregando opinión respecto a proyectos
y sus correspondientes estudios de impacto ambiental, elecciones de
autoridades, participación en partidos políticos, asociaciones gremiales,
agrupaciones profesionales, organizaciones de voluntariado y de ayuda
social, y tantas instancias que esperan de nuestra participación e
involucramiento.
En cada una de estas instancias y en tantas otras que pueden ser creadas
debemos trabajar primero en lo pequeño, en lo simple, resolver en
comunidad lo que es simple de resolver y cuidando que el Espíritu del Señor
inspire nuestro discernimiento.
No existen recetas mágicas para resolver toda la problemática humana de la
vida en comunidad, es necesario siempre apelar a un espíritu de solidaridad,
de entrega hacia los demás, de respeto y de misericordia.
Página 8 de 18
�También tenemos que hacernos cargo de que como seres humanos no
somos capaces de resolver todo, todo lo contrario, lo más probable es que
nuestra contribución sea pequeña. Es como en el relato de la multiplicación
de los panes de Jesús ante la multitud que lo seguía: (Mt 14, 13-21) Fuimos
capaces de aportar sólo cinco panes y dos pescados, el Señor se encargó
del resto, de multiplicar nuestro esfuerzo para alimentar a miles. Nunca
debemos olvidar esto en nuestro trabajo en las distintas instancias
comunitarias a las que estamos llamados a participar, Jesús siempre estará
con nosotros y será fundamental para el éxito de nuestros emprendimientos
y para el alivio cuando las cosas no resulten, que será en muchas ocasiones.
Otra mirada importante a tomar en consideración es que la lógica humana
suele estar equivocada a la hora de organizar un emprendimiento. Lo típico
es elegir a personas con grandes pergaminos académicos, con un alto nivel
de contactos, con reconocimiento social y hasta por su belleza exterior.
Totalmente distinto a lo realizado por Jesús. Eligió a sus doce discípulos de
entre personas sencillas, muchos de ellos pobres, sin educación, sin
contactos. Elocuente resulta la invitación a Mateo para ser su discípulo, nada
menos que un infame cobrador de impuestos, colaborador del invasor
extranjero (Mt 9, 9-11). Esta lógica resulta extraña para los hombres y
mujeres, pero debemos tenerla en consideración ya que el Señor se
manifiesta a menudo donde uno menos lo espera.
Haciendo viva la experiencia de comunidad, me parece del todo oportuno
mencionar dos instancias desarrolladas con la Comunidad de Vida Cristiana
de Punta Arenas durante los meses de junio y julio de 2016, motivadas por
este trabajo, y realizadas con el claro objetivo de aportar en “Recomponer
Confianzas.
El primero de ellos fue un encuentro de reflexión justamente para conversar
respecto a la crisis de confianza en nuestro país. El resultado de este
encuentro de reflexión se puede resumir en los siguientes términos:
(Bustos, 2016)
Página 9 de 18
� Hoy en día, debido a las redes sociales, es más fácil que se conozcan y
salgan a la luz una serie de abusos, actos ilícitos, injusticias, que antes
no eran conocidos, pero que siempre estuvieron presentes.
Es bueno que suceda lo que está pasando, si se genera un descontento
por los actos de personajes públicos, con la jerarquía de la Iglesia, con
los empresarios, con las autoridades, es signo de que la población no está
dispuesta a tolerar estos actos ilícitos.
La generalización es nefasta, no podemos caer en el juego de decir que
todos los políticos son corruptos, o que todas las autoridades reciben
coimas, ya que eso no es cierto, y claramente siempre se resalta lo
negativo.
Clave para recomponer confianzas es el perdón. El Papa nos ha instado
a trabajar en la misericordia.
Los actos ilícitos, el pecado y la corrupción han estado siempre presentes,
debemos recordar lo que hizo Judas, la negación de Pedro, etc.
La confianza es una apuesta, es arriesgarse. “Cuando la manada se junta
no hay comida para la fiera.” Esto en alusión a que, para una comunidad
unida, trabajando por el bien común, resulta más fácil blindarse ante las
arremetidas del mal.
En definitiva, debemos pedir y dejar que Jesús haga lo suyo.
El otro trabajo desarrollado fue la participación de una de las comunidades
CVX de Punta Arenas en el proceso constituyente, invitación hecha por el
gobierno de Chile para la participación ciudadana en la elaboración de una
nueva Constitución para la República de Chile.
Este proceso incluye instancias individuales de trabajo para luego desarrollar
los trabajos de grupos en los llamados “encuentros locales auto convocados”.
Es en esta última actividad donde se desarrolló el trabajo comunitario para
pronunciarse respecto al contenido que deseamos tenga la nueva
Constitución
en
cuanto
a
valores,
principios,
responsabilidades e instituciones. (Echeverría, 2016).
Página 10 de 18
derechos,
deberes,
�Este proceso recibió la arremetida de muchas críticas y desvalorización;
muchas voces llamaron a boicotear la participación ciudadana, muy propio
del ambiente de desconfianza que se vive. Pero finalmente se constituyó en
un excelente ejercicio para alentar a trabajar por el bien común, hacerlo en
comunidad, con respeto y tolerancia. Un buen ejemplo de esto es que al
interior de la comunidad CVX no hubo pleno acuerdo en ninguno de los
valores, principios, derechos y deberes que finalmente fueron propuestos,
pero primó y se valoró los consensos.
2.3 Dimensión Apostólica
En la dimensión apostólica, creemos que es esencial orientar nuestros
esfuerzos en dos ámbitos: invitar a los jóvenes para reconstruir nuestra
iglesia y trabajar por la familia. Es un hecho que estamos en una crisis
profunda al interior de la iglesia: es enorme la cantidad de personas, en
particular jóvenes que no creen y que sienten una profunda desconfianza por
la jerarquía de la iglesia y todo lo que tenga que ver con religión, con los ritos,
con los sacerdotes.
En estos últimos años se ha hecho difícil no caer en el descrédito por los
muchos casos de abusos sexuales hacia niños y jóvenes efectuados por
sacerdotes, con el silencio cómplice de obispos y otras autoridades de la
iglesia.
Pese a ello, existe esperanza, la generosidad de la juventud es enorme,
igualmente muchos de ellos sienten la necesidad imperiosa de pertenecer a
un cuerpo como lo es nuestra iglesia, y de provocar los cambios que apunten
a un mundo más justo y solidario.
La actitud y el accionar de los jóvenes comprometidos con la iglesia nos
confirman lo señalado por Carlos Mesters:
“La resurrección continúa hasta hoy. Ella nos hace experimentar la presencia
liberadora de Jesús en la comunidad, en la vida de cada día, y nos hace
cantar: ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? Nada, nadie, ninguna
autoridad es capaz de neutralizar el impulso creador de la resurrección”.
(Mesters, 1995)
Página 11 de 18
�Sin necesidad de entender esta última afirmación, los jóvenes intuyen que es
así, que nada podrá interponerse si Jesús está con ellos.
En lo concreto, y, primero que nada, los jóvenes necesitan que creamos en
ellos. Sin duda también requieren apoyo, ayudarlos en su formación como
líderes, como agentes de cambio, en su formación en la fe, en el compromiso
social y político. Nosotros como adultos, como miembros de CVX, como
católicos, debemos ir en ayuda de nuestros jóvenes, ya que ellos son los que
provocarán los cambios, junto a Jesús resucitado y su impulso creador.
En el caso de la familia, el Papa ha organizado un Sínodo que ha permitido
trabajar en identificar su problemática actual, sus éxitos, fracasos, en
definitiva, los signos de vida y de destrucción.
Los grandes desafíos que nos presenta la familia actual son la acogida e
inclusión a los que la mayoría ve como casos distintos de familias pero que
son una realidad. Padres divorciados, vueltos a casar, hijos fuera del
matrimonio, parejas del mismo sexo, madres o padres que crían solos a sus
hijos, etc.
El llamado urgente es a la acogida y a la inclusión, no es el momento de
juzgar por qué se ha llegado a una determinada situación, lo que constituye
un valiente acto de misericordia. (Sínodo de los Obispos – XIV Asamblea
General Ordinaria – La vocación y la misión de la familia en la iglesia y en el
mundo contemporáneo – Contribución de la CVX de Punta Arenas – febrero
2015)
En la Exhortación Apostólica Postsinodal AMORIS LAETITIA, sobre el amor
en la familia, el Papa Francisco nos habla con claridad de esa acogida y de
los actos de misericordia:
“El ejemplo de Jesús es un paradigma para la Iglesia. Él inició su vida pública
con el milagro en la fiesta nupcial en Caná (Jn 2,1-11). Compartió momentos
cotidianos de amistad con la familia de Lázaro y sus hermanas (Lc 10,38) y
con la familia de Pedro (Mt 8,14). Escuchó el llanto de los padres por sus
hijos, devolviéndoles la vida (Mc 5,41; Lc 7,14-15), y mostrando así el
verdadero sentido de la misericordia, la cual implica el restablecimiento de la
Página 12 de 18
�Alianza. Esto aparece claramente en los encuentros con la mujer samaritana
(Jn 4,1-30) y con la adúltera (Jn 8,1-11), en los que la percepción del pecado
se despierta de frente al amor gratuito de Jesús”. (Santo Padre Francisco,
2016).
Las familias del mundo de hoy, sobre todo las que muestran múltiples y
profundas heridas, deben tener una acogida en nuestra iglesia; es
justamente ese signo de acogida y de misericordia el que hará recuperar las
confianzas, en el amor conyugal, en el re-encuentro con los hijos. Este paso
mostrará lo luminoso que resulta ser dejar entrar a Jesús en nuestras vidas
y desde luego en el seno familiar.
2.4 Dimensión Espiritual
Finalmente, en la dimensión espiritual, para que el resto nos perciba como
confiables, debemos fortalecer nuestra fe y nuestra experiencia de Jesús con
la herramienta por excelencia que tiene el mundo ignaciano: los Ejercicios
Espirituales.
Cristo me hace un llamado. Si quiero cumplir con las tareas que me
encomienda, cualquiera sea la naturaleza de éstas, mi actitud debe ser la de
elegir: “pobreza frente a riqueza; oprobio o menosprecio frente al honor
mundano; humildad frente a la soberbia” (EE 146). (San Ignacio de Loyola,
2004)
Esta manera de vivir lo cotidiano y lo trascendente sin duda genera confianza,
es rupturista, claramente no es la lógica humana ni menos la lógica de los
hombres y mujeres del mundo moderno, ahogados en el egoísmo y envidias,
con el foco en lo material y en el gozo hedonista.
Ignacio nos enseña que lo que realmente puede cambiar la vida de un
hombre es el seguimiento de la vida de Jesús. (Sobrino, 1990). La propuesta
implícita que se puede vislumbrar en la vida de Jesús es increíblemente
actual, hallar, con ayuda del discernimiento la voluntad divina significa mirar
el mundo, sus acontecimientos, mi vida, a los que me rodean con los ojos de
Jesús. De allí la importancia de la actitud contemplativa y de sentir esas
Página 13 de 18
�mociones en su real dimensión y asegurándose que se está efectivamente
siguiendo a Jesús.
Todos los aspectos de mi vida, mis acciones, mis pensamientos, mis afectos,
mis sentimientos puedo entenderlos con la mirada de Jesús, y con ello
abrirme a la voluntad divina, una invitación que siempre espera una
respuesta, con paciencia y misericordia infinitas.
3. Conclusiones
La propuesta requiere trabajo. Debemos comenzar a nivel personal. Una
sana autocrítica, preguntándose cada creyente si estoy siendo coherente con
mi fe: ¿Soy solidario, inserto en la realidad, cercano, humilde y honesto?
(Editorial Revista Mensaje, 2015).
Solo después de ese análisis podemos revisar qué pasa con nuestra iglesia
y sus miembros: ¿Estamos a tono con los signos de los tiempos? En muchos
aspectos es claro que no. Aparte de la falta de transparencia, la poco acogida
a los sectores más vulnerables, las actitudes condenatorias, la ausencia de
austeridad dentro de la iglesia no se condice con la vida realmente cristiana.
La paradoja es que a pesar de la “crisis de muchas instituciones religiosas,
las personas siguen valorando el rol de la espiritualidad y lo trascendente en
sus vidas”. (Revista Mensaje, marzo - abril 2016).
Recomponer las confianzas es sanar el tejido social. Enumerar los problemas
y las dificultades sin proponer soluciones es dar vueltas eternamente en un
círculo perverso, que sin lugar a dudas impedirá recuperar ese tejido social.
Es nuestro deber superar los monólogos sociales, aprender a escuchar al
otro, compartir un proyecto común. Discernir que hacer (misión). Mirar –
Pensar – Actuar (Revista Mensaje, julio 2016).
En todas estas iniciativas urge que pensemos en un nosotros, el ser humano
se entiende como tal y trasciende sólo en virtud a su vida en comunidad,
pensando y luchando por el bien común, de sus más cercanos, como su
familia, pero también al resto de la sociedad, en todos los ámbitos de
Página 14 de 18
�nuestras vidas, como estudiante, como trabajador, hombre, mujer, niño,
anciano.
No debemos olvidar el llamado a una actitud de inclusión realizada por el
Papa Francisco en su lema. “Se trata de integrar a todos”, realizada en la
exhortación postsinodal Amoris Laetitia (Santo Padre Francisco, 2016).
Esta conciencia inclusiva es difícil si nos dejamos llevar por los prejuicios
ante los que consideramos como diferentes, ya sea por su raza, creencia
religiosa, orientación sexual, condición socio-económica o cualquiera
etiqueta que queramos ponerles a los demás.
Por otra parte, bajo la mirada de los ciudadanos, la gran mayoría no está
molesta con la democracia o con la existencia de un gobierno, un parlamento,
un poder judicial, los partidos políticos, o en general las instituciones del
estado, la molestia es por el pobre y deficiente desempeño y la vulneración
a las buenas prácticas de muchos de los que operan en dichas instituciones.
(Revista Mensaje, noviembre 2015)
Las expectativas de los ciudadanos de hoy han cambiado y es muy positivo
que estos se indignen por las faltas cometidas por las personas que ostentan
algún grado de poder. No están dispuestos a tolerar las malas prácticas.
Pero, así como somos muy capaces en enumerar los aspectos negativos,
debemos hacer un esfuerzo en también enumerar todo lo positivo que hay
en las personas y también en las instituciones, en los progresos que hemos
tenido, porque si los hay y muchos.
En todas las iniciativas que podamos pensar y discernir para recomponer las
confianzas, siempre llegamos a la misma pregunta: ¿Qué haría Cristo en mi
lugar?
Mi respuesta tiene las características de ser muy simple y compleja a la vez:
Lo simple es que estoy convencido que como cristiano y como católico soy
una persona que debe vivir en comunidad, involucrado en el quehacer de los
que me rodean, no sólo en el plano familiar, también con mis vecinos, con
Página 15 de 18
�mis compañeros de trabajo, con mi comunidad de iglesia, con mis
compromisos sociales y políticos. Lo complejo es que sin duda cuesta poner
en práctica este nivel de involucramiento, muchas pueden ser las excusas
para no hacerlo y la realidad a menudo nos ofrece como más placentero y
fácil el no involucrarme.
Además, debemos trabajar muy fuertemente por nuestra Iglesia. Hoy
tenemos un gran aliado: el llamado que ha hecho nuestro Papa Francisco
apunta en la dirección correcta. La inclusión, la misericordia, la acogida no
son conceptos vacíos, son fundamentales para crear confianzas, para invitar
a los que se han sentido ofendidos y excluidos.
Como laicos estamos llamados a esta gran tarea de construir, las
consecuencias de involucrarse son el poder contagiar a otros, en convencer
que el trabajo y la vida en comunidad es la manera de crecer como seres
humanos y sobre todo como hijos de Dios.
Página 16 de 18
�4. Bibliografía
1. Bustos Jorge. (2016). Acta Reunión de Comunidad CVX de Punta Arenas.
22 julio 2016. Punta Arenas, Chile.
2. Centro de Estudios Públicos.
Estudio Nacional de Opinión Pública N° 77 – Julio – agosto 2016
www.cepchile.cl , Santiago. Chile.
3. Cornu Laurence, (1999). La confianza en las relaciones pedagógicas.
Centro de estudios multidisciplinarios. Buenos Aires, Argentina
4. CVX Caucahue, (2015). Trabajo Preparatorio a Sínodo de Obispos por la
familia. Contribución de la Comunidad de Vida Cristiana de Punta Arenas.
Punta Arenas, Chile.
5. Echeverría, Paulina. (2016). Acta Encuentro Auto Convocado Proceso de
Participación Ciudadana para una Nueva Constitución. 11 junio 2016.
Punta Arenas, Chile.
6. Editorial Revista Mensaje. (noviembre 2015). Renovar la Iglesia: Un
imperativo de fidelidad. Santiago, Chile
7. Latinobarómetro – Opinión Pública Latinoamericana – La Confianza en
América Latina 1995 – 2015. 20 años de opinión pública latinoamericana
(2015) www.latinobarometro.org , Santiago, Chile
8. Mesters, Carlos. (1995). Con Jesús a contramano en defensa de la vida.,
Centro de Estudios Paraguayos “Antonio Guasch”. Asunción, Paraguay.
9. Oriol Tuñí y Vancells Josep. (1988) Jesús en Comunidad. El Nuevo
Testamento, medio de acceso a Jesús., Ed. Sal Terrae, Santander.
España.
10. Pagola, José Antonio. (2007). Jesús. Aproximación histórica. Ed. PPC.
España.
11. Revista Mensaje. (marzo – abril 2016). La Vigencia del Sentimiento
Religioso. Santiago, Chile.
12. Revista Mensaje. (noviembre 2015). ¿Crisis de qué es la que tenemos?
Santiago, Chile.
Página 17 de 18
�13. San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales. Ediciones Ignacianas S.A.
(2004), Santiago, Chile.
14. Santo Padre Francisco. (2016) AMORIS LAETITIA. Exhortación
PostSinodal. Editorial Librería Editrice vaticana. Roma, Italia.
15. Sobrino, Jon. (1990) El Cristo de los Ejercicios de San Ignacio, Aquí y
ahora, Ed. Sal Terrae, Santander, España
Página 18 de 18
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Title
A name given to the resource
Recomponiendo Confianzas <br />Ensayo Cristologia Magis 5
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Bustos, Jorge
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
Septiembre 2016
Description
An account of the resource
Una definición muy básica de confianza : la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamiento. Es una apuesta a futuro, en que una persona o un grupo cree en cómo actuará otra persona u otros. (Cornu, 1999). Hace ya muchos años que la confianza de la población hacia otros y hacia sus instituciones son tema de análisis en América Latina. En nuestro continente 8 de cada 10 ciudadanos no confían en el otro, en los países nórdicos 8 de cada 10 ciudadanos si confían en el “otro”. (Latinobarómetro, 2015) Esta actitud de desconfianza se ha hecho también presente en Chile y se ha agudizado estos últimos meses, provocando una grave crisis de credibilidad . El gobierno, el parlamento, los partidos políticos, la iglesia, los empresarios, el poder judicial, los medios de comunicación, y en general, todas las instituciones y organizaciones, sean éstas públicas o privadas, están severamente cuestionadas por la ciudadanía. La gravedad de los hechos de corrupción, abusos de poder, enriquecimiento ilícito, actividades monopólicas y oligopólicas, faltas de probidad, ha desarrollado un malestar inmenso en la población, dando lugar a grandes protestas y manifestaciones públicas de descontento. Debido a estas graves situaciones, generadas tanto por organismos públicos como privados, y que han sido ampliamente difundidas, como los casos de colusión con el objeto de subir los precios, en productos y servicios que son comercializados por grandes empresas, como los casos de las empresas del retail, las farmacias, las Isapres (empresas privadas que administran los seguros de salud), los empresarios del papel higiénico, los empresarios que comercializan pollos, etc., etc. La lista es larga y golpea sin duda a toda la población, pero especialmente a las personas de escasos recursos. Este afán de lucro desmedido ha también salpicado incluso a la propia Presidenta de la República, por la cuestionada actuación de su hijo en el uso de información privilegiada en negocios con privados. La iglesia, por su parte, no se ha quedado atrás; sea por los casos de abusos sexuales cometidos por clérigos, sea por la manera como las autoridades eclesiásticas abordaron esta complejidad, lo que ha afectado notoriamente su credibilidad, haciendo que muchos católicos dejen de participar en la iglesia. Por otra parte, el financiamiento ilegal de la política, con bullados casos de millones y millones de pesos que llegan a los partidos políticos enviados por empresarios inescrupulosos, que luego cobran a los parlamentarios en el momento de legislar, de manera que dichas leyes vayan en su beneficio. En los últimos días, el descontento se ha hecho patente por las miserables pensiones de vejez entregadas por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP’s), sistema privado, hoy duramente cuestionado. Con estos ánimos tan crispados, con la desesperanza, la sensación de estar en un callejón sin salida, cabe preguntarse qué podemos hacer como cristianos y como católicos para “Recomponer las Confianzas”. Ante esta realidad, la finalidad de mi trabajo es tratar de responder a la pregunta: ¿Qué haría Cristo en mi lugar ? ¿Cómo nos puede ayudar la mirada de Cristo ante tantas situaciones de desconfianza, descalificación e intolerancia ? Es sin duda un desafío grande, pero absolutamente necesario. Nuestro país no puede seguir de esta manera, es perentorio trabajar para recomponer el tejido social y salir de este círculo vicioso que tanto daño nos hace y nos deja paralizados. Creo que, sin la presencia del Señor, sin su mirada de amor y de misericordia, no podremos salir de esta encrucijada. Me propongo develar algunas claves para entender la mirada que puede tener Cristo para componer las confianzas. La metodología comprende una revisión bibliográfica, revisión de los medios de comunicación escritos, revistas y diarios y el trabajo con las comunidades CVX de Punta Arenas.
Language
A language of the resource
en
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
Type
The nature or genre of the resource
Ensaio
Confiança
Cristologia
Esperança
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/35e029575e09df3d0b2501a640e0f4ff.pdf?Expires=1712793600&Signature=GztuDMU8%7EQhUo1DrPoVEAtEHw2reUlacMOcwnCYHMeY1UfDC4NWmWy2U4dt40IN3iyCd6JD-iePMxHhmfA-PoNg9qJ5DfOzJvU7cgr6jA23lhxysa0kkN5zbtoKpdGAUo8nLY94vW33gWIQL8hhN1VJszDM4OjdZdG9FK%7EXXynR6qhLUTP4QkPdEHirP94YBfAVEoWEwZbeF2QW-kdvu-%7EBap8TPYdG5O4s9l1385nOsgmU8sm5Q73B-w35HjT-UuE4s-%7ErbFPshU-CWMPRkFgYP-lpxOQYjWl5HekJsa7JSZ8I999WygFijeqI9nrbytbA%7EDD4%7EjeyAMINPCj8V4g__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
d36b6920f994bc2b8755ac8e60411fdc
PDF Text
Text
MAGIS 5 RESEÑA DE CRISTOLOGÍA
LIBRO:
JESÚS EN COMUNIDAD
El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
Josep Oriol Tuñi
ALFREDO AGUILAR PELAYO
CVX México
JOSE LUIS GÓMEZ GALLEGOS, SJ
Asesor
Abril 2016
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
RESEÑA DEL LIBRO:
Título
Autor
Año
Editorial
ISBN
JESÚS EN COMUNIDAD.
El Nuevo Testamento, camino de acceso a Jesús
Josep Oriol Tuñi Vancels, sj
1988
Sal Terrae, Santander
8429308229
ACERCA DE MÍ:
Soy Alfredo Aguilar Pelayo, miembro de CVX – México desde 2003, y vivo en la ciudad de San Luis
Potosí, SLP, México. Me dedico profesionalmente a la administración y renta de inmuebles y mi
gran ocupación es al acompañamiento de Ejercicios Espirituales Ignacianos y coordinación de
Grupos de Jesús, como apostolados para llevar la Buena Noticia del Reino de Dios.
POR QUE ESCOGÍ ESTE LIBRO
La selección fue hecha en base a la preparación previa para esta etapa de Cristología, en la cual
leí el libro Dios camina con su pueblo (Rafael Sivatte), que me llevó a descubrir como en el
Antiguo Testamento, la experiencia de Dios del pueblo judío, en la vida ordinaria, los lleva a
relacionarse con Yahvé y a poner su confianza el Él, más lo estudiado en el programa intensivo de
enero en Guadalajara, México, sobre la cristología antropológica, bíblica y sistémica, me invita a
conocer a Jesucristo, ahora desde el Nuevo Testamento, más allá de los evangelios, para así
centrarme y profundizar en el conocimiento de la persona de Jesús y su mensaje.
ESQUEMA QUE ESTRUCTURA Y ORDENA EL TEXTO
El libro, gráficamente, está estructurado de la siguiente manera:
Fig 1 Resumen del libro, en forma de mapa mental (ver mapa, en línea)
Presenta una perspectiva desde el Nuevo Testamento para conocer a Jesús y el Reino de su
Padre, partiendo de la experiencia de las primeras comunidades cristianas, como testigos del
Resucitado. El hilo conductor del libro es el buscar la respuesta a la pregunta:
¿Quién es Jesús?
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
1
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
En la siguiente tabla se muestra en síntesis, para cada capítulo, lo que dice el texto y mi
apreciación y/o descubrimientos, sobre los puntos expresados por el autor.
Cap. Mensaje del autor
1
Nuestra lectura del Nuevo Testamento.
•
Comentario / aprendizaje
¿Quién es Jesús, según estas obras del cristianismo primitivo? ¿Por qué no entendemos la Biblia?
• Los descubrimientos antropológicos nos permiten conocer el lenguaje y contexto
de cuando fueron escritos, para comprender mejor el mensaje.
• Las diferentes traducciones cambian el significado del mensaje, de allí la
importancia de una buena y actual traducción.
• La gente que escribió los libros, nos dice, desde su situación particular, cual fue su
experiencia de Dios y nos transmite su mensaje, a través de su vida.
• Es necesario aprender lo anterior, para ser instruido y conducido al encuentro con
Jesús: “nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”
Mt 11, 27b
2
Pablo y Jesús: una vida compartida
La ”cristología paulina” desde las Cartas (Gálatas, Corintios, Romanos, Timoteo, Tito) describe quien fue
Jesucristo para Pablo (y su comunidad): el Señor, el Mesías. Sin conocer a Jesús, relata quien fue Él, a
través de la experiencia de Jesús Resucitado en su vida.
3
• Al conocer a Jesús, me voy dejando llenar de Él; me transforma en una persona
semejante a Él: en actitudes, pensamientos y acciones.
• Lleno de Él, no puedo más que hablar de él, darlo a conocer a Él.
• La Buena Noticia a predicar es Jesucristo resucitado, quien vivió entre y como
nosotros, sufrió y murió (por predicar el Reino de su Padre).
• Es imitar en nuestra vida, la de Jesús.
Los sufrimientos de Jesús y del cristiano: la 1ª carta de Pedro
Tiene como destinatarios, cristianos emigrantes, que sufren injusticias; los exhorta a tener fe y esperanza,
viviendo en el amor, al estilo de Cristo.
4
• Seguir a Jesús, en la vida ordinaria, ante la injusticia, tiene:
o consecuencias: sufrimiento (pero no lo buscamos por masoquismo, llega…¡por
ser, denunciar, actuar y defender como Jesús, a los rechazados!
o Recompensa: la Gloria, la resurrección a una vida nueva, plena.
• Somos llamados a ser portadores de esperanza entre la gente que sufre injusticias.
La solidaridad de Jesús con los cristianos: La Carta a los Hebreos.
Dirigida esta exhortación a los “cristianos”, para que Jesús nuevo Sacerdote, sea fundamento de nuestra
esperanza. Él es la mismísima ofrenda para salvarnos
• Se hizo uno como nosotros, nos conoce y sabe nuestras penas, … se solidariza con
nosotros.
• La vida de Jesús, nos muestra como Él es ofrenda (víctima) y oferente (sacerdote,
intermediario) para nuestra salvación: ¡para que tengamos vida!
• Él es nuestro modelo, nuestro camino, nuestra inspiración.
5
Jesús en la comunidad joánica: el Evangelio de Juan
Escrito de la comunidad judeo-cristiana, que desde el judaísmo joánico interpela al judaísmo oficial, para
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
2
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
dar a conocer quien es Jesús y cuál es el Espíritu que lo mueve.
6
• Desde la perspectiva farisea de la Ley (que hay que cumplir) y con sus palabras, se
describe la persona de Jesús.
• El evangelio de Juan, nos dice a través de las personas que convivieron con Jesús,
quien es él.
• El Espíritu de Dios es lo que nos hace entender, seguir e identificarnos con Jesús.
• Hay que dar testimonio a la comunidad y en comunidad.
La comunidad joánica y Jesús: las Cartas (1 y 2 Jn)
Desde una situación tensa entre la comunidad joánica, con enfrentamientos entre ellos, por la forma de hacer
culto, se nos muestra como identificarnos con Jesús.
7
• Jesús hombre terreno, es el Mesías e Hijo de Dios
• Su ofrecimiento como víctima (entrega su vida), nos salva.
• Es nuestro ejemplo seguir (desde nuestra propia personalidad), con la guía y
fortaleza del Espíritu.
La tradición sinóptica (I): el Evangelio de Marcos
Una narrativa de la realidad vivida por Jesús, quien presenta al Buena Noticia
8
• Quien primero lo reconoce, es el mal (demonios), quienes nos dicen quién es
Jesús.
• Sus enseñanzas nos van transformando, aunque sabe que somos lentos para
entender y asimilar…
• Seguir a Jesús implica reconocer que su camino pasa por la muerte, de donde la
surge la vida (resurrección).
La tradición sinóptica (II): Lucas y Mateo
Lucas + Hechos: sitúan la vida de Jesús en el marco de la historia de la humanidad, atento a los sufrientes y
conducido siempre por el Espíritu de Dios.
Mateo: muestra el mesianismo de Jesús, como una relectura de las tradiciones de Israel.
9
• Son los apóstoles testigos de la vida de Jesús: quien se preocupa y ocupa de los
que son víctimas de la opresión e injusticias; lo que hacen ellos, es en “nombre de
Jesús”
• Nos ha enseñado todo lo necesario para poder “llevar la Buena Noticia”, … es
nuestra misión, ser como él.
Conclusión: Jesús en comunidad
Podemos conocer a Jesús, a través de las comunidades que siguieron a Jesús Resucitado.
• Desde la experiencia de las primeras comunidades seguidoras de Jesús Resucitado
e impulsadas por el Espíritu de Dios, podemos ir conociendo quien fue Jesús y sus
enseñanzas.
• La transformación de la vida de los seguidores del Resucitado, motiva a decir
quien fue Jesús para ellos, nos describen su vida y obras.
• Todo refiere a un Jesús, hombre terreno, que vivió y convivio entre la gente de su
época.
• Su vida humana es nuestra referencia, ser como Él es nuestra meta.
¿A QUIÉN RECOMENDARÍAS ESTE TEXTO Y POR QUÉ?
Este libro es para todo aquél quiera conocer y tal vez hacerse seguidor de Jesús.
Me queda claro, si no conozco a Jesús no puedo seguirlo; y ahora más que nunca, entiendo la
segunda etapa de los ejercicios ignacianos, donde pedimos “conocimiento interno de Jesús, para
más amarlo y mejor seguirlo”.
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
3
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
Quien quiera conocerlo, interna y profundamente, habría de prestar atención a la vida de Jesús –
hombre y Dios- que fue entregada para dar un mensaje: el del Amor (de su Padre).
Contemplar a Jesús, en su vida terrena, nos enseña de que manera es posible amar (libremente),
como el Padre amó al Hijo, y el Hijo al Padre y a quienes vino a traer su mensaje (o sea nosotros).
“Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado
estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y
nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y
aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.” Mt 11, 25-27
Un medio de acceso a Él, es la Cristología que presenta este libro, y nos ayuda a entender el
“misterio” de la vida de Jesús en un lenguaje actualizado y sencillo, en la manera que lo fue el
mismo Jesús.
El libro muestra como la vida de personas ordinarias (como la de cualquiera de nosotros) ha
cambiado, al reconocer y experimentar la presencia de Dios en su vida; son ellos quienes nos dan
testimonio de como han sido transformados por la persona de Jesús y nos comparten quien es Él.
Los animo a conocer a Jesús, a experimentarlo interiormente y hacerse un apóstol más…
Alfredo Aguilar Pelayo
CVX México
BIBLIOGRAFÍA
ORIOL TUÑI, J. (1988.). JESÚS EN COMUNIDAD. EL NUEVO TESTAMENTO, MEDIO DE ACCESO A JESÚS.
Santander : Edit. Sal Terrae, .
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
4
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Title
A name given to the resource
<strong>Jesús en Comunidad</strong>, Reseña
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
<strong>Aguilar Pelayo</strong>, Alfredo
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
Abril 2016
Description
An account of the resource
Descubrir como en el Antiguo Testamento, la experiencia de Dios del pueblo judío, en la vida ordinaria, los lleva a relacionarse con Yahvé y a poner su confianza el Él, más lo estudiado en el programa intensivo de enero en Guadalajara, México, sobre la cristología antropológica, bíblica y sistémica, me invita a conocer a Jesucristo, ahora desde el Nuevo Testamento, más allá de los evangelios, para así centrarme y profundizar en el conocimiento de la persona de Jesús y su mensaje.
Language
A language of the resource
es
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
José Luis Gómez Gallegos, SJ
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis 5
Cristologia
Magis 5
Magis V
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/38ec4d1928b4f514bbe33a6f5d803762.pdf?Expires=1712793600&Signature=OdNc89cdqeX8gH0uA%7EDJhHVnQTTUx4BS6%7EerJLOkRvEoYvQlPJnjTn9Xs9wiPAxpqVYq3OKyylWYLe6CoyDMz35iKCZk08Yjl3NcL7rGBVLsJ9%7EH3OtfzKJXTDoZ8nRR1t0DsmNJ1XVZcuwgQdBTPlXZ9BpAFTc9jtP7ddPwtu%7EQmCLpS-9LL0Q4yGyURtyeLS94L9ysjWMhPPjRohqHPluwncaU3jVUse6OkLPDvp2sp6lzJeZ%7EA%7EwW2kBh7FlrfmkU2ZEfbDaa771W6AwMxueZ4gw9F9dyxHh1rHtoAdHXhHsD3uDitBtqqAciiNysTK%7ET5Y--3VYMzjCs45bx1Q__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
d36b6920f994bc2b8755ac8e60411fdc
PDF Text
Text
MAGIS 5 RESEÑA DE CRISTOLOGÍA
LIBRO:
JESÚS EN COMUNIDAD
El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
Josep Oriol Tuñi
ALFREDO AGUILAR PELAYO
CVX México
JOSE LUIS GÓMEZ GALLEGOS, SJ
Asesor
Abril 2016
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
RESEÑA DEL LIBRO:
Título
Autor
Año
Editorial
ISBN
JESÚS EN COMUNIDAD.
El Nuevo Testamento, camino de acceso a Jesús
Josep Oriol Tuñi Vancels, sj
1988
Sal Terrae, Santander
8429308229
ACERCA DE MÍ:
Soy Alfredo Aguilar Pelayo, miembro de CVX – México desde 2003, y vivo en la ciudad de San Luis
Potosí, SLP, México. Me dedico profesionalmente a la administración y renta de inmuebles y mi
gran ocupación es al acompañamiento de Ejercicios Espirituales Ignacianos y coordinación de
Grupos de Jesús, como apostolados para llevar la Buena Noticia del Reino de Dios.
POR QUE ESCOGÍ ESTE LIBRO
La selección fue hecha en base a la preparación previa para esta etapa de Cristología, en la cual
leí el libro Dios camina con su pueblo (Rafael Sivatte), que me llevó a descubrir como en el
Antiguo Testamento, la experiencia de Dios del pueblo judío, en la vida ordinaria, los lleva a
relacionarse con Yahvé y a poner su confianza el Él, más lo estudiado en el programa intensivo de
enero en Guadalajara, México, sobre la cristología antropológica, bíblica y sistémica, me invita a
conocer a Jesucristo, ahora desde el Nuevo Testamento, más allá de los evangelios, para así
centrarme y profundizar en el conocimiento de la persona de Jesús y su mensaje.
ESQUEMA QUE ESTRUCTURA Y ORDENA EL TEXTO
El libro, gráficamente, está estructurado de la siguiente manera:
Fig 1 Resumen del libro, en forma de mapa mental (ver mapa, en línea)
Presenta una perspectiva desde el Nuevo Testamento para conocer a Jesús y el Reino de su
Padre, partiendo de la experiencia de las primeras comunidades cristianas, como testigos del
Resucitado. El hilo conductor del libro es el buscar la respuesta a la pregunta:
¿Quién es Jesús?
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
1
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
En la siguiente tabla se muestra en síntesis, para cada capítulo, lo que dice el texto y mi
apreciación y/o descubrimientos, sobre los puntos expresados por el autor.
Cap. Mensaje del autor
1
Nuestra lectura del Nuevo Testamento.
•
Comentario / aprendizaje
¿Quién es Jesús, según estas obras del cristianismo primitivo? ¿Por qué no entendemos la Biblia?
• Los descubrimientos antropológicos nos permiten conocer el lenguaje y contexto
de cuando fueron escritos, para comprender mejor el mensaje.
• Las diferentes traducciones cambian el significado del mensaje, de allí la
importancia de una buena y actual traducción.
• La gente que escribió los libros, nos dice, desde su situación particular, cual fue su
experiencia de Dios y nos transmite su mensaje, a través de su vida.
• Es necesario aprender lo anterior, para ser instruido y conducido al encuentro con
Jesús: “nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”
Mt 11, 27b
2
Pablo y Jesús: una vida compartida
La ”cristología paulina” desde las Cartas (Gálatas, Corintios, Romanos, Timoteo, Tito) describe quien fue
Jesucristo para Pablo (y su comunidad): el Señor, el Mesías. Sin conocer a Jesús, relata quien fue Él, a
través de la experiencia de Jesús Resucitado en su vida.
3
• Al conocer a Jesús, me voy dejando llenar de Él; me transforma en una persona
semejante a Él: en actitudes, pensamientos y acciones.
• Lleno de Él, no puedo más que hablar de él, darlo a conocer a Él.
• La Buena Noticia a predicar es Jesucristo resucitado, quien vivió entre y como
nosotros, sufrió y murió (por predicar el Reino de su Padre).
• Es imitar en nuestra vida, la de Jesús.
Los sufrimientos de Jesús y del cristiano: la 1ª carta de Pedro
Tiene como destinatarios, cristianos emigrantes, que sufren injusticias; los exhorta a tener fe y esperanza,
viviendo en el amor, al estilo de Cristo.
4
• Seguir a Jesús, en la vida ordinaria, ante la injusticia, tiene:
o consecuencias: sufrimiento (pero no lo buscamos por masoquismo, llega…¡por
ser, denunciar, actuar y defender como Jesús, a los rechazados!
o Recompensa: la Gloria, la resurrección a una vida nueva, plena.
• Somos llamados a ser portadores de esperanza entre la gente que sufre injusticias.
La solidaridad de Jesús con los cristianos: La Carta a los Hebreos.
Dirigida esta exhortación a los “cristianos”, para que Jesús nuevo Sacerdote, sea fundamento de nuestra
esperanza. Él es la mismísima ofrenda para salvarnos
• Se hizo uno como nosotros, nos conoce y sabe nuestras penas, … se solidariza con
nosotros.
• La vida de Jesús, nos muestra como Él es ofrenda (víctima) y oferente (sacerdote,
intermediario) para nuestra salvación: ¡para que tengamos vida!
• Él es nuestro modelo, nuestro camino, nuestra inspiración.
5
Jesús en la comunidad joánica: el Evangelio de Juan
Escrito de la comunidad judeo-cristiana, que desde el judaísmo joánico interpela al judaísmo oficial, para
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
2
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
dar a conocer quien es Jesús y cuál es el Espíritu que lo mueve.
6
• Desde la perspectiva farisea de la Ley (que hay que cumplir) y con sus palabras, se
describe la persona de Jesús.
• El evangelio de Juan, nos dice a través de las personas que convivieron con Jesús,
quien es él.
• El Espíritu de Dios es lo que nos hace entender, seguir e identificarnos con Jesús.
• Hay que dar testimonio a la comunidad y en comunidad.
La comunidad joánica y Jesús: las Cartas (1 y 2 Jn)
Desde una situación tensa entre la comunidad joánica, con enfrentamientos entre ellos, por la forma de hacer
culto, se nos muestra como identificarnos con Jesús.
7
• Jesús hombre terreno, es el Mesías e Hijo de Dios
• Su ofrecimiento como víctima (entrega su vida), nos salva.
• Es nuestro ejemplo seguir (desde nuestra propia personalidad), con la guía y
fortaleza del Espíritu.
La tradición sinóptica (I): el Evangelio de Marcos
Una narrativa de la realidad vivida por Jesús, quien presenta al Buena Noticia
8
• Quien primero lo reconoce, es el mal (demonios), quienes nos dicen quién es
Jesús.
• Sus enseñanzas nos van transformando, aunque sabe que somos lentos para
entender y asimilar…
• Seguir a Jesús implica reconocer que su camino pasa por la muerte, de donde la
surge la vida (resurrección).
La tradición sinóptica (II): Lucas y Mateo
Lucas + Hechos: sitúan la vida de Jesús en el marco de la historia de la humanidad, atento a los sufrientes y
conducido siempre por el Espíritu de Dios.
Mateo: muestra el mesianismo de Jesús, como una relectura de las tradiciones de Israel.
9
• Son los apóstoles testigos de la vida de Jesús: quien se preocupa y ocupa de los
que son víctimas de la opresión e injusticias; lo que hacen ellos, es en “nombre de
Jesús”
• Nos ha enseñado todo lo necesario para poder “llevar la Buena Noticia”, … es
nuestra misión, ser como él.
Conclusión: Jesús en comunidad
Podemos conocer a Jesús, a través de las comunidades que siguieron a Jesús Resucitado.
• Desde la experiencia de las primeras comunidades seguidoras de Jesús Resucitado
e impulsadas por el Espíritu de Dios, podemos ir conociendo quien fue Jesús y sus
enseñanzas.
• La transformación de la vida de los seguidores del Resucitado, motiva a decir
quien fue Jesús para ellos, nos describen su vida y obras.
• Todo refiere a un Jesús, hombre terreno, que vivió y convivio entre la gente de su
época.
• Su vida humana es nuestra referencia, ser como Él es nuestra meta.
¿A QUIÉN RECOMENDARÍAS ESTE TEXTO Y POR QUÉ?
Este libro es para todo aquél quiera conocer y tal vez hacerse seguidor de Jesús.
Me queda claro, si no conozco a Jesús no puedo seguirlo; y ahora más que nunca, entiendo la
segunda etapa de los ejercicios ignacianos, donde pedimos “conocimiento interno de Jesús, para
más amarlo y mejor seguirlo”.
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
3
�Reseña sobre Cristología. Magis 5
Alfredo Aguilar Pelayo
Quien quiera conocerlo, interna y profundamente, habría de prestar atención a la vida de Jesús –
hombre y Dios- que fue entregada para dar un mensaje: el del Amor (de su Padre).
Contemplar a Jesús, en su vida terrena, nos enseña de que manera es posible amar (libremente),
como el Padre amó al Hijo, y el Hijo al Padre y a quienes vino a traer su mensaje (o sea nosotros).
“Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado
estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y
nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y
aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.” Mt 11, 25-27
Un medio de acceso a Él, es la Cristología que presenta este libro, y nos ayuda a entender el
“misterio” de la vida de Jesús en un lenguaje actualizado y sencillo, en la manera que lo fue el
mismo Jesús.
El libro muestra como la vida de personas ordinarias (como la de cualquiera de nosotros) ha
cambiado, al reconocer y experimentar la presencia de Dios en su vida; son ellos quienes nos dan
testimonio de como han sido transformados por la persona de Jesús y nos comparten quien es Él.
Los animo a conocer a Jesús, a experimentarlo interiormente y hacerse un apóstol más…
Alfredo Aguilar Pelayo
CVX México
BIBLIOGRAFÍA
ORIOL TUÑI, J. (1988.). JESÚS EN COMUNIDAD. EL NUEVO TESTAMENTO, MEDIO DE ACCESO A JESÚS.
Santander : Edit. Sal Terrae, .
Jesús en Comunidad El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
4
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
JESÚS EN COMUNIDAD <br />El Nuevo Testamento, medio de acceso a Jesús
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Aguilar Pelayo, Alfredo
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
Abril, 2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Reseña do Libro Jesús en Comunidad. Módulo Cristologia. Programa Magis V<br /><br />La selección fue hecha en base a la preparación previa para esta etapa de Cristología, en la cual leí el libro Dios camina con su pueblo (Rafael Sivatte), que me llevó a descubrir como en el Antiguo Testamento, la experiencia de Dios del pueblo judío, en la vida ordinaria, los lleva a relacionarse con Yahvé y a poner su confianza el Él, más lo estudiado en el programa intensivo de enero en Guadalajara, México, sobre la cristología antropológica, bíblica y sistémica, me invita a conocer a Jesucristo, ahora desde el Nuevo Testamento, más allá de los evangelios, para así centrarme y profundizar en el conocimiento de la persona de Jesús y su mensaje.
Language
A language of the resource
es
Publisher
An entity responsible for making the resource available
<span>Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá <br /></span>
Programa Magis
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
CVX LA
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
MAGIS V
Relation
A related resource
Título JESÚS EN COMUNIDAD.
El Nuevo Testamento, camino de acceso a Jesús
Autor Josep Oriol Tuñi Vancels, sj
Año 1988
Editorial Sal Terrae, Santander
ISBN 8429308229
Cristologia
Magis V
Magis5
Reseña
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/02c3c39c7eedb782da998af88cfc8669.pdf?Expires=1712793600&Signature=r1Fqi3%7E2pYtexK4x2SogRBwdwORnw1C5LfJczQXPELJKfG9NgzMeCfso0u5bOO9OOsyK-a5O7OCrxnMSRSZRObMbVL9o10azAYB0nxmLkByz78jW0uaoUyOltvobInf7kI2Hg9279iHrTKWz308TkC9i4ms1YFNLHKW-Jyccjp7k2UXYkZVkt1ZrZPorhnsPvy40G65Z4%7ETogbvJn9qqMAHgtgSHQf8JE2IlNa5Nu4wJdh3cNtz4mr8ekZW2ynEjc44wPQ%7EuaD3MCsdeH%7ERmLD9KnmteJ5BYOeJbVHgDPzp-1TKCR9P6vbYy1Na88zWZz7%7ERw81-237EmityPTLjSg__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
f1e0b3a578af49131d793b18c1de3c60
PDF Text
Text
CRISTOLOGIA EM
IMAGENS
Patrícia Cristina Rodrigues
Tutor : Dr. Alex Villas Boas
�Justificativa
O Desejo de fazer esse trabalho usando obras de
grandes expoentes da arte, vem de uma
conjunção de fatores: do meu gosto pela arte,
que é muitas vezes fonte
de alegria e
ressurreição no meu cotidiano e também do fato
da arte ter se tornado para mim um caminho
direto de comunicação com Deus.
Baseado nas contemplações desenvolvidas nos
Exercícios Espirituais e em especial na
Contemplação para Alcançar o amor , EE 230 à
237, perceber a beleza em todos e em tudo, e
como não usar a arte como instrumento para tal,
se ela é local propício onde a beleza se deixa
encontrar?
�Justificativa
No curso presencial do Magis V trabalhamos as
quatro dimensões que fundamentam a CVX, que
são a Formação, a Espiritualidade a Comunidade
e o Apostolado .
Ratificamos a importância de se fazer
experiências pessoais de fé , desenvolvendo
nossa mistagogia, e também a dimensão
missionária do cristão, fortificando em mim o
desejo de fazer um trabalho que fosse mais que
teórico, mas que pudesse ser efetivo na prática
de oração diária, ajudando no desenvolvimento
espiritual de quem quiser se beneficiar desse
"Guia de Contemplações Evangélicas” que vai
revisitando importantes pontos da Cristologia,
no que para mim se tornou um exercício
missionário catequético.
�Introdução
Estudar Cristologia em imagens permite despertar os sentidos interiores:
"As imagens são assistentes da Liturgia; consequentemente, a oração e a
contemplação, em que elas se formam, devem participar na oração e na visão
contempladora da Igreja: tanto a dimensão eclesiástica como a ligação interior à
História da Fé, inclusivamente escritos e tradição, são componentes essenciais da
Arte Sacra.”
"As imagens de Cristo e dos Santos não são fotografias. A sua natureza é conduzir
para além daquilo que se consegue comprovar somente ao nível material, despertar
os sentidos interiores tal como ensinar um novo olhar, capaz de distinguir o invisível
dentro do visível.”
"A sacralidade da imagem baseia-se precisamente na sua proveniência do olhar
interior, o qual gera uma visão interior. Ela deve ser fruto de uma contemplação
interior, de um encontro da Fé com a nova realidade do ressuscitado que gera o olhar
interior e leva ao encontro da oração com o Senhor.”
Joseph Ratzinger (Bento XVI). In Introdução ao espírito da liturgia, ed. Paulinas
Numa possibilidade de encarnação do mistério, as obras de arte são criadas
permitindo concretizar efetivamente o que a imaginação fugaz só delineia.
�Introdução
Diz ainda Bento XVI:
“Artistas em todas as épocas tem oferecido eventos-chave no mistérios da salvação através
da contemplação e admiração causadas na sua representação da beleza.”
Para quem acredita, todo dom vem do alto, sendo o artista crente ou não crente, suas
obras sempre podem se transformar em instrumentos reveladores do mistério.
“A imagem está proclamando o evangelho”
Basta um olhar atento, ou algo que ajude a despertar esse olhar.
A interpretação do artista traz a sua forma de contemplar e quem vê escuta a sua
homilia.
"A imagem sagrada na cultura visual de hoje, pode expressar muito mais que a palavra,
porque na a sua vivacidade a mensagem do Evangelho é muito eficaz".
No contexto atual midiático, essa forma de linguagem é muita adequada pois de forma
rápida , concreta e atraente a imagem facilita a imaginação de uma cena, sempre
permitindo ainda a liberdade do que a contempla.
�CRISTOLOGIA EM
IMAGENS
�E na plenitude dos tempo "As Três pessoas Divinas
olhavam toda a superfície do mundo”...
(EE 102-109)
Filho
Pai
Espírito Santo
��Seus olhares que dizem tanto...
�O Olhar e uma das mãos do
Espírito estão voltados para o
mundo...
�E o que ele vê?
��A ciência e o sentimento trinitário
de que algo precisa ser feito...
�E assim o Pai decide enviar o seu filho
amado para salvação da humanidade
O Seu olhar é resoluto e suas mãos
indicam o caminho de seu filho
�Jesus , filho obediente,
prontamente assume sua
missão, e olha fixamente para
mim...
Que terá a me dizer ?
Fará algum convite?
Que respostas espera de mim?
�Uma mão de cada pessoa da trindade
aponta para o cordeiro imolado
A missão das pessoas da trindade é diversa, porém o
objetivo é único :
"Façamos a redençao do gênero humano !”(EE107)
�Em sua imensa misericórdia a Trindade veio
acolher a humanidade ferida
�O Espírito em chamas
de amor que vem
recobrar o ânimo de
viver.
O Filho que de joelhos beija os
pés da humanidade
O Pai que se inclina
para sustentar o ser
humano caído
�Anunciação
(EE 108)
(Lc1,26-38)
"O Anjo executando
seu serviço de
embaixador e Nossa
Senhora
humilhando -se e
dando graças a sua
divina majestade"
�Anunciação
E mesmo diante do
assombramento
que o anjo causara,
ela disse sim !
�E o verbo se fez carne
�TECENDO A ESPERANÇA
“No Natal, meditamos o feito da
profunda humildade de Jesus,
que assumiu toda nossa
humanidade e nos recordou que
somos templo de Deus.
Já começamos a pertencer a
Deus . Deus entrou em nosso
mundo através de Jesus,
fazendo deste mundo algo seu."
[...]
(Boff, 2010 , México)
�TECENDO A ESPERANÇA
"O mesmo Deus que
penetrou a nossa
realidade, com todas as
suas consequências ,
assumindo a fundo todo o
humano , e somente dai
redimindo -o."
(Boff, 2010 , México)
�TECENDO A ESPERANÇA
Com seu sim, cada
mãe está dando seu
voto de esperança
na construção de
um mundo melhor.
Gestando em si
mesma enormes
possibilidades de
amor, de criação e
mudanças.
�A visita dos Pastores (EE 265)
(Lc 2, 15-20)
A mãe feliz que apresenta seu recém nascido à gente de boa vontade
Em seus rostos o contentamento tão simples e verdadeiro de
receber uma nova vida.
�A visita dos Pastores (EE 265)
(Lc 2, 15-20)
A ternura e
contentamen
to do olhar
da senhora
A satisfação
expressa no
rosto e nas
mãos do
pastor
A alegria do
pastor e a
curiosidade
da ovelha
O cuidado da mãe. A
luz sobre a criança.
O Pastor de
joelhos que
fervorosamente da
graças
�Nossa Senhora e apresentação do menino Jesus (EE 268)
(Lc 2, 19-34)
“Maria conservava todos estes
acontecimentos , meditando os em seu
coração” LC 2 , 19
José e Maria admiravam-se do que se dizia
a respeito de Jesus. Simeão abençoou-os,
mas depois disse a Maria: Uma espada
atravessará a tua alma, porque esta
criança será rejeitada por muitos em
Israel, mas para ruína deles. Lucas 2:23
��Nossa Senhora e apresentação do menino Jesus (EE 268)
(Lc 2, 19-34)
Numa atitude inteiramente
voltada para o seu interior, Maria
parece tomar consciência
profunda de um estado de espírito
de sumo afeto, suma proteção e
ternura e, ao mesmo tempo, de
tristeza.
Nos seus olhos uma luz parecida
com a que existe no interior de
uma catedral — uma espécie de
penumbra.
�A vida oculta de Jesus em Nazaré
(Lc2,50-52)
O inocente filho do carpinteiro de nazaré
brincando com pregos : intuindo o seu destino
?
�José ensinando seu ofício ao menino
(EE271)
E o Menino crescia e tornava-se robusto, enchendo-se de
sabedoria. E a graça de Deus estava com Ele. (Mc 6,3)
�A luz do menino que é mais forte que a vela, iluminando
o rosto de São José.
�Sagrada Família (EE 271)
O olhar atento
do pai que
surpervisiona
surpreso o
trabalho do
filho
A dor da mãe que
intuiu o futuro do
filho ?
O Filho habilidoso mostrando ao pai
como aprendera o seu ofício
�Menino Jesus no templo (EE 272)
(Lc 2, 41-50)
Sua sabedoria aos 12 anos já intrigava os doutores do
templo
�Menino Jesus no templo (EE 272)
(Lc 2, 41-50)
Consternação,
arrependimento ?
Questionamento,
discussão
Inteligência revelando as coisas do céu
Reflexão
�A vida pública de Jesus : o Batismo no Jordão (EE 273)
(Mt 3, 13-17)
��“Eis meu filho
amado , no qual
ponho meu
agrado”
Os braços de Jesus quase
levantando vôo... Em sintonia
com a pomba do Espírito.
Quero o mesmo que Tu ,
Senhor !
A escuridão fria
O Reflexo de Jesus nas aguas... A luz calorosa de Deus ,
revelando-lhe quem era e a sua missão
�Chamado dos Apóstolos (EE275)
(Mt 4)
�Chamado dos Apóstolos (EE275) (Mt 4)
É Jesus quem chama...
Que critérios ele usa?
O quanto quero estar com ele?
Fui escolhido.
Sinto alegria
apreensão, medo?
Por que eu?
Onde me levará
esse convite?
Os que não serão escolhidos...
Como lido com a recusa? Me revolto ,
me afasto ou acredito que Deus tem
outros desígnios
O Penúltimo a ser
chamado... Achei que não
chegaria a minha vez?
�Parábolas de Jesus
Jesus pregava-lhes a palavra de Deus com muitas parábolas,
conforme eram capazes de entender. E não lhes falava senão
em parábolas; mas, em particular, tudo explicava aos seus
discípulos.
Mc 4, 33-34
�O Semeador
Mc 4, 1-20
��“Saiu o semeador a semear. ”(...)
O Homem que trabalha de sol a sol,
depositando na terra seus sonhos, seus
desejos, suas tentativas de uma vida melhor.
"Enquanto semeava, uma parte da semente
caiu à beira do caminho; vieram as aves e
comeram-na.”
Os projetos e sonhos que temos na vida e
que morrem antes de começar.
“Outra parte caiu em terreno pedregoso,
onde não havia muita terra; logo brotou,
porque a terra não era funda.
Mas, quando o sol nasceu, queimou-se e,
como não tinha raiz, secou."
As tentativas que parecem dar muito certo
no início, mas se convertem em frustração
por não terem persistência.
Mc 4, 1-20
�Mc 4, 1-20
Outra parte caiu entre espinhos; os espinhos
cresceram e sufocaram-na e não deu fruto.
A projeto que se desenvolve, persiste
porém não se renova e dá frutos.
Outras sementes caíram em boa terra e
começaram a dar fruto, que vingou e
cresceu, produzindo trinta, sessenta e cem
por um.
Enfim a semente cai na terra boa, depois de
tantos fracassos. Essa que tem raízes
profundas, força para fazer crescer e
renovar-se.
�O Filho pródigo
(Lc 15, 11-32)
��O Pai : Verdadeiro protagonista
Um ancião quase cego de mãos abertas
simbolizando a misericórdia de Deus que
reconhece o filho , mas é lento para a ira.
Suas mãos acolhedoras são o foco da luz
e convidam o nosso olhar a reconhecer
esse abraço.
�O Abraço do Pai
As mãos e o corpo inteiro do pai parecem
envolver o filho, como uma galinha
protege seus filhotes sobre as suas asas
O Filho mal tem coragem de levantar a
cabeça
Memória de ter abandonado e gastado a
herança do Pai dissolutamente?
�O Filho pródigo
Filho tem o seu cabelo raspado,
as roupas e os sapatos rotos. Sua
dignidade também estaria
rasgada?
Sua face imberbe e a posição do
seu rosto lembram a de um bebê
que quer voltar para o útero
materno
�A oposição das mãos do Pai:
Sua mão esquerda é forte e
masculina dando sensação de
proteção e segurança enquanto a
direita tem dedos mais delicados
e femininos, trazendo consolo ,
carinho e acolhimento.
A dualidade dessas mãos deixa
entender a grandeza de Deus que
é ao mesmo tempo Pai e Mãe.
O Paralelismo das mãos do pai com os
pés rotos do filho : a misericórdia que
se encarna
�O Filho mais velho
O olhar fixo do filho mais velho , suas
mãos crispadas sob um bastão , em
oposição as mãos de seu pai e seu
distanciamento do abraço dão a
intensidade do seu descontentamento.
Seu coração também se distanciou do
amor. Este filho não quer participar da
festa do Pai .
�O Filho pródigo
"Misericórdia: é a palavra
que revela o mistério da
Santíssima Trindade."
Papa Francisco
Na misericórdia de Deus
se reflete e revela o
amor eterno do pai, do
filho e do Espírito Santo
�Jesus expulsa os vendilhões do templo (EE 277)
(Jo 2, 13-25,)
A minha casa é casa de oração; e vós fizestes
dela um covil de ladrões».
��A revolta de Jesus pelo desrespeito a casa do pai
Os que se
intrigam com a
coragem e
autoridade de
Jesus e
perguntam :
“Que sinal nos
mostras para
fazeres isto?"
Gente distraída que comerciava , conversava, sem nenhum cultivo
espiritual. Alguns se assustam com a atitude Jesus , outros nem o notam.
�Como Cristo Nosso Senhor acalmou a tempestade (EE 279)
(Mt8, 23-27)
��O Desespero dos
apóstolos : " E eis que
no mar se levantou
uma tempestade, tão
grande que o barco era
coberto pelas ondas."
�“E os seus discípulos,
aproximando-se, o
despertaram, dizendo:
Senhor, salva-nos! que
perecemos."
"E ele disse-lhes: Por que
temeis, homens de pouca
fé? Então, levantando-se,
repreendeu os ventos e o
mar, e seguiu-se uma
grande bonança."
"Ele, porém, estava dormindo."
�A Santa Ceia (EE 289)
Jo 13
�A Santa Ceia (EE 289)
Jo 13
Uma vivência a se experimentar a partilha da mesa com os amigos: Se contarmos bem
só temos 11 apóstolos e umlugar vago ao lado de Jesus, convidando-nos a tomar parte
desse banquete
�Descobrir jesus no outro e no serviço mútuo.
A experiência pessoal e comunitária do
corpo de Cristo, a partir da experiência
cotidiana das comunidades que vivem com
Jesus no caminho da comunhão dos Cristãos
��A Santa Ceia (EE 289)
Jo 13
A cor da pele e os traços físicos
típicos da região. É o povo
simples da Latino América
O Jesus amigo
que abraça e
convida : tem
um lugar para
você também !
As posturas
corporais
mostrando
familiaridade do
grupo
A ceia em meio a natureza típica
da região de Querência (MT) Brasil
A banana e o chimarrão partilhados
juntamente com pão e o vinho
�Os Mistérios da Cruz (EE 297)
Jo 19,23-27
Cristo tão humano
e jovem que deu
sua vida para
orientar a nossa .
A cabeça pende,
entregue ao
sacrifício.
A luz sobre o seu
corpo forma um
triângulo,
reforçando sua
união com a
trindade.
��Os Mistérios da Cruz (EE 297)
Jo 19,23-27
A sombra que não reflete a
sua real posição.
O Absurdo do sacrifício do
inocente ?
O Ressuscitado que se vai?
A última visão do Cristo agonizante...
Memórias da sua vida com os
discípulos?
Preocupação com seu apostolado?
�A Ressurreição
O Momento
exato em que a
vida vence a
morte
�O Corpo desfalecido.
Os punhos cerrados:
a morte parece
querer impedir a
ressurreição de
prosseguir
�A dor da mãe que recebe o corpo morto do filho
��A dor da mãe que recebe o corpo morto do filho
A Paz do dever cumprido
O Corpo entregue e sem
vida
�Pietá
A tristeza e a revolta
A Dor inexprimível
�Aparições do ressuscitado EE 303
Lc 24, 13-35
��Discípulos de Emaús EE 303
Lc 24, 13-35
�Discípulos de Emaús EE 303
Lc 24, 13-35
"Ao se aproximarem
do povoado para o
qual estavam indo,
Jesus fez como quem
ia mais adiante.”
A posição dos
seu pé direito
anuncia seu
desejo de
partir
�Discípulos de Emaús EE 303
Lc 24, 13-35
Mas eles insistiram muito com ele: "Fique
conosco, pois a noite já vem; o dia já está quase
findando". Então, ele entrou para ficar com eles.
Mesmo sem saber por que aquela companhia
os agradara, les trouxera conforto e consolo,
fazendo “arder seus corações”.
�Oitava aparição de Jesus EE 308
Jo 21, 1-14
��...E, sendo já manhã, Jesus se
apresentou na praia, mas os
discípulos não conheceram que era
Jesus.
Disse-lhes, pois, Jesus: Filhos, tendes
alguma coisa de comer?
Responderam-lhe: Não.
E ele lhes disse: Lançai a rede para o
lado direito do barco, e achareis.
Lançaram-na, pois, e já não a podiam
tirar, pela multidão dos peixes.
João 21:4-6
�O Dia que veio depois de
outra noite de fracasso, sem
nada pescar.
Ao pedido do Pai lançam as redes. A água
agora está quente e clara e cheia de peixes,
mais do que as redes eram capazes de
apanhar.
A água escura e fria, sem peixes... O
coração desmotivado dos discípulos:
não tinham mais em quem acreditar,
não tinham mais um ideal a quem
dedicar suas vidas.
�Bibliografia
• Introdução ao espírito da liturgia_ Joseph Ratzinger
• A volta do filho pródigo - Henry Nouwen
• The Beauty of Holiness: Sacred Art and the New Evangelization
Jem Sullivan
• Em torno da questão da verdade - Antônio Manzatto
• Secretariado Nacional da Pastoral da Cultura
http://www.snpcultura.org/index.html
•
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
Imagens em ordem de apresentação
Trindade - Cláudio Pastro
Trindade misericordiosa- Caritas Muller
Anunciação -Daniel Bonnell
Autoria desconhecida
Teciendo la Esperanza- Autor desconhecido
Visita dos Pastores- Autoria desconhecido.
Virgem mãe da ternura- Vladimir
�Bibliografia
7) L'Enfant-Jésus jouant avec un clou- Paolo Bernini
8) São José Carpinteiro- Georges de La tour
9) Sagrada Família- Museu Nacional do México
10) Menino Jesus no templo- Desconhecido
11) O Batismo de Jesus- Daniel Bonnell
12) Ordenação do apóstolos- James Tissot
13) Semeador- Van Gogh
14) O Filho pródigo - Rembrandt
15) Purificação do templo- El Greco
16) A tempestade acalmada- Caritas Muller
17) Santa Ceia- Cerezo Barredo
18) Cristo de São João da Cruz. Salvador Dalí
19) Ressurreição- Daniel Bonnell
20)Pietá- Michelangelo Buonarotti
21) Emaús- Daniel Bonnell\
22)Emaús- Museu Nacional do México
23) Joga suas redes novamente- Daniell Bonnell
�Imagens adicionais
���Samaritano
��Ovelha perdida
�Tentação de Cristo?
�Samaritana
�Chamado pelo nome
Samaritano
�Cristo nos ensinando o caminho a
verdade e a vida
�
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/bec2f1baf0935d55b57d265e15148838.pptx?Expires=1712793600&Signature=Or4E3bHbrjN6z-F90eDfX5zReTRhfB7ss4ltdoOHCnZQPYI2-oGhOB111jgInrHlbKRWLVChvpjhodY6-oViIjhLUDN739BtWx0W%7EdkpBh%7EvoUMXxsN%7EazDlnmfAwJSHEGLzWZnElnmJA5VSXuZja8z1Y5aDBXvQu1CasEs-SI0gppxMlLwayDgYumDg%7EdhwpksYaqO%7E6wCMhoYASowhsBef7iKKlWbCnBx5xahvbEjHBTSvnxS%7EN1cPqkHfTR6%7EZdOejMoDjXk56oaDmrtcydejOP2b87%7ECcVrpWAypf4f7OuLfmHqGi28wwyW5gQt05A%7E6WpvcfEWool2rHpCpwA__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
238b2535143aeb9aa0ee97ca8712d7e3
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Cristologia em imagens
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Rodrigues, Patrícia Cristina
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho Etapa Cristologia Magis V
Baseado nas contemplações desenvolvidas nos Exercícios Espirituais e em especial na Contemplação para Alcançar o amor , EE 230 à 237, perceber a beleza em todos e em tudo, e como não usar a arte como instrumento para tal, se ela é local propício onde a beleza se deixa encontrar?
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Villas Boas, Alex (orient.)
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF; PPTX
Type
The nature or genre of the resource
Apresentação
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Arte
Contemplação para Alcançar o Amor | Contemplación para alcanzar el amor
Cristologia
EE 230-237
Imagem
Obra de Arte
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/4161151f36cf68c1637b0132a82c2283.pdf?Expires=1712793600&Signature=nqocZhmSk38SMOI0tQ9N9nrBUZlVZQV53yT6K4iZhj3P2EjfRDRXUxlNPbTJ6w3fDvlx15KRvplhBmfGES4ay23FZOWnDvhiPqdacywFT6g%7E5lvlmjqIn%7Edi6nEp%7Edq2FTMyL8-IhMVY7J8OynG2vkFyzn7Wmc5UmaeQaynRJiI9DVNJxKyC7iBaf4Rzoe9vSifwomhbqg1og2g8AatC65nMNsGg0n1fjWaiPrzDjccjPmg%7EKD8qTUbWKBmxyVNFDZ66QzRKzub8%7EDxITD82OrJTvO%7EXpNP9brYnwMHIl8SgjllW24kBq2d0%7ELYzmEvWcLZnmhDpJb-vMWpazU0n9A__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
1618ee4ee61a579077b25e008b6184b2
PDF Text
Text
�Figura 1: Pastro, Cláudio. Ícones bizantinos. Disponível em www.pinterest.com. Acesso em 06 de setembro de 2016. Imagem
modificada pela autora.
�Em tudo dai graças!
Ao findar este trabalho, e ao relembrar todos os momentos vividos, agradeço a Deus que,
como um menino e como uma mãe, tem cuidado e guiado os meus passos. Agradeço a Santo
Inácio, pela preciosidade de seus ensinamentos e palavras. Agradeço à CVX1 (em particular
minha pequena comunidade Profeta Peregrino) que, pela força de uma mulher, Maria, tem
buscado, na vida cotidiana, seguir e amar Jesus. Agradeço com carinho à irmã Bruni, pela
orientação espiritual, e ao Edson, pela tutoria intelectual. Agradeço aos autores referenciados
– sobretudo à Ivone Gebara – pelas inspirações encontradas nos artigos e livros. Agradeço ao
grupo brasileiro do MAGIS 52, à Escola de Fé e Política Dom Pedro Casaldáliga e ao querido
grupo de estudos Laudato si. Agradeço às irmãs da Congregação da Sagrada Família
(Margarida, Inês, Francisca, Goretti e Maria das Neves) e às Cônegas de Santo Agostinho
(Cecília, Genenviéve, Graça e Maria Valéria). Agradeço especialmente a: Cassimira, Joana,
Maria, Ana, Ângela, Elisângela, Cauane, Mailce, Taís, Camila Reimi, Lilian, Cami, Maria
Letícia, Malu, Meire, Juce, Sandra, Graça (de Brasília), Maria de Jesus, Adriana, Aline,
Etiene, Gerci, Joseane, Helma, Luzian, Célia, Rosinha, Patrícia, Zefinha, Graça (de João
Pessoa), Juliana, Natiele, Ilka, Joanita, Nevinha, Núbia, Ziza, Raquel, Sumaia... e a tantas
mulheres que suscitam e refletem para mim a face de Cristo! Agradeço, por fim, in memorian,
à Saara, jovem com quem tive a alegria de conviver e trabalhar na Paraíba, vítima de
feminicídio, e que me ensinou, dentre outras coisas, o quanto há de dor por trás dos números
de violência contra a mulher. Enfim:
“Em tudo dai graças, porque esta é a vontade de Deus em Cristo Jesus para
convosco.” (1 Tessalonicenses 5,18)
1
2
CVX: Comunidade de Vida Cristã.
MAGIS 5: Programa de Formação Teológica da CVX latino-americana, quinta edição.
�Índice
Preâmbulos ________________________________________________________________ 5
... Deixou, pois, a mulher o seu cântaro, e foi à cidade... ____________________________ 10
... E disse àqueles homens... __________________________________________________ 13
Ressonâncias... Ou pro-vocações? _____________________________________________ 14
Inspirações bibliográficas ___________________________________________________ 18
�5
Preâmbulos
O Programa de Formação Teológica MAGIS para a CVX latino-americana apresenta
como objetivos para este trabalho de conclusão: integrar o conhecimento cristológico com a
própria experiência pessoal de fé, a partir da própria vocação; encontrar estratégias criativas
para transmitir a Boa Nova de Jesus ao mundo de hoje, fundamentando nossa fé; articular as
quatro dimensões propostas pelo programa (intelectual, comunitária, apostólica e espiritual),
apresentando a relevância de Jesus em algum ambiente em particular.
Diante destes quesitos, destaco sobremaneira o primeiro, que de forma especial se
relaciona ao objetivo pessoal que tracei diante do MAGIS – aprofundar a experiência de Deus
e fazê-la refletir naquilo que sou e faço.
Destaco também que, nas inúmeras formas para viver e falar de Cristologia, optei em
pautar este trabalho na inspiração surgida durante a etapa intensiva do MAGIS, realizada em
janeiro de 2016, na cidade de Guadalajara, México. Ao reforçar, pelos grupos de partilha no
encontro presencial, a percepção de como a espiritualidade inaciana está arraigada na
experiência, calcada na vida cotidiana, a intuição feminina (ou será o espírito?) me trouxe a
ideia de tratar, ao longo da formação, temas relacionados à minha história pessoal.
Segundo Vélez (2001), o estudo teológico a partir da perspectiva feminista considera-se
contextual, ou seja, toma como ponto de partida a vivência das mulheres e assim realiza a
interpretação dos textos bíblicos. Ao partir da minha realidade de mulher, optei, para este
primeiro trabalho, por refletir sobre a relação de Cristo com as mulheres, traçando um recorte
para possíveis chaves de leitura e simbologias do encontro de Jesus com a samaritana (Jo 4, 542). A Cristologia se une, neste caso, não só à minha história, mas também à proposta da
segunda semana dos Exercícios Espirituais de Santo Inácio (buscar o conhecimento interno de
Jesus), transformando este trabalho em uma narrativa da samaritana para seu encontro pessoal
com o Cristo. Aproximando a temática da mulher a Jesus, como apresenta Gebara (1994) em
seu livro Teologia em ritmo de mulher, é como se eu optasse por uma Cristologia a partir do
povo.
O desenvolvimento do tema se dará por meio de um texto de caráter mais intimista e de
questões/imagens/músicas que, de certa forma, trazem elementos que poderão ser utilizados
posteriormente em momentos de oração e diálogo que falem da nossa própria realidade e
trabalhem o olhar da mulher sobre Jesus e o mundo que a rodeia.
�6
Pensando neste mundo que me rodeia, ou seja, a partir da minha interação com o contexto
sociopolítico, existem sinais que me apontam a importância dessa temática e jogam luzes
sobre a necessidade de desenvolver este trabalho.
Ressalto, por exemplo, o fato de que a região nordeste do Brasil apresenta altos índices de
violência contra a mulher (há, inclusive, um membro da CVX local que estuda a relação entre
morte de mulheres e evolução no tratamento do assunto no ordenamento jurídico brasileiro).
De acordo com Waiselfisz (2015), no mapa da violência contra as mulheres no Brasil, entre
2003 e 2013, o registro de casos no estado da Paraíba - onde atualmente resido – mais que
triplicou.
Em um país de proporções continentais e tão heterogêneo como o Brasil, felizmente isso
não representa uma tendência nacional. Enquanto João Pessoa, e outras capitais como Vitória,
Maceió e Fortaleza possuíam em 2013 as taxas mais elevadas de feminicídios (acima de 10
por 100 mil mulheres), houve capitais, sobretudo São Paulo e Rio de Janeiro, que reduziram
essa taxa (WAISELFISZ, 2015).
Por outro lado, se observarmos o cenário internacional, dados recentes sobre a taxa média
de assassinatos de mulheres no Brasil (4,8 por 100 mil) mostram um valor 2,4 vezes maior
que a média internacional3 (WAISELFISZ, 2015). São 13 mulheres assassinadas por dia no
Brasil, tomando como referência o ano de 2014 (IPEA e FBSP4, 2016). Ou seja, temos muito
a melhorar.
Segundo o Dossiê Mulher 2015, a maior porcentagem de violência contra as mulheres
refere-se à sexual (além desta categoria, temos a violência física, patrimonial, psicológica e
moral). Recordo, neste momento, um caso intensamente divulgado na mídia nacional e
internacional sobre o estupro coletivo de uma jovem de 16 anos no Rio de Janeiro. E recordo
também que, infelizmente, este é um dentre recorrentes casos. Observando os dados de
violência sexual, em 2014, foram registrados no Rio 4.725 casos de estupro e 586 de
tentativa.
Para além dos números, choca saber que os casos de violência sexual são os que mais
sofrem de subnotificação. Ainda segundo o dossiê fluminense, citando Kenarik Boujikian5
(2015), dentre os principais motivos para este fato estão: medo, vergonha, sentimento de
culpa, receio de enfrentar juridicamente o fato, dor emocional e física pela agressão e
3
Segundo o Mapa da violência 2015, considerando dados de 83 países, a taxa média é de 2,0 homicídios por 100
mil mulheres.
4
IPEA: Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada; FBSP: Fórum Brasileiro de Segurança Pública.
5
BOUJIKIAN, Kenarik. Pacto de enfrentamento à violência sexual contra a mulher é urgente. Disponível em:
<www.compromissoeatitude.org.br>.
�7
desconfiança dos serviços de atendimento e acompanhamento das mulheres em situação de
violência sexual.
Conforme Waiselfisz (2015), a violência contra a mulher não é algo novo; a grata
novidade está na preocupação de superar essa situação sustentada pelo machismo e pela
impunidade. No âmbito legal, destaco como relevantes a comemoração dos 10 anos da Lei
11.340/2006 (conhecida popularmente no Brasil como Lei Maria da Penha) e a promulgação
da lei que torna o feminicídio um crime hediondo (Lei 13.104, de 09 de março de 2015).
Mais que integrar a questão da violência contra a mulher no ordenamento jurídico, como
salienta o Atlas da Violência 2016, produzido pelo IPEA e FBSP, é necessário também
desenvolver políticas públicas que combatam esse tipo de opressão. Isto quer dizer que
precisamos de mecanismos que promovam o empoderamento feminino.
Segundo Aleixandre (1992), apesar de produzirem cerca de metade dos alimentos
disponíveis no planeta, as mulheres pouco são detentoras de terra, e mesmo que constituam
um terço da mão de obra mundial, ocupam as escalas profissionais mais baixas (empregos de
má qualidade) e, em relação aos homens, estão mais suscetíveis ao desemprego e
remuneração inferior pelo mesmo tipo de trabalho.
Na dimensão laboral, o Panorama Social da América Latina, produzido pela CEPAL6 em
2014, demonstra que existe uma pressão negativa que dificulta o ingresso de mulheres ao
mercado de trabalho de forma igualitária. As desigualdades de gênero existentes em nossa
sociedade – sua formação e reprodução nos meios de comunicação, no lar, no sistema
educativo e no ambiente profissional – fazem com que as mulheres se dediquem mais a
trabalhos não remunerados7, e os homens quase não atuem nos trabalhos domésticos e de
cuidado com o lar.
Considera-se positivo o fato de que, segundo a CEPAL (2014), a taxa de participação
laboral feminina venha apresentando incrementos em alguns países da América Latina, ainda
que diante de um cenário de recessão e de mecanismos de reprodução cultural difíceis de
modificar. O Panorama também reforça a importância de políticas públicas laborais e de
cuidado que contribuirão sobremaneira na diminuição da pobreza e desigualdade social nos
países latinoamericanos, legando como benefícios adicionais para as mulheres o pleno
exercício da autonomia, o aumento da realização de capacidades e potencialidades pessoais, a
sociabilidade ampliada além do lar, dentre outros.
6
CEPAL: Comissão Econômica para a América Latina e Caribe.
O trabalho não remunerado dedicado ao lar não consta nas estatísticas laborais, ou seja, mulheres que
trabalham apenas no lar são consideradas inativas nos cálculos.
7
�8
No Brasil e na América Latina, esperamos avanços que permitam um equilíbrio dos
papéis dentro do lar, o que favorecerá a inserção profissional feminina, nos moldes do que já
acontece em países como a Noruega, e que promovam programas em favor da igualdade de
gênero no mercado laboral.
Por se tratar de um trabalho ligado a um movimento eclesial, e por fazer uma análise do
contexto sociopolítico como forma de justificar a importância do tema, olho agora para a
realidade da instituição católica. Mesmo que as mulheres sejam maioria em diversos espaços
eclesiais (na CVX Brasil, por exemplo, somos 65% mulheres), nem sempre as decisões e
conduções representam o gênero feminino. Identifico avanços recentes, como a decisão papal
de a mulher ser diaconisa, mas continuamos distantes do acesso feminino aos ministérios
ordenados, como já ocorre em igrejas protestantes. Sobrepaira na Igreja, conforme Rezende
(2006), uma ideia de que a mulher é ontologicamente incapaz de exercer o sacerdócio ou
algumas instâncias de poder.
Infelizmente, a imagem feminina ainda é colocada como subalterna na religião católica, e
os conteúdos teológicos ainda refletem a superioridade masculina. Penso, por isso, que seja o
patriarcalismo uma das principais causas do fenômeno de crise e evasão eclesial. Conforme
ressalta Gebara (1997): “uma marginalidade religiosa é insuportável quando já se arca com a
marginalidade social e econômica”.
Entende-se por patriarcalismo a hierarquização das relações humanas, que são
dominadas especialmente por homens (GEBARA, 1994). Como escreve Aleixandre (1992), o
patriarcado tem sido uma constante de opressão feminina, seja no nível familiar, econômico,
laboral e social.
Outros sinais atuais podem ser lembrados e corroborar o que foi enunciado
anteriormente: polêmica em torno da prova do ENEM8, que apresentava ideias da escritora
Simone de Beauvoir (“Não nascemos mulheres, tornamo-nos mulheres”); instabilidade no
cenário político brasileiro que gerou nas redes sociais reações misóginas com relação à
presidente; ascensão de um governo provisório no Brasil que nomeou para os ministérios
somente homens (fato ocorrido antes apenas na época da ditadura militar).
Enfim, depois da exposição de justificativas, objetivos e contexto, quero apenas ressaltar
que o que se lê a seguir não pretende ter um caráter rigorosamente científico, não é um
trabalho de interpretação exata da passagem evangélica de João 4, 5-42 por parte de uma
experiente biblista. Trata-se, antes, de uma reflexão fruto de uma experiência espiritual. O que
8
ENEM: Exame Nacional do Ensino Médio.
�9
se apresenta nestas linhas tem origem na contemplação da vida das mulheres do tempo
presente e da contemplação atenta a Jesus na relação com as mulheres da sua época, vítimas,
também, de tantos processos de exclusão. Tudo isso resultou em impressões de uma mulher
que decidiu se enveredar pelos caminhos da imaginação (característica tipicamente inaciana,
assim como a meditação e a contemplação), sem nenhum pesar de soar anacrônica, e
permitindo-se toda licença poética. Passo, portanto, a escrever mais com o coração do que
com a razão.
Sem qualquer pretensão hermenêutica, espero que, de alguma forma, o presente trabalho
possa se aproximar da atualidade e trazer a todos e a nós, mulheres, elementos de reflexão e
afirmação de nossa vocação/identidade. Que os achados bibliográficos e a coleção de ideias e
frases expostas de um modo narrativo e interpelativo nos próximos tópicos deste trabalho
possam representar um singelo convite para que você, que me lê agora, sinta-se à beira de um
poço...
“... Como um dia eu sentei naquele poço
E a amizade visitou seu coração
Fui amigo e o esposo que faltava
e hoje pode ser também assim...
... Os seus olhos me revelam tanta sede e não sou indiferente a sua dor...
... Se você trouxer a mim a sua água eu devolvo vinho
Chega mais perto...”
(Trechos da música “Mais perto”. Composição: Padre Fábio de Melo)
�10
... Deixou, pois, a mulher o seu cântaro, e foi à cidade... 9
...“Dá-me um pouco d’água, tenho sede...”. No caminho, uma fina chuva cai. Parece milagre!
Chover nessa terra árida. Água... Viva! As palavras deste homem ecoam em mim. Que força é
essa que me impulsiona agora? Sigo em direção à cidade. Enquanto caminho, penso... Logo
de início, me chamou a atenção o fato de ELE se dirigir a mim. Questionadora que sou
indaguei: Como pode, se sou samaritana? ELE falava comigo e eu respondia. E as barreiras
do preconceito entre judeus e samaritanos deixaram de existir entre nós. O que me
impressiona é como ELE podia ver quem sou. Ainda que eu fosse o mar da Galileia, é como
se ELE pudesse enxergar o que há de mais profundo em mim... Ali no poço pude provar o
sabor da minha água. Ora doce, ora amarga. Só depois de me perguntar sobre meu marido, é
que pude perceber do que estava falando... Inicialmente não entendi o que estava a dizer, até
ri d’ELE. Depois compreendi. ELE sabia... Não sei como, mas sabia. Eu evitava a presença
das pessoas, não buscava água junto com outras mulheres, por isso estava ali ao meio dia.
Tantas humilhações simplesmente por buscar a felicidade. E será que a encontrarei? Sinto que
agora sim. E ela não pode ser depositada inteiramente em outra pessoa. As pessoas... Me
julgavam pela vida que levava. Me julgavam por ter sonhado, por ter me equivocado, por ter
tentado mais de uma vez... Diante d’ELE, não pude negar os meus limites, reconheci minha
natureza. Sei que ELE viu em mim as marcas da solidão e do abandono, uma vida de
submissão e silêncio. Vivia deslocada, em meio a tantas línguas que não era a minha. Naquele
momento, foi como se eu me debruçasse sobre o rio da verdade, sobre o rio da memória.
Novamente a água... Lembro-me da história que contavam sobre o pai Jacó – quem nos deu o
poço – e seu combate com o anjo para tornar-se ele mesmo. Era quase isso. Era assim que me
senti. Em um combate interior. Aprisionada. Um mergulho em mim mesma para enfrentar os
conflitos. Os homens. Desejos do corpo, desejos da alma. Os relacionamentos. Realidade ou
fantasia? Mulheres... Mas de fato, o que está comigo, não é meu. Buscava um companheiro
para dividir a vida. Não uma proteção, que é mais vigilância. Recordo do meu cântaro, que
deixei junto ao poço, quando simplesmente saí caminhando. Não pedi permissão. O cheiro de
terra molhada me faz prosseguir. Mas pra onde? E pensar que somos terra sedenta precisando
de água pra fazer a vida brotar... Precisava caminhar, falar sobre o que vi, ouvi, senti. Já não
carrego o peso do pote de água sobre minha cabeça. Mas algo pesa em meus ombros... O que
será? Acho que gerações e gerações de tradição, a lei. Ter de ser mãe, ter de ser esposa, ter de
9
BÍBLIA, João 4: 28.
�11
ser bela, ter de cuidar do lar, ter de obedecer... Meu coração arde, um pensamento me ilumina:
se posso conversar com um judeu, posso escolher! E escolho viver com dignidade, com
ternura.
Com alegria, com prazer! Escolho ser mulher. Aliás, seus seguidores se
surpreenderam com o que viram: conversando com uma mulher? ELE não, permaneceu
afetuoso, compassivo, um amigo, sem se importar de conversar com alguém que está à
margem da sociedade, ou de dizerem que ELE era mais um marido para mim. Imagino o que
seus discípulos pensaram... Tida como impura! Por ser pobre? Por ser mulher? Por ter outra
crença? É como se ali ELE tivesse acabado com essa diferença de tratamento entre homens e
mulheres, entre escolhido e excluído. É como se eu pudesse ser também seguidora. Sim, uma
fonte para saciar a minha sede. Seu comportamento inesperado, desconcertante, audaz,
carinhoso... Essa conversa em pé de igualdade mostrou-me o meu valor, revelou minha
identidade. Diante d’ELE tive coragem de falar. Não achava natural ser culpada desde Eva, ou
apenas uma costela tirada de Adão. Compreendo o contexto e sofro muito por isso. Sentia
vontade de conversar mais com ELE, assuntos pessoais, culturais, religiosos. Agora neste
caminho me sinto tão forte. E tão frágil... Recordo sua atenção às minhas debilidades.
Revelou a mim que era o Messias! Por quê? Por que a mim? Para quê? Ser discípula d’ELE...
Será? Seja quem for, esse Jesus é um bom exemplo a ser seguido pelos homens... Surge em
mim uma intuição de que ELE pode renovar minha existência, minha busca de sentido. Sim!
Quem iria dizer? O Messias, bem ali em minha frente, falando comigo! Um homem comum,
simples, mas com algo a mais, um jeito diferente. Tenho de falar d’ELE, anunciar o Messias.
Mas será verdade? A água viva, uma força que nunca seca dentro de uma mulher. Penso na
seca que atinge o chão do nosso povo, e muitas vezes a vida. Sonho. E por que tanto medo, ao
mesmo tempo? Será da minha força, do meu corpo, do meu coração? Com meus
pensamentos, nem percebi que a chuva cessou. Vejo uma flor vacilante brotar no escorregadio
caminho. Assombro e admiração. Vejo pessoas reunidas. Felicidade, angústia... Receio de não
expressar o que quero... Mas estimulada pela confiança deste homem, vou. É agora!...
�12
Figura 2: Imagem de “Maria Macaca”, um filme de Lázaro Ribeiro (Still: Patrícia Mousinho). Disponível em https://www.facebook.com/MariaMacaca-1396032617366697/. Acesso em 16 de setembro de 2016. Ilustração modificada pela autora.
�13
... E disse àqueles homens...10
A samaritana falou do Cristo, de verdade e esperanças! E nós, diante de tantas águas,
nesta busca por rumos que satisfaçam nossa sede de sentido para a vida (GEBARA, 2002), o
que temos a dizer hoje?
Considerando o que Tuñí e Vancells (2010) colocam, de que temos de discernir, por
mais difícil que seja, qual o caminho do Senhor em cada situação, recomendo mais uma vez a
imaginação. Convido você, que me lê, a esse exercício que “...serve também para pensar e
promover alternativas de vida que parecem utópicas, mas que na realidade, com boa vontade
e convicção, poderiam ser até possíveis” (GEBARA,1994).
Faça uma parada pessoal, visite sua própria vida, recorde sua história.
Será que, por meio do texto bíblico de João, aliado ao escrito e visto anteriormente, e
livres de qualquer culpa ou pena, podemos vislumbrar a situação da mulher na atualidade?
Podemos compreender o que é a mulher e o que ela precisa ser? Podemos enxergar a
realidade sem os óculos patriarcais aos quais estamos habituados?
E quanto a Jesus, o que seu comportamento inclusivo e desafiador nos leva a refletir?
Conforme Corrêa-Pinto (1992), será que estaria Jesus nos convidando, mulheres e homens,
para seu movimento, e para dar ao mundo vida em abundância, ultrapassando resistências
internas e externas?
Re-significar. Libertar homens e mulheres de tantos papéis incômodos. Submissão x
iniciativa. Atuação significativa. O que os indícios anteriores revelam?
10
BÍBLIA, João 4: 28.
�14
Ressonâncias... Ou pro-vocações?
Por mais que tenham sido profundas e intensas as leituras e as experiências (pessoais,
textuais, de mundo...) neste ano de estudo de Cristologia, confesso que não posso concluir o
que quer que seja sobre o assunto! Como diz Rubeaux (1996)11, para um tema dessa
magnitude, tem-se a sensação de querer mostrar mais do que de fato somos capazes... Porém,
há um ditado romano que diz que nas grandes empresas já é muito ter tentado. Sendo assim,
apresento, ao menos, algumas ressonâncias que, talvez, possam servir também como
meditações provocativas para o nosso ser/estar no mundo.
Segundo Rubeaux (1996), a Cristologia no evangelho de João, fruto de uma larga
meditação à luz do Espírito, aprofunda o conhecimento da pessoa de Jesus e é capaz de
transmitir vida. A passagem bíblica do poço de Jacó apresenta essa dinâmica, de configurar
um texto velho a uma mensagem atual que nos permite viver de uma forma diferente.
Lembremos, portanto, como assinala Gonzalez Faus (1988), que, além de conhecer a história
de Jesus e interpretá-la, precisamos estar junto àqueles a que veio chamar – excluídos e
marginalizados – para que a hermenêutica adquira uma dimensão mais decisiva.
Olhar Cristo sob a perspectiva de uma mulher, a samaritana, é uma forma de, como
coloca Aleixandre (1992), derivar o comportamento de Jesus para os dias de hoje, ou seja,
permitir uma aproximação/atualização histórica, o que certamente influirá na construção de
uma nova relação entre os gêneros. Além disso, assim como Vélez (2013), considero
importante resgatar as mulheres presentes na Bíblia, recuperar seu importante papel na
história da salvação. A valorização do feminino encontra respaldo também na Antropologia,
sob o aspecto da alteridade. Conforme Gesché (2010) interpela: “crê alguém de verdade
poder compreender-se unicamente por si mesmo? Não é bom que o homem esteja só”... Sob
essa perspectiva, a mulher pode assumir sua dignidade, que não está atrelada ao âmbito da
natureza, mas ao fato de poder ser, fazer e responder de forma livre (ALEIXANDRE, 1992).
Como menciona Costadoat12, “nada ilustra melhor a humanidade de Jesus do que os
amigos que teve e os lugares que frequentou”. Lembremos de que Jesus sempre teve por perto
mulheres, e isso certamente influenciou seu modo de ser. E, como uma via de mão dupla, esse
11
RUBEAUX, Francisco. Las raíces del cuarto evangelio. RIBLA, 22 (1996): 58-70. O artigo consta no material
utilizado pela Escola de Teologia Feminista da Andaluzia (EFETA), e foi gentilmente repassado por correio
eletrônico pela irmã Geneviéve.
12
COSTADOAT, Jorge. A humanidade de Jesus. Texto disponível em:
<http://www.academia.edu/4165549/La_humanidad_de_Jes%C3%BAs>. Acesso em 24 de junho de 2016.
�15
seu modo influenciou (ou influencia?) o Cristianismo. Tuñí e Vancells (2010) observam que
as mulheres ligadas à fé em Jesus possuíam um comportamento inovador para a época.
Se por um lado, como salienta Dom José Maria Pires (1986), as diferenças físicas
entre homens e mulheres foram distorcidas ao longo do tempo, legitimando diferenças morais
e sociais, por outro, a perspectiva de gênero tem, felizmente, se expandido. Conforme Vélez
(2001), há mais espaço para se viver uma experiência de identidade que abarque mulheres de
todo o mundo e das condições sociais mais variadas.
É fato que, como salienta Gebara (1997), mudanças culturais ocorrem de forma lenta,
pois os comportamentos hierárquicos e valores patriarcais estão arraigados na sociedade. Mas
devemos ter fé na transformação do ser humano, seja homem ou mulher! E paciência, mas
sem renunciar ao nosso papel questionador, pois isso nos leva a identificar-nos mais com o
reino – projeto de Deus. E perseverança, tendo uma outra indispensável companheira: a
sabedoria, que “aparece na Bíblia como uma espécie de parceira de Deus pela qual Este
entra em contato com suas criaturas e se descreve com imagens femininas: é uma presença
criadora e recriadora da vida, companheira e guia do povo em seu peregrinar pela história”
(ALEIXANDRE, 1992).
O texto narrando os pensamentos e sensações da samaritana e os elementos
figurativos, não à toa, se dá no caminho. É um chamado para que os passos percorridos no
texto também representem, como coloca Corrêa-Pinto (1992), um deslocamento simbólico
que nos leva além de nossas fronteiras, que não são só geográficas. Chamo a atenção para as
palavras de Elizondo (2007): “a sede mais ardente que um espírito humano pode padecer não
é a de certo líquido, senão a sede de compreensão, aceitação e acompanhamento. Só nós
podemos brindar esta bebida de vida que pode mitigar a sede mais ardente do coração
humano que arde como em brasas candentes pela rejeição e pelo abandono”.
E assim sigo, como coloca Aleixandre (1992), acreditando que o Evangelho é
fermento capaz de fazer mudar a massa das relações humanas, tão marcadas pela dominação,
não só de um sexo sobre outro, mas de países e raças também. E que em meio a tantas
divergências, possamos seguir unidos, “pois na raiz mais profunda e mais fiel de qualquer
raça, cultura ou religião, existe a vida humana, o chão comum de todos os povos, onde Deus
nos fala. O poço, onde todos bebemos! A cultura, a tradição, é como um caminho que cada
povo vai abrindo para chegar a esse poço e matar sua sede” (MESTERS, 2007).
Espero não ter derivado demais, nesta tentativa de descobrir outros caminhos no
estudo cristológico e no evangelho de Jesus. Tenho consciência das extrapolações e do
�16
anacronismo, mas apresento como álibi essa minha incurável imaginação... E que santo Inácio
advogue por mim!
Não sei se se trata de um trabalho científico ou útil para alguma coisa. Mas, de certa
forma, trata de mim, da minha vida. Assim como Ivone Gebara diz em uma entrevista, não
busco compreensão a isso tudo que foi escrito. E a teóloga acrescenta: “Cada uma de nós está
em algum lugar ou em muitos lugares atuando conforme as suas convicções. Cada lugar é
marcado pela ambiguidade, por contradições e por diferentes limites. No momento não
encontro razões para deixar esses lugares, visto que em outros poderia estar sofrendo das
mesmas ou de outras contradições e pressões. O importante é que não me impeçam de pensar
e de tentar afirmar nossa vocação à liberdade através de coisas pequenas e grandes que
constituem o nosso dia-a-dia. Este é o meu presente; o amanhã será do amanhã. Para hoje
me bastam a luz do sol que brilha intensa nestas terras nordestinas e a memória de tantas
pessoas queridas que povoam a minha existência” (ROSADO-NUNES, 2006).
Encerro, enfim, com algo que permeou todo este trabalho e sempre está em minha
vida, algo tão feminino – a música. E que, como água viva, Deus possa fluir em nós sem
limites!
“Que uma mulher pode nunca nada
Isto eu já sei
É o grito da dona moral
Todo dia no ouvido da gente
É que eu estou pela vida na luta
Eu também sei
E meu caminho eu faço
Nem quero saber que me digam dessa lei
Porque já sofri, já chorei, já amei
Vou sofrer, vou chorar e voltar a amar
Porque já dormi, já sonhei e acordei
E vou dormir, vou sonhar, pois eu nunca cansei
É que sinto exatamente
Aquilo que sente qualquer um que respira
Uma perna de calça
Não dá mais direito a ninguém
De transar o que seja viver
E por isso eu prossigo e quero
E grito no ouvido dessa tal de dona moral
Que uma mulher pode nunca é deixar
De ser, fazer e acontecer”
Música “Ser, fazer e acontecer” (Composição: Gonzaguinha)
�17
Figura 3: Bouguereau-1871-Italian Girl Drawing Water. Galeria Alma Italiana. Disponível em www.pinterest.com. Acesso em 06 de
setembro de 2016.
�18
Inspirações bibliográficas
ALEIXANDRE, Dolores. Cuando las mujeres se sienten creyentes y feministas. Cuaderno
de Cristianismo y Justicia Nº 42. Barcelona. Espanha, 1992.
BÍBLIA. Português. Bíblia Sagrada. 203. ed. São Paulo: Ave Maria. João 4, vers. 5-42.
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL).
Panorama Social de América Latina. Santiago de Chile, 2014.
CORRÊA-PINTO, Maria Conceição. A dimensão política da mulher. São Paulo: Paulinas,
1992.
COSTADOAT, Jorge. A humanidade de Jesus. Disponível em:
<http://www.academia.edu/4165549/La_humanidad_de_Jes%C3%BAs>. Acesso em 24 de
junho de 2016.
Dossiê Mulher 2015. Rio de Janeiro: Instituto de Segurança Pública, 98 p.
ELIZONDO, Virgilio. Comienzan los problemas. In: ______. Jesús de Galilea. Un Dios de
increíbles sorpresas. Loyola Press. Chicago. EE.UU. 2007.
______. La beleza del sacrificio. In: ______. Jesús de Galilea. Un Dios de increíbles
sorpresas. Loyola Press. Chicago. EE.UU. 2007.
GEBARA, Ivone. As águas do meu poço: reflexões sobre experiências de liberdade. São
Paulo: Brasiliense, 2005.
______. Teologia ecofeminista. São Paulo: Olho D’Água, 1997.
______. Trindade, palavra sobre coisas velhas e novas: uma perspectiva ecofeminista. São
Paulo: Paulinas, 1994.
______. Teologia em ritmo de mulher. São Paulo: Paulinas, 1994.
______. La sed de sentido: búsquedas ecofeministas em prosa poética. Uruguay: Dolbe
Clic, 2002.
�19
GESCHÉ, Adolphe. Introducción. In: ______. El Hombre, Colección Dios para pensar II.
Ed. Sígueme, Salamanca. España. 2010.
GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Cristología elemental. Cuaderno de Cristianimo y Justicia
Nº 26. Barcelona. España. 1988.
IPEA e FBSP, 2016. Atlas da violência 2016: nota técnica nº 17. Disponível em:
<http://www.ipea.gov.br/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=27404>.
Acesso em 10 de julho de 2016.
MANSON, Jamie L. O que Maria Madalena e a samaritana ensinam à Igreja. Tradução
de Moisés Sbardelotto. Disponível em: <http://www.ihu.unisinos.br/noticias/511871-o-quemaria-madalena-e-a-samaritana-ensinam-a-igreja>. Acesso em 24/07/2016.
MELLO, Anette. Mulheres em construção: casas, sonhos, subjetividades. São Paulo:
EDUC, 1999. 129 p.
MESTERS, Carlos. Com Jesus na contramão. 12. ed. São Paulo: Paulinas, 2007.
PIRES, Dom José Maria. O grito de milhões de escravas: a cumplicidade do silêncio, Ed.
Vozes, Petrópolis – RJ, 1986.
REZENDE, Maria Valéria Vasconcelos. A vida rompendo muros: carisma e instituição. 2ª
ed. Um estudo sobre 30 anos de história e a evolução da vida religiosa feminina inserida nos
meios populares. João Pessoa, 2006.
ROSADO-NUNES, Maria José. Teologia Feminista e a crítica à razão patriarcal: entrevista
com Ivone Gebara. Rev. Estudos Feministas, Florianópolis, 14 (1) 336, janeiro-abril, 2006.
RUBEAUX, Francisco. Las raíces del cuarto evangelio. RIBLA, 22 (1996): 58-70.
SOBRINO, Jon. El Cristo de los Ejercicios de san Ignacio, Aquí y ahora. Espanha: Ed. Sal
Terrae, Santander, 1990.
TUÑÍ, Oriol e VANCELLS, Josep. Ocho días con Jesús. Colección EIDES. Nº 60.
Cristianismo y Justicia. Septiembre 2010.
�20
VÉLEZ, Consuelo. Teología de la mujer, feminismo y género. THEOLOGICA
XAVERIANA, 14 (2001): 545-564.
______. Teología feminista latinoamericana de la liberación: balance y futuro. Horizonte,
Belo Horizonte, v. 11, n. 32, p. 1801-1812, out./dez. 2013.
WAISELFISZ, Júlio Jacobo. Mapa da violência 2015: homicídio de mulheres no Brasil.
Disponível em: <http://www.mapadaviolencia.org.br/mapa2015_mulheres.php>. Acesso em
09/07/2016.
�21
�22
Impressões do tutor sobre este trabalho
Este trabalho foi escrito em quatro partes. A primeira que leva o nome de
“Preâmbulos” é na verdade uma introdução. A última foi intitulada “Ressonâncias... Ou provocações?” se assemelha a uma conclusão. Ambas muito bem escritas e que demonstram a
maturidade intelectual e profundidade teórica por parte da autora. Porém, as duas partes que
constituem o desenvolvimento do trabalho, justamente a que trata da passagem evangélica de
João 4, 5-42 é, simplesmente, desconcertante! Começa com um texto intitulado “... Deixou,
pois, a mulher o seu cântaro, e foi à cidade...” e, logo em seguida outro, cercado por
reticências, “... E disse àqueles homens...”. Minha apreciação, portanto, refere-se a essas duas
partes e sobre as quais faço os meus comentários.
É, sem sombra de dúvida, um texto desconcertante! Ao mesmo tempo em que carrega
uma série de proposições verdadeiras se apresenta como texto poético, livre e despretensioso
em relação a qualquer validade universal. Na qualidade de tutor, homem, acadêmico
racionalista, fico pensando: quanta petulância! Quem é esta que se dá ao direito de escrever
livremente, de expor com tamanha nudez os sentidos de experiências pessoais e de um texto
bíblico!? A resposta é óbvia: é um texto escrito por mulher.
O texto que aqui se mostra, sim se mostra, não é um texto para ser pensado ou
provocar reflexão (embora possamos pensar e refletir sobre o que está escrito, nos moldes
mais lógicos que a teologia masculina pode exigir). O texto mostra um encontro, um encontro
desconcertante, de um homem livre com uma mulher libertada. Para um catedrático isso soa,
no mínimo, por demais audacioso. Que palavras são estas que têm o poder de mostrar o
sentido de um texto ou de uma ação sem nenhuma mediação hermenêutica? Que mesmo
reconhecendo sua importância, relativiza a tradição e o rigor teórico-metodológico, próprios
de uma redação científica? Diante de mais uma interrogação, novamente, encontro a mesma
resposta: é um texto escrito por mulher. Uma teoria em forma feminina! Será isso uma
Cristologia feminina? Que coragem! Que audácia! Parece que esse texto foi escrito por uma
samaritana! Trata-se de um texto em que o sentido se mostra nu, de uma nudez
tremendamente bela! Parece mais uma epifania! Quem sabe uma inspiração bíblicotalmúdica, nos moldes dos judeus medievais, assim como defendia Emmanuel Lévinas. Para
Melo13, o Talmude era concebido por Lévinas como “um modo de compreender a vida e as
relações humanas para além da teorética totalitária e da ideologização do saber. Ele propõe e
13
MELO, Nélio Vieira de. A ética da Alteridade em Emmanuel Lévinas. Porto Alegre: EDIPUCRS, 2003.
�23
desenvolve uma proposta que começa na relação ética e abre-se ao infinito absoluto” (MELO,
2003, p. 196).
A narrativa do encontro de Jesus com a samaritana é apresentada de tal modo que
coloca o leitor na cena evangélica, de forma direta, sem chance de negar participar daquele
encontro, acompanhando um diálogo que, nos moldes da tradição da época, não era para ter
acontecido. Parece que assim ocorre também na vida, alguns encontros, sobretudo com as
pessoas mais vulneráveis, não são programados ou agendados, eles acontecem de forma
inesperada e, às vezes, até abrupta.
E do mesmo modo fui envolvido pelo texto. Fui obrigado a me despir da couraça
racionalista e deparar, sem proteção, com esse encontro de Jesus com a samaritana. A partir
de então percebi que o que a autora mostra em relação a esse encontro não é um ensinamento
religioso, como é possível verificar em outras cenas evangélicas. O que Rosa mostra é a
verdade interior da mulher samaritana (“é como se ELE pudesse enxergar o que há de mais
profundo em mim”). Percebi que o olhar de Jesus em relação àquela mulher é aquele que
revela a verdadeira condição do humano neste mundo, a condição de vulnerabilidade. A
nudez da samaritana consiste justamente nessa condição de indigência, de exílio numa terra
que não reconhece a sua dignidade. Curiosamente, ao mesmo tempo em que essa mulher se
percebe vulnerável, reconhece em si um poder que não acreditava possuir. O encontro de
Jesus com a samaritana faz enxergar uma outra verdade, a verdade de que tem sede, sede do
Infinito! Um desejo que a invade e que a torna forte (“Meu coração arde, um pensamento me
ilumina”). O poder desse desejo consiste, justamente, em pôr sentido em uma vida que se
encontrava sem rumo. A Samaritana descobre um poder dentro de si que ela desconhecia
(“Agora neste caminho me sinto tão forte”). Esse poder é resultado de algo que ela já
carregava dentro de si, mas que parecia estar adormecido. Poder que brota de um desejo, um
desejo que transcende a si própria e reformula a sua vida. Se antes a palavra lhe era negada,
agora é portadora de um anúncio, sua missão é anunciar o Messias (“Tenho de falar d’ELE,
anunciar o Messias”).
A mulher samaritana, assim como Rosa neste texto, falou aos homens sobre esse
Jesus, falou do sentido da vida e da sede que todo ser humano carrega dentro de si.
Curiosamente, o texto que aqui está escrito, também não propõe nenhum ensinamento, assim
como na cena evangélica. A autora propõe, aliás, interpela ao leitor ou leitora para que saia de
dentro de si e se abra ao encontro com o outro, em especial aquele ou aquela que está em
situação de maior vulnerabilidade, quem sabe a samaritana que toda mulher e todo homem
carregam em seu interior.
�24
Para se dirigir ao encontro para o qual o leitor é interpelado é preciso ir “sem os óculos
patriarcais aos quais estamos habituados”, “livres de qualquer culpa ou pena”, vá como
Jesus, “afetuoso, compassivo, um amigo, sem se importar de conversar com alguém que está
à margem”.
Encerrando esses comentários, devo dizer que Rosa Caraça veio ao meu encontro
desse jeito, livre, afetuosa, compassiva, uma amiga que sabe conversar e que tem o poder de
trazer para a trilha da vida, o verdadeiro sentido, Aquele capaz de matar a sede.
Sou grato a Rosa por este texto, por sua transparência e sensibilidade. Por ter me
proporcionado um encontro tão amoroso, imensamente extraordinário e igualmente delicado.
Acredito que a CVX é agraciada com este anúncio!
Edson Carvalho Guedes
Tutor
�
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/7f42431adf66bfbb903e85693e10a250.pptx?Expires=1712793600&Signature=UU5I-3nxTa30acVax%7EUoinu1rbMWdgxcqmxKifSRhaBq1s8TzTcFGPldnBPSY9EsZP5Cz4-GKabvd1B0mZ%7EOj8QOj-9iPgkQwjUvoa%7E3Msz0wcHPhOk-VBnpeR9fJ702p2H%7ERqQbsB6s6jy9KqNSsIYlV1KaqYVWHwZvZF8VPEqfXQDxFdU%7ED7YxuHKNAL7oyi0nJHXmvERuhdW8TwLol9Y6po7RKJf6PNI2AkWwq9VFS-hFfsBg8gbIpKG8lLxhooKy3FKmOwniq8xyYmdp5Ct%7EUy69b7xY%7EI2bx5ZLBWzbKQxUe73AZ5Y51fQrliZJndjc5xxDXggjkPyLKZeQxg__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
7bb5086b2dfe90ef26a2f29cd5289d1c
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Cristologia (sob inspiração feminista)
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Caraça, Rosa Aparecida
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho Etapa Cristologia Magis V
O desenvolvimento do tema se dará por meio de um texto de caráter mais intimista e de questões/imagens/músicas que, de certa forma, trazem elementos que poderão ser utilizados posteriormente em momentos de oração e diálogo que falem da nossa própria realidade e trabalhem o olhar da mulher sobre Jesus e o mundo que a rodeia... O que se apresenta nestas linhas tem origem na contemplação da vida das mulheres do tempo presente e da contemplação atenta a Jesus na relação com as mulheres da sua época, vítimas,
também, de tantos processos de exclusão. Tudo isso resultou em impressões de uma mulher que decidiu se enveredar pelos caminhos da imaginação (característica tipicamente inaciana, assim como a meditação e a contemplação), sem nenhum pesar de soar anacrônica, e permitindo-se toda licença poética. Passo, portanto, a escrever mais com o coração do que com a razão.
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Guedes, Edson Carvalho (orient.)
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
24 páginas
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Cristologia
Feminismo
Jesus Cristo
Mulher
Samaritana
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/d0fa058b632ade2f8d126f3d431e067b.pdf?Expires=1712793600&Signature=EfXFMGIV5WzJ6ZeTlU0aqDpkMm2OlQkyo%7EM9kT-NKGnymuERG3XIFk3SJt40txnwP-TAt3VfhmjRWQJqnMVIISp9%7EiSqgwUp3B1P%7ElfasIVwTZ65%7E8ycf64UasuJAIqN5hlx%7EMYJlC7NUr7KeebB%7EUxPidK6nJlpGCu5lmNhC0MzY8DX2Z3O%7ETOeDwTCbr10n7jeLhQ8Ad8hdcgW9jHpSPnsTeR7oZ1Ry7uGqEdKcEHrhk-mvesRweKPl-N5Xlqf24mLts6CWCTtBG997Y2Q37XwIXT6-A4fPHeFqjgTfsH%7EAC0ixQOyNnVJGDWx4gMq0Vx2riMVlBhIO7Lrz7i%7ERg__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
c125f9cd8a8b5fc40dbc8d38d1fd460e
PDF Text
Text
MAGIS V - TRABALHO DE CRISTOLOGIA
Paulo Carlesso - BRASIL
SENSIBILIDADE DE JESUS PARA COM AS PESSOAS
Trabalho realizado para o curso magis V,
CVX LA. Turora Andreia Cristina
Serrato
Campo Largo, setembro/2016
1
�SUMÁRIO
Introdução ........................................................................................................ 03
1. Buscando o significado da palavra Sensibilidade ........................................ 04
2. Jesus de Nazaré - homem sensível com as pessoas ......................................05
3. Pedagogia de Jesus ........................................................................................ 09
Conclusão ...........................................................................................................11
Referências .........................................................................................................14
2
�SENSIBILIDADE DE JESUS PARA COM AS PESSOAS
Introdução
As leituras realizadas para o trabalho final desta etapa do curso Magis V, a
participação na etapa extensiva e a orientação foram encontros que me encantaram,
experiências marcantes de perceber o mundo e um universo totalmente inacessível chamado
amor. Durante este processo perguntei-me sempre o que fez com que Jesus atraísse e
mobilizasse de forma tão profunda as pessoas. Pensei em várias palavras, dentre elas
pedagogia e metodologia. Contudo depois de algumas conversas com minha tutora consegui
perceber que a palavra que procurava era sensibilidade.
Olhando para Jesus Cristo, podemos conhecê-lo e tornar conhecida a sua mensagem
que foi nova para a época e ainda é para os dias de hoje, respondendo os anseios da sociedade
atual. Jesus como imagem de um líder que deu certo é usado como exemplo até os dias de
hoje, sobretudo para a forma de agir, como proposta de escolha de vida ou mesmo como uma
pessoa a ser seguida, como mestre.
Sendo assim, o objetivo de nosso trabalho é olhar para a pessoa de Jesus Cristo e
perceber como ele encantava as pessoas e como aceitavam a Boa Nova, pois mesmo em uma
situação de sofrimento da época, Ele criou uma comunidade, encantou gerações, tanto que
está vivo até hoje.
O itinerário de nosso trabalho será desenvolvido em três momentos. No primeiro
momento vamos conhecer Jesus Histórico, homem comum que viveu em um ambiente
familiar, mas muito observador de seus costumes, preceitos, conceitos os quais os ajudaram
na comunicação com seu povo para a missão da Boa Nova. Verificaremos como esta
definição de sensibilidade está presente em Jesus: Sua qualidade de ser sensível, sensível a
sentir emoções, compaixão, simpatia pela humanidade, piedade, empatia e ternura.
No segundo momento vamos conhecer a pedagogia usada para mobilizar as pessoas
pela palavra e pelo exemplo, assim iniciando a comunidade de amor. Essa Boa Nova
apresentou ao ser humano um novo jeito de ver Deus: "Deus amor". A imagem de Deus muda
com a presença de Jesus. Todos são convidados a participar e assim começa o seguimento do
Cristo. Verificaremos os pontos de sua sensibilidade usada nessa pedagogia: Disposição para
sentir e experimentar as influências, idéia, simpatia, solidariedade e capacidade de perceber
as impressões sensoriais.
3
�No terceiro momento contextualizaremos a situação em que vivemos e como essa
sensibilidade nos ajuda a tocar as pessoas com a mensagem do Cristo. Jesus como exemplo de
encantamento, pois o conhecimento interno na pessoa de Jesus Cristo, nos aproxima das
respostas e formas de felicidade, pois é com Ele
e através de nossa fé, que podemos
responder aos nossos anseios e aos anseios de uma sociedade tanto quanto parecida com a
sociedade daquela época.
Antes de iniciar nosso itinerário vamos explicar o significado da palavra sensibilidade
no dicionário de língua portuguesa e no dicionário de espiritualidade.
1. Buscando o significado da palavra Sensibilidade
Em um mundo que muitos buscam respostas e formas de serem mais felizes, o
exemplo de Jesus pode ocupar um lugar de destaque, principalmente se olharmos a forma com
a qual abordava as pessoas e as encantava. Dou pistas de que a sua sensibilidade, foi e
continua sendo o seu sucesso, ou até mesmo exemplo para pessoas, líderes e ícones na era da
administração moderna1. Passado dois mil anos, seu projeto continua atual e se reciclando,
inventado a cada dia; continua comunicando e projetando sonhos nas pessoas.
A palavra chave neste texto, sensibilidade, foi escolhida pelo fato de como ainda hoje
o exemplo de Jesus como liderança e de serviço é atual, e exerce enorme influência, pois toca
o coração das pessoas através desta sensibilidade porque as percebe em suas reais
necessidades.
Iniciamos o significado da palavra sensibilidade a partir do dicionário Houaiss2:
Qualidade do que é sensível, emoção, sentimento, faculdade de sentir compaixão, simpatia
pela humanidade, piedade, empatia, ternura, faculdade de receber informações sobre as
mudanças no meio (interno e externo) e de a elas reagir através de sensações, capacidade de
estesia, excitabilidade, receptividade, capacidade de capturar e expressar sentimentos e coisas,
disposição especial para sentir influências, para se ofender, se melindrar, suscetibilidade,
disposição favorável que se experimenta em relação a uma coisa ou a uma idéia, simpatia,
solidariedade, capacidade de detectar e ampliar minúsculas variações (de uma grandeza
qualquer), capacidade de reação imediata a um contato qualquer.
Já percebemos no dicionário de língua portuguesa que os significados remetem a
pessoa de Jesus Cristo, seguimos agora para o dicionário de espiritualidade.
1
CURY,A. O MESTRE DA SENSIBILIDADE: JESUS, O MAIOR ESPECIALISTA NO TERRITORIO DA
EMOÇAO. São Paulo:Paulinas,2016
2
Disponível em: http://houaiss.uol.com.br/busca?palavra=sensibilidade. consultado em Julho de 2016.
4
�Segundo o dicionário de espiritualidade Teresianum "a palavra sensibilidade deriva da
palavra sensível, sensação, de senso; igualmente, sentimento deriva de sentir e,
definitivamente, da raiz comum a senso"3. O dicionário destaca ainda a sensibilidade como a
função de mediação entre realidade física e centros diretivos internos de um vivente; todo o
complexo das operações sensíveis do homem (instintos-emoções etc); aptidão a partilhar
emoção dos outros (simpatia). Paralelamente à sensação, a sensibilidade tem uma diferente
intensidade ( aspecto quantitativo) e qualidade, e um linear diferencial (mínima variação na
sensibilidade por causa da mínima variação do estímulo) de acordo com objeto estimulante e
do sujeito reagente.
Com isso podemos dizer que a sensibilidade tem um peso próprio na vida espiritual.
Pois "na ascese cristã a ausência de sensibilidade dolorosa ou prazerosa poria quesitos de
validade no testemunho da perfeição, dado que o paradigma se baseia na medida de Cristo, o
qual possuía uma sensibilidade humana normal"4. Interessante ler tal fato, pois assim
percebemos que ele se deixou levar pela sensibilidade, inclusive na busca pela vontade de
Deus. Vemos um Jesus humano que nos interpela a vivermos esta sensibilidade.
A partir destes significados da palavra sensibilidade, não deixeiamos de perceber Jesus
em nenhum deles, então olharemos para Jesus e tentaremos confirmá-los.
2. Jesus de Nazaré - homem sensível com as pessoas
Para conhecer Jesus Histórico, inicio com as palavras de Pagola, na introdução de seu
livro, Jesus aproximação histórica: "precisamos apresentar quem foi este Jesus e por que esta
figura histórica de Jesus tem tanto poder de atração?”5
Claro que respondendo a este poder de atração, está a figura histórica de Jesus "carne e
osso"6, a qual nos aproxima e dá concreção e vida à sua humanidade. Vamos trabalhar com o
olhar do autor Pagola e mediante a sua "investigação histórica de Jesus, mesmo não sendo
possível chegar à 'realidade total de Jesus', recuperaremos um retrato incompleto e sempre
melhorável de sua atuação na Galiléia dos aos 30 do primeiro século"7.
3
DICINÁRIO DE ESPIRITUALIDADE. PONTIFÍCIO ISTITUTO DE ESPIRITUALIDADE TERESIANUM.
ANCILLI, E. (ORG.). São Paulo: Paulinas, 2012, verb. sensibilidade sentimento, p.2292.
4
DICINÁRIO DE ESPIRITUALIDADE. PONTIFÍCIO ISTITUTO DE ESPIRITUALIDADE TERESIANUM.
ANCILLI, E. (ORG.). São Paulo: Paulinas, 2012, verb. sensibilidade sentimento, p.2293.
5
PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012, p.11.
6
PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012, 14.
7
PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012,14.
5
�Esta humanidade se dá desde a sua gestação, seu nascimento e de acordo com fontes
cristãs, Jesus foi criado em Nazaré. Segundo Frei Carlos Mesters, antes de nascer, " Jesus já
era vítima do sistema político e econômico da época"8. Comandado pelo império Romano,
Nazaré era uma aldeia pequena e desconhecida, de apenas duzentos a quatrocentos
habitantes. Povo judeu e viviam em cavernas escavadas nas encostas, casas baixas e
primitivas, de paredes escuras de aborade ou pedra, com telhados confeccionados de
ramos secos e argila, e chão de terra batida. Estas casas davam para um pátio que
eram compartilhados por três ou quatro famílias do mesmo grupo e onde transcorria
boa parte da vida doméstica9.
Jesus viveu numa destas humildes casas e captou até seus mínimos detalhes de vida de
cada dia. Aqui a um exemplo magnífico de sua sensibilidade, usadas em todos os relatos dos
evangelhos, onde o mesmo Jesus usavas destes exemplos captados, utilizando em sua
comunicação com o povo em forma de parábolas. Jesus não soube falar senão a partir da vida
que conheceu e viveu, maneira pela qual mais tarde anunciará sua mensagem com palavras
simples e claras, como por exemplo: "Ninguém tira retalho de roupa nova para remendar
roupa velha; senão vai rasgar a roupa nova, e o retalho novo não combina com a roupa velha"
(Lc 5, 36).
Jesus foi marcado profundamente por sua sociedade e cultura. Segundo Charpentier,
O Filho de Deus não se fez homem, em geral: fez-se tal homem particular, judeu,
galileu, num determinado momento da história do mundo. Como homem, ele foi,
portanto, marcado pela geografia e pela história do seu país, por sua cultura; esteve
sujeito às leis econômicas; entrou nos conflitos políticos; partilhou das esperanças
do seu povo...10.
Em outras palavras, o berço em que foi depositado não foi somente a manjedoura em
Belém; é primeiramente a civilização judaica que ele fez como sua. Alguns relatos desta
influência: a apresentação de Jesus ao Templo, logo após o seu nascimento (Lc 2,22-24); Em
virtude disso ele foi circuncidado (marca tipicamente judaica: Lc 2,21); A viagem à Jerusalém
com seus pais e parentes (Lc 2,41-50); O ritual de iniciação ao Templo, realizado apenas para
os meninos aos 12 anos (ler a Torah). No aspecto da ceia judaica, que ele dá um novo
significado; Em aspectos cotidianos de um jovem judeu; A sua participação na sinagoga; A
sua pertença a uma comunidade; A sua religiosidade, uma espiritualidade com caráter novo,
mas que retrata uma postura de um homem judeu.
8
MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 17.
PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012, 62-4.
10
CHARPENTIER, E. A palestina no tempo de Jesus. São Paulo: Paulinas, 1983. p. 5
9
6
�Sua fé foi se alimentando na experiência religiosa vivida entre o povo simples das
aldeias da Galileia. Um povo muito religioso e a escola de Jesus era, antes de tudo, a vida em
casa, na família, na comunidade. Foi aqui que ele apreendeu a conviver, a rezar e a trabalhar.
O povo rezava todos os dias, pela manhã, a tarde e a noite. Isso fez que Jesus, junto com sua
mãe e nas sinagogas, conhece-se muitas histórias da Bíblia, salmos e costumes da época.
Assim aprendia a cada dia mais sobre a lei de Deus e criava uma intimidade maior com elas11:
"Nesses dias, Jesus foi para a montanha a fim de rezar. E passou toda a noite em oração a
Deus" (Lc 6, 12). Outras citações: Mt 26, 39; Lc 4, 1.
Neste ambiente religioso que se criou ao seu redor, o povo escolhido, o povo da
aliança com Deus, o povo eleito, tinha que ser cumpridor de algumas leis, porém o próprio
Jesus, mais tarde, ensinaria a vivê-la de uma maneira nova, escutando até o fundo o seu
coração de um Deus Pai, que quer reinar entre seus filhos e filhas oferecendo a todos uma
vida digna e feliz12.
Em meio a este cenário religioso e social, crescia Jesus, porém a observância das leis
impostas pelas autoridades religiosas e do sistema político, os quais excluíam, escravizavam,
angustiavam, marginalizavam as pessoas, fez com que Jesus, experimentando tudo isso, se
perguntasse, muitas vezes, se as leis eram mesmo a vontade de Deus13. Jesus crescia e
observava. Não era diferente de outra pessoa, tinha que fazer suas orações e trabalhar.
Ajudava no campo em tempo da colheita quando era mais novo e pode perceber tamanha luta
do seu povo para poder sobreviver, tamanha era a exploração. Após certa idade aprendeu a
profissão de seu pai José e se tornou um artesão. Faziam os trabalhos para as necessidades
pessoais, familiares e também para outros povoados, com este trabalho modesto não sofria
como os mendigos da época, mas tampouco tinha
a segurança dos camponeses que
cultivavam suas próprias terras. Assim "a vida de Jesus foi transcorrendo silenciosamente
sem nenhum acontecimento relevante. O silêncio das fontes deve-se provavelmente a uma
razão muito simples: em Nazaré não aconteceu nada de especial"14.
O que podemos dizer hoje é que Jesus esteve muito atento a essas necessidades e foi
sensível a elas: "é nesta realidade dura e sofrida que Jesus convive com seu povo! É tudo isto
que ele vê e ouve, vive e sente, experimenta e sofre, durante trinta anos. É a partir desta
11
Cf. MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 21-2.
Cf.: PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012, 73.
13
Cf.: MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 26 -7.
14
PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012, 73.
12
7
�situação que ele vai discernir a ação de Deus, descobrir sua própria missão e anunciar a Boa
nova do Reino"15.
Todos os judeus esperavam a instauração do Reino de Deus, a vinda de um messias,
mas nem todos esperavam da mesma forma, cada um do seu jeito, haviam muitos grupos,
ideais e tendências, os quais faziam um povo sem unidade.
Se pensarmos no significado da palavra Reino (gr.basileia) significa domínio ou
governo: o Reino de Deus pode ser definido como o domínio eterno (Sl 45, 6) do Criador em
todas as épocas (Sl 10,16) e sobre a totalidade da criação, intervindo e predominando na
história humana através de seus atributos supremos16. Na verdade, o que os judeus esperavam
de um messias, Javé é senhor e rei não só do persa Ciro (cf. Is 45, 1s), mas rei de todo o
mundo que Ele criou e, sendo assim, não só rei dos deuses, mas o único Deus (cf. Is 44,6;
também os salmos de ascensão ao trono: Sl 96 e 97).
Assim, o Reino já era algo almejado pelo povo da Antiga Aliança, que depositava em
Deus, Javé, sua esperança e fortaleza. Ele era o condutor de suas vidas, por conseguinte, o
condutor da história. Devemos lembrar que para o povo hebreu a esperança era algo que
deveria acontecer na história. Deus é o seu libertador, é quem age em meio a ela e a
transforma. Evidentemente que, na época de Jesus esta concepção de Reino era fluente, mas
encontra nas suas pregações uma confirmação real daquilo que antes já era esperado. O Reino
de Deus era o conteúdo principal, a principal mensagem da pregação da Boa Nova de Jesus.
Com Ele o Reino ficou próximo e ao mesmo tempo já atuante. Porém bem diferente do
messias esperado pelos judeus. Jesus anuncia o Evangelho da libertação que está por irromper
em todo Israel. É um senhorio de serviço enviado aos pobres, prisioneiros, cegos, oprimidos,
ao lado de quem está o próprio Deus-rei (cf. Sl 146 – Jesus assume isso). Jesus também o
destina aos doentes, aos pecadores, as mulheres e as crianças. Mostra em Deus um rosto de
alguém que é próximo: Jesus o chama de pai (ABBA).
A vivência de Jesus a partir da instauração de seu reinado de amor, é sinal visível de
sua sensibilidade, maneira que conduz sua vida sempre. Quando Jesus olha para a Samaritana
e a acolhe (Jo 4), quando devolve a vista ao cego (Lc 18, 35), a dignidade a prostituta (Jo 8, 111), o perdão ao Filho Pródigo (Lc 15, 11-32) etc. Jesus, em sua sensibilidade toca o coração
das pessoas e as encanta, por que é um ser humano que vive como um ser humano, mostrando
que é possível viver assim.
15
MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 51.
WACKER, M-T. O Reino de Deus. In: Dicionário de conceitos fundamentais de teologia, p. 765-76
16
8
�Após a sua morte e ressurreição a compreensão deste anúncio só pode efetuar-se
mediante o anúncio de seu nome: Agora, Jesus Cristo é o Senhor. É a nossa afirmação de fé:
Jesus Cristo, significa: Jesus é o Filho de Deus, é o nosso salvador, é o messias, a nossa
esperança.
3. Pedagogia de Jesus
Não sabemos quando Jesus parte para formar sua comunidade, mas temos relatos do
que o encantou. Foi João Batista. Um novo profeta que anunciava a conversão dos pecados
para obter o perdão, e anunciava que o Reino tinha chego (Mt 3,1-2)17. Jesus percebe em João
os anseios do povo. É através do perdão que Deus vai se manifestar, e oferece ao povo a
passagem do deserto à terra para desfrutá-la de maneira mais justa e digna. Está formando o
novo povo da Aliança18.
Jesus começa a ver tudo com o olhar da misericórdia. É com está convicção que Jesus
tem a sensibilidade para perceber Deus não como juiz e sim como misericórdia, esse foi o
diferencial de João Batista. A pedagogia de Jesus acolhe a todos, faz uma comunidade não
acomodada na mentalidade de leis e preceitos, "se faz necessário um processo contínuo de
formação e de atenção à realidade, à situação do povo"19. Assim Jesus abandona, rompe e
oferece o perdão a todos e não só aos batizados, sai do deserto e vai a terra habitada onde
pessoas estão famintas da boa nova, abandona a linguagem dura do deserto para que escutem
uma palavra amiga, uma palavra de paz, que acolhe, como são as parábolas (Mt 5,1-12).
Jesus tem a sensibilidade do cuidado, de resgatar tudo que ouviu e apreendeu, para
tornar acessível ao povo. O temor dá lugar a paz, alegria, acolhida e a vida e, assim Jesus
conquista a todos com a nova forma de comunicação:
Sem temor de equivocar-nos, podemos dizer que a causa à qual Jesus dedica daqui
em diante seu tempo, suas forças e sua vida inteira é o que chama de "reino de
Deus" . É sem dúvida, o núcleo central de sua pregação, sua convicção mais
profunda, a paixão que anima toda sua atividade. Tudo aquilo que ele diz e fez está a
serviço do reino de Deus. Tudo adquire sua unidade, seu verdadeiro significado e
sua força apaixonante a partir dessa realidade. O reino de Deus é a chave para
captar o sentido que Jesus dá à sua vida e para entender o projeto que quer ver
realizado na Galileia, no povo de Israel e, definitivamente, em todos os povos20.
O Reino do Messias-rei dá lugar ao Reino do Messias-servidor. Interessante que Jesus
também não se dedica a expor àqueles camponeses novas normas e leis morais. Anuncia-lhes
uma notícia:
17
MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 52.
PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012, 96.
19
MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 80.
20
PAGOLA, A. Jesus aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2012, 115.
18
9
�Deus já está aqui buscando uma vida mais ditosa para todos. Precisamos mudar
nosso olhar e nosso coração". Seu objetivo não é proporcionar àqueles vizinhos um
código moral mais perfeito, mas ajudá-los a intuir como é e como age Deus, e como
será o mundo e a vida se todos agirem como ele. É isso que ele quer comunicar com
sua palavra e com sua vida inteira21.
Jesus em sua sensibilidade, desde a cultura do seu povo, a partir do anúncio do reino
de Deus foi sensível ao sofrimento e aos anseios de seu povo. Jesus tocou profundamente
aquelas pessoas, pois ele sabe que perante tudo e
todos existe a vida humana. Houve
interpelação e sintonia entre ambos: Jesus e o pobre, Jesus e a mulher, Jesus e o cego. A
relação com Deus no imaginário daquele povo se altera, pois o Deus que o povo conhecera até
aquele momento, não era afetuoso, não era chamado de Pai, não existia a relação de amor.
Agora a imagem do Reino de Deus não está distante e sim parte do agora, já está
acontecendo: "Os que ouvem Jesus se veem obrigados a reagir. Será verdade que o reino de
Deus é um tesouro oculto que escapa a seus olhos? Será verdade que não é uma imposição de
Deus, mas pura e simplesmente um 'tesouro'"?22
Pagola nos levará a questionamentos profundos sobre a relação entre templo e
espiritualidade, lei e ser humano, religião e misericórdia para que voltemos nosso olhar para a
sensibilidade de Jesus naquele momento: "Para que serve então o templo e a espiritualidade
que se alimenta? O que pensar dos que confiam totalmente na observância lei e no culto do
tempo? Será verdade que no reino de Deus as coisas não funcionam a partir de justiça
elaborada pela religião, mas a partir da misericórdia insondável de Deus? 23
A escolha é para estar ao lado dos pobres e marginalizados da sociedade, contudo
"Deus se põe ao lado deles, não porque o mereçam, mas porque precisam"24. Isso é muito
claro nas Bem-aventuranças, onde encontramos uma síntese de seu Reino. Tem um caráter
profético, impossível de viver sem a presença do espírito. Mas é esse o ideal para o qual
somos chamados a viver:
E Jesus, vendo a multidão, subiu a um monte, e, assentando-se, aproximaram-se dele
os seus discípulos; E, abrindo a sua boca, os ensinava, dizendo:
Bem-aventurados os pobres de espírito, porque deles é o reino dos céus; Bemaventurados os aflitos, porque eles serão consolados; Bem-aventurados os mansos,
porque eles herdarão a terra; Bem-aventurados os que têm fome e sede de justiça,
porque eles serão saciados; Bem-aventurados os misericordiosos, porque eles
alcançarão misericórdia; Bem-aventurados os puros de coração, porque eles verão a
Deus; Bem-aventurados os que sofrem perseguição por causa da justiça, porque
deles é o reino dos céus. (Mt 5:1-12)
21
PAGOLA, A. Jesus
PAGOLA, A. Jesus
23
PAGOLA, A. Jesus
24
PAGOLA, A. Jesus
22
aproximação histórica.
aproximação histórica.
aproximação histórica.
aproximação histórica.
Petrópolis: Vozes, 2012,115.
Petrópolis: Vozes, 2012,159.
Petrópolis: Vozes, 2012, 191.
Petrópolis: Vozes, 2012, 131.
10
�Além de passar essa nova mensagem usando essa pedagogia do reino de Deus, o reino
de amor, o reino da misericórdia, ele também dá o exemplo, se oferece, cura, defende os
excluídos e leva a vida nova, refaz a aliança e resgata a esperança. A convivência com seu
povo, com os apóstolos e com todos dava a idéia que o reino de Deus já estava acontecendo,
mas sabia ele em meio a tudo que estava suscitado, também suscitaria a discórdia das
autoridades e de todo o sistema, pois ele os desafiava com essa forma de agir.
Jesus rompeu com as estruturas e a maneira com que assumiu a missão o levou a
Jerusalém, percebendo qual seria o seu fim: "a cruz apareceu no horizonte, já não como uma
possibilidade, mas sim como uma certeza (Mc 8,31)"25. Entretanto a missão não foi somente
dele, somos todos chamados a concretizar tal missão: "apresentando-se como filho do
Homem, ele está dizendo aos discípulos e a todos nós: "Venham comigo! Em outras palavras,
a missão que o Filho do Homem recebe é a missão de todo o povo de Deus26".
A ressurreição acontece com as mulheres, com os apóstolos e até hoje em nossas
comunidades e no nosso dia a dia. A fé na ressurreição é crer em Deus, crer no projeto do
Jesus histórico, no seguimento do Cristo, na sua pedagogia, na sua sensibilidade do reino de
Amor, da misericórdia, da oferta ao perdão e sobre tudo de nossa fé.
Conclusão
Todos nós procuramos algo melhor para nossas vidas. O que nos ajuda a encontrar o
que desejamos, são nossos sonhos, mas sempre com um olhar em algo que nos inspire a tornar
isso uma realidade. Hoje são muitas formas de buscar para atingir nossos sonhos e objetivos.
Uma delas passa pelo conhecimento. Precisamos ter o conhecimento e assim tendo,
poderemos fazer nossas conquistas. Nos espelhamos em líderes, movimentos, estilo, livros,
métodos, ícones da internet, espiritualidade, religião e outras formas de responder estes nossos
anseios. Como por exemplo, o livro de um desses ícones da nossa sociedade moderna, Steve
Jobs, de Isaacson Walter, percebemos que o mesmo também esteve em uma busca tão grande
para que pudesse atingir seu sucesso e reconhecimento. Buscas e escolhas que o levaram a
seguir ou mesmo viver de forma não tão bem vista pela sociedade da época, mas contudo o
fizeram perceber o quanto isso o ajudava a viver e responder seu coração. Optou por todas as
escolhas com a certeza que seria feliz, fez delas seu norte e afetou pessoas ao seu redor. Com
toda esta experiência, teve seus altos e baixos, suas glórias e fracassos, mas sua história serve
25
26
MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 106.
MESTERS, C. Jesus na contramão. São Paulo: Paulinas, 2007, 109.
11
�ao mesmo tempo como lição e advertência, onde não faltaram inovação, talento, ousadia e
liderança. Digo isso para lembrarmos do Jesus Histórico, o qual também esteve em uma busca
melhor para sua vida. A diferença de Jesus, além claro de ser filho de Deus, foi desejar o
maior bem para o maior número de pessoas.
Hoje não nos encontramos tão longe da realidade daquele Jesus que o texto nos
apresentou, se olharmos para o que acontece em nossa pequena Galileia, vemos que só muda
a época, pois quase tudo se parece.
Não tão diferente daquela realidade, estamos hoje. Também passamos por um desejo
de mudança, da chegada de algo novo que nos possibilite mais dignidade humana e nos faça
direcionar em busca da terra prometida, ou do sonho desejado por ser o povo escolhido, quase
queremos um novo messias...
Não poderíamos permitir tudo o que nos afasta de Deus, se olharmos para o que
acontece em nosso meio, vemos que o povo sofre por falta de políticas públicas, de educação,
segurança, acesso a saúde, princípios básicos da vida. Vemos pessoas saindo de seu habitat a
procura de paz, vida, sobrevivência, exemplo do êxodo de famílias Sírias e países próximo em
guerras, a falta de tolerância do diferente, pois precisamos de respeito e não de tolerância, da
opção religiosa e do gênero, da discriminação pela cor da pele, da ausência de reformas
agrária que possibilite novos assentamentos e condições para novas famílias a produzir e
resgatar a esperança, a pobreza que atingi milhões os quais estão jogados na sociedade a
procura de uma oportunidade de trabalho ou mesmo a oportunidade de conviver e ter a mesma
condição digna de vida que qualquer outro indivíduo possa ter. A solidez de uma economia de
partilha e não só de obtenção de lucros, a falta de caráter, vista nos dirigentes de nosso país e
em outros, onde buscam neste instrumento uma oportunidade própria, do interesse próprio,
sem um pensamento comum, muito mais que isso, um projeto comum.
Essa é a realidade, realidade dura e sofrida, mas também cheia de esperança, pois com
o conhecimento acima descrito procura-se o melhor para a vida das pessoas, podemos hoje,
através do resgate da história da vida humana e de tudo que foi criado, documentado e
evoluído, podemos olhar para tudo e espelhar em algo que nos encante a mudar. Meu olhar
está na sensibilidade da pessoa de Jesus Cristo, como conhecido, Jesus foi humano, sentiu
como nós, viveu como nós e desenvolveu uma sensibilidade digna do Filho de Deus.
Percebeu que o resgate vem pelo ser humano que deseja e se oferece como possibilidade.
Neste estudo percebi o quão rico é termos ou potencializarmos nossa sensibilidade no
outro. Pois é no outro que me encontro e posso junto possibilitar esse desejo de mudança ou
12
�realização. Para isso percebi o que me encantava como líder, como gestor de pessoas, como
ser um mestre. O exemplo é a pessoa de Jesus Cristo. Me encantou sua sensibilidade de
perceber as pessoas e tudo ao seu redor, falar com uma linguagem simples e oferecer a boa
Nova, a boa Notícia, o reino de Deus; o reino de Amor.
Contudo só isto não me bastou, eu queria mais e poder oferecer mais, não me bastava
só este encantamento, então precisava conhecer mais intimamente e fui ao encontro. Busquei,
pesquisei e me encontrei. Encontrei-me com uma forma de potencializar minha sensibilidade
e obter o resultado que esperava, mas com uma diferença; ao conhecer esse Jesus e
potencializar a sensibilidade me identifiquei com sua proposta, com seu seguimento e assim
tive que cada vez mais alimentá-la e só consegui graças a espiritualidade que vivo, a
espiritualidade inaciana. Pois um canal para poder viver melhor é a espiritualidade a qual nos
ajuda a entender onde Deus nos chama a missão. Respondendo da mesma forma como os
quais foram encantados por Jesus, com uma nova mensagem, a mensagem do amor, a qual só
foi possível pela sua sensibilidade. É na sensibilidade e por ela que podemos nos sentir
discípulos na propagação do Reino. Perceber que faço parte deste Reino é reconhecer -se filho
e filha de Deus (Lc 24,32-35). É sentir arder o coração, como em Emaús (Lc 24, 13 -35).
Não importa sua escolha ou crença, o que importa é perguntar o que ela me ajuda a
buscar e o que procuro e, essa busca responde o que a sociedade pede e busca para a mesma
ser e responder o que ela espera? Sendo assim o encontro mais íntimo na pessoa de Jesus
Cristo, possibilita, através de uma espiritualidade, perceber sua sensibilidade, sua pedagogia
usada a encantar a todos e nos supre a busca da resposta para nossa missão, a qual não
conseguimos identificar se não estivermos atento ao que Ele nos pede. Mesmo em nossa
fragilidade esperamos que nos possibilite a fazer parte deste reino de Deus, onde só com ele e
por ele é possível ser ainda mais feliz, pois onde ha confiança, tudo acontece.
13
�REFERÊNCIAS
CURY, A. O MESTRE DA SENSIBILIDADE: JESUS, O MAIOR ESPECIALISTA NO
TERRITORIO DA EMOÇAO. São Paulo:Paulinas,2016
DICIONÁRIO HOUAISS. Disponível em:
http://houaiss.uol.com.br/busca?palavra=sensibilidade. consultado em Julho de 2016.
CHARPENTIER, E. A palestina no tempo de Jesus. São Paulo: Paulinas, 1983. p. 5
DICINÁRIO DE ESPIRITUALIDADE. PONTIFÍCIO ISTITUTO DE ESPIRITUALIDADE
TERESIANUM. ANCILLI, E. (ORG.). São Paulo: Paulinas, 2012.
ISSAACSON, W. Steve Job. Companhia da Letras: São Paulo, 2011.
PAGOLA, José Antonio. Jesus: aproximação histórica. Petrópolis: Vozes, 2010.
BíBLIA.
MESTERS, C. Com Jesus na contramão. São PAulo: Paulinas, 2010.
WACKER, M-T. O Reino de Deus. In: Dicionário de conceitos fundamentais de teologia
PARECER DA TUTORA:
A estrutura do trabalho está ótima, pois o dividiu em 3 linhas bem definidas.
Percebe-se que no decorrer do trabalho foram realizadas leituras de acordo com o
tema. Tem um bom número de páginas para o tema desenvolvido. Conseguiu chegar ao que se
propôs.
Interessante foi perceber que seu trabalho o tocou profundamente e fez grandes
reflexões em sua vida e em sua maneira de atuar a partir do tema escolhido. Percebi isso
devido a nossos encontros e conversas regulares.
Parabéns pelo trabalho.
14
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Sensibilidade de Jesus para com as pessoas
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Carlesso, Paulo
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho Etapa Cristologia Magis V
o objetivo de nosso trabalho é olhar para a pessoa de Jesus Cristo e perceber como ele encantava as pessoas e como aceitavam a Boa Nova, pois mesmo em uma situação de sofrimento da época, Ele criou uma comunidade, encantou gerações, tanto que está vivo até hoje.
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Tutora Andreia Cristina Serrato
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
14 páginas
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Amor
Cristologia
Deus Amor
Jesus
Sensibilidade
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/163e9196dca5c7d0b350aff80ac9f82d.pdf?Expires=1712793600&Signature=vChV%7ErCB2lzTfLop3%7Epdd7v20yU1C4MjPcN83Hghp5GHStLvkeXKVmWzJtp3Wc7znifweVvdZwrlEFgCxHFKrH1MnlQQUvb2PeoSM5C62APLZ0Q2NyEBjA62Fr52T3Atfy2s9JqOsKU%7EMqTZfsPGmg4LTqfhgNEK-duxcMU4AK7ROy%7EkSE50rHJ0JZI7RF2KPG91Tq1COQjFGgO2XFj-hI39CGh5b0ldDN3aPrTg0vXFfFfFPbiJUAWQqN0Uhr1Kils0NpMdAV62JC8-r0-wx7h5slUZZ1SwO2Ze2vWkg1oCKrKUPS0ceoilYj5jtoeGt8nzJcBtFgazwRif7YkAww__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
97f623ee1e2a20aa6a4f8e5e0bf29736
PDF Text
Text
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA DE BOGOTÁ, COLÔMBIA
PROGRAMA DE FORMAÇÃO TEOLÓGICA MAGIS 5 (2015-2018)
REGINA LUCIA MOREIRA DE CARVALHO
A CULMINÂNCIA DA REVELAÇÃO DE DEUS EM JESUS
Trabalho
de
pesquisa
apresentado
à
Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá,
Colômbia, como um dos pré-requisitos para
conclusão da disciplina Cristologia.
TUTOR
Padre Thierry Linard S.J
(thierry@ccbnete.org.br)
ACOMPANHANTE
Graça Lopes
(graça_lopesps@yahoo.com.br)
BRASÍLIA
2016
�SUMÁRIO
I. INTRODUÇÃO................................................................................................ 03
II. RAIZ DE TODAS AS COISAS...............................................................,,,,.....04
III. A REVELAÇÃO DE DEUS NA CRIAÇÃO DAS CRIATURAS................06
IV. O APICE DA REVELAÇÃO DE DEUS EM JESUS......................................07
V. CONSIDERAÇÕES FINAIS............................................................................ 13
REFERÊNCIA BIBLIOGRÁFICA.......................................................................15
�I. INTRODUÇÃO
Este trabalho faz parte da conclusão da etapa de Cristologia do Curso de
Formação – MAGIS 5 (2015-2018), oferecido pela La Comunidad de Vida Cristiana
América Latina (CVX- América Latina).
Sou animada a escrever sobre a Revelação de Deus ao homem, como ato de Amor
por meio da criação do mundo, cujo ápice se dá no envio de Jesus, o Messias, que tem
na mesma pessoa a unificação da natureza humana e divina. Assim, aspiro desenvolver
o trabalho com foco na Revelação de Deus ao homem, chegando a Jesus histórico, o
qual nos mostra o rosto de Deus e ensina, mediante parábolas, o caminho do seguimento
do Filho ao Pai.
As literaturas utilizadas são a Sagrada Escritura do Novo Testamento, podendo
fazer menção ao Antigo Testamento e a leitura dos livros de autores como Paul-Eugène
Charbonneau, Joseph Ratzinger e José Antônio Pagola. Neste trabalho, inicio a
apresentação com o desenvolvimento humano em busca de responder a indagações, e
chego à pessoa de Jesus como Revelação Divina, como Aquele que nos mostra a face de
Deus e que se difere daqueles que O antecederam, como Moisés, que apenas ouviu a
Deus, e João Batista, que proclamava a vinda do Messias.
Identifico o problema a ser desvelado como o de descobrir Deus não como ideia,
mas como Aquele que mobiliza o desejo de Deus e, somente por meio da experiência de
Deus, passa a identificar a distinção e a conexão do criador com a criatura.
Para tanto, inspirada na vida pública de Jesus, recolho em suas ações humanas as
que O apontam como interpessoal, que tratam a relação Deus-homem como equação
realizada com a graça de Deus e com o dom da Fé somada ao esforço humano por meio
das virtudes (ciência, temperança, constância, piedade, Amor fraterno, caridade), a
serem exercitadas e desenvolvidas pelos que pretendem entrar no seguimento a Jesus.
Os evangelhos nos falam, mas a escuta de Deus se materializa na oração, no silêncio.
A busca determinada pela presença constante de Deus em todas as coisas. Aqui,
determinação tem o sentido de liberdade no fazer a vontade de Deus. Jesus não se
intrometia e nem se intromete na vida das pessoas, mas quando era e é chamado a
intervir, não se desviava e não se desvia dessa missão. Vai sempre ao encontro do
homem ofertando à medida que possui: o Amor.
O registro de que Jesus falava por meio de parábolas vem ao encontro da
facilidade de que tal forma é atemporal, bem como de que o entendimento alcança a
�todos, independente da classe social a que se pertença, pois Jesus não faz acepção de
pessoa, raça, origem.
Começo destacando a revelação de Deus como raiz de todas as coisas; em
seguida a revelação na criação do mundo, culminando à vinda de Jesus. O Pai enviou o
Filho ao mundo, que apesar de não estar mais conosco, continua permanentemente no
meio de nós por meio do Espírito Santo, pelo corpo místico da Igreja e nos pobres.
Então, por intermédio dos evangelhos estamos diante de uma geração que entrou em
contato direto com Jesus. Depois, perante uma segunda geração de pessoas que seguem
a Jesus por ação do Espírito Santo, como por exemplo, Paulo; e assim continuamos na
caminhada seguindo a Jesus. O homem segue a Cristo sabendo que é pecador amado e
perdoado por Ele.
Adentramos na revelação por meio da Fé e razão, de forma livre, que faz ver e
sentir a experiência de Deus, ou seja, Daquele que é a raiz de todas as coisas.
II. RAIZ DE TODAS AS COISAS
O homem, em sua essência, é motivado a procurar por sua origem e ao longo de
sua história vai caminhando na descoberta do mundo terreno e espiritual. Podemos dizer
que o homem foi descobrindo o mundo e se descobrindo em fases, num misterioso
encontro com a consciência, separando-se assim da inconsciência. Sai da esfera dos
sentidos para ir em direção às escolhas que lhe possibilitam a explorar o mundo, e se dá
conta da sua possibilidade de compreender e utilizar os outros seres e coisas. Percebe-se
como criatura e é a partir de então que começa a indagar-se: Por que existo? Para que
existo? De onde venho? Para onde vou? Inicia-se, assim, o alvoroço entre o ser e o não
ser.
É essa inquietude que impulsiona o homem a explicar sua contingência, sua
realidade, seu fim enquanto objetivo de vida e enquanto finitude da matéria. Diante do
universo de possibilidades pensou até que seria o dono e fonte de tudo. Charbornneau
destaca que:
É por isso que, quando o homem investiga seu ser à procura de sua
razão de ser, unicamente a presença de uma causa primeira incausada
e monolítica no ser não lhe basta.1
1
Charbornneau, Paul-Eugène. (1981) O homem à procura de Deus. Ed. EPU, São Paulo. p. 461.
�Tal concepção revela que é no relacionar-se com o outro que dá sentido ao
homem enquanto ser, pois Deus é Amor e Amor, necessariamente, é relacional. Essa
premissa faz com que o homem busque fora dele o porquê da existência.
Então, percebe o fracasso sobre si mesmo por sua forma egoística de viver, e já
em outro momento de seu desenvolvimento permeado pela racionalidade começa a
perceber o mundo relacional com o ser e com a finitude da matéria por meio da morte. A
partir de então Deus emerge como solucionador de problemas, como forma racional
para descobrir os caminhos, mas ainda de um modo que transfere a responsabilidade
somente para Deus, surgindo, então, o determinismo, em que o homem submete-se a
Deus, numa relação unilateral, na qual Deus reinava com mão pesada sobre este
homem. Foi quando o homem se entregou como prisioneiro de um Deus, e o
teocentrismo fez morada.
Diante do teocentrismo, como contraponto o homem volta a ser o centro e fonte
de tudo, abrindo assim espaço para o humanismo que se autorreferencia, tendo a ciência
como único paradigma. Assim, o espírito passou para segundo plano e o
desenvolvimento do homem, que de acordo com o Charbonneau,2 vai do teocentrismo
ao antropocentrismo, ao humanismo, ao racionalismo, ao positivismo, ao cientismo, ao
tecnicismo até chegar à anticivilização, passa pela que brutalidade o que vai provocar o
despertar da razão e um novo impulso à formação da Consciência.
A percepção de autodestruição, por seguir suas próprias vontades, e em seguida
a contraposição, ao atribuir a razão de tudo ao determinismo divino, faz com que o
homem sinta a necessidade do equilíbrio.
Com a tomada da nova Consciência, volta o homem a perceber a Deus, e coloca
a Fé como constitutiva de sua história. A razão pura passa a ser questionada, o que faz
com que a Fé venha oferecer uma nova visão iluminada à nova razão, devidamente
interpenetradas. Na Fé o homem encontra a certeza da verdade, uma vez que é apoiada
em um Ser que transcende e dá sentido a tudo. A Fé significa liberdade e não está presa
em argumentações como a razão. O homem passa a ser livre para aderir a Deus e Deus
deixa de ser impositivo.
Quando fala sobre a Fé, Charbonneau, assim expressa:
Ela é concretizada na intuição existencial que dá ao ser inteligente a
possibilidade de compreender que ele só existe porque participa da
existência do Absoluto.
2
Charbornneau, Paul-Eugène. (1981) O homem à procura de Deus. Ed. EPU, São Paulo. p.439.
�(...)
pela Fé a razão se encontra diante do ser como diante do Amor.3
O isolamento da razão não responde ao homem tudo o que quer saber. Então,
fulgurado pela Fé em Deus, sem dicotomia, absorve a partir da razão e da Fé a
conjugação dos pontos de vista amadurecidos ao longo de sua existência no
relacionamento com o outro. Como diz Teilhard Chardin, citado por Charbonneau 4: “em
si e sob a sua única forma legítima e durável, a Fé no Homem não exclui, ao contrário,
ela inclui a adoração de um Outro, de um Outro acima do Homem”.
III. A REVELAÇÃO DE DEUS NA CRIAÇÃO DAS CRIATURAS
Deus, por mero ato de liberalidade, benignidade e sabedoria, começa a desvelarse por meio da criação. Com o seu cuidado Amoroso criou a terra, a luz, a água, e com
eles a erva verde, as árvores frutíferas, os animais, e por fim o HOMEM, como
parâmetro e maior grau da revelação de Deus, o faz à sua imagem e semelhança.
São conteúdo da Revelação tanto as verdades naturais compreensíveis ao
homem como as que extrapolam as razões humanas que são conhecidas por intermédio
da gratuidade de Deus. A Revelação Divina tem por finalidade oferecer por parte de
Deus, o mistério de sua vida pessoal e o apelo para fazer parte nela.
Todos os sinais terrenos são fragmentos da eternidade. O homem busca por
respostas sobre seu fim último, sua origem, seu futuro, e como fará para se precaver do
mal e ir ao encontro daquele que É. Aqui cabe destaque os meios que são ofertados para
percorrer o desvelar, ainda que parcial, do caminho. O homem é chamado a louvar,
reverenciar e servir ao Criador, e o homem, por causa da concupiscência, deixa-se
dominar pela soberba e afasta Deus de sua vida.
A Revelação é feita de cinco modos, considerados teologicamente em dois
grupos: a Revelação Geral e a Revelação Especial. A Revelação Geral consiste na
manifestação de Deus por meio da natureza e da consciência humana inata. A Revelação
Especial consiste na revelação de Deus pela Teofania (manifestação visível de Deus),
pelas Escrituras Sagradas (Bíblia) e pela encarnação de Deus, na pessoa de Jesus Cristo.
Quando se fala que Deus se revelou por meio da natureza, encontramos na
Sagrada Escritura seu fundamento (slms 19:1-4; Rom. 1:19-20). São Paulo, na carta aos
3
4
Charbornneau, Paul-Eugène. (1981) O homem à procura de Deus. Ed. EPU, São Paulo. p. 441.
Charbornneau, Paul-Eugène. (1981) O homem à procura de Deus. Ed. EPU, São Paulo. p. 442.
�Romanos 1: 19-20, chama-nos atenção para o fato de que a manifestação de Deus na
natureza nos afirma a presença de que Deus existe e é Criador. Vale destacar que nas
sociedades humanas há traços de reconhecimento de um criador, mesmo nas politeístas,
que há um Deus superior aos outros, um Deus criador. Premissa que foi feita a partir da
observação da natureza na característica de coisas criadas.
O reconhecimento de que Deus existe, a partir da observação da natureza, não é
suficiente para que o homem conheça a Deus pessoalmente, mas é suficiente para que
saiba que Ele existe. Então, em outro momento, Deus se apresenta a nós por meio de
Jesus.
IV. O ÁPICE DA REVELAÇÃO DIVINA EM JESUS
Jesus é a centralidade da vida do Cristão. No descortinar da vida, a cada
momento, Deus se revelou ao homem, e foi por meio de seu filho, Jesus, que apresentou
sua maior e categórica manifestação de seu rosto e de seus projetos. A face de Deus é o
Amor e o seu projeto é de que o ser humano aprenda a se relacionar no Amor.
Na personificação de Jesus histórico que nasceu, viveu, morreu e ressuscitou
está alicerçada a Fé do cristianismo. Tendo atributo da natureza divina, Jesus fazia
maravilhas e prodígios, mas percebia que sua missão não era ser conhecido por tais
portentos, seu ministério e mistério se desenvolviam por sua intimidade com Deus, de
como se relacionava com o Pai.
O Messias era esperado pelos judeus contemporâneos de Jesus, mas com
características de poder e glória terrenos. Assim, como Jesus não veio dentro do modelo
esperado pelos hebreus, alguns não reconheceram Jesus como O Messias. O anúncio
previsto no Antigo Testamento O descrevia como Aquele que viria retirar o povo da
escravidão, como Aquele que ensinaria por experiência o caminho para chegar ao Pai, e
que viria somente para o povo escolhido.
Deus inspirou profetas bíblicos a indicar sinais a respeito do nascimento, do
mistério e da morte do anunciado como libertador, e que se realizaram tais profecias em
Jesus Cristo. Deus se revelou especialmente a Noé, a Abraão, a Moisés, aos profetas, a
Davi, a Salomão, aos seus apóstolos e, especialmente, por meio de Cristo. Deus se
revelou em Cristo.
A previsão por intermédio do Profeta Isaias que o Messias seria descendente do
Rei Davi (Isaias 9), é confirmada em tal linhagem quando Mateus (1: 1, 16-17), trata da
genealogia de Jesus. Miqueias (5:1), também Profeta de Deus, predisse a vinda do
�Messias: “E tu, Belém Éfrata, pequena entre os clãs de Judá, de ti sairá para mim aquele
que governará Israel. Suas origens são de tempos antigos, de dias imemoráveis.”
O que foi escrito muito antes do nascimento de Jesus, encontramos seu
cumprimento em Lucas (24:44). E tudo se cumpriu, e Jesus afirmou: “era preciso que se
cumprisse tudo o que está escrito sobre mim na Lei de Moisés, nos Profetas e nos
Salmos.”
Sobre o assunto - Revelação Divina- a Constituição Dogmática DEI VERBUM
ensina que, por Amor, Deus, na sua bondade e sabedoria, quis revelar-se a si próprio e
dar a conhecer o mistério de sua vontade, e que nós, homens, podemos chegar a Ele por
meio de Jesus, que é o verbo encarnado, é quem tem acesso ao Pai no Espírito Santo; e
assim participar da natureza divina.
Deus se revelou como ser pessoal na história da salvação, cuidando do povo de
Israel, e atuando na construção de uma história que leva palavra de vida por todos os
tempos; preparando, assim, a Encarnação de Jesus Cristo.
A criatura é revelada (criada) por Deus e, no Antigo Testamento/livro do
Deuteronômio, temos gravada a promessa que encaixa com a concepção da figura futura
que será Jesus.
Meditar sobre o Amor de Deus faz o exercitante navegar no esplendoroso
sentido da vida. Deus se priva de seu esplendor e se iguala ao homem, menos no
cometimento do pecado, pois Jesus não errou o alvo; sempre discernia a vontade do pai
e a praticava.
Estamos diante de uma peça principal na Revelação de Deus-Jesus-, para a obra
da salvação humana, tendo o Espírito Santo como agregador de todos os homens para
animar a Igreja enquanto corpo místico de Cristo.
A manifestação de Deus por meio de Jesus foi compreendida por seus
contemporâneos a partir da ressurreição, tanto que alguns diálogos de Jesus com seus
discípulos atestam isso. Assim, podemos ver que Deus se revela no passado do homem,
na contemplação de sua existência.
Destaque-se que sobre a doutrina da Revelação de Deus se vê que Ele não nos
revelou absolutamente tudo sobre si, mas revelou o suficiente para que creiamos Nele,
para que O conheçamos pessoalmente e nos relacionemos com Ele em Amor.
Porque a Lei foi dada por meio de Moisés; a graça e a verdade vieram
por Jesus Cristo: Ninguém jamais viu a Deus: o Filho unigênito, que
está no seio do pai este deu a conhecer. (João 1, 17-18)
�Deus em sua infinita bondade envia-nos Jesus para ensinar ao homem o caminho
que o leva a ver e a sentir-se com Deus. Os que antecederam a Jesus prepararam o
caminho. Como já dito antes, Moisés não viu a Deus, mas ouviu a Deus. Agora Deus se
revela ao homem por meio de Jesus.
Moisés teve sintonia com Deus, escutou a Deus, foi chamado à vocação para
guiar o povo de Deus, mas era um profeta. Outro que veio antes de Jesus foi João
Batista, que tinha como missão aplainar o caminho daquele que viria anunciar e
inaugurar o Reino de Deus aqui na terra: “Cumpriu-se o tempo e o Reino de Deus está
próximo. Arrependei-vos e crede no Evangelho” (Mc 1, 14s), mas não viu a Deus. João
Batista batiza com água, Jesus batiza no Espírito, e por meio do batismo é iniciado o
ministério de Jesus e essa é a marca o conteúdo essencial de sua pregação.
Joseph Ratzinger5 destaca que os evangelistas Marcos e Mateus designavam a
pregação de Jesus como Evangelho, mas não como o Evangelho no entendimento à
época de Jesus, pois naquele momento Evangelho era conhecido como todas as
mensagens expedidas pelo imperador romano, independentemente de ter conteúdo bom
ou não. O Evangelho de Jesus é anunciar sempre a Boa Nova, mensagem boa.
Anunciar a boa nova é falar do Reino de Deus, sendo esta a missão primeira de
Jesus em vida. Ele sai pela Galileia ensinando pelas sinagogas, curando o povo, e
propondo, como resposta, conduta de conversão e de Fé. Após sua páscoa a Cristologia
constitui o centro da pregação apostólica.
A compreensão da mensagem de Jesus segundo Joseph Ratzinger6 provoca a
indagação se Jesus é apenas o mensageiro ou se Ele mesmo é a mensagem, e qual
relação entre o Reino de Deus com Cristo. Reino de Deus compreendido em três
dimensões: uma de Jesus ser o próprio Reino, outra do Reino está no interior do homem
e outra de explicação eclesiológica como sendo a Igreja a equivalência à realização do
Reino no interior da história.
A compreensão experimental a que Jesus nos convida a realizar está vinculada à
pessoa humana dentro de sua singularidade, à alma da pessoa, independente de credo,
raça; diferentemente do judaísmo que é voltado para o coletivo e para o povo eleito.
Assim, Jesus, com sua autoridade e exemplo, é o próprio Reino de Deus encarnado,
5
Ratzinger, Joseph. (2007) Bento XVI. Jesus de Nazaré. Primeira Parte: Do Batismo no Jordão à
Transfiguração. Ed. Planeta do Brasil, São Paulo. Trad. José Jacinto Ferreira de Farias. 3. ed. p.57.
6
Ratzinger, Joseph. (2007) Bento XVI. Jesus de Nazaré. Primeira Parte: Do Batismo no Jordão à
Transfiguração. Ed. Planeta do Brasil, São Paulo. Trad. José Jacinto Ferreira de Farias. 3. ed. p.63.
�sendo mensagem e mensageiro da boa nova, pois faz a vontade do Pai. Jesus aponta o
caminho aos homens de apercebimento aos que são particularmente chamados para
participar da construção do Reino de Deus, sempre, em comunhão com o outro.
Diante do anuncio de Jesus, penso que a identificação do reino de Deus pelo
homem será proporcional à escuta e sintonia com a vontade de Deus. Na época de Jesus,
o ceticismo de alguns fazia com que O questionassem sobre o reino de Deus anunciado
por Ele, vez que não estavam presentes alguns fatos que poderiam levá-los a crerem se
os pagãos fossem destruídos; os terríveis sinais esperados; expulsar os Romanos. Mas as
escrituras trazem a resposta de Jesus no sentido de que a presença do Reino não seria
vista por meio espetacular (Lucas 17,21) mas de forma que libertasse o homem de tudo
que o desumaniza e o faz sofrer.7
Aqui destacamos o desenvolvimento do cristianismo católico que no início teve
a Igreja como o centro do cristianismo, depois passou-se para uma visão cristocêntrica e
em seguida para o teocentrismo, mas a divisão permanecia entre homens e religiões. É
então quando se chega ao reinocentrismo, que tem como a centralidade o reino de
Deus, o que significa ter a paz, a justiça e o respeito à criação como objetivo último aqui
na terra. Segundo Joseph Ratzinger8 tais objetivos deveriam ser de todas as religiões “o
trabalho conjunto para a vinda do Reino”.
Quando acolhemos a palavra de Jesus de forma reinocêntrica podemos nos
aproximar de denominadores comuns, ou seja, de uma forma universal. No entanto, não
havendo tal acolhimento, como responderemos a questionamentos como: A qual justiça
serviríamos? Quem nos diria os valores? Como é construída a paz? e assim, poderíamos
nos afastar da vontade de Deus e pôr na centralidade a vontade humana, o que parece
ser a atual realidade pós-Cristão sobre a Fé e a religião, tornando as tradições religiosas
aparentes. Quanto a isto Joseph Ratzinger9 descortina que quando a centralidade está na
vontade humana Deus desaparece, o que faz com que as tradições religiosas sejam
superficiais, ilusórias e afirma: “A Fé, as religiões, têm apenas como finalidade
objetivos políticos”. A crítica é feita a este ambiente que pulula um aparelhamento
apenas do mundo, retirando a centralidade reinocêntrica anunciada por Jesus. Tal
7
Pagola, José Antonio. (2011) Jesus: aproximação história. Ed. Vozes, Rio de Janeiro. Tradução de
Gentil Avelino Totton. 4 ed. p. 125.
8
Ratzinger, Joseph. (2007) Bento XVI. Jesus de Nazaré. Primeira Parte: Do Batismo no Jordão à
Transfiguração. Ed. Planeta do Brasil, São Paulo. Trad. José Jacinto Ferreira de Farias. 3. ed. p.63.
9
Ratzinger, Joseph. (2007) Bento XVI. Jesus de Nazaré. Primeira Parte: Do Batismo no Jordão à
Transfiguração. Ed. Planeta do Brasil, São Paulo. Trad. José Jacinto Ferreira de Farias. 3. ed. p.63.
�premissa pode parecer de certo modo realidade quando se articula política com a atual
experiência humana, em que interesses egoísticos são objetivados em detrimento dos
mais necessitados e do conjunto; isto para manutenção do poder que exclui o outro, o
que faz identificar a não presença do reino anunciado.
Diante desse panorama, a ideia secularizada é a de que Deus desapareceu, mas
como desapareceu se Jesus anuncia o Reino de Deus? Na verdade Jesus anuncia que
Deus está vivo e que tem majestade sobre o mundo, que age concretamente no mundo e
na história, que ontem, hoje e sempre está em ação, sendo Ele, Jesus, o “enviado de
Deus”, o “filho do homem”, o “Eu sou”.
Tal abordagem enfoca Jesus com uma mensagem dialogal, interpessoal, e nem
poderia ser ao contrário, pois como toda sua vida se desenvolve em um permanente
escutar a vontade de Deus, por meio da oração, do jejum, e da prática dessa vontade do
Pai. Ao anunciar que Deus existe, Jesus apresenta ao homem as ferramentas de como se
relacionar com o outro, inclusive com a natureza e coisas existentes, como quando
ensina que o sábado foi feito para o homem e não o homem para o sábado (Mc 2; 27).
Essa história de Amor desenvolvida por Deus desde Abraão anuncia a soberania
de Deus. Destacamos o contexto histórico em que os Judeus do tempo de Jesus
acreditavam no reinado de Deus no culto do templo em Jerusalém e na liturgia na
sinagoga, e é também encontrada nos ensinos rabínicos, nos escritos de Qumran, a
existência de um Deus único. Contudo, a continuação da história para os Cristãos tem
seu ápice com a vinda de Jesus que anuncia o Reino: “o Reino de Deus está próximo”
(Mc1,15), se aproxima de vós (Mt 12,28). Está “no meio de vós” (Lc17,21).
O Reino anunciado por Jesus não tem comparação com o reino terreno, pois
Jesus apresenta o reino como o grão de mostarda, menor das sementes, como fermento
que em pequena quantidade na massa faz efeito sobre esta. Sempre por meio de
parábola Jesus propõe a experimentar desde sempre o percursar com o Reino, pelo
Reino e em meio ao Reino. Esse caminhar à luz da soberania de Deus é intricada e
segundo Joseph Ratzinger10 “só a aceitação do todo é que podemos aceder à sua
mensagem e nos deixarmos por ela conduzir”.
Descortina-se o Reino de Deus em Jesus, pois Ele é o tesouro e a pérola preciosa
que Mateus anuncia (Mt. 6, 19-21 e 13, 44-46). Diante da realidade humana tem-se o
conflito entre a moral e graça. O cumprimento da moral se dá na perspectiva da
10
Ratzinger, Joseph. (2007) Bento XVI. Jesus de Nazaré. Primeira Parte: Do Batismo no Jordão à
Transfiguração. Ed. Planeta do Brasil, São Paulo. Trad. José Jacinto Ferreira de Farias. 3. ed. p.67.
�liberdade ao respeito da lei, por um olhar humano no cumprimento das regras, enquanto
que o outro pelo dom da graça, da gratuidade de Deus. Na lei é suficiente o homem
cumpri-la; na graça por misericórdia, Deus vê o homem necessitado Dele. Na lei o
homem justifica a si mesmo, na graça o homem olha para si a partir de Deus.
O aprendizado da relação homem x Deus passa pelo reconhecimento da presença
Dele no outro e dos bens que foram postos disponíveis de forma generosa, pois sozinho
nada pode alcançar, e com isso deve aprender com quem é misericordioso a ser
misericordioso, e assim, a fazer a vontade do Pai. Imperioso aqui registrar que a
gratuidade não deixa o homem inerte e nem fora da ética, pois somente se apropriando
de tais valores fará o bem, e como princípio e fundamento de sua existência reconhecer
a fonte primária em Deus, vez que sua exclusão volta o pêndulo para autossuficiência.
A disponibilidade de Jesus ao agir conforme a vontade de Deus ensina ao seu
seguimento como ser filho e filho de Deus. Para tanto, apresenta-nos o princípio e
fundamento da existência humana que é amar, louvar, reverenciar e servir a Deus.
A experiência de Jesus no Sermão da Montanha descreve como se aprende a se
humanizar, tendo como base Deus. Jesus utiliza de sua voz para ensinar com autoridade
a todos e os chama de discípulos, ou seja, aquele que houve e acolhe a palavra torna-se
um seguidor. Joseph Ratzinger11 apresenta uma analogia do Monte Sinai, onde Moisés
recebeu o decálogo, e o Sermão da Montanha, em que Jesus prega a todos. Jesus rompe
com a discriminação levando a palavra a judeus e a não judeus.
No Sermão da Montanha Jesus anuncia as “bem-aventuranças” que são balizas a
seguir para a comunhão do homem com o Pai Celeste. A fala de Jesus leva o ouvinte a
entender a antiga ordem estabelecida por Deus e a nova ordem a partir Dele, propõe que
o homem entre na lógica do reinado de Deus. Pagola12 apresenta que estar com o reino
de Deus é ter compromisso com as consequências de ordem política e social. Jesus
procura internalizar um exemplo de comportamento na coletividade, vai ao encontro dos
que necessitam de pão. Assim, Jesus propõe que não fiquemos preocupados com nós
mesmos, como nos manteremos, mas que olhemos para o todo, ou seja, para que a
partilha se faça presente, de modo a identificar a presença do reino de Deus.
11
Ratzinger, Joseph. (2007) Bento XVI. Jesus de Nazaré. Primeira Parte: Do Batismo no Jordão à
Transfiguração. Ed. Planeta do Brasil, São Paulo. Trad. José Jacinto Ferreira de Farias. 3. ed. p.75.
12
Pagola, José Antonio. (2011) Jesus: aproximação história. Ed. Vozes, Rio de Janeiro. Tradução de
Gentil Avelino Totton. 4 ed. p. 134.
�CONSIDERAÇÕES FINAIS
A inteligência humana, desde seu surgimento na terra, desenvolve-se em fases e,
ao atingir o que se chama hoje a nova consciência, identifica a presença de um criador
de quem parte a centralidade da vida. Aqui usamos a palavra vida para delimitar o que
foi permitido conhecer até hoje.
Ao longo da existência humana o pêndulo se balança, ora se afastando e ora se
aproximando do criador.
Jesus, por meio de parábolas e ações, revela sua autoridade. Autoridade não
autoproclamada e nem recebida de sistema social humano, como os escribas, mas
autoridade outorgada e recebida de Deus.
Jesus surpreende por sua maneira de olhar, pensar, agir, orar. Jesus percorria as
aldeias curando os enfermos, expulsando demônios e libertando pessoas do mal, da
indignidade, da exclusão. Mostra-nos que o céu é perfeitamente humano, pois o céu
acontece aqui na terra quando nossas ações estão em comunhão com a vontade de Deus.
Todos, independentemente de credo, de raça, ou qualquer outro fator ou ato
meramente humano excludente, podem sonhar e suspirar na terra tendo a certeza de que
o paraíso começa aqui, pois terra e céu não são coisas ou estados dissociados. Aqui não
temos a plenitude de quando virmos Deus face a face, mas temos o gosto inicial, assim
como nos momentos de oração temos o saborear da presença de Deus junto a nós.
A esperança proposta por Jesus ao homem permite que continuemos a sonhar e a
nos reconciliarmos com o único propósito de encontrar a paz e o descanso na harmonia
das coisas, sendo a Fé o ingrediente que nos faz otimistas. Então, pertencer ao
seguimento de Jesus é se aproximar dos pobres, doentes, desfavorecidos da sociedade
de hoje, como Ele fez em seu tempo. Podemos concluir que Jesus exigiu uma única
coisa moral à pessoa pertencente a seu seguimento: que não pecasse.
Assim, pecado é não fazer o que Deus pede a cada um, mas apoiados na
esperança da misericórdia, e de nos reconhecermos amados e perdoados, é que
continuamos a sonhar e experimentar a presença de Deus aqui na terra, bem como
mantemos acessa a chama da esperança; e se pensamos em utopia é porque lampeja a
Fé-esperança no Criador, e são esses lampejos que nos fazem antever o novo céu. Então
se o céu é perfeitamente humano, então o céu foi feito e oportunizado para todos.
O encontro entre homem e Deus se dá por meio da oração vocal, de coração ou
�mental, conforme o estágio da relação de abertura do homem a Ele.
A nova terra e o novo céu como radical encontro de ser no outro, sem perder a
identidade, faz a humanização do homem pedida por Deus. Aceitar o diferente e acolhêlo, e deixar-se enriquecer com ele. Jesus nos propõe encontrar o outro, e todo encontro é
um risco, pois nele se dá abertura para o imprevisível e para a liberdade. No entanto,
Jesus nos sugere não temer, pois são os paradigmas do encontro à amizade e o Amor. E
só os amigos sabem o que é amizade e quando o a amizade evolui até o Amor. Isso é o
início da história relacional Deus-Homem e a certeza de que o aprofundamento da
relação com o próximo nos aproxima de Deus.
�REFERÊNCIA BIBLIOGRÁFICA
Bíblia de Jerusalém (2011). Tradução do texto em língua portuguesa diretamente dos
originais. Tradução das introduções e notas de La Bible de Jérusalem, edição de 1998,
publicada sob direção da “École biblique de Jérusalem”. Edição em língua francesa. 7ª
impressão. Ed. Paulus, São Paulo.
Charbornneau, Paul-Eugène. (1981) O homem à procura de Deus. Ed. EPU, São Paulo.
Constituição Dogmática DEI VERBUM sobre a Revelação Divina. Disponível em:
<http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vatii_const
_19651118_dei-verbum_po.html>. Acesso em: 30 jun. 2016.
Pagola, José Antonio. (2011) Jesus: aproximação história. Ed. Vozes, Rio de Janeiro.
Tradução de Gentil Avelino Totton. 4 ed.
Ratzinger, Joseph. (2007) Bento XVI. Jesus de Nazaré. Primeira Parte: Do Batismo no
Jordão à Transfiguração. Ed. Planeta do Brasil, São Paulo. Trad. José Jacinto Ferreira
de Farias. 3. ed. p.67.
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
A Culminância da Revelação de Deus em Jesus
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Carvalho, Regina Lucia Moreira de
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho Etapa Cristologia Magis V
Descreve sobre a Revelação de Deus ao homem, como ato de Amor por meio da criação do mundo, cujo ápice se dá no envio de Jesus, o Messias, que tem na mesma pessoa a unificação da natureza humana e divina. Assim, aspiro desenvolver o trabalho com foco na Revelação de Deus ao homem, chegando a Jesus histórico, o qual nos mostra o rosto de Deus e ensina, mediante parábolas, o caminho do seguimento do Filho ao Pai.
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Gueterchin, Thierry Linard de
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF; 15 páginas
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Cristologia
Epifania
Revelação
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/afac4b297c8b3a8c48cc99048e567d78.pdf?Expires=1712793600&Signature=kfkyxgO5bN2Wc994XUKjAok73EyYH4QC8a3x9AvVU0jvoazO12hs9lhSD%7EelLPexBzaa%7Ei9LmDrj9uOGhNophlbj%7EK9k378dqpMm-5DwsbP0QMcV0bqRMqJequzxmf7DZZigJwOzydAkUELXb8nUn5y3iUI612tj796r97BxD1aTVZ66IzR6pkcGQZEaGh2-nWKv1uFIma7upbFsPmOg4wSrtFrdfcsgm5hwWelccoQZsuFoXxY7qWGXAlN2qYL0I2vZZ4sSZlUwxaGT9%7E6fIJ7RIj5-mcSEFnpdUYuQpHlmVnsd0P1b4QmndC5j%7E2TbA4YeKiVS6kyJs%7EG%7EGhibEg__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
bcb1bce3c6d53d96e4f3fba9896104fc
PDF Text
Text
JESUS E JOÃO BATISTA: APROXIMAÇÕES E DISTANCIAMENTOS
NECESSÁRIOS
Por Luiz Beltrão, CVX Santo Alberto Hurtado, Brasília - Brasil
Índice
1. Introdução. 2. João Batista: quem foi e o que pregava? 3. Jesus discípulo de João
Batista. 4. Jesus é batizado por João. 5. Diferenças entre as mensagens de João Batista e
de Jesus. 6. Conteúdo ético da irrupção do Reino. 7. Presença da lógica de João Batista
na práxis atual da Igreja. 8. Conclusão.
1. Introdução
Este trabalho de conclusão do módulo Cristologia pretende oferecer uma visão
comparada entre as pessoas e as mensagens de Jesus e de João Batista. O objetivo é
perceber as influências do movimento e da pregação de João no movimento e na
pregação de Jesus, mas principalmente apontar as diferenças entre ambas as propostas.
Delinear o núcleo fundamental de cada uma servirá para realçar o valor da mensagem
de Jesus que, conforme cremos, é tão mais relevante para a vida pessoal e comunitária
da fé dos cristãos, que essa comparação torna-se urgente e necessária. Paralelamente,
possibilitará perceber que muitas das práticas cristãs atuais mais se aproximam da
proposta joanina, distanciando-se do querer original e inovador de Jesus.
2. João Batista: quem foi e o que pregava?
João Batista foi um pregador ascético do deserto, de caráter profético, que influenciou
decisivamente a pessoa e o ministério de Jesus. Por isso, o entendimento de Jesus e de
sua mensagem pressupõe o entendimento da mensagem do próprio João Batista, o que
implica aproximarmo-nos de sua pessoa e de sua missão.
João, o Batista, era filho de Zacarias, portanto de linhagem sacerdotal. A despeito de tal
prerrogativa, João abriu mão dessa função, o que pressupõe um grave rompimento com
sua ascendência. A esse respeito,
Não sabemos o que o terá levado [João] a abandonar seu múnus
sacerdotal. A sua atitude era a de um homem arrebatado pelo Espírito.
Não se apoiava em nenhum mestre. Não citava explicitamente as
Escrituras sagradas. Não invocava nenhuma autoridade para legitimar
�a sua ação. Abandonou a terra sagrada de Israel e foi para o deserto a
gritar a sua mensagem1.
Podemos supor que João teve uma forte experiência de Deus. Ele mesmo sinalizou ter
vivenciado um encontro com o Mistério, ao mencionar que alguém o enviou para
batizar com água e que lhe teria dito que sobre aquele a quem visse descer e permanecer
o Espírito, este é o que batizaria com o Espírito Santo (Jo 1,33).
João se autodenominava uma voz que clama no deserto, alguém cuja missão era
endireitar os caminhos do Senhor. Vivia no deserto, se vestia de pelos de camelo e se
alimentava de gafanhotos e mel silvestre (Mc 1,6).
Segundo J. A. Pagola2, João parece ter escolhido cuidadosamente o lugar de seu
ministério batismal. Segundo esse autor, o “deserto” escolhido por João encontrava-se
em frente de Jericó, no preciso lugar em que, segundo a tradição, o povo, séculos antes,
conduzido por Josué, havia atravessado o rio Jordão para entrar na terra prometida.
Dessa maneira, “como tinha acontecido com a ‘primeira geração do deserto’, também
agora o povo tinha de escutar a Deus, purificar-se nas águas do Jordão e entrar renovado
no país da paz e da Salvação”3.
O aparecimento de João Batista foi como o ressoar repentino da voz de Deus. Naquela
época os judeus eram dolorosamente conscientes de que os profetas já não falavam.
Dizia-se que durante quatrocentos anos não tinha havido profeta algum, que a voz da
profecia se manteve calada. Mas em João voltou a fazer-se ouvir a voz profética. Deus
voltava a se comunicar com seu povo4.
João se diferenciava de seus contemporâneos, sobretudo dos partidos religiosos –
essênios, fariseus, saduceus e escribas – por sua característica profética. Pregava a
chegada iminente do “Dia do Senhor” como julgamento pelo fogo; por isso, o
contraponto de passar pelo batismo na água5. A mensagem de João era simples: Deus
estava irado com seu povo, por conta de seus muitos pecados e do afastamento da
Aliança, e pretendia castigá-lo. Mas se Israel mudasse, então haveria abundância de
bênçãos. De fato, o objetivo de uma profecia não é a predição de um futuro inalterável,
mas o aviso ou uma promessa do que se avizinha, a se permanecer no mesmo caminho.
Trata-se de uma predição tendencial, mas, sobretudo, condicional. Por meio da profecia,
1
PAGOLA, J. A. Jesus: aproximação histórica. Gráfica de Coimbra, 2007, p. 67.
Idem, p. 67.
3
Idem.
4
BARCLAY, W. The Gospel of Mathew. The new daily study Bible. Saint Andrew Press, Edindurgh,
2001.
5
Carlos James, SJ, comunicação pessoal.
2
�há o oferecimento de uma nova oportunidade. Em havendo mudança, também Deus
mudaria de ideia e abandonaria seus planos de condenar Israel.
Diferentemente de seus contemporâneos, sectários por definição, João não pregava a um
grupo judeu específico, mas dirigia seu apelo a todo o povo. Eram necessários o
arrependimento e a mudança de atitude, do que o batismo nas águas do Jordão
configuraria sinal exterior.
A força de sua pregação e, indubitavelmente, seu testemunho de austeridade e
autenticidade, comoveram multidões. Toda a Judeia e toda a região vizinha ao Jordão
e até mesmo de Jerusalém (Mt 3,5) vinham pessoas para serem batizadas, confessando
os seus pecados.
Esse amplo movimento de retorno a Deus impressionou a Jesus e sinalizou para ele que
algo novo estava acontecendo. Jesus acreditava na necessidade de conversão e juntou-se
aos que comungavam dessa visão. De fato, também em seu ministério Jesus falará da
necessidade de conversão, embora acentuará matizes bem distintas da perspectiva do
Batista. Mais ainda, Jesus fez-se discípulo de João, até este ser preso, e se deixou
batizar, conforme veremos a seguir.
3. Jesus discípulo de João Batista
Depois de seu batismo, Jesus se retirou 40 dias para o deserto, como preparação para
sua missão. João Batista vivia no deserto. Isso parece sugerir que Jesus, por algum
tempo, se integrou ao grupo de discípulos de João Batista. Essa suposição tem ainda
mais força quando lemos, no Evangelho de João, uma espécie de queixa dos discípulos
de João a seu mestre por Jesus e seus discípulos (alguns, antigos discípulos de João)
também batizarem (Jo 3,26).
Com efeito, os discípulos de João sabiam que Jesus havia sido batizado pelo Batista e
que esteve por algum tempo entre o grupo de João. Agora os discípulos percebem que
Jesus abandonou o grupo de João, formou seu próprio grupo e começou a batizar por
conta própria, reunindo seus próprios discípulos e fazendo uma espécie de
“concorrência”, com quem antes havia sido mestre. Somente com essa tela de fundo
pode-se entender os sentimentos de frustração e rivalidade do grupo de discípulos que
ainda permaneciam com João6. No entanto, Jesus não queria essa rivalidade. Por isso,
6
A importância de João Batista no ministério de Jesus. Nilton Giese. 2015. Disponível em
http://www.luteranos.com.br/conteudo/a-importancia-de-joao-batista-no-ministerio-de-jesus. Acesso em
29/8/2016.
�quando ouvir dizer que ele reunia mais discípulos que João Batista, saiu da Judeia e
voltou para a Galileia (Jo 4,1-3).
Portanto, temos aqui relatos que falam que no início de sua vida pública, Jesus também
batizou, por algum tempo. E que essa prática havia sido adquirida por seu antigo
formador, na época em que ele próprio – Jesus – fez parte do grupo de João.
O que teria tanto impressionado a Jesus em João Batista? Certamente sua autenticidade
e liberdade para falar em nome de Deus e, posteriormente, o martírio, consequência de
sua missão – características que o associam à vocação de profeta, na linha dos profetas
do Antigo Testamento.
De fato, acerca de João, Jesus mais tarde fará um dos maiores elogios em todos os
Evangelhos: para Jesus, João é “mais que profeta” e, “entre os nascidos de mulher, não
surgiu nenhum maior do que João, o Batista” (Mt 11, 9.11).
A menção honrosa ao Batista é nítida, porém paradoxal. De fato, logo em seguida, Jesus
acrescenta que “o menor no Reino dos Céus é maior do que ele”. Compreender a
aparente contradição entre o elogio e sua sequência pouco apreciativa constitui questão
central para o entendimento das diferenças entre Jesus e João Batista. Vejamos,
primeiramente, o aspecto elogioso. O que impressionava a pessoa de João em Jesus?
Inicialmente, João denunciava intrepidamente o mal em qualquer lugar que o
encontrasse. No âmbito da mensagem, João encarnava o mais autêntico senso profético:
o anúncio da intervenção divina iminente e a necessidade da conversão, e a denúncia
das contradições presentes na realidade, que vão contra qualquer pretensa segurança,
como ser da descendência de Abraão. Se Israel era visto como árvore plantada por
Deus, o machado está posto na raiz da árvore, para ser arrancada e queimada no fogo.
Se o rei Herodes pecava, contraindo um casamento ilegal e
pecaminoso, segundo a Torá, João o reprovava. Se os saduceus e os
fariseus, dirigentes da ortodoxia religiosa daquela época, estavam
afundados em um formalismo ritualista, João não duvidava em dizerlhe diretamente. Se as pessoas comuns viviam afastadas de Deus, João
o jogava na cara. Em qualquer lugar que João visse o mal – no Estado,
na comunidade religiosa, na multidão – ele, intrepidamente, o
denunciava.7
João era como uma forte luz acesa em algum lugar escuro, que incomoda a retina dos
olhos acostumados à penumbra. O destemor de seu profetismo, o vigor de sua denúncia
7
W. Barclay, obra já citada.
�da injustiça e sua intransigência com erros foram características que certamente
impressionaram a Jesus.
Entretanto, João não permanecia no apontamento do erro e na denúncia do pecado; ia
além: convocava os homens à justiça, e o fazia com um profundo sentimento de
urgência. Há, na mensagem do Batista, uma apresentação positiva das exigências morais
de Deus. Não somente denunciava a conduta das pessoas, pelo que tinham feito, mas as
convocava – multidões, publicanos e soldados – a fazer o que deviam fazer. Sua
exortação era para que praticassem nada além da justiça e da solidariedade: repartir uma
túnica, quem tivesse duas, com quem não tem nenhuma; não exigir nada além do que
foi prescrito; não extorquir ninguém nem denunciar falsamente, mas contentar-se com
seu soldo. A rigor, não reside aí nada de extraordinário, apenas o cumprimento de uma
moral mínima, que sequer era praticada.
A dependência de João à providência de Deus – do que são testemunhas suas vestes, seu
habitat e sua alimentação – pode ter também despertado a admiração de Jesus. Não
necessariamente seu estilo de vida austero ou o fato de não beber vinho, mas seu
abandono a Deus e a confiança ilimitada em seu favor. A vivência no deserto, lugar
privilegiado de encontro e de escuta a Deus, será experimentada pelo próprio Jesus, não
apenas no episódio das tentações, mas nos diversos momentos em que procurará lugares
afastados para o encontro a sós com o Senhor. O abandono e a confiança naquele a
quem chamará de Pai será uma marca acentuada no ministério jesuânico.
Por último, podemos destacar o fato de João Batista apontar para além de si mesmo.
João é como um “verbo transitivo” que sempre impele para um “objeto” além de si
mesmo. Assim João se reconhecia: alguém inferior em relação a outro que deveria vir, e
do qual era indigno de desatar as correias das sandálias. João não desejava que os
homens se fixassem nele; seu objetivo era prepará-los para aquele que havia de vir.
Mas se todos esses traços são dignos de elogios, por que Jesus menciona que o menor
no Reino dos Céus é maior do que João? Porque, conforme veremos, a realidade trazida
por Jesus, o Reino de Deus, supera infinitamente os méritos e o alcance de João. De
fato, João é o precursor e, como tal, não “entra” propriamente na dinâmica do Reino,
mas detém-se na “porta de entrada”. Com a irrupção do Reino, na pessoa e no
ministério de Jesus, inaugura-se um novo tempo (kairos, e não cronos), uma nova
�economia. Sem depreciar a pessoa de João, os tempos do Reino transcendem
inteiramente aqueles que os precederam e prepararam8.
Reside aqui a necessidade de diferenciarmos o conteúdo da pregação de João e de Jesus,
de modo a divisarmos a novidade qualitativa trazida por este último. Porém, não
apressemos os passos. Antes de tratarmos dessa questão, precisamos considerar que
tamanha influência culminou na opção de Jesus ser batizado por João.
4. Jesus é batizado por João
Uma das melhores maneiras de conhecermos alguém é percebermos suas escolhas e
decisões, pois elas nos revelam as escalas de prioridades e de valores que, por sua vez,
traduzem gostos e preferências, em uma palavra, aquilo que move e impulsiona o ser.
Podemos proceder assim para conhecermos melhor a Jesus. Da leitura dos Evangelhos
resulta claro que a primeira decisão tomada por Jesus foi ser batizado por João.
O evento é mencionado pelos três evangelistas sinóticos, sinal de sua autenticidade
histórica. Segundo J. A. Pagola, “nas primeiras comunidades cristãs, a ninguém passaria
pela cabeça inventar um episódio tão embaraçoso, que não deixaria de causar
dificuldades aos seguidores de Jesus”9. Ainda segundo esse autor, dois eram os
problemas que decorriam dessa opção:
(1) se Jesus aceitasse ser batizado por João, não daria a impressão de lhe ser
inferior? e
(2) se o batismo de João era um sinal penitencial, de arrependimento pelos pecados
cometidos, isso não significaria ser Jesus também um pecador?
Os pensadores da Igreja procuraram sempre uma resposta para esses dilemas. Na igreja
primitiva, sugeria-se às vezes, com um toque caseiro, que Jesus se deixou batizar por
João para agradar a Maria, sua mãe, e em resposta a seu pedido 10. Precisamos de uma
resposta mais sólida.
É possível responder a essa questão a partir de, pelo menos, duas perspectivas
cristológicas: a ascendente, que acentua a humanidade de Jesus e sua historicidade, e a
descendente, que enfatiza a divindade do Verbo encarnado. Evidentemente, tal distinção
encerra uma fragmentação dualista, perigosa e mesmo herética (nestoriana), aqui
adotada apenas para fins didáticos.
8
Bíblia de Jerusalém. Nota de rodapé relativa a Mt 11,11.
Obra citada, p. 74.
10
William Barclay, obra citada.
9
�Pela via descendente, responde-se que Jesus se deixou batizar por João por
solidariedade ao gênero humano. À objeção de João em batizá-lo, Jesus responde que é
necessário se cumprir “toda a justiça” (Mt 3,15). Cumprir a justiça para Jesus significa
assumir, por solidariedade, a condição humana, até a baixeza do pecado (Flp 2,5-8).
Paulo dirá que Aquele que não conhecera o pecado, Deus o fez pecado por causa de
nós, a fim de que, por ele, nos tornemos justiça de Deus (2 Cor 5,21).
No seu batismo, Jesus vive um movimento de dupla solidariedade. De um lado, “para
trás”, qual foz de um rio ininterrupto, Jesus é o elo central e definitivo da corrente
profética de seu povo, iniciada em Elias e ali presente em João. De outro lado, “para
frente”, nos associa todos consigo em sua missão. O batismo será o sinal visível
dos que Ele escolhe para tal. Submergir nas águas e delas emergir em nome da Trindade
Santa significará o associar-se ao ser de Jesus, ao seu próprio batismo, e às suas mesmas
opções e consequências, até o sacrifício de si, se necessário for11.
Pela perspectiva ascendente, Jesus se deixa batizar por se identificar, de algum modo,
com o movimento de João Batista. No momento da aparição de João, Jesus tinha cerca
de trinta anos (Lucas 3,23). Ao longo de todos esses anos, Jesus foi tomando cada vez
mais consciência de sua condição sem igual. Entretanto, continuou sendo o carpinteiro
do Nazaré. Deve ter sabido que chegaria o dia em que deveria dizer adeus a sua
parentela e sair para cumprir uma tarefa maior que o impelia desde dentro. Jesus deve
ter esperado que algum sinal mostrasse que esse dia tinha chegado. O movimento de
João e a resposta massiva do povo pareceram a Jesus ser esse sinal. Não era que tivesse
consciência de pecado e precisasse arrepender-se. Era que sabia que nesse momento ele
também devia se identificar com esse movimento rumo a Deus. Para Jesus a aparição de
João foi o chamado de Deus à ação; e seu primeiro passo foi identificar-se, solidarizarse com o povo em sua busca de Deus12.
Entretanto, no batismo de Jesus algo diferente aconteceu: Deus se lhe manifestou de
maneira ímpar, o que vai lhe confirmar sua identidade e sua relação especial com o
Senhor. A voz de Deus veio interiormente a seu encontro e lhe confirmou a decisão
tomada e sua intuição como Filho de Deus. E mais importante: a mesma voz lhe indicou o
caminho a seguir. Importa aqui nos demorarmos na lição de W. Barclay. Como anota esse
autor, as palavras ouvidas no íntimo de Jesus, Tu és meu Filho amado; em ti tenho
complacência, são compostas por dois textos bíblicos: Tu és meu filho amado consta no
11
12
Antônio Abreu, SJ, comunicação pessoal.
William Barclay, obra citada.
�Salmo 2,7, que foi sempre aceito como uma descrição do Messias Rei. Em ti tenho
complacência é parte de Isaías 42,1 e pertence a uma descrição do Servo de Javé, cujo
retrato culmina nos sofrimentos de Isaías 53. Portanto, segundo Barclay, em seu batismo,
Jesus se deu conta, em primeiro lugar, de que era o Messias, o Ungido de Deus; e, em
segundo lugar, de que isso não envolvia nem poder nem glória, e sim sofrimento e entrega
de si. Nesse sentido, a cruz não tomou a Jesus de surpresa; desde o momento em que
tomou consciência de sua condição única e de sua missão, ele a viu diante de si.
Sintomático é o fato de o céu “se abrir” e dele descer, sobre Jesus, a suavidade do
Espírito de Deus, simbolizado pela pomba. O pouso suave e duradouro da pomba é sinal
de que, em Jesus, o Espírito de Deus se tornará visível, em sua pessoa e em sua obra.
Por essa unção especial, Jesus é o rosto visível de Deus, a manifestação de Seu ser e do
Seu agir. De fato, do céu aberto não desce fogo ou a ira divina, profetizados por João,
mas a delicadeza de Deus. Por esse sinal, Deus equipa Jesus com a força da ternura de
seu Espírito, que o moverá por toda sua vida.
A melhor palavra para descrever a mola propulsora da práxis de Jesus é compaixão.
Albert Nolan anota que o verbo grego splagchnizomai, usado para exprimir a emoção
que Jesus sentia ao ver as multidões, é derivado do substantivo splagchnon, que
significa intestinos, vísceras, entranhas, ou coração, ou seja, as partes internas das quais
parecem surgir as emoções mais fortes13. Nesse sentido, o verbo grego significa
movimento ou impulso que brota das próprias entranhas da pessoa, uma reação das
tripas. A compaixão é a melhor resposta ao sofrimento. Se João confiava em um
batismo de conversão, Jesus partiu, movido de compaixão, para libertar as pessoas de
toda forma de sofrimento e angústia. E isso o fez por três principais formas: ministrando
cura, oferecendo perdão e pregando o Reino.
É hora, então, de olharmos mais de perto as mensagens de João Batista e de Jesus e
realçarmos suas diferenças, para que possamos tomar melhor consciência da novidade
trazida por Jesus e percebermos que, infelizmente, a perspectiva limitada e ameaçadora
de João Batista ainda encontra forte eco na práxis religiosa atual.
5. Diferenças entre as mensagens de João Batista e de Jesus14
13
NOLAN, A. Jesus antes do cristianismo. São Paulo: Paulus, 1987.
Esta seção é fortemente embasada na obra de José Roque Jungues Evento Cristo e a ação humana.
Coleção Theologica Publica. Ed. Unisinos. 2001.
14
�Confrontando os textos que falam da pregação do Batista (Lc 3, 3-7.16-17) com os que
expressam o anúncio de Jesus (Mc 1, 14-15; Mt 4, 12-17; Lc 4, 16-21), percebem-se
significativas diferenças entre o conteúdo das suas mensagens. Acentuemos as
principais.
João Batista anuncia uma realidade futura que ainda está por vir e se manifesta como
ameaçadora: Raça de víboras. Quem vos ensinou a fugir da ira que está por vir? É o
juízo de Deus diante da infidelidade do povo. Para escapar do juízo da ira de Deus, é
necessário converter-se: Produzi frutos dignos de arrependimento e não comeceis a
dizer em vós mesmos: ‘Temos por pai Abraão’. Pois eu vos digo que até mesmo destas
pedras Deus pode suscitar filhos de Abraão. O machado está posto à raiz das árvores;
e toda árvore que não produzir bom fruto será cortada e lançada ao fogo (Lc 3,8-9).
Para João, essa realidade ameaçadora ainda não havia se manifestado, existindo um
tempo de espera para a conversão. Nesse tempo, é preciso armazenar méritos através da
penitência para escapar do juízo divino. Portanto, a manifestação da ira de Deus é um
evento futuro; o presente é um tempo de espera e preparação para a chegada desse
evento terrível. Quando chegar esse momento, Deus limpará a sua eira e recolherá o
trigo em seu celeiro; a palha, porém, Ele a queimará num fogo inextinguível (Lc 3, 17).
Jesus não anuncia o juízo de Deus, mas o Reino de Deus, que é a irrupção do amor de
Deus na história humana. Depois que João foi preso, veio Jesus para a Galiléia
proclamando o Evangelho de Deus: ‘Cumpriu-se o tempo e o Reino de Deus está
próximo. Arrependei-vos e crede no Evangelho (Mc 1, 14-15). O tempo já se esgotou, e
o reinado de Deus está próximo, ou melhor, já está presente, pois o Reino de Deus está
no meio de vós (Lc 17, 21). De fato, a proximidade à qual Jesus se refere não é no
sentido temporal, mas de uma realidade possível de ser alcançada, bastando ser
acolhida, porque é gratuitamente oferecida.
Significa dizer que o Reino anunciado por Jesus trata-se de uma realidade escatológica.
Esse termo, que se refere às realidades últimas, implica um aspecto não necessariamente
epocal, mas de definitividade. Jesus não anuncia uma realidade que ainda está por vir,
mas um evento futuro que já se revela no presente e o qualifica. O presente não é um
tempo de espera, como em João, mas a vivência de algo que já se revelou: Hoje se
cumpriu aos vossos ouvidos essa passagem da Escritura (Lc 4,17-21).
Outra diferença fundamental entre Jesus e João Batista se verifica no sentido que dão à
conversão, aqui entendida como mudança de atitudes. Para João Batista, a conversão é
condição para escapar da ira de Deus; para Jesus, ela é consequência da irrupção do
�amor de Deus na vida do convertido. Dito de outra maneira, para João a conversão é um
imperativo diante da ameaça do julgamento, que chega trazendo fogo e destruição; para
Jesus, a conversão é salvação, possibilidade que se abre porque é oferecida
gratuitamente e por amor. Não se trata de acumular créditos para livrar-se do juízo, mas
viver o amor e a graça, que Deus já colocou à disposição da humanidade.
Evidência disso são as curas efetuadas por Jesus. Movido por compaixão, Jesus oferece
aos doentes e pecadores uma experiência de libertação, que culmina num convite à
conversão. De fato, Jesus não pergunta primeiro se a pessoa quer se converter para
depois curá-la. A conversão não é condição para a cura. Ao contrário, a experiência da
cura abre a possibilidade para a conversão. Mais ainda, a experiência da cura, do amor e
do perdão incondicionais de Deus carrega em si a força dinamizadora para a mudança.
A cura da sogra de Pedro (Mc 1,31) e a de Bartimeu (Mc 10,46-52), por exemplo,
resultam em serviço e seguimento.
O mesmo se diga quanto às refeições realizadas com os pecadores, gesto característico
de Jesus, ausente em João. No Oriente Médio, sentar-se à mesa com alguém ou partilhar
refeição constitui forma de associação e amizade particularmente íntimas 15. Misturar-se
e comer com pecadores significava que Jesus os aceitava e os aprovava, o que causava
neles efeito miraculoso: aceitando-os como amigos e como iguais, Jesus afastara deles a
vergonha, a humilhação e a culpa. Mostrando-lhes a importância que tinham para ele
como pessoas, deu-lhes senso de dignidade e libertou-os de seu cativeiro. Além do
mais, por ser Jesus considerado santo e profeta, teriam interpretado seu gesto de
amizade como aprovação de Deus e perdão dos pecados.
É essa ação de aceitação e perdão incondicionais que dinamiza e impulsiona para a
mudança, como vemos claramente com Zaqueu (Lc 19,8). Dessa forma, a conversão
não é pré-requisito para o acolhimento de Jesus, mas consequência desse encontro
fulminante. O que é exigido é a fé em Deus e em Jesus, a confiança de que Deus os ama
e os alcança, inaugurando uma nova era e irrompendo uma nova ordem atuante no
mundo, pautada pela justiça e pela misericórdia.
6. Conteúdo ético da irrupção do Reino
Qual é o conteúdo do agir motivado pela manifestação do Reino anunciado por Jesus
ou, em outras palavras, o que significa deixar-se desafiar em seu agir pela irrupção do
15
Albert Nolan, obra citada, p. 60.
�amor de Deus na história humana? Significa deixar-se confrontar pelo modo de agir de
Deus em relação à humanidade; ou, dizendo mais especificamente, significa deixar-se
provocar pela maneira de Deus amar, revelada nas atuações de Jesus em favor dos
pobres, doentes, abandonados e marginalizados da sociedade judaica. Significa tentar
viver e expressar as características da bondade salvífica e libertadora de Deus
manifestada por Jesus.
Trata-se de viver, no agir pessoal, o modo de amar de Jesus, pois, quando se ama como
Jesus, o Reino acontece. O seguidor de Jesus tenta reproduzir, com a ajuda da graça, o
modo de amar do Mestre. Concretizar esse modo de amar é a maneira de tornar presente
a proposta do Reino. Assim, o conteúdo da ética de Jesus compreende o modo de amar
característico de Deus. Pergunta inevitável é: que características são essas?
Conforme revelado definitivamente por Jesus, o amor de Deus é, antes de tudo, gratuito
e incondicional. Deus não impõe condições para que o ser humano seja amado. A
bondade solidária de Deus está sempre garantida. O ser humano é amado
independentemente de sua situação moral. Deus não nos ama porque somos moralmente
bons. O amor e a graça divina já nos estão garantidos, de antemão, abrindo a
possibilidade da conversão como fruto da experiência existencial, a de que a bondade
divina sempre será fiel em sua solidariedade com a humanidade.
Outra característica do amor de Deus é sempre vir carregado de libertação do mal e
regeneração da vida. O ser humano entregue à própria sorte padece as consequências do
pecado, como estrutura pessoal e social, provocando sofrimento, opressão, morte e
impedindo-o de realizar a vocação de amor para a qual Deus o chamou. O amor de Deus
virá sempre como oferta de vida e de realização plena opondo-se frontalmente à
realidade do pecado, entendido como anti-amor, anti-Bem16, portanto, como antihumano. Com efeito, o pecado desumaniza o ser humano; toda situação que desumaniza
o ser humano tem sua raiz última no pecado. Estando sob o jugo do pecado, o ser
humano se desumaniza, não se torna aquilo que é; se bestializa. A intervenção divina
visa reverter essa situação, libertando o ser humano das amarras do pecado e
regenerando-o em sua dignidade e capacidade. O amor de Deus revelado em Jesus é
essencialmente salvífico, restaurativo, comunicador de vida e vida em abundância (Jo
10,10).
16
J. B. LIBÂNIO. A escola da liberdade – subsídios para meditar. São Paulo. Edições Loyola, 2010.
�Por ser gratuito e regenerador, o amor de Deus manifesta-se, preferencialmente, em
relação aos pobres e marginalizados. Isso aparece, claramente, no modo como Jesus
ama e em suas opções. Embora o amor divino seja universal, Deus prioriza os mais
abandonados em consequência da própria dinâmica libertadora e regeneradora da sua
bondade salvífica. O amor destina-se preferencialmente àqueles diminuídos em sua
dignidade e em suas condições de vida. Nesse sentido, os pobres são os destinatários da
ação libertadora de Deus, mas não simplesmente como atores passivos de uma ação
divina externa: eles próprios são co-artífices do projeto de Deus, colaboradores para
realizarem a missão de amar e servir – missão, aliás, estendida a todo(a) aquele(a) que
acolher o dom gratuito do Reino.
Outra característica desse amor é sua alegria, pois esta decorre de sermos pecadores
amados e perdoados por Deus, que é Pai, na mais total gratuidade. A alegria advém da
percepção de que tudo é dom; em linguagem inaciana, a atitude de “ver Deus em todas
as coisas e todas as coisas em Deus”. Os pobres serem evangelizados é motivo para
Jesus de uma grande alegria (Lucas 10,21-22). Não se trata de uma alegria cega e
descomprometida com as vicissitudes e contradições da história. Mas uma alegria de
olhos abertos, fundada na certeza de que Deus tem a última palavra e já está atuando na
história. Reside aqui outra diferença fundamental entre Jesus e o Batista. Enquanto os
discípulos de João jejuam, os de Jesus comem e celebram, alegrando-se com a vida.
A proposta ética de Jesus compreende um amor com essas características. Quem a
acolhe e procura seguir a Jesus tentará, com a ajuda da graça, amar de modo alegre,
gratuito, incondicional, libertador e regenerador e terá os pobres como destinatários
preferenciais. Esse amor torna presente o Reino de Deus anunciado por Jesus. Não uma
ética retributiva, movida pelo temor, como em João Batista, mas uma ética que
corresponde livremente aos imperativos da compaixão e da justiça, porque movida e
identificada pelo próprio dinamismo do Espírito de Deus, que assim age na história.
7. Presença da lógica de João Batista na práxis atual da Igreja
A despeito da beleza da mensagem de Jesus, pautada pela misericórdia, pela justiça e pela
alegria, tão capaz de humanizar o ser humano para dar-lhe a vida divina e lhe revelar sua
vocação última, não é fácil nos desvencilharmos da concepção joanina de um Deus-juiz,
justiceiro e castigador. De fato, essa percepção parece cravada em nossa estrutura
psíquica e social. O apóstolo Paulo, em suas cartas, acentuará a necessidade dessa
mudança de mentalidade. É desde aqui que se compreende sua insistência na justificação
�pela graça (gratuidade de Deus) e não pelo cumprimento dos preceitos da Lei. No entanto,
nossa práxis religiosa e nosso discurso pastoral parecem resistir à novidade libertadora
trazida por Jesus. Permanecemos, no mais das vezes, na lógica farisaica ritualista, que se
apoia muito mais nos próprios méritos que na gratuidade do amor.
Percebemos essa resistência na ênfase dada ao comportamento moral em nossa Igreja.
Muitos são os pregadores que acentuam demasiadamente a obediência aos
mandamentos e o cumprimento de práticas devocionais e sacramentais, como se isso
angariasse aos fiéis créditos junto de Deus. É a ética do dever, e não do ser. À lista de
“nãos” acrescentam-se outras e intermináveis prescrições. Caso mais emblemático é o
da moral sexual, que parece ser a “menina dos olhos” de muitos pregadores, olvidandose elementos tão ou mais fundamentais e decisivos, como a prática da justiça, a opção
pelos pobres e a defesa da ética pública.
Com efeito, muitos são os movimentos e comunidades religiosas que obrigam seus
seguidores a disciplinas corporais e espirituais, como jejuns e outras observâncias, em
sinal de pertencimento e fidelidade. Muitas são as comunidades, associações de leigos e
paróquias que têm João Batista como modelo e padroeiro. Mais destacado não é o fato
de ele denunciar as injustiças e apontar para o Cordeiro de Deus, mas sua austeridade e
opção por não beber vinho, como se nisso residisse um valor qualitativamente positivo e
superior. Decorre daí a prevalência de um rigorismo ascético e de um dualismo
esquizofrênico que privilegia as “coisas do alto” em detrimento das “realidades
mundanas”, o “sagrado” em oposição ao “profano”. Devedores que somos de uma
leitura neoplatônica dos textos bíblicos, experimentamos uma significativa dificuldade
de penetrarmos nas consequências do mistério da Encarnação, por meio do qual Deus
mesmo assume e dignifica toda e qualquer realidade terrena.
Há ainda entre nós uma dificuldade latente em vivenciarmos a “liberdade dos filhos de Deus”,
acostumados que somos a referências externas que nos indiquem objetivamente o caminho a
ser trilhado. Padecem muitos cristãos de uma infantilidade espiritual, não no sentido de pureza
ou de abertura, como se observa tão belamente em Teresa de Lisieux, mas no aspecto de
imaturidade que depõe contra o aprofundamento espiritual de quem é convidado a avançar
para águas mais profundas no conhecimento e no seguimento de Jesus.
Há, evidentemente, a necessidade de uma teologia moral, mas uma que nada tenha a ver
com a casuística que se ensinava há alguns anos. O cristão precisa de poucos preceitos
concretos porque “toda Lei está contida numa só palavra: amarás o teu próximo com a ti
�mesmo” (Gal 5,14). Talvez Agostinho tenha sido o que melhor soube expressá-lo, por
meio da célebre frase “Ama e faz o que quiseres”.17
A ênfase no cumprimento de preceitos deve-se também à necessidade de controle pela
instituição. De fato, a liberdade trazida por Jesus depõe contra as estruturas de poder,
mesmo aquela verificada na hierarquia da Igreja, termo que parece ser contraditório à
proposta de Jesus, que defende relações de igualdade, e não de inferioridade e
superioridade (Mt 26,25-28). Como lembra o Documento no 105 da Conferência
Nacional dos Bispos do Brasil (CNBB)18, o Vaticano II supera a noção da Igreja como
uma estrutura piramidal, começando por apresentar o que nos une – nos capítulos sobre
a Igreja mistério e povo de Deus – e só depois o que nos distingue. É nessa igualdade e
comum dignidade que se funda a “diversidade de membros e funções na Igreja”. Por
isso, antes de sermos diferentes, somos todos iguais. É necessário o resgate da teologia
do laicato e, sobretudo, recuperar a dignidade do batismo e do sacerdócio comum. Pois
foi para fortalecer o sacerdócio comum dos fiéis que o Senhor previu o sacerdócio
ministerial, originariamente ordenado ao serviço dos fiéis19. Na estrutura política do
Reino de Deus, o poder, a autoridade e a lei serão puramente funcionais, concretizando
os arranjos que serão necessários para que as pessoas sirvam umas às outras com boa
vontade e eficazmente (Nolan, p. 108).
É nesse sentido que pugnamos pela identificação com o nome de Jesus. Mais que
católicos, deveríamos nos qualificar como cristãos. E isso não apenas porque nos
pavimentaria mais concretamente o caminho do ecumenismo, defendido pelo Concílio
Vaticano II, mas porque nos remeteria à nossa verdadeira fonte, que não é
primeiramente uma instituição, mas uma pessoa que nos revela a presença da graça de
Deus a agir no mundo. Como bem expressou Bento XVI, ao início do ser cristão, não
há uma decisão ética ou uma grande ideia, mas o encontro com um acontecimento, com
uma Pessoa que dá à vida um novo horizonte e, desta forma, o rumo decisivo20.
Esse encontro por certo não é intelectual, mas assume feições de tal forma totalizantes
que se caracterizam como identificação vital. É essa a teologia paulina constante em
Rom 6,1-11: pelo Batismo nos associamos, isto é, nos identificamos com o próprio
CARVAJAL, LUÍS GONZALES Nossa Fé – teologia para universitários. Coleção Cristianismo e
modernidade. São Paulo: Ed. Loyola, 1992.
18
Cristãos leigos e leigas na Igreja e na sociedade. Sal da terra e luz do mundo. Aprovado na 54ª
Assembleia Geral da CNBB, ocorrida em Aparecida (SP), entre 6 e 15 de abril de 2016.
19
Constituição dogmática Lumen Gentium, no 10.
20
Carta encíclica Deus caritas est.
17
�Cristo, sua pessoa, seu mistério, seus valores, suas decisões e seu destino. A meta é o
reconhecimento de que “vivo, não eu, mas Cristo vive em mim” (Gal 2,20).
É preciso expurgar definitivamente a perspectiva joanina de um Deus castigador e
vingativo, perante o qual, por temor, importa acumular merecimentos. Nada mais
distante da novidade trazida por Jesus de Nazaré, que experimentava a Deus como seu
Abba, Pai querido, um Deus cujo nome é misericórdia. De fato, “não há temor no amor;
ao contrário, o perfeito amor lança fora o temor, porque o temor implica um castigo, e o
que teme não chegou à perfeição do amor” (1 Jo 4,18).
8. Conclusão
Ao evidenciarmos as diferenças entre as propostas de João Batista e de Jesus,
constatamos a infinita superioridade desta última em relação à primeira. A gratuidade de
um Deus que se oferece livremente e por amor em Jesus é virtualmente inconciliável
com a lógica retributiva de João, decorrente de sua concepção de um Deus juiz
castigador e de sua “pastoral do terror”.
Entretanto, é forçoso reconhecer que ainda somos fortemente influenciados pela
perspectiva joanina. Constatamos amplamente no discurso e na prática pastoral o quanto
essa visão permeia nossa estrutura psíquica e social.
Enquanto não a superarmos definitivamente, teremos, como João Batista, permanecido
na antessala do Reino. O menor no Reino de Deus será maior do que nós, porque não
teremos compreendido qual a largura, o comprimento, a altura e a profundidade do
amor de Deus por nós (Efe 3,18).
Tal conhecimento, evidentemente, não resulta do esforço pessoal, mas é fruto de uma
experiência de acolhida do dom gratuitamente oferecido por Deus. Conhecer em chave
bíblica de interpretação remete a saber que, por sua vez, tem a mesma raiz de saborear.
Conhecer, portanto, no sentido bíblico, significa fazer profunda experiência de algo, no
caso de Alguém que vem ao nosso encontro por amor. É dessa experiência, dom
gratuito de Deus, que brota a também gratuita correspondência, como que por
transbordamento daquilo que se experimentou em abundância. É desde aqui que se
entende a oração de Santo Inácio: “Tomai, Senhor, e recebei... Todos os dons que me
deste, com gratidão vos devolvo...”.
O cristão tem por característica o distintivo do Cristo, i.e, reconhece em Jesus seu
Senhor e Salvador. No entanto, reconhecer Jesus como nosso Senhor e Salvador só tem
sentido se, a partir do encontro existencial com sua pessoa, procurarmos viver como ele
�viveu, e organizar nossa vida de acordo com os seus valores e critérios. É em primeiro lugar
a busca de uma ortopraxis (prática verdadeira), mais do que uma ortodoxia (doutrina
verdadeira). Assumir essa identidade jesuânica começa pela tentativa de ler os sinais de
nossos tempos do modo como Jesus leu os sinais do seu tempo, e analisar a nossa época
com o mesmo espírito com que ele analisou a sua. Teríamos então que começar, como fez
Jesus, pela compaixão, uma reação das tripas, com os bilhões de seres humanos, nossos
irmãos, que sofrem de fome ou de quaisquer outras formas de desumanização. Identificar-se
com Jesus é identificar-se com sua causa: a vida em plenitude de todos os seres humanos.
Fora dessa perspectiva nossa religião será o cumprimento frio e estéril de preceitos morais,
e não uma dimensão totalizadora do ser que dá sentido, comociona e traz felicidade.
Seremos lamurientos, rigorosos, sectários, tristes, “com cara de vinagre”, como disse o Papa
Francisco. Parecidos com João Batista que, apesar de seu valor e esforço, esbarra em um
limite fundamental, de cuja superação decorre a verdadeira experiência do Reino
inaugurado por Jesus e do conhecimento do Deus Abbá por ele revelado.
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Jesus e João Batista: aproximações e distanciamentos necessários
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Beltrão, Luiz
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho Etapa Cristologia Magis V
Este trabalho de conclusão do módulo Cristologia pretende oferecer uma visão comparada entre as pessoas e as mensagens de Jesus e de João Batista. O objetivo é perceber as influências do movimento e da pregação de João no movimento e na pregação de Jesus, mas principalmente apontar as diferenças entre ambas as propostas. Delinear o núcleo fundamental de cada uma servirá para realçar o valor da mensagem de Jesus que, conforme cremos, é tão mais relevante para a vida pessoal e comunitária da fé dos cristãos, que essa comparação torna-se urgente e necessária. Paralelamente,
possibilitará perceber que muitas das práticas cristãs atuais mais se aproximam da proposta joanina, distanciando-se do querer original e inovador de Jesus.
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF;
16 Páginas
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Cristologia
João Batista
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/6633f588d5c8b5a2f2fa6ecbcf63e3a1.pdf?Expires=1712793600&Signature=IAA9AONpZh7jPVIgvHUkvF-7wlcO3iObrz2C844rxL6giyQnuHv-ZnSqB-cnJaM%7E6bRXgggaeVpoe0QJLZEx0zCCH4xU29Mj1kOglbKSoyxYVBBucdemCyA1rKjPQIchHomD86VZ9ymQd3YdOxePlBtXjiIaZ2uI6z%7ExUBmDrE204%7EjPwx82XyAc7E-ZqZG%7EY%7Em6bQuNhI8RCFMXJTZLohW6sY2C8-%7E%7EFx3yO6w6Po4cLU1rqpzjwXtK7H-Eaan7zbXh8fwGOBJCYb0PO%7EVIn%7EUIMBlBUiEdXqqsSoqYLUD1sVNDVs8DFmJUAXzvgJJDnrFhxXDmL9wrNoEDFF%7ESSQ__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
58888e8452045a4a0b895c2f286b1c1c
PDF Text
Text
Prática do Ensinamento de
Jesus
Kátia Otoni Nalon
Tutora: Andreia Bichara
Belo Horizonte - MG- Brazil
Setembro/2016
�ÍNDICE
1- Introdução...............................................................................................01
2- Desenvolvimento....................................................................................02
Primeiro relato: minha vida.....................................................................02
Segundo relato: a vida de Vera..............................................................05
Terceiro relato: a vida de Júlia...............................................................11
3- Conclusão..............................................................................................13
4- Bibliografia.............................................................................................14
�1
Introdução
Fiquei um bom tempo apreensiva sobre qual tema escolheria para o trabalho
conclusivo de Cristologia. Então resolvi escrever sobre um assunto que valorizo
muito: trabalho. Depois, refletindo melhor, decidi descrever rapidamente minha
vida profissional que acredito ser parecida com a de muitas outras professoras,
para, então, narrar a história de Vera: mãe e agora avó de várias crianças da
escola. É um verdadeiro exemplo de amor.
Como colocou, Alex Zatyrka Sj, no curso de Cristologia Biblica, “Viemos a este
mundo para aprender a amar como ama Deus” e “todos têm experiências
fundantes: experiências de Deus com maior força”.
A vida de Vera é repleta dessas experiências...
A seguir, apresento a vida profissional de Júlia, uma das professoras da escola.
Cresceu brincando com as crianças da Vila Acaba Mundo, sendo moradora do
bairro Sion.
São duas histórias distintas, interligadas, mas revelam a ação de Deus nas
pessoas. Meu objetivo passou a ser o de demonstrar na prática o ensinamento
de Jesus, partindo da minha vivência. Tentei fazê-lo de forma simples, leve,
apesar da densidade do texto.
�2
Desenvolvimento
Primeiro relato: minha vida
Cresci observando minha mãe trabalhar. Cuidava das quatro filhas, da casa, do
almoço ou costurava para as crianças pobres. Os parentes moravam longe. A
costura é ainda sua paixão. Está com 83 anos de idade e costura dia e noite.
Ainda diz que está atrasada com seu trabalho ou, satisfeita, relata que já fez
tantos vestidinhos no dia anterior ou na parte da manhã. Sorrimos e dissemos a
ela para trabalhar um pouco menos, mas não adianta.
Naquela época a situação era bem mais difícil. Assim, o trabalho passou a ser
muito importante para mim. E realmente, através dele nos sustentamos, temos
o pão de cada dia e condições para transformarmos nossa realidade.
Estava em uma ampla sala de aula, aos seis anos de idade, observando a
professora trabalhar, quando decidi por esta profissão. Estudava na época, no
Colégio Santos Anjos, na cidade de Varginha, localizada no sul do Estado de
Minas Gerais. Em torno dos nove, dez anos, revolvi trabalhar junto aos pobres.
Pensava na época, que a pobreza causava o maior sofrimento na vida das
pessoas.
Mudamos para outra cidade, Divinópolis. Minha mãe matriculou-me em uma
escola para fazer o curso de Magistério. Moramos nesta cidade durante três anos
e mudamos novamente, desta vez para a capital do estado, Belo Horizonte.
Estranhei o movimento da cidade, a quantidade de prédios, mas com o tempo
acostumei-me.
Trabalhei durante oito anos em um banco particular, cursei Pedagogia e
comecei a trabalhar em uma escola da prefeitura. A escola ficava em um local
bem distante do centro da cidade. Era de difícil acesso. Havia uma Kombi que
levava os professores do centro da cidade até ela. Quando fui conhecer a escola,
fiquei impressionada com a pobreza do local. Muitas casas de lona. As crianças
eram muito humildes, tímidas, magras, sem agasalhos suficientes na época mais
fria. A escola era grande. Trabalhei lá durante dois anos. No início, com uma
turma de 1º ano do Ensino Fundamental. Como não havia salas suficientes,
�3
passei a trabalhar na biblioteca da escola. Apesar da falta de experiência era
com grande alegria que me dirigia à escola. Acredito que escolhi esta turma
(alfabetização) porque senti imensa alegria quando aprendi a ler. Senti-me muito
importante. Depois, consegui transferência para outra escola, próxima à minha
residência. Na Escola Municipal Benjamin Jacob, trabalho há vinte e três anos.
A escola é pequena. Temos nove salas de aula. Um pátio também pequeno. As
crianças moram no Morro do Papagaio – aglomerado (conhecido como “Favela
na latino-américa”) localizado próximo ao centro da cidade e rodeada por bairros
de classe
média alta. Como já citei em um trabalho anterior é uma região de risco social:
pobreza, miséria, marginalidade, tráfico de drogas, prostituição, abandono e
negligência. Algumas crianças, envolvidas em tal meio, absorvem, sofrem e
refletem em seus comportamentos uma gama de revolta, falta de limites e é
muito difícil lidar com estas situações. Há também muitos pais trabalhadores,
que na medida do possível, procuram oferecer aos filhos tudo que podem.
Com orgulho e alegria ia percebendo o desenvolvimento dos alunos, alguns com
mais facilidade, outros com muita dificuldade. Ficava encantada, com os
meninos tão pequenininhos lendo e mais ainda, quando aprendiam mais do que
eu, na idade deles. E também com as histórias que começavam a escrever.
Nossa escola também atende as crianças da vila Acaba Mundo. Esta região está
localizada atrás de uma grande praça. A situação deste local parece ser bem
mais precária que do Morro. Um morador disse-me que se chama Acaba Mundo
porque quando ocorria uma morte, a família do falecido matava a família inteira
da pessoa que o havia matado.
Continuei trabalhando vários anos com alfabetização. Inventava jogos, brincava
com as crianças. Fechava a porta da sala de aula e era como se um novo mundo
se abrisse. Procurava tratar todos da mesma forma, elogiava sempre os alunos
por pequenos avanços e ia percebendo o desenvolvimento da turma. Isto
alimentava minha alma. Depois passei a trabalhar com o 4º e 5º anos – préadolescentes. Senti muita diferença. O tempo foi passando, o comportamento
das crianças modificou muito. Pouco respeito, agressão física e verbal entre eles,
e às vezes com nós, professores. As crianças maiores, revoltadas com tanta
violência, passam a refletir estas situações no dia-a-dia. Trabalhei um período
�4
na secretaria da escola e retornei à sala de aula. Ao decorrer dos anos
trabalhados, ora pegamos turmas mais tranquilas, ora turmas mais pesadas.
Entretanto, conversando com colegas, retemos mais na memória os alunos que
mais nos deram trabalho.
�5
Segundo relato: a vida de Vera
Quando participei do curso de Cristologia Sistemática com o jesuíta Jorge
Costadoat, em janeiro de 2016, na cidade de Guadalajara – México, na casa de
Espiritualidade Nossa Senhora de Guadalupe, deparei com perguntas
instigantes e inteligentes. Questões, às vezes, que nunca havia pensado e não
sabia nem por onde começar a pensar. Naqueles dias, quando Jorge apresentou
as “Preguntas para compartir” com um pequeno grupo, dentre os participantes,
chamou-me mais a atenção a terceira: “? Conoces personas resucitadas?” “?
Personas em las que se trasparenta a Cristo resucitado?” De imediato pensei
que não. “Como?” Mas quando retornamos à sala de aula, para compartilhar com
a turma, lembrei-me da história de vida de Vera.
Eu trabalhava, na época, na
secretaria da escola. Não me recordo porque, mas ela começou a falar de sua
vida. Suas palavras marcaram minha alma. Ficaram bem guardadas. História
sofrida e rica. Vera trabalha atualmente em uma pizzaria perto de minha casa.
Procurei por ela e pedi que me falasse mais sobre seus filhos adotivos e
expliquei-lhe que precisava escrever um trabalho. Ela aceitou e acrescentou que
ficava muito feliz ao falar de seus filhos.
Encontrei-me ontem com Vera (29 de agosto), na grande e bonita praça em
frente à vila em que ela mora. Vinha com um de seus netos. Sentamo-nos em
um banco. Era o único dia da semana e único horário que podia se encontrar
comigo.
Comecei perguntando pelos filhos. Eu nem sabia ao certo quantos ela tinha.
Sabia que eram muitos. “Tenho sete filhos: duas moças e cinco homens e adotei
quinze: quatro mulheres e onze homens”. Depois começou a contar como vieram
os filhos, vez ou outra interrompia com alguma pergunta ou eu pedia que
esperasse um pouquinho para eu anotar, não quis gravar – queria que ela se
sentisse bem à vontade. “Primeiro casei e tive um filho e adotei outro. Quando
alguém largava o filho ou não tinha como cuidar, eu pegava. Às vezes crianças
da própria vila”.
“Os moradores da vila já me conheciam e quando alguém precisava de ajuda,
mandavam para minha casa. Assim, a Liana aos doze anos de idade, com mais
três irmãos pediram ajuda. Bateu, pediu ajuda e já ficava. Os pais de Liana se
separaram, o pai estava doente, não andava, ficava na cama”. Na época, Vera
�6
não tinha condições de comprar uma cadeira de rodas. Então, ela cuidou do pai
de Liana durante doze anos, até falecer. Depois ela teve a Roniza, que foi minha
aluna, em uma turma de 1º ano do Ensino Fundamental. Naquele tempo, as
crianças ingressavam na escola, por volta dos seis anos de idade, sem nenhuma
experiência escolar anterior. Algumas não identificavam cores, não conheciam o
próprio lápis. Lembro que Roniza era uma criança muito magra, pernas
finíssimas. Teve leucemia, ficou cinco anos no hospital. Quase faleceu.
Apresentava dificuldade ao falar. Sei que mais tarde fez um tratamento com um
fonoaudiólogo e superou o problema.
Em seguida, Vera adotou o Diogo. A mãe dele veio de Janaúba, morava na
mesma vila de Vera. Envolveu-se com uma pessoa, levou dezessete facadas.
Ferida gritou para alguém pegar seu filho em casa, porque o homem queria
matá-lo. O esposo de Vera correu, pegou o menino que já estava com um arame
no pescoço para ser morto. Levou o menino para casa e o casal também
começou a cuidar dele. Depois de sete meses a mãe voltou e falou que não tinha
condições de cuidar do menino e o deu para Vera. Não deu mais notícias.
Quando Diogo já estava grande, ligou, deixou o número do telefone para o filho
procurá-la. Diogo não procurou, disse à Vera que ela era sua mãe. Diogo
também foi meu aluno. Percebi logo que era um dos meninos que mais precisava
de atenção. Não dava nenhum problema de disciplina. Era até bem calado.
Jamais imaginei que possuísse uma história tão triste.
Então veio a Juliana, que também morava na vila com a mãe e a avó. “A família
era uma bagunça”. A menina costumava ficar muito na casa de Vera e acabou
ficando.
Vera teve outra filha, a Rafaela. Perguntei a ela se havia ciúmes entre os filhos,
pois eu ainda não havia percebido a dimensão de seu amor e ela respondeu-me
que tratava todos da mesma forma. O que comprava para um, comprava para
todos. O carinho também era o mesmo para todos e que sempre trabalhou em
duas empresas. Brincava e acampava com os filhos. Disse-me ainda que ama
os filhos adotivos e os seus da mesma forma e que a dor também é a mesma.
Depois, veio o Rafael, que faleceu com um ano de idade.
Nesta época adotou o Bruno. Também morava na vila. Muita confusão na família.
Segundo Vera, a mãe ficava excomungando o menino (não tratava bem).
�7
A seguir, peço a Vera para falar sobre a escolarização de seus filhos. Satisfeita
diz que todos estudaram na Escola Municipal Benjamin Jacob e que ficava feliz
quando conseguia as vagas na escola, pois sabia que eles não voltariam para a
rua. A escola ajudava, permitia a matrícula das crianças sem documentos. Hoje
isto já não é mais possível. Na época, quando a escola negava a matrícula de
um de seus filhos, ela insistia, voltava dia após dia, até conseguir. Era muita luta.
Agradece às professoras pela ajuda sempre.
Quando conseguia a guarda da criança, ficava mais tranquila. A seguir narra a
história de Reinaldo. Com ele foi mais difícil. Não tinha mãe, nem pai. Precisou
procurar o Conselho Tutelar, a Vara da Infância. Então falava que estava com o
menino porque ele não tinha ninguém. Ficou desesperada porque ele poderia ir
para a FEBEM. Então conseguiu registrar no seu nome.
Vera teve mais um filho: Robson e adotou mais duas crianças: Daniel, aos 10
anos e Robson, aos 8 anos. Vieram do Estado da Bahia, de trem. Chegaram
sujos. Desceram uma montanha e pararam na casa dela. Pediram comida,
tomaram banho e Vera arrumou um colchão para eles. Os meninos começaram
a estudar. Alguém passou a informação ao Conselho Tutelar do paradeiro destas
crianças, pois elas eram de outro Estado. Então, elas ficaram seis meses com
Vera e voltaram para a família. Vera não perguntou-lhes porque fugiram. Às
vezes voltam para visitá-la.
Vera teve mais um filho: o Roger e veio a Elisângela, aos 4,5 anos de idade, de
Contagem, cidade próxima a Belo Horizonte. Tinha uma madrasta que não
gostava dela e a obrigava ficar na rua, pedindo dinheiro. A menina levou Vera na
casa dela. O pai falou que a menina não o respeitava, nem à madrasta e
entregou-lhe seus documentos. Elisângela morou com Vera até os dezesseis
anos, conheceu um rapaz, casou-se e foi morar em Janaúba.
Nasce a Rafaela, mais uma filha de Vera e ela adota o José Carlos, com 10 anos.
Este casou-se há pouco tempo.
Adotou o Ernani, aos dois anos de idade, deu de mamar. Foi a história mais
triste. Seu irmão legítimo, que não morava com Vera queimou-o enquanto estava
dormindo. Depois sofreu um grave acidente no banheiro de casa, cortou-se
muito. Aos doze anos de idade, o mataram, dormindo.
�8
Adotou o Edvani aos três anos de idade, que morou com Vera até os quinze
anos. Tomou carona na moto, caiu e bateu a cabeça no meio fio da rua e faleceu.
A seguir, adotou o Bruno, aos cinco, seis anos de idade. Depois o Clésio, com 1
ano e dois meses, a Ana Cristina aos oito anos. Vera tem mais um filho, o Robert.
Depois luta para ficar com a própria neta Manueli, pois a mãe passou a menina
para outras pessoas e assinou os documentos. Também teve que adotar outro
neto: o Zaqueu que foi abandonado pelos pais.
Três filhos de Vera faleceram. Ela comentou que “os que sobreviveram estão
bem, graças a Deus. Com a educação que ela deu e com a ajuda da escola”.
Faz questão dos netos estudarem nesta mesma escola. E que conversava muito
com os filhos. E acrescentou: “O poder maior era não ter filho envolvido com a
polícia”.
Pergunto à Vera quanto à alimentação e ela responde: “Falo que é Deus.
Recebia dois salários mínimos naquele tempo. Ajuda de Deus. Tudo o que fazia
rendia. Quando você abre uma porta, Deus está junto com você. Os meninos
faziam fila para comer, eu ia distribuindo. Quando chegava a minha vez, os
meninos voltavam querendo repetir e depois eu almoçava. Minha maior
satisfação era nesta hora, ir para o fogão. Não tinha mesa. Todos se sentavam
no chão. Fazia a comida sozinha, de madrugada. Recebia da UNIMED, empresa
na qual trabalhava, o café da manhã (pão e leite). Havia fartura”.
Certo dia, um dos médicos da empresa perguntou a Vera porque saía tão
depressa todos os dias e não conversava com ninguém. Vera relatou sua história
e todos os médicos resolveram cuidar da saúde de sua numerosa família. E
passou a receber uma cesta básica de cada médico. Recebeu dezesseis cestas
básicas durante seis anos. Vera gastava do seu salário, apenas o que precisava
para completar na alimentação. O restante ia guardando para reformar sua casa,
ou seja, ampliá-la. Hoje sua casa tem cinco quartos, duas salas, três banheiros
e Vera ainda construiu duas casas, uma de cada lado da sua, para suas filhas.
Trabalhava como faxineira do prédio, o povo ajudava muito. A própria escola
ajudava com roupa e material escolar.
Vera começa a falar sobre seus pais.” Na época minha família morava na cidade
de Nova Lima, bem próxima a Belo Horizonte. A situação era boa, os irmãos
estudavam. O pai bebia. “Meu pai me botou para fora de casa, entregou-me a
�9
uma mulher que judiava muito de mim. Eu tinha cinco anos de idade. Minha mãe
faleceu quando estava com dois anos”. Recorda-se muito pouco da mãe.
Disseram a ela que a mãe tinha ido para o céu. Vera lembra dos bolos de fubá
e biscoitos que a mãe fazia.
O pai, então viúvo, ficou uns cinco anos com os sete filhos (seis mulheres e um
homem) até que a irmã mais velha de Vera começou a dar trabalho. O pai passou
a dar os filhos. Foi então que entregou Vera para uma senhora, que também
morava em Nova Lima. Ela era casada e não tinha filhos. Essa senhora
costumava bater e trancar Vera no quarto.
Aos seis anos de idade, Vera fugiu e veio parar no bairro Anchieta, em Belo
Horizonte – capital do Estado de Minas Gerais. Andava sozinha, dia e noite.
(Pesquiso a distância entre estas cidades – 12,37 Km em linha reta e 22,5 Km/
distância de condução). Seguiu uma trilha, tomou muito sol. Alimentava-se de
frutinhas do mato: morango e gabiroba e com o que o povo dava pelo caminho.
Não se deparou com animais perigosos. Havia muito mato, muitos calangos e
poucas casas. Encontrava minas de água pelo caminho, tomava banho. Vera
encontrou um lugar para morar. Uma praça, na época denominada Sete Praças,
localizada ao lado de um parque. Nunca havia estudado. Vivia sozinha, “eu e
Deus”. Se alguém estava varrendo o passeio de casa, oferecia ajuda. “Você é
tão pequena e já sabe varrer? Sei”. E ganhava um pão. O povo falava para ela
tomar cuidado, ficar quietinha no seu canto à noite. O cabelo imenso. Dona Miria
e dona Vanda, ainda moradoras do bairro, a ajudaram naquela época. Dona
Vanda penteava seu cabelo, arrumava umas roupinhas, a vestia, mas no dia
seguinte estava do mesmo jeito. Foi crescendo. Não tinha medo. Nunca foi
ameaçada. Andava apenas de calcinha e o povo não mexia. Mocinha começou
a se vestir.
Quando morava na praça, colocava o papelão no chão e ao deitar-se deixava
um lugar reservado para seus futuros dez filhos. Como não tinha nada para fazer
à noite, sonhava, desde criança ter dez filhos. Vera teve vinte e dois filhos!
Quando tinha fome, Vera quebrava macarrão, colocava nas antigas latas de
óleo, com água, deixava amolecer e comia cru. Assustei! “Só isso Vera? Nunca
havia imaginado uma refeição preparada desta forma. Ela retrucou:” Era gostoso
e sobrevivi!”
�10
Ao completar quinze anos foi morar com dona Neide. Um rapaz que passava, de
vez em quando pela rua, começou a observar Vera. Dona Neide procurou saber
quem era este rapaz e conversou com ele. Vera procurou por seu pai, mas ele
não quis assinar os documentos para ela se casar. Foi morar junto. “Graças a
Deus! Fui ter família, ter vida!!!” “Foi um anjo que Deus mandou para mim. Se
não fosse ele não teria casa, não teria os filhos adotivos. Ensinou-me a trabalhar,
a ser honesta”. Vera falou para o marido que se encontrasse crianças na rua,
iria acolher. Passou a fazer o serviço de casa. O marido era cozinheiro.
Cozinhava bem e ensinou Vera a cozinhar. Ficou casada durante quatorze anos,
até o marido falecer.
“O pessoal da Vila tem muito respeito e carinho por mim”.
Pergunto à Vera sobre sua religião e ela responde: católica. Desde pequena
conversava muito com Deus. Sou devota à Nossa Senhora Aparecida. Diz que
a religião veio da mãe, ia à missa todos os domingos. Cantava. A mãe levantava
cedo, arrumava os filhos. Ela ia vestida de branco, com pituquinha na cabeça.
Perguntei a Vera, o que gostaria de fazer, qual era sua expectativa e o que
pensava sobre a violência do local onde mora. Ela respondeu-me: “Eu já fiz
muito. Queria abrir um lugar para que as pessoas que ficam na rua, pudessem
comer, dormir e tomar banho e que ninguém precisava roubar porque o pessoal
ajuda muito, há muito tempo, trazendo brinquedos e alimentos para os
moradores da vila”.
Durante o período que fiz estas anotações, o neto de Vera, de apenas dois anos,
permaneceu quietinho perto dela, chupando um pirulito. Parecia se alimentar de
sua presença. Ela havia me falado que só tinha aquele tempo para ficar junto
dele. De repente, apareceu um jovem pai, com seu filho, convidando o menino
para brincar, insistiram muito, Vera também. Mas ele permaneceu junto à ela. Só
depois de muito tempo foi brincar.
�11
Terceiro relato: a vida de Júlia
“Desde criança, desde bem nova, eu já falava em me tornar professora.
Aos treze anos, fui com minhas amigas, duas irmãs, “dar aulas de religião” para
os alunos da Escola Municipal Benjamin Jacob, no Sion. Elas estudavam no
Colégio Santa Dorotéia, participavam de um grupo de jovens, e juntamente com
a Irmã Regina, desenvolveram esse Projeto. A Escola fica ao lado do Colégio e
apesar de localizada em bairro nobre da Zona Sul, atende crianças da Vila Acaba
Mundo e Morro do Papagaio. Crianças muito carentes, na época até miseráveis.
Carentes de necessidades básicas como alimentação, saúde, saneamento
básico e, afeto, principalmente. Crianças arredias, medrosas, outras agressivas,
tímidas. Meninos e meninas grandes com hábitos como chupar dedo, fazer xixi
na cama, ...
Nos disponibilizaram uma salinha nos fundos da escola e, trabalhávamos com
as crianças mais pobres da escola: uniformes surrados, problemas de pele,
alergias, mal cheiro, problemas de comportamento, ... Foi aí que decidi, não tinha
a menor dúvida: iria mesmo me tornar professora e, trabalhar naquela escola,
com aquela realidade. Me sentiria plenamente realizada em fazer diferença na
vida daquelas crianças menos privilegiadas, de classe popular. Era isso que
queria pra minha vida profissional.
Cursei magistério no Instituto Izabela Hendrix e fiz inúmeros estágios na Escola
Benjamin Jacob. Depois de formada, fiz concurso na PBH e tomei posse naquela
escola, como eu tanto queria.
Quando ingressei, na escola, em 1988, a diretora era por indicação política.
Apesar da pobreza e da falta de material, tudo funcionava. A diretora controlava,
trabalhava duro. Dedicação total.
Com a introdução do Construtivismo e de uma nova forma de enxergar esse
aluno como agente construtor do seu conhecimento, comecei a fazer inúmeros
cursos, participar de seminários, congressos, cursos de formação. Fiz curso em
São Paulo, participei de grupos de estudo. Dediquei-me de corpo e alma, a
alfabetizar, dar oportunidade àquelas crianças; de aprenderem de forma crítica,
com prazer e criatividade.
�12
Passamos ao longo dos anos, por mudanças políticas, pedagógicas e
estruturais. A escola teve melhorias em termos financeiros, mais material,
possibilidades
de
desenvolver
projetos,
proporcionar
experiências
e
oportunidades para esses alunos. As famílias, em sua maioria, com melhores
condições de vida, acesso ao lazer, alimentação, saúde. A PBH fornece Kit de
material completo, uniforme, livros de literatura, tênis, meia, mochila, livro
didático.... E Escola Integrada!
Hoje, apesar de eleição direta para diretora e vice, apesar de tanta melhoria, a
escola, perdeu sua principal função, que é educar, preparar crianças e jovens.
Atualmente qualquer pessoa pode ser coordenadora, diretora e vice. O curso de
Pedagogia perdeu sua Função. Até pessoas em estágio probatório (de
experiência), podem exercer esses cargos.
Portanto, ainda hoje, sou feliz no que faço, me sinto realizada. Contribuí e
contribuo ainda, com minha parte, para um mundo melhor, mais justo. Tenho
essa certeza renovada sempre que um ex-aluno, pais de família, me encontram
ou aparecem na escola para me visitar. Agradecem, reconhecem todo o meu
empenho e esforço. São famílias que fiz amizade, que me consideram, me
valorizam. E isso é a minha maior recompensa.
Nesses anos todos, também pude trabalhar e conviver com ótimas
companheiras de trabalho e, muitas, se tornaram amigas pra vida.
É isso que faz valer a pena ir em frente e seguir todos os dias”.
�13
Conclusão
Durante o curso de Cristologia Sistemática, Jorge Costadoat, ao transcorrer
sobre o tema, Seguimiento de Cristo, colocou que o estilo de Cristo pode ser
seguido fora da igreja e, às vezes, se faz melhor fora dela e que o essencial é a
caridade, é o amor.
Jesus, como menino veio fazendo a experiência de Deus, tornando-se mais livre,
mais relacional, deixando-se afetar pela realidade e da forma como processava
os conflitos, tornou-se um exemplo de humanidade.
Percebo a vida de Vera desta forma, rejeitada pelo pai, maltratada pela “nova
mãe”, criança pequena, sozinha, fugiu para um destino incerto, sem medo.
Dormiu ao relento, durante nove anos. E não deixou de sonhar, sonhar com
pessoas, com filhos – sonhar em transmitir amor, mesmo com tantas
experiências amargas, dilacerantes. Como Jesus, deixou-se afetar pela
realidade, sensível ao sofrimento de outras crianças rejeitadas, pois ao casar-se
colocou uma condição: a de cuidar de outras crianças abandonadas. Sem
colocar nenhum obstáculo, pois sua situação já era bem difícil, acolhia a todos,
de forma imediata.
A vida de Vera é um exemplo de doação, como um participante do curso colocou:
“Somos feito de, pelo, para o Amor. O sentido está em transmitir amor, que vai
gerar vida aos outros. Todos têm a possibilidade de serem plenos e Vera vive
esta plenitude, com certeza.
Olhai os lírios do campo, não fiam, nem tecem
e tem o que comer e vestir.
�14
Bibliografia
Codina, V. (1988) Ser cristão na América Latina. Ed. Loyola, São Paulo. Brasil
Mesters, C. (2013) Com Jesus na contramão. Ed. Paulinas, São Paulo. Brasil
Nolan, A. (1987) Jesus antes do cristianismo. Ed. Paulus, São Paulo. Brasil
Varillon, F. (1991) Crer para viver. Ed. Loyola, São Paulo. Brasil
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Prática do Ensinamento de Jesus
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Nalon, Kátia Otoni
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho Etapa Cristologia Magis V
Objetivo do texto é de demonstrar na prática o ensinamento de Jesus, partindo da vivência da autora. Tentei fazê-lo de forma simples, leve, apesar da densidade do texto.
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Tutora: Andreia Bichara
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
16 páginas
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Cristologia
Ensinamento
Relato
Vivência
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/13cdd4ab603bbde2dc7db23074171370.pdf?Expires=1712793600&Signature=nvk7wXdk9leYVTEg8zRQAp9bhT3USJ1Vb5FxZbIIvR2RlQzx8nSDp3dYoeTMlF07d1xi62f4M84n0ptpHUeHH13%7EVUiR57nfjOdyJM0uCmfEDA1FmxY12upzvHXVHTJ0jusTvuZ3m%7EOCvp%7E0mWEkD6OM6ayy1ycLVvY27rg0Lb-o7-r3maODPQ%7EkNoDNS0CMxgyhc9e3InOzfrI33oKG%7E%7EVCLos-hW5dtYJP7sTOSmk6EX5DM1jt8jJ9q2ofD3TCgyE8OW3Gfy93zei8PIGFqG%7EiT%7EVyJruiIMmhElTCV9h9US69DNoxZJtwZaYwXi4%7EWqOfrE6XBcUK-98YI5QxAw__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
bb657531477339412d72b4e0911be87e
PDF Text
Text
GLADANIEL PALMEIRA DE CARVALHO
O NASCIMENTO DE JESUS E A HUMILDADE CRISTÃ
BRASÍLIA-DF BRASIL
2016
�Trabalho conclusivo de CRISTOLOGIA
Tutor:
Padre
José
Carlos
Aleixo(brandaleixo@ccbnet. org.br) e
Acompanhante espiritual: Marta AlmeidaLeiga(marta.v.almeida@gmail.com)
BRASÍLIA-DF BRASIL 2016
�El primer puncto es ver a las personas, es a saber, ver a Nuestra Señora y a
Joseph y a la ancilla y al niño Jesú, despues de ser nascido, haciéndome yo
un pobrecito y esclavito indigno, mirándolos, contemplándolos y
serviéndolos en sus necesidades, como si presente me hallase, con todo
acatamiento y reverencia possible; y después reflectir en mí mismo para
sacar algún provecho
San Ignacio de Loyola- Contemplación del nacimiento en los Ejercicios
Espirituales
�SUMÁRIO
1. INTRODUÇÃO
5
2. O NASCIMENTO DE JESUS E A HUMILDADE CRISTO...................6
3. CONCLUSÃO...........................................................................................9
4. REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS.....................................................10
�1. INTRODUÇÃO
Ao meditar-se na Encarnação de Jesus percebe-se que a vontade do Criador se materializou
dando ao mundo, uma nova visão de esperança e humildade a todos os seres humanos. Jesus nasceu
trazendo uma proposta de mudança ao paradigma vigente em seu tempo, mas que tornou-se uma
obra de dimensão eterna.
A encarnação do Salvador já representa o início do anúncio da chegada do Reino de Deus.
Um Reino que Jesus demonstrava existir para abrigar os pobres, as prostitutas, os doentes e todos
aqueles que buscavam sua ajuda. O principal alicerce desse Reino é fazer a vontade do Pai, com
humildade, como forma de amparar os seres necessitados e fazer cumprir a vontade do Pai.
O objetivo do presente trabalho é refletir sobre o nascimento de Jesus, sob a ótica da
humildade cristã, com esteio no Novo Testamento. Assim, procura-se responder a seguinte pergunta:
A humildade que se vislumbra no nascimento de Jesus ainda é percebida no mundo atual?
Em razão do problema se formulam as seguintes hipóteses: a) Os Evangelhos fundamentam
a humildade de Jesus b) O nascimento de Jesus é fonte de encorajamento da fé cristã.
A escolha do tema reflete a percepção deste magista na fase intensiva que ocorreu em
Guadalajara-México, no período de 15 a 24 de janeiro de 2016, em que foi dado ênfase ao tema
Cristologia. A observação emergiu a partir das palestras proferidas pelos professores Alex Zatyrka e
Jorge Costadoat.
Os objetivos específicos do trabalho são: a) refletir sobre o ambiente em que ocorreu o
nascimento de Jesus; b) encontrar na vinda de Jesus ao mundo, um sentido para uma vida de
humildade.
O trabalho será embasado, sob o ângulo do referencial teórico, nos fundamentos dos
Evangelhos de Mateus, Marcos, Lucas e João, bem como de teóricos que abordam o tema da
humildade cristã. O método de abordagem do trabalho será o dedutivo e o indutivo, face o seu
caráter eminentemente teórico. A técnica utilizada no trabalho é a bibliográfica e a documental. A
bibliográfica é a que melhor se ajusta ao objeto do estudo, uma vez que contribui para responder ao
problema formulado. A técnica documental está ancorada nos Evangelhos, que guarda pertinência
com o presente trabalho.
6
�2. O NASCIMENTO DE JESUS E A HUMILDADE CRISTÃ
Jesus nasceu como todos os seres humanos de uma mulher, diferenciando-se apenas sob a
ótica de uma ausência masculina no tocante a sua concepção. “Estando ellos allí, le llegó la hora del
parto y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió em pañales y lo acostó em un pesebre, porque
no habían encontrado sítio em la posada '' (Lc 2: 6,7)
O nascimento de Jesus é uma expressão do amor divino. Charbonneau1 afirma:
Para manifestar seu Ser, era preciso que Deus se revelasse no Amor. Ser
substancial e Amor substancial. E como o amor sempre exige união, Deus deu
prova de seu amor ao homem unindo-se a ele de maneira mais íntima possível.
E coube a Jesus na humildade do seu nascimento apontar a todos os seres humanos a
presença de Deus, no sentido de que se possa buscá-lo, ante os contínuos desafios existentes no
mundo, permitindo uma existência de caridade, fé e esperança.
A humilde condição do nascer de Jesus, por si só, revela a escolha de Deus, por um
ambiente de pobreza material, como forma de conduzir o ser humano a meditar e a contemplar a
simplicidade da vida. E nesse contexto de ausência de ostentação, visualiza-se uma manjedoura que
simboliza a materialização de uma realidade, que ainda persiste, no cotidiano de grande parte da
humanidade em pleno século XXI.
Não havia lugar para Jesus na estalagem. E o mundo continua
a não aceitar Jesus em tantos lugares. Nas creches, nas escolas, nos hospitais, nos países que
rejeitam os imigrantes, nos ambientes de Poder. Não há lugar para Jesus onde se possa cogitar do
simples, da humildade.
A manjedoura representa no seu formato um acesso de todos a Jesus. Apresenta-se como
algo possível a qualquer ser humano, para que possa encontrá-lo e contemplá-lo. O ambiente da
vinda do Salvador ao mundo necessariamente aponta para esperança ao sofrimento humano. A
encarnação de Jesus mostra a igualdade da pessoa humana no nascer. “Cuando una mujer va a dar a
luz, está triste, porque le llega a su hora. Pero, cuando ha dado a luz a la criatura, no se acuerda de
la angustia, por la alegría que siente de haber traído un hombre al mundo”(Juan 16,21).
O nascimento do ser humano é um momento de extrema alegria para todos, em especial para
figura da mãe. Hugo de Azevedo2 afirma que:
1
2
Charbonneau, Paul-Eugéne. O homem à procura de Deus. São Paulo: EPU. 1981. p. 465
De Azevedo, Hugo. Jesus em Nazaré.São Paulo: Quadrante, 2015.p.18
7
�Na verdade, a alegria da mãe não se limita a ''adquirir” um filho. É uma alegria,
maior grandiosa, transcendente: dar à luz um novo homem! Por meio dela, de
certo modo, recomeça a Humanidade! Ninguém mais poderoso do que ela,
excetuando Deus! Ninguém capaz de produzir maior riqueza! Uma riqueza que é o
fim e o princípio da sociedade e o maior tesouro do mundo. Nenhum rei, nenhum
multimilionário, nenhum político, nenhum artista ,nenhum empresário conseguiria
o que ela gerou!
E a sua alegria supera qualquer conquista individual “deu” à
luz um homem! Ofereceu ao mundo um novo ser humano! Gerou no seu ventre e
entregou a Deus e a todos nós mais um filho de Deus e um irmão nosso! Tem
imediata percepção de que o filho só lhe pertence por provir dela, e que desde o
instante do nascimento passa a outro domínio: é alguém soberano, autônomo e, ao
mesmo tempo, pertença de Deus e da humanidade inteira.
Ao nascer Jesus já sinalizava com a sua postura de ser livre, obediente ao Pai, que iria
marcá-lo na sua vida adulta. Jesus nunca se posicionou favorável a riqueza, apesar de não condenála, ao poder, a vaidade humana. Joseph Ratzinger3 esclarece que:
Tudo isso nos deve fazer pensar, nos deve recordar a inversão de valores que se
verifica na figura de Jesus Cristo, na sua mensagem. Desde o seu nascimento, Jesus
não pertence àquele ambiente que aos olhos do mundo, é importante e poderoso; e
contudo é precisamente esse homem irrelevante e sem poder que Se revela como
verdadeiramente Poderoso, como Aquele de quem, no final das contas, tudo
depende. Por conseguinte, faz parte do tornar-se cristão este sair do âmbito daquilo
que todos pensam e querem, sair dos critérios predominantes, para entrar na luz da
verdade sobre o nosso ser e, com essa luz, alcançar o justo caminho.
Assim, no nascimento de Jesus já contempla-se um cenário universal, que atinge a todos,
pela simplicidade reinante fazendo com que a pessoa humana seja percebida com direito a
dignidade até o último momento de sua existência.
Ao fazer-se carne através de Jesus, Deus estabeleceu uma residência no ser humano, como
forma de privilegiar a vida, a simplicidade do viver, o que se pode chamar de vida eterna. “En esto
consiste la vida eterna: en conocerte a tí, el único Dios verdadero y a tu enviado, Jesús el Mesías”
(Jn 17,3)
Joseph Ratzinger o Papa Bento XVI4 esclarece sobre a expressão vida eterna encontrada no
Evangelho de João:
3
Ratzinger, Joseph. A infância de Jesus[tradução Bruno Bastos Lins]. São Paulo: Planeta, 2012. p.41.
8
�A expressão “vida eterna '' não significa – como imediatamente talvez pense o
leitor moderno- a vida que vem depois da morte, enquanto a vida atual seria
passageira e não uma vida eterna. “Vida eterna” significa a vida no sentido mais
próprio e verdadeiro, a qual pode ser vivida mesmo neste tempo e contra a qual,
depois, já nada pode fazer a morte física. É isto que interessa: abraçar já desde
agora “a vida”, a vida verdadeira, que já não pode ser destruída por nada e por
ninguém.
Desse modo, o nascimento de Jesus aponta para o sentido da vida, de uma vida de
humildade que encontra fundamento em Deus.
Ao contemplar-se o Mistério da Encarnação a humildade se faz presente no coração humano.
Deus veio ao mundo como um ser humilde, e este aspecto está evidenciado na ausência de um
ambiente de riqueza, que pudesse receber o recém-nascido Jesus. É importante destacar que Ele
nasceu entre pastores, o que permite perceber sua condição de Pastor dos seres humanos.
Deus não aceita a soberba. Gioacchino Pecci (Leão XIII)5 afirma que:
Para convencer-se, basta abrir as sagradas escrituras, que continuamente ensinamnos que Deus resiste aos orgulhosos, que é preciso fazer-se semelhantes aos
pequeninos para entrar na sua glória, que quem a eles não se assemelha será
excluído e, por fim, que Deus só outorga a sua graça aos humildes.
A partir de um aprofundamento espiritual em que se descobre que Deus é a essência da
humildade permite-se compreender com o coração, que a criação humana é fruto da vontade de um
SER, que ao mesmo tempo está presente em tudo e com todos, sem nada plasmar, no sentido de
afirmar a autoria de sua obra. Deus não se apresenta com sinais, que façam entender que Ele tudo
realizou, porque tudo é gratuidade e não há espaço para soberba.
Santo Inácio6 ensina no que concerne aos três modos de humildade, que o exercitante antes
de escolher uma alternativa, perceba qual a sua ligação com Jesus, e esse aspecto é relevante porque
deve-se deixar conduzir pelos caminhos por Ele apontados.
Na atualidade a virtude da humildade, perdeu o sentido para muitas pessoas. O contexto do
nascimento de Jesus, em que a humildade faz-se presente de forma bastante nítida, não encontra
4
Bento XVI, Papa.Jesus de Nazaré: da entrada em Jerusalém até a ressureição. Tradução Bruno Bastos Lins.São Paulo: Editora Planeta do
Brasil,2011
5
Gioacchino Pecci(Leão XIII). A prática da humildade.Lorena: Cléofas, 2014. p.20
6
Escritos de Santo Inácio. Exercícios Espirituais.Edições Loyola Jesuítas. São Paulo.2011. p.69
9
�ressonância em diversos segmentos da sociedade global. No entanto, o mundo cristão vive a
encarnação do Salvador, como um acontecimento integrante do cotidiano. O exemplo de conduta do
Papa Francisco, marcado pela simplicidade, é um referencial para um modelo de vida humilde, que
chama atenção de leigos e religiosos.
As mais diversas ordens religiosas apresentam nos votos públicos de castidade, pobreza e
obediência, um quadro de humildade, que foge aos padrões estabelecidos para uma sociedade que
muito valoriza a soberba.
3. CONCLUSÃO
A humildade no nascimento de Jesus ainda é motivo de contemplação no mundo cristão. A
revelação de Deus, na pessoa de Jesus Cristo, aponta para um cenário em que se encontra uma
realidade de pessoas humildes e que serve de paradigma, ante os graves sofrimentos enfrentados
pela pessoa humana. A soberba não deve ser cultivada.
A encarnação de Jesus é uma prova de que Deus é humilde. E somente com a humildade
somos semelhantes a Ele. Os Evangelhos mostram o nascer do Salvador num ambiente de pobreza,
numa gruta de Belém, uma imagem que conduz a certeza de que tudo que parte de Deus é simples,
sem qualquer ostentação.
A chegada de Jesus ao mundo é fonte de fé. Deus tornou-se homem e que veio para servir e
não para ter poder. A crença em Jesus significa trazer nos corações a humildade de sempre fazer o
bem ao próximo.
Sem humildade não se pode falar de cristianismo. Ser cristão é trazer consigo uma vida de
simplicidade e de serviço, principalmente, para com os mais necessitados.
No presente século, a virtude da humildade não desapareceu. Leigos e religiosos perseveram
na vida despojada de riquezas e ostentação, e procuram espelhar-se no nascimento de Jesus, com
uma forma, de continuar seguindo os passos do Salvador.
10
�REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
-Bento XVI, Papa. Jesus de Nazaré: da entrada em Jerusalém até a ressurreição.Tradução Bruno
Bastos Lins. São Paulo: Editora Planeta do Brasil.2011. A infância de Jesus[tradução Bruno Bastos
Lins]. São Paulo:Planeta, 2012.
-Charbonneau, Paul-Eugéne. O homem à procura de Deus. São Paulo: EPU.1981.
-De Azevedo, Hugo. Jesus em Nazaré. São Paulo: Quadrante, 2015.p.18
-Escritos de Santo Inácio. Exercícios Espirituais. Edições Loyola Jesuítas. São Paulo.2011
-Pecci, Gioacchino(Leão XIII). A prática da humildade. Lorena: Cléofas. 2014. p.20
11
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
O nascimento de Jesus e a humildade cristã
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Carvalho, Gladaniel Palmeira de
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho Etapa Cristologia Magis V.
O objetivo do presente trabalho é refletir sobre o nascimento de Jesus, sob a ótica da humildade cristã, com esteio no Novo Testamento. Assim, procura-se responder a seguinte pergunta: A humildade que se vislumbra no nascimento de Jesus ainda é percebida no mundo atual?
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF; 10 p.
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Language
A language of the resource
pt-BR
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Aleixo, José Carlos B. (orient.)
Almeida, Marta (orient.)
Cristã
Cristologia
Humildade
Nascimento
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/83a1357aa5bffd95d4bfc9de0981ca81.pdf?Expires=1712793600&Signature=GJck72UVX1nOg6gL2moli6E6gtnQrpIlFoZl6vPfaCP6jaSqBGZBKdzmC9CSGR67WqoQrXIoiaeNhRF96O%7EMThvxVGdHDcrhyVV4FVypvuI1vWcwPV78%7EpbXlkGa2tR19RBotBCFAmRJ3-9npjvcnbuaWmjO%7EZEGZBjURlmRsVTYfGVU5r49Uz3sH9NKsAgW66zvQvUhXtL-OXZ1xmeRHbjgXZ6H5DRofzztNLQhREoD8R7DWofOht5wfrFO9tVqlxSbU--d58snfABghVMewSgJAI3L9NHVj8xk0QLN2C64ioAGOEUXEZMebZu9y%7E7yZoRaiUuBAltJbhcGJX-nlQ__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
43504217fb742e6c3522560af3029a34
PDF Text
Text
CURSO MAGIS 5
ANTÔNIO CELSO SCHIAVO
JESUS, OS POSSESSOS E AS CONSEQUÊNCIAS HISTÓRICAS
Guapiaçu/SP
2016
�ANTÔNIO CELSO SCHIAVO
JESUS, OS POSSESSOS E AS CONSEQUÊNCIAS HISTÓRICAS
Trabalho
apresentado
para
o
primeiro
módulo de Cristologia, no curso Magis V.
Guapiaçu/SP
2016
�SUMÁRIO
1-
Introdução............................................................................................................05
2-
Desenvolvimento
2.1- Capítulo 1 - Contextualizando um pouco através da etimologia da palavra
Demônio...............................................................................................................06
2.2- Capítulo 2 - O caminhar da Igreja durante um determinado período..........08
2.3- Um olhar sobre o contexto do endemoninhado no tempo de Jesus..............11
2.4- Jesus foi exorcista?.......................................................................................14
3-
Considerações Finais............................................................................................17
4-
Bibliografia.........................................................................................................18
��5
1) INTRODUÇÃO
Desde a atuação de Jesus como exorcista muitos acreditaram e acredita-se até
hoje na personalização do demônio, e consequentemente em sua influência no mundo
através de alguns endemoninhados.
Os últimos dois milênios foram povoados de mentalidade demoníaca: nas ações
de Jesus descritas no Evangelho, como exorcista, e também como possesso, a partir da
tradução dos Sinóticos passou a fazer parte do Cristianismo e da sociedade profana.
O demônio e seu mundo é um aspecto da Teologia Cristã, bem como do
Universo Cultural, com esculturas e pinturas, muitas delas nas Igrejas Cristãs. Há
vários olhares sobre o fato da possessão não se tratar de um fenômeno puramente
religioso. A medicina moderna relaciona o fato com patologia, e descreve os sintomas
como consequências dela.
Jesus é acusado de estar possuído por um demônio, mas quais elementos foram
julgados ou levados em consideração para atribuir que Jesus estava possuído? Esse
critério pode ser usado também para as pessoas que Jesus Exorcizava?
Mas o que diz o Magistério da Igreja?
Como evoluiu a interpretação fenomenológica do tema?
Então, procuraremos neste trabalho abordar que a possessão e o exorcismo tem
explicações naturais e não sobrenaturais. Destacamos que não será dado nenhum
argumento a favor ou contra a existência de seres sobrenaturais, e não sei se seria
apropriado chama-lo de anjo rebelde, demônio, diabo, etc. Mesmo por que,
etimologicamente seu significado é outro, que mais à frente dedicaremos algumas
linhas.
�6
2) DESENVOLVIMENTO
Capítulo 1: Contextualizando um pouco através da etimologia da palavra Demônio
Demônio: um equivalente hebraico para traduzir exatamente o termo grego
“Daimonion” – deuses de segunda categoria. A palavra demônio no Antigo Testamente
é só fruto de traduções posteriores (Oscar G. Quevedo, sj, em Antes que os demônios
voltem, pag. 257-258)
Na tradução dos setenta muitos deuses pagãos foram substituídos por demônio.
Ex: em Is 13,21, os sátiros (bode) são traduzidos por demônios; Lv 17,7, os mesmos
sátiros são traduzidos “ídolos”, coisas vãs e falsos deuses; em Dt 32,17, demônios,
falsos deuses -
chama-se demônios em toda a tradução as divindades cananeias
(sedim); em Sl 106 (107), 36 ss, sacrificaram aos ídolos de Canaã (traduzido demônio);
em outros textos “daimon” é igual a Deus.
Na sua pedagogia a bíblia não enfrentou desde o início os deuses estrangeiros,
primeiro os aceitou como subordinados a Iahweh, o Deus dos deuses. E os chamou de
filhos, com os quais formava um tipo de conselho de Deus. Aos poucos, por medo do
politeísmo entre os judeus, aparecem os profetas lembrando que só há um Deus. Mais
ainda, Israel logo compreendeu que Deus não precisa de conselho, nem da ajuda de
ninguém, e que os deuses ou ídolos pagãos não passam de absurdas falsidades
inexistentes.
“O salmo 96,5 diz no original hebraico que os deuses dos pagãos são vãos:
deuses – élohim / vãos – elelim.
O grego não pode conservar este jogo de palavras,
e então, os setenta convertem “vãos” em demônios. Os demônios são ídolos vãos,
inexistentes.” (Oscar G. Quevedo, EN: Antes que os demônios voltem, pag. 260).
Demônios e Demônio são as traduções vernáculas para os termos “daimones” no
plural e “daimon” no singular na versão dos setenta. Ora, na literatura grega e na época
helenística, “daimon” frequentemente significa deus, uma divindade de grau inferior
(Oscar Gonsales Quevedo, EN: Antes que os demônios voltem, pag. 261).
Nesse contexto a palavra demônio significa deuses de segunda categoria, deuses
pagãos, inexistentes. Podemos dizer que não existe a personificação do Demônio, esta é
uma palavra que ganhou significado dentro do povo de Deus a partir do dualismo
�7
influenciado pelas religiões pagãs, com as quais Israel teve contato. Os séculos que se
passaram fez desses deuses pagãos (demônio/daimon) um antideus, uma entidade que
se opõe ao projeto de Deus para a humanidade..
Depois de Teodósio e Constantino, onde o cristianismo foi oficializado, muitos
pagãos continuaram suas crenças em seus deuses, nem todos se converteram ao Deus
único. Quando confrontados, esses demônios ganharam uma posição de anticristo,
reforçando a personificação desse “ser”.
�8
Capítulo 2: O caminhar da Igreja durante um determinado período
“Olhando a partir do século XX, muitos consideraram a época da bruxaria como
obscurantista (Oscar G. Quevedo, EN: Antes que os demônios voltem, pag. 372).
Lembrando que eram consideradas bruxas as pessoas que tinham pacto com o demônio
e teriam contato com ele, por isso realizavam fenômenos que não tinham explicação
científica para a época. Não á dúvidas de que, em alguns documentos “pró-demônio”
dos séculos XIV – XVII, há uma contradição. Aceitam fatos como demoníacos, e ao
mesmo tempo os consideram impossíveis. Se a bruxaria pudesse realmente evocar o
demônio ou houvesse intervenção demoníaca nos fatos, não seria heresia acreditar
nisso. Perversa e condenada, sim, mas não doutrina falsa ou herética. Se é doutrina falsa
e herética é porque a intervenção demoníaca é impossível. A solução está em que os
documentos “pró-demônio” quando falam de fatos (historicidade e interpretação
demoníaca dos fatos), transmitem uma opinião, que pertence ao âmbito da ciência.
Quando falam de heresia (condenação da interpretação demoníaca) estão no âmbito da
doutrina. No campo da ciência, o Magistério Eclesial, como tal, não tem autoridade.
Reflete o que a prudência científica da época poderia ditar, e neste caso estava errada.
Esses documentos não nos obrigam, como frisava Pio XII. No campos doutrinal é onde
o Magistério pode exercer sua atividade. No veredicto de que a bruxaria é heresia,
falsidade, que a colaboração ou intervenção do demônio no nosso mundo não é possível
nem pode obter-se por pacto nenhum, os documentos estão certos e obrigam todo
católico.
Quando olhamos a evolução do pensamento podemos observar o quanto o
exorcismo foi sendo desmistificado através dos documentos da Igreja. Isso foi
paulatinamente sendo deixado de lado, através das décadas, levando em conta que o
conhecimento era de difícil acesso e divulgação. As Igrejas Orientais, por exemplo, não
aderiram às recomendações sobre o exorcismo feitas pela Igreja de Roma.
Mesmo os ritos do exorcismo estando presentes em alguns documentos da
Igreja, eles não consistem em dogmas de fé. No ritual romano do século XIII
recomenda-se que os costumes que existe na Alemanha (exorcismo) estenda-se ao
mundo todo.
“Sucede, porém que precisamente a parte do Ritual Romano dedicada aos exorcismos
não é sequer lei disciplinar: na antiquíssima bula de proclamação dos exorcismos diz-se
�9
expressamente HORTAMUR, isto é exortamos, recomendamos... (que este costume,
que existe na Alemanha, se estenda ao mundo. Trata-se, portanto, duma recomendação
antiga e antiquada. Não podemos esquecer que a referida bula (do sec. XIII ) se deve ao
Papa Gregorio IX, o mesmo que lançou a Igreja pelo triste caminho da “bruxomania”.” (
Pedro José G. Quevedo, Feiticeiros, bruxos e possessos, pag. 304
Apesar de muitos papas aceitarem e aprovarem o exorcismo, o Magistério da
Igreja sempre qualificou como heresia a influência do demônio em nosso mundo. O que
ocorre muitas vezes é que esses documentos são desconhecidos, seja pela dificuldade de
comunicação da época, seja pelo desinteresse ou até mesmo o medo do tema.
Até hoje, muitos irmãos católicos não tiveram informação científica a respeito
dos casos e tão pouco uma doutrina católica sobre a questão. No caso dos irmãos
protestantes, eles até vivem uma influência dos seus líderes por acreditar que o demônio
dentro deles é que fazem o mal, sendo incentivados a participar de certos ritos para
exorcizar o mal de dentro de si.
O fato é que em todos os povos e em todas as épocas os acontecimentos que não
se explicam, pelo que se conhece (ciência), são com muita frequência atribuídos ao
sobrenatural, e quando as consequências do fenômeno se parece com o que o senso
comum chama de ação do “demônio”, logo isso causa alvoroço, medo, dúvida e, em
muitos casos, espalha-se rápido como ação do “demônio”. No entanto, a Igreja em seu
Magistério qualifica como heresia.
“Segundo o Magistério Ordinário Universal, a bruxaria e magia (e mediunidade
espírita) foram sempre e nunca deixaram de ser qualificados de heresia. Mesmo quando
houve alguma “saída dos trilhos” particular durante os séculos XIV a XVII, a bruxaria
continuou a ser qualificada oficialmente pelos Papas e Concílios como heresia. É
constante nos documentos eclesiásticos ensinar que acreditar na bruxaria, na magia, na
superstição constitui pecado contra a fé no sentido de heresia. Explícita ou implícita.
Falsidade, impossibilidade. É considerado heresia explicita pelo Decretum Gratiani,
pelo papa João XXII, na bula Super illius de 1326, Inocêncio VIII na Summis
desiderantes de 1484, Leão X na Honestis petentium de 1521, Adriano VI na
Inscrutabilis de 1631 e pelo concílio de Ruão em 1455, cânon 6.” (Oscar Gonsales
Quevedo, EN: Antes que os demônios voltem, pag. 382)
�10
Por fim essa evolução chega até a abolição: o cânon 1151 em 1917 se estende a
proibição a toda América Latina (Quevedo, pag. 392) No modo próprio que entraria em
vigor em 01.01.1973, Paulo VI aboliu a ordem, menos a exorcista. (Oscar Gonsales
Quevedo, EN: Antes que os demônios voltem, pag. 393)
�11
Capítulo 3: Um olhar sobre o contexto do endemoninhado no tempo de Jesus.
Vale lembrar que a prática do exorcismo acontecia em muitas civilizações da
época de Jesus, muito embora o próprio Jesus nunca tenha imitado os ritos de nenhum
povo. Quando ele “exorcizava” o fazia de maneira singular.
Jesus era contra o sofrimento, para ele se um “possesso” sofre, ele o cura, e isso
era muitas vezes interpretado como expulsão de demônio. A exegese hoje tem sua
tendência em explicar o fenômeno a partir das doenças internas, isso fica claro ao
observarmos com mais cuidado os textos dos evangelhos. As doenças visíveis, como
por exemplo, a lepra, é sempre usado o termo curar. Já quando a doença é interna, como
por exemplo, o fato de ser mudo – pois a pessoa tem boca, língua, tudo visivelmente
normal, mas não é capaz de falar, isso se atribui aos seres sobrenaturais.
Neste tempo a mentalidade é que ser normal e bem sucedido é benção de Deus, e
anormal não era de Deus, logo forças sobrenaturais malignas denominadas de
“demônio”. “Chamavam “endemoninhados” aos que estavam doentes por causa não
aparentes, elas eram internas e como tais, inobserváveis. Portanto, misteriosas para o
conhecimento médico da época. Fala-se de doenças internas não só as psicológicas”.
(Oscar Gonsales Quevedo, EN: Antes que os demônios voltem, pags. 316-317)
O fato de a enfermidade ser vista como castigo de Deus e a não existência de
recursos médicos aos pobres (israelitas), faziam com que eles recorressem, em geral, a
Deus em suas enfermidades.
A doença também afastava o enfermo de Israel do direito ao culto, passava a ser
visto como impuro. Ser bem sucedido economicamente era benção, muitos que não
podiam pagar os pesados impostos se tornavam mendigos, principalmente para não
serem perseguidos e vendidos como escravo. Nesse contexto, talvez por um desvio
psicológico, assumiam uma nova personalidade que era interpretada como possuído por
um espirito imundo = “ demônio” .
“Provavelmente é mais acertado ver no fenômeno da possessão uma complexa
estratégia utilizada, de maneira doentia, por pessoas oprimidas para defender-se de um
situação insuportável. Quando não ha outro meio para rebelar-se, pode desenvolver-se
no indivíduo uma personalidade separada que lhe permite dizer e fazer o que ele não
�12
poderia em condições normais, ao menos sem importantes riscos”. (José Antônio
Pagola, Jesus, aproximação histórica,pag 207 -208).
Isso nos mostra que não poucos possessos são das classes mais baixas. Nesse
contexto podemos observar uma estrutura sociopolítica que gera doentes com
problemas psicológicos e mentais (que por serem doenças não observáveis são
classificadas como possessão). Porém, cada vez mais os estudos nos mostram que os
endemoninhados estão longe de ser reduzidos a um problema puramente religioso.
“Mediante o testemunho dos sinóticos e da literatura judaica, temos a notícia de
uma verdadeira inflação demoníaca no século primeiro da era cristão, na Palestina. Por
meio da hipótese de uma interpretação sociopolítica, impõe-se logicamente, uma análise
da realidade sociopolítica e economia da Palestina, no tempo de Jesus.” (Irineu J.
Rabusk, Jesus, Exorcista, pág. 64)
“Na antropologia, os pesquisadores já se deram conta de que as manifestações de
anormalidade que a interpretação religiosa caracteriza como possessão ou estado de
transe não são algo estritamente pessoal, a causa deve ser procurada na inter-relação
entre o indivíduo e a sociedade. Esse já é um passo significativo para não reduzir tudo a
meros casos patológicos que unicamente tinham que ver com o individuo afetado”.
(Irineu J. Rabusk, Jesus, Exorcista, pág. 67).
São muitos os elementos que nos faz crer que as possessões são doenças
psicológicas ou mentais. Como se apresenta o demônio? Nas atitudes dos possessos
reconhecemos o “demônio”? As provas se baseiam em que? Essas e outras perguntas
nos apresentam a partir da análise lógica dos fatos. Não pretendemos respondê-las, mas
sim provocar reflexões que nos tiram do senso comum que a história da demonização
nos trouxe.
Como exemplo vamos relatar de maneira sucinta os sintomas de dois casos de
possessos:
Em Marcos (9, 14-29) os sintomas são descritos assim: Cada vez que o espirito o
ataca, joga-o no chão e ele começa a espumar a boca, ranger os dentes e ficar
completamente rijo (versículo 18), às vezes grita (Lc 9,39), o menino ficou como se
estivesse morto (Mc 9,26), quem já presenciou um ataque epiléptico reconhece os
sintomas.
�13
“Na fase crônica, convulsiva ou espasmódica 1) dão-se contração musculares
intermitentes e violentas – quando também podem repetir-se os gritos do epiléptico e
pode também assim ficar “dilacerado”. 2) Como efeito do violento abrir e fechar da
boca, misturam-se o ar e a saliva, originando-se a típica “baba” do epiléptico” – nestas
contrações pode-se morder e até cortar a língua (Oscar Gonsales Quevedo, EN: Antes
que os demônios voltem, pág. 321).
No segundo exemplo um dos mais clássicos “exorcismos” o de Gerasa (Mc 5,113) descreve os sintomas assim: morava no meio dos túmulos, ninguém conseguia
amarrá-lo, dia e noite ele vagava entre os túmulos e pelos montes , gritando e ferindo-se
com pedras, meu nome é legião.
Os possessos de quem Jesus se aproxima não são simplesmente enfermos
psíquicos. São pessoas desnutridas, vitimas de violências endêmicas impotentes para
defender-se de abusos insuportáveis. Os endemoninhados não se sentem protagonistas
de uma rebelião contra o mal, mas vitimas de um poder desconhecido e estranho que os
atormenta destruindo sua identidade. Marcos descreve com traços impressionantes um
endemoninhado de Gerasa que “corria pelos “montes” num estado de total solidão; vivia
nos sepulcros”, excluído do mundo dos vivos. Estava atado com grilhões e cadeias” por
uma sociedade aterrorizada por sua presença; vivia “soltando alaridos” em sua
incapacidade de comunicar-se com ninguém; “feria-se com pedras”, vitima de sua
própria violência. (José Antônio Pagola, Jesus, aproximação histórica, pag 208 -209)
Qual a eficiência do “demônio” na possessão? Com qual finalidade? É de
prejudicar o projeto de Deus? Se o “demônio” se apodera de um ser humano o mínimo
que se espera é que essa possessão dê algum resultado no contexto de ser o “arruinador”
do projeto de Deus, mas as possessões em nada atrapalhou o projeto do Reino.
No caso de Marcos (9,14-29) o “demônio” provoca queda do menino, espuma a
boca, range os dentes... Qual fruto para o reino do “demônio” isso gerou?
No possesso do Gerazeno a eficiência de uma legião de “demônio” faz o homem
morar entre túmulos, se ferir, arrebentar correntes... Fica claro que se for analisar as
possessões pela eficiência do “demônio” chegaremos numa ineficiência jamais vista,
pois um ser que se pretende enfrentar nada mais nada menos do que o Reino de Deus,
deve ser mais eficiente em sua possessão.
�14
Capítulo 4: Jesus foi exorcista?
Mesmo as atividades de Jesus ditas como “exorcista” em nada se parecia com os
“exorcistas” (curandeiros) da época de Jesus, eles eram ritualistas, empregavam várias
técnicas, evocações, truques para demonstrar sua eficiência. Seus serviços eram
cobrados de tal maneira que somente os mais ricos podiam pagar, excluindo ainda mais
os doentes marginalizados.
Jesus cura os “possessos” (isto é pessoas com doenças internas sejam de fundo
psicológico ou patológico) da mesma maneira que curava as doenças externas, de
maneira gratuita e os rejeitados tinha sua preferência. Ao contrário dos curandeiros Ele
curava com autoridade sobre a doença, com sua presença, com imposição das mãos,
sem “exorcismo”, de maneira gratuita e os rejeitados tinha sua preferencia e fazia em
nome do projeto do Reino, como sinal do que ele anunciava.
Em poucos casos Jesus usou certo “ritual”. Cuspiu na terra fez lama com a saliva
aplicou-as sobre os olhos do cego e lhe disse “vai lavar-te na piscina de Siloé” (Jo 9,6s),
mesmo essa maneira parece ser original, pois não era usada pelos curandeiros da época.
“Exorcismo? Então todas as curas, mesmo quando se trata de doenças externas e
todos os milagres, inclusive sobre os seres inanimados, teriam que ser considerados
exorcismos! Melhor é inverter o argumento. Os aparentes exorcismos não o são, trata-se
simplesmente de curas, porque é a mesma fórmula empregado para doenças externas e
outros milagres.” (Oscar Gonsales Quevedo, EN: Antes que os demônios voltem, pág.
335-336)
A realidade que se apresenta é que Jesus Cristo nem foi “exorcista nem conferiu
aos seus discípulos o poder de “exorcizar”. Isso com referência ao emprego de algumas
fórmulas ou ritos especiais como faziam os curandeiros da época. Dentro desse contexto
e apoiado por muitos estudiosos, podemos concluir que as curas de Jesus narradas nos
evangelhos vão sempre ao encontro da sua missão, anunciar que o Reino de Deus já
chegou. Quando olhamos a trajetória curta de vida pública de Jesus as curas tiveram um
papel importante, pois Ele vivia entre os excluídos em lugares de fácil acesso, as
pessoas marginalizadas podiam se aproximar, tocar e ser curadas.
�15
“Foram para ouvir Jesus e serem curadas de suas doenças. E aqueles que
estavam atormentados por espíritos maus foram curados. Toda a multidão procurava
tocar em Jesus, porque uma força saia dele e curava a todos” (Lc 6, 18s)
A cura não significava apenas se livrar da doença, além disso, no contexto
religioso da época ficar curado significava poder voltar a fazer parte dos cultos,
frequentando o templo, sendo assim merecedor de ser chamado filho de Deus, amado
por Ele, livrando-se da doença livravam-se do “pecado” (que era visto como castigo de
Deus). As ações de Jesus vinham carregadas de sentido histórico de salvação há muito
anunciado pelos profetas ao povo de Israel, era a concretização das promessas de um
Deus único que de alguma maneira uniu esse povo em torno de uma esperança onde as
curas era sinal da chegada desse Reino.
Jesus não trazia apenas uma melhora física. Sua ação sanadora vai além da
eliminação de um problema orgânico. A cura do organismo fica englobada numa cura
mais integral da pessoa, Jesus reconstrói o enfermo a partir de sua raiz: suscita sua
confiança em Deus, arranca-o do isolamento e do desespero, liberta-o do pecado
devolve-o ao seio do povo de Deus e abre-lhe um futuro de vida mais digno e saudável.
(José Antônio Pagola, Jesus, aproximação histórica, pág 204).
Se olharmos as consequências das ações de Jesus como cura de doenças e sinal
de um projeto de amor que conta com nossas atitudes para se realizar, ai se enche de
sentido. Jesus não curou todos os doentes da Galileia e Judeia, muitos outros doentes
continuaram sofrendo seu mal. Curou alguns para mostrar que o Reino já havia chegado
e que direção seus seguidores devem tomar.
Jesus não pensou nunca nos “milagres” como uma forma fácil de suprimir o
sofrimento no mundo, mas apenas como sinal para indicar a direção na qual seus
seguidores devem atuar para acolher o Reino de Deus (José Antônio Pagola, Jesus,
aproximação histórica, pág 214)
Portanto, as curas de Jesus devem ser compreendidas como sinal que nos levam
a ações de misericórdia, principalmente com os mais excluídos a exemplo do que Jesus
fez. Quando olhamos atualmente podemos observar os frutos, pois milhares de
organizações religiosas, que pela fé no que Cristo nos deixou com seu exemplo,
�16
organizam-se e ajudam milhões de necessitados, sem contar as ações individuais que
pela mesma fé estende suas mãos aos que precisam.
�17
3) CONSIDERAÇÕES FINAIS
Falar sobre o tema da “possessão demoníaca” mesmo no contexto atual não é
tarefa fácil, pois uma enorme quantidade de cristãos e entre eles muitos sacerdotes ainda
falam sobre o assunto como se o “demônio” fosse um ser, uma personalidade que vive
dificultando a vida de alguns seres humanos, fazendo maldades (penso que até seria
bom culpar o “demônio”, assim não teríamos responsabilidade sobre o que escolhemos,
mas somos livres e o erro é sempre fruto do mau uso da minha liberdade). O tema é
muito explorado pelo cinema, arte, certas seitas e até mesmo religiões. O
desconhecimento e até o medo que gira em torno do tema dificulta a interpretação com
base nas pesquisas científicas, apesar da riqueza de quantidade de material pesquisado
por grandes mentes, iluminando o tema e nos dando a oportunidade de estudar, à luz das
ciências, compreendendo as razões pelas quais Jesus ao curar foi interpretado como
“exorcista”.
Também podemos observar que o Magistério da Igreja apesar de se equivocar
em algumas recomendações em relação ao tema, sobretudo nos séculos XIV ao XVII ,
mas em questões doutrinais jamais saiu dos trilhos.
A ciência evoluiu e com ela a interpretação fenomenológica da possessão e a
reorganização das recomendações da Igreja em relação ao assunto. Ainda hoje, muitos
desconhecem a evolução destes documentos e suas recomendações, deixando clara a
grande necessidade de divulgar, pois vivemos em uma época onde os cristãos cada vez
mais devem estar preparados para enfrentar os desafios de uma sociedade carente de
informação sobre o exorcismo.
O conhecimento das razões das curas de Jesus, quebrando o medo de um
“demônio” inexistente e, portanto que não age em nosso meio, com certeza nos libertará
e nos levará a um maior comprometimento com o outro, principalmente os mais
necessitados. O cristão fortalecido pelo conhecimento é um seguidor mais consciente e
com forte convicção, pois seguir com radicalidade alguém que por misericórdia
concretizou o projeto do Pai com uma retidão inabalável, somente com profundo
conhecimento de quem realmente foi Jesus (além da graça) poderá sem medo perseverar
nas ações que favoreçam esse mesmo Reino.
�18
4) BIBLIOGRAFIA
QUEVEDO, P.J.G. (1981). Feiticeiros, bruxos e possessos. Ed. Loyola, São Paulo.
PAGOLA, J.A. (2014). Jesus: Aproximação histórica. Ed. Vozes; tradução de Gentil
Avelino Titton. 7ª Ed., Petrópolis, Rio de Janeiro.
QUEVEDO, O. G. (1997). Antes que os demônios voltem: Explicação dos fenômenos e
análises das teorias à luz da psicologia, filosofia, teologia e parapsicologia. Ed. Loyola,
São Paulo.
RABUSKE, I. J. (2001). Jesus exorcista: Estudo exegético e hermenêutico de Mc 3,2030. Ed. Paulinas, São Paulo.
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Jesus, os possessos e as consequências históricas
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Schiavo, Antônio Celso
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2016
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho apresentado para o primeiro módulo de Cristologia, no curso Magis V.
Neste trabalho, aborda-se que a possessão e o exorcismo tem explicações naturais e não sobrenaturais. Destacamos que não será dado nenhum argumento a favor ou contra a existência de seres sobrenaturais, e não sei se seria apropriado chama-lo de anjo rebelde, demônio, diabo, etc. Mesmo por que, etimologicamente seu significado é outro, que mais à frente dedicaremos algumas linhas.
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
Type
The nature or genre of the resource
Texto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis V
Cristologia
Demônio
Demonologia
Exorcismo
Milagre
Possessão demoníaca
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/3a554819de9b9175f431b4bc1596d642.pdf?Expires=1712793600&Signature=SdbEUgAmlcDNkmdJJ8JTMXodAFJcfOfHx820faWD5r9%7EkalBhCXukG%7EnVTEX-odQRUfO5tVnG86f5x6YGXa2tAFO9OtBPMrNNbjgXBLXWOrMLU4EMEJTaBKywXbwq%7EFic83Llu0P7xwJT5l2c6VnQOc-uvrNe7AOeorAvbvFzFhDD8XxH9il7boYcs9T8I%7EBYbc8U0Zu9cDVNkDDDhkGGMUmYYPJNooj4TfLvsSdhqOpXiwsAKMXjsUFmViCqj4eF2i2J-zsEN3-GwxNn7TVuXTDf8-HSSVUA26fBEAXbsdTNpGAaL%7EsBI6mq9vjKp7N6leMsGlZZv48aZhv8dqm5g__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
172a881142cb64428fe12cf2942973d0
PDF Text
Text
Comunidade de Vida Cristã CVX do Brasil
"Leigos vivendo a espiritualidade inaciana"
Síntese
CARVAJAL, Luis González-Carvajal. Nossa Fé. São Paulo, Edições Loyola, 2005.
1. Introdução
Os cristãos do Século XXI, como a humanidade, passa por sérias crises em diversos campos,
como família, empregos, existencial e claro, de fé. A Igreja em meios a vários movimentos,
divisões, denúncias, fundamentalismos, tem aumentado a dificuldade do cristão leigo no
aprofundamento de sua fé, uma vez que, “o povo de Deus”, carente de pastores, de valores, de uma
experiência profunda de Deus, tem perdido sua referência de fé cristã.
O livro “Nossa Fé”, do Pe. Luiz González-Carvajal, diocesano da cidade de Madri - Espanha, é
uma oportunidade para leigos cristãos aprofundarem seu conhecimento e reconhecerem em que se
apóia sua fé. O livro foi pensado, a partir da reação de uma adolescente de 17 anos, quanto este era
ainda professor de Física, impressionando o autor, pois este lhe falou que José não era Deus, como
ela pensava e anunciava, e a revelação foi assimilada sem nenhum conflito. Carvajal, intitula o
Prólogo, “Teologia para Mari Paz”, e felizmente, para todos os leigos.
O livro, de uma linguagem simples e humorada, traz uma visão contemporânea de temas
básicos da fé cristã, questionando a maneira de compreender e trazendo luz para a fé cristã. Fé esta,
que não deve ser construída pelos fatos, mas pela experiência interior de Deus.
Os capítulos instigam bastante a curiosidade do leitor, principalmente o leigo, buscando qual a
próxima “surpresa” teológica.
2. Desenvolvimento
O Pecado Original.
Carvajal, inicia o primeiro capítulo, com um título um tanto curioso, “Nosso Defeito de
Fábrica” para se referir ao pecado original, deslindando as suas diversas nuances. Constata que a
narração do Gênesis não é histórica e sim sapiencial.
Apresenta a formulação antiga do pecado original, que coloca o homem em uma situação de
ser herdeiro do pecado e, portanto, ser responsável pelo que não cometeu e nem tive como evitá-lo.
Alguns aspectos são questionados, como a justiça divina, a questão da evolução humana, e do
poligenismo. A partir de uma reflexão do hoje para se entender o passado, explicita o pecado
original, como os pecados que mantêm o homem numa situação de desamor e de afastamento de
Deus.
Experiência humana de Deus
Neste capítulo, o autor cita passagens do livro do Êxodo, como a fuga do Egito (fato não
registrado na história universal), quando encontram o maná, a primeira praga, travessia do Mar
Vermelho, como relatos de expressão livre dos israelitas para expressar a ação de Deus em sua vida,
em sua história, enfatizando a opção de Deus pelos oprimidos, pequeninos, explorados, pobres, sem
nunca abandoná-los, expressos no segundo e terceiro êxodo. Portanto, intitula que só chegou-se a
saber de Deus por meio deste conflitos do povo, que neles perceberam a presença d’Ele.
Quem é Jesus?
Em seguida, Carvajal apresenta algumas citações sobre Jesus na História, com Flavio Josefo e
Tácito, concluindo que é impossível escrever uma biografia detalhada sobre Jesus, uma vez que
nem a data de nascimento se sabe, e que detalhes sobre a vida de Jesus só se encontra na
bibliografia cristã.
1
�Em relação aos milagres, coloca que é difícil saber como transcorreram, pois os relatos têm
muitas amplificações, cabendo hoje a interpretação correta do sentido. Fazendo uma comparação
com outras coleções de milagres antigos (punitivos, lucrativos, engraçados..) se encontram vários
contrastes, pois os milagres de Jesus apresentam a mensagem da vitória final do bem sobre o
pecado, da vida sobre a morte.
Após os milagres, apresenta o Cristo como um homem livre, e que deu um valor absoluto ao
Reino, e como homem livre, experimentou a solidão e a morte, ou na expressão do autor, a
execução de Jesus, que foi conseqüência desta liberdade, pois sendo contra o mundo “velho”, foi
vítima consciente de sua opção.
Depois de sua morte, quando se acreditava que o mal venceria o bem, e o Filho de Deus havia
se transformado em maldito, surge o Cristo ressuscitado. O autor afirma que a ressurreição não é
um fato histórico, mas real, pois cria e muda história, apesar de não ser provado, pode se perceber
seus efeitos, pois sua causa vive até hoje, porque Ele vive. Também é escatológico, por ser
insuperável, e, portanto, definitivo. Sendo seu significado, a reabilitação do condenado, a vida que
vence a morte.
Cristologia
Com o reconhecimento do Cristo, como o Salvador, infinitos títulos lhes foram dados e com a
conclusão do Novo Testamento, nasce a Cristologia.
No concílio de Calcedônia, se formulou a definição cristológica de duas naturezas: divina e
humana (sem separações) e uma só pessoa. Esta fórmula foi perpetuada sem aprofundamentos e
perdeu hoje grande valor, porque não tem palavras que possam captar a realidade; as traduções das
expressões são imperfeitas, e as palavras mudam de sentido. Há uma grande dificuldade de afirmar
a divindade e a humanidade de Cristo simultaneamente, pois é difícil conceber um Deus humano,
ou um humano Deus. E aí se apresenta o mistério profundo contido em Jesus, que é a expressão do
Deus definitiva e insuperável. Como sacramento de Deus, é um sinal invisível, tornando-se
presente.
Antropologia Teológica
A seguir veremos apresentações de teorias sobre a redenção. Primeiro, a teoria da satisfação
vicária, onde o homem merece morrer por seus pecados e Jesus, oferecendo sua vida, tem como
recompensa o perdão dos homens por Deus. A segunda teoria, da Igreja Protestante, afirma que
Jesus substituiu o homem na cruz para padecer em lugar deste o castigo que merecia. A terceira, da
contra reforma, mantinha a substituição da pena do homem, por Cristo, onde Deus redimia o
homem pela morte de seu Filho. Para Carvajal, felizmente há teorias para contradizer estas, que
considera absurdas e injustas, pois colocaria Deus como um carrasco, que necessitaria da morte de
um inocente para perdoar os demais.
A morte de Jesus, foi fruto da maldade humana, de sua luta pelo Reino, e não aconteceu para
aplacar a ira de Deus. A vontade de Jesus, era amar e não sofrer, a redenção foi por amor, pois o
que faltava ao mundo era amor. Não se deve cultuar o sofrimento como virtude para redenção, pois
só o amor redime.
Deus não criou o homem livre de todo sofrimento. Deus não quer o mal, mas o permite como
conseqüência da criação, da liberdade humana.
Com a glorificação do Cristo, que possuía o Espírito, este passa a ser a presença do Jesus
ausente. O Espírito Santo mostra o Cristo, que mostra o Pai. Sem a ação do Espírito a Igreja
terminaria no Cristo, pois a missão do Filho, foi protagonizado por um único homem e a do Espírito
atinge a todos e a Igreja inteira, portanto, Pentecostes é a democratização da Encarnação.
O homem primitivo para suprir suas carências necessita de um Deus poderoso, que resolva sua
vida por ele. Esta era e ainda é, uma idéia muito criticada por estudiosos (filósofos, psicólogos,
etc.,), porém, o Deus cristão não é um Deus paternalista, mas um Deus que está ao lado dos filhos,
que age através de cada um, mas nunca o suplanta, respeitando sua liberdade
2
�Carvajal diz que a partir do Cristo, pode-se entrever as possibilidades do homem, mais é
impossível defini-lo, pois este ainda está se fazendo e não se sabe como este processo se concluirá.
Jesus é o único homem futuro que já se fez presente e o desafio da humanidade é ser este homem
que já se fez presente no Ressuscitado – imagem e semelhança.
Uma polêmica apresentada, que ainda causa discussões, é a perspectiva do homem como corpo
e alma. Na tradição cristã, o homem é unificado, não podendo existir corpo sem alma e vice-versa.
Também encontramos o homem como um ser em relação, que se relaciona com os outros e
com Deus, e é orientado para isto, aceitando estar nas mãos de Deus e confiando o seu futuro a Ele.
Fé
Esta relação com Deus acontece através da fé e se dá através de uma experiência pessoal.
Quando o homem começou a se perguntar por Deus, apenas queria expressar sua fé, não
necessitando de explicações sobre Ele.
Crer só se pode em Deus e é uma atitude de fidelidade, de entrega àquele em quem se confia
plenamente a vida.
Há, porém, uma diferença entre crenças e fé. As crenças, ou verdades de fé, do velho
catecismo, não têm significado sem a fé. E ao tentar expressar a fé em crenças, descobre-se que
Deus é inexplicável, podendo-se apenas alcançar alugns fragmentos de conhecimento. As crenças
também podem tornar o cristão prisioneiro delas, não reconhecendo a Igreja como uma comunidade
de fé, e não de doutrinas, dificultando a aceitação de outros por não vivenciar as mesmas crenças.
A partir disto, podem surgir as dúvidas de fé, isto, as dificuldades com idéias sobre Deus e
mesmo para os que têm a experiência de Deus, podem vivenciar a noite escura, oportunidade de
crescimento e de conhecimento de Deus. Crise é perigo e oportunidade.
O que é ser cristão?
O questionamento seguinte é o quem é cristão? Se for definido por valores éticos, se descobrirá
que há pessoas fora da Igreja que vivem melhor do que muitos cristãos. Portanto, não há como
definir cristãos e não cristãos por valores ou obras, mais por seu interior, por seu conhecimento
íntimo do Cristo, por seu amor aos outros, como Ele também amou.
Pode-se questionar se as pessoas que se dizem não cristãos e vivem como tal, pode-se
considerar cristã. Carvajal faz uma ressalva importante: O cristão gostaria de ser considerado
budista por ter vivências parecidas?
Crer também implica em ser pessoa orante, ser pessoa que faz da vida uma oração e na oração
está a vida. Não se trata de uma negociação com Deus, mas uma escuta da sua vontade.
Esta oração necessita ter reflexo no mundo, no dia-a-dia, e, para alguns cristãos, a
espiritualidade leva-os a uma fuga do mundo; outros estão no mundo, mas não se interessam por
este. Não há uma reflexão sobre os problemas reais do mundo, como se este não fosse
responsabilidade do cristão.
Vaticano II – uma nova luz
Um grande avanço na Igreja a respeito disso, aconteceu com a Gaudium et spes, fruto do
Concílio Vaticano II, que é a Constituição pastoral sobre a Igreja e o mundo atual.
O mundo que é preciso transformar é o que existe, construindo o Reino, pois Deus está
presente em tudo e em todos intervindo na história.
O fim do mundo se refere a destruição do mal, porém a essência da criação não será
aniquilada.
Houve um erro em dividir a história profana e a sagrada, pois só há uma história e a salvação
se dá nela, integrando-as no que for possível. E é nessa história, que se dá a missão do cristão, no
serviço ao outro, na partilha, no amor, interpretando os sinais do tempo a luz do Evangelho.
A fé cristã não pode ser vivenciada só, mas em comunidade por isto a Igreja que não é o
Reino, mas germe, princípio e instrumento de implantação do Reino, deveria ser uma demonstração
do que é o Reino de Deus para o mundo, como as primeiras comunidades cristãs, que viviam no
3
�mundo contrário ao Reino, mas internamente, viviam como irmãos, “partilhando seus bens com
alegria”. A Igreja por ser instrumento de instauração, deveria primeiramente, viver o Reino.
Com a separação do profano e sagrado, já falado anteriormente, o homem cai na tentação de
procurar Deus, nos lugares considerados sagrados, mas o templo do Cristão é o mundo, onde
encontrará Deus em todas as coisas, e na vida diária, pois o que é celebrado nos templos, é
necessário ser vivido no dia a dia.
Os Sacramentos
Os sacramentos celebrados, “são sinais visíveis que torna presente uma realidade invisível”,
sendo esta realidade, não menos que o próprio Deus. O homem é um animal simbólico e os
sacramentos respondem a esta necessidade intima. O sacramento de Deus, é Jesus, o sinal maior e
que se deixou ser acessível à humanidade.
Os sinais sacramentais foram prejudicados com a preocupação “de salvar o mínimo necessário
para que fosse válido”, precisando hoje ser explicados e explicá-los significa que não é sinal, pois a
palavra é necessária, mas para tornar presente a salvação que o sinal invoca.
Para se entender o batismo hoje, é necessário voltar ao ritual da imersão, onde o batizado se
mantinha impassivo na água, sendo lavado, emergindo o homem novo, pois o autor do batismo é
Deus e não o homem. Este batismo acontecia com adultos, porque como homem novo, ele assumia
a doação de sua vida.
No batismo das crianças, que hoje acontece, a criança não crer por si mesmo, mais pela fé
como dom de Deus e por esta, são introduzidos no seio desta, para no Sacramento da Crisma,
confirmar sua fé.
A moral ensinada na nossa igreja nem sempre é cristã, uma vez, que tornou-se casuística, com
uma lista de casos com valores éticos, o que Jesus relativiza a importância deste atos, pois os
valores éticos, estão na atitude interior, na opção fundamental pelo Reino, que norteará toda a vida
do cristão. Portanto, o pecado pode ser definido como o desvio desta opção fundamental e isto
quem alertará será a consciência, e não um código de condutas.
A teologia moral é importante na medida em que ajude o cristão a discernir, a ter consciência
do bem e do mal.
A vivencia do amor aos outros e a si mesmo, como prega o mandamento, é a lei maior do
cristão, mas como há a limitação humana, sempre haverá desvios e erros, e sempre haverá a
esperança da volta a casa do Pai. Esta volta, geralmente passa pelo sacramento da penitência, que
tem estado em crise, pela dificuldade em expressar o que realmente afeta a cada um, parecendo à
confissão, ser algo vazio, sem sentido.
Toda ação do homem tem conseqüência para os outros e assim, uma ação que seja mal, atinge
que a praticou e os outros, portanto, a importância do confessar a infidelidade a Deus e aos outros,
procurando um ministro da Igreja, para que haja o perdão e a reconciliação com todos. Este perdão,
restabelece a justiça e é motivo de festa para os cristãos.
A Eucaristia é o memorial de Cristo, significando que nada que vem do Cristo é esquecido. Ela
atualiza o passado e nos remete para o futuro. Faz presente a salvação, recordando que sua plenitude
ainda não chegou. O pão e o vinho, não lembram Cristo, mas o faz presente realmente. Não pode
acontecer sem a entrega dos cristãos.
A Eucaristia, também tem seu cunho político, no sentido de que, aquele que se diz cristão e
oprime o outro, não pode celebrar a eucaristia, pois esta é um ato de protesto contra uma sociedade
opressora e injusta e a vivência fraternal antecipada do Reino.
Escatologia
No penúltimo capítulo, o autor reflete a questão da morte, para a antropologia unitária, morre o
homem inteiro, e não só o corpo, pois não há nenhuma parte imortal no homem.
Segundo Carvajal, “a morte é a fronteira entre dois tipos de corporalidade: uma limitada,
biológica, restrita a um fragmento do mundo, e outro tipo de corporalidade, ilimitado, aberto,
pancósmico”. E assim, um corpo ressuscitado passa pela corporalidade, do ilimitado, aberto.
4
�Retrata o juízo final, como a vitoria divina sobre o pecado e a morte e não uma prestação de
contas, pois para o que crer, a vitória final do Cristo é uma certeza; o céu, como a reconciliação
final com o próprio homem, com a natureza, com os outros e com Deus, isto é, a plenitude; o
purgatório, como um olhar de graça e amor do Cristo que se dirige ao homem; e o inferno como
uma condição humana, resultante da opção definitiva do homem pelo mal.
Mariologia
No último capítulo, destinado a Maria, Carvajal, alerta para a pouca atenção que o Novo
Testamento concede a Maria, apesar de citá-la 25 vezes, e para as aberrações teológicas que tem
sido escrito sobre ela. Ressalta que, pela tradição, é surpreendente o fato de Jesus ser chamado de
filho de Maria e não de José.
A questão da concepção virginal de Maria, é outro assunto com muitas polêmicas, mas o autor,
afirma que mais importante que o fato é o significado, que não é uma visão negativa da sexualidade
e sim, de que a salvação do homem não depende de seu esforço, mas é presente de Deus.
O Filho do Homem veio de Maria, mulher pobre e virgem, tudo o que a sociedade no tempo de
Cristo, descriminava. Foi esta mulher, que depositou sua fé e sua vida em Deus e no silêncio do
coração, buscava compreender a vontade d’Ele em sua vida e de seu Filho.
Outro ponto importante, é o fato de hoje, existir uma exaltação da figura de Maria em
detrimento de Cristo, colocando-a como co-Redentora e medianeira de todas as graças, como se está
estivesse mais próxima do homem do que o próprio Jesus.
3. Conclusão
A partir da experiência vivida com a reação da Mari Paz a explicação dada, o caminho
percorrido pelo autor, apresenta ao leitor, uma visão geral das questões da fé cristã, objetivando
explicar melhor a fé para as pessoas, iniciando com a criação e o pecado original, passando de leve,
por toda a bíblia, AT e NT para esclarecer pontos importantes de interpretação, tenta explicar temas
teológicos centrais da fé – pecado, experiência de Deus, Cristologia, Antropologia, a questão da fé,
definição de cristão, a importância do Vaticano II, sacramentologia, escatologia, mariologia, ou
seja, ele faz um caminho quase completo da fé da igreja. Tudo em uma linguagem acessível,
ajudando o leigo que não conhece a Teologia, a compreendê-la, atingindo seu objetivo, que era
apresentar como “interessantes” as verdades da fé.
MARIA DAS GRAÇAS TEIXEIRA RODRIGUES
CVX PEQUENO PROFETA – JOÃO PESSOA
Novembro 2010
5
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Síntese do livro “Nossa fé” (Carvajal, 2005)
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Rodrigues, Maria das Graças Teixeira
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2010
Language
A language of the resource
pt-BR
Publisher
An entity responsible for making the resource available
CVX Brasil
CVX Magis – Programa de Formación a Largo Plazo para Laicos en América Latina
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho final da Etapa de Cristologia do Magis IV.
O livro “Nossa Fé”, do Pe. Luiz González-Carvajal, diocesano da cidade de Madri - Espanha, é uma oportunidade para leigos cristãos aprofundarem seu conhecimento e reconhecerem em que se apóia sua fé. O livro foi pensado, a partir da reação de uma adolescente de 17 anos, quanto este era ainda professor de Física, impressionando o autor, pois este lhe falou que José não era Deus, como ela pensava e anunciava, e a revelação foi assimilada sem nenhum conflito. Carvajal, intitula o Prólogo, “Teologia para Mari Paz”, e felizmente, para todos os leigos.
Antropologia teológica
Cristologia
-
https://d1y502jg6fpugt.cloudfront.net/42521/archive/files/be148ca81722607f2a0f0bc18c43096a.pdf?Expires=1712793600&Signature=Z9zTqVCnrSPmGTBmtBR-ds6bZT16sSCqZM9H3OiXbKwjOgcpus3Rv3AJsYWGHznYo591aiH483QfUa1qluILLpTXaoarKo7vZaFfOA5W-7g16UcC7VAIWh6cBku2x2occP%7EakPt3UOcisxduD0ZwRF%7EL5GYAJVOka6rq4w0pzb50JT4JyJ1NbWe4ncoHiqpDNF2uOLoWJWvG3QHPQFLdVpR0PYnZ5674sQDDs289iqlXiHYJdfGyjHAELOkMdeM1NyxdE3yoGRUYLD24OMF2-YRF6TLBdMaAEzwFAqgqyHwjUmbwMQ1uYW8OzATxpb8quqqUQkgK2h-7W7rSA6EgaQ__&Key-Pair-Id=K6UGZS9ZTDSZM
52643b156ec8268e74708ce5fc63edfd
PDF Text
Text
2011
Despertar para o Encontro
RAFAEL HENRIQUE GUSSO ROSADO
MAGIS 4
CVX BRASIL - SUL
�RAFAEL HENRIQUE GUSSO ROSADO
DESPERTAR PARA O ENCONTRO
Trabalho apresentado à PUJ (Pontificia
Universidad Javeriana – Bogotá – Colômbia)
para conclusão do módulo de Cristologia do
Programa de Formação CVX Magis IV Latino
América 2010-2014, feito sob orientação da
professora Andréia Cristina Serrato, Mestre
em Teologia.
Curitiba – Brasil
2011
�SENHOR QUE EU VEJA1
Pelos caminhos
Sem nada enxergar andei
Andarilho na terra dos homens
Só agora te encontrei
http://www.youtube.com/watch?v=KzkyEuvTGrw
Ouvi teus passos
E por ti logo chamei
És a luz do meu viver para sempre
Senhor, que eu veja
Como é bom enxergar o amor
Que alegria lançar um sorriso
Do Teu jardim eu sou uma flor
Uma pétala no Teu paraíso
Como é bom enxergar o amor
Ser um discípulo na multidão
Seguindo os passos do Senhor
E com Ele ser comunhão
OH CRISTO DE NAZARÉ
AUMENTAI EM MIM A FÉ
1
Autor desconhecido. Retirado da apostila de cantos do retiro Escalada.
�ÍNDICE
INTRODUÇÃO ................................................................................................................................ 4
1.
O Jesus Histórico e o Cristo da Fé...................................................................................... 5
2.
O encontro com o cego Bartimeu ..................................................................................... 6
2.1.
2.2.
Curado pela fé ........................................................................................................... 8
2.3.
Contemplar a realidade da Criação ......................................................................... 10
2.4.
3.
Quem era o cego Bartimeu? ..................................................................................... 7
Contemplar a realidade da Encarnação .................................................................. 13
Exercícios Espirituais de Santo Inácio de Loyola: encontro com o Cristo hoje ............... 15
3.1.
Quem é o Cristo dos Exercícios de Santo Inácio?.................................................... 16
3.2.
Contemplativos na ação .......................................................................................... 16
CONCLUSÃO ................................................................................................................................ 19
BIBLIOGRAFIA .............................................................................................................................. 21
�INTRODUÇÃO
É comum ouvir em ambiente religioso algumas frases como “Deus é amor”. Muitas delas
são de fato verdades, como essa mesma que citei. No entanto, muitas vezes elas são repetidas
sem se dar conta do seu significado mais profundo e sem dar-lhes a devida atenção. Neste
trabalho, quero refletir sobre uma dessas frases, própria de ambiente cristão – “O encontro
com Cristo transforma”.
No entanto, não parece estranho que os cristãos, ainda hoje, mais de dois mil anos após
a morte de Jesus, sigam repetindo esta frase? Afinal, como pode uma pessoa hoje se dizer
transformada por este encontro?
Para entender como isso é possível, escolhi um dos encontros que Jesus teve durante
sua vida para servir de base à nossa reflexão: a cura do cego Bartimeu. A partir deste relato
evangélico, vamos ver que elementos podem ser extraídos para entender como o encontro
com Jesus, antes de sua Paixão e morte, podia transformar alguém. Seguramente, entender
isso no contexto em que Jesus viveu nos ajudará a compreender os encontros que acontecem
ainda hoje.
Contudo, este trabalho deixaria uma lacuna muito grande, se apresentasse toda a beleza
do encontro com Cristo, sem deixar pistas de como viver essa experiência. E, nesse ponto,
preciso ser coerente e fiel àquilo que vivo, portanto, apresentarei os Exercícios Espirituais de
Santo Inácio de Loyola como um meio que proporciona esses encontros hoje.
Espero que um inaciano possa se re-conhecer na medida em que leia este trabalho e
possa ver nele um espelho da transformação que já viveu. A esses, sinto-me chamado a dizer
algumas palavras, o que poderá ser feito ao final deste ensaio.
Àqueles que jamais praticaram os Exercícios Espirituais ou sentirem que em sua vida
nunca tiveram um encontro verdadeiro com o Cristo, espero despertar o desejo de fazer desse
encontro uma realidade em suas vidas.
4
�1. O Jesus Histórico e o Cristo da Fé
Antes mesmo de começar a refletir sobre o encontro, gostaria de questionar algo na
frase citada na introdução (“O encontro com Cristo transforma”). Poderíamos escrevê-la de
forma diferente? Algo como “O encontro com Jesus transforma”? Para muitos, a diferença
pode parecer sutil ou até mesmo inexistente, mas há aí algo de muito importante e que será o
fio condutor desta reflexão.
Por isso é importante, neste primeiro capítulo, estabelecer a diferença entre o Jesus
Histórico e o Cristo da Fé. Por um lado, ao falar do Jesus Histórico nos referimos a uma imagem
de Jesus construída com base no conhecimento que se obtém com métodos científicos da
moderna investigação histórica. Por outro lado, ao falar do Cristo da Fé, nos referimos a Jesus
pelo conhecimento que nos chegou por meio da Igreja, a qual procura responder com fé à
ação de Deus encarnado em Jesus. Vejamos alguns traços de uma ou outra abordagem que
julgo relevantes para este trabalho.
Não se pode considerar um Jesus Histórico sem levar em conta o contexto em que ele
cresceu e viveu. A vida de Jesus foi por trinta anos como a de qualquer outro homem na
desconhecida Nazaré. Era de família simples, não pertencia ao clero, doutores da lei, fariseus
ou essênios. Era leigo, pobre e sem a proteção de uma classe ou família poderosa. Cresceu
entre um povo religioso e praticante, que se preocupava em observar a Lei e a pureza, o que
exigia que seguissem uma série de normas que tornavam a vida difícil e angustiante, além de
custar muito dinheiro. Ao mesmo tempo, viveu o perigo da situação sociopolítica de submissão
ao império romano, o qual submetia o povo à pobreza pela exacerbada cobrança de impostos.
E diante das classes religiosas alienadas e despreocupadas com a vida do povo, Jesus se
mostrou um homem compassivo e sensível à realidade, iniciando sua pregação e confrontação.
Após a morte do Jesus Histórico, nasce a crença na sua ressureição. Os discípulos
passam a se relacionar com ele da maneira como faziam com Deus e a serem reconhecidos
como “os que invocam a Jesus” (At 9, 14-21). Apesar disso, evitam chamá-lo de “Deus”. Assim,
as primeiras comunidades cristãs encontram nos chamados “títulos cristológicos” uma
maneira de expressar sua fé e compreensão de Jesus. Ao nos referir a Jesus utilizando esses
títulos, ocorre o que chamamos de confissões de fé. Ao chamar Jesus de Cristo estamos
confessando que ele é o Deus encarnado, “imagem do Deus invisível” (Cl 1, 15), sacramento de
Deus.
E o que isso quer dizer? Quer dizer que, na prática, muito do que conhecemos sobre
Jesus, o que nos dizem os Evangelhos, por exemplo, foi escrito à luz dessa imagem do Cristo da
Fé. Enquanto a necessidade das primeiras comunidades era explicitar a presença do
ressuscitado, já que estes haviam tido contato físico com o Jesus Histórico, com o passar do
tempo os cristãos foram se afastando do Jesus Histórico e ficando apenas com o Cristo da Fé.
O que farei no próximo capítulo é, a partir do encontro de Jesus com o cego Bartimeu,
pensar como o Jesus Histórico, homem como nós, podia transformar as pessoas. E a partir
dessa primeira análise lançar então o olhar da fé. É preciso recuperar o Jesus da história para
5
�que o Cristo da Fé tenha todo o conteúdo revelatório no nosso contexto hoje. Pagola nos fala
algo interessante sobre isso:
É claro que a investigação histórica da vida de Jesus não pode, por si mesma, despertar a fé em Jesus Cristo,
Filho de Deus encarnado por nossa salvação. A fé da Igreja em Jesus Cristo não depende dos avanços dos
investigadores. [...] Mas, dito isto, precisamos afirmar que a investigação histórica, levada a cabo com rigor,
pode despertar a atração, o interesse e a admiração de não poucos por Jesus. Conhecê-lo de maneira mais
viva e concreta pode ser para muitos homens e mulheres de hoje, submersos na crise e na confusão religiosa,
2
o primeiro passo para iniciar uma relação mais viva, real e profunda com ele.
2. O encontro com o cego Bartimeu
Em sua última viagem a Jerusalém, Jesus teve, como de costume, que percorrer algumas
cidades e povoados. Dentre esses lugares estava Jericó. Aí, dois encontros bastante marcantes
acontecem, com o cego Bartimeu e com o cobrador de impostos Zaqueu. Vejamos o que o
relato evangélico nos diz sobre o encontro com Bartimeu:
46
Mc 10, 46-52. O verdadeiro discípulo - Chegaram a Jericó. Jesus saiu de Jericó, junto com seus discípulos e
uma grande multidão. Na beira do caminho havia um cego que se chamava Bartimeu, o filho de Timeu;
47
estava sentado, pedindo esmolas. Quando ouviu dizer que era Jesus Nazareno que estava passando, o
48
cego começou a gritar: "Jesus, filho de Davi, tem piedade de mim!" Muitos o repreenderam e mandaram
49
que ficasse quieto. Mas ele gritava mais ainda: "Filho de Davi, tem piedade de mim!" Então Jesus parou e
disse: "Chamem o cego." Eles chamaram o cego e disseram: "Coragem, levante-se, porque Jesus está
50
51
chamando você." O cego largou o manto, deu um pulo e foi até Jesus. Então Jesus lhe perguntou: "O que
52
você quer que eu faça por você?" O cego respondeu: "Mestre, eu quero ver de novo." Jesus disse: "Pode ir,
a sua fé curou você." No mesmo instante o cego começou a ver de novo e seguia Jesus pelo caminho.
Nem todos os evangelistas afirmam que esse cego, com quem Jesus se encontra, era
Bartimeu, apenas Marcos o faz. Assim, muitas vezes nos referimos a Bartimeu apenas como “o
cego de Jericó”. Porém, ambos concordam que ele estava em meio a uma multidão,
mendigando, sentado à beira da estrada por onde Jesus se dirigia a Jerusalém.
Independente de quem fosse, esse homem conseguiu enxergar diante de si algo que o
restante da multidão não conseguia: o filho de Deus estava passando! Bartimeu não hesita e
aos gritos clama por misericórdia. Seus gritos causam incômodo às pessoas que passavam por
ali, as quais queriam fazê-lo parar. Bartimeu não desiste e, diante das barreiras, grita ainda
mais alto.
Jesus então ouve esses clamores e não deixa que passem despercebidos, chamando
Bartimeu. Avisado e encorajado por algumas pessoas que também estavam ali, o cego deixa
seu manto e em um pulo vai ao encontro de Jesus, que o acolhe perguntando como pode
ajudá-lo. O cego demonstra confiança em Jesus, pedindo aquilo que parece um absurdo de ser
realizado ali: “quero ver de novo”. Jesus realiza a cura do cego e afirma que foi a sua própria fé
que o curou. Assim que começa a ver, a atitude de Bartimeu é seguir Jesus pelo caminho.
2
PAGOLA, José Antonio. Jesus – Aproximação Histórica. 2ª ed. 2010, p. 14.
6
�A partir deste relato vou seguir o itinerário a que me propus: entender este encontro até
onde for possível, sem considerar que Jesus era o Cristo, para, então, chegar ao seu sentido
mais profundo me deixando iluminar pela fé.
2.1. Quem era o cego Bartimeu?
As enfermidades na Galileia dos anos 30 do século I não eram mero fato biológico. Eram
em geral doenças típicas de um país pobre e subdesenvolvido. Podemos citar aqui surdez,
mudez, paralisias diversas, cegueira, transtornos psíquicos, doenças de pele, entre outras.
Muitas delas eram incuráveis e condenavam a pessoa a viver da caridade alheia, sem nenhuma
chance de garantir seu próprio sustento. Viviam muitas vezes como mendigos, jogados na
beira de estradas, nos arredores dos povoados, ou seja, à margem da sociedade, em situação
de miséria e fome.
É nessa situação que vive o cego Bartimeu. Para ele, como para os demais cegos da
época, a pior desgraça era não ter a percepção do seu ambiente, era ter fechado o caminho
pelo qual a vida chega ao interior da pessoa. O cego não tinha contato com a realidade, era
incapaz de contemplar a natureza e por isso de pensar como os demais, incapaz de avaliar
como os demais, incapaz de amar.
Nos escritos de Qumran acentua-se muito mais essa exclusão: os cegos e surdos são considerados pouco
respeitáveis, pois “quem não vê nem ouve não sabe praticar a lei”; os cegos devem ser excluídos não só do
templo, mas também da cidade de Jerusalém: “Nenhum cego entrará nela durante toda a sua vida; não
profanará a cidade santa em cujo centro eu habito”. A exclusão do templo, lugar santo onde Deus habita,
lembra de maneira implacável aos enfermos aquilo que eles já percebem no fundo de sua enfermidade: Deus
3
não os ama como ama os outros.
Em resumo, a enfermidade era entendida como incapacidade de viver como os demais
filhos de Deus. Assim, almejar a cura era para essas pessoas muito mais do que livrar-se da
doença – era ter a perspectiva de uma vida digna, de experimentar a vida em toda a sua
plenitude. E, certamente, a pergunta compartilhada por todos eles era, “Por que comigo?”.
A crença da época tinha uma resposta para tal questionamento: “era castigo de Deus
por algum pecado ou infidelidade”. O grande problema dessa afirmação está na forma como
era entendido o pecado, pois acreditava-se que ele poderia perdurar por várias gerações.
“Quem pecou, ele ou seus pais, para que nascesse cego?” (Jo 9,2). Mais ainda, acreditava-se
que pecar era não obedecer à Lei, que em geral não era de conhecimento das classes mais
pobres, justamente pela condição de exclusão em que viviam. Assim, o pecado em diversas
ocasiões não era um ato deliberado, mas fruto de mera ignorância ou até mesmo engano. E o
enfermo acreditava estar pagando por um pecado que na maioria das situações ele nem sabia
de onde vinha.
Uma palavra que descreve bem a situação que quero expor é fatalismo. Veja que quase
não havia saída para o enfermo. As poucas existentes exigiam um processo de arrependimento
3
PAGOLA, José Antonio. Jesus – Aproximação Histórica. 2ª ed, 2010, p. 195.
7
�e purificação que custava muito dinheiro e, para os não instruídos, um processo de educação
muito longo. Portanto, ser pobre e pecador era um destino inevitável.
A vida assim era uma vida desesperançada. No sofrimento dessa gente havia uma
mistura de frustração, culpa, medo e ansiedade. Frustrados pela falta de perspectiva e por
saber que nunca seriam aceitos no convívio social. Não tinham sequer o conforto do consolo
de Deus, pelo contrário, tinham a certeza de que o desagradavam. Resultado: um complexo de
culpa que acabava por gerar medo e ansiedade diante dos castigos divinos que ainda estariam
por vir.
Finalmente, podemos afirmar com razoável segurança que Bartimeu vivia uma vida
difícil e angustiante, com um sentimento de abandono por Deus e pelos homens. Excluído da
convivência, fazia parte da classe mais marginalizada da sociedade.
O principal sofrimento dos pobres [...] era a vergonha e o desprezo. [...] A pessoa realmente pobre [...] se
encontra no último degrau da escala social. Não tem prestígio, nem honra. Quase que não é humana. Sua
4
vida não tem sentido.
2.2. Curado pela fé
É indiscutível o anseio que os enfermos tinham em livrar-se de suas doenças por tudo
aquilo que essa situação representava. Alguns grupos se propunham a realizar essa tarefa,
como os médicos, que curavam pela “técnica” e por meio das propriedades medicinais de
substâncias; os curandeiros e adivinhos, que descobriam “a fonte”, o pecado que teria
originado o mal em questão; os exorcistas, que expulsavam o espírito mal, o qual era a causa
de doenças por meio de ritos formais, invocação de nomes, atos simbólicos, entre outros; e,
finalmente os homens santos, os quais proclamavam a cura depois de simples oração a Deus,
confiando na própria santidade e mérito perante a ele.
Quanto a Bartimeu, não se pode afirmar com certeza histórica que Jesus o curou. O que
é realmente um fato, é que Jesus foi considerado em sua época um grande curador. Porém, o
que realmente chamava a atenção do povo para as suas curas, era o fato de Jesus não se
enquadrar em nenhuma das categorias anteriores.
Jesus foi um curador singular, se distinguindo de todos os outros grupos, pois em suas
curas não seguia rituais e jamais invocava nomes, nem mesmo o de Deus! Em geral, não usava
substâncias, apesar de ser verdade que vez ou outra fez uso da própria saliva, porém nunca
quis atribuir a ela caráter medicinal. É verdade também que de certa maneira Jesus fazia
preces espontâneas, mas aqui entra a questão mais importante: Jesus não confiava que suas
preces eram atendidas por seu mérito ou por sua vida santa. Jesus acreditava que a cura se
realizava pelo poder da fé e afirmava claramente que era a fé da própria pessoa que a curava.
“Sua fé curou você” (Mc 10, 52).
Jesus, como todo bom judeu, havia aprendido que Deus os ajudava dia após dia,
estando convicto de sua revelação nos acontecimentos – Israel teve o dom de compreender
qualquer acontecimento como linguagem de Deus.5
4
NOLAN, Albert. Jesus antes do Cristianismo. 6ª ed. São Paulo: Paulus, 2007, p. 41.
8
�Isso o levou a compreensão de que “tudo é possível para Deus” (Mc 10, 27). Mas
exatamente nesse ponto Jesus divergia dos demais. Talvez divergência não seja a melhor
palavra, podemos dizer que a compreensão de Jesus foi mais além. Para ele “tudo é possível
para quem tem fé” (Mc 9, 23). A conhecida metáfora de Jesus que compara a fé ao grão de
mostarda, nos passa a dimensão do poder que a fé tem para ele, porque ela é aparentemente
pequena e quase que insignificante, porém capaz de coisas grandiosas e impossíveis.
Não é nem preciso dizer que para Jesus ter fé era muito mais do que seguir as
prescrições da Lei ou adotar uma doutrina. Para ele, fé é uma convicção muito forte. No caso
dos enfermos, é aquela convicção capaz de convencê-lo de que pode ser e será curado. Veja,
porém, que essa não é uma convicção qualquer. É a convicção de que algo vai acontecer por
ser uma coisa boa, ou seja, é a convicção de que o bem está acima do mal, ou ainda, é a
convicção de que Deus não quer castigar o homem, Deus é bom para nós.
Essa convicção se opõe frontalmente ao fatalismo que, em geral, “reinava” na época de
Jesus. Enquanto que ao falar do fatalismo, usamos palavras como abandono, desesperança e
resignação, ao falar da fé que Jesus tinha, somos obrigados a falar em esperança, em acreditar
que tudo pode melhorar e que Deus está ao nosso lado.
Se você vivesse como o cego Bartimeu, desencantado da vida, e de repente se
encontrasse com este homem de tamanha convicção, qual seria sua reação? Não encontro
outra resposta que não “o pulo” de Bartimeu. “O cego largou o manto, deu um pulo e foi até
Jesus” (Mc 10, 50). É quase um último suspiro. É o grito desesperado de quem vê nesse
encontro sua última possibilidade de uma vida feliz. É necessária maior prova de fé?
Convencido de que aquele encontro poderia curá-lo, assim aconteceu.
E assim foi com tantos outros. A fé de Jesus despertava no coração de quem o
encontrava algo que estava adormecido. Ao falar da fé de Jesus, Nolan diz que “Não podia ser
ensinada, só podia ser transmitida por contágio” 6. Esse poder contagiante da fé de Jesus fazia
a esperança do povo crescer. O milagre que Jesus realizou em Bartimeu, e realizava por toda a
parte, foi iniciar a fé.
O mundo está cheio de milagres para quem tem olhos para vê-los. Se não somos mais capazes de nos
maravilhar e de nos espantar, a não ser quando as assim chamadas leis da natureza são rompidas, então
7
devemos estar em tristes condições.
Sem dúvida umas das coisas obtidas pelo poder da fé que mais chamava a atenção era o
perdão de Deus. Por isso, acredito ser importe deixar claro, aqui, o caráter de perdão implícito
na cura de Bartimeu. Ora, se a enfermidade era um castigo de Deus, então a cura podia ser
entendida como um processo de reconciliação com ele. Portanto, uma vez curado, Bartimeu
passa a se entender como pessoa aceitável aos olhos de Deus. Veja que não era necessário
que Jesus expressasse esse perdão em palavras. “Então Jesus parou e disse: ‘Chamem o cego’"
(Mc 10, 49). O simples fato de parar o que está fazendo para dar atenção à voz de um pecador
em meio a uma multidão, e ainda chamá-lo para junto de si, demonstrava a fé de Jesus no
5
CARVAJAL, Luis González. Nossa Fé – teologia para universitários. São Paulo: Loyola, 1992, p. 21.
NOLAN, Albert. Jesus antes do Cristianismo. 6ª ed. São Paulo: Paulus, 2007, p. 55.
7
NOLAN, Albert. Jesus antes do Cristianismo. 6ª ed. São Paulo: Paulus, 2007, p. 56.
6
9
�perdão incondicional de Deus. Ele não rejeitou Bartimeu, nem o repreendeu ou o castigou.
Pelo contrário, o acolheu em atitude de amizade, em atitude solidária. "O que você quer que
eu faça por você?" (Mc 10, 51).
O gesto de Jesus também era gratuito. Ao contrário dos rituais de purificação que
custavam muito dinheiro, a cura havia sido oferecida sem condições, sem exigências. O
resultado não podia ser outro que alívio, alegria, gratidão e amor. E se a fé e a esperança de
Jesus eram contagiantes, sua alegria também era.
Um judeu que observasse a Lei acreditava que o contato com a gente impura poderia
contaminá-lo, impedindo a presença de Deus. E Jesus não só entrava em contato com essa
gente sem se prejudicar, como também as purificava. Nas palavras do Frei Carlos Mesters,
“Uma inversão total se produziu, nunca vista antes!”.8
Despertando a fé no povo, Jesus estava promovendo uma transformação profunda.
Quero separar essa transformação em duas categorias. A primeira é aquela que mostra que o
povo sempre resignado encontra em Jesus motivos para lutar pela vida, para ser feliz, para ser
criativo, e tudo isso com dignidade diante de Deus. A segunda é a indicação do que o povo de
fato deveria fazer. Jesus certamente não curou a todos os enfermos das cidades por onde
passou, e nem essa era a sua intenção. Ele não queria uma saída fácil para o sofrimento do
mundo. Ele queria seguidores que pudessem continuar despertando a fé, lutando contra o
sofrimento – “No mesmo instante o cego começou a ver de novo e seguia Jesus pelo caminho”
(Mc 10, 52).
Portanto, essa “dupla transformação” acontece em Bartimeu. Com os olhos da fé,
podemos dizer que Bartimeu pode agora contemplar a realidade da Criação e a realidade da
Encarnação. Recuperada a história, vamos tentar agora compreender as implicações dessa
transformação à luz da fé.
2.3. Contemplar a realidade da Criação
Que significa para o homem descobrir-se criatura de Deus? Que significa para o homem
olhar para a realidade que o cerca e descobrir nela a Criação? Seguindo a tradição judaicocristã, não há outro lugar para começar essa reflexão que no princípio. E todos sabemos: “No
princípio, Deus...” (Gn 1,1).
Essas três palavras já nos indicam algo muito importante e indispensável. Indicam que
no princípio de tudo há uma intenção. A criação corresponde a um plano. Assim, aos olhos
daqueles que tem fé, o ser humano não é fruto do acaso. Somos frutos da vontade de Deus
que nos cria por iniciativa própria. Somos fruto de uma liberdade criativa.
Diante disso, nos deparamos com a inevitável pergunta: afinal, qual o nosso papel nesse
plano? Antes de tentar respondê-la, veja que a presença da liberdade desde o princípio coloca
toda a criação nesse mesmo campo de liberdade. E se a criação é o lugar onde o ser humano
8
MESTERS, Carlos. Com Jesus na Contramão. 15ª ed. São Paulo: Paulinas, 2010, p. 63.
10
�se desenvolve, a liberdade naturalmente faz parte desse desenvolvimento. Em outras palavras,
a liberdade é um dom, e como dom, não precisa ser conquistada. Ela está aí, nos foi dada.
E que significa para o homem ser dotado de liberdade, tê-la recebido de alguém?
Certamente não significa fazer aquilo que quiser. Estamos falando de uma liberdade dada por
Deus, ou seja, que faz parte do plano da criação. Essa afirmação pode parece paradoxal e
poderia até abrir espaço para questionar se aquilo que recebemos de Deus é de fato uma
liberdade. Mas como bem coloca Gesché, “A liberdade sem o face a face é liberdade? Pode-se
construir de fato uma liberdade sem que seja diante de alguém?”.9 Colocar Deus “entre” o ser
humano e a liberdade é estabelecer uma transcendência, é dizer que é preciso ir até o outro
para que o “eu-individual” exista. Assim, a liberdade é mais do que poder fazer escolhas, é
poder assumir responsabilidade diante de alguém, diante da nossa referência. “Para evitar que
não se feche no autismo. Trata-se de salvação”.10 Não há liberdade debruçado sobre si mesmo,
é preciso ir até o outro e deixar-se afetar.
Com isso, se ilumina e começa aparecer a resposta que quero dar à questão sobre
descobrir nosso papel no plano de Deus. Enquanto as demais criaturas foram criadas como
“seres vivos conforme a espécie de cada um” (Gn 1, 24), isto é, para reproduzir um modelo
pré-existente, o ser humano foi criado para “crescer e se multiplicar”, para dar origem a novos
indivíduos, outras pessoas únicas. Deus nos criou livres, pois espera de nós invenção e
criatividade, não mera repetição. Ele espera que nós continuemos a Criação.
Contemplar a realidade dessa forma é saber que ela “não é simplesmente aquilo que é,
mas aquilo que poderia ser, aquilo que deveria ser, aquilo que se deve querer”.11 A realidade é
sempre chamada a ser mais, a ir além. E o ser humano, portanto, é chamado a transgredir,
ousar, ultrapassar, transcender. O ser humano não deve se compreender só a partir daquilo
que ele é, mas a partir daquilo que ele deve e pode chegar a ser.
Nas palavras de Gesché, o ser humano é “Criado criador. Com a missão de levar até o
fim o anseio de toda a criação” 12. O próprio sentido do descanso de Deus no sétimo dia
encontra nessa afirmação um significado bastante profundo, pois indica o papel do homem na
continuidade do projeto de Deus. A criação espera do homem que ele possa levar a cabo sua
missão, suscitando o novo. E isso não será possível de outra forma que não se inebriando da
intenção do Criador.
A fé fala da realidade [...] tal qual ela é segundo Deus e, portanto, tal qual ela poderia e deveria ser para nós
e por meio de nós, e tal qual ela seria por meio da fidelidade de Deus às suas promessas e por meio da
13
fidelidade de nossa resposta. [...] A fé nos torna seres insatisfeitos do finito para nos tornar seres de desejo.
Veja que fascinante! Se ainda há o que fazer, se a criação ainda está se fazendo e somos
nós os responsáveis por essa continuidade, então o ser humano não só pode crescer e não só
precisa construir. Ele precisa se fazer. Ele participa da própria criação. Para quem no início
dessa reflexão questionou a autenticidade da liberdade que vem de Deus, pergunte-se agora
9
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 62.
Idem
11
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 42.
12
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 71.
13
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 42.
10
11
�se pode haver maior liberdade que essa! Descobrir-se criatura de Deus é assumir a
responsabilidade pela própria vida, pela própria realização, pela realidade que nos cerca. É
saber-se capaz de mudar as estruturas, de desafiar com a confiança de quem faz parte de um
plano generoso. “[Uma liberdade] que sabe ser devedora de um dom, mas sabe que esse dom
se torna vocação (obrigação?) para que seja criadora e inventiva”.14
Mais do que prova de liberdade, não seria isso também prova de amor? Muitas vezes,
não sou eu aquele que mais desconfio de mim mesmo? A confiança de Deus no nosso ser faz
superar toda essa desconfiança e qualquer medo. Somos seres profundamente amados e por
isso é possível confiar em si mesmo. Como poderíamos exercer nosso papel co-criador sem
autoconfiança?
Não acredito que seria necessária mais nenhuma prova para que confiássemos mais em
nós mesmos. Mas para aquele que no íntimo do seu coração ainda se pergunta se é realmente
querido por Deus, ele nos vem com uma resposta definitiva. E para nós, cristãos, a resposta é
clara. Ela não vem com palavras, mas com a partilha da própria vida. Pelo batismo, Deus habita
em cada um de nós, nos tornando templo do Espírito Santo, o que significa, em outras
palavras, que possuímos em nós, se quisermos, a capacidade de partilhar da vida divina.
“Fomos criados capazes de Deus”.15
Que maravilha, não?! É certo que a salvação que esperamos vem de Deus, mas crer
nesse ser humano que é o Seu Templo, crer nessa proposta divina sobre nós, significa que a
salvação não nos é exterior, ela chega a nós a partir do nosso próprio ser. E isso não nos
lembra uma reflexão sobre um certo cego Bartimeu? “Sua fé curou você” (Mc 10, 52). O
encontro com Cristo transforma desde dentro, faz buscar no interior do próprio coração a
vontade de Deus, que se torna o nosso desejo. Quando Jesus espalhava confiança ele
acreditava nesse ser humano que somos, próximos desse Deus a quem ele chamava de Pai.
Pois quem não acredita nisso, não acredita em si. E precisamos “crer em nós, para crer em nós
como Deus crê em nós”.16
Isso significa também que Deus não está por aí servindo à nossa felicidade. Ele não vem
milagrosamente intervir em nossas vidas para satisfazer nossos desejos e curar as nossas
angústias. Precisamos definitivamente assumir a responsabilidade de nos superarmos e de nos
realizarmos. Mais do que isso, precisamos definitivamente não ter medo desse ser criador que
somos, pois a alegria é ingrediente indispensável à criação. É preciso compreender que nosso
Deus é um Deus alegre, que sorri conosco. Só assim cumpriremos o desejo de felicidade que
existe em cada um de nós. E não é esse o nosso desejo mais autêntico? Ser feliz? Pois esse
desejo é a expressão de que o ser humano foi feito para a felicidade!
Deus espera que sejamos felizes. Este é o seu projeto e pouco importa nossas forças e
nossas debilidades. Quando não aceitamos isso, provavelmente é porque não conseguimos
nos amar, o que certamente impede que possamos compreender como podemos ser amados.
O amor a si é necessário para viver qualquer outro amor, seja em relação a Deus, seja em
14
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 78-79.
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 102.
16
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 103.
15
12
�relação ao próximo. “Ame ao próximo como a si mesmo” (Mc 12, 31). É mais do que uma
questão de “amar mais” ou “amar menos”. Essa frase expressa justamente a relação de
dependência que quero afirmar, pois se não há o “como a si mesmo” não pode haver o “ao
próximo”.
Esse caminho de amor a ser percorrido nunca foi perfeitamente entendido pelo homem.
Não nos bastou enxergar a Criação para enxergar o amor. Por isso, se o Espírito que vive em
nós nos indica o caminho por onde percorrer, o próprio Deus, para provar esse caminho, o
percorreu. Para enxergar o amor, e como Bartimeu ficarmos livres da cegueira, precisamos
contemplar a Encarnação.
2.4. Contemplar a realidade da Encarnação
Já vimos que o encontro com Cristo revela ao homem a realidade da Criação, fazendo-o
se sentir parte de um grande plano amoroso. Neste plano, Deus nos faz uma proposta, a de
compartilhar a sua vida conosco, nos fazendo sujeitos ativos na criação.
Se dizemos que o que Deus faz é uma proposta, ora, então cabe ao ser humano dar uma
resposta. Em ambiente cristão, essa resposta ganha um sentido especial, pois se confessamos
que Jesus é o Deus encarnado, então decidir por aderir ao projeto do Pai significa aderir a
Jesus.
Sabemos pela criação que o homem é um ser inacabado, que deve se desenvolver e
desejar ser mais. Esse desenvolvimento acontece na medida em que esse homem se relaciona
com as coisas, com outras pessoas, com Deus... Assim, toda vez que somos “homem para os
outros”17 estamos nos transformando.
Jesus foi este “homem para os outros” de forma plena. Portanto, o nosso
“aperfeiçoamento”, que é caminho de felicidade e salvação, consiste em nos assemelhar cada
vez mais a Jesus, que se torna nosso ideal.
Por isso não bastou a Bartimeu ficar apenas contemplando a criação. Era necessário
seguir seu novo ideal, era necessário seguir Jesus. Não bastava apenas mudar seus valores,
assumir para si as atitudes de Jesus ou tornar-se uma pessoa justa e compassiva. A
transformação é interior. E é justamente isso que diferencia o cristão, não as obras que faz,
mas a motivação pela fé. “A fé, antes de mais nada, [...] é o encontro pessoal com Cristo” 18.
Dessa forma, o cristão não deve ser só aquele que ama, mas aquele que ama conforme uma
referência – “Assim como eu amei vocês” (Jo 13, 34).
Jesús Adrian Romero, um cantor mexicano de músicas cristãs, escreveu um pequeno
texto que diz:
Los cristianos modernos tienden a alejarse de aquellos que no son como ellos. Todas sus amistades y
actividades giran alrededor de gente de la iglesia. La encarnación de Jesús nos enseña lo opuesto: Jesús vino
17
18
CARVAJAL, Luis González. Nossa Fé – teologia para universitários. São Paulo: Loyola, 1992, p. 84.
CARVAJAL, Luis González. Nossa Fé – teologia para universitários. São Paulo: Loyola, 1992, p. 99
13
�a aquellos que eran diferentes a él. Convivió, comió y camino con aquellos que no eran del circulo religioso.
¡Necesitamos vivir la encarnación de Jesús!
Isso quer nos dizer algo muito especial. Se por um lado a Criação nos faz responsáveis
por seguir criando e clama por nossa criatividade e invenção, pelo outro é a Encarnação que
nos mostra por onde fazer isso. A encarnação clama por que nos tornemos pessoas críticas,
que não fiquemos acomodados esperando a salvação em um “outro mundo”, mas que
transformemos este mesmo. Clama para que saibamos discernir os sinais dos tempos e
tenhamos consciência de nosso papel civil, profissional, político, etc.
Bartimeu tornou-se um discípulo em meio a “grande multidão” (Mc 10, 46). Devemos
também ter essa ousadia. Gosto das palavras de Mesters, que diz que devemos seguir “Com
Jesus na Contramão”. É fato que são muitas as formas de se viver o evangelho de Jesus, mas
podemos aqui destacar algumas atitudes fundamentais:
•
•
•
•
•
•
Assumir para si o anúncio do “Reino de Deus” trabalhando por sua promoção;
Assumir a opção preferencial pelos pobres, que devem estar “no centro de
nosso olhar e de nosso coração”.19 Estar com o pobre no seu sofrimento e sentir
a sua necessidade. Só assim experimentaremos a compaixão;
Independente da onde estivermos sempre “ser para o outro”. O valor da pessoa
está em primeiro lugar. Só depois podem vir as abstrações e princípios teóricos;
Viver em atitude de abertura e acolhida. Não nos fechar no grupo de pessoas
que partilham da nossa fé como se fôssemos uma seita. O cristão deve ser
sempre aquele que inclui, integra, derruba barreiras e vence qualquer
discriminação;
Assumir o risco da cruz. Tomar partido do que é justo e certo sem medo das
consequências;
Crer na ressureição. Confiar em Deus, que habita em nós pelo Espírito Santo. A
última palavra pertence a Ele e não à morte. Crer que esse mesmo poder opera
em nós e nas nossas comunidades, nos capacitando a ir além de onde
imaginávamos.
De fato seguir a Jesus produz em nós um novo jeito de viver, uma nova maneira de amar
a vida. Não interessa tanto o credo da pessoa, mas que busque viver de forma a ser feliz e a
construir um espaço de felicidade com aquelas pessoas que convive. Não existe uma saída
individual, só para si. E me parece lógico começar pelos “últimos”.
Nesse momento, mais uma vez poderíamos perguntar se ao usar da nossa liberdade
para seguir a Jesus, não estamos negando a nossa autonomia. Vou me permitir mais uma vez
usar as palavras de Gesché:
Não se trata de negar a autonomia do ser humano, mas de pensar que ela nunca será maior, mais
verdadeira, mais livre e mais ampla do que quando estiver pensada em conivência com uma liberdade mais
20
vasta, mas que precisamente a faz e a institui.
19
20
PAGOLA, José Antonio. Jesus – Aproximação Histórica. 2ª ed. 2010, p. 570.
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 79.
14
�Seguir a Jesus é precisamente estar em cumplicidade com esta liberdade maior. Ser
cúmplice de Deus em seu projeto! É claro que nossa liberdade nos permite nos afastar de
Deus. Nossa relação com ele não é uma obrigação. Cabe, portanto, a nós, seres humanos fazer
da distinção entre o que é divino e o que é humano um traço de união e não de separação.
Quando nos deixamos afetar por Cristo somos transformados e ficamos prontos para
dar uma resposta positiva à proposta que Deus nos faz. A resposta começa com um
sentimento de gratidão que leva à admiração. Não há como não confiar em nós mesmos! A fé
que ele tem em nós, expressada na Criação e na Encarnação, não pode ser desmentida. Ela nos
desinstala e nos faz dizer a Deus que queremos anunciar a todos a confiança em si que provém
de Deus. Somos chamados à felicidade e queremos para vivê-la um espaço de felicidade, onde
cabem todos, onde tudo pode ser salvo, onde não há fatalismo. Queremos ser verdadeiros
discípulos do Senhor!
Somos habitados por um Deus de alegria e felicidade. É nesse verdadeiro fundo de nós mesmos que não
devemos temer, filhos de um Deus de encarnação, ouvi-lo e proclamá-lo. [...] ‘Não há duvida de que a nossa
felicidade se constrói sobre essa garantia ou esse desejo do esplendor de Deus’.[...] Há uma estética em jogo
na descoberta de Deus, que falta aos nossos espíritos atormentados pela mera razão raciocinante. ‘Deus é
21
amor’. [...] Pode-se ler o ser humano olhando para Deus; pode-se decifrar Deus olhando o ser humano.
Estando agora entendido à luz da fé como o encontro com Jesus pode transformar uma
pessoa, fazendo-a se sentir parte de um grande projeto e levada a responder positivamente a
Deus, fica a pergunta: de que maneira hoje é possível acontecer este encontro? Para
responder a essa pergunta vou recorrer à experiência dos Exercícios Espirituais de Santo Inácio
de Loyola.
3. Exercícios Espirituais de Santo Inácio de Loyola: encontro com o Cristo hoje
Acredito que, após a reflexão que fizemos até aqui, repetir a frase “O encontro com
Jesus transforma” não seja mais um mero jargão. De um modo especial, os discípulos, que
conviveram de maneira mais intensa com ele, foram transformados e conseguiram crer em sua
ressurreição, processo que os levou a superar todos os medos a ponto de realizarem obras
ainda maiores que as do próprio Jesus. Esse processo não foi simples de ser vivido, mas pouco
a pouco foi sendo assimilado e o mistério da vida, morte e ressureição de Jesus foi se
enraizando nas comunidades, até que estas confessaram Jesus como a encarnação de Deus na
fragilidade do ser humano.
Sabemos que o Jesus histórico já não está presente fisicamente. Como poderia então
um processo semelhante acontecer hoje com alguém que desejasse conhecer Jesus mais de
21
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003, p. 145-146.
15
�perto? “Com que experiências podemos contar nós para associar-nos à fé dos primeiros
discípulos de Jesus?”.22
Não pretendo aqui encerrar este assunto, mas tentar iluminar um possível caminho.
Nesse sentido vou buscar na Espiritualidade Inaciana, mais especificamente nos Exercícios
Espirituais de Santo Inácio de Loyola23, uma perspectiva de encontro pessoal com o Cristo.
3.1. Quem é o Cristo dos Exercícios de Santo Inácio?
Antes de responder a pergunta que dá título a esta seção quero fazer duas
considerações a respeito de Inácio e de seus exercícios. A primeira é que Inácio jamais
pretendeu ser um teólogo ou fazer teologia. Por isso, ainda que tenha feito isso, o fez sem
consciência e sem preocupar-se com determinados “formalismos”. A segunda, e para isso é
importante destacar que Inácio viveu entre os anos de 1491 e 1556, é que para Inácio os
evangelhos continham realidades históricas. Em outras palavras, para Inácio não havia a noção
de Jesus histórico e Cristo da fé. Simplesmente não havia distinção entre eles.
Essas considerações são importantes para compreender a visão prática que Inácio tinha
do cristianismo. Ora, se não havia distinção entre o Jesus histórico e o Cristo da fé, encontrar
Jesus era algo que se devia fazer na vida comum. Inácio não aceitava que estes encontros
ficassem restritos apenas aos momentos litúrgicos e de culto.
Sem meias palavras, o Cristo dos Exercícios é o Jesus histórico. E, portanto, esses
exercícios constituem-se em uma maneira de “compreender e encontrar a esse Cristo através
do seguimento do Jesus histórico”.24
3.2. Contemplativos na ação
Já está claro que, para Inácio, encontrar-se com Cristo hoje não é questão de culto, mas
de seguimento. Para ele, só a vida de Jesus pode levar um homem a querer de fato mudar de
vida.
Assim, ainda que de modo intuitivo, nos exercícios Inácio não recorre às cartas de São
Paulo ou outros textos do Novo Testamento – posteriores a vida de Jesus – para apresentá-lo.
Utiliza os relatos evangélicos, aquelas passagens anteriores à sua morte, acreditando que é aí
que o exercitante pode encontrar o que é mais autêntico da vida de Jesus. Assim, a maioria
dos exercícios consiste em ver a vida de Jesus e confrontar-se com seu modo de proceder.
22
PAGOLA, José Antonio. Jesus – Aproximação Histórica. 2ª ed. 2010, p. 559.
Por esta expressão, Exercícios Espirituais, entende-se qualquer modo de examinar a consciência,
meditar, contemplar, orar vocal ou mentalmente, e outras atividades espirituais [...]. Porque, assim
como passear, caminhar e correr são exercícios corporais, também se chamam exercícios espirituais os
diferentes modos de a pessoa se preparar e dispor para tirar de si todas as afeições desordenadas, e
tendo-as afastado, procurar e encontrar e vontade de Deus, na disposição da sua vida para o bem da
mesma pessoa. (SANTO INÁCIO DE LOYOLA. Os Exercícios Espirituais de Santo Inácio. 7ª ed. 2002, n. 1).
24
SOBRINO, Jon. El Cristo de los Ejercicios de San Ignacio.
23
16
�Podemos dizer que nisso o exercitante dá um passo fundamental para o encontro com
Cristo, ou, melhor dizendo, o exercitante realmente se encontra com Cristo – ainda que não de
modo definitivo, mas isso será retomado adiante – nestes momentos de oração e, deixando-se
afetar, é de fato transformado. Para isso, a espiritualidade inaciana nos oferece muitos meios,
como meditações, repetições e contemplações (aplicação dos sentidos).
De um modo especial as contemplações são importantes no processo dos Exercícios.
Estar com Jesus nos diversos momentos de sua vida vai muito além de reflexão sobre modo de
agir. O exercitante deve colocar-se em relação real, ver as pessoas, ouvir o que falam,
considerar o que fazem e finalmente refletir sobre si mesma para tirar proveito e buscar a
vontade de Deus.
Contemplar a vida de Cristo é algo que deve entrar por todos nossos sentidos. É preciso ver, olhar, escutar e
considerar o que fazem; é preciso sentir, é preciso cheirar. Veja que atrevimento! Quando Inácio diz no E.E
124 “Pelo sentido do olfato e do gosto, hei de sentir e saborear a suavidade e doçura infinitas da divindade,
da alma, de suas virtudes e de tudo o mais, conforme for a pessoa que se contempla. E refletindo comigo
mesmo, procurarei tirar algum proveito”; o que significa isso tudo? É questão de imaginação? Não. É,
exatamente, que a contemplação é um ato mediante o qual, por assim dizer, a pessoa entra na vida de
Cristo, para que essa vida entre por todos os poros da sua existência e, dessa forma, nos vá configurando;
não é uma configuração intelectual. Quando contemplo a Jesus, eu vejo como respira, como se move, como
se comporta, como atua; e tudo isso vai entrando por meus sentidos, que não são só meus sentidos
materiais. A percepção do Espírito vai me fazendo captar a Jesus e assim minha realidade humana em sua
25
totalidade vai se configurando, vai sendo transformada por essa contemplação.
Todavia, e isso precisa estar muito claro, nada disso esta aí para nos fazer simplesmente
ter um contato com Jesus. Os exercícios não estão aí para fazer do exercitante um mestre na
arte de contemplar. Tudo deve convergir para que o exercitante sinta um forte apelo e
disposição ao seguimento.
É uma lógica bastante simples. Veja, de que adiantaria Jesus ter sido alguém muito bem
intencionado se não tivesse levado a cabo suas intenções? Inácio via isso com muita clareza e
sua espiritualidade deixa transparecer esse traço não se permitindo reduzir a uma
espiritualidade de “boas intenções”. O exercitante precisa fazer de suas intenções história. As
intenções precisam converter-se em acontecimento.
Os EE são um apostolado que visa a produzir apóstolos; são um apostolado cuja avaliação implica
necessariamente um resultado apostólico qualificado, isto é, que quem faz os EE saia deles pronto,
“disposto”, para uma missão na Igreja, e não simplesmente uma pessoa mais devota, mais espiritual ou
26
mais ascético-mística.
O espaço dos Exercícios dedicado à contemplação do Jesus histórico – conhecido como
“segunda semana” – é por excelência o tempo de eleição, ou seja, de discernir a forma como
responder ao chamado de serviço ao Reino. Para isso, Inácio leva muito em conta a atividade
de Jesus, não só para entendê-lo melhor, mas exatamente porque sua atividade – e a
consciência que Jesus tinha da missão que estava implícita nessa atividade – implicavam em
um processo de chamamento ao qual se correspondia com um seguimento. O exercitante é
25
PALACIO, Carlos. Trecho original em espanhol, traduzido da conferência Cristologia de los Ejercicios,
apresentada no Curso-Taller Internacional de Ejercicios, 2004.
26
MORO, Ulpiano Vázquez. Da moção à missão – O apostolado dos Exercícios e os Exercícios
Apostólicos. Revista de Espiritualidade Inaciana, Itaici, dez. 1996, p. 79.
17
�então envolvido nesse processo e deve aderir à pessoa de Jesus, bem como à sua missão
histórica.
O que tradicionalmente chamamos de dimensão transcendente da fé é verificável. A fé cristã se pode
verificar por sua exteriorização histórica no seguimento. [...] O acesso ao Deus transcendente é para Inácio
algo histórico, visível e palpável: é o seguimento de Jesus. [...] Para a falta de seguimento não há
27
justificativa. Tentar alguma, não passa de autoengano.
Acredito que já começa a ficar clara a forma como os Exercícios Espirituais, pelo
encontro com o Jesus histórico, podem conduzir à transformação do exercitante. Não fosse
essa necessidade de concretude, o exercitante correria o risco de idealizar o seguimento e
reduzi-lo ao caráter espiritual. Poderia contentar-se com a experiência mística vivida em
oração. A necessidade de exteriorização nos leva a perceber que pouco importa o “estado
final” da transformação do exercitante. Não interessa até onde ela vai chegar, mas sim os
passos concretos que vai dar. Por isso os passos devem verificáveis.
Essa concepção prática que Inácio tem do seguimento está implícita também na relação
com Deus. Nesse sentido, o último exercício proposto por ele, a Contemplação para Alcançar o
Amor, é bastante reveladora. Inácio propõe: “Passarei pela memória os benefícios recebidos
como a Criação, a Redenção e os dons particulares, ponderando com muito afeto quanto Deus
nosso Senhor fez por mim, quanto me deu daquilo que tem, e consequentemente como este
mesmo Senhor deseja dar-se a si mesmo, quanto dele depender, conforme os seus divinos
desígnios”.28 Em outras palavras, Inácio propõe que o exercitante reconheça historicamente a
manifestação do amor de Deus em sua vida. Para Inácio, portanto, o amor de Deus tem uma
concepção prática. Ora, então se o ser humano deve corresponder a esse amor, também deve
ser de forma prática. Afinal, “o amor se faz mais em obras do que em palavras” 29.
O que Inácio deixa claro, portanto, é que o amor não se encontra contemplando, mas se
contempla para conseguir alcançá-lo. Quando refletimos sobre o cego Bartimeu resumimos a
sua transformação em “enxergar o amor”, expresso primeiro na criação e depois na
encarnação. E é exatamente esse itinerário que somos convidados a percorrer na experiência
dos Exercícios. Devemos fazer a experiência do amor de Deus por nós, mas ter a consciência de
que devemos corresponder a esse amor com obras, e não com palavras.
Portanto, e finalmente, o encontro definitivo com o Cristo acontece na vida. A
experiência dos exercícios é fundamental, mas não pode se encerrar na contemplação. Não
basta apenas a oração. Não basta apenas a prática. É necessário ser contemplativo na ação. É
assim que a espiritualidade inaciana, por meio dos Exercícios, faz-nos corresponder ao amor
de Deus, encontrando Jesus no dia a dia, em cada um dos nossos irmãos.
Quando foi que te vimos como estrangeiro e te recebemos em casa, e sem roupa e te vestimos? Quando foi
que te vimos doente ou preso, e fomos te visitar?’ Então o Rei lhes responderá: ‘Eu garanto a vocês: todas as
vezes que vocês fizeram isso a um dos menores de meus irmãos, foi a mim que o fizeram’ (Mt 25, 38-40).
27
SOBRINO, Jon. El Cristo de los Ejercicios de San Ignacio.
SANTO INÁCIO DE LOYOLA. Os Exercícios Espirituais de Santo Inácio. 7ª ed. 2002, n. 234
29
SANTO INÁCIO DE LOYOLA. Os Exercícios Espirituais de Santo Inácio. 7ª ed. 2002, n. 230.
28
18
�CONCLUSÃO
Diante do desejo de falar sobre como os encontros com Cristo podem transformar uma
pessoa, não faltaram opções de encontro para ter como pano de fundo. O tão emblemático
encontro com a Samaritana, o encontro com Zaqueu, e tantos outros que poderiam
certamente acrescentar pontos distintos, e até mais interessantes ou profundos, a essa
reflexão.
Então porque falar sobre Bartimeu, “O cego de Jericó”? Senti-me bastante atraído por
este encontro em especial, por uma razão bastante simples. Eu nunca quis refletir sobre os
encontros no tempo passado, como algo que aconteceu em um determinado período da
história. Sempre tive o desejo de olhá-los com a perspectiva do presente. Como podemos,
hoje, nos encontrar com esse Cristo e deixar que ele nos transforme?
Por isso, por mais ricos que fossem os outros encontros, e por mais que a reflexão a
partir deles também pudesse ser trazida para o tempo presente, não havia neles algo que nos
aproxima muito de Bartimeu. Como nós hoje, Bartimeu também não tinha a oportunidade de
ver Jesus e as coisas que ele fazia. Bartimeu precisou acreditar nesse homem pelo testemunho
de outros. Assim, vejo o encontro com Bartimeu o mais próximo da nossa realidade. A fé que
Bartimeu precisou ter não é muito diferente daquela que as pessoas do nosso tempo atual
precisam ter.
No Evangelho de Lucas, o milagre da cura de Bartimeu é narrado sem que se faça
referência ao nome do cego. Não é este um convite para que pensemos quem é esse cego?
Não é esse um convite para que nos coloquemos no lugar de Bartimeu? Afinal, a mesma
escolha que ele precisou fazer é a escolha que cada homem e cada mulher do nosso tempo
precisa fazer. Muitos o repreenderam e mandaram que ficasse quieto (Mc 10,48). Também
para nós há pessoas que dizem que não adianta sonhar, há pessoas que não veem no mundo a
ação criadora de Deus, há pessoas que não veem no outro um irmão, há pessoas que se
interessam pela situação de marginalização, opressão e exclusão, ou simplesmente há pessoas
que se omitem. Isso tudo nos repreende, nos manda ficar quietos. Mas para Bartimeu houve
quem dissesse: Coragem, levante-se, porque Jesus está chamando você (Mc 10,49). E se há no
mundo pessoas que nos repreendem, com a graça de Deus há também pessoas muito boas
que são exemplo de luta pela justiça, exemplos de solidariedade, respeito ao próximo e
doação. Pessoas felizes em poder “ser para o outro”. Essas pessoas com seu exemplo nos
dizem “Coragem!”.
Diante das duas propostas Bartimeu fez a sua escolha. E nós temos que fazer a nossa.
Escolher “dar o nosso pulo” e ir ao encontro de Jesus implica em tudo aquilo que pudemos
refletir ao longo deste trabalho. Um caminho de amor e felicidade para o ser humano, mas que
precisa ser construído com responsabilidade. Aquele que já teve seus olhos abertos por Jesus
não pode fingir que nada aconteceu, querer continuar com a vida que levava antes. Cada um
19
�de nós já é (e não deve ser) para o outro ou aquele que repreende ou aquele que encoraja.
Não há opção de não responder a esse chamado. Não responder já é uma resposta.
Como manter-se fiel a este compromisso? Como encorajar e promover os meios para
que as pessoas se levantem e vão até Jesus? Aqui vejo na Espiritualidade Inaciana um
caminho. Por que a Espiritualidade Inaciana? Porque foi o caminho que eu percorri, ou melhor,
foi o caminho por onde comecei e continuo percorrendo. Tive a graça de ter pessoas na minha
vida que me encorajaram, e se hoje posso me considerar menos cego, e convivo com pessoas
também transformadas por essa experiência, “irmãos na espiritualidade inaciana”, me sinto
chamado a refletir com elas sobre que contribuição podemos dar à missão do Cristo, que é
também a nossa.
Não há dúvida sobre o que há de mais específico na Espiritualidade Inaciana, o
discernimento. Poderia deixar essa resposta. Que aos inacianos cabe tornarem-se discípulos,
seguidores de Jesus, colaborando em Sua missão pelo discernimento dos sinais dos tempos.
Porém, vejo que isso seria simplificar a questão. Não que tal tarefa não seja importante, ou
que seja fácil. Porém, acredito que precisamos olhar a questão de maneira mais ampla.
Oferecer ao mundo discernimento não é também oferecer ao mundo pessoas de
discernimento?
Certamente! E nos Exercícios Espirituais só há discernimento após afeiçoar-se e ter o
desejo de seguir a pessoa de Jesus. Mais do que isso: para entrar nos Exercícios é preciso fazer
a experiência do Princípio e Fundamento, a experiência de sentir-se amado por Deus, de ser
Sua criatura, de fazer parte do Seu plano amoroso. Ora, e não são essas duas atitudes
justamente aquelas que demonstrei brotar do encontro com Jesus? Não poderíamos dizer
então que só há discernimento após encontrar-se e deixar-se afetar pelo Cristo?
Portanto, se queremos dar ao mundo pessoas de discernimento, promovamos
encontros! Que os inacianos não guardem para si sua espiritualidade, mas a promovam!
20
�BIBLIOGRAFIA
CARVAJAL, Luis Gonzáles. Nossa fé – teologia para universitários. São Paulo: Loyola, 1992.
CARO, Olga Consuelo Vélez. Títulos cristológicos, sistematizaciones cristológicas y
desafíos actuales de la cristología, Bogotá, Colômbia, 2011.
MESTERS, Carlos. Com Jesus na contramão. 15.ed. São Paulo: Paulinas, 2010.
PAGOLA, José Antonio. Jesus – aproximação histórica. 2. ed. Petrópolis: Vozes, 2011.
NOLAN, Albert. Jesus antes do Cristianismo. 6. ed. São Paulo: Paulus, 2007.
GESCHÉ, Adolphe. O ser humano. São Paulo: Paulinas, 2003.
SANTO INÁCIO DE LOYOLA. Exercícios espirituais de Santo Inácio. 7. ed. São Paulo: Loyola.
Brasil, 2002.
SOBRINO, Jon. El Cristo de los Ejercicios de San Ignacio.
MORO, Ulpiano Vázquez. Da moção à missão – o apostolado dos Exercícios e os Exercícios
Apostólicos. Revista de Espiritualidade Inaciana, Itaici, dez. 1996.
PALACIO, Carlos. Cristologia de los Ejercicios, conferencia no Curso-Taller Internacional de
Ejercicios, Los Teques, Venezuela, 2004.
21
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Programa Magis
Description
An account of the resource
Trabalhos (monografias, sínteses) apresentados no Magis por participantes do programa. Também inclui referências para o curso.<br /><br /><em>El Programa de Formación Magis se realiza en la CVX América Latina desde 1997 (el primer encuentro intensiva se realizó en Lima-Perú desde el 1 de enero hasta el 15 de 1998). Más que un curso es un proceso de formación integral de 3 años y medio, que desarrolla 1 etapa preparatoria y 3 Módulos: Cristología, Eclesiología y Espiritualidad Laical. Cada módulo cuenta además con temas especializados en ética cristiana, discernimiento socio-político, discernimiento para la misión, espiritualidad, sexualidad en tiempos presentes, análisis de la realidad, y otros más.</em>
Source
A related resource from which the described resource is derived
http://www.lacvx.org/p/programa-magis.html
Language
A language of the resource
es
pt
Texto
Um recurso composto principalmente de palavras para leitura. Exemplos incluem livros, cartas, dissertações, poemas, jornais, artigos, arquivos de listas de discussão. Note-se que facsímiles ou imagens de textos ainda são do gênero Texto.
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Despertar para o encontro
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Rosado, Rafael Henrique Gusso
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2011
Language
A language of the resource
pt-BR
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Serrato, Andréia Cristina (orient.)
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
PDF
Type
The nature or genre of the resource
Monografia
Subject
The topic of the resource
Cristologia
Description
An account of the resource
Trabalho de conclusão do módulo de Cristologia do Programa de Formação CVX Magis IV Latino América 2010-2014.
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Pontíficia Universidad Javeriana de Bogotá
Programa Magis
Source
A related resource from which the described resource is derived
Magis IV
Cristologia